^ High Flights ^ (MM B: 87651)

[Shane Potter]

Corre Lobo.

 

Hacia lo alto de las montañas la figura de un enorme Lobo contrastaba contra la vegetación, su pelaje suave y brilloso se perdía con rapidez entre los arbustos y sus patas presionaban con fuerza mientras tomaba impulso para subir más alto, llegando casi a la cima se detuvo, recostándose sobre sus patas traseras alzó la testa para aullar, otro lobo de similar tamaño se acercó recuperando el aliento.

 

Ladró con fuerza al primer animal que sacudiendo su pelaje comenzó a transformarse en un humano, en una joven... de cabellera gris corta, con ojos del mismo tono, sus ropas lucían gastadas y viejas, unos jeans con zapatillas y una polera de mangas largas con capucha.

 

- ¿Cuánto llevamos Kibo? -preguntó en una especie de gruñido bajo al animal que en respuesta alzó la pata un par de veces- Mmmm... pensaba que más

 

Se levantó del suelo y alzó la vista al cielo, respiró hondo un par de veces, no recordaba cuando era la última vez que se había destransformado, llevar la vida de un animal se había convertido en su pasatiempo, en su esencia, el permanecer como una humana solo le traía dolor y vacío, y entre los lobos había encontrado la paz que tanto tiempo le había echo falta.

 

"Invoco cuius esse sequitur illa a facie mea"

 

- ¿Madre?

 

Una punzada en el pecho la sacó de su ensimismamiento, giró la cabeza por reflejo tratando de identificar de donde provenía el sonido que aún resonaba en su mente, olfateó el aire y sus instintos se avivaron, le hizo una seña a Kibo y se lanzó cuesta abajo volviendo a transformarse en Lobo, rumbo a donde le necesitaban.

 

***---------***

 

Llego hasta aquella parte del bosque donde había sentido más fuerte la presencia, apoyo una de sus patas en un gran tocón y olfateó de nuevo, estaba cerca, ladró un par de veces para que Kibo no le perdiera el rastro pues había estado trotando con rapidez, cuando sintió que se acercaba siguió avanzando metiéndose entre arbustos y maleza, hasta llegar a un gran claro rodeado de más de aquellos enormes árboles, alzó las orejas en respuesta y sus ojos se movieron hasta encontrarla, era ella.

 

- Auuuuuuuuu

 

El aullido reventó en la calma del lugar y trotó con fuerza hasta alcanzarla y lanzarse encima, alzó las patas y comenzó a emitir pequeños ruidos típicos de un can que no ha visto a su amo en muchos años... pero en el fondo era Shane que casi llora de alegría al ver a su madre después de tanto tiempo.

 

Después de un rato de estarla llenando de mimos lobunos y volvió a transformarse en Shane de nuevo aún abrazada a su cintura.

 

- Creo que dejé caer tu bebida madre, lo siento.

 

Kibo se acercó tras de ella moviendo la cola emocionado. Los ojos grises de la joven bruja miraron a los presentes y sonrió con alegría.

 

- Hola, familia.

[Antara Black]

Con la copa levantada Antara escuchó un aullido... ¿sería eso posible? acaso...

un hermoso lobo llegó rápidamente arrollando a semidiosa que ha caído al piso para que el lobo la llenara de lengüetazos y cariños.

La emoción de tener a Shane presente, hizo que Antara riera a carcajadas tirada en el piso dando caricias a su hija en forma de animal...

En un segundo la chica dejó su forma lobuna para convertirse en una joven de gris mirada que seguía en el piso abrazando a su madre.

 

Ambas se levantaron con ayuda de los presentes.

 

Shane hija mía, que gusto verte, mi pequeña lobita.

 

Sacudiéndose el polvo, dijo a su hija en tono de reproche fingido

Hija!! la champaña no se desperdicia

 

Rieron y la ojiverde tomó otra copa de champaña...

Levantó la copa y dudó

bebió un sorbo y después la levantó de nuevo esperando continuar el brindis

Era mejor beber ese delicioso elixir antes de que algo pasara y no pudiera hacerlo.

[Sagitas E. Potter Blue]

El cambio de paisaje me pilló desprevenida, aún meditando en la contemplación del nuevo día. No estoy segura si llegué a resoplar al ver desaparecer el perfil de las montañas y el azul del cielo y el agua entremezclados para ser tapados por una carpa. Tuve que parpadear varias veces para hacer retroceder mi pensamiento hacia las mesas y las sillas que habían aparecido de repente. Hasta que no sentí el sonido de un tapón y el olor al champagne, no deduje que había sido mi madre. Adoraba aquella bebida espumosa y no desperdiciaba antaño una ocasión para disfrutarla.

 

Y por lo que parecía, el presente no iba a ser ninguna excepción.

 

Aunque no yo bebía, igualmente tomé una de las copas y la levanté en su honor. Ella se lo merecía. Pero permanecí de pie, observando cómo la gente también tomaba copas y las degustaban a la salud de mi madre. Me mojé los labios, para no hacerle un feo, a pesar de que no tomaba nada de alcohol. En ese momento me pareció escuchar un aullido, potente, fuerte; inconfundible.

 

-- ¡Por Merlín! Ya me ha afectado la bebida. Pero si apenas he tomado un sorbito...

 

Y es que sabía que era imposible. No podía ser aquel lobo. No podía ser ella...

 

Ella estaba muerta.

 

Pero había olvidado que, como me acababa de demostrar Antara, quien muere, en algún momento regresa. Y Shane estaba allá, con nosotras, acudiendo al llamado de nuestra madre. El asombro me obligó a sujetar con fuerza la copa. Hay cosas que no te esperas. Y ver a mi hermana allá, saltando sobre mi madre, aún en su aspecto lobuno, era una de ellas.

 

Le sonreí. Cuando acabara de lamerle la cara, yo también le saludaría.

[Nely Aradia Gaunt Lill]

-¿Salud? ¿Acaso iban a brindar sin mi presencia, abuela?

 

La joven bruja apareció justo en el preciso instante en el que su abuela, la gran conocida Antara, se disponía a brindar con los familiares más cercanos. Todos allí eran conocidos a la vista de Aradia, a pesar de su ausencia, podía reconocer las sonrisas de alegría al ver sus rostros.

 

Se acercó a la semidiosa y humedeció sus mejillas con un cariñoso beso de bienvenida, se acopló a la celebración, sabía que no duraría mucho tiempo en ella, pero ocasiones como esa, no iban a dejarse pasar, después de todo, no siempre la familia se reunía.

 

¿Desde hacía cuanto que no cruzaba palabra con su gemela, su madre, o su querida novia? Esta vez la ocasión merecía la pena volver aunque fuera una visita rapida.

 

Escoba en mano, se acopló en una de las sillas, no sin perder de vista su medio de transporte que la llevaba a todos lados en el momento oportuno en el que siempre quería desaparecer.

[Aine Malfoy]

Antara era una mujer con mucho amor para dar y eso se veía reflejado en cada hijo suyo, o en casi todos. Al ser Leis la primera de un largo listado le hacía poseedora de interminables aventuras al lado de su madre. Como confidente y amiga, había visto más de lo que cualquier mujer de temprana edad. Quizás más de lo que hubiera deseado. Pero ella guardaba cada vivencia como un tesoro de incalculable valor. Cada una, la había convertido en lo que era ahora.

 

Tenían la misma naturaleza, habían sido concebidas de la misma forma. Compartían un poder mucho mayor. Aunque el renovado aspecto de Leis le proveía de un halo salvaje, producto de la lucha interna entre su nuevo presente y lo que le habían inculcado desde la infancia, los rasgos común en entre madre e hija eran notorios. Ni el tono azulado de la cabellera de Leis podía marcar la diferencia.

 

- Me inclino por tu última opción. Pero te agradezco la evaluación médica- respondió con ironía, sin esconder la sonrisa en su rostro.

 

Respondiendo al abrazo de su madre sintió la presencia de Jocker, su perro guardián. No recordaba haberle invitado al lugar. Sólo le había dejado una nota. El Black Lestrange, cuidaba cada paso que daba Leis, la vigilaba como su más preciado trofeo. Pero ella iba más allá. Si quería tener algún derecho sobre ella, tenía que dar más de lo que estaba dispuesto. Sino, sería cómo, cuándo y dónde ella quisiera. Pero, nunca había aceptado de todo el trato. Siempre que podía, intentaba romper las reglas.

 

- Madre, te presento a Jocker. Le diste clases, al igual que yo. Apelo a tu buena memoria. Sobre qué hace él aquí, me gustaría mucho saberlo.- se adelantó al director de la academia. Le gustaría saber lo que respondería. Eso decidiría dónde pasaría la noche.

 

Como buena anfitriona, la Potter Black adecuó los terrenos donde se habían reunido para hacerlos más habitables. El placer y la buena vida eran estandartes de su personalidad y siempre que podía, lo hacía notar. Carpa, comida y bebida, para saciar cualquier apetito.

 

Un lobo puso el broche de oro al brindis de la semidiosa, al lanzarse sobre ella. Recordó que Viserion no la acompañaba y la incógnita se develó al convertirse el cánido en una joven mujer.

 

- Antara, creo que tendrás que presentar a todas tus hijas. Somos tantas que ni nos conocemos. Este será un buen lugar para ello. Ya sabes, la educación es lo primero. Esa lección... sí me la enseñaste bien.- También le había enseñado otras, pero Leis estaba segura que saber comprar lencería fina no le ayudaría en aquella oportunidad.

[Shane Potter]

Sonrió de forma amplia ante la llamada de atención de su madre, que en el fondo sabía que era broma, sus ojos grises brillaron de emoción pero se contuvo de seguirla llenando de mimos, aún habían más personas para saludar, retrocedió un poco y después de pasear la vista por las mesas alzó un poco el rostro olfateando el aire, sus pupilas se dirigieron por inercia a su hermana Sagitas y sonrió aún ´más si era posible.

 

- He-hermana...

 

Avanzó un par de pasos y terminó de acortar la distancia corriendo que las separaba, miles de recuerdos volaron por su mente, su llegada a la Mansión, la de veces que solía sacarla de su tristeza con alguna frase original, cuando su Madre se fue, cuando su primera hija la dejo y el tiempo que permaneció sola ella siempre estuvo ahí apoyándola, la rodeó en un abrazo fuerte mientras Kibo se acercaba tras de ella y alzaba sus patas para lamerle donde pudiera.

 

- Kibo también te ha extrañado -soltó sin separarse de ella- Y yo te extrañé mucho a ti hermana

 

Su instinto animal le decía que había alguien más... otra recién llegada, un aroma más familiar, mas de... hija.

Editado 3 de Octubre del 2011 por Shane Potter

[Teza Marie de Lioncourt]

maravillada observo a su alrededor, hermanas suyas iban llegando, algunas desconocidas, algunas conocidas solo de nombre, el árbol familiar era inmenso, a ella le gustaba compararlo con los Nogales que ya tienen mucho tiempo, fuertes, llenos de ramas y con raíces solidad y difíciles de romper

 

Madre, estoy totalmente de acuerdo con Leis si no las veo aquí pues peligro y un día de estos me tope en la calle con una hermana mia y no tenga la cortesía de saludarle por desconocerla, a veces creo que es necesario conocernos a todos y a todas, pero siendo sincera mas a todos, no quisiera yo enrollarme algún día con la familia, eso ya lo hice mucho -soltó una carcajada, quien mas que su madre podría saber todas las veces que ella cometió o estuvo a punto de cometer incesto

 

Aunque bueno algunas veces fue por mero gusto- sonrojada tomo un sorbo de champaña y se mordió el labio

Editado 3 de Octubre del 2011 por Teza Marie de Lioncourt

[Jock]

Jocker sonrió gustoso ante las palabras de Antara, aunque no tenía una buena respuesta para su pregunta. Afortunadamente, Leis interrumpió para presentarlo, aunque finalmente pareció querer presionarlo más que salvarlo de la incómoda situación.

 

— Aprendo— dijo el ojimiel intercambiando miradas con sus interlocutoras— Ambas fueron grandes maestras y debo decir que me han inspirado tanto, que he decidido prolongar un poco más el tiempo de aprendiz junto a Leis, aunque claramente sobre otro tipo de menesteres.

 

El patriarca no estaba seguro si su respuesta había sido la indicada, pero un poco de picardía no causaría ningún tipo de problema nadie, al contrario, era una muy buena excusa para animar la conversación.

 

Los presentes no se sorprendieron en lo absoluto cuando la semidiosa causante de aquel reencuentro hizo aparecer una carpa completamente implementada para celebrar. Su dominio con los encantamientos eran famosos y cualquiera que supiese una pizca de Historia del Mundo Mágico estaría agradecido de ver tal despliegue.

 

Poco a poco, más personas llegaron y se acercaron hasta el grupo que no parecía tener problemas en compartir alegremente. Estaban tan choqueadas, que algunas perdieron la capacidad del habla y se limitaron a saludarse entre ellas. Una falta de respeto, ante los ojos del director mortífago, pero perfectamente comprensible, por la emoción.

 

— ¡A tu salud!— dijo el ojimiel levantando una copa de champagne frente a Leis, aprovechando que estaban pasando desapercibidos por el resto de los asistentes a aquel feliz reencuentro.

Editado 3 de Octubre del 2011 por Jocker Black Lestrange

[Luch the Matador.]

La oscuridad del bosque hacia dificil que el licantropo viera lo que tenia varios metros delante de el, pero sabia que uan magia antigua lo habia invocado en aquel lugar, el mago estaba parado encima de una rama lo suficientemente grande y gruesa para aguantar su peso y el de Excalibur quien lo acompañaba. Luch the Matador dio una palmada a su lobo blanco en el lomo y ambos saltaron del arbol al mismo tiempo, tras aterrizar en gras el elfo albino del mago aparecio comiendo lo que parecia una hada y mirando a su amo y al lobo como si de dos extraños se tratasen. El trio avanzo lentamente por entra un par de arboles y varias siluetas ya estaban presentes en aquel bosque, excalibur aullo al sentir las presencias en el lugar y ahi sintio el matador quien habia sido la persona que lo habia invocado.

 

El Licantropo se acerco lentamente meintras tanto Excalibur como Copito corrian hacia Antara Black, el licantropo avanzaba a paso lento hacia la bruja la cual en tiempos de antaño le habia abierto lso brazos a su hogar y le habia dado un hogar en el lugar donde el fenix reinaba, por todo aquello el siempre le estaria agradecido. Excalibur y copito ya estaban a solo metros de la bruja y este cerro los ojos y sonrio, era bueno tenerla de vuelta, auqnue sabia que el ya no era parte activa de aquel mundo magico, ahora el mago vivia retirado en Gales... donde habia encontrado un hogar cerca a la playa, en donde todos lo veranos el carnaval volvia y una feria era lo que lo entretenia.

 

El mago observo muchos rostros conocidos y por un instente la personalidad mas despiadad del matador salio a la luz, haciendo que sus ojos se volvieran negros como la mismisima noche y perdiera todo sentimiento, pero aquella aparicion fue solo fugaz... El licantropo se acerco a Antara, a quien le dio un beso en la mejilla y una sonrisa sin palabra alguna, ambos se conocian lo suficiente como que las palabras no sean necesarias...

[Darla G Dumbledore]

El viento sacudía los cabellos de la pelirroja, enredando aún más sus rizos. El sonido del mar golpeando contra las rocas, unos cuantos metros más abajo, llenaban su mente. No quería pensar en nada, solo estar allí, disfrutando la paz, el silencio, o mejor dicho, el sonido de la naturaleza, sin rastros humanos. Era consciente de que en el acantilado hacía cada vez más frío, pero no le importaba. Sus ojos pasaron del horizonte tornasolado hacia la blanca espuma que se arremolinaba en las rocas. Respiro profundamente, con placer, dejando que sus fosas nasales se llenaran del salino aroma.

 

Alrededor de sus piernas la capa se enroscaba con la túnica azul. Entrecerró los ojos, imaginándose que alguien acariciaba sus piernas. Sonrió. Como si ella tuviese ganas de que la mimaran. Tras el ataque que había sufrido, Sagitas la había ayudado a salir adelante, pero ella no había querido ir con la familia de vacaciones, se sentía como que había arruinado todo. Necesitaba una vez más estar sola. Durante ese tiempo sus lazos con Scarlet se habían fortalecido, había conocido más de esa extraña dama que había invadido su vida hacía tantos años y cuya existencia venía de varios siglos atrás.

 

De repente fue como si hasta el mismo mar se acallara, la vampira abrió los ojos, alerta y llevó su diestra hacia donde guardaba su varita. Sospechaba que aquello podía ser un gesto inútil, lo que callara al mar podía ser infinitamente más poderoso que ella. De pronto aquel atardecer pareció volverse noche, el viento soplaba aún a su alrededor, pero a su vez parecía reinar la calma donde ella estaba. ¿Qué estaba sucediendo? Y de repente lo supo, supo que era lo que había detenido todo a su alrededor y casi pudo sentir su voz, el murmullo de ancestrales palabras. Lo reconoció una vez más, era extraño, aunque no lo hubiera sentido así alguna vez, podía darse cuenta que ella estaba una vez más llamándola. No era en la Mansión, era en un lugar que ella no conocía, pero podía verlo a través de sus ojos, un jardín, un parque. No estaba segura de dónde era, pero si sabía que podía llegar allí.

 

De pronto el sonido de las olas golpeando contra la costa y del viento entre los árboles volvió a llenar el ambiente. Sonrió, aún tenía su varita en la mano cuando giró sobre sus pasos y crack hizo su desaparición. La opresión en su pecho fue casi un masaje en comparación con la que había en su mente. Cuando un nuevo crack sonó en sus oídos sus ojos contemplaron una extensión muy particular. Aunque nunca había estado allí lo reconoció, era el lugar desde donde ella la llamaba. Caminó despacio, podía sentir que no estaban solas.

 

Las filas de árboles se sucedían, castaños, majestuosos, de verdes y frondosas copas, a través de las cuales se colaban los rayos del astro rey. Esquivando matorrales se dirigió sin seguir el sendero hacia donde la llamada había sido realizada. Finalmente se detuvo a unos metros de donde varias personas estaban reunidas. Se sorprendió de que allí, en medio de un bosque hubiera una carpa dispuesta como para una celebración. ¿Pero acaso debería sorprenderse? La fuerza que la había llevado a ese lugar sin duda provenía de alguien que siempre tenía algo nuevo y misterioso bajo su manga.

 

Observó en silencio durante un tiempo, tras unos minutos reconoció a varias de las figuras allí reunidas. Sagitas, su tía estaba allí, le pareció que la otra dama era Mackenzie, lo que la sorprendió. Otro rostro medio oculto se le reveló tras unos segundos, con un leve movimiento, se trataba de Leis, hacía añares que no sabía de ella. Realmente era una convocatoria femenina muy interesante, Shane estaba allí presente y las otras dos jóvenes, no recordaba si las conocía, pero sus rostros se le hacían levemente familiar, quizás de los retratos en la Potter Black, porque semejante presencia no podía provenir de otra parte, sobre todo si consideraba de quien venía la llamada. La mujer estaba vestida enteramente de negro, o eso le pareció, el luego de las sombras quizás la engañaba. Como seguramente lo hacía su imaginación al mostrarle la presencia de un viejo conocido. ¿Sería posible que fuera Jocker el que estaba allí? Su diestra se aferró más firmemente a Edelweiss y finalmente avanzó un paso, saliendo de entre los árboles.

 

Cuando se acercó a la carpa su rostro no denotaba para nada sus pensamientos, instintivamente había recurrido a la oclumancia para ocultar lo que por su mente pasaba. Una sonrisa franca se dibujaba en sus labios mientras sus pasos la llevaban hacia Antara. Había hecho bien en ocultar su mente, una figura se había adelantado a sus pasos y saludaba a la mujer. La reconoció de inmediato. Si la presencia de Jocker la había puesto en guardia la de él, la volvía una gata salvaje a punto de atacar, pero se contuvo y siguió sonriendo, como si nada.

 

- Me alegro poder tener una oportunidad más de verte, Antara querida. La última vez lamento que mi osadía arruinara la reunión familiar. - Sus ojos se clavaron en la semidiosa y en silencio hizo una reverencia en señal de saludo a la Dama. Los demás, podían, por ahora, esperar.