.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)

[Edmund Browsler]

Un patronus había aparecido en su oficina del Cuartel General de la Orden del fénix. Era de Kris Gryffindor, y le decía que iban a capturar a uno de los objetivos que habían sido descubiertos ese mes. Ellos tenían una lista con nombres, así que sólo era cuestión de tiempo para capturarlos a todos y encerrarlos en la Torre Abbadon.

 

El objetivo de aquella tarde era el Castillo Triviani, uno de los más antiguos en Ottery St. Catchpole.

 

Ya era la segunda vez que los Triviani se veían inmiscuidos en situaciones de aquel tipo, ya eran varios los nexos que los unían a los mortífagos. Seguramente muchos familiares lo eran, o tenían conocidos en ese bando. Edmund apareció en los límites del Castillo y se apresuró a entrar por la puerta principal. Unos ruidos extraños provenían desde el interior del Castillo, seguro tenían rehenes allí.

 

El líder de la Orden del fénix vestía una túnica larga de color negro y su rostro continuaba cubierto por aquella luz mágica brillante. Se dirigió hacia la habitación que le habían indicado y se encontró con sus compañeros

[Jank Dayne]

No era algo común que a esas alturas no estuviera una guerra ya armada dentro del castillo, aunque eso por su parte estaba bueno, por ahora. Por tal motivo, el rubio no debía de retardarse. Rápidamente, y con movimientos útiles en su muñeca, apuntó con su varita de cerezo hacia una estantería del castillo, a un lado de su posición.

 

—Morphos—susurró. En ese momento, la silla tomó forma de un leopardo macho, preparado para interceptar todo ataque dirigido a su creador.

 

—Avis—dijo, y de su varita surgían 12 aves, las cuales se alinearon en vuelo alrededor de su cuerpo, listas para protegerle de cualquier rayo en su contra.

[Aimé.]

La respuesta de aquel mago tardaba demasiado, quizás por la sorpresa de encontrarse a 2 fenixianos en su habitación. Sin embargo la falta de educación del mortifago al no saludar si quiera la tenía sin cuidado, era bien sabido que no todos tenían aquellos modales que la distinguían a ella cuando uno de sus rivales iba tras ella. Alzo su varita pero no para atacar si no para crear algo que la defendiera por si aquel ser se atrevía a hacer un llamado.

 

-Corpus patronus.- de su varita comenzó a salir un hiulillo plateado que tenía la intención de crear un león, el tamaño de aquel animal era realmente considerable y al no ser demasiado alta la Westrong la cubría.

 

-Morphos.- recitó hasta un armario de madera pura que estaba al final de la habitación, rapidamente paso de su forma original a la de un lobo. El anoimal corrió hasta donde la Westrong para cubrirle la espalda.

[Kris Gryffindor]

— Incáercerus

 

Musitó el Gryffindor y esta vez tres gruesas cuerdas partieron hacia -Eterno Triviani Black con objetivo hacia los pies, para no dejarle escapar, sus manos, para no dejarle apuntar. al apretar fuertemente sus muñecas para colocar sus manos por detrás, siempre apuntando al piso y la ultima finalmente en su garganta lo que le haría al apretar tan fuerte que ninguna palabra dejar escapar. Adicionalmente su rinoceronte comenzó a inmiscuirse por el cuarto destrozando diversos muebles, hasta finalmente colocarse detrás del objetivo y atacar mortalmente a -Eterno Triviani Black. Sus tre cuerdas se encontraban ya de camino por lo que realmente estaría en serios problemas amarrado.

 

— Expelliermus

 

susurró y al igual que su anteriór hechizo, un rayo verde hacia -Eterno Triviani Black viajaría los 4 metros que separaban al Gryffindor con el mortífago. Este hechizo lo que haría era ir en dirección de la mano donde sostenía la varita, para que así la varita volará tres o cuatro metros hacia atrás cayendo debajo de una cama, por lo que tendría que estar a gatas para conseguirla. Inmediatamente su cóndor voló por la habitación para así atacar dando arañazos y picotazos siempre a espaldas a -Eterno Triviani Black, evitando que interceptara rayos de sus compañeros. Tendría que obtener su varita, primero antes de defenderse.

[Jank Dayne]

Luego de tener sus defensas a un lado de él, preparadas para cualquier improvisto, el rubio se dispuso a seguir con asunto. Dirigió su varita hacia el presunto mortifago, el cual se encontraba a unos cuantos metros de él.

 

—Sectusempra—vociferó, y de su varita un rayo ámbar surgía, directo al pecho de Mía, con el único propósito de causarle heridas graves.

 

—Expelliarmus—murmuró. Un rayo escarlata se enfiló hacia la varita de Mía, con el propósito de arrebatársela.

[Aimé.]

-Silencius.- Pronunció con total tranquilidad aquella muchacha de cabellos rojizos, de esta manera el chico Eterno Black Triviani no podría librarse de los ataques de sus compañeros que ahora que observaba mejor eran cuatro y no dos. Ademas si intentaba atacarlos nada saldría de su boca. Al encontrarlo ya sin varita la Westrong decidió hacer que las cosas fueran mas rápido.

 

-Morphos.- El calzado de aquel mortifago Eterno se convirtio en una viuda negra, la araña no tardaría en inyectarle el veneno y este penetraría en su cuerpo al instante. No quería imaginarse el dolor que sentiría aquel mago.

[Edmund Browsler]

Observaba las defensas de los demás miembros del bando, pero en vista de que los mortífagos no llegaban. Eterno estaba sólo.

 

- Lusentium -murmuró.

 

Edmund blandió su varita y una onda mágica impactó en el cuerpo del mortífago, pues no había nada que la detuviera. La onda mágica había afectado el sentido del gusto de el mortífago, -Eterno Black Triviani, el cual ahora no podría pronunciar palabra alguna durante un par de minutos. Así mismo, Kris había enviado un par de ataques hacia el mortífago, si este no se defendía quedaría atado y desarmado al instante.

 

Jank también atacó, peros sus hechizos fueron a dar al otro lado de la habitación, creando unos pequeños daños que se podían reparar fácilmente.

 

El joven Browsler pensó en un hechizo «Disparo de Flechas» para enviar doce largas y afiladas flechas a el mismo mortífago, Eterno. Si no se cubría de ellas, impactarían, dejándole unas heridas que podrían agravarse con el tiempo.

[Jank Dayne]

—¿Qué hice?

 

No era usual en él cosas como esas, al menos no en ocasiones así. Sin embargo, por un extraño motivo sus sentidos humanos le fallaron, y por ese motivo sus rayos salieron desviados. ¿Había visto a otra persona allí? En realidad creía haber atacado a Mía, una mortifaga. Pero ella no estaba en el lugar, es mas, estaba capturada.

 

—Sectusempra—pronunció, esta vez apuntando a Eterno. Un rayo amarillo surgía de su varita, directo al costado del hombre. Tendría que curarse de ese y los demás ataques, o estaría herido profundamente

 

Disolviendo aquellos pensamientos confusos de su mente, dirigió su mirada hasta el leopardo que yacía a su lado. —Mátalo—murmuró al animal, y éste salió enfilado hacia la espalda de Eterno, ya que el rubio se encontraba justo ahí. Pronto le mordería y rasguñaría. Tendría que curar tales heridas pronto.

[Eterno Black Triviani]

Vio que en el lugar todo parecia incomodo apurando a observa, sintio la presencia odefa y empezaron a entrar ala mansion mientras los Chucks sin poder hacer nada, caian muertos asu alrededor. Saco su varita y apunto su tatuaje la cual escondida vibraba sin sesar haciendo una llamado amigo.

 

Pero ya era tarde y sintiendo mordidas y hechizos en su cuerpo los cuales se intentó proteger. No tuvo tiempo paar responder que todo le caia de golpe. Musito un leve -Auch - ya que ya no podria hacer nada..solo, atino a suspirar y exhalar.

 

Busco algo de apoyo ya que sentia que le jalaban de las piernas en ese laberinto

 

Cayo muerto..

Editado 12 de Septiembre del 2012 por -Eterno Black Triviani

[Edmund Browsler]

OFF.-

 

-Eterno muere por las heridas del sectusempra de Jank, además impactan los demás ataques que ignora. Sus ataques son inválidos pues no están marcados en negrita/cursiva. Procedemos a su captura xD

 

ON.-

 

- Creo que fue demasiado -comentó Edmund a sus compañeros.

 

Los hechizos que todos habían lanzado impactaron en el cuerpo del mortífago, quién había tratado de defenderse, sin éxito alguno. Estaba desarmado, atado, mudo y tirado en el suelo con unos graves cortes en su piel. Él había tomado el camino oscuro en lugar del de la luz, así que con eso había sellado su destino.

 

- Llévenlo a la torre -indicó. Luego miró a Jank y añadió con una sonrisa en el rostro-. Limpia tu desastre.

 

Edmund avanzó hasta llegar fuera del Castillo Triviani, donde había logrado desaparecer girándose sobre sí mismo y agitando su varita.