La Creación del Nuevo Ministerio

[Anthony R. Dracony M.]

Era ya entrada la tarde que deja ver el color plata frío de estos días de otoño. Mi traje azul turquesa oscuro gothic victorian Steampunk con la camisa blanca y los adornos en oro y plata, hacen buen contraste, me agrada mucho estos nuevos trajes, que suelo usar más al fungir como embajador en el palacio Holyrood (Ubicado en Edimburgo, la capital de Escocia) o en cualquier otro país al representar Escocia cabalmente.

 

Era necesario presentarme en el Ministerio Mágico, me parece que es un punto a mi favor, que Sagitas es la nueva Ministro Inglés, así no tendría problemas para hablar con ella sobre las propuestas de @Karma Ashriver R. Delacour con respecto a las relaciones de comercio con Inglaterra. Ya dejaría a la reina, tocar el tema de la Separación de Escocia de los asuntos Ingleses.

 

El lugar se ve en plenas reparaciones que no terminan de ejecutarse, dando un aire de caos que comienza a ponerme un tanto ansioso, igual me adentro por aquellos pasillos y sigo las indicaciones de los pocos empleados que existen en el lugar. Por esas indicaciones, llego a una sala de recepción, donde me parece que muy atenta organiza perfectamente esa joven bruja que conozco de la familia Potter Blue Perenela...@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue su elegancia de movimientos como su actitud centrada y formal hace que me incline para saludarla con propiedad, aunque hace tiempo que nos conocemos y el pasado nos une en cierta manera que solo siento que me encuentro en un sitio de mi entera confianza.

 

--Muy buenas tardes. ¿Hay que registrarse en algún libro de visitas?-- Pregunte para que la bruja me explicará como debía proceder en este caso en particular, esbozando una leve sonrisa amable a la prima. --Ryvak Dracony a sus pies Perenela Grindewald

[Sagitas E. Potter Blue]

La respuesta de Sean no me llegó a convencer, pero su opinión no era importante puesto que no ocupaba ningún cargo en el Ministerio. Fruncí el ceño cuando sentí que seguía defendiendo a Aaron y una cicatriz oscura pareció encenderse en mi mente, allá donde había guardado el recuerdo de Harpo herido.

 

-- ¿Quieres decir que la Comunidad Mágica se dividirá más aún si yo no me uno a él para luchar contra el Inquisidor? Quiero que sepas que eso no funcionaría. Y más cuando fue la actitud de ese politicucho quien ha provocado su existencia.

 

Me sorprendió que Luna defendiera el punto de vista de mi yerno ante la posición de Aaron, ver primero otros problemas y dejar el del ex-ministro para más adelante. También me sorprendió cuando Elvis dijo que yo me había convertido en "la mayor figura política dentro de la comunidad mágica inglesa". Me guardé un "¿Lo cuálo?" porque, en el fondo, aún no acababa de ver la firmeza y severidad de lo ocurrido en aquellas elecciones y aún no me creía preparada para asumir la relevancia de aquella figura.

 

-- ¿Reforzar mi seguridad? Pero si no tengo. Es decir, te tengo a ti... -- le miré con ojitos de... "¿necesito a alguien más? Me gusta mucho moverme a solar por las calles de Ottery", aunque no lo dije porque seguro que mi primo me ataba a una silla ante la posibilidad de que me escapara. Así que le presté atención. -- De acuerdo, fronteras cerradas, manteniendo a Aaron dentro y afuera lo que pueda entrar, apúntalo, Perenela...

 

Solté un leve suspiro. Era mucho trabajo aquello, ¿cómo era posible que hubiera llegado a este puesto de tanta responsabilidad? El pensamiento de que no me lo merecía desapareció cuando volví a centrar la mirada en los presentes y floreció de forma instantánea mi máscara de sonrisa. No me iba a derrumbar delante de nadie.

 

-- Bien, Elvis, toda mi confianza depositada en tus decisiones. Haz lo que dices y busca la ayuda que necesites para que se cumplan. La Ley del Secreto será instaurada de nuevo, al menos en nuestros territorios, y defenderé eso ante la Comunidad Internacional.

 

Garabeteé eso en mi agenda, con mi propia mano, junto con el de la creación de la Comisión de Representantes Intercomunitarios, la idea de ver de nuevo al Padre Andrew me atraía mucho, aunque seguramente Elvis no me dejaría ir a mí personalmente. Gruñí peligrosamente a mi yerno.

 

-- Basta, Sean. Está decidido, se hará lo que ha dicho Elvis. No me hagas que te recuerde que ni sé porqué estás dentro de una reunión del Ministerio sin ser miembro. Recuerda que... -- titubeé, aunque yo conociera su contactos con ese Simposio de Ladrones y alguna vez me hubiera favorecido de ello, no era algo que podía decir libremente delante del Director de Seguridad Mágica. -- Que no tienes trabajo reconocido.

 

Luna comentó algo de un sondeo a la población sobre el cierre de fronteras. Fruncí el morro. ¿Sería efectivo o sería echar leña al fuego para promover revueltas. Miré a Elvis y esperé que él dijera su opinión. Yo, en el fondo, no entendía mucho de política. Sí entendía, sin embargo, que Perenela había hablado de la Tesorería del Ministerio y había ofrecido aquel dinero que yo sabía que guardaba pero que había ignorado toda mi vida, incluso cuando, hacía diez años, me había visto en la ruina y había tenido que sobrevivir con el trabajo del día a día. Enarqué la ceja y la miré fijamente, sin contestarla. ¿Sería orgullosa diciéndole que ni loca tocaba ese dinero de los Malfoy? Me guardé la contestación. Sentía pasos en el exterior y alguien hablaba en el exterior. Perenela se fue y, mientras duró la puerta abierta, sentí que hablaba con un tal Sr. Weasley.

 

Cuando volvió, nos informó que Nathan estaba allá y que también había venido Arya. Me pasé las manos por el pelo. Se me acumulaban las reuniones y ya hacía rato que me dolía la cabeza.

 

-- No, Elvis. Tienes tanto trabajo acumulado como yo, así que yo los recibo. Haz lo que creas conveniente, primo. Tienes todo mi apoyo en lo que necesites, Perenela redactará todos los documentos que necesites y los firmaré al instante.

 

Todos empezaron a desfilar hacia la salida y grité un poco, creo que con miedo a quedarme sola en aquel gran despacho. Miré la tienda-carpa que había en una esquina y me pregunté cuánto tardaría en meterme dentro a refugiarme.

 

-- Decirle a @ o a @@Arya Macnair que entren, quien quiera el primero. Tengo que hablar con los dos así que el otro tendrá que esperar.

 

¿Me acababan de decir que también habría una reunión con San Mungo? ¡Pero bueno! ¿Cuándo se descansaba en aquel lugar? ¡Qué estress!

[Arya Macnair]

Seguí a Elvis sin objetar, después de todo esperaba ese momento desde hacía algunos minutos. No me molesté en mirar de soslayo a Nathan, si él también era bienvenido —que al parecer sí lo era— caminaría junto a nosotros hasta la nueva oficina de Sagitas. Más allá de las escaleras todo dejaba la completa paz y pulcritud de la entrada y sala principal, hasta el último de los rincones estaba sumido en caos. Tuve que mirar dos veces por donde pisaba para no caer e incluso haciendo eso en una oportunidad me aferré a Gryffindor tras trastabillar ¿Qué había chocado contra mi rodilla, eso era un elfo doméstico? el pobre parecía preso de un ataque de nervios.

 

—Vaya, creo que Sagitas necesita más manos de las que podamos ofrecerle por el momento— Dije en voz alta cruzando la puerta.

 

Ella aun no se presentaba pero automáticamente el Jefe de Seguridad Mágica respondió mi primer pregunta que encajaba perfectamente con lo que acababa de decir. Desabotoné mi abrigo y asentí dejándolo reposar sobre una silla, me aparté de la puerta de entrada, tanto de Weasley como de Gryffindor y les sonreí a los dos. Irónicamente me sentía un pequeño ratón pero muy dentro mío sabía que más que roedor, en mis entrañas descansada una peligrosa serpiente.

 

Cómica comparación.

 

Por una nueva puerta, hacia el otro extremo de la sala, apareció la Ministro de Magia. Por un instante me compadecí por el interminable trabajo que al parecer Aaron le hubo dejado. Una puntada en el costado me recordó de qué lado estaba, pero aun así no podía negar que cambiar la ubicación del Ministerio había sido una de las tantas ideas con las cuales no estuve de acuerdo. Rasqué el dorso de mi brazo con la cadera como rogando que no me molestaran en ese momento, porque antes de que cualquiera de los otros participantes de la reunión se adelantara, me presentaría.

 

—Señorita Potter Blue, felicidades por el puesto, Arya Macnair— comencé, ella sabía quién era, pero en ese momento no era quien conocía sino una nueva empleada a su servicio —He sido enviada para ocuparme de sus reuniones con otros departamentos, con la prensa y demás asuntos referentes a su imagen pública.

 

Extendí una tarjeta que rezaba mi puesto: Directora de El Profeta

 

Como por arte de magia la tarjeta voló hasta sus manos y dos segundos después de que la Ministra leyó lo que decía, las letras mutaron. Rápidamente la caligrafía dorada distinguió: Directora de Imagen y Prensa mágica. Un puesto no del todo existente, que primero debía ser aprobado por ella misma en persona para formular gafetes, permisos, sellos y demás papelería que pudiese necesitar para hablar en su nombre ante otros funcionarios, Ministros y dirigentes mágicos. Con lo que no contaba era con la asistencia de Elvis, que ciertamente me favorecía pues antes de preparar una conferencia o aceptar una reunión, se tenía que prever todos los hitos referentes a la seguridad de Sagitas.

 

—Cuando usted me lo pide tomaré su agenda, la acomodaré y todo se verá más organizado, créame.

 

Arrastré una silla y tomé asiento alzando una mano para que alguien me trajese un vaso de agua.

 

@@Sagitas Potter Blue @ @

[Mael Blackfyre]

Ministerio de Magia.~
Reunión con Primera Ministra.

 

Me giré directamente hacia mi prima Sagitas para escucharla atentamente. Tenía que admitir que verla seguir mis consejos y los llevara a cabo, me llenaban de tranquilidad. Tal vez las personas me estaba tomando por exagerado o loco pero aquello no me interesaba. El estatuto no servía para imponerse ante los muggles, era lo podía hacer cualquiera que moviera un poco su varita, sino que nos servía para una especie de protección. La comunidad mágica se alteraba porque creían que toda la magia caía, que no teníamos barrera alguna y se equivocaban. La cuestión era separarnos ante los muggles y seguir viviendo en paz.

 

— Esta bien, primera Ministra. Iré a mi departamento a organizar un poco. Hay muchas cosas que hacer. Ya sabes donde encontrarme —le dije en especie de reverencia a Sagitas con una sonrisa. Sabía que aquello tal vez le molestaría un poco, si. Pero estábamos ante gente y siempre me había gustado mantener un trato profesional, sea quien fuese la otra persona que tenía enfrente. Aproveché a mirar a Arya e imité el gesto—. Un placer verte bien, Arya.

 

Claramente que aquella acción no sería tomaba bajo por sospecha por nadie que aprovechaba a irme de la prensa. Por suerte los malos altercados que había tenido con los medios de comunicación no habían salido a la luz, como mi rechazo por todos ellos. Conocía muy bien cuáles eran sus intenciones y no las compartía, así que siempre prefería alejarlas lo más posible. Aprovechando que tampoco estaba Sean ni nadie, me alejé de Nathan con un guiño y salí de aquella oficina.

 

Recorrí algunas puertas y pasillos para adentrarme en la organización del nuevo piso del Departamento de Seguridad. Tenía algunas cartas y avisos que enviar en muchos destinatarios y demasiado papeleo que rellenar. Me enfoqué en eso.

 

@@Sagitas Potter Blue @@Perenela Arya Grindewald Potter Blue @ @@Arya Macnair @ @@Sean -Ojo Loco- Linmer

[Ela Karoline]

Entrando en el Atrio

 

Los últimos meses habían sido una locura, Ela recién llegaba de viaje, había estado un temporada con su prima Cye Lockhart, fuera de Londres y del mundo mágico en general, ajena a las intrincadas vueltas en que había desembocando la guerra y las actuaciones de Aaron Black Lestrange y sus seguidores y la revelación del secretismo mágico.

 

Por suerte, según su propia opinión, había sido nombrada una nueva ministra de magia, una bruja a la que conocía, sabia que era una mujer de acciones, con valores, el carácter y los nervios necesarios para llevar adelante esa tarea, desde luego no lo tenia fácil, pero seguramente contaba con personas que arrimaran el hombro para recuperar la paz de ser posible, y también sanear el emiciclo mágico.

 

--¡Ojalá tambien de mortifagos puñeteros!-- lo dijo con tanto énfasis que hasta la misma pelirroja se sorprendió y se tapó la boca con una mano enguantada la boca, mirando a su alrededor para ver si alguien la había escuchado, por suerte apenas iba entrando en el ministerio y cada cual andaba en lo suyo con las acostumbradas prisas.

 

Ya en el atrio aspiro aire y se detuvo a contemplar a su alrededor, la gente con sus distintos atuendos que iban desde altos y puntiagudos sombreros con túnicas sencillas o muy elaboradas hasta trajes al la moda elegantemente cortados y confeccionados, quizás con algún aderezo de magia, altos, bajos, promedio, rubios, blancos, morenos, todos mágicos, según su percepción, lo que importaba era esa sensación de lo familiar y de estar donde debía.

 

--Por mucho que te quiera Cye, este es mi lugar-- susurro más para si misma que para otros, saco una moneda de oro de su monedero de piel de moke y se acercó a la fuente para lanzar la al agua de espalda, por aquello de los buenos augurios.

[Sagitas E. Potter Blue]

Ni tiempo tuve de estrujarme la cabeza entre las manos cuando ya sentí los pasos de quien entraba en el despacho. Me tanteé un poco el pelo como si con ese gesto los mechones rebeldes se pusieran en su sitio. ¿Es que había olvidado que tenía la varita en un cajón de aquella enorme mesa? Ahora ya no me daba tiempo pero podía haberme arreglado en un segundo si no hubiera perdido el tiempo en un intento de peinarme con los dedos, como cuando era una adolescente que iba de pueblo en pueblo.

 

-- ¡Señorita Macnair! Un placer verla en este momento que necesitamos tantas manos. Su trabajo es esencial para anunciar todos los cambios que se avecinan en el Ministerio. Pero, por favor, soy Señora. Todo el mundo se olvida que estoy casada. Como no se ve mucho a mi marido por ahí...

 

Reí un poco por mi gracia aunque después me pregunté si realmente habría sonado a chiste o habría estado fuera de lugar. Leí su tarjeta y su cargo, Directora de Imagen y Prensa. Sonaba bien.

 

-- La agenda se la tendrá que pedir a Perenela. Ella es si secretaría personal y yo no le quitaría ese puesto si no quiere sentir el genio de los Potter Blue chillando por los pasillos. Así que, bueno, eso lo discutiréis vosotras dos. Lo que necesito es que la prensa sepa de nuestras tomas de decisiones y se reflejen con total veracidad, sin lugar a dudas de los pasos firmes que vamos a seguir para acabar con las normas dictadas por el anterior Ministro.

 

Creo que mi tono de voz adquirió un deje de rabia cuando mencioné a Aaron, pero sonreí, algo que se me daba bien hacer desde siempre, sonreír a mi interlocutor aunque no lo sintiera por dentro. Sentí los pasos de Babila, noté como el suelo temblaba con cada una de sus zancadas y mi sonrisa se hizo del todo real al verle traer una bandeja con zumo y agua. Y el azucarero, por supuesto. Dejó la bandeja en una mesita ratonera a nuestro alcance y volvió a salir por una puerta lateral. Me pregunto cómo supo que @@Arya Macnair había pedido que le sirvieran algo, pero los elfos estaban al tanto de todo y Babila no dejaba entrar a ninguno en el despacho si él estaba disponible. Creo que se había autonombrado como mi guardaespaldas o algo parecido.

 

-- Bien, quiero anunciar la legalidad de nuevo del Estatuto del Secreto en todo nuestro territorio. Así qué dígame... ¿Cómo podemos anunciarlo a los ciudadanos? Elvis aún tiene que sugerirme cómo penaremos a los detractores de este Decreto Ley. Después hablamos de más innovaciones que pretendo llevar adelante. Por cierto, @ es el nuevo Director del Departamento de Seguridad Mágica, así que él supervisará todas las reuniones y ruedas de prensa que tenga que hacer, así que también tendrá que cooperar con él. ¿Tiene preguntas sobre su cargo?

 

En realidad, ni me pregunté si era correcto el cargo y su nombre unidos. Simplemente, lo di como algo hecho, ni me cuestioné si tendría que validarlo o si era un puesto que tenía de antes. Sencillamente, confié en ella.

 

A veces soy demasiado confiada.

 

 

 

 

*OFF:

 

He estado enferma (aún no me he recuperado) así que pido disculpas por este mes perdido. Voy a ir a un ritmo lento pero diario, espero que disculpéis si no cumplo vuestras expectativas en un tiempo.

[Matt Blackner]

Nos había costado bastante reparar el castillo, pero ahora caminaba por los pasillos del renovado ministerio, con la ropa cubierta de polvo y mugre, despeinado, sosteniendo en la mano una de las antiguas bolsas plateadas de Accidentes, con las iniciales en color escarlata brillante. Gracias a su hechizo que permitía almacenar gran cantidad de cosas en el pequeño espacio, aquella bolsa nos permitía transportar gran variedad de objetos con facilidad.

 

Había dado a @@Xell Vladimir Potter Black el resto del día libre, además de un par de días extra. Se los había ganado, desde luego, mientras que yo iría para poner aquella bolsa a buen recaudo e informar a Sagitas para que la familia real británica pudiera regresar al qeu era su legítimo hogar.

 

Esperaba que al menos no estuviera reunida. No me apetecía esperar a que terminara, y tampoco quería tener qeu tratar con dirigentes ahora...prefería volver a casa y tumbarme un rato en la cama, si era posible.

 

Esquivé a mi hermana y logré acercarme a la puerta del despacho, donde eescuchaba la voz de Sagitas. Rezando por que no fueran aburridos diplomáticos, abrí la puerta del despachod e mi madre, decidido, y pasé al interior.

- Traigo buenas noticias para tus amigos de Buckingham - dije.

[Thoth]

Akansh Ut

Director de los Lacayos (aurores egipcios)

La orden dada por Uriel Luxure fue acatada de inmediata, por lo que el mismo acompañado con un grupo de sus hombres fueron al lugar indicado por su diplomático, estos obedecían ciegamente, y habiendo tomado ya el control del puerto británico, iniciaban un bloqueo económico por el puerto, al menos que la misma se decidiera dar la cara por el hecho, lo cual era su única exigencia, estos no iban a permitir que su país fuera atacado, bajo ninguna instancia.

Y caminando por el atrio los lacayos fueron a entregar la carta que se encontraba firmaba por los siete archimagos y el regente, además de contar con el sello del U.P.A , este documento era de carácter urgencia, por eso fue la rapidez de su actuación, los mismos no darían respuesta, ya que era un hecho informativo, según lo establecía el protocolo diplomático. En ese sentido, estos fueron a se participe del evento formal.

Y al ver, una persona que presumia que era cerca a la ministra británica ( @@Sagitas Potter Blue ), a la par una copia al Director del Departamento Auror de ese país ( @ ) con un aprendiz de esa oficina. Este documento decía.

Reciba un cordial saludo, quien suscribe: Uriel Luxure, ciudano egipcio, y que obstenta el cargo de diplomático egipcio, el cual vela por los intereses del país que representa, y forma parte del U.P.A, Confederación Intenacional de la Magia y O.N.U, así como cualquier instancia que considere nuestro país para vincularse.

Ante el agravio ocurrido en el puerto, ante una embarcación diplomática , nominada como Luzbel, la cual pertenece a la familia del Regente, y bajo la protección del Archimago de la Muerte, el gobierno egipcio toma control marítimo de sus fronteras, como un hecho contra nuestro país. Este bloqueo económico, es hasta que se aclaren los hechos y podamos confiar en sus buenas intenciones, por eso exigimos al responsable del hecho, el cual deberá comparecer ante un tribunal internacional, de igual forma, poseerá cargos en nuestro país, y presentarse ante un tribunal egipcio no obstante, su país, determinará si Ustedes procederán judicialmente, pero esta moción, será enviada a la Confederación Internacional de la Magia y ante la O. N. U, por lo que haremos uso de toda instancia para conseguir justicia.

Y esperando su respuesta, estaremos atento, ya que esta medida es preventiva, esperando no tener que comenzar una guerra por este incidente, quien se despide;

Uriel Luxure

 

 

Al terminar se marcha, rumbo al puerto.

Editado 24 de Noviembre del 2020 por Azrael Licaón

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

No demoro mucho en llegar mi nota al Ministerio. La situacion era apremienta asi que mi avion de papel fue directo a la Mesa de @. esperaba que el hicese algo junto a Luna, pues no pintaba bien la cosa al menos para los coterraneos de todo este pais.

 

 

Elvis, Sagi, Luna. Ocurrio un incidente en el puerto, una explosion. Los Egipcios estan involucrados, tengo informacion vital de que utilizando su inmunidad para el contrabando. Ire a investigar, si pasa algo ya saben a quien culpar. Saludos Sean

 

Claro el avion de papel era una version reducida de un vociferador. A fin de cuentas alguien tendria que tomar cartas en el asunto. Yo intentaria contener las cosas y ver si podria echar mano a algun galeon en el proceso.

 

@@Matt Blackner@@Sagitas Potter Blue@@Arya Macnair@

[Nate Weasley]

La mente se le perdió en ciertos recovecos ante el comentario de Arya, al cual reaccionó con un intenso tinte rojizo en sus mejillas mientras pretendía observar los tapices y decoros que adornaban el vestíbulo previo al despacho de la Ministra de Magia. Afortunadamente, Sagitas los hizo entrar bastante rápido y Nathan aprovechó la oportunidad para caminar detrás de la Macnair y aguardar su momento para hablar. Varias otras personas se encontraban dentro del despacho, lo cual daba cuenta de lo ajetreada de la vida de la nueva Ministra en los últimos días. Sentía la tentación de preguntar cómo específicamente pretendía re-instituir el Estatuto luego de los daños aún palpables que su caída había generado, pero fue lo suficientemente sensato para guardarse su curiosidad.

 

– Sagitas, querida. – le dijo, acercándose y extendiéndole una sonrisa. Sentía la confianza suficiente, después de tantos años a la par en la Orden del Fénix, de llamarla por su primer nombre. – Déjame extenderte nuevamente mis más sinceras felicitaciones por tu cargo; estoy seguro de que tu liderazgo nos llevará a aguas más tranquilas que tanto necesitamos.

 

Nathan era consciente de los prejuicios que algunos de los allí presentes podían tener hacia él después de que su renuncia a su puesto de embajador al Fondo Monetario Internacional Mágico se hiciese pública. No podía desvelar los motivos detrás de ellos aún, o al menos no frente a tanta gente, pero esperaba por lo menos convalidar sus buenas intenciones para con la Ministra. Después de todo, lo que había dicho durante la época de campaña electoral era completamente cierto: su principal interés era devolverle tranquilidad a Inglaterra, independientemente de su cargo.

 

– Permíteme reafirmar que cuentas conmigo para esta transición, y será todo un honor y gusto para mí ayudarte en cualquier cargo o calidad que creas necesario.

 

*

Perdón la demora T_T La culpa la tiene la gala