MISIÓN La Mansión de los Sentidos

[Nate Weasley]

Al llamado de un miembro acudirán,

sin pista o conocimiento y en contra de mejor juicio.

Lo que allí encontrarán,

puede llevarlos hasta el desquicio.

No parece sino una mansión común y corriente,

todo se ajusta a lo que les han dicho.

Una vez dentro, sin embargo,

les aguarda un suplicio.

Conforme la mansión les revele sus secretos,

que indefectiblemente necesitan,

demonios y espíritus estarán al acecho,

para llevarse aquello que más precisan.

La audición se les irá primero,

obligándolos a aprender a comunicarse.

Luego se les irá el tacto,

y sin varita deberán manejarse.

Tercero y último se les irá la vista,

pero para entonces ya tendrán las pistas.

¡Atentos, compañeros! El misterio deben resolver.

O sino, lamento deciros, jamás podrán volver.

Si la respuesta encuentran,

la mansión los dignará valiosos.

Y sólo entonces,

el clan les dará sus poderes grandiosos.

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Participantes de la Misión

Orden de Avalon

@@Sherlyn Stark – Conexión Espiritual

Orden de la Mano de Plata

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Orden Oscura

@Nathan A. Weasley – Conocimiento de las Sombras

@ – Control de Energía Interna

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Bienvenidos todos a una edición especial de las Misiones de Bando. Especial, claro, porque la estoy abriendo yo, y porque haremos uso de la temática de Halloween para proponer una misión algo distinta. La he hecho lo suficientemente abierta como para que los participantes podamos ir llenando los huecos. Así que, quien rolee primero, tiene total libertad de decidir si iniciarla antes (reuniéndonos para acudir al llamado) o ya dentro de la misión, en función de lo que ustedes crean mejor, más conveniente o más entretenido.

Por último, les dejo los links de importancia acerca del funcionamiento de las misiones y los clanes, sería bueno que les echen un vistazo.

+Ver más sobre el funcionamiento de las misiones de clanes
+Ver más sobre los clanes de la Orden del Fénix
+Línea cronológica de la Orden del Fénix

Editado 2 de Noviembre del 2020 por Nathan A. Weasley

[Goderic Slithering]

Observa fijamente la sangre fluir por su mano izquierda. Guarda la daga de sacrificio en su monedero y venda la herida, ni siquiera utiliza magia para curarse. Ciertamente cualquiera podría suponer que era un comportamiento autodestructivo y, probablemente, fuera cierto. Sin embargo, para Goderic era una ofrenda, un recordatorio y un juramento en honor al pasado. Sin duda, aquella noche de Halloween sería una de las más memorables de su vida.

A pesar de su estado inestable, el mago sabe que debe continuar con sus actividades diarias, en específico, aquella misión de la Orden del Fénix. No recordaba grandes detalles, como quién le había entregado la misión con suerte recordaba el lugar donde había sido citado. En su interior, le parece un gran desacierto e irresponsabilidad ir a una misión en aquel estado mental y de desconcentración pero sabe que solo la acción y sintiéndose útil podría hacer catarsis.

Se encuentra fuera de la mansión, en el jardín, esperando al resto de los miembros de la Orden. Su mano pica y arde pero no lo demuestra, a pesar de estar aparentemente solo. La venda inicialmente blanca se encontraba oscura por la cantidad de sangre coagulada pero no se encuentra cómodo cambiándola en aquella situación. Levanta el cuello de su camisa para cubrirse del fuerte y frío viento que mecía las hojas de los árboles, las cuales formaban una danza de sombras que, de noche, sería una tétrica pero cautivante escena.

Escucha pasos a su alrededor, con la altura del pasto descuidado resultaba casi imposible caminar sigilosamente. Esperaba que del grupo alguien tomase el rol de líder de la expedición, puesto que él, ni siquiera sabía a qué venían a la mansión. Se lamenta un poco de no haber puesto la atención suficiente pero confiaba en sus compañeros y, con su estado de ánimo, no importaba lo que el destino les tuviera preparado en la mansión, él simplemente atacaría con todo. Sin planes, solo destrucción.

[Sherlyn Stark]

Cerró sus ojos y pacientemente intentó sentir cada uno de los componentes del lugar, el olor de la hierba madura que indicaba un jardín muy descuidado, la débil luz que proyectaban los últimos rayos de sol sobre ellos y, por último, el cielo despejado, que a medida que pasaban las horas cambiaba su tono, haciéndose cada vez más oscuro. Sin embargo, por alguna razón, no podía concentrarse ni sentir ningún tipo de energía.

Se acercó al árbol más cercano caminando con dificultad y esquivando cada una de las ramas secas que yacían en el suelo. Había diferentes clases de plantas, algunas no las había visto nunca, lo que era extraño porque creía conocer cada una de las plantas más comunes del mundo mágico. Las más impresionantes eran las enredaderas que sin ser su propósito principal eran capaces de entrelazar sus tallos en los tobillos y hacerle tropezar o caer. Fue cuidadosa. Se acercó con la intención de no hacer daño a las plantas porque conocía los mecanismos de defensa que podían emplear.

Una vez en ese lugar, volvió a cerrar sus ojos sin bajar la guardia. Solían decir que la conexión con la naturaleza fortalecían las habilidades con la Orden de Avalón; sin embargo, en esa ocasión no funcionaba. Fue cuando se percató que algo no estaba bien, al menos en esas inmediaciones. Miró hacía la mansión sombría y apartada. Esa imagen inspiraba a varias historias y referencias sobre ella. Sin embargo, no conocía ninguna, ya sea verdadera o algún tipo de teoría. Eso último le generaba intriga ya que era extraño que una mansión de esas características no tuviera una historia o un invento de ella.

Decidió que le restaría importancia. Después de todo, el motivo por el que se encontraba en ese lugar no era más que una simple expedición o al menos eso recordaba.

— Absobio —pensó.

Jamás había utilizado ese poder y tampoco sabía de qué manera podía utilizarlo para percibir amenazas, sin embargo, éste no salió correctamente. La razón podía ser porque necesitaba más practica y mayor concentración de energía. Pero, estaba segura que de haberse efectuado correctamente le habría podido advertir sobre el peligro que corría en ese lugar. En ese momento sólo era un presentimiento.

Cuando acercó su varita con la intención de invocar a sus compañeros de la Orden del Fénix, distinguió una figura masculina a unos metros de ella. Era Goderic. Bajó su varita dudando si debía llamar al resto de los miembros y tras pensarlo unos minutos, decidió que los llamaría.

— Expecto Patronum —pronunció.

La figura de un felino silvestre apareció ante ella y desapareció luego de recibir indicaciones precisas. Sólo mencionó la localización de la mansión y se limitó a pedir ayuda sin dar más detalles de la situación. Luego caminó con cuidado hacía Goderic.

Editado 6 de Noviembre del 2020 por Sherlyn Stark

[Nate Weasley]

Sonríe escuetamente al ver el patronus materializarse frente a él, la voz de Sherlyn instándolo a ir al lugar al cual él mismo los había citado, anónimamente. Nathan no tenía muy en claro todavía cuál era el propósito de llevarlos a todos allí, pero Madeleine había sido muy explícita a pesar de su repentina e inexplicada ausencia: la Mansión guardaba secretos que la Orden del Fénix debía desmantelar y, para no perder la costumbre, la Moody no había escatimado misterio y se había quedado con los detalles salvo por uno que, naturalmente, no hizo más que encender la chispa de curiosidad en el Weasley: sería él quien los instruiría a aparecerse allí, pero ellos no lo sabrían y tampoco debían saberlo, bajo ningún punto de vista.

 

Sabe que ha logrado su cometido al ver el patronus, y pretende demorarse unos cuantos minutos dado que ya estaba listo para desaparecerse hacia la mansión mucho antes de que la figura incorpórea se apareciese frente a él. Eventualmente, decide que suficiente tiempo ha transcurrido y se desaparece del lugar en donde está rumbo hacia donde sus compañeros se encuentran, poniendo pie en tierra firme a apenas unos metros de Sherlyn y Goderic; a la primera no la ve desde su encuentro en un galpón donde había comercio ilícito de muggles, y al último lo vio por última vez luego de que lograran escapar de Genetics hacía ya varias semanas.

 

– Buenas noches. – saluda a ambos, con un asentimiento – ¿Sabemos ya qué hacemos aquí? – agrega, segundos después, disimulando ignorancia a la vez que se asegura de cerrar su mente a los ojos de cualquier legilimago. No está seguro de si alguno de ellos lo es, pero las instrucciones de Madeleine eran claras: si sus compañeros sabían que había sido él quien los convocó a la misión, todo se desmoronaría y, sin embargo... no es capaz de imaginarse por qué. Hace días viene dándole vuelta a la idea en su cabeza, pero no es capaz de encontrar respuesta.

 

Nathan evalúa con la mirada la Mansión que tiene delante de él: ciertamente tenebrosa y abandonada, no parece ser el lugar que tenga cosas de interés para la Orden del Fénix y, sin embargo, una voz en su interior le advierte que aquel lugar aloja cosas que van más allá de lo visible: espíritus y demonios, por ejemplo. Aún no se acostumbra a tener la voz de sus poderes de Oscuro advirtiéndole acerca de energías extrañas que no todos pueden sensar, pero debe admitir que ésta le ha sido de utilidad más veces que no. Su travesía dentro de la Orden Oscura ya no es tan precoz, pero a pesar de que los conocimientos que acaba de adquirir son extremadamente complejos, sabe que todavía le queda un largo camino por recorrer.

 

– ¿Procedemos, entonces? ¿O esperamos a alguien más? – inquiere, segundos después. – Umbra – piensa, segundos más tarde, y su tenue sombra se disocia de él para comenzar a explorar el terreno. Sonríe, para sí mismo más que otra cosa, puesto que meses atrás aquel maleficio le había dado gran dificultad y ahora era hartamente ducho en separarse de su sombra y, más importantemente, controlarla.

 

@@Goderic Slithering @@Sherlyn Stark

[Sherlyn Stark]

De alguna manera, el hecho que un compañero estuviera también en el lugar le generaba confianza. Sabía que si ocurría alguna situación imprevista podrían actuar a tiempo y llevarían ventaja; además, creía que no tardarían en llegar más miembros de la Orden del Fénix. Una parte de ella sabía que ella sola no podría superar los obstáculos ya que aún no sabía manejar algunos de los poderes otorgados por la Orden de Avalón. De todas formas, estaba decidida a hacer lo posible para que sus habilidades mejoraran.

Aún preocupada, miró a Goderic. Desconocía a cuál clan pertenecía él, pero podía estar segura de que no era al mismo que ella ya que nunca lo había visto por la Isla de Avalón. Sin embargo, sabía que lo descubriría más adelante. Le daba curiosidad los demás clanes, no sólo porque los poderes que podían tener eran diferentes sino po la historia y el significado que poseía cada uno de ellos. Antes de saludarlo, llegó Nathan. Suponía que le había llegado el patronus que había invocado instantes atrás, donde sólo especificaba la localización omitiendo el motivo por el cual los citaba.

— Buenas noches —respondió y se dio cuenta de que estaba oscureciendo muy rápido—. Realmente, no lo sé.

Se limitó a decir, debido que aún no tenía las ideas claras y, al parecer, él tampoco sabía qué era lo que hacían en ese lugar y ella podía suponer que, en ese caso, Goderic sí. Aunque también podía ser negativa su respuesta. Hasta ese momento lo único que podía pensar era en la mansión. Creía que escondía misterios y cosas que podría resultar inquietantes, como demonios o espíritus. Y, quizás, esa era la razón por la cual desde su llegada no había dejado de verla ni de estar atenta a ella.

Al oír la otra pregunta supo que era momento de revelar los misterios que escondía la mansión y responder a las preguntas que ella se formulaba en la cabeza. Era importante que recordara cada uno de los poderes que le podrían ser útiles y, por eso, hizo una lista de ellos en su mente y los repasaba constantemente. Por otra parte, no se sentía segura y esto provocaba que la mano con la cual sostenía su varita, temblara. Lo que más le preocupaba era su corta experiencia con los espíritus por lo que no sabía qué hechizos correspondían para enfrentarse a ellos si los había en la mansión.

— Claro —respondió la bruja—. Es el momento.

Miró atentamente hacía la entrada de la mansión. Por el miedo que la invadía no había podido percibir otras cosas, como el viento y la forma en la que se erizaba su piel por sentir frío. Lo que indicaba que debía haber escogido un abrigo más grueso y que más adelante debía escoger su ropa con más atención.

— Absobio —volvió a pensar. Fue una acción imprudente e impulsada por los nervios que sentía. Si bien, el hechizo no hizo ningún efecto pero al menos le hizo sentir más tranquila.

[Nate Weasley]

Las cosas no les serían sencillas para salir de allí. Lo supo apenas pusieron pie dentro del vestíbulo de la mansión, cuando una vez que todos los presentes estuvieron entre sus cuatro paredes, la puerta por la que habían entrado se cerró de un portazo. Un silencio inquebrantable se insinuó a continuación, solamente interrumpido por el sonido de la cerradura girar, encerrándolos allí. Y, sin embargo, aquello no era lo más inquietante: desde fuera, la mansión había estado a oscuras, todas y cada una de sus ventanas negras e infranqueables a la hora de vislumbrar lo que había dentro, pero ahora que estaban dentro Nathan podía ver que toda la mansión parecía estar iluminada por candelabros y velas dispuestos a intervalos regulares

 

El vestíbulo al que habían llegado era amplio, con pisos de mármol blanco y paredes a juego decoradas con retratos de una familia en vestidos antiguos o tapices desgastados sin mayor detalle. Frente a ellos, dos escaleras en semi-luna franqueaban una enorme mesa de caoba negra sobre la cual había un libro de portada negra, y ascendían a un piso superior que daba lugar a dos pasillos, uno a cada extremo. Donde ellos se encontraban, el vestíbulo daba lugar a cuatro pasillos –también claramente iluminados– que se perdían hacia los extremos de la mansión. ¿A dónde se suponía que tenían que ir? Sherlyn no tenía más información que la que le había transmitido en el Patronus, Goderic se mantenía en silencio y nada de lo que le había dicho Madeleine podía ayudarlos en ese momento.

 

Había algo más que lo preocupaba en aquel momento: Nathan había enviado su sombra hacía ya casi quince minutos, y ésta se había perdido en algún lado, demasiado lejano o de alguna otra manera inaccesible, puesto que la conexión con ella estaba perdida, como un teléfono móvil que se queda sin señal. Aún recordaba la advertencia de sus instructores, quienes habían sido explícitos en que la disociación entre sombra y oscuro no debe ser prolongada, o la primera se vuelve independiente a expensas de la energía del segundo. Nunca había testeado más que unos segundos estar separado de ella, y no tenía idea de cuánto tiempo podía dejar pasar hasta que comenzase a debilitarse, actuar rápido era menester.

 

– ¿Alguna sugerencia, sobre donde comenzar – inquirió Nathan, a sus compañeros.

 

Casi como si la Mansión hubiese estado esperando las primeras palabras, un piano comenzó a sonar desde una habitación ubicada a su izquierda. Miró a sus compañeros con curiosidad, preguntándose si ellos también sentían el mismo miedo que comenzaba a gestar en su interior.

 

– Daimōn – invocó, decidido. Su orden bastó para que Seere se apareciese frente a ellos; misterioso más expeditivo, inmediatamente hizo una corta reverencia frente a su invocador y compañía. – ¿Qué nos espera a nosotros aquí? – inquirió el Weasley a continuación, inseguro de como formular la pregunta que todos los allí presentes se hacían.

 

El demonio sonrió con perspicacia y se tomó unos segundos antes de responder.

 

Allí en donde la noche fatídica,

vio lo peor que esta mansión ha presenciado.

Se esconde de forma empírica,

lo que muchos han ocultado.

La suma de sus ojos puede verlo,

incluso si estos mismos separados no.

Cuidado, pues trampas ha de haber,

el objetivo es, hacerlos temer.

No frenarán hasta dejarlos inválidos.

De ellos depende que el secreto que de a salvo.

Pero ustedes unidos pueden vencer,

si el precio correcto podéis poner.

Puesto que, mi estimado Oscuro,

No se gana sin perder.

Ni se lleva sin dejar.

@@Goderic Slithering @ @@Ela Karoline @@Sherlyn Stark

Editado 13 de Noviembre del 2020 por Nathan A. Weasley

[Goderic Slithering]

– Buenas noches.

Saluda sin mucho interés y con bastante monotonía. A pesar de girarse a ver a sus compañeros, su cerebro no parece procesar la suficiente información como para asociarlos con algún nombre. Se conforma con saber que eran aliados. No responde a la pregunta, la cual ni siquiera escucha. Al observar a Nathan invocar a su sombra, Goderic hace lo mismo por mera imitación sin siquiera entregarle alguna orden. De todas formas ya había practicado bastante con aquel hechizo por lo que, a pesar de no generar conciencia ni separarse de su dueño, su Sombra ya tenía algunas órdenes preestablecidas como asegurar su protección.

La puerta cerrándose de golpe, lo despertó ligeramente de su ensimismamiento y estado letárgico, de hecho, llegó a dar un leve brinco por el susto. Su mano derecha, la cual empuña su varita, se cerró con más fuerza. La mansión poseía una arquitectura que le agradaba, aunque el ambiente algo tétrico le quitaba bastante de su encanto. Su interés se enfoca inmediatamente en un libro que se mimetiza bien con la oscuridad de la mesa caoba.

Enviar a su sombra a recorrer el lugar podría resultar lo más óptimo y seguro pero la sensación de peligro que erizaba su piel le advertía que mientras se mantuvieran en un equipo. Luego de escuchar la respuesta de Seere, un príncipe el cual había sido invocado por Nathan, se decidió por seguir con su intuición y no alejarse de su sombra y añadir más seres al reducido grupo. Invoca algunas Criaturas de sombras luego de un ritual sencillo que ya había mecanizado.

Una ave pequeña y oscura se posa sobre su hombro derecho, trayendo recuerdos de sus antiguos tiempos de batalla donde un fénix solía ser una valiosa compañía. Por otra parte, un gran perro husky se mantiene de pie resguardando su flanco izquierdo. Acaricia con su mano la cabeza del can, que se encuentra en posición de alerta, con las orejas paradas prestando atención al ambiente que, sin duda alguna, escondía graves peligros.

– Entre más ojos se sumen, mejor ¿no?.

No sabe si ha hablado demasiado bajo o qué, pero sus compañeros parecieron no haber escuchado su declaración. Goderic, por su parte, tampoco podía escuchar el gruñido que hacía su bestia canina que parecía estar advirtiéndole a algo que no se acercara o atacaría.

[Sherlyn Stark]

Al entrar en la mansión tuvo la sensación de que algo había cambiado y no era, precisamente, la diferencia entre la temperatura exterior y aquella, sino con lo que era capaz de percibir. Se había encontrado con un sitio diferente al que había imaginado, por un lado la luz era intensa y, bajo su punto de vista, su brillo parecía irreal, como si perteneciera a mundo diferente. Asimismo, le permitía ver detalles del vestíbulo y de los cuatro pasillos a los que conectaba. Se detuvo y observó cada uno de los muebles que estaban a su alrededor, los cuadros con imágenes imperceptibles desde aquella posición y, por último, el libro negro encima que ocupaba una posición llamativa encima de la mesa.

Por si no era poco, la puerta se cerró bruscamente y provocó que se sobresaltara y, que incluso, desde su perspectiva, algunas cosas se movieran de lugar. Tardó unos segundos en reaccionar que no la había cerrado ninguno de sus compañeros y que al estar cerrada con llave, no sería fácil salir de la mansión. Más que miedo, le provocaba inquietud, en especial porque sabía que estaba encerrada. Miró hacía las ventanas pero no tardó en darse cuenta que estaban selladas y que no se arriesgaría a abrirlas si contenían una magia oscura, hasta ahora desconocida.

Luego, prestó atención a las acciones de sus compañeros que al igual que a diferencia de ella trataban de buscar la raíz del problema, analizando el lugar con los poderes de la Orden Oscura, y de esa manera supo que buscar una salida alternativa no sería la solución. Volvió a mirar todo el lugar en busca de algún indicio que le permitiera tener alguna pista de cómo proseguir y así volvió a mirar el libro que estaba sobre la mesa. Imaginaba que podía contener información relevante, así que se acercó hacía éste sin perderlo de vista ya que debía ser consiente de que en ese lugar podía ocurrir cualquier cosa.

— Purificación espiritual —susurró.

El efecto provocaría que el objeto se liberara del control de la magia oscura del podría estar envuelto. La acción fue directa e inmediata, intuyó que se había realizado perfectamente. No era la primera vez que había utilizado aquel poder, por lo que no dudaba en esto último. Aún así, antes de agarrarlo, debía asegurarse y por esa razón, volvió a decir: — Purificación espiritual.

Al tomar el libro con ambas manos, lo abrió y para su sorpresa se encontró con páginas en blanco, sin números ni signos. Recordó las historias sobre libros y sus páginas en blanco en el que luego se rellenaban, así que decidió quedarse con él.

Lo tomó con fuerza y miró hacía el frente. Pudo ver ambas escaleras y en ese momento fue cuando se dio cuenta que el lugar podía esconder más cosas, quizás espíritus. Por lo tanto, debía emplear poderes que le ayudaran a descubrirlo.

— Llamatus Seres —pensó, con la intención de percibir y conocer más cosas sobre la mansión.

[Nate Weasley]

Nathan se encontraba incapaz de comprender cómo proceder. A pesar de la predicción de Seere, las criaturas de las sombras que Goderic había convocado y el libro en blanco que Sherlyn había purgado de magia oscura, nada en la mansión los atraía hacia algún punto en particular. Para empeorar las cosas, las consecuencias de estar separado de su sombra eran cada vez más perceptibles; tenía la frente perlada del sudor, los músculos le pesaban como si estuvieren hechos de plomo y la piel le pedía a gritos que se pusiera a cubierto como si estuviese en el medio del polo norte.

 

– No me siento bien. – quizo decir, y sin embargo no llegó a terminar la frase. Justo a mitad de su oración, todas las luces en la mansión se apagaron y el ruido de un ventarrón fuerte inundó sus oídos por casi un minuto hasta que, finalmente, la luz volvió a encenderse.

 

El vestíbulo permanecía inmutado, a excepción de que tanto Sherlyn como Goderic habían desaparecido: el lugar donde habían estado momentos atrás ahora vacío. Una sensación de pánico agudo, profuso y visceral lo inundó, renovándolo de una frágil energía que se contraponía al peso de su sombra faltante que empujaba buscaba hacerse más fuerte a expensas de él. Tan fuerte como pudo, gritó el nombre de Sherlyn, pero se sorprendió al no escucharse a sí mismo decirlo. Intentó nuevamente con el nombre de su compañero, sin mayor fruto. Pensándoselo bien, no podía escuchar absolutamente nada: estaba sordo, sólo y débil.

 

* - *

 

Sherlyn aparecería en la cocina, no sólo sorda sino también desorientada. Allí no estaría sola, sino que más de una decena de espíritus se encontrarían en su camino a la habitación principal, a la que por algún motivo sabría tenía que llegar. De estos espíritus, no todos eran buenos; había aquellos que con intenciones por demás impuras buscarían aprovecharse de una Iniciada en la Orden de Avalón, y sin embargo ella tendría la oportunidad de hacer uso de la magia y los poderes de su clan para distinguir entre los espíritus con malas y buenas intenciones, siendo éstos últimos los que la ayudarían a llegar a destino.

 

* - *

 

Goderic, por su parte, se encontraría a sí mismo en el ático, justo por encima de la habitación principal. La sordera sería la menor de sus preocupaciones, puesto que estando tan cerca del lugar donde los tres miembros de la Orden del Fénix debían confluir para desvelar el secreto, la Mansión se lo pondría más difícil: sería el primero en perder la visión; y por más que su magia permaneciese intacta, no existe mayor peligro para un Oscuro que cuando su propia magia alterna se vuelve contra él. ¿Cómo podría Goderic controlar a aquellos espíritus y criaturas oscuras que se volverían contra él al notarlo vulnerable? ¿Cuánto de sí debería sacrificar para poder doblegarlos a su voluntad, a pesar de sus limitaciones?

 

* - *

 

Nathan, por su parte, se vería obligado a encontrar su sombra si quería sobrevivir, tarea que le sería difícil sin su audición y su visión, sentido que perdería eventualmente. Su sombra, aún cumpliendo su voluntad, quiere mostrarle la habitación que todo lo guarda, y sin embargo para llegar a ella deberá recurrir a otras criaturas y seres Oscuros que estuviesen dispuesto a asistirlo en su causa, incluso en momentos donde no podía comandar gran poder.

 

@@Goderic Slithering @@Sherlyn Stark

[Goderic Slithering]

– Juguemos en el bosque mientras el lobo no está... ¿el lobo está?

Hace minutos que Goderic ya había notado que su sentido de la audición era inexistente. No obstante, podía escuchar dentro de su mente aquella canción infantil, claro, la alegría y colorido intrínseca de una canción infantil había sido reemplazada por un tono más pausado y dramático pero sobre todo más tétrico. No le sorprende poder escuchar voces en su mente, después de todo la energía maldita en el lugar era tan poderosa como para poder separar tan fácilmente al grupo. Fue por esa misma energía que Goderic decide desaparecer la invocación de su sombra, podía sentir como un ente quisiera romper el lazo que los unía.

La situación le recordaba ligeramente a una mansión en Japón en la que residía un Saka-Bashira, un espíritu de la naturaleza molesto. Se cuenta que los Saka-bashira nacen cuando los pilares de las casas hechas de madera, se colocan en posición contraria a la que tenía el árbol en vida (raíces arriba y copa del árbol en el suelo) lo cual molesta al espíritu del árbol que molesta a sus residentes con ruidos, frases molestas y causa la ruina.

Su ave había volado con la única misión de buscar a sus compañeros de equipo, separados no llegarían muy lejos. Solo esperaba que su ave pudiera lograr su tarea, aunque creía que sí ya que, a pesar de su apariencia frágil, era una criatura de las sombras y, por ende, poseía una resistencia sobrenatural. Por su parte, su perro había partido a buscar el objeto con más energía maldita dentro del lugar. Si fuera un Saka-Bashira, encontraría el pilar; si fuera otra cosa, de todas formas debería tener algún núcleo que destruir o exorcizar.

Goderic se había quedado completamente solo. Solo en completa oscuridad y sin sonido alguno. No le cabía duda que cualquier persona se alteraría al notarse sin sentido de la vista y audición. Sin embargo, el mago ya había vivido algo similar. Todavía recordaba la prueba que tuvo que pasar, aquellos tres meses dentro de una caverna oscura y en solitario. Ahora la oscuridad era su amiga, sus otros sentidos se agudizaron lo suficiente como para poder sentir, para poder ver y oír a pesar de no utilizar sus ojos ni sus oídos. Probablemente, su ojo interior, el don de la videncia ayudaba a ampliar aún más sus sentidos.

Gracias al Phantom que utiliza, puede esquivar en los últimos momentos el picotazo de una ave que lo ataca. Sabía que la criatura lo atacaría, puesto que había sentido su conexión entorpecerse hasta el punto de que sabía que su lealtad se vería puesta a prueba. Su can, por su parte, se encontraba aún conectado con él y con la orden de ayudar a sus compañeros si se encontraban con él.

¿Cómo detendría a su compañero volador sin dos de sus sentidos? Sería complicado, no lo dudaba. Sin embargo, algo se le ocurriría.