Ollivander's (MM B: 94928)

[Valeskya Granger]

Llevaba varios días sin ver a Joaquín, lo cual no era extraño, ni para ella ni para el resto de los Granger: ellos así eran y eso les funcionaba bastante bien. El hecho de que para ninguno de ellos le era relevante le convivir a todas horas, les daba buen resultado, más cuando varios de ellos solían ser seres nocturnos; sabía que tanto su hermano como su prima, solían ir de cacería de vez en cuando, aunque nunca se había dado la tarea de investigar en qué horarios. El punto importante para la ojivioleta es que ninguno de ellos dormía y por lo tanto, tenían tiempo de sobra para andar haciendo cosas y distraerse.

Valeskya andaba con paso lento por el callejón Diagon, aunque a diferencia de otros días, éste lucía mucho más desolado, lo cual obviamente se debía al hecho de que ya era de noche y la mayoría de los negocios se encontraban cerrados. Algunos bares y otros lugares de los cuales se podía deducir a la perfección que eran atendidos por más seres como ellos, lo que era bastante habitual en esa parte de Inglaterra. Había una preciosa luna, el cielo estaba completamente despejado y había muchas estrellas, lo que anunciaba que no era una hora temprana.

Llevaba una túnica oscura, lo cual era poco habitual en ella, que ondeaba solamente a la par de sus pasos. Su negra cabellera iba recogida en una trenza y el rostro llevaba solo una cantidad mínima de maquillaje, lo suficiente para no llamar la atención. No sabía exactamente el por qué había elegido ese día y mucho menos el horario para buscar el negocio de venta de varitas de Joaquín: Ollivanders. Recordó que tiempo atrás le había dicho que pronto le haría una visita para hablar sobre el arte de la fabricación y mantenimiento de varitas.

Habían transcurrido varios meses desde que había pasado eso y por una causa u otra, no había cumplido esa especie de “promesa”. No recordaba si alguna vez le había dado mantenimiento a su varita mágica, que aunque la utilizaba relativamente poco, era un hecho definitivo que necesitaba ser revisada. Solo de pensar en la posibilidad de que ésta se pudiera romper, le provocaba cierta ansiedad; a diferencia de épocas pasadas, en la actualidad sabía que existían más locales dedicados a la venta de varitas, pero al final siempre era una cuestión de tipo sentimental el tener que mantenerla o depositar la confianza en que alguien más se encargara de darle cuidado.

A pesar de todo, la ojivioleta solo confiaría en alguien de su familia para que cuidara de su varita mágica. De todas formas, tenía varias cosas planeadas para esa visita, aunque lo primero era ver si su hermano se encontraba trabajando, cosa que dudaba muchísimo en realidad; lo peor que podía pasarle a la Granger, es hacer toda la travesía para nada. Miró el nombre del lugar y notó que de cierta forma, la puerta se veía algo empolvada. Tocó un par de veces e intentó abrir, sorprendiéndose de ver que a pesar la hora, el negocio aún se encontraba abierto.

- ¿HOLAAAA? – Exclamó en voz alta, sin pensar en que quizás había elfos descansando. - ¿HAY ALGUIEN POR ACÁ? –

[justo]

La ultima vez que estuve en esta tienda fui ha hacerme una varita para mi. No es broma, pedi permiso a la dueña y me dejo usar su taller. Conozco la tecnica porque me la enseño el abuelo del sr Garrick Ollivanders. Fuimos muy buenos amigos y me estuvo enseñando, pacientemente, la tecnica para que una varita incluyese un nucleo determinado. Se asombro de mi extrañisima combinacion, Alerce y Pelo de Unicornio.

 

Se puede decir que mi varita presenta unos datos de lo mas peculiares y se adapta a una persona que tiene unos poderes asombrosos, lo que es en realidad mi caso. Lo curioso es que tuvimos tiempo de hablar largo y tendido durante noches enteras y el pequeño Garrick, a los pies de su abuelo, nos escuchaba con fascinacion.

 

Nunca comprendio como yo sabia tanto y de tantos paises, quizas adivinaba en que consistia la clave de mis formidables poderes. Lo advinaba o lo sabia a ciencia cierta porque, existe una curiosa relacion entre la alquimia y la creacion de varitas, una relacion mas extrecha de lo que se sospecha.

 

Pero no, no voy a pasar aun, ya vendre otro dia.

Editado 5 de Octubre del 2019 por justo

[Ada Camille Dumbledore]

Era tiempo de volver a mi oficio, había abandonado todo para refugiarme en el mundo que mis hijos habían escogido, ya que eran consientes y podían cuidar de ellos mismo había decidido volver a retomar mi vida y mi negocio era muy importante.

 

Detenerme frente a aquella puerta con el árbol genealógico de los Ollivanders era una costumbre que al parecer jamás cambiaría,ver a aquellos que le habían dado una forma de creas era algo que les agradecía enormemente.

 

Al empujar la puerta la campanilla sonó y sentí que el tiempo se había detenido, todo estaba exactamente igual a como ella lo recordaba.

 

Extrañamente no había nadie hay, seguro su socio y gran migo estaría haciendo alguna labor y no había llegado al negocio.

 

 

Encamine mis pasos a la oficina, debía poner en regla algunas cosas, ya hacía demasiado tiempo que no estaba al pendiente del local y mi socio se había encargado de todo.

 

Subí las escaleras de caracol hasta mi oficina y note el olor a polvo que se había acumulado allí, con un floritura de mi varita abrí las ventanas y organice la oficina.

 

Ya era hora de ponerme al frente, justo y necesario.

[justo]

He hablado de la curiosa combinacion de mi varita y creo que debo hablar de ella. la varita elige al mago, esa es la gran verdad del tema. mucho mas de lo que la gente se imagina. Pero vayamos al asunto, mi varita es de Alerce y Pelo de Unicornio y, cuando haya hablado de cada una de sus caracteristicas entendereis el por que es mi varita.

 

Alerce: Fuerte, durable y de colores cálidos, el alerce ha sido considerado durante mucho tiempo como una madera poderosa y atractiva. Su reputación por inspirar valor y confianza en el que la usa ha hecho que su demanda sea mayor que las existencias. Esta varita tan deseada es, sin embargo, difícil de complacer en lo que respecta a encontrarle un dueño ideal y es más difícil de manejar de lo que se imaginan muchos. En mi opinión, siempre produce varitas de talentos escondidos y efectos inesperados, que por supuesto describe al dueño que se la merece. A menudo se da el caso de que el mago o la bruja que van con la varita de alerce nunca sabrá con exactitud la magnitud de sus considerables talentos hasta que se les adjudica una varita de este material, pero a partir de entonces se convertirán en una pareja ideal.

[Ada Camille Dumbledore]

Llevaba días arreglando todos los papeles de pedidos facturas y los sustentos contables para la pasar a los libros y que Joaquín llevaba al día.

 

Estaba feliz de poder trabajar tan rápido y poder poner al día todo como me gustaba.

 

Con un movimiento de varita hice varias florituras y a mi mesa llegaron una botella de Vino, unas copas y una tabla de quesos y jamones. Mis elfos siempre sabían que me gustaba, diligentemente siempre tenían todo perfecto eso.

 

Cerré los papeles que ya había terminado y me recosté en el diván con la copa de vino para poder despejar la mente un buen rato.

 

Amaba el queso holandés acompañado de una buena copa de vino tinto y el estar tranquila en mi negocio de varitas

[justo]

He hablado de las caracteristicas de mi varita y he nombrado la madera, desde luego la madera de alerce parece hecha a la medida de mi vida tal y como se ha desarrollado. Es como si las varitas tuviesen vida propia, como si pensasen. A esa conclusion llegamos, curiosamente, Harry Potter y yo. Pero es el momento que hable del corazon de la varita, de su nucleo.

 

El pelo de unicornio produce generalmente la magia más consistente y está sujeto a un menor nivel de fluctuaciones y bloqueos. Las varitas con centros de unicornio son las más difíciles de utilizar para las Artes Oscuras. Son las más fieles de todas las varitas, y normalmente permanecen unidas a su primer dueño con una relación difícil de romper, independientemente de si es una bruja o un mago consumado.
Las desventajas del pelo de unicornio son que no produce las varitas más poderosas, aunque se puede compensar con la madera de la varita, y que tienden a la melancolía si no son usadas correctamente y el pelo puede “morir” y necesita ser reemplazado.

[Ada Camille Dumbledore]

Las personas diambulaban por el callejón con energía y todos esos ruidos subían hasta mi oficina por la ventana, me imaginaba a mi misma caminando en un vestido blanco de flores moradas con cuatro pequeños mirando miles de cosas curiosas en los aparadores de las tiendas y emocionandose con tantas cosas.

 

Jamás me enteraría la razón por la que no había tenido la fortuna de disfrutar ni un matrimonio normal no una familia normal, tal vez porque estaba destinado desde el momento de mi nacimiento, pero no lo aceptaba del todo.

 

Tal vez me había casado con él hombre equivocado, podría ser, era solo una mina cuando me case, 15 años y contra mis padres y familia y hasta los bandos con traje nupcias con mi primer amor...

 

-Severus

 

Susurre mientras llevaba de nuevo la copa a mi boca y emitía una sonrisa.

 

El era demasiado aventurero y nunca fue fiel, no había soportado las tentaciones que lo habían seducido en el camino y yo no había soportado los celos.

 

Separados conocí a quien considero el amore demi vida, pero no duró mucho nuestro amor. Había sido una locura todo lo que había pasado: pero me había marcado para siempre.

 

Cometí la tontería de separarme de él por estar embarazada de mi esposo y a cambio me dio algo que para él era el único don que podía darme, un hijo Incubo. La mayoría de personas cuando conocían a mis hijos mellizos Luka y Reiven no se explicaba el porque eran completamente distintos, con 10 años Luka aparentaba 15 años y Reiven ya parecia de 18.

 

El primero tímido y analítico, el segundo gracioso y jovial. Los amaba infinitamente y me sentía feliz de tenerlos en mi vida.

 

Alguien lanzo una carcajada en el callejón y solo me hizo pensar si eran felices, Reiven se quedaba en su escuela de los alpes suizos, Luka ahora estaba en Otteru con su tutora y yo estaba sola ahora.

 

Termine la copa de un sorbo, era necesario que esto pasara,¿pero que pasaría más adelante?

 

No tenía idea, por el momento debía esperar que esto tomará curso.

[justo]

El mundo de las varitas es apasionante, es cierto que si no usas varita los resultados son mas imprecisos pero la verdad es que no es del todo cierto. Son imprecisos en los magos normales, no lo son en los expertos. En muchas ocasiones, Dumbledore no usaba vaitas y no era manco en sus habilidades.

 

Muchos creen que los unicos fabricantes de varitas fueron la familia Ollivanders y el fallecido Gregorovitch, pero hubo otro fabricante de varitas en el siglo XIX de nombre Arturo Cephalopos. No tenia muy buena fama, esa es la verdad, de el se decia que tenia una rivalidad lindando con el odio con Gerbold Ollivander, abuelo de Garrick. Y no es de extrañar, tenian fuertes discrepanicas sobre maderas y nucleos.

 

Al final, Cephalopos abandono el negocio, asi que es muy posible que Gerbold tuviese razon. Sin embargo, es conveniente conocer las maderas de las varitas y por eso voy a explicar cada una de ellas y algunos de sus poseedores mas famosos.

 

Gerbold Octavius Ollivander, siempre llamaba a las varitas de Abeto «la varita del superviviente» porque se la había vendido a tres magos que tras adquirirla vivieron peligros mortales y salieron ilesos. No cabe duda de que esta madera, viniendo como viene del más resistente de los árboles, produce varitas que requieren constante poder y fuerza de voluntad en sus verdaderos dueños, y que se convierten en herramientas inútiles en las manos de aquellos que son variables e indecisos. Las varitas de abeto son especialmente buenas para la transfiguración y favorecen a aquellos dueños que tienen un comportamiento centrado y ocasionalmente intimidante, además de ser decididos. (Minerva McGonagall).

[Ada Camille Dumbledore]

Ya empezaba a anochecer, no quería salir de allí, msñis ensoñaciones y pensamientos me mantenían entretenida y el buen vino. Sabía que pronto se acabaría la tranquilidad, nadie podía negarlo aunque muchos decían que la guerra se había ido, pero sólo estaba esperando a que nos confiaramos para reaparecer. No olvidaba las palabras que me habían dicho esa noche en la taberna.

 

Presentía que esas palabras terminanarian por retumbar en mi cabeza más de lo que debía, pero no temía por mi sino por mis hijos que venían a vivir a Ottery, no quería exponerlos a tal cosa, pero ya era muy tarde, solo me quedaba tener fe que todos estarían bien.

 

Había pensado seriamente hacer que Helena viviera con su tía Valeskia y con Su padre en su casa, sabía que el la protegería bien. Por el pasado de mi familia seguramente alguien estaría interesado en atacarnos y lejos de la Dumbledore ellos estarían bien.

 

Nunca había sido conflictiva, siempre pensaba que la gente podía usar la palabra para arreglar los asuntos, pero reconocía que con las personas sumidas en la oscuridad no era así.

 

Era momento de dejar esas ensoñaciones de mi pasado y solamente asumir aquello que debía hacer.

 

Cerré por un momento los ojos esperando quedarme en un instante de paz, pero ese sentimiento de advertencia no cesaba de incomodar en mi pecho.

 

Solo esperaba estar preparada para ese momento en que todo empezará.

 

Terminé la copa de vino y la dejé en la mesita ratona a un lado tratando de sumergirme en el sonido de las personas en el callejón.

[justo]

Acacia: Una madera para varitas bastante inusual. He descubierto que produce varitas que a menudo se niegan a producir magia excepto para su dueño y también se guardan sus mejores efectos solo para aquellos con el don más fuerte. Esta sensibilidad hace que sea muy difícil encontrarles un dueño y solo mantengo unas pequeñas existencias para aquellos magos o brujas con suficiente ingenio, puesto que no les van bien a lo que se conoce comúnmente como magia de «ruidos y olores». Cuando a una varita de acacia se le encuentra el dueño correcto, puede competir con cualquiera en términos de poderes, pero a menudo esta madera no es apreciada lo suficiente por la peculiaridad de su temperamento.

 

Ningun poseedor conocido. Hay que decir que es una madera inusual como ya se ha dicho, lo que hace que no se venda muy a menudo. Es lo que suele pasar, hay maderas muy populares y otras que no lo son tanto, ya os dareis cuenta.