The Arabic Place (MM B: 94021)

[Ela Karoline]

Cye estaba en uno de sus negocios, sentada frente a su escritorio mirando hacia la nada, sobre la mesada tenía una enorme pila de papeles que revisar para que los elfos pudieran hacerlos pedido y no faltase nada, fue entonces cuando una lechuza entro revoloteando y llamo su atención. Las orbes celestes de la mujer descubrieron a Pio, la hermosa lechuza de su esposo @ , que sostenía un pergamino para ella.

 

-Venga Pio si te portas bien te doy estas ricas semillas- ofreció la rubia desde su posición destapando un pequeño recipiente lleno de semillas de calabaza tropical, portadoras de un aceite preciado que con el consumo hacia relucir el plumaje de las aves. La lechuza no se lo pensó dos veces y voló hasta posarse en el borde del escritorio para meter su pico en el recipiente, mientras la Lockhart tomaba la nota y la leía.

 

-¡Buen trabajo Pio! Ahora debo irme, tu amo me espera- dicho esto tomo su capa de viaje color marfil y la puso sobre sus hombros y con paso firme salió de su local rumbo a The Arabic Place. Una vez cerquita del negocio de su nieta pudo divisar en una de las bancas, al mago sentado tranquilamente, con cautela se acerco tratando de que sus zapatillas de taco no le advirtieran de su presencia.

 

-¿Sabía usted que se ve extremadamente guapo sentado en compañía de sus cavilaciones?- dijo en tono que apenas el pudiera escuchar, después de llegar por el respaldo del banco y bajar su cabeza hasta la altura del oído del mago. Entonces sus níveas manos le rodearon -¿Cual es el plan?- pregunto sin soltarlo rozando con sus labio el cuello de su esposo.

[Leonardo Myrddin E.]

Leonardo Louis Myrddin

 

-¿Por qué te has puesto nerviosa? Creí que solamente a Emilia le gustaban mis ojos, pero ya veo que no es así- Dijo el castaño, riendo al ver la reacción de la Lockhart, y notando las bolsas de compras que ella tenía a su lado. -Oh. ¿Un obsequio?- Preguntó al oír a la chica, mirando el dije que ella llevaba en su cuello, el cual lo hizo pensar en aquél que él mismo le regaló a su pelirroja. -¿Y de quién será?- Preguntó con una sonrisa maliciosa, apuntando con su varita a su cabello, tornándolo brevemente de color verde, y regresándolo a su habitual color castaño en un instante -En serio, me cuesta adivinar quién es- Continuó, mirando por unos momentos la malteada de la chica, deseando una. Cuando ella le ofreció algo de comer no lo pensó dos veces -Si, me gustaría una malteada de choc...- Pero no pudo terminar su pedido, ya que la joven lo había interrumpido, poniéndose de pie, y disculpándose, para dirigirse a otra persona.

 

-En fin, ya se lo pediré después- Dijo, mirando de reojo a las bolsas de Bodrik -Sé que no debería, pero... oh qué demonios- y se lanzó a ver lo que la Lockhart había comprado.

 

-Catalejos, un recibo de una motocicleta, ¿Poción para dormir? ¿Qué es lo que esta chica hace en sus ratos libres?- Murmuró con una ligera risa, imaginándose a su amiga secuestrando personas los fines de semana -Y esto es... ¿Qué rayos?- Se preguntó a sí mismo, cogiendo una poción que se le había hecho familiar -Seducción eterna... esta niña es peligrosa- comentó, algo sorprendido de encontrar una poción así entre las compras de Bo. ¿Para qué querría ella algo así?

 

-Interesante...- susurró, girándose para ver a la chica hablando con el otro visitante. -Me pregunto qué pasará si...- E instantáneamente, echó el contenido de la botella en la malteada de la joven -No debería hacer esto, pero quizás sea divertido ver sus efectos en alguien como Bo- Soltó una breve y discreta risa, y devolvió las compras de Bodrik a su lugar, fingiendo no haber hecho nada.

 

-Y, si mi deducción no me falla, creo que lo tenía pensado usar en cierta persona de la cual ella me habló- Se dijo a sí mismo, fingiendo jugar distraídamente con su varita, y esperando a que la chica regresara, para pedirle su malteada.

 

@Bodrik

[Bodrik]

 

 

La pelinegra había estado completamente nerviosa con los comentarios del Myrddin acerca de sus ojos. Ella no recordaba haber hecho nada indebido y por esa razón busco una excusa para retirarse de la mesa que ahora compartía con Louis. La peor parte llego cuando el joven mago comenzó a referirse a su dije como un obsequio y que sospechaba quien había compartido con ella un sentimiento tan maravilloso como el amor. Se notaba por el leve, pero notorio cambio de color en su cabello tornándose verde por un par de segundos, peor el tiempo suficiente.

-Si está bien, el obsequio me lo ha enviado Antoni – dijo sonrojándose al tener que confesárselo Leo. La verdad era que aquel regalo significaba muchas cosas para ella, sobre todo aquel sentimiento que apenas estaba descubriendo pero que le parecía como si flotase entre las nubes. Por eso decidió atender al Macnair ella misma pues nunca antes había recibido algo así.

Pero Ernest se demoraba en hacer su pedido, por ello la pequeña Lockhart decidió que sería mejor enviar a uno de sus elfos para que terminara de atender al joven Sanador mientras ella platicaba con su amigo Louis – Es mejor si lo atiende el ello. La verdad Enerst parece un poco distraído- le explicó- ¿qué vas a querer tú?- pregunto al Myrddin nuevamente, tomando un poco de su vaso sin enterarse de la variación que a manera de broma le había realizado a su amiga.

-¿Ya viste que compre un Catalejo?- le contó al chico.- me encanta mirar las estrellas y sería buena idea poder hacerlo o en una moto voladora.

@@Ernest Macnair Wilfred, @Ishaya, @ @@Leonardo Myrddin E., @

[Ela Karoline]

Las cosas no siempre salían como se quería, a pesar del enorme cariño que sentía por los suyos, últimamente los había descuidado y eso era realmente imperdonable, sobre todo porque el sentido de la familia era esa, estar en todo tipo de situaciones. Bo era uno de los miembros de la familia Lockhart que pese a todo se había mantenido a través de los años, era su nena consentida y a pesar de que su hijo, el padre de Bo, parecía habérselo tragado el mundo en aquellos viajes, Cye siempre había considerado a la pelinegra más suya que del mago y de haber sido necesario la hubiera peleado para que no la alejaran ni del castillo ni de ella.

Era momento de demostrarle lo mucho que la quería y lo importante que era en su vida, sobre todo ahora que estaba esperando a su retoño, fruto de su matrimonio y del amor que se profesaban Ishaya y ella. “Espero que esta vez no me quede en el camino” pensó, pues otras tantas veces había planeado la visita y al final no terminaba entrando al negocio donde sabía que podía encontrarla fuera de casa y no en el hospital.

Tenían tanto que platicar, ella tenía tantos abrazos guardados para la semi-vampiro, que le parecía mentira haberla tenido tan descuidada, cambio de mano la cajita que traía consigo y que era apenas un pequeño detalle para su nieta. Además tenía que comentarle sobre su nuevo negocio uno que la pelinegra no conocía.

Con paso firme se adentro en el bonito local buscando tras las mesas la figura de @@Bodrik si no la hallaba, entonces iría a la barra a preguntarle a los elfos que trabajaban si estaba en las instalaciones.

[Seba Granger]

Hacia bastante tiempo que no recorría el callejón, desde que hacia dejado de ser parte del cuartel había dejado algunas costumbres que había adquirido de vigilar a los locatarios, por lo mismo no me pasaba por los locales de que ofrecían miles de opciones para los transeúntes o los visitantes que a diario aplanaban las calles del lugar mirando las distintas vitrinas.

 

Tras solo unos minutos por aquel lado del callejón podía notar que habían muchos mas locales que hacia algunos meses, igual habían rostros de otros donde en años atrás se había encontrado algún otro local.

 

Pues ya que estaba por aquellas aceras pasaría a comer algo o a pedir algo para llevar, aun no estaba del todo seguro. Aquella tarde había salido apurado de mi local y no había alcanzado a comer nada.

 

Frente a mi estaba el letrero del local de Bodrik, compañera y amiga, sabía que el local era de comida árabe, pero también recordaba que alguna vez me habían servido algo más, aun no soportaba muy bien las comidas tan condimentadas, esperaba que esta vez no fuera la excepción.

 

Mire una vez mas hacia arriba, luego empuje la puerta con cuidado para ver si había alguna mesa libre.

[Bodrik]

 

 

Herpink, elfo doméstico del Arabic

-Ama Cye boienvenida- fue a saludar a la abuela de la dueña que estaba ingregsando al negocio de la pelinegra - ¿quiere algo para comer? - preguntó ayudandole a elegir una buena mesa mientras la amita Bodrik se hacia presente.-

El negocio estaba medio lleno y Herpink se las ideaba para atender las mesas y ayudar en la cocina de vez en cuando para preparar los alimentos, mientras estaba llevando un pedido la puerta del local se abrió, para da paso a un chico bastante normal, pero tenia la idea de haberlo visto antes . El joven se acomodó en una mesa disponible ; esos eran los lugares más populares, sobre todo si se esperaba la compañía de otra persona.

 

Se disculpo con la ama Lockhart y de inmediato el comedido elfo se aproximó hasta el joven para poder atenderlo- Buenas tardes señor, ¿guasta algún platillo en especial?

 

@@Seba Granger, @

[Seba Granger]

Tras echar un vistazo por algunos minutos un empinandome en ambos pie un poco, tenia una estatura suficiente pero las mesas mas cercanas eran ocupadas por los clientes que ya estaban en el lugar así me tocaba ver mas atrás, en realidad eso no me molestaba para nada, pero no quería ingresar mas hasta saber si había sitio disponible.

 

Luego que observe unas mesas que estaban mas cercanas a la cocina, decidí ir hacia ese lugar, camine por el pasillo que dejaban algunas mesas, hacia un par de reverencias a los que ya estaban disfrutando de sus comidas cuando estoy volvían a mirar de quien se trataba el nuevo cliente, realmente no creía que me conocieran pero unos solía a veces hacer eso.

 

Cuando estuve frente a la mesa que ocuparía, quite la chaqueta que llevaba puesta y la puse en el respalda que estaba frente a la que ocupe a los segundos siguiente, no había alcanzado mas que a sentarme cuando de inmediato un elfo llegaba para atenderme, -Buenas tardes, pues ¿que me podrías ofrecer que no llevara mucho condimentos y esencias que suelen llevar las comidas árabes?- deje al elfo que lo pensara por unos instantes.

[Ela Karoline]

Apenas había ingresado al local y buscaba con la mirada a su nieta a la par que exploraba el lugar disfrutando del buen gusto en el diseño, fue entonces que uno de los elfos del negocio, Herpink se acerco a ella y le dio la bienvenida, de inmediato fue guiada a una estupenda mesa en la que se acomodo sopesando la pregunta del elfo sobre si quería comer algo.

 

--Umm me gustaría algo fresquito de tomar-- y bajo el tono de voz a modo confidencial --Algo de preferencia con poquito alcohol, pero no le digas a Bodrik o me retara-- por lo general tomaba puros zumos de frutas debido a su embarazo, pero un poco de algo diferente se le antojaba, aunque claro su medimaga de cabecera que era Bo seguramente no estaría de acuerdo. El elfo se disculpo y luego se retiro, Cye se le quedo mirando y se dio cuenta que atendía a otro cliente.

 

El modo de caminar del mago le parecía lejanamente conocido, y solo cuando se sentó a una mesa contigua a la suya fue que pudo ver que se trataba de @@Seba Granger. --Tan mal me he portado que ya ni me saludas-- le dijo en tono serio aunque en sus labios ya se dibuja una sonrisa para ofrendarle a su amigo.

 

Era realmente un milagro, pues últimamente no coincidía con casi ningún miembro de la orden, su vida social estaba prácticamente anulada, cosa que debía cambiar pues su naturaleza era afable y gustaba de la compañía de aquellos por quienes sentía afecto, de las buenas platicas y más si estaban acompañadas por algún bocadillo. En el caso de Seba había mucho de lo que ponerse al corriente, aunque ignoraba si estaba con tiempo para platicar o solo iba por una comida rápida, también podía ser que estuviera esperando a su novia Darla, en cuyo caso los terceros incomodaban. Como fuera ya había sido un gusto verlo, pero a la que no veía por ningún lado era a la propietaria del lugar, ¿Dónde estaría?

[Seba Granger]

La voz de Cye y el tono un poco en reclamo hizo que me apenara un poco, levante mi vista de la carta que el elfo me había facilitado para que buscara algo que pudiera servirme mientras el veía en el interior si podían prepararme algo especial, me levante de la silla donde acababa de sentarme para acercame a su mesa y disculparme con la bruja, -Mil perdones Cye, iba un poco distraído y no te vi- junte ambas manos en señal de perdón para luego saludar a la chica con un beso en la mejilla.

Me agache un poco a su lado para no incomodar a los que pudieran pasar, -¿Como has estado? hace mucho que no se de ti, aunque he oído algunos rumores- dije recordando que había oído que estaba esperando un bebe, no quise mirar si tenia ya barriga notoria para no incomodarla.

Por un instante mire a la puerta, no sabia si la Lockhart esperaba a su esposo, nuestro compañero de bando o a alguien mas, -Espero no importunarte con mi presencia- añadí a Cye mientras que el elfo regresaba desde la cocina.

[Ela Karoline]

La respuesta por parte de @@Seba Granger no se hizo esperar, tan pronto como sus ojos la ubicaron el mago dejo su asiento y su mesa y se desplazo hasta donde estaba ella para saludarla, excusándose por no haberla visto antes. --¡Hola Seba! Yo tampoco he sabido de ti-- le sonrió aceptando el beso en la mejilla. --Y si, quizás sean ciertos algunos de esos rumores-- rio de buena gana acariciándose el vientre que empezaba a crecer, suponiendo que a eso se refería.

 

-¿Y tu cuando nos sorprenderás? Bueno no tu sino Darla, por cierto ¿la esperas? Si no les molesta podemos compartir mesa- rio por la ocurrencia, cualquier podía pensar que le estaba pidiendo que él se embarazara, cuando lo que quiso decir es que Darla quedara en cinta y luego hizo el ofrecimiento, suponía que a Bodrik cuando apareciera no le molestaría unírseles.

 

-Yo vine a sorprender a mi nieta, pero creo que la sorprendida voy a ser yo- hizo un puchero pensando en que de pronto la pelinegra no portara por el local debido a alguna complicación en el hospital mágico o en la orden. --Tenia muchísimo que no me reunía con nadie a platicar, ya casi me estoy convirtiendo en una ermitaña-- le conto con toda sinceridad aunque su tono fuera un tanto en broma.

 

--Pero cuenta, ¿Qué has hecho? ¿Cómo van las cosas con Darla?-- desde hacía bastante tiempo sabia que se habían conformado en pareja, aunque no supo nunca si ante el ministerio habían formalizado o siquiera si vivían bajo el mismo techo, aunque eso era lo de menos cuando el amor existía, lo importante eran los detalles y la calidad de tiempo más que la cantidad y la intensidad con que se vivía dicho amor. Claro que enseguida cayo que podía estar inmiscuyéndose en algo que a lo mejor el mago quería mantener privado y lo que menos quería era apenarlo en su primer encuentro luego de tanto tiempo sin verse.

 

--Ay lo siento soy una metiche incorregible, tu cuenta lo que quieras y no respondas lo que te incomode-- dijo palmeando la mano del chico a la par que veía que el elfo retornaba hacia la mesa.