Luxury Hotel

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

 

Beverly Hills, California.

 

 

-<<Luxury Hotel>> - el castaño leyó el nombre que en ornamentada caligrafía dorada relucía en la enorme puerta doble de vidrio polarizado que marcaba la entrada principal al edificio – Un nombre muy pretensioso para un hotel que lleva desde los 80s cerrado y con un prontuario no tan lujoso – terminó de formular su opinión antes de girarse hacia Alan que se encontraba a su lado.

 

 

-Describir el prontuario como “no tan lujoso” es lujoso, ¿Cuántos crímenes espantosos se sucedieron desde que se abrió este edificio? ¿Cuántos psicópatas, sociópatas, genocidas y trastornados se han hospedado en sus habitaciones? Y ni hablar de los oscuros eventos que se dieron en los 90s una vez quedo abandonado, y no todos los drogadictos murieron de sobredosis por opio, no, no señor, esa es la explicación que se le dio a los nomajs, pero tú y yo, toda la comunidad mágica del país sabe la verdad – Alan tuvo que alzar su voz para anteponerse al sonido de los vehículos que pasaban por una de las calles más comerciales de Beverly Hills.

 

 

-Y ahora lo han convertido en el escenario del primer reality mágico de la historia – decir aquello en voz alta no modificaba su férrea aversión sobre aquella idea, estar parado frente al edificio pronto para estar presente mientras esa locura se llevaba a cabo le parecía inverosímil.

 

 

 

-Hollywood no está muy lejos de aquí, no sé qué te sorprende, no quiero ni pensar en el desfile de personalidades que participaran en esto, cuantas estrellitas caprichosas, hambrientos de fama y egomaníacos compartirán la mesa con nosotros – sonrió amargamente el rubio.

 

 

 

-¿Tú crees que nos dejaran comer con las estrellas? Suficiente con que nos dieran una habitación doble con aire acondicionado, gracias Roanoke – Matt replicó teniendo muy en claro que su legajo como seguridad en la grabación de la película en Carolina de Norte era el responsable de que se encontraran en ese momento frente al “Luxury Hotel”

 

 

La caída del Estatuto del Secreto no solo implicó un cambio en el paradigma de la sociedad no mágica sino que la población mágica se vio también afectada, los intercambios entre ambos mundos que hasta el momento se desarrollaban en paralelo eran cada vez más frecuentes y el entretenimiento no era la excepción. El mundo del reality había llegado al mundo mágico y por mas que se negara aceptarlo está formando parte del aquel ¿hito? En la historia de la industria del entretenimiento mágico.

 

 

-Aún no comprendo porque quieren seguridad, según entendí en el contrato que todos los participantes debieron firmar desligaban al Hotel de toda responsabilidad en cuanto a su propia integridad física y mental, incluida la muerte, todo por un poco de cámara y bueno una buena millonada de dragots…. ¿Cuántos nos pagaban a nosotros? –

 

 

-Mejor ni recordarlo – sonrió Matt mientras se acercaba a la puerta doble y esta automáticamente se deslizó lateralmente permitiéndoles el ingreso. Dentro la suntuosidad los agobió, poco quedaba del maltratado hotel que cayó en el olvido hacía varios años donde los drogadictos y los indigentes buscaban refugio por las noches.

 

 

-¿Nos estarán grabando? – preguntó Alan mientras recorrían el vestíbulo decorado con altas columnas de mármol veteado hacia la recepción.

 

 

Matt miró en todas direcciones pero no pudo notar ni una sola cámara –No lo dudes ni por un segundo, bienvenido al nuevo mundo –