El Secreto del Inquisidor

[Ellie Moody]

Ellie & Madeleine Moody

Grimmauld Place #12, Cuartel General de la Orden del Fénix

 

Madeleine maldice por lo bajo, arrepintiéndose casi de inmediato de haber invitado a Ellie. La reunión le parecía ya lo suficiente tensa entre las diferentes posturas de los integrantes de la Orden del Fénix, como para añadir las preocupaciones científicas y morales de una ex inefable. Cuando Ellie dijo "¿qué nos hace pensar que podemos hacerlo?", no se refería a que físicamente pudieran hacer realidad el viaje en el tiempo; no, lo que había tras aquella pregunta era un "¿qué nos hace pensar que debemos hacerlo?". Quizás, un par de meses atrás, Ellie no habría dudado en usar el giratiempos, pero parece que luego del fiasco de Rhiannon había aprendido que el la capacidad y el conocimiento para hacer algo, no significa que deba y pueda hacerlo. Y es cierto, no quiere dañar a más personas por jugar a ser una diosa todopoderosa. Es cierto que el Inquisidor es un ser humano, ni más ni menos; sus acciones y su existencia están atadas a muchas otras personas y el cambio más mínimo puede crear una realidad totalmente diferente.

 

O, por lo menos, aquella es la teoría que conoce. La verdad es que, si no insiste con más fuerza, es porque ni siquiera ella está segura de las teorías de viajes en el tiempo. ¿Existe alguien que haya escrito un manual perfecto? Hay reglas, claro. Hay reglas para viajes de pocos minutos y horas en el pasado... pero jamás se han dado recomendaciones para un viaje de más de veinticuatro horas, que ella sepa, mucho menos para uno de un par de décadas.

 

—Estoy de acuerdo con que utilizar el giratiempos de la forma menos invasiva posible —dice Ellie por lo bajo, aunque se ve obligada a recordarse a sí mismas que, a final de cuentas, el giratiempos le pertenece a Goderic y, si quisiera, podría ignorarlos a todos y evitar que los progenitores del Inquisidor llegaran a conocerse.

 

Los demás miembros de la Orden del Fénix no tardan en compartir sus opiniones y pensamientos acerca del tema que los tiene reunidos en el cuartel general. Si bien las opiniones son diversas, en general todos están de acuerdo en usar el giratiempos siendo lo más cuidadosos posible. Explícítamente Nathan, que según lo dicho por Kaori es el responsable de la reunión, dice que el objetivo es viajar sin ser percibidos de ninguna forma ni afectar el transcurso de la historia. Donde las opiniones están divididas, sin embargo, es en el destino del Inquisidor.

 

A Ellie, particularmente, no le preocupa qué decisión tomen los demás, siempre y cuando sea una solución radical; esto, claro, desde la comodidad de no elegir ni opinar. Más allá de la fábula que se ha construido en torno al Inquisidor, sabe que sólo es un humano, pero eso no significa que defienda su vida. Preguntarse si nació malo o se volvió malo le parece una pérdida de tiempo, cuando la realidad es que está dañado y hay cosas y personas que no tienen arreglo. Quizás, en el futuro, alguien estudiará las trágicas circunstancias, las razones biológicas, sociales, económicas... toda la combinación de influencias que le dieron forma al Inquisidor, para evitar que la historia se repita. Pero, ahora mismo, hay que acabar con el problema.

 

«Si es verdad que la Orden del Fénix tiene un deber, no creo que sea con el Inquisidor», reflexiona Ellie, en silencio.

 

Madeleine ni siquiera le da muchas vueltas al tema. Si los demás no están dispuesto a ensuciarse las manos, ella lo hará; la única consideración que tendría, es evitar matarlo en el pasado... Aunque la idea de evitar que todo esto ocurra, es tentadora. ¿No habría una forma, con pocas consecuencias, de lograr un presente un poco más brillante que el actual?

 

Inconscientemente, parece que todos se han quedado en silencio esperando el "veredicto" de Goderic.

[Goderic Slithering]

«¿Un plan? ¿si tuviera uno para qué vendría a Grimmauld Place a discutir?» se pregunta, evitando por poco decirlo a viva voz.

No quería desviar la conversación de lo importante, a pesar de que se sentía presionado. Resultaba bastante lógico que si había llegado al lugar no era precisamente para animarlos y hacer que realizaran un plan para luego pasarse dicho plan por donde no llega el sol. Realmente encontraba tácito que, con sólo el hecho de anunciar al mundo su posesión del giratiempos, ya había declarado su intención de seguir la decisión de la mayoría respecto al uso del objeto.

Claro, tampoco se mentiría a sí mismo. Probablemente luego del viaje temporal aun actuaría bajo sus propios pensamientos, ideales y consideraciones. Mientras la decisión de la mayoría se mantuviera protegida, él actuaría a su merced respecto a rellenar los detalles. ¿La muerte del Inquisidor? Ese, era un detalle para él. Sabía (y no lo ponía en duda) que tarde o temprano el inquisidor vería su muerte como consecuencia de sus atrocidades. Adelantar ese hecho no creía que fuera un pecado particularmente grave y, aunque lo fuese, como Oscuro, estaba dispuesto a cargar esa y otras cargas sobre su espalda.

— Me gustaría mencionar que... el giratiempos no tiene un único uso. Si arruinamos la línea temporal una vez ¿por qué no volver a utilizarlo? Tenemos infinitas posibilidades y ensayos de prueba y error.

» Las consecuencias de jugar con la continuidad espacio-tiempo, sí, sin dudas será un riesgo. Una situación de la que no tenemos ni la más mínima certeza de lo que puede salir mal pero ¿cuándo hemos tenido certeza de que las cosas saldrán bien? ¿cuántas veces no hemos creído que las cosas estaban en paz y todo en marcha para terminar golpeándonos de frente con la pared de la realidad?.

» Creo, entonces, que la duda no es sobre si tendremos éxito o no. Sobre si el Inquisidor merece o no morir... La duda es qué sucederá con las líneas temporales y las consecuencias de una intervención y si esa es la duda.... Mejor no usarlo. No importa lo mucho que planeemos no intervenir directamente, la verdad es que igual lo terminaremos haciendo ¿por qué? por el efecto mariposa... solo con estar en un lugar que no estábamos ya puede ocasionar una consecuencia más grande de lo que aparenta.

» Así que la primera pregunta que me gustaría que todos contesten con calma y pensándolo bien, no solo ante la ilusión y emoción de utilizar un giratiempos... ¿realmente se atreven a utilizarlo? Sé que algunos han dicho que sí pero ¿lo han reflexionado lo suficiente? Porque si realmente no desean intervenir pues simplemente usamos mi fulgura nox y revisamos el pasado... pero el solo usar el giratiempos implica una intervención que, para bien o para mal, alterará la línea cronológica como la conocemos.

Toma un respiro y bebe una taza de té que se encuentra en la mesa y no recuerda cuando llegó ahí. Dándole tiempo a sus compañeros para digerir sus palabras. Sin embargo, cree que es necesario dejar en clara su postura respecto a que la decisión final no recae sobre él, ya que, si así lo fuera lo utilizaría en silencio, utilizando sus poderes y conexiones como presidente. Sin importar las consecuencias, sea cual fueran estas.

— En fin, yo apoyaré la decisión que tomen. Incluso si las cosas terminan mal y quede marcado para siempre como un paria que acabó con miles de personas por mal utilizar el giratiempos.

[Mica Gryffindor]

Había recibido la citación, sin embargo, le había costado decidirse a participar. No era que dudase de la Orden ni de la importancia que sus propuestas tenían para el mundo mágico, pero no confiaba en sí misma. Había regresado hacía muy poco tiempo y, si bien empezaba a recordar, su amnesia aún seguía jugado malas pasadas en los momentos más desafortunados. Sin embargo, sabía que si la citaban a una misión era algo de lo que podía encargarse. Eso había sido lo que la había impulsado a, finalmente, tomar la decisión de asistir al encuentro.

El N°12 de Gridmauld Place era un sitio que no recordaba, habían tenido que revelarle nuevamente el paradero del cuartel, pues debido a los hechizos protectores del mismo y sin recordarlo no hubiese podido llegar al mismo. Había estado allí unos días antes de la reunión, para asegurarse de encontrar la antigua residencia Black, logrando así desbloquear para sí misma aquel borroso recuerdo.

Cuando llegó el momento de reunirse, dejó atrás sus aposentos y emprendió la marcha. Vestía una discreta túnica de color negro y botas de viaje del mismo tono. Llevaba con ella su varita y pendiendo de su cuello aquel plateado collar con dos aves fénix. Había recogido su cabello en una cola de caballo, de la que caía con gracia su enrulado cabello. No maquillaba su rostro salvo para ocasiones especiales, así que iba, como dirían los muggles, “a cara lavada”.

Si bien no sabía el motivo de la reunión, esperaba que se tratase de algo interesante y que involucrase acción, y no meros regaños o tareas “de oficina”. Si bien sabía que sus capacidades no eran las de antaño, no veía la hora de “desempolvar” la varita y enfrentarse a un verdadero desafío. Conforme pasaba el tiempo temía que sus habilidades no regresarían nunca si no lograba ponerlas a prueba cuanto antes. Mientras pensaba en ello, afirmó en su mano la varita y se dispuso a aparecer en la ya conocida calle.

Maravillada, vio una vez más aparecer frente a sus ojos la anticuada casona. Con confianza atravesó los metros que la separaban de la entrada e ingresó. Desde la entrada podía percibir las voces de sus compañeros como suaves murmullos, que fueron subiendo un poco el tono a medida que se acercaba. No llegó a escuchar el principio de la charla, pero comprendió de inmediato de qué se trataba al escuchar justo lo necesario de boca de Nathan: “…utilizar este giratiempos para ponerle un fin al Inquisidor.”. Algo en su interior pareció removerse, una mezcla de ansiedad y regocijo. Así que de ello se trataría: utilizar un giratiempos para intentar solucionar aquel mal que invadía a la comunidad mágica.

Intentando ser discreta, entró a la habitación, bordeando la mesa hasta ubicarse en un sitio que halló vacío, asintiendo suavemente ante el pedido de acuerdo del hablante. A partir de ahí, los puntos de vista de sus compañeros fueron exponiéndose. Algunos de acuerdo con el viaje, otros más cautos. Algunos dispuestos a lo que fuese para frenar al inquisidor, otros prefiriendo tener un plan que no le causara daño. La cuestión de viajar en el tiempo generaba incertidumbre, pero era una herramienta realmente útil ante la situación que se estaba viviendo.

Permaneció en silencio mientras todos hablaban, intentando generar su propia opinión al respecto. Era cierto que la posibilidad de empeorar el presente era un riesgo que debían contemplar, pero sentía que había que hablar menos y hacer más, pues también las consecuencias de no hacer nada serían terribles. Se quedó pensando un momento en las palabras de Rory respecto al modo de comunicarse entre los que viajaran al pasado y los que se quedaran en el presente… ¿cómo podrían hacerlo? Eso implicaría una gran dificultad…

Fueron las palabras de Goderic las que la trajeron a la realidad nuevamente, ciertamente tranquilizadoras. Era cierto, mientras no perdieran o rompieran el giratiempos durante el viaje, podrían utilizarlo las veces necesarias para “arreglar” el presente. Lo cierto era que la realidad sería afectada, para bien o para mal y deberían estar listos para afrontar esos cambios. Había que decidir entre todos: hacerlo o quedarse así.

-Hay que intentarlo- las palabras escaparon de sus labios en forma tan repentina que estuvo a punto de levantar ambas manos para taparse la boca. -Creo que todos ya conocemos los riesgos, de hecho estamos acostumbrados a correr peligros como este o peores aún- mientras hablaba recorrió con la mirada los rostros de cada uno de sus compañeros, intentando adivinar sus pensamientos. -Sabemos que no viajaremos para atacar a todo quien se cruce por si se trata de quién buscamos… seremos cuidadosos y en caso de verlo imposible regresaremos e idearemos otro plan… Creo que deben viajar personas discretas y cuidadosas...

[Dana Gryffindor]

Shelle.

 

Nadie llegó a la mesa, la música continuó sonando y la pelirroja se puso de pie. Tensa ante aquella falta de respeto por parte de sus compañeros, prefirió silenciar sus demonios y recoger en silencio sus pertenencias.

Pero la puerta del pasillo se abrió de par en par y una lechuza joven de plumaje blanco ingresó batiendo sus alas hasta detenerse sobre la mesa frente a la mujer. En su pico colgaba un collar de oro con un pequeño relicario con el peculiar logo de un águila, lo dejó caer al la mesa junto con un sobre negro.

Los ojos de la mujer brillaron, el sobre recitaba su nombre en letras doradas con perfecta caligrafía cursiva, al abrirlo un rubor recorrió su cuerpo y jamás entendió, hasta el día de hoy, cuál fue la razón. Algo en su cuerpo le había advertido, de prestar atención a aquella sensación quizás su vida hubiera seguido su curso y nada ni nadie hubiera alterado así la historia de sus días.

-Es una invitación- murumuró más para sí que para Eloíse -Con un pasaje en avión a Juneau y ticket para ir en ferri la isla de Yakobi, en 3 días...- levantó la mirada a la crupier -¿Sabes algo al respecto

La mujer se veía tensa pero no expresó ninguna respuesta, se limitó a observar el suelo como si algún tipo de hechizo le impidiera contestar. La pelirroja ya no tuvo dudas sobre la ausencia de sus compañeros, aquella noche la única citada había sido ella para recibir una invitación a la fiesta anual que se daba en Alaska con las principales figuras del mundo muggle, todos ellos magos encubiertos, traidores a la sangre. Figuras notables como presidentes, músicos reconocidos e importantes empresarios estarían allí, todos dejarían sus vestiduras muggles para ser magos por una noche, en Yakobi.

 

¿Por qué había sido invitada? La mujer no era más que miembro de la noble familia de uno de los fundadores de Hogwarts ¿Acaso era tradición que al menos un miembro de su familia asista? ¿Acaso se habían muerto todos los Gryffindor? No era posible.

 

Durante sus años de vida se había volcado a la tarea de que su linaje siga de pie, que no perezca, también se había llevado a los hombros la tarea de que la sangre Gryffindor se mantenga pura y que ningún muggle o mestizo se metiera bajo su techo. Sin embargo aquello último había sido un arma de doble filo y se había ganado el odio de generaciones enteras por su sanguinaria lucha contra aquellos que deseaban manchar su apellido.

 

Se puso de pié y caminó hacia la salida, hacia el largo pasillo por el cual había llegado, tenía tres días para prepararse para una fiesta que, sin saber, cambiaría el curso de su vida.

[Nate Weasley]

Hay tanto en lo que dice Goderic que es cierto que, por unos segundos, le falta el aire. La misión tiene un peligro intrínsico asociado altísimo, y si no tienen cuidado pueden pagar un precio muy caro, por no mencionar que pueden hacer pagar al resto de la sociedad por los potenciales cambios en la línea temporal que podrían injerir. Al parecer, el resto de los presentes piensa en líneas parecidas al Weasley, puesto que un silencio incómodo se ha asentado en la cocina mientras cada uno busca las mejores palabras para dejar en claras sus ideas. A pesar de lo dicho, y de las innegables implicancias de lo explicitado por su compañero, el posicionamiento del Weasley no ha cambiado.

 

No conoce al Inquisidor. Es incapaz de asociarle un rostro, una imagen o cualquier cosa que no sean las escenas de destrucción y corrupción de la sociedad mágica en la que él vive. Por unos segundos, tiene atisbos del ex-ministro Black Yaxley, quien con su indiferencia y sus ideales depravados logró sumergir a Gran Bretaña en una recesión no sólo mágica sino también anímica y social. Piensa en como las cosas han mejorado desde que él abandonó el cargo. Piensa en Sagitas, la nueva ministra, de quien la Orden no sabe nada hace semanas y sin embargo no hay nada que implique que haya sido secuestrada. Piensa en Elvis, que perdió su vida hace poco. Piensa en varias cosas más que el Bando ha atravesado en los últimos meses, y piensa en cómo han logrado resurgir incluso a pesar de las circunstancias más adversas. No por nada son la Orden del Fénix, piensa también.

 

– Estoy de acuerdo con Mica. – acierta a decir, recobrando la voz entre medio de sus pensamientos luego de oír las palabras de su compañera. – Quizá no sea conveniente, quizá todo pueda salir mal y con toda certeza, teniendo en cuenta nuestros precedentes, lo hará. Pero tenemos que intentarlo, sólo así podremos acercanos a la más mínima esperanza de acabar con el Inquisidor... sea de la manera que sea. – se apresura a agregar, y evita la mirada de su líder al decir ésto. No quiere admitírselo ni a él mismo, pero está molesto por la conducta que está tomando el pastor ante toda la situación. En cierta forma, lo entiende, puesto que él mismo ha batallado con la delgada línea que existe entre la moralidad y su conducta, pero aún así se siente molesto.

[Luna Gryffindor Delacour]

Escucha atentamente todo lo que dicen pero no opina hasta mucho después, ella sabe que hay que intentarlo y no puede (y se atrevería a decir que no quiere tampoco) dejarlo pasar así como así, es una oportunidad única y la Gryffindor no desea que la tachen de loca o temeraria y es que, qué era la vida sin un poco de riesgo? Nada en lo absoluto, así que sentencia su idea aún a riesgo de equivocarse y no estar en lo cierto si quiera.

 

- Me parece que tenemos una responsabilidad y oportunidad única de hacer las cosas bien, podríamos ir para atrás a ver al inquisidor y no intervenir para nada, sólo ver qué pasa e intentar que no cometa tantos errores, pero aún así estaríamos cambiando todo aunque veamos nada más, podría pasar de que la línea temporal como la conocemos desaparezca incluso y no poder volver jamás aquí, la pregunta es si es un riesgo que quieren correr, por mí ya mismo iría pero pensándolo bien y no lastimandolo, se que no es bueno y se todo lo que hizo, pero quizás podamos hacer que sea bueno no? - Les dije con mi repique de campanas más alto de lo habitual, entre entusiasmada y emocionada con la idea -

 

Aún así pese a mi emoción una parte mía temia que nada nos saliera bien,lo cierto es que jugar con el tiempo era algo peligroso y hasta había gente que quedaba mal o atrapada en otro tiempo y eso era algo que teníamos que evitar a como diera lugar.

 

 

- cuando digo que sea bueno me refiero a que quizás podamos sin intervenir nosotros lograr que tenga corazón y piense bien las cosas, como si fuéramos sus guías espirituales pero sin que nos vea, como que le dejemos señales para a donde arrancar no sé si me explico muy bien - susurró pensando si mi idea sería buena seguirla o no -

 

 

No les digo que estoy decidida a verlo aunque sea y a hacerlo más humano, igualmente espero a lo que digan mis familiares para ver si vamos todos juntos o como, por lo pronto me recargo en la silla y tamborileo mis dedos en la mesa impaciente, esperando haber que es lo que decidimos al fin.

 

 

Mi determinación dicta mucho de ser lógica y es que siempre había sido impulsiva pero a raíz de la muerte de mi papá, Elvis, la impulsividad me salía sola y ya no pensaba tanto las cosas simplemente iba y actuaba y que fuera lo que Merlín quisiera, algo que a veces me hacía tener problemas pero que en esos momentos era algo bienvenido para aquella empresa en particular, era como si hubiera sacado toda la rebeldia que no tenía antes y que estaba dormida en mi interior esperando por ser despertada de un sacudón.

[Mackenzie Malfoy]

Si por un momento pudiera ser como Lunita... Mackenzie se quedó un momento pensativa, meditando en el discurso de la joven. Ya hacía más de un año que militaba en las filas de la Orden del Fénix y en ese tiempo había tenido la oportunidad de conocer a varios de sus miembros. La mayoría no compartían el altruismo de Luna. A pesar de que hubo un tiempo en que Mackenzie pensó que en la Orden del Fénix se encontraría a gente que pensara como Luna, lo cierto es que era una excepción. Una excepción maravillosa, que aún admiraba a Mackenzie cada vez que les deleitaba con alguno de aquellos discursos gestados en la utopía. Mackenzie no podía ser como Luna, por más que una parte de ella deseara compartir su pureza de alma, pero aunque cada fibra de su piel le decía que no sería posible lo que proponía la joven, su discurso era tan excepcional y escaso en los tiempos que vivían que decidió darle una oportunidad.

 

—Si lo que dices estuviera en nuestras manos, Luna.... —¡Qué maravilloso sería el mundo si todos tuvieran la fe de Luna! — Si existiera una infinitesimal posibilidad de hacer lo que dices.... —deseaba ser la persona que no era, pero por una vez estaba dispuesta a intentarlo con todas sus fuerzas. —¡Cuentas conmigo, Luna! Si eso es posible, aunque suponga cambiar las cosas, haré lo que esté en mi mano para lograrlo.

 

Mackenzie miró al resto de los reunidos. Había escuchado atentamente a Goderic y sabía muy bien de lo que hablaba. Cambiar las cosas era peligroso, entrar en bucles temporales, más todavía. Fuese como fuese, Mackenzie estaba dispuesta y preparada. Si era posible transformar el corazón del Inquisidor, adelante. Y si no era posible y había que tomar otras medidas, adelante también.

 

—Yo me apunto a viajar al pasado, Goderic. Conozco los peligros, pero estar de manos cruzadas también es peligroso hoy en día. Prefiero explorar cualquier posibilidad para.... —se cortó en seco, iba a decir acabar con el Inquisidor y recordó que acababa de alinearse con el planteamiento de Luna, por lo que cambió sus palabras con rapidez— ... para solucionar la crisis por la que atraviesa el mundo.

[Emily Karkarov]

Se ha mantenido en silencio, mientras sus compañeros explican sus argumentos y sus puntos de vista. Algunos la sorprenden, como Rory, cuando empieza a citar artículos de la biblia para reforzar sus ideas, o como Luna, que a pesar de todo el tiempo que lleva en la Orden del Fénix se mantiene tan inocente como el primer día. Quizás, hace muchos años atrás, Emily hubiera podido compartir con su punto de vista, pero ahora reconoce que es irreal el pensar que todos se contendrían si tenían en frente la oportunidad de acabar con el Inquisidor.

 

El ambiente en Grimmauld Place se vuelve pesado a medida que avanza la reunión. La emoción y curiosidad inicial que generaba el giratiempos frente a ellos se iba diluyendo, mientras que, el peso de la responsabilidad a la que se estaba enfrentando todo el grupo se iba asentando. Inclusive, quienes estaban allí de casualidad ya escuchaban atentos a la reunión y, aunque finalmente alguno decidiera no participar, estaba segura que el éxito o fracaso de la misión no saldría de sus mentes, ante el peligro de que esto último sucediera.

 

Para Emily, sin embargo, no existe un debate interno entre ir o no ir, su asistencia en la reunión es básicamente para conocer cuándo y dónde. Los otros detalles no le interesan demasiado, no obstante, debe admitir que tener el bosquejo de un plan la hace sentirse un poco más segura sobre “viajar en el tiempo”.

 

―Recapitulando ―dice, y teme que su voz se escuche extraña por todo el tiempo que lleva en silencio ―, estamos de acuerdo en usar el giratiempos para encontrar información suficiente para acabar con el Inquisidor y estamos de acuerdo en ir a Alaska. Lo que no hemos decidido es cuánto tiempo vamos a retroceder.

 

Mica, Nathan y Mackenzie ya se habían manifestado uniéndose a la misión. En ese momento es que recuerda lo que dijo Mackenzie al inicio de la reunión, y no puede evitar preguntárselo directamente.

 

―Mencionaban que podríamos elegir «un momento conocido que nos diera cierta ventaja para controlar las reglas del tiempo» ―recita según lo recuerda, mirando a Mackenzie, pues fue quien lo dijo―. ¿Cuáles son nuestras opciones? Necesitamos determinar eso y el momento en que haremos el viaje. No tenemos tiempo que perder.

 

Y no es que no le gustara que los miembros del bando compartieran sus puntos de vista alrededor de la mesa de Grimmauld Place, pero algo le decía que ya era momento de poner manos a la obra. Cada minuto que pasaban sin utilizar el giratiempos era como ceder la gran ventaja que ahora tenían contra el Inquisidor.

[Luna Gryffindor Delacour]

Sonreí cuando me di cuenta que contaba con Mackenzi y que no veía mi idea como extraña o loca, no quise decirle que de veras pensaba que mi idea iba a ser una locura (otra de tantas de las que solía tener a diario) así que estuvieran de acuerdo conmigo fue del todo un shock por no decir una alegría extraña, ¿de veras consideraban mi idea? sabía que solían hacerlo pero aún así estaba sorprendida y del todo feliz por ello, aunque el asunto era como muy bien decía Emily teníamos que determinar el momento, hora y lugar y eso era muy importante, porque si no mi idea de hacer bueno al inquisidor se iría a saco roto, recapitulé lo que habían dicho ambas y dije con más emoción del que solía tener siempre.

 

- Resumiéndolo todo, tengo el apoyo de Mack lo cual es genial, jamás pensé que estaría de acuerdo con mi idea, además de eso que Emily tiene razón, tenemos que ver el momento que elegiremos para retroceder, creo que podría ser cuando recién empezaba con la magia, ustedes saben que cuando uno empieza somos más impresionables o algo así, quizás en la adolescencia o algo por el estilo, tiene que ser un tiempo en donde podamos hacer que no haga tantas cosas malas, pero no tengo idea de si funcionará o no y lo que es más importante, no quiero que nos quedemos en ese tiempo, hay que ver si funciona bien y la logística de todo ¿no les parece? - Les dije con más entusiasmo del que solía tener siempre -

 

- Entonces si todos están de acuerdo, podríamos ir unos cuantos a ver como hacemos bueno al inquisidor, si logramos eso, tenemos que estar conscientes que cuando regresemos todo puede estar cambiado y quizás la humanidad y la comunidad mágica sea un poquito menos peligrosa de lo que la conocemos todos, es un cambio y quiero saber si están dispuestos a hacerlo todos, nos enfrentamos a fuerzas que no conocemos, pero si estamos todos de acuerdo, yo me apunto a intentar hacer bueno al inquisidor o al menos, un poco menos supremacista y así - Dije intentando ordenar bien la idea para que quedará claro, sin estar segura si funcionaría o no -

 

Nunca les dije que vivía de utopías, tal vez porque ellos ya me conocían y sabían que así era o tal vez porque ser buena y ayudar a todo el mundo me salía solo, pero había algo más allí del que no le había dicho a nadie, quería creer que todos teníamos una oportunidad para cambiar las cosas y hacer bien todo, solo había que tomar la oportunidad en nuestras manos y cambiar el destino, pero aún así temía que cambiáramos todo tanto que no nos reconozcamos después y eso era algo que también pensaba, aunque evitaba decirles, igualmente iría porque quería ver un cambio en la comunidad mágica y estaba harta de que todo estuviera así de mal por culpa de unos pocos que manejaban mal el poder que aún no sabía porque tenían en su haber.

 

 

- Podemos lograrlo, reitero que creo que si el inquisidor fuera amable o podemos mostrarle otro camino, no necesitamos cambiarlo del todo, solo hacer que no haga daño a nadie y que no lastimé a más personas, tenemos que tener un buen plan y lo que es más importante, darnos cuenta que puede ser peligroso, pero hemos pasado por peligros peores que esté, así que estoy segura que juntos lo lograremos, ¿Qué dicen? ¿estamos todos de acuerdo? - Pregunté por ultima vez, sin querer admitirles que esto me emocionaba demasiado -

 

 

Esperé a que más personas dijeran que pensaban de mi idea alocada, mientras tomaba mi café y lo revolvía nerviosa, jamás había pensado que mi quimera podría hacerse realidad y que más personas estarían de acuerdo con ello, pero la idea se me antojaba realizable y por demás buena, volver agradable a alguien y lograr que no hiciera daño a nadie me parecía lo mejor que podía hacer por salvar a la comunidad mágica de una debacle que iba teniendo cada vez más cerca y que me temía podía acabar con todo tal cual lo conocíamos.

[Goderic Slithering]

El consenso de viajar al pasado, sin preocuparse por las consecuencias, al parecer se había logrado. Sin embargo, la interrogante de cuán al pasado había que viajar se mantenía. No sabía si alguien más se uniría al viaje, pero al menos había confirmado un grupo bastante robusto: Mica, Nathan, Luna, Mackenzie y Emily. Sabía que si alguien no tomaba el liderazgo de decidir la fecha exacta a la cual retroceder, estarían horas y horas debatiendo hasta el punto que la existencia de la posesión del giratiempos desapareciera y se quedaran con muchos planes pero sin poder aplicarlos. A pesar de sus años a cargo del SMS y de su experiencia de liderazgo en la Orden del Fénix, Goderic había decidido respetar la decisión de la mayoría pero, al parecer, la mayoría no tenía una voz clara.

Suspirando, toma su monedero de piel de Moke y saca dos de sus artefactos preferidos de combinar: un pequeño frasco de vidrio y un dado. Destapa el frasco y bebe todo el líquido en su interior sin reparo, el efecto anímico que provoca el Felix Felicis se hace notorio de inmediato. Sin tomar un respiro, lanza su dado de la suerte. Gracias al efecto de la poción, el resultado del dado fue un seis: la mayor suerte posible. Con aquel combo ganador, Goderic se podía asegurar tener una inmensa cantidad de buena suerte por un tiempo más o menos prolongado o, al menos, lo suficiente para su plan.

— Pues bueno, jugaremos con el tiempo no creo que ningún plan vaya a salir como lo planeamos así que... ¡a improvisar! — no se sentía del todo cómodo diciendo aquello, ni dejando el destino del mundo en el azar pero... era la única solución que se le ocurría para romper el status quo.— ¡Quien quiera ir que se afirme de mi, y bien fuerte no queremos pérdidas espaciales!

Sin mayor explicación comienza a girar el artefacto ¿por cuánto tiempo? No lo sabía. Ni siquiera llevaba la cuenta de cuantos giros llevaba, esperaba que el destino y la suerte que poseía fueran lo suficientemente amables como para llevarlos a la época necesaria para impactar lo suficiente en el presente y evitar la masacre que se había realizado. Cierra los ojos para no ver las expresiones de sus compañeros, ni siquiera sabía cuánta gente iría con él ante su inesperado acto ¿insensato?.

Una luz intensa impide ver con claridad. Los magos y brujas ya no estaban ahí, en el Grimmauld Place del presente.

Solo espera que la buena suerte lo siga hacia el pasado, al igual que el encantamiento desilusionador que había aplicado sobre el grupo. Quizás debieron haber escogido un lugar históricamente abandonado para evitar el susto de su aparición. Sí, esperaba que la buena suerte siguiera en él y no hubiera nadie en la sala del pasado. Lo bueno es que todos seguían unidos y podrían desaparecer juntos para quien tomara la decisión del lugar óptimo.

Editado 8 de Febrero del 2021 por Goderic Slithering