^ High Flights ^ (MM B: 87651)

[Lyra Katara Selwyn]

- ¿Katara? - Algo sorprendida me voltee hacia el sitio donde había venido la voz.

 

Sonrei al reconocer a la Malfoy, era hermana del Ministro y había trabajado con ella varias veces en el Ministerio. Recordaba la subasta que había organizado, el secuestro de Ministro, además que ahora estaría más en contacto con ella, porque como miebro del Winzegamot, estaría visitando más su departamento.

 

No sabía porque, pero recordaba que le tenía cariño, así que me acerque y le di un abrazo.

- Absinthe, me da gusto verte.- Salude alegremente. Vi a la Directora de la oficina del Ministro, se veia bastante bien, aunque había escuchado que estuvo unos días interna en San Mungo, pero se me hacia incorrecto preguntar.- ¿Cómo estas? Yo estoy algo nerviosa, no me gusta volar, pero le prometi a Sophie y a Dereck que los traeria a visitar a su madre.

 

Al decir esto, volvi a vigilar a los gemelos, que estaban jugando en apariencia tranquilos.

- A ellos les gusta, Beltis les regalo un par de escobas de juguete y son de sus juguetes preferidos.- Comenté.- Espero que esten en tu casa bien, tiene tiempo que no he escuchado nada acerca de la familia del Ministro. ¿Ya tienes cita para la gala?

 

Al momento de haber echo, pense que había cometido una indiscreción y no quería enfadarla. Simplemente en todos los sitios a los que iba, alguien sacaba ese tema: la Gala de Halloween.

- Lo siento, no quise ser indiscreta.- Comente.

[Absinthe Malfoy]

La Malfoy sonrió y le dio un par de palmaditas en la espalda a Katara, respondiendo al abrazo.

 

- Es un placer verte a tí también. Justo coincidimos aquí... ¿Bonito lugar no? No tenía idea que mi sobrina había abierto esto para turistas y quise venir a dar una vuelta a relajarme, quiza por unos días provechando las instalaciones. - le guiñó un ojo y rió, con esa risa cantarina típica de las banshees - Tranquila, por lo que tengo entendido todas las criaturas están bien entrenadas y no te pasará nada. Yo odio volar en escoba, pero recuerdo una que otra vez que volé en Granian cuando era pequeña y la sola nostalgia me trajo hasta Escocia.

 

Fijó la vista en los dos pequeños que revoloteaban por el castillo. Al parecer nunca los había conocido personalmente, pero sabía que Mack había tenido unos mellizos con el indeseable esposo que se había buscado. Gracias al cielo todo ello había temrinado, y en fin, no era culpa de los niños tener el padre que tenían (xD).

 

- ¿Así que ellos son Sophie y Derek? Vaya, vas a tener que presentármelos. - contempló nuevamente a los pequeños adoptando una expresión algo más afable. Los niños usualmente se alejaban de ella corriendo, no tenía idea por qué, pero estos eran sus... Sobrinos-nietos. Rayos, como pasaba el tiempo... Gracias a dios los Malfoy tenían un buen envejecer (xDDDDDDDDDDDDD) - En casa todos bien, muchas gracias y... Ahora que me lo dices, se me ha escapado completamente la gala de Halloween, croe que ni siquiera he confirmado mi asistencia. Supongo que iré sola, no ha habido caballero alguno que se sacrifique a ir conmigo... ¿Y tú? ¿Hy algun caballero de blanca armadura que te escolte a la fiesta?

 

Enarcó una ceja y se encogió de hombros. La verdad es que se le había ido por completo el asunto de la gala, pero tendría que ir si se había dedicado a planear la decoración del recinto (?). No le importaba ir sola de todos modos, al final lo de inscribirse en pareja era una simple formalidad, o al menos eso trataba de decirse a si misma para convencerse de que no era una solterona (xD).

[Lyra Katara Selwyn]

- Sophie, Dereck, vengan por favor.- Cuando los gemelos se acercaron, Absinthe pudo verlos bien.

 

Tenían dos años, pero a pesar de ser muy chicos, hablaban y corrian a la perfección, como niños de tres años, ya que habían empezado a hablar al año. Fisicamente no se parecian en nada, Sophie era era rubia, como su abuela Mistify y tenía los ojos azules como su abuelo Crazy, en las facciones se parecía a Mack. Dereck, en cambio, se parecia a su padre: moreno y de ojos negros, con el cabello rizado y un poco largo.

- Vengan, saluden a su tia Absinthe.- Les pedi a los niños, cargando a Sophie, quien empezó a llorar.

 

No recordaba el detalle de que no le gustaba ser cargada por alguien que llevara la Marca Tenebrosa, excepto la mia y de su madre. En ese aspecto se parecia a su padre, aunque ya no recordara ese hecho. *

 

Mire extrañada a Absinthe y me disculpe con ella.

- Lo siento, no se que le pasa a Sophie, a veces suele actuar asi con personas que no ha visto mucho.- Mire a Sophie y cuando se calmo la deje en el suelo, esperando que se acercara a su tia. Dereck sin embargo, se había acercado con naturalidad a conocerla.- Me cuesta trabajo creer que nadie te haya invitado al baile, Absinthe.

 

Sonrei al decir esto, la joven Malfoy era realmente bonita y siempre se veia bien acompañada en los eventos, seguramente encontraría un buen acompañante en la fiesta.

- Yo pensaba no ir o que si iba sería sola, pero recien me invitaron a la gala. Voy a ir con Severus Gryffindor Malfoy.- Comenté, aunque no sabía si ella lo conoceria.- Trabaja en el departamento de Criaturas Mágicas, como jefe de la Oficina de la División de Bestias. Es buen chico.

 

*Todas las descripciones inclusive esa de que la niña llora cuando se acerca a alguien que tiene la Marca Tenebrosa tatuada (xD), tiene copyright de la madre.

[Absinthe Malfoy]

La pequeña era la viva imagen de su madre, toda una Malfoy y le dio gusto reconocer los ojos de su hermano en ella. El chico era moreno y de cabello rizado, de grandes ojos negros que se la quedaron mirando desde el primer momento. Por alguna razón, Sophie se echó a llorar. Absinthe no pudo evitar sonreirle a Katara como respuesta, era natural, espantaba a los niños, aunque intuía que había algo más en el rechazo de la niña.

 

- Tranquila, los niños tienden a rehuirme, sobre todo ahora con este pelo... Hola Sophie - saludó a la chica a la distancia. Para su sorpresa, el pequeño Derek se le había acercado mientras su hermana se escondía tras Katara. La miraba fijamene y con una curiosidad extraña para un niño tan pequeño. - Hola Derek, yo soy tu tía Absinthe, hermana de tu abuelo.

 

Se agachó para quedar a la altura del niño, con una sonrisa en los labios. Era bastante simpático, tenía una mirada suspicaz y casi podía olvidarse que se parecía más al otro lado de la familia.

 

- Si eres hermana del abuelo, ¿entonces tienes el pelo blanco porque eres vieja? - se le desencajó la mandíbula por unos segundos ante el atrevimiento del niño, pero luego de un instante se echó a reír a carcajadas. Era una observación bastante inteligente para alguien tan pequeño.

 

- Oh no, cariño, ¿acaso me ves alguna arruga? - Derek se acercó aún más para contemplar el rostro lozano de la Malfoy, y negó con la cabeza - ¿Ves? Es una cosa de familia, el abuelo y yo tenemos el cabello así.

 

Sophie también dejó de llorar para dejar salir una risita tímida ante la gracia de su hermano.

 

- ¿Vas a montar conmigo, tía Absinthe? A la tía Katara no le gusta montar... - dijo lo último como un secreto al oído de la banshee, quien le acarició los rizos castaños y esbozó una media sonrisa.

 

- Está bien, yo te acompañaré si quieres...- se puso nuevamente de pie y volvió la vista hacia Katara - Al parecer hemos hecho buenas migas, Derek y yo... Sobre la gala, no te asombres, no abundan los magos con iniciativa... Severus... Oh, creo que lo conozco de vista, pero no podría opinar nada de él.

 

No quería ser descortés, pero el apellido Gryffindor no le daba buena espina. Muchos traidores a la sangre.

[Lyra Katara Selwyn]

Sonrei al ver que Dereck y Absinthe se habían llevado bien, mientras que Sophie seguia abrazada a mi. Por fin la regrese al suelo, para que jugara con su hermano, pero continuaba pegada.

- Debe ser genial tener el cabello asi.- Murmuré, al ver su cabello liso, bien cepillado.- El mio suele ser rebelde y por mas que lo intento, a veces no logro aplacarlo ni con la poción alisadora mas fuerte que tenga.

Me quede pensativa al escuchar el comentario de la Malfoy sobre Severus.

- Yo tampoco pueda decir que lo conozca mucho, ni como sea su familia, pero normalmente en las galas o subastas termino con el.- Comente.- Es divertido ese tipo de situaciones. Sobre lo que dices de los hombres, es cierto. Muy pocos tienen el valor de invitar a alguien a una gala y una vez que lo hacen, cumplir. Es raro, pero recuerdo que siempre he ido sola en eventos anteriores.

Al borrarse los recuerdos relacionados con la Marca, también se habían borrado algunos recuerdos en los que terminaba yendo sola, gracias a que me habían plantado, debido a que a muchos de ellos los conocía principalmente de la Marca.

- Estoy segura que te divertiras igual.- Comenté.- Podriamos intentar poner un anuncio en El Profeta, buscandote pareja.

 

Lo último obviamente había sido en broma solamente y esperaba el posible coscorron o zape que me daria la tia de los niños por el comentario. Al menos yo hubiera reaccionado de esa forma, si alguien se le ocurria proponer tal cosa.

- Era broma.- Dije de inmediato.

[Mackenzie Malfoy]

Sean conocía bien su trabajo. Su discurso era, sin duda alguna, muy elocuente. Cierto que la situación del mundo mágico era algo convulsa, aunque, sin duda alguna, más para unos que para otros. Le provocaba hilaridad escuchar la argumentación del agente y no podía por menos que reconocer el talento de aquellos que sabían sacar partido de aquellos tiempos complicados, aún cuando fuesen las mismas mentes talentosas las que agitaban los vientos del caos para justificar, después, la necesidad de un refugio seguro. Ella que sabía lo que había estado haciendo su padre el tiempo que duró su secuestro, casi no pudo disimular una sonrisa de socarronería, cuando Sean comentó el suceso.

 

- Supongo que no duda de la efectividad de la seguridad ministerial - Mackenzie enarcó una ceja mirando inquisitivamente a Sean-. No, ya me supongo que no.

 

La joven sonrió al mago y se levantó de su butaca para servirse una taza del te del servicio que reposaba sobre una mesita baja de alabastro, que a juzgar por su forma y sus relieves de escenas de caza, probablemente habría sido adquirida por Alfred a algún montañés de la Cabilia argelina.

 

- Quizás le apetezca una taza de te, - comentó la Malfoy, añadiendo casi a continuación-, ciertamente, ya no hay intocables, nadie está seguro en estos tiempos. El Ministerio gasta una fortuna en seguridad, no le quepa duda, pero poco puede hacer ante la proliferación de actos vandálicos como los que se ven hoy en día. ¿Sabía que no hace mucho intentaron secuestrar a un elfo? ¡A un elfo! ¡Por las barbas de Merlín, ya ni los elfos están a salvo!

 

El recuerdo de aquel suceso sirvió para que su gesto se tornara preocupado y enfadado a un tiempo, sin que tuviera que hacer esfuerzos suplementarios por disimular. Aquello la enfurecía mucho más si daba crédito a algunos rumores que corrían por ahí y señalaban a su futuro ex esposo como uno de los principales instigadores de aquella tropelía, por supuesto, mucho más censurable si se tenía en cuenta que el elfo que habían intentado secuestrar era el mismísimo elfo personal del Ministro de Magia.

 

Sean continuó hablando, explicando los términos del servicio que ofrecían los WIB. A Mackenzie le agradó comprobar que la seguridad que ofrecían era muy completa y le interesaron sobremanera los incentivos de propaganda con los que la Agencia complementaba sus servicios de seguridad.

 

- Creo que me interesará ver ese contrato -anunció la Malfoy tratando de no sonar excesivamente interesada-. Supongo que no pretenderán cobrar mucho a un negocio que se acaba de iniciar. Ya sabe, los comienzos siempre son difíciles y los galeones no nacen de debajo de las piedras.

 

Mackenzie hizo una pausa, mientras el agente buscaba el contrato. Unas risas procedentes del exterior, le hicieron girar la vista hacia la ventana entreabierta. Se llevó una mano a la boca, conteniendo un gesto de sorpresa, cuando descubrió que las risas procedían de sus propios hijos. ¡Estaban allí! Katara los había traído. Y no sólo estaban los niños y Katara, también su tía Absinthe estaba con ellos. ¡Hacía siglos que no veía a Absinthe! Recordaba lo que Katara le había contado acerca de Marius, no sabía si ella lo recordaría ahora, después del proceso de desmemorización al que muy seguramente habría sido sometida. Nunca se sabía qué recuerdos quedarían a salvo de efectos colaterales.

 

Miró de nuevo hacia Sean, que ahora ya tenía el contrato en la mano. De momento, tenía que preocuparse por el tema de la seguridad, seguro que Katara y Absinthe habían venido con tiempo para quedarse unos días. Al menos, eso era lo que esperaba.

 

- Si voy a depender de su agencia para la seguridad de mi negocio, creo que tal vez deberíamos empezar a tutearnos, ¿no cree? - Esta vez la sonrisa de Mackenzie fue abierta y sincera. Tal vez fuese la alegría de volver a ver a sus hijos o que le pareció que el agente rebajaría el precio si se mostraba simpática. En cualquier caso, le había caído bien aquel mago de discurso elocuente. Esperaba verlo más por allí. - ¿Cuántos agentes asignarán a la protección de un lugar tan grande como este Parque? Espero que los servicios de alarma funcionen adecuadamente y te estaría muy agradecida si me hablaras de esos incentivos de propaganda.

 

Hacía un día estupendo. El sol brillaba en el exterior y casi se agradecía la suave brisa, a pesar de encontrarse ya bien entrado el otoño. Era un día genial para enseñar a los niños a cabalgar. Tal vez Sean quisiera acompañarlos, una vez que hubiese terminado su trabajo.

 

 

OFF

 

Perdón por el retraso en contestar, Sean. Me tomé unas pequeñitas vacaciones, que supieron a poco t.t

 

Chicas, genial que os hayáis pasado. Y gracias por afiliaros, luego me paso a actualizar aquello.

[Absinthe Malfoy]

- ¿Así? - apuntó con el índice su elaborado rodete blanco, enarcando una ceja con incredulidad - Y yo que daría por tener los rizos que tenía antes... Aunque el blanco tiene estilo, supongo.

 

La banshee se encogió de hombros y dejó salir un leve suspiro. Se apoyó con las manos en el respaldo de una silla de madera elabordamente tallada, arqueando suavemente la espalda hacia atrás adoptando una pose más relajada.

 

- Mejor sola que mal acompañada, dicen algunos... - su mirada examinó con cuidado la recepción, que detrás de algunos sencillos detalles escondía lujos maravillosos. Adoraba los castillos refaccionados, no podía esperar a ver como eran las habitaciones.

 

Sus ojos se abrieron como platos para volverse hacia Katara, quien había hecho una broma algo singular sobre publicar en el profeta un aviso. Ladeó la cabeza, examinándola como un ave curiosa intentando ver donde se había generado tan... Trastocada idea.

 

- ¿Estás loca? - luego de unos segundos de fingido enfado, se volvió a echar a reír. Estaba de buen humor, incluso para bromas como esa. - Imagínate, pasaría de soltera empedernida a solterona desesperada...

Y hablando de lo empedernida, ¿te fijaste en el tipo que estaba cepillando a un Granian allá afuera? Por Merlín, espero que Mack lo invite a la cena... A todo esto, ¿Mack está aquí o no? Hace siglos que no la veo...

 

[Mackenzie Malfoy]

La mañana era hermosa. Una de aquellas raras mañanas de otoño en las que el viento, la lluvia y el incipiente frio desaparecían, de pronto y sin previo aviso, para dar paso a un sol espléndido y majestuoso que avivaba las tonalidades doradas, rojizas y ocres de la estación otoñal, confiriéndo a aquel paraje montañoso una belleza iniguable.

 

Los rayos de sol iluminaban el cercado en donde pastaban algunos de los caballos alados. Un hombre joven y de aspecto indómito cepillaba a un hermoso ejemplar de granian que, a cualquiera que entendiera un poco de alados, le habría parecido tan obstinado como el joven que en aquellos momentos se ocupaba de él.

 

- Venga, Nashir, estate quieto -apremió el joven, acariciando el suave lomo del granian, de color pardo rojizo-. Ya falta poco -hablaba en susurros- ¿ves? una cepillada más y estarás listo.

 

Nashir, el granian, agitó la cabeza arriba y abajo y coceó en el suelo, en un gesto displicente. No le gustaba que lo arreglaran en el cercado, a la vista de los demás alados. Particularmente se molestaba cuando los Thestrals estaban presentes, pues estos no disimulaban su regocijo al ver cómo el granian tenía que ser cepillado como cualquier otro caballo alado. Nashir era un pura sangre que había ganado numerosos premios y carreras. No le gustaba, en absoluto, mostrarse al mismo nivel que cualquier otro caballo, con las mismas necesidades de ser lavado y cepillado que cualquier otro equino.

 

Alfred, el joven de cabello rubio que sujetaba en una coleta, miró al granian severamente. Sabía que lograría calmarlo. Cierto que el encargado del Parque conocía lo suficientemente bien a sus caballos alados, como para no haberse atrevido a cepillar al granian en el cercado, si hubieran estado los tres thestrals presentes en aquella ocasión. Afortunadamente, sólo Anauel, el más tranquilo y menos jocoso de los tres, se encontraba allí. Aún así, Nashir no se confiaba mucho. sabía que Anauel no lo molestaría, pero no le cabía duda de que se reiría con sus dos hermanos en cuanto pudiera contárselo.

 

- ¡Cabezota! -Exclamó Alfred, esta vez, sujetando a Nashir fuertemente de las riendas, hasta que éste inclinó la cabeza y cesó en sus intentos de romper el suelo a coces. - Eres tan presumido y caprichoso como tu dueña.

 

Maldita Mackenzie. Alfred todavía se preguntaba porqué había accedido a dirigir High Flights. Cierto que aquel Parque Natural de Alados era su vida. Llevaba allí tantos años como podía recordar y, naturalmente, que habría sentido tener que marcharse para no ver la atrocidad que la Malfoy pretendia hacerle a aquel paraje natural. Pero lo habría hecho.

 

Unas risas a su espalda le hicieron girar la cabeza. Unos niños muy pequeños, casi unos bebés, aunque hablaban y corrían perfectamente, acababan de llegar al parque. Iban acompañados de dos brujas que Alfred no conocía, a pesar de que la alta de cabello blanco y ojos celestes le resultaba vagamente familiar. La otra era de mediana estatura y su cabello castaño hacía juego con unos chispeantes ojos cafés. No creía haberla visto nunca.

 

Alfred movió la cabeza a un lado y a otro en señal de disconformidad. Dentro de poco tendrían ponies para entretener a los niños. Aquello se iba a convertir en un jardín de infancia, además de en un avispero de turistas inexpertos, más preocupados por hacerse la foto montados en un Abraxan que por entender la maravillosa naturaleza de aquellas criaturas.

 

Le habían preguntado a Turku por Mackenzie, pero ésta se encontraba atendiendo al agente de los WIB. Quizás fuesen conocidos de ella, a juzgar por los retazos de conversación que, involuntariamente, habían llegado a sus oídos. Alfred suspiró, resignado, mientras dejaba al granian y acudía a recibir a las recien llegadas.

 

- Hola, soy Alfred, el encargado del Parque - se quitó uno de los guantes de monta y le estrechó la mano, alternativamente, a ambas jóvenes. No sonreía, pero sus ojos azules mostraban un brillo cálido y acogedor. - ¿En qué puedo ayudarlas?

 

Tal vez, algún día, volvería a escapar de Mackenzie, como ya lo hiciera antaño. Pero de momento, allí estaba, prendido en la red de aquella bruja mañosa.

[Absinthe Malfoy]

Katara iba a responder algo sobre su último comentario pero Absinthe le soltó un "Shhhht!" disimulado. El joven venía hacia ellas, al parecer hastiado por algún pensamiento pues su expresión no era la más feliz. Era alto, y de cerca parecía aún más guapo que de lejos (Absinthe, mujer sucia xD). Tenía los ojos celestes y una mirada cálida, pese a la seriedad de su expresión.

 

- Hola, soy Alfred, el encargado del Parque ¿En qué puedo ayudarlas?

 

Se quitó los guantes y les estrechó la mano a ambas. Absinthe desplegó la mejor de sus sonrisas, soltándole la mano con suavidad y una apenas perceptible lentitud. La bruja sabía bien cómo coquetear de forma sutil y no perdía oportunidad de hacerlo, estaba en su sangre. Como toda banshee, claro está, le era difícil reprimir sus encantos naturales.

 

- Absinthe Malfoy, un placer. - inclinó la cabeza saludándolo - No pude evitar contemplar al granian que cepillaba, un ejemplar magnífico sin duda. No parecía muy dispuesto a que lo peinaran en público, supongo que acostumbrados a la soledad de las Highlands debe ser difícil aceptar una ola de visitantes de la noche a la mañana.

 

Absinthe se refería exclusivamente a las criaturas y no tenía idea que había metido el dedo en la herida del joven encargado. Ella simplemente siguió hablando con naturalidad, tomando el "mando" de la conversación por unos instantes. Era típico de ella en realidad, a veces era callada como una tumba pero cuando estaba de buen ánimo hablaba hasta por los codos.

 

- Esta es Katara Ryddleturn y los pequeños son los hijos de Mackenzie, Sophie y Derek. - seguramente el joven ya los conocía, pues si era el encargado seguramente era de la confianza de su sobrina. - Hemos coincidido en realidad, yo pretendo quedarme unos días para disfrutar del lugar, aprender de las criaturas... Todo es realmente hermoso, por cierto.

 

Le sonrió una vez más luego de echar una nueva mirada a su alrededor. Acostumbrada al páramo que rodeaba Ottery ya casi había olvidado los frondosos bosques y profundos lagos cristalinos de las Tierras Altas.

 

- En realidad yo sólo quisiera saber cómo son las habitaciones para elegir alguna y dejar mi equipaje. Luego me gustaría dar una vuelta por los alrededores, conocer un poco el lugar...

 

Y si le hacía de guía tampoco se quejaba, pensó sin poder reprimir una mueca divertida. Aquel Highlander no se veía demasiado contento de tener que atender turistas.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

A pesar de estar en asuntos de negocios, la conversacion con la señorita Malfoy era bastante entretenida, ya le habia sedido el contrato para que lo leyera y habia accedido a comenzar a tratarnos mas informalmente, algo que a mi me resultaba algo dificil de realizar. Aun asi volvi a tomar el tema de las preguntas que me habia formulado.

 

-El nivel de proteccion y por tanto el numero de guardianes destinados a realizar la misma dependen tanto del tamaño del local como de la tarifa monetaria que se abone a la Agencia, aunque a falta de personal me puede tener entre los asiduos asistentes a este lugar...-me detuve y los recuerdos de los animales de la granja llenaron mi mente- adoro a los animales...y mas si son exoticos..como los que veo aqui.

 

Aun asi no debia detenerme, ya Mackenzie habia tocado el tema del pago y era mejor no dejarlo al azar, habia que amarrarlo.

 

-Sobre el precio, tambien en el contrato encontrara una clausula referente a negocios de reciente apertura...por lo que vuestra tarifa inicial no seria tan elevada, ademas y ya que menciono los incentivos de propaganda, pues la Agencia realiza el financiamiento de fiestas trimestrales en determinados negocios para asi darle cobertura noticiosa al lugar..

 

Bien despues de esto casi habia terminado...solo faltaba plasmar el criterio de la dueña de tan hermoso lugar. A lo mejor y me invitaba a dar un recorrido.