.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)

[Susan V. Goldstein]

Aquelarre.

 

La palabra zumbo por su mente cuando esa distintiva música llegó a sus oídos, su piel reaccionó al instante y una risa realmente torcida se posó en su rostro. Luego de su encuentro con el mago Susan se había limpiado toda la inmundicia de encima, quiso quitar todo color de su cuerpo que no fuera el natural, y aún cuando se miró en el espejo se sintió sucia. La voces sugerían cortar algunas partes y coser otras, pero el demonio no estaría satisfecho con eso, no con ese tipo de dolor. Tardó demasiado en entender qué sucedía, pero cuando miró el primer cambio supo que era un paso a la calma.

 

Pintó su cabello de blanco, un blanco inmaculado que hizo ver a su cabello con una sedosa tela que nunca había sido tocada por manos impuras, los grandes risos cayeron más allá de su espalda baja, dándole cosquillas. Todo lo que admiraba frente al espejo quedó atrás cuando ese ritual la llamaba, llamaba a su sangre.

 

Susan dio un ultimo vistazo a su reflejo antes de color una fina tela negra casi transparente sobre ella, estaba segura que no la necesitaría pero le gustaba las entradas bien hechas. En cuanto llegó a la hoguera algo revoloteó en su vientre.

 

—Nunca me sentí tan oportuna.

 

Divisó a los presentes y se deleitó con la piel descubierta de muchos mientras bailaban —Ya comenzaba a extrañarlos.

 

Se desvistió por completo y se unió al baile cantando en voz baja las leyenda que conocía sobre los Triviani, danzó por toda la hoguera junto a Zoella, Candela y William mientras sentía que su poder aumentaba. Dio giros sin tropezar con la bruja que no conocía, a lo mejor ella era el sacrifico de este ritual. Dio tres pasos hacia el único mago en la habitación diciendo:

 

—La verdad William, quiero la verdad después del ritual.

 

No había dejado de pensar en él y en Lady, pero eran desastre que después atendería, por ahora, bastaba con divertirse.

 

 

@ Hola a todos xD

Editado 7 de Septiembre del 2020 por Susan V. Goldstein

[Eterno Black Triviani]

El dulce aroma de madera quemada que penetraba profundamente en su olfato, de aquellos robles que ya habian pasado aconpañandonos hace mucho tiempo habían servido de combustible para rendir culto a nuestras deidades; gitanos nos llamaban, así eramos y seriamos, en estas venas corren sangre digna y pura de nuestros antepasados, que ellos nos bendicen cubriéndonos con su poder, en aquel brillo que fluía sobre nuestra piel bajo la luz de esta luna, cuyo energía adentraba profundamente en nuestro interior.

La danza nos sobrellevaba a un trance bajo el ritmo de aquellas panderetas, las cuales a semejaban el latir de nuestro corazón, levantando las piernas sobre la arena en tirando los brazos mirando de lado a lado en cada paso que dabamos para hacer una vuelta entera y aplaudir, nuestros cuerpos se dejaban llevar con soltura con el brillo que las llamas del fuego reflejaba en cada uno de nosotros.

@ rodeaba la hoguera que no dejaba de dar vueltas en ella y revolcarse sobre la arena llevando la a saltar de un lado para otro.

@@Zoella Triviani seguía con el ritmo notando la calidez del ardiente fuego en sus ojos, la cual la llamaba a seguir el compás del movimiento de las flamas, con sus movimientos cortantes y finos que habían levantar los granos de arena con cada patada que le llevaba a realizar.

@@Susan V. Goldstein jugaba con su cuerpo abrazandose y gritando, cubriendoae el rostro para llorar de nuevo, debía palabras en otro idioma oculto para tambalearse en su cuerpo una que otra vez en un vaivén. Anotando quizás los recuerdos que le pudo haber dado quien venia ser su madre @@Lady Luxure Grindelwald de la cual no sabía mucho de su realidad en la ella se encontraba.

 

Mientras, revoloteaba con su prima @@Candela Triviani a un lado de todos bailando , realizando aquellas vueltas que eran parte del ritual, aquellos que las deidades necesitaban para conectarse con nosotros. Mientras los gritos y los lamentos se escuchaban sin cesar haciendo conjunto con el ambiente que se volvia nuevamente uno con nuestra naturaleza.

Brotando un liquido espeso entre los pies de todos cubriendolos bajo ese viscoso elemento. En el momento que se descubrió la luna estando plena sobre nosotros, cuya luz nos bañaba intensamente encendiendo nuestro ser.

 

@@todos Triviani

[Malum Luxure]

Me encontraba con mi amigo Sean cuando escuché extraños cantos y ruidos, me excuse de él y fui a ver de donde provenía tales ruidos, ni sorpresa fue total cuando vi a mi abuela en todo su esplendor junto a mi madre, la joven que había llegado hacia un rato que parecía ser familiar, además de la niña que también había estado antes y él...el hombre que era el motivo de mis desvelos.

 

-Qué sucede aquí?.- Pregunte curiosa pues la danza era llamativa, los gritos no me molestaban es más incitaba a participar pero no sabía si hacerlo o no.

 

La hoguera extendía su calor de forma tan cálida que incluso mi ropa empezaba a estorbar, mi cuerpo pedía desesperado ser libre, unirme a ellos en ese trance que estaban experimentando de forma tan exquisita, no podía recordar mentalmente hablando pero cada célula física parecía que sí lo hacía..."Candelita" había escuchado decir a mi madre, no sabía quién era pero alguien digna de ser adorada por un Triviani debería ser muy importante sin duda alguna.

 

-Vaya...- Susurré para mí misma acuando noté que había empezado a moverme al ritmo de los demás participantes.

 

Mis dedos picaban por tocar el único cuerpo masculino que se encontraba entre los otros femeninos, pero no sabía si tenía permitido tal osadía, pues él no dejaba de ser mi tío abuelo aunque todo me gritaba que me dejara llevar por el impulso, sentí algo de vergüenza ante mis pensamientos pervertidos que diría mi madre o mi abuela si me vieran hacer todo eso que cruzó mi mente. Seguían cada uno en lo suyo y yo no podía dejar de mirarlos pues era hipnotizante...como una especie de hechizo de atracción que me tentaba cada vez más, quería saber que hacer.

 

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@@todos los que están

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Como nos habiamos sobrepuesto a toda la charla del Salon de entrada, pues ni idea. Lo cierto es que se creo la suficiente distraccion para que Lady lograra camuflearme por ahi, por un momento pense en que en un viejo baul, pero no...Lady tenia mas clase...asi que acabe dentro de una de las viejas armaduras de la casa. Que conste que jugar a hacer una estatua por bastante tiempo era un incordio, calambres por lugares que uno ni pensaria que dieran. Pero por suerte cayo la noche, hora de cumplir lo pactado por ambos. Asi que en total silencio sali de mi escondite, regresando las piezas con cuidado a su lugar, hasta que llego Lady.

 

-En serio, me tendras que pagar lo de la armadura. -sonrei fortandome los brazos justo cuando ambos nos percatamos de algunos ruidos en las areas exteriores del Castillo. Segui a Lady solo para presenciar un hermoso espectaculo -quitando a Eterno- de chicas desnudas bailando a la luz de una fogata.- este....despreocupate por el pago....me siento totalmente servido ahora mismo.

 

Mi mirada estaba posada en la fogata. Nahh yo no engañaria a nadie...mi mirada estaba en las siluetas desnudas de las chicas. Un leve rubor cubrio mis mejillas. -Lady...se que tenemos un negocio entre manos...pero pudiera unirme a la fiesta???

 

@@Lady Luxure Grindelwald

[Eterno Black Triviani]

Dejandome llevar por lo que conlleva el ritual simulando en mi baile los movimientos que realizan las llamas que tenia dentro, usando mis brazos y mi cuerpo que con su perfecta armonía en los pasos junto a la familia que cada uno hacia su parte.

Sus sentidos agudizados como todo lycan detectaba que seres vivos y no vivos empezaban a llegar al recinto, de alguna manera disfrutando del espectáculo, aunque no siendo ello solo parte de una festividad que se hacia por una causa noble. Sentía como la luz de la luna que llena se posaba sobre la mansión alumbrando en todo su esplendor y su gigante belleza.

Con mis ojos perdidos sin mirar a quien, los cuales los mantenía cerrados hasta que en un momento se abrieron mirando la desnudes de cada uno tan natural como si los conociera, aunque los conocía de manera distinta.

Dejo de bailar por un instante para ir tal como estaba a beber un poco, notando que llegaban vecinos, aún su cuerpo tenia el ritmo de la pandereta, aún las llamas seguían encendidas quemando altas las cuales seguían siendo alimentadas por lo elfos que seguían yendo y viniendo cargados de troncos de los árboles del bosque cercano.

Se apoyo y se sentó un momento pensando que seria de su vida y que realizaria de aquí en adelante, sin hijos o con ellos, aún tenia mucho que resolver desde que su madre la bella Alyssa partió al mas allá y aún no regresaba; igual sabia bien que tenia que esperar y ser fuerte, mantenerse como decía ella, firme.

 

Empezó a gritar alzando cada vez la voz, transformando parte de su cuerpo en lycan, ajustando la copa de cristal hasta romperse en su mano, retirando lo poco de ropas que quedaban y comenzando a aullar con vigor a la luna.

[Malum Luxure]

Estaba embelesada por todo lo que veía, sin duda la música incitaba a unirse al ritual, perderse entre los cuerpos, dejar fluir la sangre, alzar en un canto las notas más delirantes de la voz, no podía huir por qué parecía escrito en el aire que debía complacer a aquella deidad...entregandome sin reparo alguno, la ropa me molestaba sobremanera, la piel quería ser libre y estaba a punto de cumplir su capricho.

 

-No deberías estar aquí.- Le susurre a @@Sean -Ojo Loco- Linmer y le tapé la boca con la mano para llevarlo a un rincón bastante oscuro para que no se note su presencia. -Quédate aquí por favor y no hagas ruido...podrías perder mucho más de lo que crees amigo mío.- Le dejé allí resguardado con la plena seguridad de que no le pasaría nada.

 

Caminé con la seguridad que solo tiene un Triviani mientras me despojaba de cada una de las prendas de mi cuerpo, no sentía pudor alguno solo la necesidad de unirme ya a la danza.

 

-El corazón...el alma...y la mente libres.- Expresé empezando a girar con los ojos cerrados, sintiendo en las venas el fluir de la esencia.

 

Unos minutos después noté como @@Eterno Black Triviani había cambiado pues su energía había mutado, no necesitaba mirar para que me sintiera atraída a su persona como un imán, me deje llevar hasta encontrarme frente a él...no tenga un pensamiento racional en ese momento más que el lobo se sintiera seducido por estilizados movimientos, lo estaba invitando a algún pero ni yo misma sabía a que.

 

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[Eterno Black Triviani]

Después de su aullido el cuerpo en plenitud se mantuvo firme en este presente, dejando de estar erguido y posando su dedos retraidos sobre el suelo apoyado en sus nudillos, se adentró en si mismo para mirar a cada lado pues las feromonas de algo o de alguien le estaban alocando derrepente, pasó su brazo por su boca limpiando sus labios en forma brusca mientras resaltaba su mirada azulina como una antorcha en la noche; una demonio empezó a moverse tratando de llamar su atención, la notaba bien y entendía lo que estaba ocurriendo, sus cabellos danzaban junto a sus manos en su movimientos sutiles realizando giro extraños mientras ella girada en sentido opuesto quedando de espaldas a él, no sabia bien si se tenia mucha confianza o era tan ingenua de darme la espalda en este aspecto, mi mirada se dirigió a sus caderas irritantes que hicieron quedarse atónito y sin movimiento después de quedarse sentado observando bajo un sonido inquietante pero no perturbador, el cual era constante melosamente empezó a quedarse en su subconciente haciendo aplaudir con el suelobuna de sus garras traseras al compás de su tonada.

Esto hizo le guarde interés dejando de verla luna y acercarse a esta joven quedándo atrás de la misma, mientras le miraba desde arriba como se movía con esos movimientos encantadores.

[Eterno Black Triviani]

Agradecería borren el mensaje.

Editado 9 de Octubre del 2020 por Eterno Black Triviani

[Malum Luxure]

Me movía como poseída con una gracia natural que ni yo misma llegaba a comprender, la energía que dominaba por mis venas era casi eléctrica y placentera, podía sentir como mis dedos picaban por tocar al lobo, su estado salvaje era un atractivo insuperable, en mi mente nublada pensaba con la poca cordura que me quedaba <<que quiere "Candelita" de mi?...o que quiere él de mi>> La pasión era algo que me llenaba por completo en este momento, debía dejar de racionalizar para solo sentir, confiar en mis instintos demoníacos para ser uno con la bestia.

 

La noche serena, de luna brillante con estrellas como luces curiosas, mi voz seguía sonando como un canto leve, un llamado a sus oídos, el intento que responda a los deseos de mi cuerpo, me estaba volviendo adicta a provocarlo en una confianza que no habíamos tenido hasta ahora, le debía respeto a él y a las damas presentes, incluso a mi amigo que era testigo mudo de toda la extraña situación...no podía dejar de fluir como un río, mi piel empezaba a arder pero no me importaba en lo más mínimo, aun con los ojos cerrados sabía que el lycan me estaba observando, quizá se debatía que hacer y eso me daba algo de ansiedad pues el deseo es un manto que te devora sin que lo puedas contener, estaba siendo perseguida por los instintos febriles y no lo iba a negar.

 

-Ven...ven...- Susurré sobre mí hombro prespirando la cercanía de su presencia, fuerte y demandante como yo misma.

 

No recordaba si alguna vez había estado con alguien en aquel estado, sería una experiencia que estaba dispuesta a vivir en este momento, sinceramente no sabía que esperar...mi respiración tranquila, los movimientos de cadera y la delicadeza con la que giraba con los pies, me sentía una pluma que flota la brisa anhelando ser consumida por la llama.

 

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@@Eterno Black Triviani

[Alyssa Black Triviani]

El salón se encontraba a oscuras y desértico, un simple floreo de su varita bastó para que las llamas explotaran en una luminosa danza dentro de la chimenea; el lugar pronto se lleno del chisporroteante sonido del fuego y su cálida luz se esparció por la sala proyectando largas sombras a su pasar. No hacía mucho que había regresado al castillo, en los últimos años su presencia no había sido más que fugaz y esporádica mientras que sus viajes continuaban alejándola cada vez más de su antigua vida en aquel lugar.

 

- ¿Se le ofrece algo, ama?- preguntó el elfo en voz tenue.

 

- Un whisky – replicó la bruja con sequedad.

 

Se dejó caer en una de las mullidas butacas junto al fuego al tiempo en que dejaba escapar un sentido suspiro, la inmortalidad que algún día creyó una bendición comenzaba a cobrarse su precio en la común moneda llamada soledad. Los ojos cual zafiros reflejaban aquella danza ancestral que el fuego solía interpretar, su mirada perdida en las profundidades de aquel pequeño infierno contenido por las paredes de su hogar. ¿Cuánto tiempo se quedaría esta vez? ¿Cuántos rostros sería capaz de reconocer en esta oportunidad? En aquel momento el flash de un recuerdo pasó por su mente: sentada en aquel mismo lugar con su gemela Aland, intercambiando sus regalos de navidad hace muchos años atrás… Tan lejano que parecía pertenecer a otra vida.