☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀ (MM B: 97133)

[Sol Lestrange Black]

Lo escuché sin perder la sonrisa, sabía perfectamente cuando mentía y esta era una de aquellas veces, pero efectivamente, no tenía la menor intención de caer en mi propia trampa, así que lo mejor para ambos era terminar aquel juego de poder aquí y ahora en un simple y gris empate.

 

 

De pronto las cosas buenas dejaron de tener peso y las malas comenzaron a ganar terreno en mi cabeza, era momento de tener un poquito de cordura y no cometer una estupidez de la que me arrepentiría sin duda alguna.

 

 

-Tienes toda la razón- admití volviendo a mi puesto en la mesa cansada del ir y venir- Y en esta oportunidad no pienso enredarme en mi propia telaraña, así que se cancela la salida y se cancela la visita. – Dije sin perder la sonrisa – Digamos que fue un gusto volver a verte, pero mi dosis de ti ha sido colmada, buena suerte y que te vaya bien en tus negocios, hasta dentro de diez años…Sabemos perfectamente a donde nos llevara esto de quedarte aquí, no quiero repetir el ciclo- Agite la mano despidiéndome.

Editado 18 de Septiembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Mefistofeles Evil]

Fui directo al punto y logré mi objetivo, la temperatura nuevamente bajó a cero, tenía esa capacidad de manejar ese tema a mi conveniencia, por su actitud y prácticamente el desalojo que solicitó del castillo, supe dar buena cuenta que el mensaje le llegó con claridad.

 

-Veo que sigue manteniendo esa actitud ante el rechazo...-en ningún momento había perdido mi sonrisa, todo lo disfrazaba con ello, desde la más grande decepción hasta la más desmedida alegría, era por ello que resultaba muy difícil saber mi verdadero estado de ánimo...-no tienes por qué ponerte así, si deseas que me vaya, estás en tu casa y pues siempre me ha gustado cumplir lo que tú quieres, pero creo que vernos dentro de diez años lo veo imposible, el mundo es un pañuelo y más para mí, asi que no dudes que nos volveremos a ver muy pronto...-

Me preparaba para aquel viaje entre las sombras, era hora de que el mundo ya sepa de mi regreso, aunque seguramente las voces ya habrán corrido desde las cúpulas de la comunidad mágica hasta los lugares más pequeños.

-Sabes que cuando me necesites puedes contar conmigo, si quieres verme solo repite mi nombre, no es necesario que lo digas en voz alta, solo piénsalo, ¿ok? -

Respiré profundamente aquel aire, definitivamente en ese lugar me sentía en casa, por lo que no sería la última vez que estaría en aquellos bellos jardines y empecé a caminar hacia las sombras y regresé a ver a Sol.

- ¿Seguro que Haydie no me puede preparar ni una torta? -se lo dije con mirada cómplice…-mira que te pido las de sal no las de dulce para que no haya más polémica...-

[Sol Lestrange Black]

Solté una risa definitivamente no pensaba caer en su juego, no otra vez, había sido demasiado complaciente ya y las cosas podían salirse de control, no me expondría a semejante torpeza, aquellas eran justo las consecuencias de intentar llevar la fiesta en paz.

 

-No te preocupes, no creo que haya necesidad de que vuelvas, y si en algún momento llegaras a escuchar mi distraída voz llamándote, te pido de la manera mas atenta que hagas oídos sordos a mi llamado- Solté recuperando el aplomo al cien por ciento,¿frialdad y distancia quería? Justo eso tendría.- Enfocaté en los llamados urgentes, y en saciar otras necesidades, aquí todo esta perfecto.- Volví a mi trago, y mire hacia la casa, antes de terminar la despedida que sin duda seria mas agradable.

 

Me puse de pie apurando su partida, di un par de pasos hacia la casa dándole la espalda cuando volví a escuchar su voz, intentando bromear con un viejo chiste local.

 

-En esta casa cenamos otras cosas, si quieres comida corriente y ligera, estas en el lugar equivocado....- Admití girando un poco la cabeza. - Que tengas buenas noches Evil...Adiós.- Seguí mi camino hacia la puerta trasera, sin voltear atrás.

Editado 18 de Septiembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Mefistofeles Evil]

Pues definitivamente todo volvió a su sitio a su lugar, la soberbia definitivamente era uno de mis pecados favoritos, ella destilaba aquello en ese momento, una de las cosas que ella jamás soportaba es que se le diga que no, lamentablemente siempre tuve el "si" fácil y el "no" dañado, asi que yo con aquello jamás me hice problemas.

Ahora si era momento del adiós, sonreí luego de escuchar todas esas palabras que su ira escupía, hablándome ahora de su vida perfecta a pesar que hace unos minutos me la mostraba como triste y vacía, bueno ella sabrá.

-Adiós niña Sol, ten la seguridad que nos volveremos a ver...-

Cerré mis ojos y como si fuese una sábana negra caí al piso mezclándome con los miles de sombras que el jardín proyectaba, con rumbo ya definido, esté había sido el broche para mi regreso, esperado por muchos, no tanto por otros, ya era tiempo de que la comunidad mágica recuerde quien es Mefistofeles Evil...Elvis a dejado el edificio...

[Sol Lestrange Black]

Abrí los ojos con los primeros rayos de luz que se colaban entre las cortinas de mi habitación, por extraño que pareciera, era momento de ponerme de pie, el día sería largo y tenía tantas cosas por hacer. Sonreí mientras me estiraba intentando apartarme de las sabanas cálidas. Me estremecí cuando una brisa fría se coló por algún lado. De un salto, mis pequeños pies rosaron la mullida alfombra.

 

Corrí hasta el baño, y cerré la puerta tras de mí, abrí la llave de la ducha y en unos segundos el baño estaba lleno de vapor, me quité el pijama sin mucha ceremonia y me miré en el espejo. Aquel reflejo me devolvió una sonrisa, algo dentro de mí me decía que sería el primer día del resto de mi vida y que debía aprovecharlo al máximo.

 

Canturreé una melodía que resonaba en mi cerebro mientras entraba por fin en la ducha dejando que aquella cálida sensación me envolviera por completo, me sentía diferente, renovada, sin duda los últimos acontecimientos habían sido tranquilizantes y revitalizadores. La imagen de su rostro apareció en mi mente, no podía quitármela desde que lo había vuelto a ver y más aún desde que sabía que podría volver a verlo con tan solo llamarlo.

 

No podía darme el lujo de hacerlo en ese momento, aunque la tentación era infinita, volví al jabón mientras repasaba en mi cabeza mi itinerario, debía presentarme al ministerio, más tarde pasar por el hotel y al final del día ir a la Universidad. Sin duda el tener actividad y tener la mente ocupada, era un perfecto calmante de emociones.

[Samy Lestrange]

Cuando la familiar silueta del castillo Lestrange apareció ante sus ojos, la joven bruja sonrió y recordó por qué le gustaba aquel lugar. Aunque el aire frío sacudiera sus rojos cabellos sin cesar y no sintiera su nariz hace un rato, decidió que había sido una buena idea ese pequeño paseo a pie hasta su hogar.

 

Era bueno saber que aunque se alejara y vagara por un tiempo lejos de allí, sus grandes muros y sus habitantes siempre estarían allí cuando decidiera regresar. Bueno, en realidad, debería decir su habitante, ya que aparte de Sol y los elfos que la servían, no había más Lestranges allí para llenar el lugar.

 

Siempre se prometía a sí misma que esta vez sería diferente y que se quedaría allí como huésped permanente, que encontraría un trabajo, se establecería y dejaría de hacer sufrir a su madre con sus ausencias, pero hasta ahora nunca lo había logrado. Aunque Sol no la presionara con ello, la sola idea de quedarse en casa para siempre hacía que le diera algo de claustrofobia a veces.

 

Corrió los últimos metros que la separaban de la entrada y se adentró en la calidez de su hogar. Se quitó su capa y su abrigo, dejando todo desperdigado como siempre, antes de ponerse a buscar a la señora de la casa.

 

- ¡Mamá! ¿Haydie? - llamó mientras se quitaba las botas y se sacudía el cabello intentando arreglar un poco el desorden que el viento le había dejado. - ¿Dónde están todos?

[Sol Lestrange Black]

De forma pausada logre levantarme, camine hacia el espejo y mire mis desordenados cabellos, una mueca apareció en mis labios mientras intentaba ponerles algo de orden. Mi estómago se hizo notar con un característico sonido. Reí suavemente y me puse la bata sobre mi pequeño pijama, le haría caso y bajaría a desayunar antes de darme una ducha y salir a trabajar.

 

 

 

Así descalza me aproximé a la puerta, apenas la abrí un grito retumbo en todo el castillo, pero lejos de asustarme aquello era mejor que música para mis oídos.

 

 

-¡Mamá! ¿Haydie?

 

 

"La dulce y angelical" voz de mi pequeña llego a mí con aquella fuerza que solo ella emanaba, la sonrisa que se dibujó en mis labios parecía querer escapar de mi rostro, sin mucha ceremonia corrí escaleras abajo para encontrarla.

 

 

-Años y años, cientos de galeones gastados en tu educación ¿para esto?- dije cuando llegué al descanso de la escalera viendo como mi niña era un pequeño desastre de pies a cabeza.

 

 

No espere más, corrí escaleras abajo nuevamente para atrapar a mi lucesita en un efusivo abrazo que solo los Lestrange estábamos dispuestos a dar y recibir.

 

 

-Bienvenida mi niña hermosa…- dije algunos segundos después disfrutando de su presencia, adoraba aquellas visitas por esporádicas que fueran, Sam era de aquellas personas que podía llenar de luz los días mas oscuros con solo su chispa y carisma. Adoraba a mi hija…

 

@@Samy Lestrange

Editado 16 de Octubre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Samy Lestrange]

La pelirroja le dedicó una sonrisa dulce e inocente a su madre al oír su regaño, sin sentirse para nada avergonzada por sus actos. ¿Qué sería de su relación si no le diera a su madre motivos para regañarla al menos una vez al día, cada vez que se veían? Probablemente serían de ese tipo de madres e hijas que apenas hablaban.

 

- Tal vez deberías haber invertido esos galeones en algo un poco más rentable... Tu visión de negocios es pésima, querida madre - le soltó con una risa alegre mientras se arrojaba a sus brazos y la estrujaba cariñosamente.

 

Era bonito estar de vuelta y saber que siempre sería bien recibida allí, que Sol siempre tendría un abrazo y una sonrisa para ella cuando regresara.

 

- ¿De qué me he perdido, mi bella dama? ¿Qué hay de nuevo? - preguntó jalando a su madre hacia el sofá y esperando saber las novedades de la familia, que aunque nunca fueran muchas, siempre solía haber al menos una sorpresa esperándola.

Editado 16 de Octubre del 2018 por Samy Lestrange

[Sol Lestrange Black]

Definitivamente aquella dulce señorita era la luz de mis ojos, el tenerla cerca siempre era motivo de alegría y volvía aquellas frias paredes de piedra en algo calido y agradable. Sin dejar de abrazarla escuche sus palabras no pude evitar reir, había fracasado en mis intentos de educación tal vez pero el saber que era feliz me bastaba y sobraba para ser la madre mas satisfecha del planeta.

 

 

-Pues el otro día hice una visita de cortesía a la casa de campo, o sea a la Mansión Black Lestrange, no puedo evitar sentir nostalgia algunas veces y las ganas de ir a ver al hipogrifo y de paso al mismo Black siempre me llevan hasta alla- dije en respuesta a las novedades- Imaginaras que no puedo dejar de sentirla mi casa, es raro a veces ver que esta llena de un mundo de gente que no conozco, pero tampoco es que me importe pasar sobre ellos cuando tengo ganas de ir…tuve algunas palabras poco "cordiales " con una de sus hijas, pero nada que tu madre no pueda poner en su lugar- solté una suave y cantarina risa.

 

 

 

La abrace por los hombros y la dirigi a la cocina, en ese momento recordé que el hambre me había levantado de la cama.

 

 

-Sabes que Black es una de mis debilidades y en el fondo sabemos que yo también soy de las suyas asi que quiera o no no se librara de mi hermosa presencia- rei nuevamente- acompañame a comer algo mi vida…¿Tu ya desayunaste?

[Samy Lestrange]

La joven arqueó una ceja al imaginar una visita "de cortesía" de su madre al castillo que fue su residencia en el pasado. Era cierto que ella y su ex pareja no siempre se habían llevado como perros y gatos, pero según sus recuerdos del último tiempo que habían pasado en el castillo de los Black Lestrange, entre Sol y Jocker podían volar chispas, platos, elfos y maldiciones, o todo al mismo tiempo. El hecho de que su madre calificara como "cordial" el intercambio con la hija del patriarca, le hacía pensar que no se habían limitado precisamente a tomar el té como buenos vecinos.

 

− Sí, imagino que es difícil dejar de considerarla tuya, aunque jamás me ha pasado de extrañar tanto ese lugar como para querer visitarlo – le respondió apartándose el aún despeinado cabello del rostro y siguiéndola a la cocina. − Los Black Lestrange, al igual que otras familias, adquirieron ese encantador hábito de reproducirse como conejos, lo que garantiza que difícilmente vaya a querer ir de visita alguna vez. Igual que la familia del padre de tu monstruo, son tantos allí que parece un hotel... Me gusta más la paz y soledad de nuestra casa.

 

Abriendo los brazos para señalar la pulcritud y el orden de la cocina, sonrió al pensar que ni siquiera necesitaban preocuparse por parecer indecentes y desarregladas mientras desayunaban. ¿Qué importaba? Sólo estaban ellas dos y nadie las vería en esas pintas hasta que decidieran salir del castillo o, milagrosamente, una visita cayera de sorpresa.

 

– Aún no, así que me muero de hambre – dando un brinco para sentarse sobre la barra, cogió una de las omnipresentes manzanas del frutero que Haydie siempre mantenía para ellas y le dio un mordisco mientras pensaba en voz alta. – Imagino que tu... eh... casi "hijastra" no ha sido muy amable contigo. – Sonriendo traviesamente prosiguió – Dado lo poco amable que suelo ser con tus novios, puedo imaginar lo divinamente bien recibida que fuiste por el vástago de Black...