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.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)


Mentita
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La sonrisa de la bruja creció cuando los labios del Zabini envolvieron su dedo suavemente, para retirar el polvo con su lengua y dejar libre su dedo. Colocó ambas manos en sus rodillas, observando expectante la expresión del rubio y supo poco a poco lo que sucedería. Relamió su labio nuevamente, mientras lo observó e inclinó a un lado su cabeza - ¿Te estoy poniendo nervioso, Blaise? - preguntó la mujer ante las palabras del Zabini que cubría sus partes contentas.

 

La bruja se inclinó hacia el rostro del mago, observando sus ojos - Blaise, no te irás a ningún lado hasta que yo lo diga - demandó, casi rozando sus labios con los de él. Se alejó otro poco y tomó lo que en su vaso quedaba. La Triviani guiñó al hombre y se alejó - Debes controlar eso, muchos de mis negociantes tienden a llevar a mis guardaespaldas a clubes masculinos - habló, para acariciar del rubio cabello del muchacho - Como mi pupilo, irás bajo la supervisión de Constantino, mi mano derecha, allá deberás controlar tus sentidos para cerrar los tratos - agregó, bajando sus caricias por su sien hasta su mejilla.

 

Zoella se levantó y caminó a pasos lentos al minibar, extrayendo la botella de cristal con el alcohol destilado. Se sentó nuevamente a un lado del Zabini y sirvió más de aquel trago al mago, que en silencio la observaba - ¿Quieres probar otra cosa ya o esperamos terminen los efectos? - Habló la bruja con naturalidad, sintiendo la euforia en su cuerpo pero logrando controlarla como siempre - Puedo pedir algo de comer, si así lo deseas - avisó, dejando la botella en el piso para arrodillarse nuevamente sobre la cama, pero esta vez más adentro, invitando con la mirada al mago a acercarse - No muerdo, a menos que quieras - jugó, con cierta picardía.

 

 

@@Blaise Zabini disculpa la doble mención xD

Editado por Zoella Triviani

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Se habia dado cuenta??. Era sumamente vergonzoso estar en esta situacion. Primero enfocar la mirada en sus pechos, ahora esto. Mejor pensar en otra cosa, los alpes italianos, esquiar. Sentia la euforia del producto en mi cuerpo aun, y era probable que no cediera hasta pasado algun tiempo. Por lo pronto mejor poner una bien trabajada poker face. Pero ahora se me pedia un reto mas grande, supongo que mentirle a una expreimentada traficante, familiarizada con ese arte seria una gran exigencia para mis habilidades.

 

-No, no pasa nada- menti con alevosia, ya que sostenia con fuerza el almohadon.

 

Y ya pensaba en casi escapar al primer chance que tuviera cuando al parecer prevenida por los efectos en mi cuerpo aumento mi verguenza de la situacion. Por suerte no agrego algo de alarma e incomodidad a la situacion para empeorarla, es mas, la trato con bastante naturalidad lo que me relajo un poco aunque el hecho de que se me acercara demasiado al iniciar la explicacion no ayudaba para nada. Era evidentemente que tenia todo el sentido del mundo, ese tipo de antros era adecuado para esa clase de negocios y mas si daba efectos como los que me habia dado a mi. Medite por un momento y asenti.

 

-Entiendo, disculpa mi reaccion, supongo sigo siendo inexperto para saber reaccionar ante la cercania de una chica. -respire profundo- aprendere a contenerme.

 

Con eso dejaba finalizado ese vergonzoso asunto. Y ahora que hablaba de comida.

 

-Algo de comer estaria bien -despues de ese ultimo trago necesitaba algo para eliminar los residuos de alcohol de mi cuerpo. Y ya me acomodaba cuando dijo esas ultimas palabras. Supongo que tendria acostumbrarme a esto- ya se que no muerdes -obvie las connotaciones de la continuacion de la frase -aunque por si acaso no creo que mi sangre sepa bien, segun mi padre es especial. Pero no de una buena manera.

 

@@Zoella Triviani

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La Triviani escuchó en silencio al Zabini y en cuanto contestó a su pregunta la mujer chasqueó sus dedos, llamando a Malario quien apareció a un costado de la cama - Trae comida - ordenó la mujer al elfo, que asintió - Inmediatamente, cabeza de huevo - soltó, riendo mientras desaparecía.

 

La Triviani revoleó los ojos, y fijó nuevamente su vista en el ojiverde. La mujer observó en silencio la expresión aún sonrojada del mago, quien intentaba desviar su atención de la bruja que a ratos lo seducía - Acércate, yo puedo enseñarte a reaccionar a la cercanía de una mujer - comentó, coqueta, estirando sus piernas para acostarse y mirar a Blaise desde donde estaba - Ven, acuéstate mientras te traen la comida - invitó, estirando su mano al mago.

 

La Triviani aun sentía la curiosidad sobre el comentario de la sangre y relamiendo sus labios interrogó - ¿Especial como? Si me dejas, puedo corroborar lo del sabor - sonrió, levantando una ceja ante el rubio. La Triviani intentó ignorar las alertas de su mente, que amenazaba con lanzarse sobre el cuerpo del Zabini y quien sabe que haría la mujer bajo los efectos de aquella droga combinados con lo que el saber humano del mago ocasiona en la bruja.

 

Tarareó un poco, suavemente, mientras se acostaba de lado para observar a Blaise - Blaise - habló luego de un rato, pensando en sus próximas palabras - ¿que dijo tu padre de mi? - interrogó, sintiendo por primera vez en el día a la timidez adueñarse de su cuerpo. Hacía mucho no pensaba en Ludovico, y desde la llegada de su hijo, las memorias y los recuerdos habían protagonizado todos sus pensamientos.

 

@@Blaise Zabini

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Al menos la comida estaba servida, o eso queria creer despues de la orden que dio Zoella al elfo. Ya al menos podia concentrarme en masticar lo que trajera al elfo. De seguro manjares suculentos, la experiencia con estos seres en mi mansion denotaba que eran muy buenos en el arte de la cocina. Y preparandome para el festin fueque me llego tu sugerente propuesta que me saco de paso, haciendo que las sensacion se agolparan en mi rostro. -No dudo que puedas enseñarme, eres hermosa y hasta podia decir irresistible cuando coqueteas de ese modo -y me referia cuando inclinada sobre la cama dejabas una buen espectaculo para una mirada deseosa. Aun asi no accedi a acompañarte. -Pero prefiero aprender esa leccion bajo mis terminos, este, si me entrego a mis deseo ya no podria verte mas como tutora.

 

Si, era complicado mezclar negocios con placer. Y aunque tomaba en serio mis responsabilidades suponia que mi padre habia tomado bien en cuenta este riesgo. Lo odiaba un tanto por ni tan solo darme una pista de lo que venia. Por suerte la conversacion derivo en mi sangre. Otro de los misterios que estaban ciepre ahi latentes pero nadie me explicaba.

 

-No se, mi padre nunca me lo ha explicado...supongo que podrias probar pero a tu cuenta y riesgo. -conclui- pero tendrias el control para detenerte?? -

Sabias palabras. Y de donde salia este yo conciente. Supongo que habia salido mucho mejor tipo de lo que creia mi padre. y hablando de este -No me dijo nada, lo que me molesta un poco ya que no he dejado de ponerme colorado a tu lado. Solo me envio a ti.

 

@@Zoella Triviani

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Había pasado mas de un año desde la ultima vez que Rhaella Triviani había entrado en contacto con tierras inglesas, y más tiempo aun había trascurrido desde su última visita al pueblo conocido por la comunidad mágica como Ottery St. Cathpole. Los hermosos castillos y mansiones que se alzaban a su alrededor eran casi desconocidos ante su mirada detallista, y sin embargo, apenas llego a estar parada junto a la elegante fuente que recibía a los magos lo suficientemente valientes como para visitar el castillo de la familia Triviani, la ahogo un extraño sentimiento de reconocimiento y nostalgia.

 

Quizás aquello era suicidio.

 

Pero, no era como si tuviera otra opción. En su ausencia había disfrutado de los paisajes alemanes, la tierra de su padre y por lo tanto la suya tambien, pero después de que su ultimo negocio hubiera salido mal quedarse allí simplemente ya no era una opción. Por otro lado estaba Italia, la tierra de su madre y de su familia, pero hacía mucho que la rubia no se metía en los negocios familiares de esa forma. Y era por eso que estaba de vuelta, quería volver a sentirse como una Triviani.

 

― ¿Se… Señorita Rhaella? ―. Un elfo con voz diminuta y semblante temeroso había abierto la puerta al darse cuenta de que alguien se encontraba junto a la fuente, parecía confundido de encontrarse frente a un miembro desaparecido de la familia.

 

La demonio lo ignoro y sin siquiera dirigirle una mirada entro al castillo como lo había hecho un millón de veces cuando ese aun era su hogar, las ostentosas decoraciones la recibieron y aquel sentimiento de nostalgia se expandió dentro de ella casi placenteramente. Una pequeña sonrisa adornaba su rostro cuando por fin se dirigió hacia el tímido elfo que aun aguardaba a su lado, probablemente a espera de una orden.

 

―Chuck, he tenido un viaje largo y lo único que necesito de ti es un vaso lleno de bourbon ―. dijo, para luego añadir―: ¡No! Que sea la botella entera

 

La bruja se encargo de pasar sus delgados dedos por la decoración del castillo mientras caminaba por el amplio espacio y esperaba su bebida, escuchando con atención en busca de voces o pasos que le hicieran saber que no se encontraba sola, pero el castillo era grande. Después de algunos segundos se encontró escuchando la charla de dos elfos domésticos; “Esto es para la señorita Zoella y su acompañante. Deprisa.” replicaba uno en tono apurado, mientras otro se encaminaba hacia las escaleras con una bandeja de comida.

 

―Detente ―. Soltó, tomando la bandeja de las pequeñas manos de Chuck― Yo tomare eso. ¿Por qué pones esa cara, Chuck? De seguro ni siquiera se da cuenta

 

Se iba a dar cuenta, aquello era obvio, pero ese era el plan.

 

@@Candela Triviani Este es tu recordatorio de que rolees <3 (? @@Zoella Triviani @Todes

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Dick Grayson

 

A buena hora se le ocurría a su padre separarse para cubrir mas terreno... suponía que habría ido a algún otro lado donde para estas alturas estaría teniendo relaciones con una señorita o golpeando a alguien que le dijo cobarde... cosa que suspirando por un momento comenzo a caminar por ese camino medio fangoso, al parecer acababa de llover ya que el cielo se encontraba nublado... oh tal vez siempre era asi?...

 

--Son solo cosas materiales Dick... son solo cosas materiales...--

 

Decía el mago para si mismo mientras veía sus zapatitos llenos de lodo mientras se acercaba cada vez mas y mas hacia la puerta del castillo, a medida que se comenzaba a acercar el mago comenzó a sentir un fuerte pesar sobre sus hombros, todos los puntos de su cuerpo comenzaban a tensarse y de pronto escucho algunos gritos provenientes del castillo.

 

--Okay... solo dejas la invitación y te vas Dick.--

 

Decia el mago sonriendo nerviosamente mientras tocaba la puerta 4 veces bastante fuertes , cosa que tosiendo un poco para aclarar la voz sencillamente dijo en voz alta...

 

--HOLAA!!! SOY DICK GRAYSON, Y TRAIGO CONMIGO UNA INVITACIÓN QUE DARLE A LA FAMILIA!!--

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La Triviani percibió un aroma que pensó jamás volvería a sentir. Su hermana estaba cruzando la entrada del castillo y a la bruja le entraron ganas de ir para ahorcarla. Se sentía algo enojada, la había dejado en el limbo dentro de los negocios y pretendía regresar como si nada. Ignoró aquello y se concentró en escuchar a Blaise, que comentaba sobre su deseo de hacer de las cosas sólo y además, hablar un poco de su sangre y de su padre.

 

- Te sorprendería saber que tengo más autocontrol del que crees - susurró, lanzando un guiño. La Triviani se incorporó y soltó un suave suspiro. El Zabini era, es y será siempre una gran incertidumbre para Zoella, que poco descubrió sobre los pensares del mago, que únicamente le confería respuestas de negocios o sobre sus encuentros secretos en el burdel del que ella es dueña en Italia.

 

Sintió la presencia de Rhaella subir por las escaleras, y apretó un poco la mandíbula - ¿Probamos otra cosa? - preguntó al Zabini, ondeando dentro del límite al que el hombre se atrevía a llegar, aguardando con calma a la llegada de la rubia. Gateó hasta los polvos que estaban en la orilla del colchón y regresó a donde estaba acostada segundos antes. Tomó un paquete de polvos azul eléctrico y vertió otro poco en la yema de su dedo - Abre - ordenó, acercando el dedo a los labios del rubio.

 

Sintió los pasos cerca, e insistió en el Zabini, de que probara lo que ella le tendía.

 

 

@@Rhaella Triviani @@Blaise Zabini

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Guarde silencio esperando que Zoella continuase la conversacion, confiaba que por otro camino que no me dejase cual tomate. eso si no me paso desapercibido cierto rictus en el ceño de la vampirus que podria interpretarse como incomodidad. Aun asi bromeo (o eso quiero creer) sobre la accion de probarme mientras me guiñaba el ojo. Autocontrol?. Seria cierto?. Tregue en seco, ahora mismo no sabia porque pero me sentia como la presa ante el predador. Hipnotizado por esa energia que emanaba. No era una posicion comoda pero el hecho es que de alguna forma no podia o queria moverme. Acaso esto tambien formaba parte de esta educacion personalizada preparada por mi padre??? Mejor no darl vueltas a eso, ahora mismo Zoella lanzaba una proposicion.

 

-Este yo...-ya comenzaba a intentar negarme cuando la Triviani se movio cerca de mi para ir y buscar un poco de polvo azul. Y ya con el dedo frente a mi y pidiendo que abriera la boca no es que pudiera poner una escusa.

 

Cruce los dedos a mis espaldas para que la sustancia no tuviera efectos similares a los del producta anterior, que aun resguardaba mis partes con una almohadon. Pero eso era mejor que negarme, ahora comenzaba a creer en este castillo estaria rodeado de personas peligrosas.

 

@@Zoella Triviani

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Chuck Elfo Domestico de la Familia Triviani

Las pequeñas manos del elfo domestico habían comenzado a temblar tan violentamente desde que la rubia le había quitado la tabla rebosante de comida fresca que tuvo que apoyarlas en el frio muro detrás de su espalda para disimular. Hacia tanto tiempo que Rhaella Triviani no se presentaba en el castillo que era difícil saber como reaccionaria hacia tal muestra de debilidad, pero si de algo estaba seguro era de si cualquier otro miembro de la familia lo encontrara en aquel estado, no seria agradable.

 

Además de él, otros tres elfos se encontraban en la sala con la vista fija en la recién llegada, mientras los demás se encontraban preparando otra bandeja de comida para Zoella y su visitante y haciendo demás quehaceres en el castillo. Si se apuraban, quizás la vampira y el chico ni siquiera se darían cuenta de que la comida que habían ordenado hace algún rato no había llegado.

 

El grito proveniente de las puertas del castillo Triviani hizo que todos los elfos ahí reunidos dieran un pequeño salto; una visita tan prontamente después de la llegada de Rhaella era inesperado. Chuck se separo de la pared sin mas y fue a atender a el hombre que esperaba en la puerta.

 

—Me temo que ningún miembro de la familia lo puede atender en este momento —. La voz del elfo era tímida mientras le regalaba una rígida sonrisa al recién llegado— Puede dejar la invitación conmigo y yo le hare saber a los residentes.

 

♥♣♦♠

Rhaella Triviani

La demonio comenzaba a aburrirse.

 

Antes de su llegada al castillo había imaginado su regreso de bastantes maneras: la mayoría de ellas eran agradables mientras que otras un poco mas realistas. Sabia que Zoella estaba en el castillo por los elfos y la bandeja de comida que llevaban hacia su habitación, también sospechaba que estaba acompañada por el nerviosismo aparente de los elfos domésticos que se encontraban en la sala con ella y la cantidad de comida en la bandeja, y por último, también era consiente de que su hermana pudo captar su aroma desde el primer momento en el que entro al castillo.

 

Entonces, la respuesta era obvia; su hermana estaba enojada. «La dejaste a ella y a todos tus hermanos sin siquiera despedirte y quieres que te reciban con los brazos abiertos ¿Quién te crees que eres?» pensó mientras tomaba un largo trago de la botella de bourbon que acababa de recibir «Soy una Triviani, maldita sea.»

 

No podrías ignorarme si lo intentaras, Zoella —. Pronuncio aquellas palabras como si su hermana estuviera en la misma habitación que ella y no a un piso entero de distancia.

 

Sin más, puso la bandeja a un lado y se encamino hacia la cocina con la botella de alcohol ahora medio vacía en una mano. Sus elfos acompañantes la siguieron con nerviosismo, como si esperaran que en cualquier momento se volteara y les cortara alguna extremidad. Al llegar a la cocina se encontró con otro grupo de elfos y una bandeja llena de una gran variedad de carnes y quesos lista para ser entregada, la cual tomo nuevamente en sus manos después de regalarle un guiño a los elfos.

 

Sabia que su hermana podía escuchar el sonido de sus botas de tacón acercándose con lentitud a la puerta de su habitación, por lo que camino aun mas lentamente de lo que era necesario para mantenerla en el suspenso por al menos algunos segundos. Al llegar a su destino, balanceo la bandeja en una mano mientras que con la que aun sostenía su botella de bourbon abría la puerta de la habitación de su hermana de par en par.

 

Tengo una entrega especial para Zoella Triviani —. Dijo — Disculpen la tardanza, los viajes y el sentimentalismo me dan mucha hambre.

 

Ver a su hermana de nuevo después de tanto tiempo fue un poco desestabilizante, tanto que ni siquiera le presto mucha atención a lo que Zoella y su acompañante, a quien no reconocía se encontraban haciendo. Si había algo de lo que se había arrepentido en el avión de camino a Alemania cuando había abandonado tierras inglesas era no despedirse de sus hermanos. Los extrañaba. Mucho. Y aunque sabia que lo más probable era que Zoella estuviera enojada, no pudo evitar sonreír.

 

@@Zoella Triviani @ @@Blaise Zabini

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Quizás sea bueno recordar momentos que nos traen felicidad. estiro su brazo mientras se acercaba para entregarle un vaso.

 

Suspiró y sacudió la cabeza al mirarla volver sobre sus pasos para tomar el vaso, una mujer semblante. Una sonrisa comenzó a asomarse sobre sus labios, aunque él intentó disimularla, pues, quería mantener su mal genio con su madrina. Sin embargo, no pudo ocultar su sorpresa cuando la aparente escena melancólica dio una confesión. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había estado ahí? Un par de semanas, meses quizá y en realidad no estaba seguro de querer volver... O, por lo menos, eso pensaba él.

 

¡Maldición! ¿Algún día dejaría de tener tantos líos mentales? No, nunca lo haría así que lo mejor era que dejara de darles vuelta y que siguiera adelante una vez más. Sin dudarlo más comenzó a beber su trago, sólo se detuvo parar responder la pregunta de su madrina. O más que nada para añadir un par de palabras a lo que ella había comentado con antaño. Si, su padre era una de las personas que se hacían querer, pero también odiar... Los sentimientos que el gitano tenia por su familia, eran extraños, últimamente su personalidad había dado un drástico giro y se encontraba en un periodo... Solitario y... Extraño. Parecía una especie de metamorfosis, a veces sentía no tener emociones y ser un ente atrapado en un saco de carne, todo eso había comenzado desde la desaparición de su esposo; ahora Matthew solo se dedicaba a los negocios familiares.

 

Dio un paso atrás y deslizó ambas manos dentro de los bolsillos de sus pantalones. ¿Quien demonios era esa mujer? ¿Maida? en una versión más antigua, por supuesto. No, estaba seguro de que no era ella, pero actualmente con el hallazgo de su pasado y su familia, podría ser que la bruja formara parte y sea descendiente de un linaje aparentemente perdido.

 

No pudo evitar una sonrisa, los extrañaba. Si, pero también era una persona que no le gustaba convivir demasiado en familia.

 

Según los libros, claro, Candela tiene todo registrado en libros... soltó ladeando su cabeza Generalmente así tiene control de su fortuna y luego ella puede apropiársela. añadió como curiosidad Es nuestra trastarabuela. respondió finalmente a su pregunta. Te pareces a ella, en eso tienes razón. se giró y la analizo.

 

Elevo su vaso y mojo sus labios con Whisky.

Mi padre es un idi***. volvió su mirada al cuadro. Y muchas veces puede comportarse como un patán, pero es un buen hombre.
Ademas, tú lo quieres, y a veces creo que más que a ti misma. añadió.
¿Alguna vez ella haría visible su amor por él? ¿Era amor? ¿Estima? una bruja delicada y sensible, escondida detrás de una familia de psicópatas.
@
Editado por Matthew Triviani

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