《 Confederación Internacional de Magos 》

[Albus Renaldi Macnair]

Lo que había logrado presenciar desde la puerta resultaba totalmente impresionante. Insubordinación, gritos, ¿fuego maldito? *****, eso se estaba saliendo de control muy rápido. Poco a poco fui dejando la protección que me brindaba la lejanía y comencé a dar pasos lentos mientras observaba a cada uno de los presentes, estudiando sus movimientos y analizando la amenaza que pudiera representar para Ada y para mi.

 

La gente ahí parecía ignorar mi presencia, cómo si fuera una simple proyección que pudiera ser atravesada e incluso desterrada en cualquier momento. Saqué mi varita con un movimiento parsimonioso esperando no tener que usarla, ya que lo mío siempre había sido lo furtivo, ataques nocturnos y cobijados por el silencio y la oscuridad, nunca me había gustado pelear abiertamente y de día, pero si era necesario para poder sobrevivir lo haría con gusto.

 

La ministra de magia, siendo escoltada por órdenes de Aaron... de pronto silencio. Gritos y órdenes fueron dadas mientras la gente reflejaba la incredulidad en sus caras. Yo por mi parte seguí avanzando, varita apuntando al suelo, con rumbo a dónde se encontraba Ada. Mi cabello se encontraba peinado a la perfección, formando 2 cortinas de plata que llegaban un poco más abajo de los hombros. En esta ocasión se encontraba completamente lacio, los medios rizos habían desaparecido, y en la parte de atrás llevaba sujeto un poco de mis cabellos. Vestía un traje entallado de color negro, ideal para pelear pero también para cualquier cena importante.

 

Entonces la pude ver, sentada en la silla junto a Ada, ahí se encontraba Maida, tan linda cómo siempre. Era una lastima que los ánimos estuvieran tan caldeados cómo para poder tener una conversación que no fuera meramente de lo que pasaba. Al llegar hasta dónde se encontraban ambas mujeres me agaché un poco entre ambas. -Lamento molestarlas.- Le dediqué una cálida sonrisa a Maida y me acerqué un poco más a Ada. -Mi señora, todo se encuentra listo. La desmemorización de los mandatarios de Austria. Nos encontramos listos y esperando ordenes, mi señora.- Mis palabras habían sido claras, no requería de otra explicación, requería ordenes para poder ejecutar mi trabajo.

 

¿Que pensaría Maida en esos momentos? Ella no sabía exactamente en que me desempeñaba en el mundo mágico... y tal vez era momento de que lo supiera.

 

@@Ada Camille Dumbledore

@

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Empleada del Departamento Auror de Gran Bretaña.

 

Entendía que el levantamiento de los muggles contra nosotros y los diferentes paises que estaban en desacuerdo con el accionar de Inglaterra era un frente con el que tendríamos que vernos más tarde que temprano, la sociedad se iba a pique como la conocíamos y ya nada quedaba del ministerio de magia que me había recibido 12 años atrás, pero tampoco era como para que me dejará apresar así como así y Aaron estaba completamente errado si pensaba que no iba a luchar porque no me apresarán, no iba a ser nada más que impedir que nos llevaran a la cárcel por acusaciones e injurias, unas injurias que eran injustas, como si yo pretendiera derrocar a alguien o pelearme con él, el pais se iba a pique por su mala organización anterior y era evidente que lo de mala era dirigido únicamente a Aaron, que había dejado el pais hecho un caos, mucho más de cuando recién entre como aprendiz hace tantos años atrás.

 

 

- Aaron, ¿de verdad crees que dejaré que tus esbirros me apresen así como así? veo que no me conoces tanto como pensaba o creía, por supuesto que te plantaré cara, a ti y al que haga falta, segundo el mundo mágico ya se esta yendo a pique así que ¿con que fin apresarías a Sagitas y a mi? ¿Cuál es la finalidad y tu idea descabellada y para nada lógica? enserio, que si piensas que podrías hacerlo mejor que nosotros, déjame decirte que tuviste la oportunidad y no lo hiciste así que ¿Cuál es el motivo de que nos apreses? porque sin fundamentos ni pruebas, no puedes hacerlo - Le dije apuntando a los dos esbirros que estaban por agarrarnos, poniéndome delante de Sagitas al instante y sacando mi varita mágica de mi oreja, aferrándola fuerte en mi mano derecha -

 

 

Ni si quiera tuve que pensar un solo hechizo porque el mismo vino a mi mente antes de lo estipulado, no les haría daño, tan solo los intentaría dejar inhabilitados, miré a Sagis, casi pidiéndole permiso, aunque no necesitaba su permiso para defenderla, así que me apresuré a impedir que nos apresen y tomen el poder por sus manos, el mundo ya era un caos total como para que ahora Aaron nos derrocará, él ya tuvo su oportunidad de hacer bien las cosas y no la aprovecho, ahora nos tocaba a nosotros intentarlo y lamentaba que quisiera hacernos esto, no quería ser su amiga, pero al menos, si que quería llevarme bien con él, algo difícil cuando hacía cosas nefastas como está.

 

 

- Expelliarmus - Dije apuntando a los dos secuaces de Aaron, esperando que se quedarán sin varita al instante -

 

 

Mientras esperaba reflexione sobre la política y sus formas raras de hacer las cosas, primero había sido ese puente cayéndose y todas esas personas muriéndose, después había sido la salida de Aaron y para terminar los muggles sabían de nosotros y ya no había más secreto, ¿Qué otra cosa mala nos tenía que pasar? ¿Qué otras realidades no estábamos viendo? me sentía inútil y por demás tonta al pensar que al estar bien yo, estaría bien todo el resto del mundo, más que tonta, me hacía sentir egoísta y si había algo que la auror no era, eso era egoísta, así que suspirando, seguí recordando cuando mi padre, Elvis, vino con ese diario a contarnos que Aaron se estaba yendo, que habría un nuevo ministro y que el fuego corría por todo ese puente quemando todo a su paso, suspiré pensando que realmente no tenía ni idea de nada, pero esperaba poder ayudar desde mi posición, siempre y cuando no me apresará el señor Yaxley, a quien le tenía respeto, pero no por eso miedo y de quien me defendería con uñas y dientes si es que fuera necesario, si por las buenas no entendía, quizás lo hiciera por las malas, ¿no?.

 

- Enserio no puedes apresarme solo porque se te ocurre, de acuerdo que estés en desacuerdo conmigo pero de ahí a apresarme y tomar el ministerio sin ser elegido, no repetiré lo que ya te dije pero creo que no deberías de hacerlo, pensarlo mejor, se que quisieras solucionar todo así pero esta no es la forma, no tienes porque apresarme, ¿podrías por favor pensarlo? y a Sagitas tampoco, no hicimos nada tan malo como para que nos apreses y además, no entiendo de la misa la mitad, así que apresarme porque no estoy en el tema y soy maleducada porque no entiendo, no es la onda, ¿no te parece? por favor, recapacita y no nos apreses ¿si? no pretendo ser tu amiga, tan solo pretendo que entiendas, ¿podrías hacerlo? - Le pedí con más determinación de la que tenía en realidad -

 

@

@@Kraven Von Alexandros

@

@@Sagitas Potter Blue

@

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Lo que pensara de mi me daba igual, lo cierto es que vi de reojo la reaccion de @. Y ahi me percate que habia metido la pata, una vez mas. O sea no habia prestado la debida atencion y dado que hacia rato no la veia, pues ni idea de que era la hija de mi esposa. Si, hasta aqui habia sido yo el daddy cool. Aunque bueno, que conste que no era nada personal, a fin de cuentas su declaracion carecia de todo sentido. De los egipcios, alemanes y franceses no espere nada. La sorpresa eso si, la dio a Aaron que como es habitual se robaba el show con fuego maldito???. No se podia negar que sabia hacer una entrada. Evidentemente lo que siguio despues, pues ya dinamito todo. Creo que el unico que habia entendido mi pedido de unirse habia sido el propio @, solo que el tenia sus formas para llevar esa union, en este caso a la fuerza.

 

De nada serviria el devaneo de Luna, porque no creo que en este momento Aaron tuviera la decencia de regirse por los estatudos internacionales, o alguna norma de descencia. Y claro ya ordenando que detuvieran a Sagitas la cosa se ponia seria. Luchar???....era una tonteria. Sin mas saque un Diricawl de mi bolsillo que ya tenia para el asunto.

 

-No tontees Luna...esto es por ahora una causa perdida. En serio crees que puedes razonar con alguien que ya lo viola todo lo acuerdo y ley.

 

Y sin mas la tome de brazo, junto con Sagitas. Nada de prision domiciliaria.. Sabia que el antro estaba protegido para las desapariciones...pero una cosa eran las desapariciones entre humanos y otra en una criatura..Por suerte a la respuesta del expelliarmus de @ llego otro hechizo mas explosivo...que al asustar al Diricawl y asi desaparecernos del lugar. No era la primera vez que hacia una desaparicion conjunta de este tipo, ya lo habia hecho en Alemania con Zoella para escapar del Reichtag. Por suerte el entrenamiento del Diricawl ya se demostraba mas que efectivo...aunque claro...debido al peso si acaso saldriamos de emiciclo.

 

@@Sagitas Potter Blue

Editado 27 de Noviembre del 2020 por Sean -Ojo Loco- Linmer

[Thoth]

Luxure tenía una conexión especial con los lacayos, por esto daba ordenes a estos sin emitir una palabra. Esta vinculación fue creada en Egipto, por lo que clavando su mirada en Aaron Black Lestrange , indaga mientras se acerca al mismo. Y a diferencia Demian Luxure, El representante del U.P.A y egipto no era un mortífago, por tal motivo, su nombre, rostro y voz, no sería reconocido por otro de ese ideal. Y solo la tonalidad de voz, pudiera hacerle pensar algo más, de resto, no estaría seguro,ya que el egipcio poseía el rostro quemado y cabello era oscuro.

-¿Quiene eres para dar ordenes en este lugar?- Y observa a los demás. En esto uno de los magos que le acompañaba le acompañaba, usa en el dignatario un hechizo que hace que su voz resuene como león rugiente en ese sitio. –Dignatarios, si bien Egipto apoya lo que ha establecido el canciller alemán, y se encuentra a favor de atacar a los seres sin magia, no estamos dispuestos a sumarnos a esa manera como los británicos fueron sacados de éste espacio.-

Y camina frente al mismo. –Y dejaré algo claro, mi país y el U.P.A busca siempre el bienestar , la paz y la ayuda humanitaria. Sin embargo, esta sección fue suprimida hasta que se establezca el orden.- El mismo se da una vuelta, y su voz regresaba a lo que era antes producto al mago egipcio que lo había hechizado antes había terminado el hechizo o revertido el mismo. En ello, uno de sus lacayos le toma de la mano, y el otro del hombro.

-Egipto, no reconoce este golpe de Estado a Gran Bretaña, si bien no coincidimos con estos, y estamos en conflicto, no apoyamos un golpe de estado.-

Hace pausa, y los lacayos comienzan a volverse una estela blanca. Y en compañía de Luxure se desvanecen a otros rumbos. Sin embargo, no se vio a Uriel usar magia, en todo ese encuentro.

Egipto

El mago envió una carta a @ de forma anónima en donde le avisa que @@Mackenzie Malfoy se encontraba en peligro dentro de la Confederación Internacional de la Magia, que alguien que pudiera ser el Inquisidor había tomado el poder, este mensaje fue impregnado por la esencia del anillo, Uzza. Por lo, cual sería un arma de de espionaje perfecta, pero este mensaje iría sin remitente.Y con esa esencia podría ver por todos los lugares donde esa carta viajo, desde su salida a Egipto a Francia, en Francia a Holanda, de Holanda a Bélgica, de Bélgica a España, de España a Italia, de Italia a Nueva York, y desde Nueva York a Gran Bretaña.

En ese sistema de envío fue manejado por los Redentis, incluso por los hombres del Santo, por lo que jamás caerían en otras manos que no fuera su destinatario, ninguno de esos se atrevería a ver el contenido, de ella, pero si serían responsables que le llegará a ese Auror, a esa mente confundida y senil, la cual esta siendo usada para los planes de alguien más, que manejaba los hilos en la oscuridad. Ese quien poseía el nombre del Titiritero. Éste antes en su pasado había colaborado con el Gryffindor para despistar, y había enviado a uno de sus agentes para conocer a veracidad su información, lastimosamente solo descubrió algo vago, sin mucha pista, pero lo suficiente para usar la información para sus planes, ahora, su aliado se encontraba en peligro, y debería protegerlo.

En ello Licaón meditaba el momento justo para regresar a la Marca Tenebrosa, y organizar el encuentro de Uriel Luxure con el líder de esos ideales, pero mientras tanto seguiría oculto, escondido hasta poder regresar, y allí seguir su avance.

Editado 27 de Noviembre del 2020 por Azrael Licaón

[Ada Camille Dumbledore]

Odiaba el desorden, los comentarios que iban y venían y demás, blanquee los ojos en un intento de calmar las ansias de sacar mi varita y obligar a todos a callarse, pero no iba con la diplomacia, suspire y seguí los hechos junto @ L.Yaxley que estaba a mi lado. Ahora era una cesión a puerta cerrada y el exministro Aarón hacía golpe de estado hacia Gran Bretaña encerrándonos a todos allí adentro en el salón, sonreí de manera maliciosa al ver cómo pasaba todo.

 

Mi atención fue interrumpida por la llegada de uno de mis agentes, @@Albus Renaldi Macnair, era parte de la inteligencia del Ministerio de Francia y un hombre de mi entera confianza. El informe que me daba me hizo esbozar una sonrisa, mis planes estaban ya casi listos para llevar a cabo uno de mis objetivos.

 

-Macnair me parece perfecto, que sigan la segunda fase con todas las cabezas militares, progresen a la siguiente fase. Que las órdenes lleguen a todos los infiltrados, pronto podremos ir a visitar Viena.

 

Solte de manera criptica y calculadora, ahora solo esperaba ese siguiente movimiento para mostrar lo que hacia como proyecto y asegurar el modelo politico mágico ideal.

 

Maida querida te gustaría, ver en primera fila algo sin precedentes, de seguro podrás tener un excelente reportaje. Pero no sabrás que es hasta ese mismo momento.

 

Comente sin más, hacia la dama que sabía que su intuición periodística le dejaría ver la gran oportunidad que le estaba ofreciendo en esta oportunidad.

 

-Macnair deberías acompañarnos, en este momento no podemos salir del recinto, nuestro nuevo dictador de Gran Bretaña nos ha encerrado, así que toma asiento y acompáñanos por favor.

 

Indique la silla justo al lado de la Yaxley

[Mael Blackfyre]

Elvis F. Gryffindor.•~

 

Suiza.~

Sede de la Asamblea de la Confederación Internacional de Magos

 

 

La noche se extendía en todo mí alrededor. Tenía que admitir que no estaba preparado para todo eso, especialmente porque mi cuerpo no reaccionaba como quería. Mi pecho subía y bajaba rápidamente, aunque estaba oculto por debajo de aquellas vestimentas largas y oscuras. El broche dorado con forma de cabeza de león, brillaba como si tuviera luz propia. Justo enfrente rezaba un cartel:

 

 

“No pasar y Peligro”

Claramente que a pesar de las seguridades que habían colocado, tenía que decir que era más contra los muggles que los magos, porque los rastros de magia eran increíbles. Ni siquiera tenían vigilancia en el exterior, ni hechizos antiaparición.

 

¿De verdad habían subestimado la sede para aquella Asamblea?

 

Era Elvis Frasier Gryffindor, mitad descendiente de aquella sangre de leones que corría por mis venas y la otra, de parte materna por los druidas. Mi corazón era principalmente mi guía acompañado por mi cerebro. Aquella voz que me ayudaba a orientar mejor que mi varita. Y de algo estaba seguro. Lo presentía de hacía semanas, de aquellos ataques que habían surgido enfrente de la vista de toda la comunidad mágica: El Inquisidor.

 

Camino a la sede de Suiza, me había llegado una carta. Y anónima. Diciéndome que allí estaba Mackenzie en peligro. Y no solamente eso. Sagitas también estaba allí. ¿Alguna vez aquella pelivioleta iba a anteponer su seguridad? Algo me decía que jamás había comprendido quién era ahora. ¿O podía ser a propósito? Quité esos pensamientos. Porque había algo más importante, un hecho que estaba a punto de comprobar.

 

Había una sola palabra, un solo nombre que me había hecho levantarme de la mansión Gryffindor y dirigir todas mis habilidades y todas mis opciones que tenía en la mano para actuar contra ello. Había hecho un Patronus a toda la @, porque necesitaríamos más de una varita para encontrarnos en ése punto. “Necesitamos ayuda en la sede de la Confederación en Suiza”. ¿Lo escucharían? Tenía mis dudas

 

— Divídanse en dos grupos. Uno que intente entrar por la parte trasera. Los demás cierren un perímetro igual a la barrera mágica. Que nadie salga de aquí

 

Había aparecido con tres docenas de aurores. Todos recién ingresados o personas del extranjero que se habían sumado como auxiliares del Ministerio. Eran inexperimentados claramente pero alcanzarían para al menos molestar. Cuando atravesé aquellas barreras mágicas, la mansión abandonada y destruida se convirtió en aquel edificio que mágicamente habían preparado para esa asamblea.

 

Saqué mi varita y camine, con dos Aurores detrás cubriéndome las espaldas. Llevábamos un paso firme e íbamos a las puertas. Éstos dos las derribaron, tras encontrarlas selladas mágicamente. Se escuchaban voces y gritos dentro. Aparecimos por el umbral. Nos encontramos con una escena que no esperábamos encontrar pero que no podía ignorar una cosa. Aquel nombre que no me dejaba realmente dormir tranquilo.

 

Aaron Yaxley.

 

Lo vi en medio de aquella escena. Solo me percaté del olor a humo que había. En el ambiente había tensión, algo estaba pensando. Pero no pude hacer otra cosa que dirigirme hacia él. Una leve picazón empezó a emerger en mi pecho. Mi herida. Me ardia.

 

— Aaron Yaxley… Al fin se digna a dar la cara, señor —me costó decir aquello. Mi respiración estaba un poco alterada, pero eran más las ganas que resguardaba antes que usar mi varita. Si—. ¿Qué piensa hacer con todo éste acto? ¿Acaso cree que los magos somos idi0tas? Deje de mentir y admita que todo es obra de usted. Todo será más sencillo. Un simple juicio frente al Wizengamot y le daremos un lindo sitio en Azkabán. ¿O acaso creen de su inocencia? ¡Basta de mentiras, no permitiré que haga más! —grité aquellas últimas palabras. De mi varita emergieron algunas chispas que se disiparon—. Entréguese y admita su papel como El Inquisidor.

 

En ése momento el segundo grupo estaba entrado por las puertas traseras. Esperaba que aquellos inútiles hicieran algo más.

 

 

@

@@AZRAEL Licaón

@

Editado 12 de Enero del 2021 por Elvis F. Gryffindor

[Thoth]

Egipto | Ciudadela de la Muerte

 

El plan del Licaón había funcionado a la perfección este logro hacer que la mente de @ pensará que el líder mortífago ( @ ) es el Inquisidor, algo que estaba más alejado de la realidad, sin embargo, este se preguntaba cuál de los dos pudiera sobrevivir a un enfrentamiento, sólo que por el momento sus pensamientos no se encontraba enfocado con ello, sino en otros asuntos. En aquello, que que involucra a los seres sin magia, a esos que podían mover los hilos y causar más daño a los británicos.

 

Y fue así, que usando una de sus marioneta al unísono que se encontraba protegido, y que muchos pensaba que Uriel Luxure era una persona diferente a él, y que el Titiritero es otra, pudiera seguir jugando ese juego de ajedrez mágico. Aunque, sus planes aún permanecían oculto, esos fines que le movían. Y viendo visiones del puesto de comando de la OTAN y de esa rueda de prensa les dice a los de los muggles que permanecía a ese grupo armado muggle (OTAN)

 

-Ellos comenzaron, pero nosotros terminaremos. Aquí, se encuentran varias residencias de esos enemigos, de esos magos y brujas, gracias al Inquisidor tenemos para suprimir la. Magia, el gen mágico será suprimido.-

 

Comentó mientras que algunos comando se encontraba en Oterry (en el rol de la amnistía, en que se relata ya éste ataque comenzó). Y pronto, el gobierno fracturado de @@Sagitas Potter Blue caería, sin importar que Aaron tomará el poder, no habría nada que salvar, pronto Gran Bretaña sería más que un pueblo fantasma. Aunque, ahora las naciones discutían si ellos presentaba o no un peligro, esos seres arrogantes no veían más de sus narices, y ya la guerra comenzaba a golpearlos en la cara.

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Yaxley

 

No había tenido duda alguna de que la bruja no se dejaría atrapar fácilmente, era parte de una familia con el valor del coraje por delante- ¡Qué necios!; si lograran comprender la causa del porqué intentaba unificar las varitas contra la hostilidad muggle, serían un grupo de brujas y magos que ayudarían bastante- sin embargo, pareciera que no estaban preparados para comprender el porqué de mis actos. No les culpaba, la sangre no era un principio para ellos...

 

Observé al grupo de magos del Führer mágico acercarse hasta las brujas, cuando de pronto un intercambio de hechizos encendió las miradas de los presentes iluminando cada rostro entre destellos verdes, rojos y azules, colores que sombrearon la sonrisa ligera en mi rostro ante las palabras de Luna. Alcé mi varita para concentrarme en una que otra maldición asesina, pero una explosión gatilló aún más los ánimos del lugar. Un tipo alto con un pearcing en la ceja y un cabello rebelde que rozaba sus hombros apareció junto a Sagitas y Gryffindor, tomándolas del brazo para desaparecer conjuntamente entre una explosión de polvo y plumas... Chisté en una mueca de disgusto y defendí mi frente de una ráfaga mágica que por poco me alcanzaba...

 

Fue el momento en que un hombre de rostro quemado y cabello oscuro alzó la voz. En medio de los destellos mágicos, el brujo parecía ser un tipo poderoso pues también se defendió de algunos que intentaron abalanzarse mientras se acercaba más y más a mí; ¡Yo tenía el apoyo de la supremacía mágica!, ¿qué se creían aquellos que atentaban contra el derecho digno de la bruja y el mago por sobre el muggle?. Enarqué una ceja y varita en mano intenté oír alguna de sus palabras.

 

-...Ya ....¡ Ya no!...- exclamé hacia el egipcio en medio de un tumulto en rebeldía, con algunos cobardes que no se atrevían a levantar la fuerza mágica en contra del Inquisidor; enarbolando la varita en círculo para crear una cúpula invisible que logró protegerme, a mí y a suerte de él, de unas proyecciones con las que muchos soldados de Von Alexandros, intentaban la captura de los rebeldes- ¡NO HABRÁ PAZ HASTA QUE NO TENGA LA CABEZA DEL INQUISIDOR EN FRENTE!... ¡ A ÉL!...- ordené a un grupo de brujas y magos fieles que se abalanzaron con hechizos en su contra.

 

Dicho tal, me envolví en una voluta de espesa niebla oscura hasta posicionarme en el centro del incinerado podio donde muchos habían dado su opinión, lugar desde donde divisé claramente a Maida junto a mi nieta y un tipo desconocido. Hice un gesto a Ada para que levantase sus fuerzas (brujas y magos de la milicia francesa) y retuviesen a quienes quisiesen volverse contra ésta alianza...

 

>>Aaron Yaxley...al fin se digna a dar la cara, señor<<

 

La voz de mi instructor mágico me pilló de sorpresa, una tan fugaz que fue correspondida con una media curvatura en el frío e indiferente semblante que tanto me caracterizaba, una que no vio pues le daba la espalda.

 

- Sonorus...¡HALT! (alto)...- ordené a los fieles de Kraven, requiriendo un alto al fuego para apuntar con mi varita a uno de los magos más connotados de las últimas décadas. El tipo se veía acabado, a simple vista se apreciaba, pero no por ello había que subestimarlo. Elvis Gryffindor era un reconocido cazador de brujas y magos tenebrosos.

 

Muchos de los adoctrinados magos del Reichstag mágico, quedaron con evidente sumisión hacia quienes intentaron escapar o bien, sobre quienes osaron desconocer la alianza que a la fuerza, les ofrecía- sin fijarme en los franceses, pues éstos ya habían demostrado su lealtad y qué mejor que estar bajo órdenes de alguien leal a mi familia como lo era Ada- con sus varitas puestas en las sienes y gargantas de los desarmados; un comandante reuniría aquellas varitas para darlas a Kraven, él sabría qué hacer con ellas.

 

- ¡Uno de mis maestros!- comenté con ironía, observando a los que apreciaban ésta eventual y contenciosa plática- ... sí, ¡el gran Elvis Gryffindor!...- proseguí en un sarcasmo innato aunque muy paradójico pues jamás desconocería a alguien de su talla- ... un adulador de los principios de los Aurores, ¡un guerrero!... ¡El león!...- sostenía entre exclamaciones halagadoras hacia el brujo que me había enseñado, en parte, cada resquicio en mis inicios dentro del cuartel, pues él y Seba, el mítico Granger, habían sido dos pilares para mí cuando había ingresado a trabajar en el Ministerio de Magia y Hechicería británico- el mago que me acogió en mi inicios y que ahora... ¡ME ACUSA DE IR CONTRA DE MI GENTE! ¡MIS HERMANAS, MIS HERMANOS! ¡LA MAGIA! .... ¡MI CULTO!...- acusé en un abrupto cambio de voz, grave y hostil- ¿El Inquisidor? ¡¿YO?!...

 

>> ...No le temo a un juicio mágico, Gryffindor...- sopesé, observando que ninguno de los retenidos se moviese del lugar; de ser así, serían asesinados de ipso facto por la milicia de Kraven. Mis influencias eran reconocidas- ... no mientras siga convencido de que nuestro derecho de libertad no debe estar sometido a un escondite ni vista ciega hacia aquellos que no comprenden ni reconocen una fuerza superior, ¡sí!, ¡Hablo del nomaj, del muggle, de los que no son dignos de la magia!- bufé molesto mientras las necrohand que estaban ofuscadas, atentas de defenderme, cubrían cualquier desnivel ante mi ligero andar- ... Ya lo dijo Gellert alguna vez, ¡y por mucho que éste se haya equivocado en sus prácticas, siempre tuvo razón en algo!...- me adelanté, apaciguando los criterios poco críticos- ¡Nosotros no somos los hostiles!... ¿Qué vas a esperar?, dime Elvis... ¿Vas a esperar a que reconozca algo que no soy?, ¿perderás tu tiempo hasta que confiese ser contra quién deseo enfrentarme?... ¡¿mientras él y sus redentis amenazan con la extinción de nuestra sociedad?!...

 

>>Quizás muchos me culpan de haber abierto la puerta, de darnos a conocer, de hecho y en su terquedad... ¡de entregarnos en bandeja!...- reí, reí sosteniendo mi vara mágica como si fuese una extensión plena de mi cuerpo- ... ¡No he hecho más que mostrarles cuán cautivos nos tenían!, ¡amenazados de no demostrar nuestra magia!... nuestra esencia...-murmuré en un teatralizado acto de desesperanza- ... ¡Somos distintos!, la historia nos ha demostrado que sus viles actos desconocieron nuestra experiencia, ¡pudimos ser de ayuda en muchas ocasiones!, pero su ego ... el pie de su ego nos tenía en el suelo una y otra, y otra vez...¡pero ya no más!. Hoy se jactan de un héroe que no ha hecho más que amedrentarnos, ¡atentar contra nuestro pueblo!, uno que destruyó Hogwarts, que inhabilitó San Mungo, y que crea un ejército a diario ¡para aniquilarnos!.... ¿En serio me crees capaz de eso, después de profesar toda mi ferviente pasión hacia los míos?...

 

Cuestión que prácticamente no era mentira; los míos eran quienes servían fielmente el legado del mago tenebroso más grande de todos los tiempos, pero eso, Elvis ni cualquier otro, podría saberlo.

[Thoth]

Egipto | Ciudadela de la Muerte

 

Los lacayos llegaron ante la residencia de los Licaón. Estos caminaban con Uriel Luxure hasta la misma, esas puertas gigantesca se abrieron dejando ver a la distancia a un hombre de blanca vestidura, y cuyo rostro era cubierto por un velo negro en señal de la muerte de su familiar. A su lado derecho se encontraba Castiel Licaón, el cual era el tío del mismo, sosteniéndose con un bastón. Castiel comienza a bajar y recibe a Uriel. Y la voz de Azrael resuena en pasel.

 

-Dejeme a solas con Luxure.

 

Aunque ninguno le compendio, por lo que usando su vínculo[/i] se comunica con los mismos, marchando Castiel a su hogar, y era acompañado a los Lacayos. Este habitaba en una residencia alejada de la principal, y al estar a solas. El mago regresa a su habitación, acompañado del Luxure, quien al llegar a la alcoba se desploma en el suelo, esa marioneta había llegado a su fin, quizás pronto la utilizaría, pero no tenía tiempo de verse a él mismo, para así ocuparse de otros asuntos.

 

Y quitándose el velo oscuro del rostro, hace que otra marioneta camine en su dirección, este era una copia idéntica al mismo, éste ordena a su marioneta guardar la de Uriel Luxure. Aunque, antes debería crear allí, una con la apariencia del "Titiritero".

 

El Licaón baja su mirada, y una sonrisa se crea al ver cómo los seres sin magia servían a sus propósitos, aunque era una lástima que no tenía ojos para ver el final de @ o el de @ , aunque dejaría que esos dos se maten el uno al otro. Ahora, bien este se disponía a escribirle a los gobiernos franses y alemanes su apoyo contra los seres sin genes mágicos, y la firmaría con su identidad de Uriel Luxure.

 

-Cronos-

 

Elfo doméstico apareció a su lado.

 

-Dale esta carta a Castiel Licaón y que prepare todo para el funeral británico de Demian Luxure y Lord. Asdruval Licaón.

 

En eso su mente evocó algunos integrantes de la familia Luxure. Está carta sería su última mención d3 ese nombre, este pretendía alejarse incluso de la familia de Alaric, y dejar tiempo que Uriel Luxure se presente a ellos. Y así, terminar de una vez de cualquier duda sobre su muerte.

 

Aunque en esa soledad, el Licaón comenzaba a escribir la carta, donde Egipto en su gobierno mágico daba el apoyo a esos gobiernos que estaban dispuestos a luchar. Y así, como en apariencia estaban a favor, el gobierno muggle declaraba un bloqueo marítimo a Gran Bretaña, pero no sabía excepto los egipcios que hace algunos meses era un mismo gobierno.

Editado 30 de Noviembre del 2020 por Azrael Licaón

[Mael Blackfyre]

Elvis F. Gryffindor.•~

 

Suiza.~

Sede de la Asamblea de la CMI

 

Los latidos de mi corazón retumbaban cada vez más en mi pecho. A cada latido, parecía que me quedaba más sordo. Lo más cercano a cómo me sentía era como cuando a los caballos se los obligaba a solamente mirar a los costados. El peso en el pecho me oprimía cada vez más, aquella cicatriz parecía tener consciencia propia que se aferraba a mis sentimientos. Jamás me dejaba llevar por la ira pero desde aquel desastre, el cual me había cambiado la vida, parecía que me había quitado la posibilidad de retroceder, actuar de más.

 

Escuché mi nombre salir de los labios de aquel mago y me provocó más enfurecimiento. Se deleitaba de sus palabras y parecía burlarse de todo lo que me dedicaba. A los costados, el entorno parecía como querer mostrarse, pero no podía verlo detallado. Veía gente aprisionando a otras personas. Magos o brujas que no reconocía. Otros parecían estar dispuestos a disfrutar de todo eso como si fuera un show. ¿Qué objetivos tenía la asamblea? Era la segunda vez que Aaron llevaba un acto como aquellos. En el anterior, había incluso provocado la explosión de Buckingham.

 

Necesitaba llegar ante él, aferrarme a su cuello y quitarle hasta su último pensamiento. Le mostraría a la comunidad mágica el monstruo que los estaba manipulando. Pero desde aquella distancia mi legeremancia era interceptada por mucha magia. Avancé dos o tres pasos hacia adelante cuando hablaba.

 

Negué con la cabeza.

 

— Gellert Grindelwald terminó en Nurmengard no muy bien, señor Yaxley —se regocijaba del juicio con el que lo amenazaba. Claramente no iba a quedarme con los brazos cruzados—. ¿Cree que no tengo pruebas ante mis acusaciones? Usted se cree un gran poderoso, que puede manejar masas. ¡Y miente! ¡Los está llevando como ovejas, obsesionados y cegados por el poder! Y solamente piensa en usted mismo. ¿Fervor? Está equivocado. Y por la misma razón que lo instruí, también estoy seguro que su mayor logro será llevar a toda la comunidad mágica a la ruina.

 

Había nombrado a los Redentis. Un escalofrío recorrió toda mi columna. Mi herida aumentó en su dolor, si pensaba poco, ahora mi juicio se estaba nublando con una voz que me susurraba al oído. ¿O era dentro de mi mente? Necesitaba hacer lo que sea para llegar a Aaron Yaxley. Muchas personas se encargaban más de decir palabras más que de actuar. Aferré mi varita y no lo pensé no un segundo.

 

Había estado preparado para eso toda mi vida. Una vida que ahora tenía que admitir que perdía sentido segundo a segundo. Los ideales que llevaba como un escudo, me había llevado a la nada misma. Sin familia, sin amigos. Un mago herido, con demasiadas heridas de guerra. Para que un joven mago inútil con complejos elitistas, se quisieran llevar toda la gloria y quitar todos los progresos que habíamos logrado.

 

“Flechas de Fuego”

 

Una docena de filamentos salieron despedidos contra el ex ministro cuando dirigí el poder contra él, que se estaba encargando más de burlarse con palabras bonitas más que de prepararse para un enfrentamiento. ¿Tenía miedo? En absoluto. Mi varita se estiró justo delante de mi. La sostenía perpendicularmente al suelo y se alargó casi tocando al suelo hasta por dos metros de alto. Una cabeza de león brillaba en la punta de la Vara de Cristal, con algunas plumas, runas y arabescos. La apunté prácticamente contra media docena de personas que estaban intentado acercarse. ¿Qué papel desempeñaban con Aaron? Expelliarmus. Expelliarmus. Expelliarmus. Debería haber salido un rayo salía detrás de otro, en diferentes direcciones. Pero había logrado desarmarlos directamente gracias a ésa magia Uzza.

 

Me cegaba cada vez más. Como si algo me manipulara.

 

— Me encargaré de detenerte por tus crímenes, Yaxley.

 

Estaba listo para enfrentarme a quien se atreviera a interponerse en mi camino.

 

¿Estaba respirando siquiera?

 

 

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Editado 12 de Enero del 2021 por Elvis F. Gryffindor