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Idiomas & Primeros Auxilios


Kahlan Blackthorn
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La magia era un arma de doble filo, peligrosa para todos aquellos que no contarán con los conocimientos adecuados para saber manejarla o al menos sobrellevar los embates que está lanzará sobre ellos. En sus años mozos dentro de innumerables batallas, curaciones de todo tipo pasaron por sus manos, hasta ella tuvo que sanarse en determinado momento, pero ahora todo pintaba de otro color.


― Enseñar lo básico, no siempre es el mejor inicio―saboreó el licor que se impregnaba en sus papilas gustativas. No era de lanzarse al ruedo sin tener las cosas calculadas con una frialdad comparable con el clima que reinaba dentro de la Antártida. Aunque lastimosamente en la actualidad esa clase de placer se viera truncado por la estupidez y necedad de los muggles.


Ahora era todo tan moderno y despreocupado, cosa que no sucedía dentro del mundo mágico. Dentro de su espacio personal todo permanecía en su sitio, pociones, libros, pergaminos y su invaluable grimorio. La nigromancia era uno de las habilidades que poseía, le agradaba la idea de poner en practica algunos de los hechizos y cánticos que aprendió del Arcano Báleyr. Extrañamente un sonido captó su atención, desviando sus orbes afectados por la heterocromia, destacándose el azul oscuro en el derecho y el verde esmeralda en el izquierdo.


Algunas veces mutaban en otra tonalidad, debido a su condición de metamorfomaga. Increíble el modo en que se pueden transformar las cosas, alterando la realidad al antojo del que posee dicho poder en sus venas. Ya se daría tiempo para jugar un poco con eso dentro de su clase, compartir con dos chicas todo el conocimiento que poseía, casi siempre le causaba una sensación agridulce. Jamás escuchó una queja sobre el modo de aplicar sus métodos, aunque posiblemente como casi siempre hacia oídos sordos a criticas sin sentido.


― Vamos no perdamos más tiempo―comentó a su pequeño crup. El canino respondió agitando su cola como un rehilete, quizás invitándola a llevarle con ella― No, ya conoces las reglas. Nada de bolitas de pelo danzando por los sitios donde impartió mis cátedras―le reprendió con un gesto certero. Acomodando algunos tomos dentro de una mochila oscura, acompañados de algunos brebajes y lo mas importante su recién adquirido libro de idiomas del mundo. Calzándose una capa de viaje azul oscuro, acomodaba su dorada cabellera sobre su hombro izquierdo, cubriendo su marca de Caín y el tatuaje de un demonio que era una representación de una parte de su renovada personalidad.


― Volveré cuida el fuerte, pequeño―saltó por la ventana de la torre, no se encontraba dentro de Castelobruxo. Marchaba de ese sitio cuando concluían sus clases, retornando cuando se le solicitará. Tomándole solo unos minutos encontrarse dentro de esos terrenos, dando un respingó desapareció en medio de una bruma formada por cráneos de diversos tamaños, aquellos que abrazaron su cuerpo llevándolo al sitio donde se desarrollaría la clase.


Un descampado abandonado, divisándose a lo lejos un circulo formado por rocas de gran tamaño. Avanzando con paso firme hacia ese sitio, escucho con claridad el chillido de los murciélagos, al ser casi media tarde poco faltaba para que la noche acompañará a sus alumnas y a ella, desatándose una experiencia traumática para ellas y gratificante para la nigromante.


Algunos grabados aparecieron sobre el terreno profanado por las plantas de Malfoy, la joven que estuviera ahí para cursar idiomas, buscaría dar con el significado de tan peculiar mensaje dejado por la mujer. Manchas se sangre brotaron del suelo, transformándose en huellas de un tamaño promedio, posiblemente algún mago o bruja se encontraba herido en la zona y necesitaría los primeros auxilios que debía prestarle la otra bruja que aparecería para tomar la clase.



Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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Scarlet Akane

 

La bruja hacía mucho tiempo no escuchaba el nombre de la que sería su profesora. Estaba segura de que la mujer podría no reconocerla, pero no quería que la confundiera con la Potter Black, por eso Scarlet se observaba al espejo. Trato de imaginar qué rostro mostrar ante la Malfoy.

 

Finalmente se decidió por utilizar la metamorfomagia y asemejarse a una joven muggle que había cruzado en la calle hacía algunos meses atrás. Su rostro lucía rasgos de un color levemente tostado, ojos negros, profundos y una cabellera negra hasta por debajo de los hombros.

 

El lugar elegido para la clase la obligaba a ir en ropa cómoda, se trataba de un lugar descampado, alejado de la civilización, por ello se puso un pantalón cargo, práctico, en cuyo bolsilo lateral guardó su varita, unos borcegos, una remera mangas tres cuarto y una mochila, que sabía era de Seba donde guardó otros objetos mágicos, pociones que creyó podía necesitar, plumas y libretas para tomar nota y como el novio de la Potter Black hacía, un par de botellas de agua, para el camino. Se mordió el labio al reconocer que aquel recuerdo siempre le había parecido tan natural para la bruja que no tener ahora a su lado en una clase a su pareja, la de Darla, la hacía sentir el vacío que la horcrux sentía en su interior.

 

Cuando apareció en el lugar de la clase se sorprendió por el perfecto círculo que formaban las rocas a su alrededor, por un momento pensó en Stonehenge pero luego se dio cuenta que solo por ser de rocas y un círculo tenían similitud, el resto no tenía nada que ver. A sus pies había unas figuras que la bruja tuvo bien cuidado en no pisar, observándolas con atención, parecían algún tipo de mensaje. Más allá pudo sentir el aroma de la sangre y se contrajo su estómago, agradeciendo el haberse alimentado hacía poco tiempo de la contrabandista de la que habían dado buena cuenta en Salisbury.

 

—Buenas tardes, espero no haber llegado tarde, Scarlet es mi nombre —dijo con voz suave, dirigiéndose a la bruja que dictaría la clase y que se hallaba al otro lado de dónde ella estaba, a unos metros del centro del círculo de rocas que las rodeaba.

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— Buenas Tardes—aquel saludó llegaba a sus oídos, captando levemente su atención. Una lóbrega sonrisa se dibujaba en sus labios, acompañada por un brillo misterioso en sus orbes afectados por la heterocromia. El silencio, ya no reinaba dentro del circulo formado por esas rocas, ahora el viento susurraba un mensaje para la bruja que recientemente había aparecido para cursar la clase de idiomas.


— Espero que el mensaje, no haya sido muy tedioso o complicado—indicó la rubia, plasmando en el suelo la traducción de este— Es arameo antiguo, lengua que pocos conocen y se atreven a hablar—asintió mirando con atención las facciones de la fémina. Le era imposible reconocerla, aunque su habilidad para leer la mente, poco o nada le echaría una mano en esos momentos


— Creo que no tenemos el placer de conocernos, pero podes llamarme Malfoy—siseó apareciendo en su mano un tomo grueso. Dentro estaban varios idiomas del mundo, lenguas muertas, aquellas que ya no se empleaban para entablar una comunicación fluida entre comunidades cercanas.


— Existen diversos tipos de lenguajes, entre ellos predominan dos el escrito y el hablado. En el primero se emplean señalamientos, ya sea para indicar los nombres de calles o cruces peatonales. También se emplean para indicar una zona de peligro o alto riesgo, cada uno de ellos es fácil de reconocer por el símbolo que se emplea en el—apuntaba su indice a las señales que estaban levitando en el aire. Cada una de ellas indicaba, alto, siga, vialidad en dos sentidos, etcétera.


— Igualmente el idioma es variado en varias partes del mundo, pero todas las personas emplean este para comunicar algo que les agrada o desagrada. O simplemente para entablar una conversación con otro ser. Aunque la lengua también es el órgano muscular movible que esta fijado por su parte posterior en el interior de la boca de los seres vertebrados, pero no entraremos en temas de anatomía—encogiéndose de hombros, no pudo dar con la presencia de su otra alumna.


Si decidía o no formar parte de la clase, ya dependía de ella. Se centraría en Scarlet y en hacer que la cátedra fuera lo más fluida entre ambas.



Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Scarlet Akane

Por algún motivo al ver la expresión de la bruja supo que era buena idea mantener los poderes oclumánticos en alerta y siempre cerrando la entrada a su mente. Asintió ante sus palabras y señaló las letras en el suelo. El arameo era una lengua que en realidad le pareció la mar de interesante.

 

—Un gusto Malfoy, la frase parece ser muy curiosa e interesante en realidad, aunque reconozco que no había oído y menos leído el arameo en mi vida, sí sé sobre su existencia y de que muchos textos antiguos fueron escritos en dicho idioma.

 

El libro que la bruja acababa de aparecer hizo que elevara una ceja, había mucho material allí, podía ser por demás de interesante aprender. ¿Tendría la Potter Black alguna copia de dicho ejemplar en su tienda de libros o en su biblioteca personal?

 

Hizo aparecer su vuelaplumas y una libreta en la que fue tomando notas sobre lo que la Malfoy decía: diversos lenguajes, escrito, hablado, señalamientos. Sus ojos siguieron atentos las imágenes que ahora flotaban sobre sus cabezas, un hombrecito dibujado parecía estar a punto de cruzar un camino señalado por líneas blancas, otro era un triángulo con indicaciones rojas de peligro, un fondo rojo con letras blancas indicando stop y varios más. Variedad de idiomas mundiales anotó el vuelapluma, lengua, órgano móvil, vertebrados. No se había puesto a pensar en que solo ese tipo de criaturas tenían lengua, aunque.

 

—¿Cómo se llama el libro? —preguntó ante la pausa de la profesora y agregó en seguida —¿el arameo se utiliza para crear hechizos? ¿Puedo utilizarlo como las runas para crearlos? —siempre pensaba todo en función de la magia, aunque conocer diversos idiomas le parecía útil no solo para comunicarse, sino para poder estudiar los hechizos de la magia antigua.

 

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  • 2 semanas más tarde...

Ingresar a terreno sagrado tenía sus consecuencias, sobretodo cuando se referían a lo mágico, dos brujas habían trasgredido los límites de lo permitido y una tercera presencia estaba desangrándose por los arbustos, aún sin poder ser auxiliada. Se acercó a ellas lo más que pudo, sin delatar su presencia, ¿Arameo antiguo? Eso podía darle la sospecha de algún ritual llevándose a cabo, por eso el llamamiento de la sangre. Cerró los ojos cuando una ráfaga de viento se levantó contra una de ellas, la que llevaba un libro enorme entre los dedos, los mismo cráneos que formaban un círculo desaparecieron junto a ella y entonces, supo que era momento de adelantarse al posible desvanecimiento de la otra persona.

Los hechizos se pueden crear en cualquier idioma, la funcionalidad de ellos, y lo que desees esconder ya depende de ti —susurró ingresando a la visión que podía tener Scarlett de ella—, el arameo no se usa hace mucho tiempo entre tu gente, se podría decir que es una lengua muerta, pero si estás involucrada en la creación de hechizos, podrías usarlo, sí. Hay conjuros por ejemplo hechos en la lengua duendigonza, para proteger sus tesoros propios y el tan afamado banco inglés de los magos. ¿Alguna vez lo has oído o visto escrito?

La noche era fría pero su pelaje era grueso, se preguntó por un segundo si la joven sentía frío, si había venido por voluntad propia y si tenía que ver con las heridas que aún podían olerse en el ambiente, el olor a hierro siempre dejaba un hedor insoportable, metálico, huellas.

Los idiomas se han utilizado por siglos para dos cosas, al menos por ustedes: para comunicarse y —sonrió de lado—, para evitarlo, los códigos, los idiomas, los lenguajes permiten ocultar mensajes que sólo deben entregarse a la persona indicada en el momento indicado. ¿No te parece sorprendente? ¿Qué idiomas manejas con docilidad? No temas por tu compañera, —dijo de pronto para que entendiera que no estaba ahí para hacerle daño—, la naturaleza es sabia y supongo que no lastimaría su propia creación, la protege. De nuevo, como los idiomas con los secretos.

Siempre le llegaba el feedback de hablar en círculos que a veces no tenían mucho sentido, pero era algo más de la raza que de sus intenciones, los centauros podían ser incluso crípticos al comunicarse. Este al menos, lo hacía con una semi sonrisa en lugar de sacar el arco y la flecha de la nada.

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Scarlet Akane

Se sorprendió por el viento que llegaba hasta ella, respiró profundo y sintió la presencia de la muerte cerca, la sangre que corría la estaba llamando, pero ella había sido astuta, se había alimentado bien antes de ir, no caería en el mismo error que en Abaddon. La noche arrastraba más sombras, pero ella, hija adoptiva de las sombras sabía manejarlas, congeniaban, se habían hecho amigas entre los regueros de la guerra y la paz de los durmientes para siempre.

El viento seguía soplando y fue como si la naturaleza le transmitiera parte de lo que se venía se puso en guardia y apareció su varita en la diestra al desaparecer Juve. Demonios, pensó mientras giraba su cabeza. observando todo el lugar, sorprendiéndose por la llegada de un cenaturo. A su mente vino un ramalazo de recuerdos de Darla, ella había sido amiga de un centauro en los bosques que rodeaban Abaddon. Sorprendente, volvió a pensar, dejando su varita en el bolsillo y escuchando sus palabras.

—Me gustan las lenguas muertas, son casi como yo, pero solo que yo soy no muerta —respondió a la criatura de pelaje oscuro que le recordaba su pasado, se concentró en los recuerdos del banco que tenía de Darla y asintió —he leído alguna vez frases en duendigonza, sé solo frases básicas, palabras sueltas —no podía revelar que manejaba básicamente el lenguaje por la labor de su alter ego en el banco o se revelaría como quien era, cosa que había preferido mantener oculta a la Malfoy y que ahora no podía revelarlo al anciano centauro aunque su rostro le infundiera confianza. Sonrió.

—Si es sorprendente que los humanos queramos comunicarnos solo con algunos y a otros les guardemos secretos… somos un Enigma —de pronto se dio cuenta que se había llamado humana, sabía que Darla había deseado serlo, para darle hijos a Seba y también habían pensado en hacerlo a él inmortal. Volvió su mente a los idiomas, no era esa historia de su incumencia.

—¿Qué idiomas? Inglés, español, rumano, pársel y algo de duendigonza como le dije, aunque me interesa conocer más de ellos e incluso algunas lenguas muertas en que están escritos antiguos pergaminos —uno podía recurrir a traductores pero conociendo las raíces y el contexto de los idiomas era más confiable traducirlo uno mismo. Las palabras del centauro la intrigaron, estaba segura de que Juve era la última persona del universo que necesitaba protección, de hecho, creía que ella era la protectora del universo, o la destructora, según su espíritu le dictara.

—Entiendo, todos tenemos secretos y todos necesitamos que nuestros creadores nos cuiden y acompañen con sabiduría —pensó en su ejército de neófitas del pasado, ahora eran todas mujeres guerreras con una vida plena, la única que necesitaba protección y ella la cubría y cuidaba ahora era Darla, su creación más inesperada.

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Aunque el centauro no lo fuera a admitir con determinación, si le causaba admiración que una bruja como la que tenía en frente supiera tanto de lenguas muggles como mágicas, avanzó lo suficiente para quedar frente a ella y alzó la mirada al cielo poco estrellado de la noche, resopló.


El rumano es complicado desde su origen, Europa se ha dividido tantas veces en guerras tan inútiles que ha quebrado los idiomas en ramificaciones que pueden emparentarse si uno afina el oído —bajó la mirada a Scarlett—, ya saber lo que dicen, es necesario escuchar con todos los sentidos que simplemente oír. Tengo algo que puede interesarte.


El sexto sentido del centauro aún buscaba al personaje herido, pero se había distraído lo suficiente con lo que la noche le había colocado justo frente a él. Al destino no había que contrariarlo. Sacó de un morral de cuero unos cuantos pergaminos, separando con disimulo sus apuntes acerca de constelaciones poco conocidas, y le entregó dos a Scarlett. Uno en antiguos jeroglíficos egipcios y el otro en arameo. Aunque claramente los egipcios solían dibujar más que escribir, el período de esclavitud judía dentro del territorio egipcio los había influenciado en su idioma, usando alguno que otro elemento en sus representaciones.


Estos dos, por ejemplo, ¿si pudieras encontrarles un punto en común cuál sería? ¿De dónde crees que son?


Sacó dos pergaminos más, uno en inglés, que sabía lo iba a reconocer inmediatamente y otro también en inglés, pero antigua y con las diferenciaciones que hacían los irlandeses en su lenguaje. ¿Podría reconocerlo también? Las jergas y el lenguaje popular lograban crear ramas muy diferenciadas dentro del mismo idioma, había sucedido con el latín, con el castellano, etc.


¿De dónde son estos otros? Intenta leerlos en voz alta, y escúchate.

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Observó como el centauro se acercaba a ella y se ponía en frente para luego observar las estrellas. Ella no había hecho astronomía pero cuando había visto una materia había compartido con los astrónomos, había disfrutado esa oportunidad y lamentaba no tener tiempo para poder dedicarse a estudiarlas. El resoplido la sobresaltó, haciéndole volver la mirada hacia él.

 

Scarlet sonrió, desde que ella había vivido allá su idioma materno había ido cambiando, pero no podía confiarle eso al centauro, así como había ocultado su verdadera identidad a Juve pensaba que lo mejor era mantener la fachada.

 

—¿De qué se trata? —preguntó con sinceridad curiosidad ante las palabras de la criatura.

 

Tomó los dos pergaminos y los desenrolló lentamente, sus ojos brillaron, observando con interés los símbolos que había escrito en cada uno de ellos, intentando descubrir esa conexión común que tenían entre sí. Por un lado reconoció la escritura semita, de pronto vinieron a su mente las lecturas que había hecho Darla en su juventud sobre ambas culturas, una de las cuales había conocido por el origen de su familia adoptiva y sonrió, sospechando el origen de la relación, busco en su mente y ahí estaba. Y la otra, pues no era difícil no identificar los pictogramas egipcios, tan bellos y enigmáticos en cierta forma.

 

—Oh, supongo que la conexión no es exactamente que los judíos hayan sido esclavos de los egipcios, los semitas no ponían las vocales, solo las consonantes, seguro por eso hay traducciones levemente erradas a veces —reflexionó un poco para sí misma —pero si no me equivoco los semitas se basaron en los glifos egipcios. Apuesto que éstos aprendieron su alfabeto en base a lo que vieron hacer a sus entonces esclavistas. ¿Se trata de eso?

 

Se concentró una vez más tras que sus ojos brillaran viendo al centauro, aunque mayor brillo le producía intentar leer aquellas palabras representadas con pictogramas y glifos. Pero no tuvo mucho tiempo de disfrutar de las dos antigüedades cuando su nuevo profesor le había entregado dos nuevos pergaminos, enrolló los primeros con suma diligencia y los dejó flotando a su lado con una suave floritura mientras tomaba los otros dos.

 

—Everyday, everywhere and everybody uses language, one form or the other. The form remains but the face of language keeps changing from place to place, from time to time and from people to people. It is an integral part of our life and living. Language reflects our culture and language nurtures our nature —leyó en el primer pergamino, reconociendo el inglés de inmediato y una introducción a lo que era el lenguaje, sonrió —inglés moderno —dijo mientras cambiaba de pergamino. En cuando lo vio y estaba por empezar a leer lanzó una carcajada. La primer neófita de su ejército de vampiras había sido Kimberly Black, una rubia irlandesa con la cual había compartido años de historia y aventuras e intercambiado más de una carta, en su revoltijo idiomático cultural.

 

—Ní bhaineann na focail ach na focail scríofa agus labhartha ach baineann sí go cothrom le húsáid comharthaí agus siombailí éagsúla. Ní focail amháin. Baineann sé leis an ealaín agus leis an gceol freisin. An fhuaim agus an dath a úsáideann na healaíontóirí chun tacar teachtaireachta a chur in iúl. Baineann sé leis an eolaíocht agus leis an reiligiún freisin —leyó en voz alta y luego hizo un gesto de disculpas hacia el centauro —me temo que se leerlo pero no reconozco todas sus palabras, mi lu… mejor amiga era irlandesa y a veces se le escapaban frases o modismos en su escritura, pero nunca le supe bien.

 

La noche se iba cerrando y el viento soplaba suave y calmado, pero el ramalazo en su olfato fue totalmente reconocible para ella. Fuera quien fuera que estaba herido terminaría muriendo si no era prontamente socorrido. De pronto le preocupó Juve, aunque creía haber olido el metálico aroma antes de su desaparición.

 

—Perdón que se lo haga notar maestro, pero creo que no estamos solos y da la sensación de que alguien pudiera necesitar ayuda —acarició su anillo hechizado, que le permitía andar en el día, dudando si decirle o no que era vampiro, claro que no estaba segura del todo si él no lo sabía ya, aún antes de su llegada.

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Sin notarlo, el centauro exhaló fuertemente, la lun se había puesto detrás de las nubes, por ponerlo en contexto, lo que le hacía perder mucha visibilidad. Las observaciones de Scarlett no eran para nada descabelladas, de hecho las anotaciones que hacía sobre las semejanzas entre los pueblos hebreo y egipcio, eran lo que necesitaba oír. Ahora, su conocimiento en las variaciones del inglés la hacían una excelente receptora para cualquiera que quisiera impartirle clases y volverla una políglota tanto muggle como mágica.

Es cierto, no estamos solos, pero hay cosas en las que debemos inmiscuirnos —encogió los hombros aunque fuera un gesto bastante vulgar para alguien con sus años—, y me temo que al menos que nos llegue un pedido formal de ayuda, será el destino quién decida sobre esa pobre alma. Por cierto, no tienes por qué llamarme maestro, crea una barrera innecesaria para el conocimiento por ambos lados, no creas que yo no aprendo de ti en esta noche que parece tocar su fin en pocos instantes.

Y ese era el fastidio que quizá tenía, no sólo había desaparecido la luna, sino que el cielo comenzaba a tornarse sangriento, anunciando la llegada del sol. Aunque él podía estar perfectamente bajo los rayos solares, le gustaba considerarse una criatura nocturna. Caminó hacia los lados antes de decidirse y se colocó delante de la bruja, indicándole que con mucho cuidado la siguiera, aunque todo lo oculto ya no sería peligroso a esta hora, un poco de precaución nunca venía mal.

Tienes talento natural para las lenguas, así que te recomendaría unos libros de japonés básico y portugués, puede que te resulten extrañas mis sugerencias pero verás, —y señaló por dónde debía salir el sol— ellos no son tan lejanos como el sol, y muchas culturas ocultaron sus más grandes tesoros en esas lenguas, sobretodo en portugués, te sorprendería saber la cantidad de mitos de piratas que son realidad. Pero claro, ese acceso está limitado de momento, porque sólo dos países le brindan la importancia debida. Recuerda siempre esa frase que dice: El conocimiento te da poder. Si tienes talento para los acentos, úsalos.

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Scarlet Akane

La exhalación de la criatura la sorprendió pero se repuso pronto, era poco común que la bruja se dejara sorprender pero Aldaron estaba logrando eso en ella. Era consciente que en parte provenía de las afinidades de Darlas para con su raza. Escuchó atenta sus palabras y asintió quedamente, tenía una mezcla de sensaciones.

 

—No me ha dicho su nombre y no quiero crear barreras —dijo con suavidad la bruja, sonriendo con timidez —solo mostrar mis respetos —dudó unos segundos antes de agregar quedamente una pregunta que no sabía si él alcanzara a oír —¿de mí?

 

Le vió moverse inquieto, reflejando en su bella pelambre las últimas luces de la luna, ¿qué sería lo que lo molestaba? ¿Aquello en que no se podían o debían inmiscuír o la desaparición de la Malfoy? Como fuere comenzó a caminar tras él luego de que le hiciera una seña, guardando las distancias y la prevención que él le sugería, aunque a estas alturas ya no le temía a más nada, ni a la muerte.

 

Sus palabras la hicieron sonreír y si hubiera podido se habría sonrojado. Los idiomas que le mencionó le atrajeron gratamente. No había escuchado tanto en portugués, pero parecía una lengua romance interesante, con una mezcla de base latina y francesa que le recordaba su adolescencia. Y el japonés, aunque sin entenderlo totalmente, lo había escuchado y su pronunciación le había parecido aún más romántica que la francesa.

 

—Gracias —dijo inclinando la cabeza en un gesto de agradecimiento, japonés y portugués, interesante, aunque era verdad que en Brasil y Japón, donde hablaban ambos idiomas, había grandes escuelas mágicas, por algo sería ello, pensó.

 

—Me encantará aprender ambas y buscar esos tesoros y las historias de piratas —Scarlet dudó unos segundos para sí, no estaba segura si esas palabras surgían de sus propias ideas o de la Potter Black, ¿así que estaba cambiando de idea? ¿O qué planeaba? Las palabras del centauro sin embargo le recordaron una gran verdad.

 

—Sí señor —y las repitió lentamente, recalcándolas como para tatuarlas en su mente —el conocimiento da poder —acarició su barbilla, pensativa —si tienes talento para los acentos, úsalos —¿los acentos? ¿las tildes? ¿o solo sería otra cosa y estaba buscando más allá de lo que había.

 

—Y de las lenguas mágicas ¿cuál me sugiere ahonde más? ¿O en las cuatro que me ha marcado es donde puedo encontrar lo que busco? —preguntó con un dejo de respeto y timidez, ya que él le había dicho del japonés básico, el portuqués y a ella le habían quedado en la memoria los jeroglíficos egipcios y los símbolos del arameo.

Editado por Darla Potter Black
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