Libro de la Sangre

[Bakari]

Qué mejor momento para dominar los poderes de la sangre que cuando la brecha entre vida y muerte desaparece, pensó Bakari. Su sonrisa retorcida se reflejaba en las calmas orillas de un lago negro, totalmente opacado por un eclipse mágico; no sabía si tenía que ver con los Arcanos de Habilidad o con alguna maldición de esas que los adolescentes sueltan sin querer en Halloween, pero quedaba perfecto en el escenario. Según le informaron los Directivos, dos alumnas pronto acudirían a su llamado, un traslador en forma de prendedor con espadas cruzadas que les llevarían ante él.

 

Detrás, el árbol de llama eterna le escocía la espalda. Llevaba el torso descubierto a pesar de hacer frío para la época, iba descalzo y tenía el cabello desalineado, parecía un loco o que portaba un disfraz "de", pero la verdad era que venía de una batalla, para no perder la costumbre y por ello su rostro curtido y varonil estaba salpicado de sangre. Cientos de pecas carmesí se extendían por la piel, y en sus manos gotas caían y escurrían el filo de la espada que portaba.

 

Existían dos posibilidades: Sus alumnas huirían de miedo o le enfrentarían.

 

Pateó desganado el suelo bajo sus pies levantando una capa de polvo, una nube translúcida a través de la cual pudo divisar dos siluetas que con el correr de los segundos fueron tomando la figura de un par de mujeres, exactamente dos bellos ejemplares de bruja ¿Serían lo suficientemente fuertes como para completar la clase en una pieza?

 

—¡Bienvenidas, jóvenes!

 

Exclamó, gritó, su voz era ronca, violenta. Desde lejos ambas pudieron oírlo, el viento vibró con le tono e hizo de mensajero. El guerrero clavó la espada frente a él y sacó su varita.

 

—Espero que estén listas para comenzar.

 

Agregó. Apuntó en su dirección y cuando las alumnas se detuvieron, para defenderse o atacar, un haz de la noche se formó en medio de la distancia que les separaba. Allí comenzaba su aventura

 

 

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Editado 1 de Noviembre del 2020 por Niko Uzumaki

[Idylla Macnair T.]

Después de haber pasado el primer libro de hechizos, se sentía con más confianza cuando llegó la carta que contenía el traslado, el cual la llevaría hasta su clase para poder dominar los hechizos del libro. Se había leído el libro un poco antes de que la carta llegará y en verdad era interesante lo que podía encontrar en el, esperaba ser lo suficientemente fuerte y afrontar los desafíos que se le presentarán.

 

Tocó el broche con espadas atravesado y de pronto una sensación ya bastante familiar se apoderó de ella, la sacó de su habitación en el castillo Triviani y pronto estaba parada en un lugar muy grande y bastó con un árbol más lejos de lo que ella se encontraba. Su compañera estaba apareciendo en aquellos segundos y caminaron hasta donde estaba parado el guerrero.

 

Sin duda era un poco diferente al del libro de la fortaleza Badru, pero aún así mientras se iba acercando se veía mucho más impresionante cada vez, se encontraba delante del árbol que había visto en la distancia y parecía lleno de sangre. Eso no le importaba, últimamente ella misma terminaba bañada en sangre debido a la cacería y venta de muggles, gracias a Merlín hoy no era el caso por lo que se había vestido lo más libremente posible, tomando el curso anterior como muestra.

 

Unos pantalones de mezclilla, una blusa pegada blanca, y unas botas militares cafes que combinaban con el atuendo. Ahora que lo pensaba si habría sangre por todas partes si blusa iba a contrastar muy bien con ella. Aún estaban unos metros algo lejos de el cuando les gritó que fueran bienvenidas —Bueno siempre estoy lo suficientemente lista para una buena pelea— y de pronto clavando su espada en la tierra delante de el y sacando su varita. Ella se dio cuenta de que daba la señal para sacar la propia por lo que pronto la sacó de sus vaqueros y siguieron acercándose con la varita alzada, aunque no les sirvió de nada se pararon y un haz de la noche se puso en medio de ellos.

 

—Bueno vamos a comenzar, estoy ansiosa por saber que más hay—

 

 

@@Bakari

[Hannity Ollivander Evans]

Halloween... ¡Que mejor fecha para una clase del libro de la sangre!

Había organizado una pequeña reunión con sus padres este día, hacía un año o dos que ellos habían contraído nupcias en este bello día y a pesar de que ahora se encontraban separados la pequeña rubia hacía todo lo que podía para que reunirlos y los tres estuvieran por lo menos juntos una noche...

 

Está vez no se había disfrazado, simplemente se había puesto un lindo vestido negro de mangas largas y escote en la espalda, que quedaba entallado a su esbelta silueta y la falda corta de éste tenía un poco de vuelo, medias negras, botines negros, lo suficientemente altos como para pasar desapercibida su baja estatura y un sombrero puntiagudo típico.

 

Tomó la nota y el lindo broche de espadas, ¿Acaso era una especie de escudo de armas? Probablemente...

 

Bajo a la sala donde estaba Bernadette, la elfina doméstica de su padre y le pidió que avisara al Ollivander que se ausentaría, no había dicho por cuánto, ya que asistiría a la clase del libro, aquel libro que le había dado inconvenientes en ocasiones anteriores, pero está vez se sentía segura y eso le bastaba.

 

 

No tardó mucho en que el broche brillara con su intensa luz y la trasladara al lugar de la clase, parecía un lugar oscuro y sombrío, solamente iluminado por un arbusto ardiente que parecía estar al fondo del panorama y a una corta distancia se vislumbraba la silueta de un hombre.

 

Al parecer el traslador tenía una especie de gemelo que había traído consigo casi en el instante exacto que ella a una joven que también tomaría la clase con ella, escuchó lo que el profesor decía a continuación, mientras la rubia sonreía, a pesar de la distancia que los separaba su buena vista hacia que todos los detalles estuvieran claros, y mentalmente de manera irónica se decía al ver a su profesor con sangre por todos lados Que buen disfraz...

 

-Buenas noches- saludó la rubia a los presentes haciendo una ligera inclinación con su cabeza, la misma que ladeó al escuchar al profesor preguntarles si estaban listas. Hannity había sacado la varita y escuchaba a su compañera decir que estaba lista, la rubia sonrió y levantó la varita para apuntar al profesor -¡Siempre lista!-

 

El haz de noche se posó en medio de las estudiantes y el profesor ¿que seguiría ahora? La pequeña rubia solo sostenía en lo alto la varita para protegerse si algo la atacara.

Editado 3 de Noviembre del 2020 por Hannity Ollivander

[Bakari]

Sus alumnas se mostraban tan predispuestas que no hizo más que sonreír, no podía ser un ser odioso durante mucho más tiempo así que les daría a ambas el beneficio de la "paz" ,como le decía él a los minutos que se tomaba sin atacar psicológica o físicamente a alguien, hasta que llegasen a destino, pues la clase como tal comenzaría directamente con acción en su estado más puro: una guerra. Bakari corrió rumbo a ellas, al pasar tomó la espada que estaba clavada en el suelo y haciendo una pirueta en el aire se lanzó dentro del portal, no sin antes echarles una mirada asesina que dejaba su primer tarea en evidencia, debían seguirle.

 

Del otro lado del haz de la noche el escenario era totalmente desalentador. Al parecer las partes involucradas habían llegado a una especie de tregua hasta que saliera el sol, no mucho más de cuatro horas, por lo que debía existir alguna manera de acabar con todo aquello antes de que se derramase más sangre, aunque el Uzza del caos no fuese específicamente muy fan de aquello.

 

—Verán, jóvenes...— dijo, en medio de un silencio sepulcral, cuando las dos cruzaron después de él —Las batallas no solo se están librando en Londres ahora mismo. Muchas criaturas mágicas buscas imponerse a otras menores, o incluso erradicarlas del bestiario. Todo el mundo está de cabeza y solo quedamos unos pocos para encontrar soluciones.

 

Guio a Ariadna y Hannity entre escombros y cuerpos calcinados hasta una tienda de campaña. Dentro la magia hacía de las suyas por lo que era muchísimos más grande de lo que aparentaba por fuera, cabía un cuartel entero allí, y eso era exactamente lo que estaban viendo. Personas corriendo con notas de aquí para allá, con armas antiquísimas, con heridos en camillas. Criaturas extrañas debatiendo, sollozando, algunos rezándole a sus propios dioses, lo que sucedía en una guerra tan dura como la que atravesaban.

 

—Él— les dijo señalando a un sujeto que se agarraba la cabeza con ambas manos —Es el Rey Serafín tercero, señor de los bosques nórdicos.

 

Se trataba de un sujeto bajito pero fornido, con cabellera de pelambre color cobrizo y penetrantes ojos verdes. Descendientes de vikingos, allí donde la historia de les mezclaba con poderosas hechiceras. Toda una estirpe de guerreros que perfeccionaron hechizos y armas, inteligentes con las pociones, nobles con los animales. Mortales enemigos de los señores de la montaña, descendientes de trolls.

 

—Ellas son las guerreras que les mencioné.

 

Dijo Bakari, el hombre volteó a verlas, estaba parado unos cuantos centímetros por sobre ellas así que las analizaba. Tenía las manos puestas sobre un mapa y un dejo de frustración en el semblante. Volvió a ver al Guerrero Uzza y asintió con la cabeza, nadie les decía nada. Tuvieron que aguardar a que el Rey Serafín descendiera y se pusiera a su altura, con un uniforme de guerra golpeado y rasgado por donde se le mirase pero con la valía intacta y el orgullo herido.

 

—A cambio de exigir mis tierras, han decidido tomar a mi única hija, heredera del bosque, como prisionera

 

Les explicó

 

—Con ella, acaba el legado de nuestros ancestros. Los señores de la montaña se adueñarían de la mitad del territorio nórdico, hay rumores de que están aliados a los muggles...

 

Bakari miró a sus alumnas, enfundó la espada junto con la varita y palmeó el peto del Rey, aquello fue una especie de condolencia en su idioma, jamás se sabría, era bastante hosco para expresarse.

 

—Y nosotros seremos los encargados de impedir que ello pase. Ahora bien quiero que ambas me digan qué tanto saben del libro de la sangre, tú...— señaló a Hannity —¿Cuáles son sus puntos débiles? y tú...— apuntó a su segunda alumna, Macnair, —¿Cuáles son sus ventajas?

[Hannity Ollivander Evans]

El haz de la noche resultó ser un portal que llevaba a un lugar en destrucción, ¿Por qué no lo había pensado antes? Qué le había hecho pensar que la mirada fiera de su profesor les llevaría a otro escenario, ¿Qué era lo que Hannity esperaba ver?

 

Al pasar el portal y observar la desgracia en que se encontraba el lugar, el aroma a muerte y perdida a su alrededor le hizo quitar su sombrero en señal de respeto por lo que pasaba en ese lugar, no era hora de seguir vestida así, seguramente en un par de horas la batalla que se libraba en aquel lugar volvería a lo que era antes de que ellos llegaran allí, a una guerra en dónde solo el más fuerte y con ventajas ganaría...

 

Pasó su varita sobre su cuerpo y su vestimenta cambio de inmediato, ahora llevaba jeans y una chaqueta, ya que era probable, muy probable que Bakari les dijera que tenían que ayudar en aquella guerra como una instrucción para poder llevar la clase del libro.

 

Era verdad, Londres no era el único lugar en guerra a causa de la caída del estatuto, aquel lugar estaba sufriendo estragos de la guerra aún mayores que los que se veían en Londres y dentro de la tienda de campaña el ambiente no era mejor del de afuera al ver aquellas perdidas humanas y de seres mágicos.

 

Al explicarnos Bakari quieren era el rey y él mismo decir qué había pasado no pudo evitar sentir un dejo de tristeza, al escuchar la pregunta del profesor, tardó unos minutos, puesto que no se había puesto a leer el libro de la sangre como si este tuviera un punto débil.

 

-El punto débil en el libro de la sangre o la desventaja más obvia que yo observo...- era difícil, se sentía nerviosa, pero habló con seguridad mientras veía a su profesor - está en la daga del sacrificio, puesto que no solo harás daño a tu contrincante, también te debilitará a ti y aunque seas bueno en primeros auxilios, la función de la daga es debilitar, a mi punto de vista, es probablemente la única desventaja que encuentro en todo el libro.

 

Espero a ver qué respondía su compañera acerca de las ventajas, que a su parecer eran, por mucho, más que las desventajas que ella pudo haber encontrado.

[Idylla Macnair T.]

El haz de noche que acababa de aparecer delante de ellos, era sin lugar a dudas un portal por el que el guerrero desapareció y ellas lo siguieron sin preguntar. Lo que le gustaba de aquellas clases era la capacidad de transportarlos hacia otros universos y conocer aún más sobre el universo que solo Londres y las peleas de los muggles y brujas.

 

Como estaba pensando hacia unos momentos, aparecieron en un campo de batalla, la cual parecía haber terminado por un tiempo ya que Bakari las condujo hacia una tienda de campaña, donde al instante de entrar les presento al Rey que gobernaba en aquel reino.

 

Su hija había sido secuestrada, comentaba mientras relataba sus problemas y lo que ellas ayudarían al guerrero a ir por la hija del rey, pero nada era fácil en aquellas pruebas, anoche leyó el libro por lo que al escuchar las preguntas, supo que contestar casi inmediatamente, pero la primera en hacerlo fue su compañera. La cual se veía mucho más dispuesta y menos hostil que la última que le había tocado.

 

—Bueno tiene muchas ventajas, desde poder ejercer tu voluntad en alguien por unos momentos, hasta maldecirlo con sólo un golpe de tu espada. Eso ayuda mucho a infringir daño después de haber luchado con alguien y ganarte aún más tiempo para poder ganarle o querer extraer información de el— comentó la bruja, cuando fue su turno y aún así se quedó pensando si su respuesta habla sido la correcta.

[Bakari]

Los Macnair y sus conocimientos sobre los hechizos de sangre, pensó Bakari. Aquella muchacha de cabellos exóticos no era la primera de su estirpe en acudir a las clases del Uzza, por lo que sabía de ante mano que no tendría problemas, al menos en la parte teórica con ella. Pero no podía negar tampoco que su compañera, a muchacha de cabello claro, era bastante despierta aunque precipitada al responder, el guerrero esperaba que fuese así solo con las palabras y no también con la varita o aquella incursión podría terminar muy mal y él rindiendo cuentas a los Directivos de por qué comenzó el día con dos jovencitas y regresaba solo con una.

 

—La verdadera desventaja, señoritas— dijo, decido a responder en plural —Es que en la mayoría de los hechizos de éste libro deberán tocar a su víctima antes de realizar un ataque efectivo. Como bien dijo la señorita Macnair, pueden maldecir a una persona solo con verle, o saber que está cerca, en la escena... pero, por ejemplo, para manipular a su rival como un títere, deberán tocarlo... marcarlo con sangre

 

La carpa se sacudió un poco, a lo lejos pudo oírse un gruñido que atrajo el viento y el suelo tembló levantando una fina capa de polvo. El Rey Serafín tercero se acercó a las féminas con el rostro compungido y les entregó un escudo a cada uno, de la más fina y trabajada madera, con encantamientos que impedían se astillase y no sirviese para nada. La hora había llegado más rápido de lo que Bakari se temió, esperaba que tanto Hannity como Ariadna estuvieran a la altura de las circunstancias.

 

—Ésta no es una clase de libro como cualquier otra con pergaminos y pizarras. Si alguna desea volver al Ateneo puedo abrir un portal ahora mismo, caso contrario... es hora de marchar al frente, los soldados del Rey nos cubrirán hasta que podamos infiltrarnos en su castillo improvisado.

 

El guerrero levantó con un movimiento la fina tela que hacía las veces de puerta para dejar pasar a sus alumnas y la dejó caer un segundo después siguiendo sus pasos. Al frente, unos cien hombres aproximadamente hincaron la rodilla a los pies de las brujas honrando su accionar en nombre de la princesa a rescatar y luego se incorporaron para emprender viaje. Irían a pie

 

—Uno de los prisioneros del Rey confesó que la princesa se encuentra encerrada en las mazmorras, bajo tierra. Pero que los señores de las montañas han puesto una trampa a todo aquel que intente bajar— hizo una pausa —aun no sabemos de qué se trata.

 

Señaló el frente restando importancia a lo que acababa de decir, aun estaban a tiempo de abandonar la escena. Él comenzaba el trayecto hacia el frente de batalla

 

 

[Idylla Macnair T.]

Su respuesta fue bien recibida para el guerrero, y era cierto que para poder activar los hechizos del libro había que estar en una pelea cuerpo a cuerpo para poder tocar al oponente. Eso era muy conveniente en peleas donde la varita no era necesaria o donde pudieras cortar a la otra persona sin que se diera cuenta de tus intenciones.

 

Mientras pensaba aquello, salio elel rey otorgándoles dos escudos a las chicas y ella se lo puso rememorando épocas pasadas, uno de sus hermanos le enseñó ya hacia bastante tiempo a usar espadas y escudos con gran habilidad. Lástima que lo hubiera perdido cuando aún era muy joven, miro al guerrero diciendo las palabras de que podían abandonar la clase cuando quisieran, así que lo miro ferozmente.

 

—Un Macnair nunca abandona la batalla, y menos si una persona está en riesgo. Aprender sobre hechizos nunca va a ser fácil, pero para eso estamos aquí ¿Qué no? Si las cosas fueran fáciles cualquiera las haria—

 

Así que la princesa se eencontraba abajo, la chica siguió al guerrero y al los demás hacia el sitío donde la tenían prisionera. Pensando alguna forma de pasar sus barreras —Se queque esto es de otro libro, pero podría usar el salvaguardia para poder pasar por los hechizos y el anillo de detención de peligro para saber ccuántos son a lo que nos enfrentamos—

 

—Quizá con la daga cortar a algunos cuantos guardias y ponerlos a nuestro servicio, aunque eso me deja otra duda— hablo en direccon al guerrero —se puede sólo controlar a una persona o ¿pueden ser varias a la vez?—