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Gitax Weasley

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Gitax Weasley ganó por última vez el día 22 Octubre 2011

¡Gitax Weasley tenía el contenido más querido!

Acerca de Gitax Weasley

  • Cumpleaños 20/01/1999

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    6
  • Rango Social
    Unicornios de Oro
  • Galeones
    83575
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Weasley
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Licántropo
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    290
  • Puntos de Poder en Criaturas
    90
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    210 a 1100
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    - Leyes Mágicas
    - Astronomía
    - Encantamientos (Conocimiento Adquirido)
    - Primeros Auxilios (Conocimiento Adquirido)
    - Idiomas
    - Conocimiento de Maldiciones
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Hufflepuff
  • Género
    Male
  • Location
    Argentinaa! ;)
  • Interests
    ¿Mis intereses? mmm Disfrutar de la vidaaa ;D

Contact Methods

  • MSN
    gitaxcrouchs@hotmail.com
  • Skype
    gitax.crouchs.weasley

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Reputación

  1. — Bien, pues ahí nos veremos. Tras acordar el lugar de encuentro con Lisa y ver que nadie más quedaba, Gitax no tuvo más que hacer que seguir el camino de los demás y salir de aquel negocio. Seguía dando tragos a aquella botella que parecía llenarse automáticamente y como "por arte de magia". Al llegar afuera, el frío le dio de lleno en el rostro y el joven se quedó parado por unos segundos. Sentía la extraña necesidad de caminar, y como el bar al que se dirigía no quedaba muy lejos, lo único que hizo fue ir hacia un callejón, asegurarse que no hubiese nadie que lo haya visto entrar con la luz y se la quitó, dejando ver su rostro natural, que con el tiempo iba adquiriendo facciones más veteranas. Así, con aquella parte del Callejón desolado, siguió caminando y embriagándose. Wishes Banned & Strange Passions iba quedando cada vez más atrás, y el cateo daba por terminado con la presencia de la Orden del Fénix, y una Marca Tenebrosa que nuevamente se ausentaba ante la presencia de la luz.
  2. Sus compañeros estaban encontrando diferentes elementos que parecían sospechosos, y se los estaban llevando para hacer la correcta inspección de todos y cada uno de ellos. Aquello parecía ser suficiente, además de que el lugar era claramente - y no necesariamente por la fachada tétrica - leal a los Oscuros. Siguió caminando, tratando de encontrar algo, pero nada le parecía lo suficientemente llamativo para que lo incitara a llevárselo. Solo eran simples intuiciones, débiles, que lo hacían sentirse un tanto incómodo. Llegó hacia la barra, donde observó todos los tragos. Su mente empezó a imaginarse el sabor de cada una de ellas, algunas conocidas y otras exóticas para el Weasley. Así, Gitax metió la mano en uno de los bolsillos internos de su túnica y sacó una pequeña botella de Whisky que llevaba siempre a todos lados. La destapó y la llevó a los labios, tomando el líquido que pronto empezó a quemar su garganta. Aquella sensación adictiva de una extraña forma, lo ponía un tanto más alegre. — Bien, tal vez podamos encontrar algo con lo que llevan los demás, ¿No? — Miró a la Rambaldi de reojo, ofreciéndole el contenido de aquella botella. — Venga, un trago por los tiempos venideros. Sabía que su tía aceptaría un poco. Después de todo, los mortífagos no aparecerían aquella noche por lo visto. Tal vez otro día tendrían más suerte y podrían utilizar sus varitas. — ¿Qué te parece si nos vamos a algún bar? Creo que aún no hemos festejado, podríamos hacerlo muy a nuestra forma.
  3. La música ambientaba de manera pasible el ambiente del dormitorio, con melodías que incitaban al reposo y la paz. Gitax estaba recostado sobre la cama, con las piernas cruzadas entre sí, un libro entre sus dos manos y los lentes de lectura que había adquirido a un buen precio meses atrás. Pasó la página, pero antes de seguir la lectura, percibió algo que lo hizo levantar su mirada por encima de los anteojos. A los pocos segundos vio una luz aproximarse a su ventana, traspasándola sin problemas y dejando en frente del mago, la figura robusta de un hipogrifo plateado. Era el patronus de su tía, Lisa Weasley. Wishes Banned & Stranges Passions. Ahora. Si bien la lectura se presentaba interesante y tentadora, prefería acudir al llamado de su compañera y esperar que la visita a aquel local del Callejón Diagon le brindase la adrenalina y la emoción de las cuales había estado falto por cierto tiempo. Sin pensarlo más, dejó los lentes en la mesita auxiliar que tenía a su derecha, sacó su varita y la blandió para apagar la luz de la lámpara de noche y mudar la música que lo había acompañado tan bien en aquella noche. Finalmente, en medio de la oscuridad de la habitación, pasó a Luck por su rostro dejando una luz plateada que lo ayudaría a proteger su identidad. *~*~*~* Apareció en frente del lugar indicado, Wishes Banned and Strange Passions, tras sus compañeros. Wow, que oscuro... pensó para sus adentros, mientras miraba el exterior de aquella fachada. No entendía si aquello debía producir miedo o qué otro sentimiento, por lo que buscando la respuesta a aquella inquietud, siguió las órdenes de Lisa y entró al local, para darse con muchas más sorpresas. — Creo que definitivamente en este lugar no se aprecia a la Orden del Fénix... Por todas partes había señales de que el dueño y aquellos que concurrían voluntariamente a aquel lugar, estaban un poco inclinados ante el bando mortífago. Tal vez hoy encontremos algo... Caminó cerca de su tía, ondulando su túnica negra, con pocas ganas. Cuando llego hacia ella, se quedó mirándola a través de la luz plateada: — ¿Crees que vendrán? — tenía la varita en mano, buscando rastros de magia oscura o algo que pudiese llamar su atención y que estuviese fuera del alcance de la vista.
  4. — ¡Peeero qué deemoniios! — gritó sin entender nada, cuando recibió en su cabeza un tarro lleno de cerveza de mantequilla. Se había llevado instintivamente su mano a la manga de su túnica, para sacar su varita, pero no llegó a defenderse y ni siquiera se agachó para esquivar el golpe. Claramente sus reflejos habían sido afectados drásticamente por la cantidad de alcohol que corría por sus venas. Aún así, se sentía enojado y pronto giró hacia Mey, quien había provocado que ahora el mago estuviese con toda la cabeza empapada y un dolor agudo allí donde había golpeado el tarro — ¡¡¿¿Pooo-r que-é??!! Mey se puso de pie y empezó a gritarle. Entendía lo que le decía, pero aún así él no mostraba señales de arrepentimiento y no disimulaba su enojo. En sí entendía que no había estado muy bien haber hecho lo que hizo, pero mucho más le molestaba la manera de la chica para remarcarle el error. Y mucho más porque ahora Nefertiti estaba apuntando peligrosamente hacia la virilidad de Gitax, quien se puso a la defensiva y dio un paso hacia atrás, tambaleándose. — Ooye, ¡Noo me apuntees con tu vaarit justo ahí! —. Aunque él también tenía la suya en la mano derecha, no quería mostrarse agresivo y comenzar algún disturbio en medio de esa pseudo-reunión. Aún no estaba seguro -aunque posiblemente SÍ SE PUEDE- de llegar a lograr, mínimamente, invocar un escudo tan simple como un Protego estando así de ebrio, todo en el supuesto caso de que la mujer se pusiera a la ofensiva. Lo cual no sucedió, por suerte, y la conversación volvió a fluir con Mei, Lisa y Adrián alrededor. Lo que sucedió a continuación fue lo que había estado esperando toda la noche: Mei dijo lo que debía decir y la Potter Black tenía ahora en sus manos una propuesta que, esperaba, no rechazara sin analizarla bien antes. Y en realidad, no podía negarse ni poner peros, porque era sabido que la Orden del Fénix era una opción de mayor confianza que la oficina burocrática y hasta incluso inútil del Departamento de Aurores. Y entonces... las dudas de Mey se hicieron presente. No creía haber sido parte de la organización fenixiana, y ¡Hasta incluso dudaba de su potencial! —Soy mala hasta para las tareas domésticas con magia... Fue allí donde Gitax la interrumpió, tomando una gran bocanada de aire y aguantando el mareo. Todo para intentar hablar correctamente. — En eeso —señaló al aire con uno de sus dedos — estás equivocada — empezó a sonreír —. Fuuiste una poderosa bruja, terror de los mortífagos y malhechores, y por sobre todas las cosas...—infló el pecho, lleno de orgullo— mi compañera de batallas en una infinidad de veces... — el enfado que llevaba desde hace unos minutos se esfumó, cuando los recuerdos de tantas batallas disputadas vinieron a su mente—, no eres ninguna inútil, Mey. Simplemente no recuerdas aún cuán poderosa y habilidosa eras. ¡Fuiste una Demon Hunter, una Warrior! ¡Demoonios! ¡Warriors! ¡The Hunters! Una idea se plantó en la parte sobria del cerebro de Gitax, y recordó que el local estaba oculto por un encantamiento Fidelio y la guardiana del secreto era justamente la chica que tenía en frente. — Entonces, por supuesto que estás dudando, ¿Eh? — en parte adoraba poder jugar por primera, y posiblemente única, vez con la Potter Black — Quiero que me respondas una pregunta, que según tú, no tendrías por qué saber. Era inevitable su respuesta, que obviamente la dejaría desconcertada. Pero tal vez así empieces a creer en la posibilidad de haber sido miembro de la Orden del Fénix. — ¿Sabes cuál es la ubicación del Cuartel General de la Orden del Fénix, aquí en Londres? No se habría animado a hacer aquella pregunta si hubiese habido otras personas alrededor suyos. Pero no había nadie lo suficientemente cerca como para escuchar la conversación, y si lo hubiese estado, el hechizo Muffliato de Mei habría servido como una defensa extra para conservar la confidencialidad de la conversación.
  5. Por un momento había tenido la esperanza de que Mey se creyera la historia de San Mungo que había inventado Mei, pero nuevamente hacía presencia la desconfianza característica de la Potter Black y la líder fenixiana tenía que formular una nueva respuesta convincente. Si bien el muchacho había estado observando hacia otro lugar, sus oídos seguían atento a la conversación, en la cual realmente no tenía intenciones de intervenir hasta en ese momento. — Tal vez sí visitaste San Mungo más veces de las que recuerdas — dijo, mientras sonreía ante los recuerdos de tantas batallas que probablemente Mey no recordaba, pero dentro de las cuales probablemente había terminado herida o muerta. Las visitas a San Mungo no habían sido abundantes, muchas veces gracias a la gran habilidad que había poseído la ex Demon Hunter, pero sí eran muchas más de las que recordaba como simple neutral —. Digo... con el pasar de los años, a veces se nos olvidan cosas... Se encogió de hombros, analizando la posibilidad de que Mey lo insultara por ofender su memoria. Aunque en realidad, tengo mi punto pensó, conformándose en su estado de casi ebriedad. — Bienvenidos al renovado "Dumbledore's Night", bebidas cortesía de la casa — dijo la mujer que hace momentos había estado bailando sensualmente y que se acercó peligrosamente atractiva hacia donde Gitax se encontraba, cautivando la mirada del Weasley y haciéndolo sonreír como un verdadero est****o. — Oh, y... ¿algo más que bebidas? — hace momentos había estado pensando en Aimé y ahora venía una mujer con un trago gratis y un cuerpo tentador. Algo afectado por el alcohol, agarró la copa que Natasha le ofreció y tras tomar un trago, le agarró una nalga, ignorando lo que probablemente sería una bofetada terrible en toda su mejilla. Era curioso que no se hubiera percatado de la presencia de Adrián, un miembro de la Orden del Fénix que tenía años ya de experiencia y que había conocido desde sus tiempos en la Academia. Obviamente Mey no había podido ignorarlo, y de pronto comenzó a tener una charla con él, por lo que Gitax aprovechó que Mey se había separado tanto de Mei como de Lisa, quien acababa de volver de buscar los tragos, y habló con voz baja y una posición disimulada (para no llamar la atención de los otros dos). — No sé si habrás entendido el mensaje que te dejé — dudó Gitax, hablando con la líder. Al no tener respuesta movió una de sus manos en el aire, como quitándole importancia y trató de apurarse —. En resumen... Ya saben que Mey no recuerda nada de su tiempo dentro de la Orden, pero ahora necesita ayuda. Su esposo muggle murió defendiendo a su hija en América. Alma está en peligro y por lo tanto, dentro de su ignorancia actual, Mey también. Si bien estaba hablando un poco gangoso, se esforzó de que fuese entendible y así no tener que repetir de nuevo, ya que poseía poco tiempo para dar el mensaje. Cuando terminó y observó los rostros preocupados de ambas brujas, y se dio cuenta que sí habían captado todo.
  6. Mientras bebía copa tras copa de Whisky de Fuego, sin temor y precaución de los efectos que pudieran tener sobre su maltratado estómago, sus ojos iban posándose en cada una de las muchachas que tenía en frente y que se encontraban bailando o hablando en grupos. Cada una tenía algo diferente, y todas le llamaban la atención. Sin embargo algo muy dentro suyo lo hostigaba a pensar que ninguna se parecía a la pelirroja de la cual se había enamorado y con la cual finalmente se había juntado y tenido un heredero. Aimé Westrong. Por ella había perdido el orgullo y la dignidad muchas veces; persiguiéndola por los terrenos de la Academia, molestándola en la Orden del Fénix y hasta visitándola en su Mansión, donde una vez sus hermanas lo habían recibido con tomatazos. Y aún con todo, sus intentos siempre se habían mantenido, porque la obseción, o el amor que él había sentido, habían prevalecido siempre. Como muchas veces Mey le había recalcado, era un estúp.ido romántico. Y ahora la pasaba mal. Porque sabía que había abandonado a su familia por unas simples misiones y ahora debía de estar distanciado tanto de Aimé como de James, su hijo, quienes habían viajado por su propia seguridad a un lugar donde los mortífagos no pudieran encontrarlos. < Ni los mortífagos, ni yo > pensó un tanto amargado, mientras intentaba quitar esos pensamientos de su mente. Y fue justo cuando le pagaba a Luis otra ronda tanto para él como para Mey, que vio entrar a dos jóvenes de rostro familiar. Su corazón empezó a latir con mayor rapidez, cuando la mirada de Lisa Weasley se fijó en él y pronto empezó a avanzar hacia la barra, atrás de la líder de la Orden del Fénix, Mei Delacour. Intentó mantener la postura de indiferencia con el entorno, y cuando ambas mujeres llegaron hacia donde él estaba, sonrió y se puso de pie para darles un beso en la mejilla y saludarlas como correspondía. — ¡Lisa! ¡Mei! ¿Cómo están? Qué casualidad encontrarlas por aquí. — su tono escondía el nerviosismo con un toque de asombro, que parecía ser suficiente convincente para Mey —. Les presento a Mey Potter Black, quien me acompaña esta noche. Mey mantenía su comportamiento de superioridad, como siempre y a pesar de ser joven y esbelta, por lo que insistió en la presentación y buscando una primera impresión amistosa dijo: — Mey, te presento a Lisa Weasley, mi tía — señaló a la muchacha y luego prosiguió tras tragar saliva —. Y... Mei Delacour, una buena amiga. Por un momento no supo cómo reaccionar, por lo que aguantó la respiración por unos momentos, como si estuviese en la espera de una catástrofe. Miró fijamente el rostro de su amiga y se preparó para cualquier situación.
  7. Por el momento había logrado uno de sus primeros objetivos: convencer a Mey de ir un bar. En sí ella nunca se había negado a unos tragos, pero últimamente estaba un poco más rara de lo normal y no sabía si iba a ser tan sencillo como en otras ocasiones del pasado. Pero allí estaban, los dos caminaban por el Callejón Diagon y por alguna razón, sin comentar absolutamente nada. Gitax iba callado, perdido en sus pensamientos porque aún temía en cómo podía terminar aquello. Lo que menos quería es que de alguna forma, terminara perjudicando a la Potter Black. Pero sabía que en el fondo, aquella noche podía podría ayudarla a recuperar sus anhelos interiores y sus verdaderas pasiones que había olvidado al salir del bando. Pero el silencio tuvo su precio, ya que Mey se había dado cuenta del comportamiento extraño de Gitax, quien siempre era de hablar demasiado y estar a las risas. — Pareces nervioso. — ¿Nervioso? Ni cerca, ¿Por qué lo dices? — si hacía dudar a la bruja todo podría darse vuelta y no llegarían a nada, pero por suerte ella solamente se cruzó de brazos y en un repentino cambio de humor, avanzó con mayor velocidad y más decidida hacia el bar al que se dirigían. Fue cuestión de menos de un minuto para estar en la entrada de "Dubledore's Night". Era un lugar emblemático, y no solo por el nombre que estaba tan ligado a la Orden del Fénix, que había significado tanto para Mey. Gitax la observó cuando estuvieron entrando, buscando algún indicio de cambio, esperando que en cualquier momento tuviese algún recuerdo o algo que dejara entrever asombro o duda en sus ojos. Pero no, la Potter Black continuaba decidida hacia la barra, donde se sentaron y fueron atendidos. Con una copa de Whisky de Fuego en su mano derecha, el Weasley observaba todo el lugar buscando a la persona que había convocado para aquella velada: Mei Black Delacour. Pero al parecer no había llegado aún, por lo que bebió un trago y se limitó a mirar la entrada mientras escuchaba a su amiga hablar con el cantinero. Se asombró cuando escuchó el nombre de Sally, antigua líder del bando. Se giró y se quedó mirándola por unos momentos, pero no surgió palabra de su boca. Al parecer el lugar también le trae recuerdos, pensó sonriente. Y un par de escenas también le vinieron a su mente, puesto que en sus tiempos de aspirante y en ese mismo local, Gitax había visto a Mey, Kim y otros fenixianos cuando apenas empezaba a reconocer sus rostros. Ante la nostalgia de recordar tantos años atrás, se acomodó en sus silla, llevó la copa a sus labios y bebió todo lo que quedaba del Whisky de Fuego. Se negaba a creer que había pasado tanto tiempo, porque de cierta forma le temía al crecer, al pasar del tiempo y al olvido. — Otra por favor — pidió a Luis de manera amable.
  8. El grupo avanzó hacia los jardines, con la seguridad que se compartía al ser parte de un grupo de tan altos ideales. Nadie mostraba señales de duda en lo que estaban haciendo y aquello hacía sentir muy bien a Gitax, quien observó detenidamente el lugar. Hace cierto tiempo no visitaba la Mansión Malfoy y en verdad que había muchas cosas nuevas. Tantas cosas que podían volver una batalla muy interesante y sin negarse aquel pequeño regalo, desenvainó su varita. Hizo una selección al azar de las estatuas que estaban a su alrededor, y apuntó hacia una que poseía la masa suficiente como para el fin que iba a darle Gitax. — ¡Morphos! — vociferó. La transformación que sucedió en frente de sus ojos dejó atrás a la antigua estatua de héroe que había habido, formando ahora un oso polar adulto. Tenía el pelaje blanco y una imagen muy agresiva. Agitó sus garras por los aires y abrió su boca para mostrar los filosos dientes, dejando salir un sonido que habría asustado a cualquier niño que se hubiese cruzado por ahí, y también a uno que otro mortífago. Aunque Gitax no encontraba mucha diferencia entre ambas clases de personas, después de todo compartían la misma terquedad y cobardía, a pesar de que siempre intentaran mostrar lo contrario. El Oso, al cual llamó Fidel (?, se separó de Gitax por unos cuantos metros, pero estaba listo para recibir cualquier orden que el mago le diese. Pero su invocador no tenía intenciones de hacer nada con el por el momento, ya que estaba apuntando hacia otra estatua y nuevamente repitió: — Morphos — al tener la masa suficiente, la decoración anterior había mutado y ahora tenía la forma de un lobo adulto peligroso. También poseía dientes y garras bien desarrolladas, listas para dañar lo suficiente a una persona a tal punto de que esta necesitase curarse. Por ahora era lo único que debía hacer. Tenía sus defensas en caso de necesitarlas, pero para que pudiese obtener algo aquella noche él, en particular, necesitaba la presencia de unos mortífagos. De esa manera podría desempolvar mucho más su varita y nuevamente vivir la sensación de luchar contra el mal.
  9. Un hermoso Jobbernoll le había indicado la actividad de aquella noche. Ya le parecía, había estado muy relajado y eso no era algo normal. El pájaro patronus de su líder Mei le había indicado que harían una pequeña visita a la Mansión Malfoy. Nuevamente, irían en busca de pruebas que incriminara a los miembros de la oscura familia. Y si tenían suerte, los mortífagos podrían aparecer y al final habría algo de diversión. Se apareció en las afueras, en frente de los terrenos de la familia Malfoy y pronto se reunió con sus compañeros. La noche estaba completamente oscura, y la lluvia era el único sonido que se escuchaba en aquellos momentos. Gitax llevaba una túnica gruesa, que tal vez pronto se pondría un tanto pesada al volverse húmeda, zapatos negros a los cuales estaba ya acostumbrado y la infaltable luz en su rostro. En tiempos pasados había ido a todo tipo de batallas con el rostro descubierto, porque era entretenido que conocieran su rostro y luego fuesen a buscarlo a cualquier lugar en el que el mago estuviera. En aquel momento sus poderes eran superiores, y confiaba plenamente en su habilidad para manejarlos y poder defenderse tanto a él como a sus amigos y su familia. Lamentablemente las cosas eran diferentes, y ahora le tocaba resguardar su identidad. — Es un lindo ambiente de batalla, ¿no creen? — comentó al grupo con tono entusiasta. Una vez estuviesen reunida la mayoría, ingresarían al interior. Pero por ahora se quedarían allí afuera, a la espera de órdenes de Mei.
  10. Era hora de irse. Y así lo indicaron los movimientos de su comandante. Fue así como ordenó a su panda ponerse de pie y caminar anadeando hasta donde había estado el sillón momentos anteriores. No lo necesitaba para atacar ni para nada, por lo que dejaría todo como estaba para que cuando se fuese finalmente, volviera a ocupar la forma previa. Caminó hacia donde estaba Adryanie y Lisa, que llevaban a Cirse Atkins, ya con un par de hechizos encima para que no pudiera saber hacia dónde la estaban llevando. Las próximas horas serían bastante interesante para los cuatro. Harían las preguntas necesarias para saber si la chica tenía alguna relación con los mortífagos o si tenía razón al decir que era inocente. Pero si había algo que no solía fallar en los fenixianos era el instinto ante lo incorrecto, ante la maldad. Y aquella chica podía transmitir algo de ambas cosas. Seguramente y si hacían el interrogatorio correcto, podrían dar con la verdad y hacer que se cumpla la justicia que todos en la Comunidad se merecían. Sintió la mano de Lisa en su hombro, tras un par de palabras que lo hicieron sonreír. — Y quien más que tu, que tienes tanto amor dentro — le dijo, haciendo referencia al amor que Lisa tenía por la familia Weasley y por la gran familia, que era la Orden del Fénix. Le agradó saber que aún seguía habiendo esa gran conexión que tenían tía y sobrino. El apodo que ella tenía para Gitax le hizo estar seguro de que, al menos, ella seguía apreciándolo mucho, sin importar que los años hubiesen pasado y hubieran perdido contacto alguno. Caminó hacia las afueras del Castillo y desapareció estando ya en las calles de Ottery. Se dirigía hacia el local The Hunters, en el Callejón Diagon.
  11. Era emocionante la firmeza y decisión con la que actuaban aquellas dos mujeres. Sin dudas dejaban en claro que la Orden del Fénix no andaban con juegos, y que realmente estaban interesadas en saber si esa muchacha era una miembro de la Marca Tenebrosa o no. Gitax se quedó observando la situación, porque por el momento no se necesitaba una tercer persona para intervenir en aquello. Simplemente se dedicó a ver su entorno, era todo muy simple aún para ser un Castillo mágico. Apuntó hacia uno de los muebles que tenía cerca (un sillón de buen tamaño) y agitando la varita que ahora reposaba entre sus dedos índice y mayor, susurró: — Morphos... Y tras cuestión de segundos, el sillón se transformó en un panda de tamaño intermedio, 75 cm de altura. Era realmente adorable, y es que no estaba hecho para ser un animal feroz, pero sin embargo si uno lo hacía enojar podía causar un par de heridas a tener en cuenta. Así fue como se sentó, observando a Cirse. — Ojo con el panda, no lo hagas enojar — la amenaza en parte era broma y en parte iba enserio. Para gozo de sus oídos, todo estaba yendo a la perfección y la muchacha ahora iba a colaborar con los fenixianos. Genial, ¿A The Hunters será ? pensó entonces. Tenía ansias de ver nuevamente aquel local en el que alguna vez había estado siendo un Hunter con todas las letras, junto a sus amigos y compañeros de aquellos tiempos. Según sabía ahora se encontraría con un par de ausencias y la nostalgia lo invadió.
  12. Hace medio minuto una serpiente cobra había llegado hasta una Taberna en la que se encontraba Gitax, pasando y aligerando el momento con unos tragos de Whisky de Fuego, únicos como los que servían en el Callejón Diagon. Traía un mensaje de una compañera de la Orden del Fénix, en el cual avisaba sobre una pequeña actividad que iban a realizar en un Castillo en Ottery. Motivado por el alcohol que había ingresado en su cuerpo, y a pesar de haber perdido la práctica en el ámbito de defensa, Gitax estaba ahora en frente del hogar de la Familia Ravenclaw. Se había aparecido en las calles y a paso acelerado se había adentrado, hasta alcanzar a Adryanie. Tenía una luz difuminada, de color plateado en frente de su rostro, para confundir a sus rivales y así custodiar su identidad. — Oye, que me han comentado que tu no faltas nunca a esto — comentó divertido, hacia su tía Lisa. Estaban dentro del Castillo y en frente de una muchacha que al parecer era sospechosa para Adryanie. Él realmente entendía todo a medias en el estado en que se encontraba, pero tenía ansias de desenvainar a su varita y empezar a atacar si es que aparecían mortífagos. ¡Oh! ¡Mortífagos! Cómo extrañaba a aquellos bichos asquerosos y "malvados". Extrañaba neutralizarlos y llevarlos para hacer justicia y librar así un poco a la Comunidad Mágica de su sucio accionar. Pero... ¿Se harían presente en aquel momento? Esa era la pregunta. Mientras pensaba en aquello, se acomodó un poco la túnica de un color azul francés y caminó un par de metros hacia la izquierda de Lisa.
  13. Hola que tal, vengo a pedir que se me agreguen los conocimientos que fui viendo... y que por colgado no pedí cuando abrieron el topic, así que bueno... ahora quedará esperar a que un mode pase y me los ponga Igual, creo que eran dos los que tengo que pedir no? Cualquier cosa me corrigen :c Los que quiero son: — Idiomas. — Conocimiento de Maldiciones. Así que bueno, esperaré (? Y creo que no hice spam, xDDD PD: *dejo chocolates como de costumbre*
  14. << Soy un maldito Knight >> La idea de hacer aparecer un terreus que pudiera mantener en el lugar por un tiempo a la bruja desapareció de su mente, esfumándose al instante que recordó lo inactivo que había sido por tanto tiempo. <<¿Cosas que me gustaba hacer antes?>> — Ah si... — exclamó, a la vez que se proponía a emplear un hechizo defensivo — ¡Corpus Patronus! Los hilos plateados fueron danzantes hacia el punto de encuentro, entrelazándose unos con otros y formando una figura homogénea que todos en el mundo mágico conocían bastante bien: un hipogrifo. Era adulto, tenía garras y colmillos. Su mirada era bastante altiva y amenazante, y la elegancia estaba presente en el pecho erguido de la bestia. Al terminar de formarse, abrió las alas y emprendió vuelo alrededor de Gitax, que se limitó a sonreirle y seguirle con la mirada. Era realmente hermoso, y era fiel hasta el último de sus suspiros. — ¡Morphos! Exclamó, levantando la varita y apuntando a uno de los sillones árabes que se encontraban en una de las esquinas, debajo de una de las lámparas que en aquellos momentos no estaba emanando ninguna luz en particular. Al cumplirse lo deseado, aquello que había sido un buen asiento, ahora era un lobo de cuatro patas que no superaba el metro de altura. Trotó hacia el knight y se detuvo a su izquierda, apoyándose en sus patas traseras y quedándose con la mirada fija en la entrada del local. Tal vez hubiera visitas, tal vez no. Él se quedaría ahí, predispuesto a salir corriendo para atacar o defender a su amo de cualquier ataque que pusiera en peligro su vida. Era un animal muy básico y cualquiera podría conseguir manipularlo, pero identificaba al Weasley de una manera interior y que solamente él podía entender a su manera. Se movió, tarareando una canción, buscando una copa preparada y encantada en la barra. Quería refrescar la garganta. Mientras tanto observaba como un par de Confundus, un Sectusempra y otros hechizos dejaban a Darla completamente inmóvil, aturdida y moribunda. Pronto tendría un lugar donde descansar, pero lamentablemente no sería en aquel lugar (Aunque mucho le doliese a Gitax, que ganaba dinero con aquellos clientes). — ¡A tu salud! Apuntó a Mey con la copa y la tomó al instante. Acto seguido lanzó una pequeña risa, porque seguramente aquello no le parecería correcto. Pero... ¿Después de tanto tiempo le molestaría una broma? La situación tenía la seriedad que se merecía, pero no más.
  15. El Nundu de Mey apareció de la nada en las inmediaciones de la Mansión Weasley. Gitax lo miró, blanqueando los ojos y lanzando un suspiro al aire. Lamentablemente no podía negarse ante aquel llamado tan especial, y mucho menos con la emoción y la adrenalina que había impuesto en su voz la ex Potter Black. Agarró una túnica de las viejas, una de las negras que había usado en una de las graduaciones en su tiempo de profesor y desapareció, tras una sonoro crack de aquel lugar, partiendo hacia el Callejón Diagon. Iba a ayudar en la captura de una persona que parecía sospechosa y si bien él no sabía exactamente cómo sería todo, tenía que intentar hacer lo mejor posible por el bien de su superior y de la Orden. — Acá estoy — susurró una vez que llegó, con la luz plateada en el rostro. Esperó órdenes, pero se separó de ella unos ocho metros y se preparó para atacar y proponer defensas que pudiesen ayudar correctamente en la captura de Darla. No era buena idea molestar a alguien que no tenía práctica hace tiempo, pero algo podía hacer después de todo. Cualquier zancadilla era útil... The Arabic Place era el lugar. Su local, curiosamente. Sonrió ante la idea, pero no se inmutó y no perdió la concentración.
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