Lumus!
-Shhh Pancracio ya estas anciano para estas andanzas- le digo a mi mini mascota mientras le insto hacia mi bolsillo delantero de mi capa larga de color verde oscuro con unos cuantos retazos costurados adrede para darle un toque propio, con tres estrellas de brillantes que sujetan la parte delantera.
- ¡A quién se le ocurre hacer una su hogar en medio de la nada!- grito tiritando, y al unísono me agacho a sujetar un poco de nieve que se encuentra de forma misteriosa en el húmedo bosque donde está alojada la morada de los Ollivander, susurro unas palabras y lo lanzo a la construcción, las bolas de nieve se van multiplicando mientras son lanzadas para llamar la atención de sus habitantes.
Me abrazo a mí misma intentando sofocar un poco el frío, mis cabellos rosados están empapados por el viaje, mi capa me cubre parte de la cabeza y casi todo el cuerpo, traigo puesto una pantalona ancha con la bota ajustada, de tejido grueso que combate el clima y una camisa blanca manga larga cubierta por una chaqueta tejida negra, mis botas de caño corta de igual color. Junto a ello llevo un bolso verde con hilos de oro de tamaño mediano.
Camino de un lado a otro observando el show.
- Sonorus - digo mientras coloco mi varita en posición a mi laringe
- Coff, Coff, Hola, si… probando, probando – de pronto la voz comienza a escucharse de forma estrepitosa por todo el lugar, los pocos animalillos que están a vista se petrifican observándome mientras yo estoy con una sonrisa de oreja a oreja
- ¡Bel!, ¡Sal de una vez por todas! - digo aumentando y colocando mi voz en un todo más chillón de forma intencional.
- ¡Tengo hambre, frío y sueño!, ¡quiero mi cama! – digo mientras con la otra mano revuelvo en mi bolso y saco de él una botella de vino rosa de peculiar aspecto.
– Traje incluso un presente-
Levanto entonces la botella hacia arriba de mi cabeza agitándola por si alguien en ese fúnebre lugar anda observando qué es el ruido de afuera.