Ficha de Borja*

[Borja Black]

Nombre del Personaje (Nick): Borja*

Rango Social: Aprendiz

Sexo: Masculino

Edad: Adolescente

Nacionalidad: Inglesa

Padre(s) Sanguíneo:

Familia Sanguínea:

Patriarca/Matriarca: No

Padre(s) Adoptivos:

Familia Adoptiva:

Raza: Humano

Trabajo:

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando:

Habilidades Mágicas:

Conocimientos Especiales:

Objeto Magico Legendario:

Objetos Mágicos: Varita Mágica

Objetos Mágicos:

Certificados por el Ministerio de Magia.

Objeto: Varita Mágica

Clasificación: AA

Puntos: 20

Total de puntos: 20

 

Licencia de Aparición:

Licencia de Vuelo de Escoba:

Mascotas:

Aspecto Físico: Chico de mediana estatura, de piel ni muy clara ni muy oscura, cabello negro y ojos marrones.

Cualidades Psicológicas: Mago bastante tímido debido a la infancia que tuvo. Sin embargo, una persona amable y gentil que le gusta estar cómodo con consigo mismo y con las personas que se encuentran a su alrededor.

Historia de Personaje: Nací un 14 de julio de 1991 en una pequeña ciudad situada al suroeste de Inglaterra.

 

No tengo familia o al menos, no que yo conozca ya que fui abandonado en una granja cercana a mi ciudad de origen cuando apenas cumplía el año y medio. Los dueños de la granja me adoptaron y allí he vivido durante toda mi vida hasta hace varios años. Allí aprendí todo cuanto mis padres me pudieron enseñar además de lo que pude indagar en la diminuta biblioteca de mi ciudad. Un día decidí salir a buscar respuestas y me dispuse a recorrer la isla de Gran Bretaña. Sobreviví como pude, haciendo pequeños trabajos allí donde me necesitaron, hasta que un día, llegué a una ciudad, que poseía propio equipo de Quidditch local. Me acerqué al estadio y cuando llegué estaban realizando un entrenamiento. Me coloqué en las gradas y los estuve viendo durante un rato. Yo había oído hablar e incluso había leído acerca de aquel deporte, pero nunca lo había visto jugar en la vida real. Sencillamente me encantó. No tenía nada que ver con lo que me había imaginado. Aquello era mucho mejor. Cuando me disponía a salir del estadio, convencido de que volvería a aquel lugar para ver jugar a aquellos chicos y chicas a aquel extraño pero emocionante deporte, una gran hilera de carteles atrajo mi atención por su colorido y por las figuras con túnica que se movían montadas en escoba, hacia todos lados. Era un comunicado del equipo del lugar y en él, buscaban jugadores para hacer pruebas de ingreso en el equipo, ya que, según lo que decía el panfleto, varios de sus integrantes habían tenido que dejar el equipo por problemas económicos o de salud.

 

- Decidido.

 

Al día siguiente, volví al estadio de la ciudad y esta vez entré por la puerta de los vestuarios. Nadie se encontraba allí y salí por una puerta doble de madera al extenso terreno de juego donde varias personas volaban en sus escobas huyendo de unas pequeñas pelotas hechas de lo que parecía algún metal encantado mientras que otras las perseguían con sendos bates dispuestos a golpearlas si se acercaban demasiado; otras se pasaban una extraña pelota roja y hacía bellas y mortales florituras que me hicieron tragar más de una vez, y otras cuantas volaban a toda pastilla tras lo que parecía un destello dorado, casi imperceptible para la vista humana. Los primeros debían ser golpeadores, los segundos los cazadores y los terceros, los llamados buscadores. Por lo que se ve, mis lecturas incesantes en la biblioteca habían tenido sus frutos. Otro pequeño grupo se amontonaba en el centro del campo rodeando a un solo jugador corpulento que les gritaba y señalaba con un dedo hacia los jugadores que volaban y hacia ellos mismos una y otra vez. Cuando me acerqué, me gritó:

 

- ¡Llegas tarde! ¡No se ha presentado prácticamente nadie para las pruebas de guardianes así que coge tu escoba y dirígete a los aros! ¡Y asegúrate de realizar una buena prueba si no quieres que te quiebre la cabeza a base de golpes con una bludger!

 

- No he traído escoba.

 

- ¡Pues coge una de esas! ¿A qué éstas esperando? ¿A que te fabrique una aquí mismo?

 

Sin saber muy bien lo que hacía, cogí una de las escobas del montón al lado del hombre robusto. Mi cuerpo, temeroso de quedarse paralizado y quedar en ridíc*** allí mismo, actuaba como si estuviera controlado por alguna especie de control remoto y simplemente hacía lo que le ordenaba el momento.

 

Me subí encima de la escoba, di una patada al suelo y me elevé unos metros. Aquello era indescriptible. No solo el mero hecho de no tener la más remota idea de por que se me daba bien montar tan bien en escoba sino la sensación que experimentaba cuando el aire me golpeaba la cara cuando adquiría un poco de velocidad o el cosquilleo en el estómago cuando daba giros bruscos en el aire. Aquello me encantaba. Me dirigí hacia los grandes aros y si bien recordaba lo que había leído en su momento, los guardianes tenían que defender aquellos porterías de la pelota rojiza que se pasaban los cazadores y evitar que esta pasara por el interior de aquellos grandes círculos sujetos a los palos que llegaban hasta el suelo. Esperé dando vueltas alrededor de los aros y cuando varios de los jugadores se me acercaron, me coloqué frente al aro central. Me encontraba nervioso pero me sentía con confianza para hacerlo bien.

 

Y de pronto uno a uno, los cazadores fueron llegando y el último en hacerlo, con la pelota en la mano derecha, la lanzó hacía mi derecha. Rápidamente me moví hacía el aro situado a la izquierda del jugador pero veía que no llegaría a parar el lanzamiento del cazador por lo que sin pensarlo ni una vez, me bajé de la escoba agarrándome al palo con sólo un brazo y con una patada golpeé la pelota desviándola, haciendo que cayese hasta la hierba lentamente. Del mismo vaivén del golpe, me encontré impulsado hacia arriba y sin darme cuenta, me encontré montado encima de nuevo un poco mareado e incrédulo de lo que acababa de hacer.

 

Todo el mundo se quedó enmudecido por lo que acababa de conseguir aquel desconocido. El hombre robusto, fue el primero que reaccionó. Gritó a los cazadores para que uno a uno fueran repitiendo lanzamientos uno tras otro, y para sorpresa de todos, conseguí parar la gran mayoría de ellos. El hombre me hizo señas para que bajara y cuando llegué hasta donde se encontraba, me abrazó con lágrimas en los ojos:

 

- ¡Eres nuestra salvación, hijo mío! ¡Qué dios te bendiga! ¡Ya tenemos nuevo guardián!

 

Ese fue el momento más feliz de mi vida. Pronto me convertí en guardián titular del equipo e hice grandísimos amigos en aquel lugar. Gracias al dinero que obtuve como jugador de ese equipo, he podido vivir y comprarme una pequeña granja a las afueras de esta ciudad, donde hasta la fecha, vivo y desarrollo mi carrera de Quidditch.

 

Otros Datos:

 

 

 

Link a Bóveda Personal: Bóveda de Borja*

Link a Boveda de Negocio:

Link a Boveda Familiar Principal (La Sanguinea): [/b]

[Lyra Katara Selwyn]

 

Objetos Mágicos:

Certificados por el Ministerio de Magia.

El Ministerio de Magia informa el personaje de Borja ha sido aprobado con el siguiente objeto.

Objeto: Varita Mágica

Clasificación: AA

Puntos: 20

Total de puntos: 20

 

Te recuerdo las fichas nuevas solamente pueden tener una varita mágica y que para añadir más objetos y criaturas mágicas o no mágicas, podrás comprarlos próximamente en la Tienda Mnisterial. Por eso mismo te he quitado el pensadero y la recordadora que habías puesto originalmente.

 

No olvides inscribirte en la Academia de Magia y Hehcicería, te ayudara a mejorar todos los aspectos de tu personaje. Puedes inscribirte en Oficina de Inscripciones, hasta que salgas de la Academia, tu rango social será el de Aprendiz.

 

Atentamente:

Lyra Katara Ryddleturn

Miembro del Winzegamot

Moderadora de Harrylatino.org

Nota: La ficha y el perfil ya han sido actualizados.

 

 

 

 

[Borja Black]

Cualidades Psicológicas: Mago bastante tímido debido a la infancia que tuvo. Sin embargo, una persona amable y gentil que le gusta estar cómodo con consigo mismo y con las personas que se encuentran a su alrededor.

Historia de Personaje: Nací un 14 de julio de 1991 en una pequeña ciudad situada al suroeste de Inglaterra.

 

No tengo familia o al menos, no que yo conozca ya que fui abandonado en una granja cercana a mi ciudad de origen cuando apenas cumplía el año y medio. Los dueños de la granja me adoptaron y allí he vivido durante toda mi vida hasta hace varios años. Allí aprendí todo cuanto mis padres me pudieron enseñar además de lo que pude indagar en la diminuta biblioteca de mi ciudad. Un día decidí salir a buscar respuestas y me dispuse a recorrer la isla de Gran Bretaña. Sobreviví como pude, haciendo pequeños trabajos allí donde me necesitaron, hasta que un día, llegué a una ciudad, que poseía propio equipo de Quidditch local. Me acerqué al estadio y cuando llegué estaban realizando un entrenamiento. Me coloqué en las gradas y los estuve viendo durante un rato. Yo había oído hablar e incluso había leído acerca de aquel deporte, pero nunca lo había visto jugar en la vida real. Sencillamente me encantó. No tenía nada que ver con lo que me había imaginado. Aquello era mucho mejor. Cuando me disponía a salir del estadio, convencido de que volvería a aquel lugar para ver jugar a aquellos chicos y chicas a aquel extraño pero emocionante deporte, una gran hilera de carteles atrajo mi atención por su colorido y por las figuras con túnica que se movían montadas en escoba, hacia todos lados. Era un comunicado del equipo del lugar y en él, buscaban jugadores para hacer pruebas de ingreso en el equipo, ya que, según lo que decía el panfleto, varios de sus integrantes habían tenido que dejar el equipo por problemas económicos o de salud.

 

- Decidido.

 

Al día siguiente, volví al estadio de la ciudad y esta vez entré por la puerta de los vestuarios. Nadie se encontraba allí y salí por una puerta doble de madera al extenso terreno de juego donde varias personas volaban en sus escobas huyendo de unas pequeñas pelotas hechas de lo que parecía algún metal encantado mientras que otras las perseguían con sendos bates dispuestos a golpearlas si se acercaban demasiado; otras se pasaban una extraña pelota roja y hacía bellas y mortales florituras que me hicieron tragar más de una vez, y otras cuantas volaban a toda pastilla tras lo que parecía un destello dorado, casi imperceptible para la vista humana. Los primeros debían ser golpeadores, los segundos los cazadores y los terceros, los llamados buscadores. Por lo que se ve, mis lecturas incesantes en la biblioteca habían tenido sus frutos. Otro pequeño grupo se amontonaba en el centro del campo rodeando a un solo jugador corpulento que les gritaba y señalaba con un dedo hacia los jugadores que volaban y hacia ellos mismos una y otra vez. Cuando me acerqué, me gritó:

 

- ¡Llegas tarde! ¡No se ha presentado prácticamente nadie para las pruebas de guardianes así que coge tu escoba y dirígete a los aros! ¡Y asegúrate de realizar una buena prueba si no quieres que te quiebre la cabeza a base de golpes con una bludger!

 

- No he traído escoba.

 

- ¡Pues coge una de esas! ¿A qué éstas esperando? ¿A que te fabrique una aquí mismo?

 

Sin saber muy bien lo que hacía, cogí una de las escobas del montón al lado del hombre robusto. Mi cuerpo, temeroso de quedarse paralizado y quedar en ridíc*** allí mismo, actuaba como si estuviera controlado por alguna especie de control remoto y simplemente hacía lo que le ordenaba el momento.

 

Me subí encima de la escoba, di una patada al suelo y me elevé unos metros. Aquello era indescriptible. No solo el mero hecho de no tener la más remota idea de por que se me daba bien montar tan bien en escoba sino la sensación que experimentaba cuando el aire me golpeaba la cara cuando adquiría un poco de velocidad o el cosquilleo en el estómago cuando daba giros bruscos en el aire. Aquello me encantaba. Me dirigí hacia los grandes aros y si bien recordaba lo que había leído en su momento, los guardianes tenían que defender aquellos porterías de la pelota rojiza que se pasaban los cazadores y evitar que esta pasara por el interior de aquellos grandes círculos sujetos a los palos que llegaban hasta el suelo. Esperé dando vueltas alrededor de los aros y cuando varios de los jugadores se me acercaron, me coloqué frente al aro central. Me encontraba nervioso pero me sentía con confianza para hacerlo bien.

 

Y de pronto uno a uno, los cazadores fueron llegando y el último en hacerlo, con la pelota en la mano derecha, la lanzó hacía mi derecha. Rápidamente me moví hacía el aro situado a la izquierda del jugador pero veía que no llegaría a parar el lanzamiento del cazador por lo que sin pensarlo ni una vez, me bajé de la escoba agarrándome al palo con sólo un brazo y con una patada golpeé la pelota desviándola, haciendo que cayese hasta la hierba lentamente. Del mismo vaivén del golpe, me encontré impulsado hacia arriba y sin darme cuenta, me encontré montado encima de nuevo un poco mareado e incrédulo de lo que acababa de hacer.

 

Todo el mundo se quedó enmudecido por lo que acababa de conseguir aquel desconocido. El hombre robusto, fue el primero que reaccionó. Gritó a los cazadores para que uno a uno fueran repitiendo lanzamientos uno tras otro, y para sorpresa de todos, conseguí parar la gran mayoría de ellos. El hombre me hizo señas para que bajara y cuando llegué hasta donde se encontraba, me abrazó con lágrimas en los ojos:

 

- ¡Eres nuestra salvación, hijo mío! ¡Qué dios te bendiga! ¡Ya tenemos nuevo guardián!

 

Ese fue el momento más feliz de mi vida. Pronto me convertí en guardián titular del equipo e hice grandísimos amigos en aquel lugar. Gracias al dinero que obtuve como jugador de ese equipo, he podido vivir y comprarme una pequeña granja a las afueras de esta ciudad, donde hasta la fecha, vivo y desarrollo mi carrera de Quidditch.

[Gyvraine C. Sullivan]

Listos los cambios, los siguientes referentes a cambio de historia, en un mes ^^

[Borja Black]

Link a Bóveda Personal: Bóveda de Borja*

 

Creo que leí que para los cambios en las bóvedas no es necesario que sea una vez al mes como máximo así que dejo el link de mi bóveda que acabo de crear ^^

 

Saludos! ;D

[Gyvraine C. Sullivan]

Cambios listos ^^

 

Solo para agregar bóvedas, rangos sociales o de bando, conocimientos o licencias puede ser antes de un mes.