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La Creación del Nuevo Ministerio


Sagitas E. Potter Blue
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Buckingham Palace. Con @@Matt Blackner

 

 

- Si eso lo entiendo, primo Matt, pero... ¿Por qué tuvo que prometerle a la Reina que iríamos nosotros? ¿Es que no hay un servicio muggle para estas cosas? ¡Me ponen nerviosa estas reliquias tan importantes para el mundo muggle! El Palacio es como un museo, con obras de arte por todas partes. Si rompemos algo, ¿tendremos que pagarlo nosotros? Yo hace meses que no tengo ingresos.

 

Era muy cierto que estaba nerviosa. Aquel edificio enorme era algo más que la anterior vivienda de la Familia Real de Inglaterra, también había sido la Sede del Ministerio de Magia durante el mandato de Aaron. Su rastro aún era visible en símbolos ideográficos que empezaba a odiar.

 

- Las tías estaban ocupadas antes del nombramiento. ¿Crees que se habrán enterado? Ojalá estuvieran aquí...- Estaba de acuerdo, Tampoco quería toparme con problemas.

 

Le seguí hacia la carpa en el patio de entrada del edificio. Ojeé los camastros, casi temblé por lo que significaba.

 

- ¿Crees que vamos a tener que dormir aquí mucho tiempo? Como sólo seamos nosotros dos, seguro que sí. Ahí dentro debe de haber mucho trabajo. - No quería decir lo que más me preguntaba. Conociendo al Ministro anterior, era capaz de haber dejado "algo" que no viéramos. ¿Cómo pensábamos que podía haber dejado el edificio sin rechistar? Mi percepción intuía alguna trampa por algún sitio. - ¿Crees que podrían venir aurores en nuestra ayuda?

 

Enseguida pensé en @@elvis Gryffindor. Confiaba en mi primo, siempre que él estaba en una misión, todo salía bien. Podría llamarle con un Patronus, aunque no estaba segura de usar ese medio delante de nadie, ni siquiera del primo Matt. Él estaba explicando el trabajo a hacer, así que le presté atención.

 

- Empezar por el Ala Oeste. ¿Cuál es? - La llegada de una petición ministerial me hizo sonreír. - ¿Crees que Sagis se acostumbrará a que la llamemos "Ministrosa", ya sabes, de ministro y accidentosa?

 

Me reí, aquello me hizo sentir mejor, hasta que el primo dijo que empezáramos a trabajar. Me encogí de hombros.

 

- Dale, Director. Te sigo. Espero que esté bien pagado.

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Plaza del Parlamento, Whitehall Road.

 

El sol había atravesado el horizonte hacía algunas horas atrás. Todos los transeúntes ya se encargaban de dirigirse hacia sus respectivos trabajos de oficinas por aquellas calles que rodeaban la Plaza del Parlamento. Parado como una estatua, escondido a la vista de cualquier muggle, vigilaba la zona. En mi caso, no había dejado mi trabajo desde la noche anterior. Había entrado a media docena de casas, desmayado a un mago y conseguido un poco de información, todo por aquella bolsa de tela que apretaba entre mis dedos, cerrándolos sobre ella con el mismo puño.

 

Alguien nuevo lleva las riendas entre los mortífagos. Solamente sabemos que es un mago” aquellas palabras me taladraban la cabeza. Era irónico que dentro de la Orden del Fénix hubiera sucedido lo mismo. Al parecer todo el entorno de la caída del Estatuto, el ataque del Inquisidor y todo lo que venía pasado contra los demases países, había afectado a ambos grupos por igual. No era fácil, pero trabajar para el bando jamás te permitía tomarse un descanso.

 

Demonios —murmuraba al haber llegado al reparo de la calle muggle. Había salido de allí en el momento justo.

 

En los últimos tiempos, me había manejado por cuenta propia, ya que eran pocas las personas que confiaba plenamente, incluso dentro del bando. Parecía que los intereses por el bienestar de la comunidad no eran para todos los mismos y tenía que respetarlos. Pero eso no significaba que dejara de hacer las cosas que correspondían. Y como si fuera obra de magia, un leve estallido resonó al lado mío, dejando que viera una pequeña voluta de humo que me entregaba un pergamino.

 

Lo leí. Y levanté una ceja. Me estaban convocando del Ministerio de Magia. ¿Qué demonios era? ¿Y por qué mi prima no me había llamado por su cuenta? Arrugué la carta y la tiré a la basura, manchándose con los residuos húmedos de allí dentro. Me giré sobre mis talones y desaparecí.

 

 

Ministerio de Magia.~

Reunión con Primera Ministra.

 

Llevaba puesta la capucha, escondiendo todo rastro de mi identidad. La capa se ondeaba rozando mis talones en un vaivén. Esquivé a todo mago o bruja que se me cruzara. Si alguno lo hacía, lo ignoraba claramente. Entre el Atrio, los ascensores y la oficina de Sagitas, no tardé más de diez minutos. Había movimiento dentro pero tenía que admitir que no me interesaba para nada. Era una oportunidad genial para hablar con la bruja de cabello violeta, de ahora en más Primer Ministra.

 

Créeme que esa pregunta jamás tendrá una respuesta positiva —me saqué la capucha y le dije a la bruja que estaba con sus ojos encima de un montón de papeles. Oh, papeles. El Ministerio era plenamente burocrático y si de algo me jactaba de no extrañar era de tener que llenar montones de aquellos informes para una especie de fantasma, porque estaba claro que nadie jamás en la vida, los leía. Muchos menos alguien como un Primer Ministro—. Hola, Perenela, que agradable verte. He venido a ver a tu madre ahora mismo.

 

Sentía magia allí dentro. Algo incómodo quizás. Me llevé una mano al pecho, intentando aliviar el dolor que me provocaba aquella herida en el pecho. Llevaba ropa completamente negra: capa, camisa, pantalón y zapatos. Salvo por el broche de oro con forma de cabeza de león. Y mi cabello que se volvía cada vez más canoso con unos destellos dorados. Al igual que mi barba, que ya pasaba los tres dedos de largo.

 

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Lunita Gryffindor Delacour- Empleada del Departamento Auror de Gran Bretaña.

 

Abrí mis ojos azules claros y casi tuve que reprimir una carcajada, ¿protección personal? el titulo me gustaba bastante aunque nunca se me hubiera ocurrido atribuírmelo a mí justamente que era demasiado patosa para mi propio bien, aunque dicho sea de paso solo asentí a sus palabras aún medio confundida sobre que significaba eso, como sea me encogí de hombros porque estaba feliz de verla y ella igual así que sabía que tendríamos una amena charla, uno de tantas que ambas brujas siempre tenían cuando se encontraban, porque además de ser compañeras de bando, también eran amigas y compañeras en todo lo que allí pasaba.

 

- Muchísimo gusto soy Lunita Gryffindor, la guardaespaldas oficial de Sagitas, lamento interrumpir así pero era menester encontrarla, ocurrió algo que merece su plena atención así que con su permiso me la llevo - Dije con un tono protocolar y para nada habitual en la Gryffindor -

 

Llevaba los papeles que tenía que darle bien sujetos mientras la escuchaba hablar fruncí el entrecejo al escuchar que querían que ella vendiera a Mackenzi, la bruja era amiga de ella y compañera de bando, intente no reírme con eso de mamometros, pero me reí a carcajadas, hasta que pude calmarme y serenarme, asentí ante la idea que Nathan la ayude y volví asentir cuando dijo que quizás Niko podría ayudarla, era cierto que necesitaba mucha ayuda e igual su "guardia real" podría estar allí por si me necesitaba, además de darle otra perspectiva de lo que pasaba en esos momentos en la comunidad mágica.

 

- Cualquiera que te conoce sabe que jamás venderías ni a un perrito de la calle si te lo pidieran, ¿Cómo osan pedirte algo tan vil y cruel? vender a alguien es lo peor que puede hacer un ser humano, sea de la idiologia que sea es algo aberrante, ¿son algo torpes o me lo parece a mí? creo que mamertos le queda corto, estoy segura que Niko podrá ayudarte, enserio que defasachez, me alegra haber llegado a tiempo de salvarte de la burocracia horrible que existe por aquí - Le dije en un susurro para que solo ella lo escuchará -

 

Admiré la carpa de circo asombrada, era lo más genial que había visto en mi vida y mirar los papeles allí me parecía la cosa más linda del mundo, así que me apresuré a entrar sintiéndome del todo como en casa y feliz, eran solo papeles que necesitaban su firma, misiones que había concluido y llevado a cabo, misiones que estaban por hacerse, entre ellas, la de Abbadon y otra en Grimauld Place, sin contar todas las que estaba por haber con todo el ajetreo en el ministerio, me alegré que fuera ella que tuviera que admitir todas estas cosas, eran simples readadas, que de readadas no tenían nada, eran reuniones en realidad, pero no podía decirle que de que eran, aunque ella estuviera allí, tenía miedo que alguien escuchará de que iba todo aquello, por eso el papel ponía claro de que era cada cosa, ella solo tenía que leer y nada más, me dije que venia a verla fue lo mejor que se me ocurrió en el mundo y que me alegraba tomar un café en compañía de mi amiga querida y adoré haberla salvado de aquella turba de gente extraña con temas que la bruja no comprendía del todo aún.

 

- ¿Soy yo o ese que esta hablando es papa Elvis?, dime que no me equivoqué y que acaba de decirle hola a alguien, que genial reunió de Gryffindor, aunque no sea una reunión social, siempre es bueno verlo, Sagis - Le dije entusiasmada, porque de veras que me parecía haber escuchado su voz y si no era por su voz, su esencia de magia era ineludible, cualquiera que lo conociera bien, sabía que era él -

 

Me pregunté que nos traía a ambos allí, aunque me dije que quizás habíamos venido a lo mismo, igualmente siempre era grato verlo, aunque no sabía quien lo acompañaba y no lo había visto aún, estaba feliz de decir que los papeles burocráticos me habían llevado a ver a Sagis y a papá en el mismo día, me pregunté si Sagitas sabría que lo encontraría allí, porque para mí fue toda una linda sorpresa, suspiré concentrándome en los papeles que mi amiga tenía que firmar, aunque no podía dejar de estar feliz, encontrarme con mi amiga y con papá siempre era algo genial y lindo por demás, era como tener a la familia reunida una vez más, porque la bruja consideraba a Sagitas también de su familia, aunque nunca necesito decírselo, sabía que el sentimiento de amistad era mutuo y que la pelivioleta la quería casi tanto como la vampiresa a ella.

 

 

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Sonrei al ver a Perenela saliendo de lo que parecia la oficina de Sagitas. Verla asi de repuesta fue un alivio para mi corazon, y claro esa energia que desplegaba era magnifica, sin dudas seria de gran ayuda para la suegri. Accedi a tomar asiento en su buro, pues era evidente que al menos por ahora seria el ¨colado despues del desayuno¨...algo mas de lo que podia esperar y mas viendo que ya desde bien temprano entraba a la luz toda la politica que por un tiempo estuvo ausente de los despachos de Aaron. Respire al ver como Perenela recibia a los visitantes pasandolos a la Sala de Reuniones y tomendo una hoja me puse a hacer algun que otro origami.

 

Sin perder la concentracion pude ver que Perenela salio enojada, pobre de que le halla causado ese estado dentro de la Sala porque Perenela habia heredado las malas pulgas de su madre. Sonrei al verla con el anuncio que dejo en la puerta y segui en mi asunto...los origamis. Y paso el tiempo y paso un aguila por el mar...cuando vi salir de la Reunion a Sagitas con una mueca no muy placentera y gruñendo. Y claro darle un buen tiro a la puerta para abrirla y despotrincar en sus adentros de tal forma que la oia claramente afuera, dejaba en claro que no salia muy contenta. Si, al parecer habiamos regresado a los viejos tiempo, solo que esta vez con mas responsabilidad. Asi pues haciendo uso de las habilidades accidentosas me acerque a la oficina.

 

-Deberias mantener un poco la calma suegri...tus exaltaciones se oian en el pasillo- me recoste a la puerta.- No es por ser desconfiado, pero espero que hayas hecho estudiar la oficina y todo material que te llegue, o al menos usar el anillo ese que te dan cuando cursas uno de los libros magicos....ahora estas en una posicion de poder..y de seguro mas de un oido estaria encantado de escucharte....o un cuadro. -Sin mas mire sin repara alguno de los cuadros ahi presentes. No sabia cual era el sistema del mi mismo, ni sus lealtades. Y eso si, active el Anillo de Salvaguarda contra oidos indiscretos, activado solo para el personal presente en esa habitacion.

 

Me picaba la curiosidad por saber que habia exaltado tanto a Sagitas. Al menos los detalles porque bien alto habia enunciado Sagitas lo que pedian. Juzgar a Mack y Crazy???. Con tantos problemas ahora mismo entrar en esas nimiedades???. Claro, siempre se podia usar un buen truco para dilatar el proceso tanto como se quisiera, sino para que servia la burocracia.

 

-Entiendo que Mack y Crazy sean figuras de renombre pero tendras que manejar esto politicamente, a fin de cuentas no todo el que te agrade puede tener inmunidad- dije mientras le guiñaba el ojo a Perenela. eso era un arma de doble filo..pues yo podria estan en esa categoria. -Deja que los servicios legales de Ministerio estudien las pruebas que acompañen la acusacion.....para ver si es tiene base. Para asi despues llevar el asunto a la Confederacion Internacional de Magos...en busca de conciliacion y un juicio imparcial..si se da. Claro creo que ahi Mack es la jefa..asi que se tendria que hacer una mocion de censura...porque tendria inmunidad..y para el juicio haria falta retirarsela -Sonrei. Digamos que asi demuestras tu buena fe.....y.....si los plazos legales se estiran la maximo....probablemente no seras Ministra cuando acabe todo..y muy probable se desestime el caso. Ahhh que hermosa a veces resulta la burocracia.

 

En serio tal vez debi hacerle caso a Cissy cuando me dijo que podria tener futuro como abogado magico. Pero mi asunto en el local era otro. Y podria haber en un instante pedido la atencion de la Ministra, pero llego Elvis. Que coincidencia...De seguro una vez mas seria postergado...supongo terminaria el saltamontes de origami que estaba haciendo.

 

@@@@Sagitas Potter Blue@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue Arya Grindelwald Potter Blue.

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Deje que mi madre me quitara la carta de Nathan de las manos, hice una mueca, yo quería darle esa noticia un poco mas suavemente y no del golpe que tendría al leerla por si misma. Enarque la ceja ante la muchacha parlanchina (@) que venia con mi madre, ¿Cómo podía respirar esa mujer? ¡Hablaba como 700 palabras por minuto! Pero mi madre la conocía y la hizo pasar de una vez a la oficina, Sean por su parte se recostó en la jamba y yo suspiré:

 

-Es cierto, hay que tener cuidado con todo lo que se diga, podemos tener oídos indiscretos en este lugar... - miré fijamente a los presente - menos mal que la carpa de circo es casi otro mundo y esta protegido con todos los hechizos de protección disponibles, no se puede ver, oír, fisgonear nada que no haya sido invitado. Así que creo que voy a tener que poner una sala de reuniones allá. - Le di un beso en la mejilla a mi esposo y salí un momento de la oficina para checar la sala de conferencias, miré el desorden y el papeleo y vi a los elfos recogiéndolo todo. Señale a uno:

 

-¿Puedes por favor archivar ese documento en Pendientes Ministeriales? - No había logrado aprenderme los nombres de los elfos con los que trabajaba y servían de ayuda, pero siempre un trato digno era mejor, y el elfo se ocuparía de llevar el documento al archivo ministerial donde nadie pudiera sacarlo. Era de esas cosas que siempre decían que estaban en tramite en las oficinas ministeriales y nunca tenían una resolución. Así que mejor darle un buen uso a ese apartado, el otro elfo que nos ayudaba se acercó corriendo a mi y me dio un periodico del día, leí el enunciado que me mostraba:

 

-¡Demonios! ¿Este dia no puede tener mas problemas? - le di las gracias y me encaminé hacia la oficina de mi madre, donde todo el mundo hablaba casi a la vez, entré con el periodico en la mano y el elfo que me trajo el periodico entró con una bandeja grande de jugos y cafés y dulces, aproveché para acomodar sillas para todos me encontré frente a frente con @, le sonreí:

 

-Primo siempre es un placer verte - le di un beso en la mejilla y me hice a un lado para que pasara por la puerta, le seguí dentro de la oficina y mire a mi madre:

 

-Ha llegado Elvis, y se que no es el momento mas oportuno pero ha pasado algo importante -le dije tendiendole el periodico y mostrandole el Enunciado "Crisis en Gringotts" - Hay que solventar esta situacion en Gringotts lo mas urgentemente posible y se que te gustaría tener esta conversación mientras entrenas para tener la cabeza algo despejada asi que ¿Por qué no van todos a la carpa del circo? Así mi madre se quita las preocupaciones con algo de ejercicio y puede consultarles a todos lo que necesitan - miré a mi marido @@Sean -Ojo Loco- Linmer, me acerque a el y le di un mordisquito en la oreja mientras le decía:

 

-Si vienes a darle un reporte habla con ella, aconséjala, si vienes a pedirle dinero o a cobrarle algo no lo hagas, pásamelo a mi y yo lo pondré dentro de los gastos ministeriales. - le succioné el lóbulo y le di un beso en la nuca - ¡Pórtate bien!

Editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

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En el interior de aquella carpa, todo era tranquilidad. ¡La primera vez desde que había entrado en el Ministerio! Además, las palabras de Luna me habían animado mucho. ¡Creía en mí, confiaba en mí!

 

-- ¡Pues claro que no vendería a un perrito de la calle! Lo llevaría a casa, le daría de comer, lo asearía aunque creo que eso no le gustaría mucho, y le dejaría quedarse en la mansión, si quisiera. Nunca le haría daño a una criatura. ¿Qué clase de Magizoóloga sería si hiciera daño a una criaturita de la Diosa Madre?

 

Ahora me daba cuenta, era más conocida como la payasa del pueblo de Ottery antes que por mi labor con las criaturas mágicas. Creo que me entró un segundo de depresión pero no me dejo ganar mucho tiempo por las adversidades, así que volví a sonreír enseguida a Luna.

 

-- Claro que no traicionaré a Mackenzie. Ya lo solucionaré de alguna manera. -- Una voz conocida, la de Sean, parecía darme consejos sobre lo que debía hacer. -- No problemo, Perenela ha guardado por error la petición de juicio en la bandeja de "Pendientes de Archivo". Seguro que el Viejo Toloveus disfrutará con su lectura por allá abajo, en los archivos. No me gusta demostrar buena fe a consta de los amigos. Lo siento, si pretendéis que sea política, lo seré, pero no voy a crear buena imagen a costa de la gente en la que confío. Y en Mackenzie confiaría hasta la vida. Su ayuda siempre ha sido muy importante para mí.

 

Con eso esperaba dejar zanjado el tema. Si había llegado a Ministra no era como diplomática sino porque la gente había votado por mí, sí, por mí, por una payasa. Por mucho que me doliera eso. Una lleva toda una vida tratando con criaturas mágicas para que sólo la recuerden por las pinturas de la cara. Después, me arrepentí un poquito haber sido tan dura con Sean.

 

-- Gracias por lo del Anillo, no me acordaba de eso. Creo que tengo la cabeza muy aturdida aún por estos días tan movidos. Pensé que el despacho de Crazy era seguro... ¿No es así?

 

Yo siempre había pensado que mi casa era segura y le había atribuido lo mismo a aquel despacho en el que tendría que estar, durante un año, más tiempo que en mi casa. Mientras miraba alrededor de la habitación (¿ya había dicho que aquel despacho era enorme?), Luna se excitó al sentir la voz de Elvis. Me olvidé de todo, por supuesto. La presencia de Elvis significaba mucho para mí. Así que me lancé en sus brazos, antes aún que su propia hija.

 

-- ¡¡Elvis!! ¡La Diosa es benevolente al traerte a mi lado! No sabes lo que te necesito. -- El abrazo duró poco porque me puse a reír. -- ¡Rascas! ¿Desde cuándo tienes barba, primo?

 

Le cogí de las manos para enfatizar mi petición.

 

-- Te necesito mucho, mucho, muchoooo en mi equipo. No cuento con muchos aurores y ya sé que tú estás jubilado pero no hay nadie con tanta experiencia como tú en ese puesto y Luna -- la señalé para que la viera allá, rodeada de mil papeles que mi Vuela pluma iba firmando por mí, para que se diera cuenta de lo atareada que estaba -- no da abasto con todo. Creo que sólo está ella del antiguo Cuartel. Al menos, es la única que todavía se ha presentado. Sois Gryffindor, leales hasta el final. Confío muchísimo en vosotros. Te pido que me ayudes, aunque sea sólo para entrenar a los nuevos que lleguen, si es que llegan...

 

Por supuesto, no quería presionarle, bien merecido tenía su descanso después de tantos años de trabajo para el Ministerio.

 

-- Vamos dentro, por supuesto, estaremos más cómodos. Este despacho es enorme y ahora Sean me ha dado algo de miedo. Espero que no haya escuchas. ¿Quién querría escucharme?

 

Llevaba el periódico que Perenela me había dado con tanto dramatismo. Casi que era mejor no mirarlo, dejarlo para otro día. No me creía capaz de soportar otra noticia desastrosa. Sin embargo, no me hice caso y lo leí. Me senté en el suelo de arena de golpe, mirando la portada del diario.

 

-- ¡Miér...coles...! ¿Por qué han hecho ésto los Duendes? ¿Pero en qué estaban pensando para decir eso? -- Fruncí el ceño al ver escrito el nombre de Nathan Weasley. Le di un golpe con la palma de la mano al periódico. -- ¿Veis ésto? Es inconcebible. ¡¡Perenelaaaa!! Un grupo de Inquisidores que vaya inmediatamente al Banco de Gringotts y les impida el cierre. A mí no me van a montar un corralito, leñes.

 

Me levanté y paseé varios pasos en una dirección y después en otra, rumiando una respuesta.

 

-- "Tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias" .Toma nota de un Decreto-Ley... -- La Vuela pluma se puso a escribir sobre un pergamino, con letra florida hasta que le gruñí: -- Un nuevo Decreto-Ley que advierta a la entidad finaciera sobre la prohibición de hacer cambios en sus deberes y obligaciones para con los deberes ministeriales: toda actividad de pagos de sueldos, trámites ministeriales y otras actividades relacionadas con trámites gubernamentales no podrán ser cesados sin justificación previa. Crearemos una mesa de diálogo entre los Duendes de Gringotts y este Ministerio para entablar un contacto y parlamentar sobre sus peticiones.

 

A mí nadie me venía con chantajes. Si no lo iba a consentir con los países africanos contra los Malfoy, tampoco lo iba a consentir con los Duendes con algo tan sagrado como los sueldos de los funcionarios.

 

-- Perenela, envíalo cuanto antes a Gringotts y ponles una nota de que espero su respuesta. Y busca a Lucrezia ¡ya! ¡Ay, Elvis, en serio...! Prefiero mil veces vérmelas con un nido de acromántulas que con todos estos problemas burocráticos del Ministerio.

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Tome un trozo de pergamino y empecé a escribir lo que mi madre me decía, hice la nota para los inquisidores y lo hice volar con las órdenes de impedir que se cerrará gringotts. Vi volar las notas interdepartamentales y me volví a tiempo para tomar el Decreto de ley antes de que empezará a golpearme en la cabeza, lo sellé con el sello Ministerial, salí de la oficina y mire a uno de los elfos que nos ayudaba:

 

-Lo siento, nunca pregunté tu nombre. -le sonreí mientras me ponía a su altura con el rollo en la mano

 

-Skinny, Ama. - le sonreí y acaricie el rostro delgado del elfo doméstico:

 

-esta bien Skinny yo soy Perenela, es un placer conocerte. Quisiera pedirte un favor expreso de suma importancia, necesito que le lleves esto a Don Higinio. Es el mejor asesor legal y sabrá que hacer con este documento. Debes entregárselo solo a él ¿Entendido?

 

El elfo me sonrió y le entregué el documento, y volví a la oficina de mi madre:

 

-esta listo, fue enviado a Don Higinio. -me senté en uno de los sillones y dejé caer la cabeza- el día acaba de empezar y ya tuvimos que lidiar con una comisión de patanes, el casi cierre de gringotts, ahora solo falta que nos caiga el cielo encima... ¡Y ni siquiera es hora de almuerzo!

 

Tome otro trozo de pergamino y escribí una nota rápida para @@Lucrezia Di Medici.

 

Estimada señorita Di Medici.

 

Se solicita su presencia de modo urgente en el despacho de la Ministra.

 

Mandé a volar la última nota y volví a dejarme caer en el sillon... Necesitaba un masaje

Editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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Palacio de Buckingham. con @@Xell Vladimir Potter Black

 

Me encogí de hombros ante la pregunta de Xell. Entendía su apuro, ya que esa misma pregunta se la había hecho a Sagitas un par de noches atrás. Éramos pocos...demasiado pocos. Sabía que en general el ministerio ahora mismo estaba en cuadro, casi cogido con pinzas. Había llegado a ofrecerme para trabajar como auror, alternándolo con mis obligaciones como accidentoso hasta que el departamento funcionara de nuevo.

 

- Sabes qeu no. Si el ex-ministro dejó algo atrás, los muggles no van a poder hacer nada. Los estaríamos poniendo en peligro, y ahora lo más importante es sanear nuestras relaciones, no alterar más el ambiente. - respondí, echándome a reir. - No...no tendremos que pagar nada, tranquila. Casi ni saben que ha quedado ahí dentro...

 

Suspiré, pasándome la mano por la barbilla. Raspaba, pero había priorizado el trabajo sobre la imagen personal. Sonreí con resignación a la rubia, con un suspiro.

- Espero que no. Estamos solos, pero intentaré que que podamos pasar alguna noche en casa. De momento...a menos qeu las tías aparezcan, vamos a tener que apañarnos. Sagitas está tratando de sacar efectivos de donde puede para que al menos pueda arrancar su mandato.

 

La propuesta para el nuevo apelativo de Sagitas me arrancó una carcajada. Estaba seguro de que le gustaría mucho más que un serio "ministra".

- Bien...haremos desaparecer todas las pintadas y símbolos. Reparaciones básicas para reconstruir la estructura. Hechizos para encontrar maldiciones y elementos ocultos. Siempre juntos. Y mucho cuidado prima, por favor.

 

No quería terminar con Xell herida o en peligro.

"Ropa negra para una reconstrucción...genial. Con un poco de suerte acabaré blanco por el polvo pensé, mientras alzaba la varita y comenzaba a pronunciar hechizos de detección

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Ministerio de Magia.~
Reunión con Primera Ministra.


Fue agradable recibir el saludo de Perenela. Aunque al parecer el Ministerio de Magia actual (o lo que quedaba de ello) no estaba en su mejor momento. El ex Ministro de Magia había hecho desastres con todo y realmente no se encontraba la estructura apta como lo había estado en sus mejores tiempos. No sé porqué pero presentía que tendría demasiado trabajo y que ya era tarde para poder irme.

Levanté al cejas al ver a Sean a modo de saludo. Pero no le di demasiada importancia porque no tenía mucho tiempo para sociabilizar.

— Muchas gracias, Perenela.

Le respondí a la muchacha que de alguna manera, me estaba llevando a donde se encontraba mi prima, ahora Primera Ministra. Pude notar que cerca ya se encontraba mi hija Lunática, pero antes que nada, un cabello violeta se acercó tan de golpe que solamente pude sonreír ante su carcajada y palmear su espalda para contenerla. Estaba totalmente desbordada y al parecer caía en buen momento (para ella)

¿Cuánto tiempo ha pasado, Sagitas? ¿O debo llamarte Primera Ministra? —comenté intentando desviar la conversación de lo que la payasa se había dado cuenta de mi barba. Seguramente el problema no era ese, sino que aquel mal estado se estaba acelerando cada vez más, y más aún cuando me desprotegía por unos momentos. Llevé mi mano a la barba y sonreí. Luego a mi pecho. De ésa zona si que tendría que pasar desapercibido. Nadie aún se había dado cuenta—. Hija, que agradable verte. Ya veo porqué nos han citado —comenté con una sonrisa guiñándole un ojo.

Giré la cabeza rápidamente. Había escuchado entre lo que comentaba la palabra “escuchas” y “oídos indiscretos”. Negué con la cabeza. Era una suerte que no hubiera dicho nada importante, por un segundo había creído que había revisado el celular. Mientras Sagitas me ponían al dia de la situación y escuchaba lo de Gringotts, moví un par de veces mi varita, alejándome de aquel grupo que se había armado. Murmuré unas palabras.

Hebras de hilo plateados, como si fueran babosas fantasmales, se esparcieron por el lugar. Algunas se arrastraban lentamente y se perdían entre las esquinas. Pero otras se movían tan frenéticamente como si las estuvieran electrocutando. Especialmente una que se había posado sobre un papel y se había disipado encima de éste. Brillando primero de un intenso tan azul que iluminó todo por un segundo y luego desapareció. Me acerqué rápidamente y tomé el papel. Parecía una nota oficial, una orden:

— Sagitas…

Comente, lamentando interrumpirla. Sonriendo ante su comentario de las acromántulas. Estaba seguro que no las querría allí mismo.

Entiendo tu situación. Pero primero debes crear tu lugar seguro con tu círculo de confianza cerrado. Principalmente eso —le comenté, levantando aquel pergamino. No lo leí porque era de Sagitas, pero ante los dos segundos que posó su mirada, lo incendié y éste se disolvió entre cenizas—. Te estaban vigilando, tenía de ésa magia Uzza que ya tu sabes —le dije. Miré alrededor. El resto parecía tranquilo.

Suspiré. Y tomé aire. Guardé mi varita y volví a tomar aire, dándole la espalda por unos segundos a mi prima. Tenía algunas desventajas, si. Pero otras eran fuertes, como estar al tanto de cómo proseguirían con el mal funcionamiento de Aaron como Ministro y de Inquisidor y todo lo que debíamos hacer contra él.

Te ayudaré. Pero no puedo ser menos que Director del Departamento de Seguridad Mágica. Quiero mi oficina cerca de la tuya y que mi hija Lunática sea la Jefa de la oficina de Aurores. Ella es la indicada, ya lo ha demostrado —largué todo el aire que había contenido. Tenía algunas ideas más pero de momento no podía lanzárselas todas a Sagitas. La miré por unos segundos antes de proseguir, sabiendo que aceptaría porque era lo que ella estaba pidiendo—. Y eso te costará unos cuantos galleones, prima. Los negocios no deben mesclarse con la familia —sonreí ante eso. Luego me volví serio porque si ella aceptaba, teníamos mucho por hacer.

Debes resolver lo de Gringotts. Debes cerrar las fronteras por unos días. Debes investigar a Aaron Yaxley y pedir la cabeza de Inquisidor. No te olvides del Estatuto del Secreto, por todos los dioses —eran demasiadas cosas, pero la tranquilicé—. Claramente que te daré una mano con lo que necesites, tú solo dime y yo lo hago.


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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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La llegada de @ supuso la alegria de todos aunque no me callera especialmente bien. Pero que se le iba a hacer a veces habia que tolerar a ciertas personas por ser familia, yo era la prueba viviente de eso. En cuanto a mis dichos, base de la sabiduria de la experiencia en negocios ilicitos, pues al parecer fueron algo subvalorados por la Ministra que al parecer aun no caia en la importancia del cargo que ocupaba. Porque sin dudas yo estaria interesado en escucharla...y mas si hablaba de alguna redada o asunto que se relacionase con mis negocios, y si ese era yo como no lo harian Mortifagos o Fenixianos???. Alla ella, a veces la enseñanza viede de porrazo en porrazo...al menos entendio la utilidad del anillo. Que uno no cursaba esos cursos para guardar el libro y los artilugios asociados en una estanteria.

 

Eso por una parte, por la otra la respuesta fue tajante. Nada de mandar a Mack a juicio...aunque no creo que se pudiera. Mas bien parecia una peticion imposible...y para esas lo mejor era la burocracia..hacer y no hacer. Eso si no conocia al tal Toloveus. Por lo pronto regresaria a mi origami...o eso me hubiese gustado si no hubiese salido el aunto de Gringotts y otras cosas. Ahora si era todo oidos.

 

Primero...al parecer la precencia de Elvis no seria tan mala despues de todo. Me aguante las ganas de decirle a Sagitas el clasico..."te lo dije" cuando Elvis descubrio que la estaba espiando atraves de un pergamino...si...ese de los representantes africanos. Esperaba que asi comenzace a entender. Y ya me caia mejor el mago cuando propuso lo de circulo cercano. Si lograba caer asi, podria tener acceso a suficiente informacion para tomarle la delantera a los competidores...y trabajar por el bien comun..mio. Claro tambien tenbia el inconveniente que podrian acusarnos de comenzar un clan familiar en el Ministerio...pero que les den...a fin de cuentas si uno se fijaba en los arboles genealogicos casi todos en Ottery eran familia.

 

Segundos..si el tema de Gringotts. Y la buena noticia de que parecia que Sagitas comenzaba a despertar y pasar de ser dueña de circo...a Primera Ministra. Si, sin dudas le tocaria tomar alguna que otra decicion dificil...romper algun que otro huevo...pero guiada correctamente podria quedarle bien la tortilla.

 

-Aunque no me lo preguntes, te diria que lo del Inquisidor y el Banco Magico tiene prioridad. -y heme aqui metiendo la cuchareta y dandome galones que no tenia medite un momento mirando a Sagitas y teniendo en mente las ultimas palabras de Elvis. -En cuanto a los de Aaron, no concuerdo con el nuevo Director de Seguridad Magica. En estas situaciones de crisis una forma de no exacerbar mas los animos es ver cierta continuidad en el poder. No es que comulges con sus ideas...pero tampoco que lo primero que hagas sea ir por su cabeza a fin de cuentas cuenta con un numero importante de partidarios. Dividirnos ahora nos hace debiles...y como ya dije..hay que enfocarse en el Inquisidor.

 

Si no me gustaba dorarle la pildora a nadie, y sabia hacer valer mis criterios. Claro seguia siendo un don nadie sin importancia alguna. Pero a veces escuchar a quien no tiene nada que perder o ganar en un asunto puede que diese nuevas perspectivas a un asunto. Y que conste que si fuera por mi mataria personalmente a Aaron. Pero en ocasiones uno tenia que dejar a un lado su egoismo. De hecho ahora mismo se me acababa de ocurrir una supermagatremenda idea. Mire a @@Perenela Arya Grindewald Potter Blue.

 

-Despues tengo que verte para un asunto. -la convenceria???

 

@@Sagitas Potter Blue@

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