.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)

[Aimé.]

Ya no tenían mas que hacer en aquel lugar. Se compadeció un momento de aquel hombre sin embargo luego recordó que este se había buscado tal destino, un mortifago no podía andar suelto pues su libertad era un claro peligro para cualquier otro. Suspiró con desgana, esperaba un poco de mas acción pero las cosas se habían tornado mas que sencillas, quizás aquello le evitaba el cansancio pero aun así añoraba un poco mas de acción duelistica.

 

La joven sabía que no tenía nada que hacer en ese lugar, su misión ya había finalizado. Dejo que sus pasos la llevaran desde la habitación hasta los jardines, para después llegar a las calles de Ottery. Observó la tarde, era realmente preciosa y tenía pensado aprovecharla. Sin mas desapareció con un sonoro crac.

[Kris Gryffindor]

Kris se encontraba ileso debido a intentos que el mortífago habría intentado hacer, sin embargo sus intentos de hechizos habrían sido nulificado, algo mal había hecho el enmascarado que lo habría marginado a atacar, sin embargo pronto todos sus hechizos comenzaron a impactar uno a uno en el cuerpo del enmascarado. Pronto observó como todas las bestias habrían impactado en el cuerpo del enmascarado, a parte de que las cuerdas lo habrían aprisionado de tal forma que se encontraba ya bien aprisionado, sin posibilidades de defenderse.

 

— Listo... y de nuevo nadie sale a defender...

 

Sentenció el vampiro al momento que observaba como sus compañeros hacían su parte cada quién, el líder les habría ordenado ya hacer la retirada, por lo que el Gryffindor quedaría para verificar que el último se fuera. Uno a uno hizo su desaparición, por lo que el castaño simplemente bajó hasta la primer planta, y así caminó a las afueras del castillo e inmiscuirse hasta las calles en donde desapareció en una fina neblina dorada.

 

http://i.imgur.com/GNrx0.png

[Jank Dayne]

Sí, ya todo había terminado. El objetivo del rubio y el de sus compañeros estaba completado. ¡Ese día si que había sido activo! Ya muchos rayos le habían cruzado por sus ojos, y por su cuerpo mismo. Tenía la sensación de haber perdido varios cabellos en las dos batallas. ¡Necesitaba un descanso! Aunque eso se veía casi imposible en aquellos tiempos.

 

Tomó el cuerpo inerte de Eterno, y lo subió en sus hombros. Salió del castillo, desapareciendo entre las múltiples mansiones y castillos de Ottery, directo a Abaddon.

[Alexander Malfoy]

Los rayos del sol salpicaban con su inmortal esplendor los muros del Castillo Triviani en aquel día tan apacible. Todo estaba sumido en la más profunda tranquilidad, y se respiraba paz en cada rincón de los jardines que rodeaban a la poderosa fortificación. Era una jornada perfecta para disfrutar de unas horas al aire libre, respirar aire puro y limpio y descubrir de nuevo todo lo que se escondía fuera de los fríos y largos pasillos de un castillo que había perdido parte de su vieja gloria.

 

Recordaba la primera vez que había estado allí, ahora hacía ya mucho tiempo. Había vivido muchas cosas en aquel lugar, tanto historias dignas de ser atesoradas como recuerdos que ojalá nunca hubiesen tenido lugar, y de alguna forma sentía que algo me ataba a aquella familia, a aquel lugar, más allá de un linaje que compartía con todos los Triviani que pululaban por el castillo o por los hermosos jardines que lo cercaban, preámbulo de una fortaleza repleta de historia y orgullo.

 

Sin embargo, ya nada era como antes y era algo que se podía apreciar en cada esquina del hogar de los Triviani. Algo había cambiado, y lo que antes era un castillo repleto de vida ahora a veces se sentía tan solo como si fuera un lugar más, cada vez más muerto, pero que a la vez seguía infundiendo el mismo respeto que antaño había hecho de aquella familia una de las más poderosas e influyentes de todo Ottery. Ningún Triviani dejaría que todo aquello cayese en el olvido.

 

Pero ahora aquello no importaba. Hacía mucho que no visitaba el castillo, y algo en mí me había conducido hasta allí en aquella hermosa jornada. Esperaba encontrarme con alguien conocido en mi paseo por los jardines, alguien que me pusiese al día con todo lo que hubiese pasado dentro de la familia a lo largo de tantos meses transcurridos.

 

Caminé y caminé admirando la belleza de cada rincón de los jardines hasta que me tropecé con una bruja de melena color borgoña, sentada en un banco y con la mirada clavada en una pequeña pero revoltosa loba que no dejaba de corretear ante ella. Era Alyssa.

 

Me acerqué a ella, aunque no parecía percatarse de mi presencia. Estaba como abstraída, perdida en sus propios pensamientos. Me preguntaba cuáles serían.

 

– Hace buen día, ¿verdad? – dije, manteniéndome en pie a su lado –. Seguro que han pasado muchos así desde la última vez que nos vimos.

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia habia quedado atrapada en el ataque de los fenixianos. No pudo intervenir pue estaba sola y ellos eran demasiados, asi que permanecio oculta tras una columna de la entrada. Varias veces intento intervenir pero sabia que aquello era un suicidio.

 

-Maldita suerte la mia...-dijo para si misma mientras observaba impotente las acciones de los emplumados.

 

Una vez que se fueron empujo la puerta con precaución y reviso la magnitud de los daños hechos al Castillo. Los elfos ya comenzaban a hacer las reparaciones pertinentes así que los dejo hacer. Miro con desprecio el ave y la leyenda que los vándalos habian colocado en la casa y la borro con un movimiento de varita.

 

Una vez que las cosas estuvieron en orden la rubia se sento en uno de los muebles mientras llamaba a un elfo

 

-¿Ya esta todo arreglado?-pregunto en tono autoritario a la pequeña criatura

 

-Si señorita Granger-dij el elfo haciendo una reverencia al contestar

 

-Algún otro herido además del joven -Eterno?-volvió a preguntar la rubia

 

-No señorita, los señores fenixianos solo fueron sobre el amo -Eterno-volvio a contestar servilmente el elfo

 

-¿Señores? viles alimañas querrás decir elfo, magos de segunda y nada mas... tráeme algo de tomar y busca a alguien de la familia, necesito hablar con ellos-dijo con un dejo de desprecio al recordar a los magos de la orden que atacaban cuando nadie mas estaba ahi para detenerlos

 

Se levanto y se dirigió a uno de los ventanales donde observo los jardines. Parecía distraída a simple vista pero realmente escudriñaba con atención el horizonte, en busca de mas amenazas o de la llegada de alguno de los Triviani.

[Aimé.]

Sus pasos eran lentos, casi sin ánimos. Estaba cansada como ya era de costumbre pero su trabajo valía mucho mas que todo, no se dejaría vencer por aquellos defectos que los humanos tenían comúnmente, al contrario seguiría luchando aun cuando su cuerpo pidiera lo contrario. Su rostro cubierto de luz, cabello recogido y aquella capa negra que cubrían su figura, era su vestimenta habitual, un clásico para ella misma.

 

Observó la luz de la luna y se sorprendió al ver qu esta apenas se notaba por una pequeña franca, hacia poco que había pasado la luna nueva y esta comenzaba de nuevo su ciclo. Asi como la luna Aime aquella noche comenzaba de nuevo con un cateo a otra mansión que se rumoreaba pertenecían mortifagos y que la magia oscura dominaba en ella. A pesar de que la noche se le antojaba para descanso estaba cociente que ese trabajo se tenía que realizar precisamente en aquel momento.

 

-¡Expecto Patronum!-murmuró Aime en voz baja pero a sabiendas que aún así el hechizo saldría de su varita. Casi de inmediato la luz inundo aquel espacio y el patronus en forma de lince de las nieves apareció en aquel lugar.-Avisales a los chicos que catearemos el Castillo Triviani- explico la pelirroja ante el patronus y este desapareció casi de inmediato para realizar la tarea que le habían encomendado. Solo era cuestión de esperar.

[Paú Gryffindor]

Se encontraba en los jardines de la Mansión Gryffindor, disfrutando el viento que corría de un lado a otro haciendo despeinar sus cabellos castaños. Le pareció ver una luz que venía a su dirección; el lince de las nieves de Aime venía a informarle que llevarían a cabo una orden de cateo en el Castillo Triviani, pues habían recibido informes de que ahí se podría tener presencias mortífagas. Sin decir más, dejó el libro que traía en mano sobre el pasto verdoso que rodeaba el jardín.

 

Se colocó la luz en el rostro y se quitó la gabardina negra que llevaba puesta. Su vestimenta debajo de aquel abrigo constaba de un simple pantalón corto de color negro y una blancuzca blusa lisa. Miró su reflejo en una de las ventanas y tomando su varita, salió decidida hacia el castillo citado. Si cualquier cosa ocurría, ella estaba preparada para lo que viniese.

 

Entró en los jardines del castillo y se situó detrás de los Altos Rangos del bando, empuñando su varita con firmeza.

 

- Vamos chicos.

[Jessie Black Lestrange]

Jessie Potter Blue

 

Estaba brincando en mi recamara, escuchando musica cuando casi me caigo de espaldas al ver un lince de las nueves se materializaba en mi recamara en la Ojo Loco provocando que me llevara las manos a la boca a vida de no gritar.

 

-Si, si... ya entendí, pero me asustaste- murmure en dirección al lince que se desaparecía ya habiendo entregado el recado.

 

Me ate el cabello rojizo en un moño alto y salí de la mansión para una vez fuera de los limites de la misma gire sobre mi misma con un punto en mente, el castillo Triviani, con desenvoltura gire y con decisión me traslade a mi destino.

 

Al llegar al lugar camine atravesando los jardines después de cruzar la verja de entrada hasta llegar a la altura de donde estaban mis compañeros de bando, ya todos con sus luces blancas en el rostro, ese día la mia era de un bello dorado.

 

-Hola chicos... ¿que tal todo?- salude cuando llegue con esa voz cantarina que utilizaba para estas ocasiones.

[Mei Black Delacour]

Había recibido el llamado de su compañera, un lince de las nieves que le había llamado, por lo que la muchacha se levantó de la silla en la que había estado, se acomodó la túnica con cuidado, alisando las arrugas inexistentes sobre ella y colocándose la máscara de luz en su rostro, comenzó a caminar en dirección a la salida de la mansión Delacour para ir en dirección a la Triviani.

 

Al poco tiempo la Black Delacour ya se hallaba en la entrada a los terrenos, por lo que de inmediato abrió las rejas, entró y caminó por los jardines hasta llegar adonde Aime y algunos otros miembros de la Orden se hallaban, a la expectativa de que tal vez los mortífagos aparecieran.

 

–Buenas noches, ¿qué tal todo? – saludó mientras se colocaba a tres metros de distancia de todos los presentes y observaba la entrada de los terrenos, a la espera de que algún aventurero ingresara a esas horas.

[Kris Gryffindor]

La noche se encontraba en el clima más adecuado en los últimos días, un calor sorprendente dejaba al Gryffindor lucir sus mejores conjuntos. Aquella vez el castaño vestía una camisa de color vino la cuál al no tener abotonados los primeros dos botones, dejaba ver gran parte de su pecho en donde colgaba aquél collar de fénix en oro. Esta iba acompañada con un pantalón de color negro y unos zapatos del mismo color. Inmediatamente escuchó como un patronus lince de las nieves comenzaba a acercarse « Aime » Pensó de inmediato, mientras aquel animal le explicaba que el punto de reunión sería en la mansión de los Malfoy.

 

— Excelente

 

Susurró el castaño quién poco a poco desaparecía de las calles ya con aquella luz en el rostro ocultando su identidad, inmediatamente apareció en las afueras de la familia Malfoy, a la cuál entró caminando hasta por fin encontrarse con todos sus compañeros.

 

— Hola chicos… — saludó con una pequeña sonrisa mientras empuñaba su varita hacia los costados.