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The Arabic Place (MM B: 94021)


Bodrik
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Estar en aquel lugar de comida y aromas exóticos, rodeada de seres queridos era realmente tranquilizante y un bálsamo para su espíritu, en la cocina su hijo pequeño maniobraba para sacar un pastel de “cerebro” aunque el mismo había explicado que solo sería la apariencia, por lo demás enteramente comestible, en la mesa su nieta, su mano derecha, alguna vez la había etiquetado como “La Lockhart más Lockhart” de todos, realmente amaba a esa adolescente de corazón noble y grandes potenciales, también estaba Seba, su buen amigo, de tiempos pasados, presentes y le gustaría pensar que futuros.

 

--¿Chicas? ¿De qué hablas? ¡Solo tiene cinco años!-- contesto alarmada y luego se dio cuenta que el Granger bromeaba sobre lo que debería estar haciendo Ezra a su edad en vez de estar aficionado a la pastelería. Bodrik que seguía la conversación salió a la defensa de su tío en cuanto a la apariencia del pastel y también asegurando que ambas familias, ósea los Lockhart y la que ahora conformaban Seba y Darla contarían los unos con los otros.

 

--Me alegra escuchar eso-- dijo la rubia a la expresión de que todo marchaba de maravilla con Darla, pero el sonrojo en el mago y la forma en que pronunciaba el nombre de la bruja le indico que en su léxico el “estaba enamorado hasta los huesos” de ella. --¡Caramba! Ahora si te hemos perdido-- bromeo con una risita cómplice en dirección a Bodrik, pero que también era de felicidad por la pareja, ella más que nadie sabía de aquel sentimiento, de estar en las nubes, de la magia interna que se expandía a todo lo que les rodeaba, porque aunque Ishaya no estuviera ahora en cuerpo, seguía siendo su amor y no sabía si eso algún día cambiaria.

 

--¡¡Boda!! Wuaoooo-- dijo aplaudiendo, ese era un gran paso y Cye pensaba que estaban más que preparados para darlo, quizás no conociera tanto a Darla, pero sí que eran un poco cercanas, y la recordaba con mucho cariño de tiempo atrás, aunque ahora no se frecuentaban y casi nunca coincidían, cosa que debía cambiar. --¿Cuándo será? ¿Qué necesitas? ¿En qué podemos ayudar?-- pregunto casi sin dar pausa a una pregunta tras otra.

 

--¡Felicidades amigo! Me has dado un motivo para ir de metiche con Darla-- aseguró aunque luego se mordió el labio preguntándose si eso era posible, pues a veces las novias querían mantener las cosas un poco en la intimidad. --O ¿es un secreto aun?-- pregunto.

 

Justo en ese preciso momento, sintió que algo jalaba su ropa, bajo la mirada en busca del causante y se encontró con Lucy, la gata de Ezra que tiraba de ella. --¿Qué pasa Lucy?-- pregunto, entonces el animal insistió y luego la soltó corriendo hacia la cocina, fue cuando Cye supo que algo pasaba con su hijo y se levanto de la mesa. --Seba, acompáñame, creo que Ezra me necesita-- le dijo al mago, pues Bodrik había ido a traer el pedido de ambos.

 

Cye nunca había traspasado la barra, así que desconocía como era la cocina del local, y si tenía aéreas separadas de comida salada y postres, ósea estaciones, si era así probablemente Bodrik no estuviera al tanto de lo que su hijo necesitaba. Se levanto y espero que el mago la siguiera explicándole que el animal era la sombra de su hijo y que cuando esta insistía es que el chico estaba en problemas.

 

Al llegar a la cocina, escucho el llanto del infante, y camino de prisa hacia él, se agacho para ver que le había ocurrido --¿Qué paso cariño?-- le dijo al pequeño, quien tenía el rostro rojo y húmedo por las lagrimas, también miraba su manita de la que fluía un hilillo de sangre. Cye lo levanto en brazos sin importar que la manchara y lo sentó sobre un espacio libre de la mesada. --Cuéntale a mami que ocurrió, así sabremos si yo te puedo curar o hay que pedirle a tu sobrina Bo que te hospitalice en San Mungo-- dijo en tono serio aunque exagerado, claro que a esas altura la sacerdotisa en la bruja había percibido el aura del niño y su nivel energético y sabia que no había peligro severo, pero era un chiquillo, tierno, un poco solitario por su edad y muy mimado por ambas brujas.

 

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@@Ezra Lockhart, @Bodrik, @@Seba Granger

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Ezra se habia quitado la ceramica y en seguido un hilo de sangre salio de su dedo, el infante se estaba desesperando por el dolor punzante y el miedo de ver su propia sangre, asi que habia empezado a hipar mientras las lagrimas salian de sus ojos color ambar, pero no solo era haberse herido lo que lo tenia asi.

 

Cuando llego su madre, sorbio un poco mas y la abrazo mientras le acomodaba en la mesa, estaba mirando al piso mientras seguia llorando -Es-esque...- se trababa al hablar y a veces balbuceaba, pero se le entendia -yo, hacia el pastel... y-y queria que saliera perfecto... pero, se me cayo el bol y-y... me hinque un pedazo de bol en mi dedo... y arruine tu pastel, mami- se tapo los ojos con las manitas mientras seguia llorando, el estaba deseoso de darle a su mami un gran pastel y ahora estaba regado por todo el piso, se sentia mal y tonto -lo-lo siento... so-solo queria darte un pastel-

 

Mientras lloraba, su gatita Lucy trato de animarlo apoyandose en el y lamiendo su mejilla, Ezra enseguida cogio a la gata y la abrazo mientras se calmaba un poco, lo mejor de Lucy era que era incondicional y siempre apoyaba al infante, ahora mismo solo se acurrucaba contra el pecho de Ezra y ronroneaba debilmente.

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Bodrik atendía al recién llegado con la idea de pasar pronto de la mesa a la cocina para traer el pedido de Su abuela y Seba quienes coincidieron con el mismo menú y claro el Granger lo hacía por sugerencia de la rubia matriarca de los Lockhart. Sin embargo, el sonido de proveniente de la cocina había alarmado a la adolescente pelinegra que vio con asombro salir a la Gata Lucy del reciento en dirección de la mesa que compartían ambos amigos y que claramente buscaba la atención de la bruja.

 

Cye se puso de pie inmediatamente y salió en busca del infante de eso no tenía duda Bodrik pues sabía que Lucy era fiel a su amo y que aquel apuro tenía que ser precisamente por algo así, entonces se disculpó con el joven para dirigirse a la cocina y atender cualquier emergencia, además de pedir los platillos solicitados.

 

- ¿Que sucede Ezra? - preguntó sorprendida mirando como su madre le había acomodado en el mesón para interrogarlo también.

 

@@Ezra Lockhart@, @@Seba Granger

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Las palabras de Cye y Bodrik me tranquilizaban un poco que el pastel solo parecería de cerebro pero no lo era, era algo escrupuloso cuando se trabaja de comer cosas nuevas, además que no me imaginaba comiendo cerebros, aunque si sabía que en algunos lugares del mundo muggle si se practicaba eso.


-Muchas gracias Bo- alcance a decir a la nieta de Cye cuando se disculpa que debía hacer algo en la cocina.


-Pos oye que tendrá que crecer en algún momento- al oír un poco la edad del chico me preocupo un poco que estuviera manipulando la cocina y los fuegos de esta, aunque seguro estaba con los elfos de la familia.


Reí un poco con la Lockhart sobre que me habían perdido, -No me han perdido del todo, pero tu amigo se enamoro por completo- señale sonrojándome un poco.


Talle mi barba tratando de no perder ninguna de las preguntas que habían salido de los labios de Cye, -La fecha exacta no esta pero en los primeros meses de este año, lo mas probable que para marzo, sobre que necesitamos aun andamos viendo eso, no es un secreto, lo que siempre hemos es querido es casarnos- alcance a decir cuando algo le empezaba a preocupar a Cye.


-Claro vamos- seguí a la bruja hacía la cocina del local de Bodrik que por cierto jamas había conocido hasta ahora, me quedé un poco rezagado mientras ella atendía a su hijo que lloraba en esos momentos con una pequeña herida.


-¿Él esta bien?- pregunte a las chicas pues tras nosotros había llegado Bodrik, que intentaban saber que le había pasado realmente al pequeño de los Lockhart.

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- ¿Has vuelto a saber de Cho?

 

- Se que se caso con un muggle, al menos eso dijo Theo en sus memorias.

 

- Ya, pero a lo que me referia...

 

- No. Yo no, pero Ginny si. ya sabes que le diseño el vestido de novia. Pues bien, se que se han visto en mas ocasiones, en reuniones "de chicas".

 

- Esa es buena señal.

 

- Si. Pero algunas veces veo que Ginny me mira y se rie.

 

- Le habran contado alguno de tus secretillos "inconfesables"

 

- Eso me temo.

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Antes de salir del comedor a la cocina Seba había mencionado que estaba completamente enamorado de Darla, eso de alguna manera le calentaba el corazón, saber que ellos abrazarían el amor de una forma que las palabras no alcanzaban a explicar y que ella agradecía haber tenido la oportunidad de vivir con su único amor, su esposo y amigo, su compañero, su alma gemela, aunque ya nunca más pudiera abrazarlo o besarlo, pero los años que duro le alcanzarían para el resto de su vida.

Cye contemplaba el dedo del chico con atención, la misma con la que seguías las palabras que salían de la boca del infante, pero el sentimiento con el que lloraba y hablaba la conmovieron, el lograba enternecerla siempre, por lo mucho que se esforzaba en las cosas que hacía. Cuando mencionó el vidrio Cye entendió el porqué de la sangre, la herida no parecía ancha, quizás un poquito profunda, pero era un niño y aquello debía parecerle algo de temer sobre todo si le producía ardor o dolor, desde luego, nada que no pudiera curarse, ahora que cuando se tapó la cara con las manitas y se disculpo las orbes celeste de la madre se humedecieron.

--mi cielo, no te preocupes por el pastel, yo se que lo hacías con todo tu corazón y aunque no lo hayas terminado sé que te hubiera quedado delicioso y ya con eso estoy satisfecha-- lo abrazo y le dio varios besos en el cabello que tenía un poco de harina.

--Te propongo algo-- dijo intentando mirarlo a los ojos, pero antes de decir nada más lo volvió a abrazar con Lucy incluida que ronroneaba en el regazo del niño.

--Mañana hornearemos juntos un gran pastel, yo seré tu ayudante y el pastel que horneemos lo llevaremos de regalo a una hermosa librería que es de mi amigo Seba y su novia- explico alargando la mano para que Seba se acercara

--El es Seba Granger fue amigo incondicional de tu padre... Y también mío-- no pudo evitar que se le quebrara la voz al mencionar a su esposo, su partida era tan recienten que aun le costaba asimilar el que ya no estuviera y había tanto dolor en el corazón y alma de Cye, que algunas cosas le costaba trabajo recordar, hablar, pero no podía evitarlas, porque en cada cosa que hacía, lugar que visitaba hubo un "nosotros" con Ishaya y dejar de vivir no le haría bien a quienes dependían de la matriarca, el tampoco lo hubiera querido, así que tomo aire y continuo.

--El y su novia se van a casar y nos acaban de dar la noticia, entonces lo celebraremos con ese pastel ¿Te parece? -- pregunto tratando de animarlo, fue entonces que Bodrik se acerco para saber que pasaba

--Ahora, ¿Lucy y tu quieren ver a tres magos y brujas haciendo magia a la vez?-- pregunto con una sonrisa tocándole la punta de la nariz para animarlo, se había tomado la libertad de incluir tanto a Bodrik como a Seba que dado el inminente matrimonio debía empezar a practicar para cuando llegaran los bebes, aunque conocía un poco su ternura con los niños, ya que una vez lo vio con su hermanita pequeña, la hija de su gran amiga y dueña de la tienda de varitas, si mal no recordaba.

--Bien aquí vamos-- por supuesto que se trataba de recoger el desorden del pastel, pero hacerlo con magia y de paso divertida que le sacara sonrisas al chiquillo, aquí la inventiva debía ponerse a prueba, ella mientras tanto puso la manita del chiquillo con la palma hacia arriba, luego colocó su mano a cortísima distancia haciendo que esta tomara un color rojizo por el calor que emanaba y que no quemaba a la del chico, sino que era reconfortante, con ese simple acto, la sacerdotisa detuvo el hijo de sangre y la herida cerro. No le tomo mucho tiempo, y estaba lista la curación, una que no le preocupo que Seba viera, pues todos sabían que ella era sacerdotisa y estas cosas eran natural en ella. Pero para darle importancia y que se sintiera mimado añadió --Ahora la directora del hospital mágico te revisara y apuesto a que te pondrá una de esas banditas que curan todo y no duelen-- y le dijo bajito como si fuera un secreto que todos pudieran oír --Y te apuesto que te va a recetar una varita de regaliz o un helado, ya veras, ahora que si te manda besos no sé donde los conseguiremos...-- y a continuación le dio un sonoro beso en una mejilla luego en la otra y finalmente en la punta de la nariz y se aparto para que Bodrik lo recetara, eso era medicina para niños diría su esposo viéndolos actuar con un movimiento negativo de cabeza, los brazo cruzados en el pecho y luego se le hubiera unido provocando no sonrisas, sino carcajadas de parte del niño, porque el tenia la virtud de convertir un momento simple en maravilloso.

Luego que la pelinegra diera el veredicto sobre la cura, los tres adultos alzarían sus varitas y comenzarían la limpieza para que el niño pasara de el llanto a la risa.

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@@Ezra Lockhart, @Bodrik, @@Seba Granger
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- Bueno, ¿te quedas un rato mas?

 

- Pues no, tengo una cita con la Ministra.

 

- ¡A saber que tramais...!

 

- Todo muy inocente. Solo vamos a comer, ella, yo y el Jefe de Aurores.

 

- Ya me lo imagino.

 

- Despues tengo una cita con Ted.

 

- ¿Nada grave, espero...?

 

- No, es solo un asunto legal sobre su fortuna, cosas mias. Como padrino soy tambien su administrador.

 

- Un dia te vas a liar....

 

- Espero que no.

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Me quedé en silencio por un momento mientras Cye trataba de calmar al pequeño que por lo visto también se había cortado, hice un ademán de sacar la varita de mi chaqueta, pero creo que Cye y Bodrik podrían encargarse de curar a Ezra, no por nada, habían trabajado años en San Mungo o en el centro de salud de bando al cual ellas aun pertenecían.


Me acerque cuando Cye alargo su mano, me arrodille un poco para quedar a la altura de ambos, mordí mi labio al escuchar mencionar a Ishaya, apreté con suavidad la mano de mi amiga, esperara entendiera que ella podía contar conmigo siempre, no habíamos podido aun hablar de lo que había pasado con su esposo, pero creo que ya tendríamos el tiempo en algún momento.


-Hola Ezra, no creo te acuerdes de mi, estuve en uno de tus cumpleaños- sonreí con lo que decía Cye sobre el matrimonio que pronto se vendría con Darla.


Revolví con suavidad el cabello del hijo de Cye, para luego sacar la varita y ayudar un poco con el pastel que estaba esparcido por el piso, aunque lo que me preocupaba mas eran los vidrios que pudieran quedar en el piso aun, podrían ser pisados por el mismo pequeño o pos las brujas que lo acompañaban.

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- Pues nada, que os lo paseis bien, dales recuerdos de mi parte.

 

- Descuida.

 

Como me imagino ya os habreis dado cuenta, mi interlocutor era Harry Potter. La Ministra de Magia es Hermione Granger (sigue usando su nombre de soltera) y su acompañante, el Jefe de Aurores, es su marido, Ron Weasley. En realidad a Ron no le queda mucho al mando, se que en un año va a dejar el cargo y se va a incorporar a la plantilla de Sortilegios Weasley, ahora mismo colabora en ocasiones pero pronto estara a tiempo completo.

 

Sortilegios Weasley tiene un accionariado muy curioso, George tiene el 50%, Lee Jordan tiene un 10%, Harry y Ron un 5% cada uno y el otro 30% es de Angelina, la mujer de George. Cosas de Fred.

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  • 2 semanas más tarde...

Ezra poco a poco empezo a sentirse mejor, y sonrio al recibir tantos besos y abrazos por parte de su mami, era muy susceptible a esa clase de mimos y cariños, poco a poco empezo a reir y se sintio maravillado de ver magia y de tambien de ver a Seba.

 

-Ah, si creo que... creo que me acuerdo de ti- le dijo a Seba y colocando a Lucy en su cabeza se acerco a el, no sin antes restregarse los ojos con sus manitas, ya se le habia pasado el momento lloroso -¿Te vas a casar?- le dijo cogiendo su manga, todos sabian lo que seguia, preguntas -Entonces... ¿Sabes de donde vienen los bebes? ¿Planeas tener hijos? ¿Como se llama tu novia?- le jalo un poco la manga mientras lo veia a los ojos.

 

El sentia mucha curiosidad ultimamente por el tema de familia, bodas y demas, era como si todo el tema hubiera explotado de pronto en la cabeza del niño -hace poco Lucy tuvo gatitos... pero mi madre no me dijo de donde vinieron, solo que salieron de su barriguita... por eso se habia puesto pesada-

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