Jump to content

● Ars & Vita ● (MM B: 94346)


Adrian Wild
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Una de las características más interesantes del Callejón Diagón era la variedad de tiendas. Por lo general escogía según su estado de animo y en aquella ocasión tenía intenciones de cambiar y escoger algo completamente diferente al que generalmente concurría, sobre todo que le causara emoción y llegara a divertirle. Quizás era por la monotonía de su rutina dirigiéndose siempre a la misma cafetería y consumiendo los mismos artículos, o podía ser causa del clima cálido que se sentía aún pasando las seis de la tarde.
Podía culpar al calor de la descabellada idea de visitar un ambiente tan característico como Ars & Vita, al cual había ubicado tan sólo caminar unos metros de la calle principal, pero no podía negar que le llamaba la atención. No parecía ser un simple circo, se trataba de un sitio diferente, el cual no sólo ofrecía un ambiente artístico con las necesidades básicas de diversión de las personas sino que lo vendía con elegancia y la seriedad.
Se aproximó unos metros para observarlo con más atención y tener una idea de lo que podía encontrar adentro y, sin pensarlo por segunda vez, se adentró. Al parecer ofrecía una variedad de clases y funciones especiales, para todo tipo de personas. Algo que le llamó la atención fueron los empleados, al menos los que estaban en la entrada eran elfos domésticos, atendiendo clientes. Su trato era cordial, lo cual hacía que se incrementara su interés por conocer el negocio en profundidad.
Se acercó hacía uno de los folletos informativos ubicados en la mesa de entrada y lo tomó, su siguiente acción fue sentarse en los asiento que se disponían a los clientes. Sólo esperaba no llamar la atención de los elfos ya que si éstos percibían que aún no era miembro, podían decirle que el sitio era exclusivo para ellos. Centró su atención en la información del papel no sólo sobre los días disponibles sino que el precio del mismo, eran accesibles y lo que le interesaba más eran las obras de teatro.
Secó su frente con la palma de la mano ya que parecía que la calefacción se había averiado. Fue una jornada extensa y de un calor inquietante, para su suerte había optado por una vestimenta con la que se mantenía cómoda, un vestido de tela ligera y de tonalidades rojas con detalles oscuros. Sin embargo, había dejado su pelo suelto, lo que la perjudicaba un poco con respecto al tema.
Una de las cosas de las que se arrepentía era no haber llevado agua con ella por lo que tuvo que interrumpir su lectura para buscar algo que pudiera saciar su sed.

@
Editado por Litsy


oQ0EXFP.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 7 meses más tarde...

- Bolinda, escúchame, tenemos que hacerlo.

 

- Amito, le respeto y respetaré de por vida --¡faltaría más!-- pero no podemos arriesgar el negocio de esa manera. ¡Nos convertiríamos en un blanco seguro!

 

Aquello me ocurría por ser tan permisivo con los elfos. Era cierto que me gustaba que se expresaran, que no tuvieran miedo a opinar y hacer observaciones sobre mis decisiones, pero cuando tenía una idea clara sobre algo no podía permitir tanta negación. Miré a la elfina, contemplando el brillo impostado de seguridad en sus ojos, ocultando un temor en lucha con aquel talante valiente que me mostraba, casi desafiante. Sopesé dejarle claro que no tenía ningún derecho a rebatirme, ni a decirme lo que tenía que hacer con mi negocio, pero eso ella ya lo sabía. Y yo era consciente.

 

- Lo vamos a hacer. Punto y final. Prepara a los chicos. Y Melinda... --No sabía ya qué hacer con aquella elfina tan complicada--. Que revise los túneles. Dile que me reuniré con ella allí abajo.

 

La elfina intentó disimular su sorpresa, completamente reprobatoria, pero sus ojos saltones casi salieron disparados de sus órbitas. Ella era la única en la que había confiado hasta entonces para revisar y asegurar las protecciones de los pasadizos secretos que había bajo el local, jamás revelados a nadie más allá del equipo de elfos y la dirección del centro. Se ofendió, por supuesto que se ofendió.

 

- Ipso facto, Bolinda --dije, previniéndola de no decir nada más.

 

Sabía lo que había ocurrido el tiempo que había estado ausente, el tiempo de mi secuestro. No había sido fácil superar todo aquello, la historia con Lázarus, tener que alejarme momentáneamente de los Potter Black para evitar esos recuerdos. Sabía que Bolinda todavía no había encontrado una explicación; no había encajado que su amo tan apreciado y que tanto la apreciaba, hubiera desaparecido sin decir nada y hubiera vuelto diciendo mucho menos y con un carácter diferente, extraño, seco. Sabía que ella, llena de la seguridad que mi confianza le había infundido, había tomado decisiones difíciles por mantener el negocio, hasta llegar a suplantarme y, no sólo no había recibido ninguna muestra de agradecimiento, sino que ahora le otorgaba a Melinda, férrea detractora suya, una función que hasta ahora sólo había llevado a cabo ella. La había traicionado, o al menos así lo había sentido ella. Lo que todavía no comprendía era que tenía que enseñar a Melinda, tenía que enseñarle lo difícil que era ser ella, la responsabilidad que siempre recaía sobre ella, para que dejase de odiarla.

 

Me reacomodé en la silla acolchada y miré por la ventana. Los pocos locales que había alrededor de los terrenos del Ars & Vita habían cerrado o abrían ocasionalmente. El teatro hacía dos meses que había cancelado toda su programación, y todavía tenía que terminar algún que otro papeleo para aplazar de forma indeterminada el Festival Internacional de Teatro Mágico. Sin emabrgo, el Ars & Vita colaboraría con todos aquellos que intentaban darle refugio a quien lo necesitara. Se modificarían todos los espacios de la primera y segunda planta para crear dormitorios ampliados mágicamente, la azotea se cubriría, alojando una gran cocina y un comedor que, aunque de manera racionada, suministraría alimentos y comidas calientes y abajo, en las salas de espectáculos, se crearían espacios de actividades variadas, socialización y distensión. Por eso, ante tal recepción de gente, los túneles y lo que escondían debían permanecer bien protegidos y lejos de que cualquier mago o bruja que intentara curiosear por el lugar.

 

Ahora, debíamos pensar cómo darnos a conocer, y para empezar, escribiría algunas cartas a mis principales contactos. No podíamos mostrar el local abierto de par en par y con un gran cartel que dijera "refugio". Debíamos ser discretos para no convertirnos en un blanco, como temía Bolinda.

Useiaum.gif

Firma AW.png
✤ Viajero de la noche ✤

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

zJNEfbH.jpg Abizaid Mondragón

 

--No me gusta nada-- Y era más que la verdad, el rubio alzo el cuello de aquella capa gris que le cubría su elegante traje azul rey con adornos en color oro, sus ojos azules centellaban hacia aquel Director cineasta que seguía mareandolo con tanta charla de los pros de aquella medida de usar el "conveniente refugio"...no, para el joven e inexperto artista, algo no iba bien con aquella idea, seguía pensando en dar la espalda al Director y marcharse a su antiguo puesto de supervisor en aquel hotel con sus amigos... no estaba realmente seguro de lo que le afirmaban: que muchos de los locales habían sido destruidos por los estallidos y explosiones de la guerra y él que había marchado a la Convención en el colegio Durmstredam, pudo constatar que la guerra no había sido detenida, el peligro seguía latente pero.. ¿debía continuar en aquella carrera? el Director así lo aseguraba, era tiempo de hacer algo positivo para su persona, además le aseguraba a Abizaid, que además de encontrarse seguro antes de la nueva filmación, que aquel era el lugar perfecto, pues tendría oportunidad de mejorar sus cualidades como actor.

 

Aún con muchas reservas y recelo, el rubio acompañaba al Director, pero solo esperaba algún pretexto para dejar aquel establecimiento y aquella compañía dirigida por aquel Director que no se cansaba de enumerar todo lo que podía él hacer en favor de Mondragón para que triunfara, ¡en que momento tan complicado había el rubio aceptado firmar ese contrato!, ahora ese mismo contrato, le obligaba a acceder al plan.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

- ¿Dónde está el señor Golliver?

 

- Creo que fue a la azotea, señor.

 

Tras un rápido "gracias" a Melinda, atareada con entretener a aquellos niños a base de trucos con pompas de jabón a las que daba formas y colocaba sobre las cabezas de los pequeños, encaminé los pasos hacia el ascensor para no tardar en aparecer en la azotea techada, convertida en comedor. Había recibido una lechuza urgente para aquel importante director de la escena americana mágica, que se había encontrado en una situación muy adversa sin poder salir de vuelta a su país en lo que duraba la situación bélica. Se había presentado en Londres apenas dos días antes de que todo estallase, para atender con la mitad de su compañía, Impression Finita, tremendamente conocida por sus arriesgadas puestas en escena, a la sucesión de festivales que se iban a celebrar y que habían tenido que cancelarse. Le encontré tomando el café, casi como cada tarde, apoyado galantemente en la barra mientras conversaba con alguien a través de un espejo comunicador.

 

- Mr. Golliver, siento interrumpirle señor. Una lechuza urgente --le indiqué cortésmente, enseñándole el papel entre mis dedos--. Es remitente es la señorita Huffklan.

 

El hombre inmediatamente cortó la comunicación con la persona al otro lado del espejo y tomó el papel que le mostraba, lanzándome una mirada comprometida. Asentí, deseando tanto como él que fueran buenas noticias. Esperé pacientemente -al menos en apariencia- a que terminara de leer la misiva, para recibir de nuevo otra penetrante mirada que habló por sí sóla. De igual manera, el hombre apuró su café y me indicó que le siguiera y nos retiramos a un rincón de la estancia, donde nadie pudiera escucharnos. Activé, por tomar todas las precauciones, el anillo contra oídos indiscretos que portaba en el dedo anular de la mano izquierda.

 

- Tenemos que enviarles ayuda, Wild.

 

- ¿Cómo? Sabe que haré todo cuanto esté en mi mano, pero no puedo hacer más de lo que ya estoy haciendo por la comunidad artística mágica. Ayer mismo enviaba un decreto a la Confederación Internacional de Magos que velaba por la seguridad financiera y material de las compañías inglesas y americanas, para que lo aprobaran. Dudo que obtenga respuesta antes del lunes que viene.

 

- Usted sabe tan bien como yo que no le contestarán --noté su mirada compasiva, como el que mira al novato; no, aquel hombre no sabía que llevaba vividos algo más de doscientos años tras mis espaldas--. ¿Velar por la seguridad de qué, Wild? ¿De la cultura? En la guerra la cultura es apenas una piedra en el zapato. Una piedra preciosa, quizá, sí, pero como mucho se la guardan en el bolsillo para que les saque de algún apuro si la necesitasen, si en algún momento volviese a tener algún valor... Si no, basura.

 

Entendía la preocupación de aquel hombre por el resto de su compañía, por la mujer que había forjado con él toda su vida alrededor de aquel sueño, de aquel proyecto de vida en el que se habían involucrado en cuerpo y alma, hasta el punto de poner sus propias varitas y sus vidas en juego en numerosas ocasiones, a la que había dejado atrás y ahora necesitaba asegurarse de que volverían a verse, a mantenerse, a seguir a flote con toda la tripulación en el barco... Y con el barco.

 

- El embajador no sabe que estoy aquí. Le dije que le mantendría informado de nuestra situación, pero acudimos aquí nada más recibimos su mensaje en clave y le agradezco enormemente habernos albergado y todo lo que está haciendo por nosotros, como por toda esta gente --dijo desviando la mirada hacia los allí presentes, muchos de los cuales terminaban de devorar su segunda ración diaria de comida--, pero debo asegurarme que "El Buque de las Sombras" se mantiene en pie y con ellos vivos dentro.

 

- Lo hará, se lo aseguro.

 

Tuvo que verificar en mis ojos aquellas palabras durante unos minutos, pero finalmente mi decidida mirada pareció convencerle. Suspiró, resignado, y colocó sus dos manos sobre mis hombros.

 

- Espero que su política sea la acertada y efectiva. No puedo perderlo todo.

 

Asentí. Comprendía a la perfección que temiera perder su complejo artístico y a todos los que pertenecían a él; todo lo que le había llevado construirlo, desarrollarlo, protegerlo. Pero confiaba plenamente en el plan de acción y la estrategia que le había enviado en aquellos documentos junto al decreto a la Confederación Internacional de Magos. No podía revelárselo al señor Golliver, pero en aquella propuesta, había enviado todo un sistema por el que la cultura formaría parte activa dentro de la guerra de forma secreta a favor del Estado y a cambio de que este preservase a todos aquellos que cumplieran con el compromiso. Como había dicho el director, la cultura era una piedra preciosa, pero a diferencia de lo que él pensaba, en tiempos de guerra, si era necesario, se atacaba hasta con diamantes.

 

- Debo bajar --indiqué, sintiendo las manos del hombre levantarse de mis hombros y su mirada despedirse--. Recuerde que ahora mismo la guerra se cierne sobre nuestras cabezas. Preocúpese por los que tiene aquí... Y por usted.

 

Y con aquellas palabras, se internó en el ascensor, a apenas cinco pasos del rincón donde se encontraban.

Useiaum.gif

Firma AW.png
✤ Viajero de la noche ✤

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 meses más tarde...

Danny reanudaba de nueva cuenta las frecuentes caminatas que estaba acostumbrado a dar desde su regreso a Ottery, como siempre llevando su mapa y una especie de folleto donde indicaba los lugares más interesantes para visitar por los magos que venían como turistas desde otras ciudades.

Seguro que era por aquí...

Menciona con voz medianamente alta, lo cual llama la atención de algunos de los transeúntes que voltean a verle. Era normal que le mirasen de aquella manera al verle casi gritar si desconocían el detalle de que el joven mago era sordo. Por su parte, el chico ni siquiera se inmuta y continúa su recorrido hasta dar con la fachada de un local diferente.

Ah, qué raro...

Menciona observando bien el folleto, ya que estaba seguro que no había visto el nombre de ese lugar escrito ahí. Aunque realmente al chico no le importaba mucho, lo que le interesaba era conocer más el pueblo así que se dirige hacia la entrada, abre la puerta y se queda de pie en el marco de la misma.

¿Es una escuela?

Pregunta en voz alta, olvidando de nueva cuenta que debía modular el volumen de su voz para no incomodar a las personas. Él simplemente camina por la estancia y llega a recepción en donde saluda a quienes estaban ahí con un movimiento de su mano. Hasta el momento no veía nada fuera de la común, y lo que es más, aún quedaban esos formularios para la inscripción a la escuela, que el chico sostiene y lee con cuidado.



FICHA DE INSCRIPCIÓN PARA LA ACADEMIA "Ars & Vita"

Nombre (Nick y Personaje): Danny Lestrange
Edad (la del personaje): 17 años
¿Por qué quieres entrar en nuestra academia?: Me gustaría desarrollar habilidades sociales por medio de las artes escénicas.
Clases que quieras recibir (elegir entre: interpretación, música y danza. Todas las que se quiera): interpretación.

Dejar la ficha en recepción.



Pronto lo llena y lo devuelve con una sonrisa divertida en su rostro. Quizá tuviera suerte y aquella escuela estaba oculta para no poner en peligro la vida de los estudiantes, ya que él sabía bien que no eran precisamente tiempos de paz.



Off:
Lamento lo raro del rol, estoy aprendiendo a hacerlo desde el celular ^^ Editado por Danny Lestrange
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

- ¡Pero qué vamos a hacer, por todas las orejas cortadas, qué vamos a hacer!

 

- Bolinda, tranquilízate, de momento no vamos a hacer nada. Esperaremos.

 

- ¿Esperar? Ay amito --torcí el gesto ante aquello pero se lo dejé pasar--, pero... ¡¿Y si cierran y nos quedamos sin acceso al dinero?! Sería la ruina, con todo lo que hemos luchado.

 

- Bolinda, el dinero de la bóveda del negocio es nuestro, y si cierran, tendremos que poder sacarlo en el último momento. Pero confío en que el banco saldrá a flote. --Aquellas últimas palabras las pronuncié sujetando a la alterada elfina por los hombros, obligándola a mirarme a los ojos e imbuyendo en ella toda la seguridad que sentía en mi interior--. Sagitas es ahora Ministra, no permitirá algo así.

 

Sabía que la elfina no se quedaba conforme con mis palabras, pero ella también entendía que no podía seguir su discurso. Estos últimos meses había tenido que recordarle que las decisiones las tomaba yo. Pero además, ambos tuvimos que contener nuestras palabras porque una figura se acercó, bastante prudente, al mostrador, y tomó una hoja de inscripción. Desde aquella posición en la que nos habíamos quedado, yo sujetándola de los hombros y ella de puntillas, con la cara desencajada, giramos nuestras cabezas al mismo tiempo en dirección a aquel muchacho que rellenaba tranquilamente la ficha. No hacía falta leernos el pensamiento para saber lo que en nuestras cabezas circulaba.

 

El chico, quién parecía sorprendentemente despreocupado y más joven que yo, terminó de escribir y extendió el folio delante de nuestras narices. Mudo en mi asombro, lo tomé entre mis manos y lo leí.

 

- Bienvenido al Ars & Vita señorito... Lestrange. --Una sonrisa algo desconcertada ocupó gran parte de mi expresión--. Estaremos encantados de su asistencia a las clases, aunque debo advertirle que estas se están impartiendo de forma un tanto irregular, pues debemos modificar horarios a última hora y casi no hay alumnos apuntados a la escuela... No es un buen momento para las artes, me temo. La gente no suele verlas sustanciales en tiempos de guerra. Pero... --y mi mirada se postró en la puerta y luego de nuevo en el chico, indicando así el motivo de nuestro desconcierto-- ¿cómo ha...?

 

Desde hacía meses sólo las personas que conocían el secreto y la forma de entrar al local lograban dar con él y atravesar la semiesfera mágica que lo protegía y ocultaba, y normalmente los alumnos que querían ingresar por primera vez debían enviar una lechuza, la cual era respondida con otra, a la que aplicábamos toda clase de seguridad, con las indicaciones necesarias. Además, cambiábamos el sistema cada cierto tiempo prudencial y así se lo hacíamos saber a todos los que tuvieran el acceso permitido. El Ars & Vita era en aquellos momentos casi más un refugio que un teatro-escuela. Sólo había dos opciones: o el sistema fallaba en algún punto, o aquel muchacho venía por referencias de alguien que tenía conocimiento de la entrada de aquel día y que no nos había comunicado debidamente la transmisión de dicha información.

 

Fuera como fuese, alguien tenía un problema. Y nosotros ahora debíamos saber si podíamos fiarnos de aquel muchacho de inocente apariencia.

 

 

OFF

@@Danny Lestrange ¡No te preocupes! Me alegro mucho que te hayas animado a rolear por aquí. Gracias por desempolvar esto y hacerme puente ^^

Useiaum.gif

Firma AW.png
✤ Viajero de la noche ✤

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Danny no esperaba ver aquella escena divertida entre ese mago desconocido y la pequeña elfina, por esa razón se ríe un poco. Había leído un poco sus labios pero no lo suficiente para entender totalmente lo que se decían, sin embargo presta especial atención esta vez y vuelve a sonreír tranquilo sin poder dejar de sorprenderse por la extrañeza que se le notaba en el rostro mientras mete las manos en el interior de los bolsillos de su pantalón.


Gracias por la bienvenida, ¿Es por la guerra mágica?


Le pregunta con interés prestando atención al movimiento de los labios del mago, ya que Danny era sordo no había otra forma en la que pudiese entender lo que los demás le pudiesen decir. Lamentablemente las palabras que estaba descubriendo no era lo que esperaba, la escuela no estaba en su mejor momento, los magos le restaban importancia... saberlo no le gustó y lo expresa con un gesto de preocupación, mira a su alrededor y luego vuelve a verle al rostro.


¿Como he entrado? Oh, no lo sé... solo vi la puerta abierta y me pasé.


Le responde con extrañeza. Ni siquiera él mismo tenía idea de como lo había hecho, si esa escuela debía estar oculta bajo algún hechizo de protección este estaba fallando un poco. El joven mago comienza a sentirse un poco incómodo al darse cuenta de que no había llegado en el mejor momento y ni siquiera sabía si sería posible recibir sus clases, aunque ya había sido aceptado, o al menos eso creía.


Prometo esforzarme.


Finaliza divertido, mira a la elfina y le saluda con un movimiento de su mano. Realmente se emocionaba.







Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Se percató de que el muchacho parecía prestar especial atención al movimiento de sus labios al hablar. Aquello le extrañó, incluso le distraía, pero supuso que sería algún tipo de costumbre o de forma de evitar el contacto directo con los ojos. Sin embargo, nuestra atención se centró de inmediato en la respuesta dada por aquel chico de mirada afable. Desde luego que no podrían fiarse de alguien tan agradable en aquellos tiempos y que aseguraba haber entrado sin más en un local estrictamente protegido.

 

Sonreí brevemente ante su última aseveración, antes de devolverle la mirada a Bolinda.

 

Avisa a Mark y a Saburns. Aseguráos de que efectivamente las protecciones están fallando y si es así, arregladlo de inmediato. El Ars & Vita no puede quedar expuesto ni un sólo segundo más —le indiqué con urgencia—. Avísame si me necesitáis.

 

La elfina desapareció en el acto, sin mediar ninguna palabra más. Sería yo quien se ocupase de mantener entretenido a aquel joven mientras ellos corroboraban su versión. Rodeé el mostrador, poniéndome a la altura del Lestrange. Fijé mis ojos en los suyos durante unos instantes, casi como si estuviera usando algún tipo de poder legilimante, algo que todavía no me había centrado en aprender. Tampoco lo necesitaba del todo. Muchas veces una profunda mirada en lo más hondo de los ojos de la otra persona revelaba lo suficiente. Tras haberle sostenido lo que consideré un tiempo prudencial la mirada, asentí.

 

Estoy seguro de que se esforzará, señorito Lestrange. ¿Es la primera vez que acude a una escuela de interpretación? —dije, dando pie con un gesto a que iniciáramos la marcha hacia cualquiera de las dos salas que había a nuestras espaldas—. ¿Qué le gustaría explorar primero?

 

No podía perderle de vista ni un solo segundo, ni dejar que se comunicara con nadie. Bolinda había entendido que aquella irregularidad suponía un estado de alarma dentro de todo el recinto, y estaba seguro que se estaba encargando de mantener a todos los refugiados en sus sitios. ¿Y no era entonces peligroso llevarle a alguna de aquellas salas? Para nada. Contaba con que en aquel momento los dos últimos talleres para los niños habían terminado y estos se habrían reunido ya con sus padres y tutores arriba en la azotea para comer.

 

 

 

@@Danny Lestrange

Useiaum.gif

Firma AW.png
✤ Viajero de la noche ✤

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El chico desvía la mirada un poco intimidado, solía ser algo tímido al tener que conversar con las personas debido a su incapacidad auditiva, la cual le obligaba a observar los labios de las personas de forma que a ellos les podría parecer inusual e incluso incómodo. Pero era la única forma que podía saber lo que decían si no lo hacían de forma escrita o quizá mediante lenguaje de señas, así que vuelve a mirar sin importarle más.


Parece que vine en mal momento, ¿Tengo que irme?


Se preocupa. Las expresiones de aquél hombre y las medidas que comenzaba a tomar para asegurar el bienestar del local le comenzaba a llenar de mucha curiosidad, había ahí algo escondido que Danny se moría por descubrir pero decide no hacer demasiadas preguntas o lo terminarían echando de ahí. Así que solamente mira a Adrian, luego a la elfina segundos antes de desaparecer y nuevamente al hombre que tenía frente a él.


Nunca había estudiado teatro, quizá solo un poco de música en coro, pero no pasé de nivel principiante.


Le responde siguiéndolo a una de las salas que le había indicado. Realmente para ser una escuela estaba bastante solitario, quizá abandonado.


¿Explorar? No lo sé... ¿Qué es lo primero que tengo que saber al estar en esta escuela?


Pregunta confundiéndose más cada vez, mete las manos a sus bolsillos y se queda mirando un momento a un punto fijo de la pared, luego se vuelve hacia él y detiene sus pasos sin decir nada, solamente lo mira. Danny tenía la impresión de que había llegado en un muy mal momento y comenzaba a incomodarse un poco.






Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

«Sólo tengo que mantenerle distraído», era el pensamiento principal que mantenía constante en la cabeza. Al menos, hasta que Bolinda me confirmase que el chico había dicho la verdad y el sistema de protección del Ars & Vita había estado fallando. No pude evitar mirar a través de los ventanales de la entrada, hacia los jardines que daban acceso a esta, a ver si divisaba a alguno de los elfos o a la elfina. No pude verlos, así que tuve que retomar el hilo de la conversación con Lestrange.

 

Bueno, supongo que debería conocer nuestra sala "Il Jongleur", es la más novedosa y versátil, ¿conoce el concepto de "circo bajo techo"? —No sabía muy bien por qué pero hablaba de frente hacia el muchacho, lo que me hacía caminar de espaldas a las puertas de la sala hacia la que me dirigía—. He vivido muchos años en la sociedad mágica londinense y he conocido muchas otras; jamás había visto algo así si no hubeira sido en el mundo muggle.

 

Quizá comenzaba a hablar de más. Callé, giré sobre mis talones dando por finalizada mi intervención, y abrí una de las puertas dobles de la sala, ofreciendo al nuevo alumno pasar primero y para dejarse sorprender por el inmenso y a la vez cálido espacio de aquella mezcla entre sala de teatro y pista circense. Eché un útimo vistazo al exterior. Nada. Conociendo a Bolinda, ya habría detectado un fallo en el sistema. Cerré la puerta tras de mí.

 

Fermaportus —murmuré tras un sigiloso movimiento con mi varita, de espaldas a Danny. Tras guardar de nuevo a Dror, me coloqué a su lado, observando su reacción—. ¿Qué le parece? —Y tras un breve lapso de tiempo, volví a preguntar—: ¿Puedo tutearle, señorito Lestrange?

 

Habían pasado cinco minutos y Bolinda no aparecía. ¿Tendría que noquearle? No me gustaría hacerlo sin estar seguro.

 

 

@@Danny Lestrange

Useiaum.gif

Firma AW.png
✤ Viajero de la noche ✤

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.