☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀ (MM B: 97133)

[Samy Lestrange]

Vaya, parecía que Hallowen ya estaba aquí. Al parecer, era el día en que todos los muertos salían de sus tumbas y, por alguna extraña razón, todos parecían caer justo a las puertas del castillo.

 

Sam tardó unos segundos en dejar de parpadear como tonta y cerró la boca que había quedado abierta frente a la aparición. El tiempo parecía haberse detenido en la cocina mientras los hermanos se abrazaban... ni siquiera Haydie había atinado a soltar el plato que estaba a punto de dejar sobre la mesa.

 

Inquieta sin saber muy bien qué decir o hacer en un momento como ese y sin querer interrumpirlos, la pelirroja volvió a su sitio lentamente, aún esperando despertar en su asiento del tren y confirmar que aquello sólo era un extraño sueño provocado por la horrible cena que había tomado.

 

- Se que es demasiado temprano para el alcohol, Haydie, pero creo que necesitaremos de eso ahora- le dijo a la espantada elfina mientras alejaba sus tostadas y comenzaba a jugar con una roja manzana del tazón, tratando de poner algo de normalidad en su voz después del susto.

 

- Haydie traerá el champagne ama - asintió con rapidez, agradecida de tener algo que hacer y poniendo manos a la obra con rapidez.

 

- Yo estaba pensando mas bien en whisky... - dijo en voz baja, pensando en que después de uno o tal vez dos le encontraría sentido a todo esto. - Pero el champagne servirá.

 

[Sol Lestrange Black]

Estaba soñando, claro era un sueño más, uno de esos en que todo era perfecto, y el estaba conmigo como antes…pero no, podía sentir sus brazos rodeándome, su aroma, escuchaba su corazón latiendo fuerte acelerado igual que el mío, tenía miedo de abrir los ojos y darme cuenta que no era real, pero escuché de nuevo su voz y volví a la cocina, era real, estaba aquí…

 

Me estremecí al sentir su aliento tibio en mi oído, suspiré y abrí los ojos lentamente mientras las lágrimas seguían saliendo descontroladas.

 

-Estas aquí…- dije mirándolo a los ojos, acaricié sus mejillas casi con devoción, como temiendo que en cualquier momento se desintegrara, no podía creer tanta felicidad, de la nada el mundo me devolvía todo lo que un día me había quitado.- Me hiciste tanta falta...

 

Me sonrió, y aquello era la mejor y más hermosa imagen que había visto en mi vida, volví a abrazarlo aun acostumbrándome a la idea de que era real. Respire profundamente intentando calmarme, necesitaba hacerlo si quería saber que había pasado, aunque no me importaba fuera lo que fuera que lo hubiera traído de regreso de donde quiera que estuviera era una bendición. Beso mi frente un gesto tan suyo que ya no tuve ninguna duda de que era él.

 

Gire la cabeza buscando a mi lucecita, aun entre los brazos de Fark, la mire algo turbada, seguramente estaba tan confundida como yo, sin poder creer que nuestra charla de hacía unos minutos se había materializado ante nuestros ojos.

 

-¿Ya ves que no era una locura?- pregunté a Sam que asintió vigorosamente con la cabeza.

 

-¿Y tu bruja mala no piensas abrazar a tu tío?- preguntó esta vez mi demonio, Sam asintió de nuevo, mientras observaba como Haydie volvía con una botella de Champaña ¿Desayunariamos con eso?.

[Farkas]

Farkas beso la frente de Sol solo ella lograba que su lado humano saliera a flote, tenían aquel lazo irrompible intacto, lejos habían quedado las culpas, de sus sentimientos, ya nada mas importaba, podía sentir que ella sentía lo mismo y después de todo lo vivido aquello era lo único que podía ser importante. Había extrañado aquel dulce sonido de su vos.

 

 

Hasta ese momento el demonio se percato de que no estaban solos, Samy estaba sentada en la mesa de la cocina, intentando pasar desapercibida, un gesto muy gentil de su parte, tomando en cuenta la situación, le sonrió recordando tantos momentos vividos justo en aquella misma cocina, y en tantas oportunidades.

 

 

-¿Y tu bruja mala no piensas abrazar a tu tío?- El demonio sonrió, aquella joven bruja era justo otra de sus personas favoritas - Hola Samy… tiempo sin verte… como estas?... también te extrañe… - dijo frunciendo un poco el ceño- Acaso estoy pintado? Y desde cuando tengo que pagar por un abrazo tuyo? He perdido mi toque...

 

 

Sol se aparto apenas un poco para dejar espacio a Sam, Farkas sintió una extraña sensación de perdida, pero intento respirar profundamente y concentrarse en su sobrina siempre se había llevado bien con Samy, debía recuperar cada uno de aquellos lazos familiares.

[Samy Lestrange]

La pelirroja se acercó a la pareja mientras Haydie corría hacia ellos con una botella y sus copas, la mirada de su madre la hizo reír pese a lo extraño de la situación.

 

- Supuse que querrías brindar por semejante acontecimiento... ¿Eso es lo que se hace por lo general, o no? Aunque, no conozco el protocolo a seguir cuando los muertos regresan de sus tumbas. ¿Hay uno? - preguntó inclinando la cabeza.

 

Acabando de acercarse al demonio y a su madre, ignoró sus palabras reprochonas y se detuvo y observó a su tío como si buscara algo en particular, aunque se veía y sonaba exactamente igual que siempre, como si nunca hubiera estado lejos de allí. Para estar segura, estiró el brazo y pellizcó a Farkas, y luego a su madre para estar doblemente asegurada. Se rió cuando ambos la miraron con expresiones molestas, como si ella fuera la demente allí.

 

- ¿Qué? Tenía que comprobarlo. Así comenzaba un libro que leí una vez, y por lo general las vainas robacuerpos se comen a las bellas niñas del lugar. Puede que los ame, pero definitivamente no quiero ser comida- les dijo antes de saltar sobre ambos y estrujarlos en un abrazo apretado, contenta de que estuvieran allí aunque no entendiera una sola de las cosas que sucedían en el castillo últimamente.

 

Y justo cuando intentaba actuar como una persona cuerda y casi normal... Debería aprender la lección y nunca volver a pretender ser normal otra vez. Al menos había quedado casi claro: Sol no estaba loca, o ambas habían enloquecido...

[Sol Lestrange Black]

Reí divertida por las ocurrencias de mi niña, realmente aquella escena era como estar en un sueño, como si hubiera retrocedido años atrás en los que éramos una familia unida y feliz, ahora volvíamos a serlo, estábamos juntos y todo el dolor anterior parecía esfumarse como una voluta de humo.

 

 

Tras un corto abrazo, recordé que no habíamos desayunado, tomar en aquellas condiciones no era adecuado… pero qué demonios estábamos de fiesta. Volví a abrazar a Farkas y mese su mejilla tras un suave suspiro, temía que si dejaba de tocarlo o mirarlo desaparecería.

 

 

-Definitivamente no es un zombi…- admití cuando mis labios tocaron la tibia piel de su mejilla- Bienvenido a casa amor mío…me hiciste tanta falta- dije ya mas tranquila. Farkas me miro sonriendo y aparto con su dedo índice las ultimas lagrimas que habían rodado por mis mejillas.

 

 

- No llores más, tenemos que celebrar…- dijo acercándose a la mesa y descorchando la botella, el corcho salió volando rebotando en una de las paredes haciéndonos reír. La espuma se derramo sobre la mesa, y de inmediato sirvió tres copas, dándonos una a cada una.

 

 

-Por tu vuelta…- dije alzando mi copa- Porque esta vez sea para siempre…

[Maida Black Yaxley]

Maida no era para nada una bruja de las que disfrutaran de hacer vida social y esas cosas. De hecho, si estaba caminando ahora mismo por los jardines del Castillo Lestrange, era porque lo había prometido a una de sus compañeras de trabajo, nada más. Sin embargo, mientras más se acercaba al portal, más se daba cuenta que ni siquiera tenía un motivo real para estar ahí. Caminaba descalza, con un hechizo que impermeabilizaba su piel pero la dejaba disfrutar de las sensaciones de los bordes irreales que tocaba con las plantas. Hace mucho que no se dejaba ver por el pueblo, su vida iba del Ministerio a la Manor y viceversa. Con algunos días en el Castillo Black, cuando la ausencia de Nath lograba ponerla triste.

 

— ¿Se encontrará realmente en casa? —masculló de pronto, cuando recordó que ni siquiera le había avisado.

[Sol Lestrange Black]

Caminaba por los terrenos del castillo, de forma distraída, sumida en mis pensamientos, aquellos días habían estado llenos de emociones y más aun de sorpresas, mi vida había dado un giro de 180 grados y todo parecía brillar con nueva luz. Todo era calma y alegría, en aquella nueva etapa, tras mi ausencia.

 

 

Jamás me había sentido tan llena de vida, lo tenía todo, un nuevo empleo que me encantaba, un negocio que adoraba y disfrutaba sobre manera, una familia perfecta con el regreso de mis niños, mis hijos eran felices, había vuelto a ver a Fark, aunque fuera por poco tiempo, había cosas que no cambiarían nunca. Y lo más imprevisto, lo había conocido a él…Ethan.

 

 

Si hace unos días alguien me hubiera dicho que iba a conocer a alguien que me cambiaría la percepción del amor y la pareja quizás me hubiera reído o tal vez simplemente hubiera ignorado el comentario. Pero ahora aquello era lo más real que me había pasado, mi estereotipo de estar enamorada se había transformado, había llegado arrasando como un terremoto, tirando muros y pedestales para implantarse silente en medio de mi alma. Un suspiro escapo de mis labios, se había convertido en mi pensamiento impuro favorito.

 

 

Estaba completamente agradecida, me sentía querida, valorada, simplemente era un hombre que sabía perfectamente la manera de hacer feliz a una mujer, acompañándola sin invadirla. Aquello era algo de lo que más me gustaba en él, la forma en que siempre tenía las palabras correctas para demostrarte de una y mil maneras que era lo más importante. No tenía miedo, no se intimidaba y sabía perfectamente que lucharía por mi fuera, cual fuera el obstáculo, me lo había demostrado ya.

 

 

Habíamos pasado por tantas cosas en este tiempo juntos, que apenas podía creerlo, quizás por ello nuestro lazo estaba fortalecido, y parecía que lo conociera de toda la vida, sus gustos, sus reacciones, sus gestos, me eran ya tan legibles que a veces sentía miedo de tanta apacible perfección…como si siempre hubiera sido él y ahora simplemente hubiera llegado a mi vida.

 

 

Me detuve a unos metros de la entrada en aquel gran roble donde aún seguía el columpio donde jugaba de niña, y donde tantas otras historias se habían escrito, levanté la vista hacia el balcón de mi habitación, no pude contener aquella sonrisa traviesa, mientras me sentaba y comenzaba a mecerme suavemente dejándome llevar por mi propio impulso.

 

 

De pronto por entre los arboles una enorme figura se materializo haciéndome parar de golpe, enfoqué la vista y lo que vi me paralizó, lo que parecía un lobo se acercaba despacio, con paso decidido en mi dirección. Su pose no parecía agresiva, pero conforme avanzaba su tamaño no era normal, su pelo negro brillaba bajo los tenues rayos del sol de invierno contrastando con la blanca capa de nieve que cubría el suelo.

 

 

Mi razón me decía que corriera, que aquello no era normal, pero algo dentro de mí me mantenía inmóvil, esperando su llegada, como si fuera alguien conocido que inspiraba confianza. Cuando estuvo a unos cuantos metros pude ver sus ojos, eran de un lila imposible, que solo recordaba haber visto en alguien más. Sacudí la cabeza intentando alejar aquel pensamiento, mientras el lobo se detenía apenas a un metro de mí, bajo el cabeza sumiso, con un suave gemido.

 

 

Estiré la mano para tocarlo, olvidándome de toda prudencia y cautela que cualquier persona sensata hubiera tenido en aquel momento, su pelaje era suave, tibio; el lobo cerro los ojos complacido con mi caricia, sonreí y di un paso vacilante para estar más cerca, me provocaba una rara sensación de paz, como si lejos de lastimarme intentara protegerme.

 

 

--Hola bonito…-- dije en un susurro intentando no asustarlo, aunque el también parecía cómodo en mi presencia, levanto la cabeza y sus ojos se clavaron en mi como si quisieran decirme algo que no alcanzaba a descifrar -- ¿Estás perdido?¿De dónde saliste?—continúe hablándole aun sabiendo que para mí mala fortuna no tendría respuestas. – Eres muy lindo…tendré que ponerte un nombre, si es que piensas quedarte en mi jardín…-- continúe con mi discurso—Malik… así te llamaras… ¿Te gusta?—pregunté y como si me entendiera acarició mi costado con su hocico suavemente. Lo abracé, enternecida, pese a que era un animal enorme pase mi brazo por su cuello y recargue mi cabeza en él – Ahora eres parte de la familia….debemos buscarte un lugar….

 

 

Un rato después volví al castillo, aun en la compañía de mi nuevo guardián, el cual parecía también gozar de mi compañía y de mis caricias ya que las buscaba cada tanto haciéndome sonreír, pese a su enormidad y apariencia peligrosa, resultaba ser protector y cariñoso. Cerca de la escalinata de entrada se dibujaba una figura femenina que de espaldas no reconocí, por lo que me acerqué a ella intentando no asustarla y más aún por mi acompañante.

 

 

--Hola…- saludé llamando su atención, la bruja giro y se quedó impávida al verme con el lobo a un costado. Finalmente la reconocí. –Mai, tranquila no te hará daño, es mi nueva mascota…- indique señalando a mi derecha donde el lobo se había sentado cómodamente y me miraba hablar – ¿Que gusto verte, quieres pasar a tomar algo? –Le pregunté al ver que seguía mirando con recelo a mi pequeño custodio.

 

 

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Editado 11 de Diciembre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Rory Despard]

En mi mano derecha, sostenía la invitación que había llegado por la mañana, durante la hora de desayuno. A la sorpresa de ver a una lechuza desconocida llegando hasta el Castillo Evans McGonagall, se había sumado la de que la remitente fuera Sol Lestrange. Apenas eran unas pocas líneas invitándome a una cena en su hogar, lo significativo era el gesto de hacerlo, cuando días atrás habíamos tenido un encuentro de resultados más bien agrios.

 

¿Sería el preludio para una reconciliación?

 

No tenía motivos para negarme, así que, habiendo terminado mi jornada en el Ministerio de Magia, montada en la alfombra voladora, me encaminé a la residencia, desconocida hasta entonces. Ottery de noche y desde el cielo era un espectáculo sobrecogedor a la vista. Dividida entre la confusión y la ansiedad, no sabía que esperar de esa cena ¿estaríamos solo las dos o habría más familiares? ¿qué más podía decirme Sol que no me hubiera dicho ya ese día?

 

Mucho de sus palabras todavía retumbaban en mi cabeza. Desde la concepción de amor romántico que había defendido apasionadamente, hasta el cuestionamiento a qué tuviera algo para decir en una relación que no me competía, por muy madrina que pudiera ser de Ethan. Todo mi proceder había estado únicamente guiado por el deseo de que él estuviera bien, pero tras las palabras y actitud de Sol me preguntaba si en nombre del cariño a Ethan no había sido abiertamente desconsiderada con ella.

 

En todo caso teníamos ahora una segunda oportunidad.

 

Cuando la alfombra comenzó a descender, cerca del ingreso del castillo, reconocí la figura de Sol, y a su lado una criatura que pronto reconocí que era un lobo, de aspecto algo salvaje. Pero la persona a la que en esos momentos Sol invitaba a pasar era la última que había podido imaginar: Maida Yaxley.

 

- Buenas noches- saludé justo después de descender y mientras enrollaba la alfombra para con un hechizo reductor hacer que cupiese en el morral que llevaba cruzado sobre el abrigo gris- espero haber llegado a tiempo para la invitación Sol- dirigí a Sol una sonrisa, la mejor que pude sacar y luego observé a Maida- empiezo a creer que te encuentro en los sitios más insospechados, Yaxley.

 

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[Sol Lestrange Black]

Estaba distraída con Maida cuando una nueva voz llamo mi atención, la reconocí de inmediato y gire para encontrarme con una tímida sonrisa que le devolví inmediatamente, nuestro anterior encuentro no había terminado en las mejores circunstancia, por ello y tras mucho pensarlo decidí dar un paso en un nuevo intento por acercarnos, finalmente las dos estábamos del mismo lado y con una única intención, ver y hacer feliz a Ethan, aquello no nos hacia enemigas, por el contrario luchábamos por la misma causa.

 

--Buenas noches...bienvenida al Castillo Lestrange...-- dije formalmente mientras seguía acariciando a mi nueva mascota que miraba al par de invitadas con curiosidad.-- El es Malik...-- indique al par de brujas que seguían mirándolo con algo de aprensión, a decir verdad era un animal imponente e intimidarte.--Pasemos por favor si no queremos congelarnos...-- indiqué cediéndoles el paso.

 

Maida finalmente se excuso debía partir, gesto que le agradecí, en aquel momento tenia cosas que arreglar con mi invitada y lo mejor era hacerlo a solas y en la intimidad del castillo. Dirigí a Bel hasta la biblioteca, adoraba aquel lugar y después de la cocina me parecía el lugar perfecto para una charlas mas informal e intima. La invite a sentarse en uno de los sillones frente a la chimenea que con un toque de varita encendí, dándole mayor confort al lugar. Mientras Malik se recostaba en uno de los extremos en un gesto protector, no queriendo apartarse de mi.

 

--Te parecerá extraña mi invitación... -- indiqué mientras me sentaba a su lado algo intimidada, Bel asintió tímidamente--Primero quisiera disculparme por mi actitud del otro día Bel, se que no fui la mujer mas accesible y comprendo perfectamente tus dudas al respecto de lo que siento por Ethan, no debí ponerme a la defensiva...

 

La aparición de Haydie interrumpió mis disculpas, venia cargando una charola con una tetera y un par de tazas de porcelana, una azucarera y unas cucharillas de plata.

 

--Akra, el te...-- indicó sumisamente haciéndome sonreír.

 

--Bel, ella es Haydie mi elfina y casi mi madre... --informé haciendo que Haydie bajara la mirada apenada peor con un sonrisa complacida.

 

--Haydie esta complacida en conocerle...-- saludó de manera formal dejando la charola sobre la mesa.

 

--Puedes retirarte querida...yo serviré el té- indique acariciando sus largas orejas con cariño, antes de que saliera por la puerta-- Lo siento Bel ...-- repetí-- espero que ambas nos demos la oportunidad de conocernos empezando de cero, se que eres muy importante para Ethan y creo que mi primer demostración de mi amor por el, es justo esta, ofrecerte una disculpa...y ofreciéndote mi amistad...

 

 

@Bel Evans McGonagall

[Rory Despard]

No podía dejar de observar al lobo que acompañaba a Sol. Era una criatura espléndida, y dependiendo de como fuese la velada, quizá habría chance de saber en qué circunstancias había terminado junto a la matriarca Lestrange. Luego de la invitación a pasar, avancé, creyendo que Maida me seguiría, pero la muchacha tras una escueta despedida se retiró.

 

Otra vez éramos únicamente Sol y yo.

 

Las paredes y cada detalle en esa residencia eran fiel reflejo de las propias cualidades de Sol. Los cuadros que adornaban las paredes eran delicados, de apariencia frágil y sospechaba que debían costar una fortuna cada uno. La biblioteca, nuestro destino final, era fastuosa, y la chimenea en el centro de la misma, junto a la que tomamos asiento, emanaba un calor acogedor.

 

Me recordaba un poco a la biblioteca del Castillo Evans McGonagall. Incluso en su mención de la relación estrecha que llevaba con su elfina, y la actitud maternal y servicial de ella me recordaban a mi querida P-ko. Asentí a sus palabras, y luego, cuando terminó de hablar, me decidí a hacer lo mismo ,dejando la taza de té a un lado.

 

- Creo que ese día un malentendido se sobrepuso al otro. No fue solo culpa tuya Sol- el encuentro de ese día no había dejado de dar vueltas en mi cabeza y en cierto modo era bueno tenerla ahora al frente para despejar todo lo que había quedado pendiente o confuso- A veces las buenas intenciones, si no son correctamente comunicadas, causen más mal que bien.

 

En mi caso, no era la primera vez que había dado por sentado cosas, sin explicar a la otra persona lo suficiente como para hacerme entender. Ella merecía esa oportunidad de mí, y yo debía ese esfuerzo a Ethan, después de todas las consideraciones que había tenido conmigo.

 

- Llevarme bien contigo sería estupendo. Era lo que vez pasada intenté... aunque quizá no elegí las mejores palabras para hacerlo notar. ¿No te ha pasado antes eso? ¿Sentir tal presión que lejos de que las cosas salgan como las planifiquen se vaya todo a pique?

 

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