Jump to content

Josh Cameron

Magos
  • Mensajes

    23
  • Ingresó

  • Última visita

Acerca de Josh Cameron

  • Cumpleaños 07/01/1991

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    5
  • Rango Social
    Aprendiz
  • Galeones
    20100
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Libros de Hechizos
    Libro del Aprendiz de Brujo (N.1)
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Humano
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Poder en Criaturas
    40
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    Idiomas
    Artes Oscuras.
  • Medallas
    30000

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Male
  • Location
    España

Visitantes recientes al perfil

3.694 visitas al perfil

Logros de Josh Cameron

Contributor

Contributor (5/17)

  • Well Followed
  • Conversation Starter
  • Dedicated
  • Reacting Well
  • First Post

Insignias recientes

53

Reputación

  1. *voz de droide separatista* ¡Morid, perros Jedi!

    1. Mostrar comentarios anteriores  2 más
    2. Mica Gryffindor

      Mica Gryffindor

      Puedo raptarlo en lugares más cómodos, si prefiere 😈

    3. Josh Cameron

      Josh Cameron

      La jaula también está bien. Tiene su morbo

    4. Mica Gryffindor
  2. —Dejaré que me aconseje usted. Me fío de su excelente gusto, mi querida ministra —respondió mientras tomaba asiento. El semblante de Ada reflejaba su mejor sonrisa de póker. Eso le encantaba de ella. A pesar de su corta edad, era una mujer muy perspicaz y no se dejaba engañar. Siempre iba un paso por delante de los demás, tal y como procuraba hacer el mismo Josh. Sin duda, la joven Dumbledore lo había citado allí para proponerle alguna clase de negocio provechoso para los dos. Enseguida iría al meollo de la cuestión, pero no había nada de malo en relajarse un poco y disfrutar de tan agradable compañía. El irlandés chasqueó los dedos para llamar la atención de alguno de los elfos domésticos que tomaban notas y repartían las comandas por las mesas. No tardó en venir uno de ellos, y el chico se dirigió a él de manera educada pero dejando claro con el tono que no lo consideraba más que una herramienta. —Por favor, sírvale una taza de café caliente a mi acompañante, y para mí… lo que ella elija —el pequeño ser de orejas puntiagudas dirigió la mirada hacia la señorita; mientras tanto, Cameron volvió a hablar con ella como si la criatura ya no se hallara allí— Y bien, señorita Ada, ¿qué tiene para mí? Dudo mucho que me haya convocado aquí solo para disfrutar de mi compañía.
  3. Primero se le acercó una chica joven de pelo blanco que contrastaba con un elegante vestido negro y dorada. Por su forma de desenvolverse en el lugar, parecía la dueña del local. Le ofreció una carta con todos los productos del lugar y le recordó amablemente las ofertas más especiales, además de invitarle a un cocktail. Josh cogió la invitación y le sonrió a la chica. —Muchas gracias. Puedes tutearme, que todavía no soy tan mayor —le soltó con una risa alegre–. En cuanto me decida, te cuento qué me apetece tomar y con qué cachimba acompaño el trago. La realidad era que esas cachimbas le estaban haciendo ojitos, y todas parecían tener un sabor intenso y una cantidad densa de humo, tal como a él ke gustaban. Especialmente aquellas que en vez de agua llevaban alcohol. Estaba a punto de escoger un Califa Cocktail y una cachimba de menta con whisky cuando se le acercó otra chica, también elegantemente hermosa. Llevaba un vestido azul que se ceñía a su cuerpo y remarcaba sus curvas de una manera sensual. —Buenas noches, bienvenido a Shambala, mi nombre es Selene. Como ve llega justo el dia de la inauguración, ¿le gustaría a usted usar un traje típico para ambientarse en la fiesta? —le preguntó aquella guapa mujer, presentándose. —Selene… Como la diosa griega. Me gusta —replicó, mirándola a los ojos—. Por supuesto. Suena divertido. Selene le enseñó sus nuevas prendas. Esperaba que le quedaran bien, porque era muy alto y de constitución fuerte; no cualquier talla le valía. El chico tomó la mano de la mujer con nombre de diosa y aceptó que lo guiara a una pequeña área de descanso. La noche había empezado de forma más que prometedora, y lo mejor es que solo había comenzado.
  4. Era viernes por la noche y Josh no tenía ninguna intención de irse a la cama. Al irlandés le gustaban las noches largas y llenas de sorpresas. Amaba esa inyección de adrenalina que le proporcionaba la vida nocturna del mundo mágico; especialmente la de Londres. Galway, donde él nació, era una ciudad mucho más tranquila en ese aspecto, para su desgracia. Se acercaba medianoche y todavía no había encontrado un plan. Había vuelto hace poco a esta comunidad mágica tras unos años tranquilos en el extranjero y aún no conocía demasiada gente, pero en este sitio siempre podía salir en busca de aventuras; no necesitaba de compañía previa, Londres se le proporcionaría, no le cabía ninguna duda. Sus pies le llevaron hasta el callejón Diagón. Magos y brujas abarrotaban bares, pubs, discotecas y todo tipo de lugares de ocio. Daba gusto ver tanta gente pasándoselo bien. Cameron siempre había pensado que la vida era para disfrutarla, para deleitarse con cada pequeño placer que se le ofrecía. ¿Por qué no tomar aquello que nos hace felices? ¡Qué más da lo que diga o piense la gente, o si esto o aquello es bueno o malo! La vida solo se vive una vez, pensó el mago. Ya había elegido un bar donde tomarse un par de pintas y fumarse unos cigarrillos, cuando se topó con un local que no le sonaba haber visto hasta ahora. 'Tetería Shambala' rezaba el cartel de la entrada. Cameron arqueó una ceja. Quizás cambiase los habituales cigarrillos por una de esas cachimbas que tanto anunciaban en la cartelera del lugar. Sí, eso haría. Giró el pomo de la puerta de entrada y se adentró en el amplio y cálido salón de la tetería. No había demasiada gente porque todavía era temprano, pero los pocos que allí se hallaban vestían túnicas y vestidos árabes. Josh se quedó con la curiosidad de saber si todos serían personal de la tetería. Se quitó la americana azul marino que vestía, quedándose tan solo con la camisa blanca y los vaqueros, y tomó asiento en uno de los amplios sofás, esperando a que algún empleado le atendiese y se tomase nota.
  5. Aquella tarde era una de esas en las que la lluvia se apoderaba de las calles de la vieja Londres; sin embargo, eso no alteraba lo más mínimo la vida de la urbe. La primavera siempre se ensañaba con aquellas tierras inglesas, pero los londinenses ya se habían acostumbrado a las inclemencias del tiempo hacía siglos. Paseando por sus históricas calles se hallaba Josh Cameron, cobijado bajo un gran paraguas negro. El mago se había citado con Ada, la recién proclamada ministra de Francia, para charlar sobre algunos detalles de esa maravillosa empresa que la joven acababa de comenzar. El irlandés no la conocía demasiado todavía, tan solo habían coincidido en un par de ocasiones en persona, pero sus contactos comunes le habían dado buenas referencias. Además, ya había tomado alguna que otra decisión cuando se hizo cargo del ministerio francés, y Cameron reconocía que la chica, además de evidentemente guapa, le parecía muy valiente y perspicaz, a pesar de su juventud. Sabía que ella ya se encontraba en el lugar donde habían quedado, pero aún así no se apresuró. Siguió andando al mismo paso tranquilo. Quería llegar deliberadamente tarde. Primero porque era una excelente manera de calibrar la paciencia de Ada, y segundo porque era una manera de empezar cualquier negociación desde una posición de poder. Salió de la avenida principal, girando a la derecha hacia un estrecho y abandonado callejón sin salida. Cerciorándose de que nadie le seguía, Josh tocó, con el extremo puntiagudo de su paraguas, unos pocos ladrillos del muro que cerraba la travesía. Después, se hizo un paso hacia atrás y la pared comenzó a abrirse, ladrillo a ladrillo, dibujándole una puerta mágica que le abría paso hacia una de las calles más famosas del mundo mágico: el callejón Diagón. Se sonrió. Por más que pasaran los años, nunca dejaría de maravillarse con aquel mecanismo tan ingenioso. Cameron avanzó por la vía mágica, aún parapetado tras su paraguas, a salvo de esa lluvia que tanto le gustaba. Se encendió un cigarrillo mientras buscaba el comercio donde esperaba la ministra de Francia. Era un vicio muggle y, además, sabía que era perjudicial para la salud, pero era uno de los tantos vicios que disfrutaba. Había algo en eso de echar humo por la boca que le confería cierto halo de misterio, y tal vez de poder, como si se tratase de uno de los famosos dragones que custodiaban Gringotts. Por fin encontró la casa de infusiones 'Il buon gusto'. Cerró el paraguas y le dio una última calada al cigarrillo antes de apagarlo. Levantó la mirada hacia el cielo y exhaló una nube de humo antes de entrar al recinto. Dejó su abrigo gris en el perchero guardarropa, y oteó el horizonte hasta que se topó con la mirada de Ada. Preparó su sonrisa más sincera de disculpas y se plantó ante ella. —Ministra Dumbledore… Lamento la tardanza —dijo, tomándola de la mano para poder besarle el dorso.
  6. ¡Buenas! Solicito el pack de re-bienvenida Nick: Josh Cameron ID: Si es el número de ficha es: 104685. Si es el número de usuario que aparece en la url de mi perfil es: 109040 Criatura que deseas: Streeler 2 Conocimientos que deseas: Idiomas y Artes Oscuras. Espero que esté bien rellenada la solicitud. Si hay algún fallo, comunicádmelo y lo subsano. ¡Muchas gracias!
  7. La pareja de magos compartía impresiones, pensamientos y confidencias a cada pintura que visitaban, con cada uno de los pasos que daban por los largos corredizos cargados de arte. Los susurros, las bocas abiertas, las risas coquetas se intercalaban en aquel momento, y todo esto sin que sus manos se separaran ni un solo momento. Sol le había confesado lo mucho que había pensado en él durante estos años cada vez que había visitado un museo. Ahora que estaban juntos de nuevo, se había propuesto hacer honor a esa silenciosa promesa entre los dos y visitar cada una de las galerías de arte más importantes del mundo. Juntos, siempre juntos. Nada los volvería a separar. Eso lo juraba el irlandés por su vida. De pronto, Josh sintió un tirón de su compañera, que había quedado embelesada con uno de los óleos que colgaban de las pulcras paredes. —Interesante elección —musitó el irlandés, más para sí mismo, sin pretender ser escuchado por nadie más. —Dalí… 'La persistencia de la memoria'… —murmuró la bella mujer. —¿Puedes imaginar qué pasaba por su cabeza cuando pintó eso? Me gustaría saberlo. Miró y miró el lienzo, de arriba a abajo, de lado a lado, diagonal en diagonal. Era extraño, cuanto menos. Los relojes derretidos. Esa figura echada en el suelo desértico con un reloj derretido encima, que le parecía una mujer mutilada o un caballo muerto. El paisaje tan solitario. Aquel árbol sin hojas… Sin duda alguna, el estilo de Dalí era del gusto de Cameron. Como le había dicho antes a su amada Tormenta, se trataba de un discípulo muy tardío de El Bosco. Y valga Merlín que él amaba lo complicado del pensamiento de aquel movimiento surrealista. —Me aventuro a decir que Salvador Dalí quiso reflejar la caducidad de las cosas. Fíjate en esa amalgama de carne rosa que no sabes qué es. Parece un cadáver en descomposición. Tal vez de una mujer o tal vez de un caballo. Sea como sea, está claro que algunos miembros han sido carcomidos por el tiempo, que justo se derrite sobre su cuerpo —dijo Josh, señalando con sus dedos a centímetros del cuerpo mientras realizaba su hipótesis. —Los otros relojes, igualmente derretidos. El paisaje, desértico. Y, apenas, el mar de fondo. Una alegoría de la muerte en sí. Del transcurrir del tiempo. De la vida en sí. Se giró sobre sí mismo para poder contemplar sus ojos. Estaba seguro de que no iba a asustarla con tal visión. Eran demasiados años y ambos se habían criado en un ambiente sin prejuicios artísticos y con la mente suficientemente abierta como para hablar de estos temas. El chico esperó el juicio de su acompañante en aquella tarde de arte y disfrute.
  8. Las galerías del Museo Night eran largas, amplias y muy luminosas. Le recordaba a algunos de los museos que había podido visitar en sus viajes por Europa. Le recordaba especialmente al Thyssen-Bornemisza, en plena capital española, tanto por el tipo de arte que albergaba en su interior como por la disposición arquitectónica del edificio. Si bien, el recinto del Thyssen era claramente neoclásico y el Night le recordaba un tanto a ese barroco más sobrio que se desarrolló en Inglaterra. Cameron llegó pronto a su cita, así que decidió recorrerse con atención las dos plantas de las que disponía el museo, después de dar un largo paseo por los amplios jardines de la entrada, donde pudo observar algunas especies animales que nunca había visto en persona. El primer piso no llamó su atención. Estaba prácticamente dedicado a animales exóticos y casi que demasiado artificiales que hacían a sus anchas tras unas salas acrisoladas y selladas. Él prefería verlos en libertad, en su hábitat natural, como aquellos enormes pájaros rosas de apariencia bobalicona que había vislumbrado en el bosquecillo del exterior. Apenas sí se fijó en las esculturas, un tanto curiosas, esculpidas sobre la misma piedra de los arcos que sostenían aquellas bóvedas. En el segundo nivel, la cosa cambiaba. Miles de pinturas llenaban las paredes del lugar. Sin duda, era una de las pinacotecas más ricas de todo Londres, y apostaba que la mayor del mundo mágico. Reconoció varias obras de pintores muggles muy reconocidos de todas las épocas, entre ellas algunas de Picasso, Van Gogh, Francis Bacon, Pollock, El Bosco, Velázquez, Goya… Sin embargo, a diferencia de las originales, que había podido ver en sus respectivos museos, estas copias tenían vida propia, como los lienzos pintados por los magos. Sus ojos del color de la miel se encontraban mirando una copia de la obra del artista francés, Claude Monet, Impresión, sol naciente, cuando unas manos suaves y de tacto frío cubrieron su rostro. —Hola, guapo, ¿por qué tan solo? —dijo la voz inconfundible de su amiga Sol Lestrange. El irlandés sonrió al recibir un beso en la mejilla y se giró para abrazarla y darle dos besos a modo de saludo, como siempre habían hecho desde que se conocían. —¿Tardé mucho?. —Para nada, querida. Tú siempre llegas en tiempo perfecto. He sido yo el madrugador —añadió Josh. El joven de tez bronceada, a diferencia de la mayoría de sus compatriotas irlandeses de rostros lechosos, tomó la mano de la bruja de cabellos ondulados y comenzó a andar en busca de un óleo que quería mostrarle a su compañera. —Vamos, hermosa. Quiero que veas una de mis pinturas favoritas —mientras caminaban por las iluminadas galerías del museo fue explicándole acerca de aquel cuadro. —Se llama El jardín de las delicias, y es un tríptico de un pintor flamenco llamado Hyeronimus Bosch, más conocido como El Bosco. Como podrás comprobar, es una composición un tanto surrealista y cargada de muchos matices y distintas lecturas. No por nada se dice que fue un adelantado a su época y todo un precursor del estilo que luego llevaría a la fama a Salvador Dalí. Tras un breve paseo en el que pudieron contemplar algún lienzo interesante como el Estudio del retrato del Inocencio X de Velázquez, de Francis Bacon, por fin dieron con el tríptico que andaban buscando. Allí estaba. Tan majestuoso como siempre, pero todavía más inquietante debido a la vida propia que cobraban los cientos de figuras de tan magna pintura. De entre todas ellas, Josh no podía parar de mirar a esa especie de ave con forma humana que, en el infierno que imaginó El Bosco, no cesaba de devorar personas desnudas para, posteriormente, defecarlas en una letrina gigante. —Como ves, es cuanto menos curiosa… —el joven rió. —El original se encuentra en Madrid. En el Museo del Prado, más concretamente. Algún día debemos ir, Tormenta.
  9. Pido la actualización del campo 'Familias'. Como Familia nº1: Targaryen -hermano de Arya Lúthien Stark- Como Familia nº2: Atkins -hijo adoptivo de Mía Aleesia- También pido actualización de las bóvedas cuando esté aprobada. ¡Muchas gracias!
  10. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/104685-ficha-de-josh-cameron/ 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Familia N° 2: 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Bóveda Familia N° 2: Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 20100 G
  11. FICHA DE JOSH CAMERON Datos Personales: Nombre del Personaje: Josh Cameron Sexo: Masculino Edad: 23 años Nacionalidad: Irlandés Familia(s): Familia 1 : Targaryen Familia 2 : Atkins Padre(s) Sanguíneo: Padre(s) Adoptivos: Mia Alessia Trabajo: -- Poderes Mágicos: Rango Social: Aprendiz Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Nivel de Poder Mágico: Puntos de poder en objetos: 20 Hechizos adicionales Puntos de poder en criaturas: 40 Criaturas Controlables en asaltos Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: Idiomas Artes Oscuras. -- Perfil del Personaje: Raza: Humano Aspecto Físico: Es un hombre de constitución grande y fuerte. Muy alto, rozando los dos metros (más en concreto 1'95). De tez más bien morena, en contraste a sus compatriotas irlandeses, gracias a las raíces mediterráneas de su familia. Tiene una cicatriz en la rodilla derecha, producida por una caída durante una incursión en casa de los O'Hara, la familia cacique de la aldea de la que proviene Cameron. A pesar de su origen pobre -o quizás precisamente por ello- le gusta vestir de forma elegante y sobria, pero siempre destacando por algún detalle que llame la atención. Guarda algún que otro lunar diseminado por su cuerpo, aunque casi nunca los deja ver, muy poca gente ha tenido ocasión de descubrirlo. Su pelo varía según la época, aunque normalmente suele estar más largo que corto. Cuando tiene épocas de estrés se le suele notar porque empiezan a salirle entradas en el cabello; eso sí, cuando está sin preocupaciones recupera su media melena en todo su esplendor. Una vez acostumbrado a tener su propio balde agua cada mañana, siempre procura ir bien acicalado cada mañana, intentando no volver a las malas costumbres de cuando vivía en la calle. Cualidades Psicológicas: Perspicaz para algunas cosas, peca de juventud en algunas otras -como en confiar demasiado en las personas y en su naturaleza-. Obligado a madurar a temprana edad debido a sus bajos orígenes, ha tenido toda una infancia para memorizar la peor cara del ser humano. Fue marcado por el juicio a sus padres tras el robo de una barra de pan y por su posterior ejecución, que todavía aparece en sus pesadillas. Tiene marcadas a fuego las leyes en su cabeza y se inflige castigo cuando se ve obligado a sobrepasar alguna de ellas. Su única vía de escape durante su dura infancia fueron las lecturas que recibía en la escuela de su ciudad natal, Galway; por ello se ha convertido en un devorador de libros y de cultura en general. También es un gran admirador del arte, legado de su tierra natal donde abundan las viejas abadías benedictinas con grandes patios. De carácter fuerte como él solo. Es muy terco y se enfada fácilmente cuando le llevan la contraria. Es una persona que no conoce el término medio en todos los aspectos de su vida, lo que le hace muy firme en sus decisiones. A pesar de ello, no tiene problemas en socializar con la gente, aunque en ese aspecto también está polarizado: o cae muy bien, o cae muy mal. Historia: Nacido en Galway, la que dicen que es la capital administrativa de Irlanda, en una mañana de invierno durante el frío mes de enero. De baja cuna, hijo de unos campesinos extranjeros; siempre obligados a permanecer en perfil bajo, en el anonimato. No tuvo una infancia fácil; es más, estuvo llena de penurias y complicaciones. A la temprana edad de diez años quedó huérfano tras el enjuiciamiento de sus padres por presunto robo de una hogaza de pan. Unos cuántos años más tarde se dio cuenta de que tal cosa no era verdad y que, en realidad, sus progenitores eran magos de tierras muy lejanas escondiéndose de unos enemigos poderosos y de intenciones oscuras. Aún así, ya era tarde para él. El chico había desarrollado una extrema obediencia hacia las leyes y las normas, mezcla del miedo a las autoridades y del fervor de sus propias convicciones, tomadas de textos leídos aquí y allá. Se labró su porvenir como ayudante del jefe de policía de Galway, que viudo y sin descendencia se apiadó de él. Más tarde pasó a ser su secretario personal y guardaespaldas -en parte gracias a su corpulencia, ya considerable en la adolescencia-. De las pertenencias de su madre rescató un manual de magia, que fue aprendiendo en sus ratos libres. A los 18 años dejó el cuerpo policial y entró en la Escuela de Magia Nacional de Irlanda, donde se graduó hace apenas un año con una de las mejores calificaciones de su clase. Ahora llega a Ottery St.Catchpole con ganas de demostrar al mundo, y a sí mismo, de lo que es capaz de hacer por los suyos. Pertenencias: Objeto Magico Legendario: Objetos Magicos: Objeto 1: Varita Clasificación: AA Puntos de poder: 20 puntos Mascotas y Criaturas: Criaturas en la Reserva: Streeler Libros: Libro del Aprendiz de Brujo Elfos: -- Licencias, Tasas, Registros: Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Registro de XXX: Otros Datos: Otros datos: Cronología de cargos: Premios y reconocimientos: Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -#374 Link a Bóveda Personal: Bóveda 104693 Link a Bóveda Trastera: Aún no tengo Link a Bóveda de Negocio: Aún no tengo Link a Bóveda Familiar 1: Aún no tengo Link a Bóveda Familiar 2: Aún no tengo
  12. Justo cuando estaba siendo acompañado hacia uno de los privados del local junto con la bella camarera, apareció una figura que algunas personas fácilmente impresionables calificarían de siniestra. Pero Josh Cameron no era así. A él lo oscuro no le intimidaba ni impresionaba. Es más, le resultaba curioso. El autoproclamado Cardenal de la Muerte irrumpió de una forma un tanto agresiva. Se olía a leguas que buscaba problemas. Al joven irlandés no le hubiese molestado para nada que en otro momento hubiese entrado a destrozar el local o a perpetrar algunos de los asesinatos que tanto salían últimamente en los medios de comunicación mágicos, incluso se hubiese unido a él en busca de un poco de caos y diversión, pero en este momento no. No cuando estaba ligándose a una hermosa camarera con ganas de pasárselo bien y de no dormir durante toda esta noche. Podía amargarle el dulce, y eso le reventaba mucho. Tomó un trago largo de la botella de vodka que todavía quedaba sobre la barra, se atavió de nuevo con su abrigo y, algo molesto, se levantó hacia él y lo encaró. —Mira amigo, no me importa que seas Cardenal de la Muerte, Obispo de la Destrucción o Papa del Apocalipsis. Quiero tener una noche agradable y estoy a dos pasos de acostarme con esta chica de ahí —señaló en la dirección donde se hallaba la camarera—. Si no te importa, vuelve más tarde y ya buscas el lío que te dé la gana. No tenía claro dónde ni con quién se metía. Era nuevo en la ciudad y ya atraía los problemas. De todas formas, eso nunca le había importado, así que se dio la vuelta sin esperar respuesta y se dirigió de nuevo hacia su anfitriona.
  13. —Si fuera un lugar de mala muerte, no me habría molestado en entrar —enarcó una ceja—. ¿No crees? Se terminó el vodka de un solo trago sin inmutarse mientras escuchaba de labios de la joven camarera que era una de las dueñas del local. "Vaya, vaya... Así que tampoco tengo tan mal ojo después de todo", pensó él. Empezaba a tener algo de calor debido al efecto del vodka, así que se levantó y se quitó el abrigo, dejándolo con cuidado en una de las sillas que había en la barra. —Así que este local te pertenece en parte... —dijo con una amplia sonrisa que se dibujaba en sus labios de lado a lado— Entonces no te importaría invitarme a compartir contigo una de tus mejores botellas de vodka, ¿verdad? Porque creo que solamente con una copa nos vamos a quedar muy cortos. Acercándose a ella, tomó la botella abierta que había sacado hacía tan sólo unos instantes y le dio un buen trago sin siquiera servirse en su vaso. No pudo reprimir una sonrisa tras esa pequeña travesura y le guiñó un ojo a la que había decidido que iba a ser su anfitriona esta noche.
  14. Josh cogió el vaso con el vodka y le dio un trago. Luego, se lo tendió a la camarera sin apartar la mirada. —No me importaría compartir mi vodka con una chica tan guapa como tú —le dijo en voz lo suficientemente baja como para que lo oyese sólo ella, y no ningún oído curioso de alguno de los magos que empezaban a llenar el local. Esperaba que aceptase la propuesta, puesto que Cameron tenía ganas de ver un poco más suelta y dicharachera a aquella bruja que le había caído tan bien. Vio cómo se inclinaba hacia él tras la barra y no se molestó en disimular una descarada mirada hacia su escote. Le gustaba lo que veía. Le gustaba mucho... Al final había sido buena idea entrar en aquel bar de striptease. Entre sus pensamientos y la distracción que le suponía ver a la escultural camarera, oyó como ésta le preguntaba algo. —En efecto. Soy nuevo en esta comunidad. Me acabo de trasladar a la villa mágica de Ottery St. Catchpole desde Dublín —le aclaró rápidamente—. Y dime... ¿Cómo es que una chica como tú trabaja en este antro? Se rio tras decirlo. No tenía nada de malo el sitio, pero le era difícil imaginarse a aquella chica en un lugar de streptease.
  15. No le costó sonreír cuando aquella amable y vistosa chica le sirvió el trago. La retuvo por el brazo, con suavidad pero firmemante, antes de que terminase de servir el vodka. —Más largo, por favor... —le dijo sin dejar de mirar con una sonrisa dibujada en sus labios el llamativo y sugerente atuendo que dejaba entrever las formas de la muchacha— Cuanto más fuerte, mejor. Resopló un poco a la vez que se frotaba las manos. Aún sentía el frío que hacía en las calles londinenses. Un frío que le había sorprendido sin su bufanda, que aún reposaba en un estante de la maleta que había dejado en el hostal. Observaba los movimientos de la camarera de manera fija. Le había llamado la atención aquella joven atractiva, aunque pensaba que seguramente ya tendría novio, no había nada de malo en observar la belleza que Dana, la diosa celta del amor, había creado para alegrar este mundo. Cogió uno de los hielos que le había servido junto al vodka y lo partió contra la barra. —Y bien... Ya hemos roto el hielo —no pudo reprimir una risa tonta.
×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.