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Sagrados Veintiocho


Aaron Black Yaxley
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Capitulo 1°

"La caída del Auror"

***En estos días traigo banner***

 

 

En las frías y húmedas catacumbas, lugar donde se hallaban las salas de prisión, un roedor olfateaba desde lo alto de una biga, un pan sin morder. La estancia donde Elvis Gryffindor se encontraba capturado, estaba resguardada con magia tanto para reducir sonidos como también para desorientar a quienes no poseían el grabado tenebroso, activo en su piel. La gotera de alguna cañería filtrada era lo único que podía apreciarse sobre el adoquinado suelo.

Encapuchado y enmascarado bajo la apariencia de Caelum- seudónimo con el que me daría a conocer libremente ante mis convicciones- bajé las escalinatas para encontrarme a un par de brujas frente a la celda. Acomodé el cabestrillo que sujetaba uno de mis brazos, herido por la daga que me había dañado hace un par de días y me detuve frente a ellas, buscando luego un espacio entre ambas para mirar al viejo Gryffindor desde el otro lado de los barrotes. La voz no sería más que un eco en susurros.

- ¿Quién lo diría?- cuestioné mientras aferraba la mano libre a uno de los barrotes, haciendo amague de querer arrancarlo, demostrándole que nadie podría rescatarlo de allí- ¡El auror por excelencia!, esperando su sentencia... bien hecho Shiva...- recalqué, enhorabuena por la hija del prisionero, quien se encontraba ahí junto a Yume. Había pasado tras de ella, deslizando la diestra de hombro a hombro- No todos los días se captura a una eminencia de la bandada de fenixianos...¡Súbanlo dentro de veinte minutos!, el juicio será público frente a los conservadores del culto, y de la casta a la que ellos llaman... tenebrosa...- un brillo cruzaba el gris opaco de mis ojos.

Dicho tal, giré sobre mi eje para dirigirme hacia los salones de bienvenida.


***



Al exterior el ocaso se teñía entre lilas y anaranjados, colores que se escondían tras los nubarrones que auguraban una noche fría. De momento, lo único que se oía eran los grillos, algunos revoloteos indiferentes y el correr del agua en la fuente, lugar donde aparecieron un par de magos y brujas. Todos descalzos, llevaban túnicas blancas, pulcras y de capa larga que arrastraban tras su coordinante andar.

-Repello muggletum...repello muggletum...

Repetían una y otra vez mientras se alejaban en distintas direcciones para resguardar un área edificada, conocida como el palacio de Holyrood, en Edimburgo. Y así, como si fuese encerrado en una burbuja, el cascaron de magia invisible se extendió veloz hasta todas las entradas, caminos y carreteras, que pudiesen ser utilizadas por los seres no mágicos.

Se sabía, o al menos se intuía, que los muggles habían mantenido una reunión de naciones en la que algunos exponentes de la sociedad mágica habían sido expuestos a la vista pública. Se comentaba que planeaban un atentado, sobre todo ahora que el Inquisidor había quedado como héroe tras el ataque a Hogwarts, San Mungo y el Ministerio Inglés. ¿Estarían vinculados? ¡desconocíamos tal cosa!

En paralelo a ello, con Sagitas al mando del gobierno mágico, habríamos algunas y algunos que no confiaríamos en la mano dura que debiese recaer sobre la inferioridad del nomaj, y junto con ello, el peso de la ley sobre los fenixianos, bando rebelde que había escalado tribuna dentro de la política mágica logrando un duro frente ante al conservadurismo escondido entre prácticas mortífagas. Una lucha indefinida e incesante por el culto mágico; una guerra fría que parecía ser una bomba de tiempo.

Todo preparado, la invitación había sido hecha para cada miembro del legado volderista, como así también para cada supremacista y conservador de los principios genuinos de la magia. Aquella noche habría un sacrificio para rememorar una sociedad oculta, un grupo que cada vez se oía más fuerte en los callejones mágicos, un círculo aclamado por muchos y odiado por otros tantos, el círculo del sagrado veintiocho.


***



En algún lugar del palacio, los mortífagos y las familias que clamaban por el conservadurismo mágico, se reunían para reconstituir y glorificar uno de los cultos más antiguos del mundo mágico, el famoso círculo de las familias sagradas.

-...No estoy aquí para pedirles lo obvio, que es ir contra el inquisidor, ¡más bien estoy aquí, para realzar el legado que hemos olvidado, los principios que se han fracturado y el poder que se ha desvirtuado!...- enmascarado, les hablaba con ímpetu, sin pararme sobre tarimas ni escenarios céntricos, mientras la reina muggle levitaba de boca al techo con los brazos caídos y las piernas flectadas. Había sido aturdida por algún otro miembro de los mortífagos y la tenía allí, a merced de los seguidores de la serpiente enroscada a la calavera junto a su guardia real. Todos éstos últimos arrodillados a penitencia de unos cuántos enmascarados- ¡Hoy habrá sentencia sobre aquellos que desconocen el poder que nos fue otorgado y con el que hemos de prevalecer nuestra existencia!, por nuestro legado, por nuestro bando- dicté, aligerando el alardeo de mis discursos- ¿A favor de la ejecución?...

Ironicé entre ecos desbordantes mientras elevaba el brazo sano extendiendo mi varita, esperando que supiesen escoger sabiamente pues no toleraría encrucijadas ni reacciones con las que pueda dudar de la lealtad que depositaban allí. Varios comenzaron a levantar sus brazos, exigiendo la ejecución de los muggles allí, en medio de todos nosotros.

-Está bien, está bien... nadie les impide llorar...- sopesé ante un muchacho, uno de los soldados que debían de dar su vida por la corona muggle, mientras tiritaba sobre un charco que manchaba sus pantalones- ¡Oh! no se trata de lágrimas...Está bien, hijo. Serás el primero...¡Avada Kedavra!...

El haz de luz verde iluminó en destellos la sala, sombreando las máscaras y rostros descubiertos de los muggles, golpeando duramente el cuerpo del muchacho al que había dictado sentencia de muerte; la luz fue arrebatada de su mirada y lo que pareciese ser un quejido en realidad había sido su último suspiro.

-Muy bien, ¿Quién sigue?...

Cada uno de los guardias de palacio serían ejecutados a la vista de la casta tenebrosa, siendo la reina quién concluiría con aquella ola de asesinatos a sangre fría, cuando un augurey invocado en fuego maldito e intensificado en tamaño, abrazaría sus alas rodeando a su majestad para consumirla y no dejar rastro de ella. En su vuelo, misma suerte correrían los cadáveres de los soldados desarmados y levitados mediante magia.

-¡Traigan al auror!

Editado por Aaron Black Yaxley

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La humedad brotaba de las paredes rocosas, hacía frío y la luz escaseaba. Los barrotes de hierro me surcaban la espalda, no quería mirar, no me atrevía a encontrarme con la mirada de mi padre ¿Acaso aún podría sucumbir ante un arrebato de culpa y arrojar todo por la borda? Miré a mi alrededor, debí dejar que Black lo asesinara en Suiza, o incluso hacerlo yo misma. Pero el solo pensar el hecho de que mi padre pudiera haber asesinado a... un temblor corrió por mi pecho que de ser humana hubiera generado violentos latidos que hasta un lobo podría escuchar, había tomado mi decisión y debía ser fiel a ello, la esplendorosa familia Gryffindor recuperaría su reputación, yo guiaría a mi familia por el bando correcto, el elegido para ganar una guerra entre traidores a la sangre y muggles.

 

Fijé la mirada en Yume cuando Caelum se fue, una mirada de complicidad ante quien alguna vez me había acogido como madre y que hoy era mi compañera de bando. Finalmente dí media vuelta y me enfrenté a mi mayor pecado.

 

En aquélla celda yerma yacía un envejecido Elvis, aquel que antaño había sido invencible, un duelista de primera, ¡un verdadero héroe!. Sería sometido ante el juicio del nuevo orden, el que daría fin al libertinaje mágico y fijaría las pautas para que el conservadurismo prevalezca de la mano de quienes no tenemos piedad por los impuros. Intenté ver a mi padre como la semilla que daría vida a ese nuevo orden.

 

Levanté mi varita con la diestra y con un leve movimiento mi máscara de hueso se desvaneció.

 

-No le haré daño a Lunita- dije despacio, mirándolo directamente a los ojos y con unas ganas de llorar que me vencían -Tuve que elegir, y...- no pude continuar, las lágrimas cayeron sobre mis mejillas y la voz se me quebró -descubriré quién es el inquisidor, terminaré esta guerra con quienes elegí como compañeros, no te mentí ese día en tu oficina cuando dije que quiero que esta guerra termine.

La voz del líder resonó por las paredes:

 

¡Traigan al prisionero!”

 

La hora había llegado, la parca estaba llamando y a mi padre se la entregaría en bandeja de plata.

 

-Tienes un nieto, su nombre es Mael- fue lo último que pude decir -todo lo que hago es para darle un mundo mejor, aunque nuestro concepto de mundo mejor sea por completo diferente.

 

Regresé la mirada a Yume y asentí para avanzara con el prisionero.

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cbfLfe0.jpg Elvis F. Gryffindor.~

 

Todo era oscuridad. Parecía que levitaba en medio del universo. Sin aire, sin nada a mi alrededor. En el mismo vacío. Algo se movía en el fondo, de un momento a otro. Parecía una llama, una niebla roja como el fuego. Me recordó al cabello de mis pequeñas. Y desapareció. ¿Podía mover mi cuerpo? Ni lo sentía. No sabía ni siquiera si estaba soñando. Pasaron algunas imágenes más. Aunque muchas no comprendía.

 

Paredes altas de piedra, tanto grises como agrietadas y humedecidas, se elevaban tan alto que se perdían en la oscuridad. Era un pasillo sin final, sin ventanas, sin antorchas. Era extraño, porque parecía que había una luz demasiado débil, pero sin saber de dónde provenía. A lo lejos se escuchaba un goteo. Caminaba lentamente, sin mirar atrás. Algunas piedras en la pared mostraban un hueco, oscuro. Más oscuro.

 

Portaba un paso lento. Sin ruido. Caminaba esperando llegar a algún lado. Miré hacia atrás pero no veía nada nuevo. Otro agujero en la pared, un poco más arriba que el anterior, parecía el umbral a una cueva enorme. Miré a través de él pero no se veía nada. En ningún momento me había percatado que no tenía mi varita. Tampoco tenía ésa extraña sensación en el pecho. Hacía muchos años que no me sentía asi.

 

Libre.

 

A unos metros, a la derecha se abrió en otro pasillo. Igual de alto y oscuro. Pero en aquel lado había alguna que otra puerta. La primera que me encontré era antigua. Demasiado. Con la madera corroída. El picaporte estaba oxidado al igual que la cerradura. La manoteé pero no tuve éxito. Continué caminando. No tuve suerte en media docenas más de puertas. Todas estaban trabadas. Las podría haber hecho volar en miles de pedazos ¿No?

 

Cuando una cedió, pude abrir los ojos.

 

Miraba el techo de aquella celda. La pude reconocer por los barrotes que me separaban de esas dos figuras. El sonido del goteo rebotaba en cada rincón y podía admitir que el suelo era duro y frío. No me moví. No respiré. Me dolía cada centímetro del cuerpo. Parpadeé varias veces cuando algunos murmullos se escuchaban muy lejos. Demasiado.

 

“… Lunita … Tuve que elegir y... esta guerra termine…”

 

Aquella voz femenina se escuchaba lejos, entre susurros. Respiré un poco mejor, aunque el aire era denso. La herida del pecho me dolía tanto que podía tocármelo y ni lo sentiría. Intenté levantarme pero mi cuerpo parecía desconectado. La voz continuaba hablando pero no la escuchaba demasiado. ¿Quién era y qué quería?

Editado por Elvis F. Gryffindor

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Lunita Gryffindor Delacour- empleada del Departamento Auror.

 

No quería pensar más, una parte mía deseaba romper cosas y otra quería desaparecer, deambulaba junto con mi compañera intentando descubrir donde estaba mi papá, pero a cada paso que daban parecían dar dos para atrás, casi como si de un juego de mesa se tratara, uno donde los dados se habían barajado pero no a su favor precisamente.

 

- Tenemos que organizarnos, Elvis estará en alguna celda de algún lugar y supongo que querrán hacerlo a lo grande así que espero pancartas y toda la cuestión, nuestro objetivo es infiltrarnos y entrar, para eso nos pondremos máscaras y nos disfrazaremos alguna pregunta? - Dije a los que estaban reunidos a mi lado, esperando que me dieran el visto bueno para ponernos en marcha -

 

Aparte de mi compañera iban cayendo más personas al rescate de papá,había mandado mi patronus un perro San bernardo a todos los que estuvieran cerca, así que suspiré esperando que siguieran apareciendo para poder hacer el rescate más importante y transcendental de mi vida, porque era la vida de mi papá la que estaba en juego así que si o si tenía que salvarlo, porque otra idea resultaba imposible de pensar.

 

Las imágenes del encuentro con Aarón se sucedieron en mi mente, era alguien con sus ideales tan claros como los míos y pensé que si no fuera porque estábamos en veredas opuestas y lastimaba a mi papá hasta me caería bien y todo, suspiré diciéndome que teníamos una lucha de bandos dentro de nada y que necesitábamos toda la ayuda posible, así que esperaba que fuéramos suficientes para poder llevar paz y tranquilidad a todo el mundo mágico.

 

Me di un momento para pensar en Elvis y un escalofrío me recorrió toda, imágenes de conversaciónes, de prácticas de duelos y hasta de cenas familiares se sucedieron en mi mente, nadie me había apoyado y ayudado a ser la Luna que todos conocíamos como él, el había estado ahí junto con Annick cuando apenas era una niña y a él le pedía consejos sobre cómo ser auror o mismo aprender a volar en escoba, así que tragué saliva intentando enfocarme de nuevo en su rescate y prometiéndole que lo traería a casa me costará lo que me costará eso.

 

- Pasé, lo que pasé no perdamos de vista traer a Elvis con vida, esa es nuestra máxima prioridad y no lo digo sólo porque soy su hija, si no porque como Auror y como compañera de bando, necesitamos que Elvis este con nosotros y porque jamás dejaría a un familiar mío desamparado - Les dije intentando enfocarme en como haríamos para entrar en aquella celda donde nos había llegado el rumor de que estaba -

 

 

"papá, te prometo que te salvaré así sea lo último que haga y estarás en casa, sólo resiste un poco más"- pensé rezando internamente para que no sea demasiado tarde -

 

Off: aquí la entrada de Luna, al que quiera unirsele pues bienvenido sea, la idea es que llamé a más personas para rescatar al personaje de Elvis, por cierto adore sus entradas hacen que la mía se vea horrible y fea, lo siento esto fue lo que me salió.

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Con Lunita

luego de desaparecer de la Sede de la Asamblea del CMI en Suiza

 

Las dos pelirrojas se habían esfumado de la Confederación en Suiza, Darla aún podía sentir la sensación de las cintas de acero apretando su cuerpo que en ocasiones la desaparición conjunta provocaba en ella. Mientras escuchaba a Luna observó a su alrededor, para reconocer el lugar elegido por ella. Observó sus dedos y notó que aún tenía sangre seca de la herida del brazo, ni se preocupó en limpiarla.

 

—Hay un mago en el que tu padre confiaba, se llama Luca Van Halen, él podría saber dónde le han llevado yo —hizo un esfuerzo para pensar, intentando que los recuerdos de Scarlet no fueran tan borrosos para ella.

 

Se vio en el Departamento de Seguridad, Luca intentando desarmarla y ella poniendo su varita en el cuello del mago. Les vio discutir, no había habido la mejor onda entre Luca y Scarlet pero los tres habían tomado el traslador que Elvis creara y juntos habían discutido algo en las oficinas del Gryffindor en su hogar. Cerró los ojos, intentando entender qué eran los papeles que habían desparramados sobre el escritorio y recordar las palabras del hombre. ¿Podían confiar en él?

 

¿Cómo podía localizarle? Una visión de la marca en su brazo le revolvió el estómago y la hizo llevar su diestra a su antebrazo donde el tatuaje de una rosa con espinas enredadas sobre una espada de hielo escondían su antigua y propia marca. Darla solo tenía tres tatuajes, su dragona en el tobillo derecho y en su antebrazo izquierdo la rosa que Seba había visto antes de que le revelara el tercero, la marca tenebrosa, pero ambos tatuajes del brazo solía mantenerlos ocultos con metamorfomagia pero dudaba que si intentaba utilizar la Marca sirviera para algo y menos que Lunita lo entendiera y confiara en ella.

 

—Sí debemos hacer un plan y seguirlo, pero necesitamos aliados, yo no —suspiró —yo no estoy pudiendo conjurar un patronus corpóreo, no sé tú, yo… tomó aire —quizás así podrías llamar a Luca y decirle que tu padre le necesita, que nosotras le necesitamos —agregó con expresión acongojada.

 

—Podría recurrir también a mis contactos si Luca no sabe y no sé… —dudo, avisar a la Orden era algo que no terminaba de convencerla, era lo correcto, pero ¿acaso Elvis no había invocado su patronus para enviarlo a todos los miembros? ¿Y quién había aparecido? Nadie, salvo ella y su hija. Se sentía totalmente decepcionada pero no podía transmitirle eso a Luna.

 

—Nos vemos luego, si puedes, reúne más gente —le había dicho la Potter Black antes de desaparecer en busca de Luca y Kimberly.

 

 

House of Books

 

—No es posible que nadie sepa nada —gruñó mientras que caminaba de arriba abajo en el que había sido el escritorio de Seba en House of Books.

 

—Todos tienen miedo Darla, los rumores dicen que han llevado a la reina con todos sus guardias al mismo lugar que a él pero nadie quiere mencionar nada más, un lugar lejano dicen, aunque creo que mienten en eso último —Kimberly la observaba, recordando viejas épocas en que era a Scarlet a quien le rendía cuentas, sí había pasado informes en aurores e inquisidores a la Potter Black pero nunca la había visto tan sacada como en esa ocasión

 

Darla se detuvo una vez más frente al escritorio y observó el mapa que habían desplegado más temprano, en sus ojos se veía reflejada la angustia. Había prometido a Lunita que la ayudaría a encontrar a Elvis y todo estaría bien y ahora… la pelirroja llevó su mano aún con la cicatriz del corte que se había infligido, no había contado con que la magia fuera a ser tan poderosa esa vez y no le había interesado utilizar sus poderes vampíricos para eliminarla del todo.

 

—Si los muggles se enteran que su reina está allí eso será una batalla campal o peor, una ejecución masiva, estoy segura que Aaron no dudará en dar ese espectáculo —susurró bajando la cabeza ¿con quién estaba su lealtad?

 

—Le he dicho a Luna que si quiere avise ella a la Orden, le he explicado que ya lo he intentado pero no he podido conjurar un patronus corpóreo, no desde… —guardó silencio, Kimberly no necesitaba más explicaciones, lo sabía perfectamente.

 

—Date tiempo —le dijo la rubia acercándose y poniéndole la mano sobre el hombro.

 

—Ya no tenemos tiempo, iré donde Luna, si Luca no aparece para confirmar nada, pues tendremos que arriesgarnos a que los rumores sean reales —dijo esquivando una vez más el tema para luego volverse hacia Kim —si algo nos llegara a pasar tú quedarás a cargo de todo, ya le he dicho a Tommy y a Leto, Lualú se la pasa, bueno, ya saldrá adelante —dijo la pelirroja y se acercó a la Black, extendiendo su mano —gracias por todo lo que haz hecho siempre —y antes de que la otra tuviera tiempo de responder Darla la soltó con presteza y se desapareció de su hogar.

 

Chateau Dumbledore

 

No tenía tiempo que perder pero ese último gesto no podía dejar de tenerlo, se detuvo frente a la tumba bajo el ceibo e inclinándose rezó una plegaria para luego con una floritura depositar una corona de flores blancas. La vampiresa se puso de pie, llevaba sus cabellos recogidos en una trenza más la ropa más muggle que había encontrado, jeans, botas, un polerón verde musgo de lana sobre una remera de tiras. Sabía que verse tan muggle era un desafío hacia quienes los odiaban, pero no le importaba.

 

Dio un último adiós a la tumba de Seba y se giró para desaparecer una vez más donde Luna y se detuvo unos segundos. Ada había estado junto a Aaron ¿podría ella saber algo sobre el lugar en donde Elvis se encontraba? Mordió su labio aún indecisa de si ir junto a la Gryffindor o encarar a su cuñada y que confesara y decidió que lo mejor era mantener esa opción fuera por ahora, por la memoria de Seba.

 

Con Lunita en la reunión organizada por ella.

 

Las palabras de la Gryffindor sonaban en los oídos de Darla como si se tratara de una conversación que estuviera sucediendo en otra habitación. Su mente se enfocaba en el encuentro en la Asamblea en Suiza, la imagen de los ojos de Aaron, esos breves segundos en que sus miradas se habían cruzado mientras él volaba sobre el hipogrifo creado por Elvis se repetía una y otra vez en su cabeza en cámara lenta.

 

—¿Máscaras? —dijo de repente levantando la mirada y observando a Lunita —¿nos disfrazaremos de mortífagos? —preguntó para estar segura si había entendido bien. Oculta con magia aún tenía su propia máscara pero ¿y si alguien la reconocía? ¿Importaba eso ahora? Se preguntó mientras esperaba la respuesta de la Gryffindor. .

 

Asintió a las nuevas palabras de Luna, tenía razón, pero ¿en verdad no se daba cuenta de lo que estaba pasando, de lo difícil que lo tenían? ¿O era su ser de hija, de sacerdotisa la que le hacía ver todo aquello con positivismo? Darla se despegó de la pared en que se había apoyado y se mantuvo pensativa, podía ocultar su rostro tras una máscara y el fuego de sus cabellos bajo la capucha de su capa pero no estaba segura de si no enfrentaría a sus ex compañeros con su propia figura y rostro, aún no se decidía a si utilizaría la metamorfomagia.




off: u.u
@ @ @ @@Lisa Weasley Delacour


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cbfLfe0.jpg Elvis F. Gryffindor.~

 

Flashback Mansión Gryffindor

 

Justo enfrente tenía a dos personas. Era difícil de explicar cómo habíamos llegado hasta allí porque habían transcurrido una serie de situaciones pero lo importante era que la mansión Gryffindor era el escenario principal conteniendo, dentro del Estudio Mayor, a Lucas Van Halen y Darla dentro de mi hogar. Hacía algunos minutos que nos habíamos enfrascado en mucha información, aunque teníamos que admitir que no teníamos toda la ayuda que necesitábamos.

 

Estoy convenido, Darla, ¡Convencidísimo! Que Aaron Yaxley es el Inquisidor. He patrullado durante horas todas las fronteras. El maldito desapareció en Alaska y nunca más lo vieron. O son demasiado inútiles los que fueron a buscarlo allí o realmente nunca se fue de aquí —señalaba a ambos unos papeles al estilo reporte, que estaba seguro que jamás iba a leer. Pero mi trabajo como Auror durante décadas me había enseñado a ser protocolar.

 

Y los mortífagos. Ellos tienen que ver con esto. Primero la caída del estatuto. Luego los ataques a esos tres lugares icónicos de la comunidad mágica. Luego hay una reunión en el Buckingham y ¡Boom! Termina todo destruido. Aparece de repente una vacuna anti-magia. Sagitas se vuelve Ministra. ¿Por qué tenía el camino despejado? Ellos sabían lo que iba a pasar. Aquella asamblea de familias puras, el atraco por parte de Egipto sin olvidarnos de Bulgaria. Bebés raptados. Muggles contra nosotros.

 

¿No ven lo mismo que yo? Todo empezó con una simple acción y desencadenó todo lo demás. Quieran o no, voy a encargarme de ir contra él”.

 

__________________________

Actualidad (Celda)

 

Aquellas palabras resonaron en mi mente cuando al fin pude mantener mis ojos abiertos más de diez segundos. La oscuridad no me permitía ver nada. La gotera continuaba cayendo sin parar y las figuras en ningún momento se habían alejado. Pude mover la punta de mis piernas y querer flexionar las rodillas.

 

El suelo parecía como si me estuviera succionando. No podía separarme de él. Pero si me permitió mover las manos. A oscuras palpaba el suelo, claramente que encontrar mi varita sería un terrible error para aquellos. ¿Dónde estaba?

 

Carraspeé mi voz. Necesitaba agua. Respiré un poco mejor y tosí. Necesitaba agua de verdad.

 

— ¿Quiénes son y dónde estoy?

 

Pregunté aunque algunas palabras se habían entrecortado. Traté de aclarar mi garganta de nuevo, escuchando como el eco de mi propia voz desaparecía y se perdía entre aquellas paredes. Intenté incorporarme y me senté en el suelo. La cabeza me giraba a mil.

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Editado por Elvis F. Gryffindor

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Angar Kloe Ravenclaw

 

-Que ingenuo eres joven.- Menciono con voz temblorosa y en parsel. -¿Acaso piensas que esos seres te van a responder? Eres solo un peón en la trama de alguien más, es mejor que respondas a ésta pregunta ¿A quien beneficia que estés encarcelado?- Indago e hizo una leve pausa.

 

En ese momento el mismo se encontraba en el suelo, sus manos se encontraban sujetas por cadenas, de igual forma sus tobillos. Éste anciano hombre se encontraba en una celda continua al mismo, aunque algo en él era muy diferente al Gryffindor, ese prisionero había sido traído por Luxure, Demian hace ya algunos meses. Y aún, seguía en ese lugar, algo en ese ser era diferente a los demás. En ese instante comienza a bajar la mirada, su rostro se encontraba demacrado y cubierto por lo largo de su cabellera canosa.

 

-Pero no me digas a mí tu respuesta, de que serviría que se la diera a un condenado a muerte, a un reo que le queda poca vida.-

 

Le dice antes que el mismo le respondiera, y suspirando profundamente deja de hablar, esperando que el mismo escuchara su voz, que como eco seguía por ese sitio, era diferente el lugar donde se encontraba, ya que ni un rastro de luz había, y una gotera le caía sobre la cabeza. Además, que algunas ratas rondaban por su celda, buscando que comer, en ocasiones le intentaban morder, y como él se podía defender evitaba ser devorado vivo.

 

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Flashback

Scarlet Akane en la Mansión Gryffindor fingiendo ser Darla Potter Black

 

La vampiresa permanecía callada, escuchando el discurso de Elvis, o más bien su declamación. Aunque Scarlet no le conocía y los recuerdos de Darla no le ayudaban en demasía, podía notar que el mago tenía una obsesión con el ex inquisidor. Por más que no quisiera no podía dejar de verles a través de los recuerdos de la Potter Black. Los de Elvis eran más de charlas con Seba de los viejos tiempos en el departamento auror y los de Aaron, algunos estaban ocultos, los de su tiempo en inquisidores y su brutal asenso estaban más claros pero los de los tiempos pasados en la Fortaleza, eran otra historia. Finalmente reacciono a sus palabras.

 

—No lo sé Elvis, cuando trabajaba con él tenía muchos defectos pero no sé si ese fuera uno de ellos —miró a Luca como buscando en el mago una respuesta que ella en realidad no tenía para luego agregar —pero confío en ti si tú puedes estar seguro yo lo estaré.

 

El resumen de la historia mágica en el último año en boca del Gryffindor era casi como un resumen de un siglo. ¿Cómo podían haber acontecido tantas cosas juntas?

 

—No la llamaría vacuna anti-magia, una vacuna sana, nosotros no tenemos nada que sanar, no estamos enfermos —era una sonsera tratar ese tema pero le había salido sin pensar —ya esas balas las había desarrollado hace un par de años —comentó recordando el ataque al Ministerio acaecido más de dos navidades atrás en donde los muggles habían logrado quitarle la magia, por un tiempo a alguno de los magos en Londres y Ottery. Claro que esa vez era totalmente reversible, seguro que ahora también podía ser así.

 

—Sí, la primer acción de Aaron trajo como un efecto dominó todo lo demás —musitó Scarlet casi como si fuera la propia Darla, sus pensamientos y sentimientos la habían inundado de golpe mientras apoyaba su mano sobre el escritorio del mago y leía distraídamente los reportes sobre Alaska, allí había estado alguna vez la Fortaleza Errante de los Oscuros.

 

—No puedes ir solo —protestó la Akane girándose para ver a Elvis y luego pasar su mirada hacia Luca, como buscando que el mago dijera algo.

 

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Con Lunita en la reunión organizada por ella.

 

—¿Estamos listos? —preguntó la vampiresa a Lunita mientras llegaba con una túnica sobre su ropa muggle y una máscara en sus manos, aún no visible para sus compañeros por la gasa negra con que estaba envuelta.

 

Los ojos de Darla se centraron en el rostro de la vampiresa, esperando a ver cómo estaba ella. Sabía que para la joven bruja no era una situación sencilla, el que su padre estuviera en poder de los mortífagos. Ni siquiera lo era para ella, el hombre al que había atacado en Suiza había sido en su momento casi su mano derecha, aquel en quien había confiado tantas veces. Pero sabes qué essonó la voz de Scarlet en el fondo de su mente, sí, lo mismo que ella misma había sido. ¿Qué había cambiado exactamente? No era capaz de explicarlo a nadie en realidad.

 

 

 

off: u.u

@ @ @ @@Lisa Weasley Delacour

 

 

Editado por Scarlet Akane
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Angar Kloe Ravenclaw

 

El hombre se movió lentamente y el choque de sus cadenas entre sí se escucharon como eco, aunque ese ser no era como otros, era diferente y extraño, incluso ni los legeremance podían leer su mente, eso era un enigma para muchos que le habían interrogado. En ese instante vuelve a repetir las frases con una viz gastada, cansada y algo quebrantada en un fluido arameo.

 

-Que ingenuo eres joven.- Menciono con voz temblorosa. -¿Acaso piensas que esos seres te van a responder? Eres solo un peón en la trama de alguien más, es mejor que respondas a ésta pregunta ¿A quien beneficia que estés encarcelado?- Indago e hizo una leve pausa.

 

En en ese instante su memoria evocaba como había sido traído por el Luxure hace años, nadie preguntó quién era, apenas muchos rumoreaba que este se encontraba ciego, dado que el mago le había cegado de forma permanente, aunque por la edad que se veía, era posible que el mismo le fallará la audición.

 

Y aún, así volvió a decir a ese otro prisionero. -Pero no me digas a mí tu respuesta, de que serviría que se la diera a un condenado a muerte, a un reo que le queda poca vida.-

 

Silencio, pero en esa oportunidad comienza toser secamente, pareciendo que tuviera neumonia, quizás por las condiciones que había vivido en ese lugar. Sin embargo, a pesar de los maltratos visto en ese cuerpo era extraño, ya que algo de pulso poseía, el mismo no era una ser muy común. No obstante, Luxure siempre experimento con su habilidad como nigromante y sus saberes como Senecal de Caronte,ambos saberes vinculaba el uso del alma, y con el libro copia de Salazar Slytherin le brindaron ciertos experimentos y prácticas interesantes.

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Luna Gryffindor Delacour- Empleada del departamento Auror de Gran Bretaña.

 

Escuchaba de lejos la voz de Darla, suspiré aún sumida en mis pensamientos, no sabía cómo explicarle que quizás todo sea en vano, aún así me prometí salvarlo así sea lo último que haga en mi vida, era mi papá y me era complicado mantener la cabeza fría y no correr a socorrerlo como tanto quería hacer.

 

- Vamos, ya saben que hacer, máscaras y pues a mantenernos cerca y unidos, Darla, pase lo que pase, sigue avanzando lo importante es salvar a Elvis o al menos intentarlo - Le dije caminando a su lado, esperando llegar cuanto antes a donde estaba papá -

 

Recordé la de veces que le pedí que dejara a Aarón y que no se obsesionarse con hacerlo pagar, pero como todo Gryffindor no me escuchó y dicho sea de paso sabía que no lo haría, intente pensar en que éramos así, nos lanzabamos al peligro y haríamos lo que fuera por la familia, algo que había heredado de el, era haber aprendido a dividir por pasos lo que tenía que logrqr hacer siempre que los sentimientos no me jugarán una mala pasada, así que respire aunque no lo necesitaré y me junte salvarlo me.costara lo que me costará aquello.

 

Si hubiera podido pensar en que hacer, jamás me pondría esa máscara, estaba vestida como mortifaga algo que detestaba y me saqueaba sobremanera, pero necesitaba infiltrarme y para eso Lisa me ayudaría aunque no estaba del todo segura de que lo hiciera, rece porque eso sucediera de un momento a otro, aún así me prometí salvarlo así sea lo último que haga.

 

Era mi única familia y el único padre que tenía, nadie era más comprensivo y mejor dueleando que él, así que supuse que lo habían tomado desprevenido, porque era imposible imaginarlo en alguna celda o en algún lado cautivo, sólo esperaba poder salvarlo y que todo volverá a la normalidad o al menos, eso es lo que intentaría que sucediera cuanto antes mejor.

 

- Papá, sea como sea te rescatare, además tengo a Darla conmigo y espero que se me unan más por el camino, así que esperame que estoy por llegar - Le pedí antes de mirar a Darla y acomodarme mejor la máscara, sintiéndome rara estando de esa forma -

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