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Luz del Carmen Gryffindor

Magos
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Acerca de Luz del Carmen Gryffindor

  • Cumpleaños 20/08/1991

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    4
  • Rango Social
    Unicornios de Plata
  • Galeones
    113410
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Gryffindor
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    60
  • Puntos de Poder en Criaturas
    0
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Conocimientos
    -Primeros Auxilios
    -Defensa Contra las Artes Oscuras
  • Medallas
    8000

Profile Information

  • Género
    Female
  • Location
    Ninguna parte en especial...

Logros de Luz del Carmen Gryffindor

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164

Reputación

  1. Hola... Después de bastante tiempo: Siento no haber podido actualizar mi ficha antes. He tenido muchos problemas muggles que apenas estoy resolviendo. En fin, me dejo de tanto rollo y expongo los cambios que me gustaría hacer: Primero que nada, me gustaría actualizar la edad de mi personaje, que ya tiene 24 años. Lo segundo y último (Por ahora) es cambiar el párrafo final de la historia de personaje. Quedaría de la siguiente manera: Esperando no dejarme nada en el tintero, me despido: Luz (*Dejo besitos y chocolates en forma de notitas musicales, para después salir corriendo*).
  2. Hola a todos! Este domingo apenas me di cuenta de todos los cambios porque estuve varios días desaparecida del foro (Ya saben, problemas muggles...) En fin, después de buscar y preguntar (Porque me sentí super perdida a pesar de leerme varios topics) vengo a elegir los conocimientos con los que me voy a quedar: Enlace a Ficha: Ficha de Luz del Carmen Gryffindor Conocimientos: * Primeros Auxilios * Defensa contra las Artes Oscuras Espero haber puesto los datos bien. Si hay algún problema, no duden en contactarme, por favor. Les dejo millones de besitos de chocolate: Luz. P.D: Tengo qué actualizar mi ficha en cuanto pueda...
  3. Hola Aine y todos. Muchas gracias por la respuesta. Sin embargo, pensé que me había explicado bien en el mensaje anterior. No hay lío, lo vuelvo a comentar: La gente que ve puede usar esto sin problemas, pero a mi me cuesta más trabajo todavía editar un mensaje porque uso un lector de pantalla para ciegos. De hecho al final de mi post anterior, expliqué que tengo ceguera total. Justo el problema para mi es que el editor se abre en la misma página. Tengo qué actualizar la información que me da el lector de pantalla e irme al principio de todo para encontrar el cuadro donde tengo qué editar. El otro día sin querer le di al cuadro de respuesta rápida y no me pude fijar a tiempo, pensé que era el cuadro donde podía editar el mensaje anterior... Siempre he procurado tener cuidado con ese tipo de cuestiones, pero aquella vez que tuve el problema, no se me activó el link de la edición, por más que actualicé la información que me daba el lector de pantalla y me iba al principio de la página. Solo me detectaba un cuadro, que era el de respuesta rápida. Lo cuento porque ahora mismo me ha pasado también. Si no hubiera dado enter nuevamente a la opción de editar, me hubiera ocurrido lo mismo del otro día. Por eso comento que para una persona ciega, es mejor que el editor se abra en otra página diferente. Así nos podemos evitar muchos líos, como el que me sucede a veces cuando edito, que el lector de pantalla me deja de hablar o tarda mucho en responder a las teclas que presiono. En cuanto a lo del texto enriquecido, no sabía cómo funciona, pero de todas maneras sigue siendo un problema para mi porque los caracteres que forman el código para poner la letra cursiva, por ejemplo, desaparecían para mi lector de pantalla cuando después de pegar en el cuadro correspondiente, previsualizaba o editaba un mensaje. Luego, ya no sabía si se iba a ver bien al momento de publicar el post. En otras palabras: Para mi, los caracteres correspondientes a ese código, eran una referencia. Ya me comentó una persona que aunque los caracteres del código ya no estén, el texto se muestra como uno lo ha especificado, pero al no ver nada, sigo intranquila por esa situación. Espero haberme explicado mejor. Luz.
  4. Hola a todos. Acabo de encontrarme con este topic y escribo porque debo comentar algunas incomodidades que estoy pasando a la hora de postear en el foro. Resulta que cuando respondo en un topic y pongo los códigos correspondientes para diferenciar por ejemplo los diálogos, a la hora de previsualizar los mensajes o editar, cuando quiero cambiar algo en el cuadro, mi lector de pantalla no me lee los caracteres correspondientes a esos códigos... Es como si para mi, desaparecieran. He tenido qué quitar lo que había puesto y volver a pegar el mensaje que previamente había escrito en un procesador de textos. Antes no me pasaban estas cosas y estaba segura de que los posteos me quedaban bien. ¿Creen que se pueda solucionar esto? Me preocupa no poder ver si después de previsualizar o editar un mensaje y al darle a enviar respuesta o guardar cambios, siga todo como lo puse antes. Aprovecho para indicar otra situación que me incomoda: Cada vez que quiero editar un mensaje, le doy al link pero no parece que se active. Lo digo porque al buscar el cuadro donde se puede editar, no siempre me aparece. Tengo qué actualizar la información que me da el lector de pantalla e irme al principio de la página para encontrarlo. Esto me ocasionó un problema hace rato porque le di a editar y creí que me había aparecido el cuadro donde estaba el mensaje a modificar. Según yo iba a quitar y volver a poner el mensaje porque para mi lector de pantalla, los códigos desaparecieron y cuando creí que por fin había terminado con la edición... ¡Le di a un botón que no era el de guardar cambios! Se había creado un mensaje nuevo (Seguido del que quería editar) y todo por culpa de un cuadro que no era el que buscaba. Al final pude modificar el mensaje anterior, pero me costó trabajo (Igual que me pasa ahora que estoy editando este para hacer algunas aclaraciones). Pienso que me resultaría más fácil si al darle al link de editar, cambiara de página y apareciera el cuadro de edición donde esté el mensaje que se quiere modificar, pues así no tendría estos líos. No sé qué opinen ustedes... Siento extenderme demasiado, pero necesitaba contarles estas cuestiones que resultan un problema para mi y el lector de pantalla que uso para la computadora, porque tengo ceguera total. ¡Hasta el próximo mensaje! Luz.
  5. ¡Hola! Vengo para hacer algunos cambios importantes en la ficha: 1.- En cuanto a la edad, vamos a cambiar el número 21 por el 22. 2.- Voy a modificar toda la historia de personaje por algunas cuestiones como la redacción, por ejemplo. Aquí va: Luz del Carmen Gryffindor creció en México criada por Laura Fabela*, una mujer que se pensaba que era muggle. No obstante, resultó ser una gran bruja que a raíz de encontrar a la chica tras el ataque a los Gryffindor, dejó la magia. Su intención era proteger a Luz (Que entonces tenía dos años) hasta que estuviera lista, así que se fue con ella a ese país y contrajo matrimonio con Arturo Rodríguez*, un muggle (O eso se creía). Luz del Carmen pasó toda su niñez sin saber que era descendiente de la familia Gryffindor; estudió en escuelas muggles y pensaba que era una persona común y corriente. Sin embargo, su vida fue muy dura porque sus compañeros se burlaban de ella, solo por no ver nada. La chica cometió una especie de magia accidental e involuntaria al enfadarse con un vecino por haberle tirado pastel a la cara el día de su cumpleaños número diez. Laura* se dio cuenta y corrió a socorrerla; de pronto, una banda de mortífagos llegó al lugar y atacaron por sorpresa. Estuvieron a punto de lanzar una maldición imperdonable a la niña, pero la mujer se interpuso, recibiéndola. Los encapuchados huyeron a toda prisa, al escuchar un canto... Era Luz que estaba detrás de ella, intentando calmar su miedo. No sabía que con eso los estaba ahuyentando e incluso, alargando un poco más la esperanza de vida de la que ella creía hasta ahora que era su madre. La pequeña llevó a la mujer a un lugar seguro donde pudieran estar, pues los mortífagos habían destruido la casa donde vivían. Finalmente, Cuando Laura* ya no podía cargar más con aquel secreto, decidió confesar toda la verdad. —Tú eres una bruja... una gran bruja. Luz del Carmen Gryffindor es tu nombre -Dijo, lanzando un conjuro de protección. —¡No, mami, tú no! -Dijo la niña con voz llorosa, mientras temblaba de miedo. —¿Y tú crees que voy a dejarte sola, niña? ¡Claro que no! Estaré contigo cuando menos te lo esperes... Escucha lo que voy a contarte -Respondió la mujer con voz tranquilizadora. —Bueno... pero resiste, ¿Si? -Suplicó Luz del Carmen en un susurro, mientras dejaba escapar un suspiro. La bruja le dio un beso y comenzó a hablar; cuando terminó, le entregó un baúl con todas sus pertenencias, escribió una carta que lanzó al aire, le dio la bendición y finalmente... Murió. Arturo* llegó casi en el último momento en que Laura* hablaba con Luz. El hombre acompañó un momento a la chica hasta que una desconocida llamada Hanna*, apareció para informarle que había sido aceptada en el colegio hogwarts, de magia y hechicería, donde formó parte de la casa Gryffindor. Fue reconocida por sus compañeros y profesores como una de los mejores alumnos; ahí, descubrió que era capaz de realizar hechizos complicados y tenía bastante facilidad para la música. Incluso, en una de las tantas batallas que se dieron en el colegio, la muchacha logró salvar muchas vidas, efectuando un simple canto y simulando tocar un piano. En la primera clase de vuelo, la maestra no quería darle clases a Luz del Carmen por el hecho de ser ciega. Gracias a la insistencia de varios compañeros y profesores, la chica no abandonó el colegio. No obstante, llegó a jugar algunos partidos de quidditch como buscadora, donde muy pocas veces requirió ayuda visual e hizo ganar a la casa de Gryffindor, 150 puntos. En su último año de estar en Hogwarts, Luz escuchó rumores de que la familia que llevaba el apellido del legendario Godric Gryffindor, se había establecido en Ottery. Una vez concluidos los estudios, decidió mudarse a ese lugar para buscar a su verdadera familia. Cuando encontró la mansión Gryffindor, una prima suya le abrió la puerta, a pesar de no saber quién era; otras dos chicas la saludaron y a una de ellas se le hizo muy familiar su rostro. La joven llevaba en el cuello un colgante con las iniciales "LCG" sobre el escudo de la familia Gryffindor, cosa que sorprendió a su hermana Arabella; una elfina la reconoció y reveló de quién se trataba. Después de varios días, Luz del Carmen se inscribió en la academia y fue asignada a la casa de los Aethonans de Salem. La chica tenía buenas calificaciones, pero al terminar algunas asignaturas, decidió tomarse unas vacaciones para ordenar su vida. El motivo principal era el siguiente. Al estar dormida en su habitación, tuvo un sueño que la dejó intranquila; tenía su varita en la mano y caminaba por un extraño pasillo, llamando a una tal Carmen Luna. La otra joven (Con una voz idéntica a la suya) la llamaba por su nombre. De pronto, un grupo de mortífagos se acercaba; uno de ellos decía de la forma más hiriente que podía, que esto se acabaría aquí y ahora; pero no era eso lo que inquietaba a la muchacha: El encapuchado había dicho algo así como "Hermanitas Gryffindor". Tras contarle a Arabella algo de lo que había ocurrido, le informó que al día siguiente iría a la academia a reportar que dejaría de estudiar por un tiempo y buscaría información acerca de Carmen Luna. Una vez anunciado el motivo de su ausencia en la oficina de la academia, la joven fue a visitar a los Aethonans de Salem y se encontró con una gran sorpresa: La chica de su sueño estaba en la misma casa que ella; al parecer, era una alumna nueva. Después de varias conversaciones, las dos muchachas se dieron cuenta de que eran prácticamente idénticas, a excepción de unos cuántos detalles físicos. Gracias a la unión de sus colgantes, descubrieron que eran hermanas mellizas y habían nacido el veinte de agosto. También supieron que tenían otra personalidad, a parte de la suya. Las hermanas tenían muchos planes a futuro, pero todo eso se estaba disolviendo por cosas que Luz todavía no entendía. Yanel le informó que algo pasaba con Luna y su otro yo. La joven se asustó al oír aquello, pero decidió averiguar primero, y luego actuar. En una pijamada, Luz del Carmen descubrió que desafortunadamente, Carmen Luna ya no era la misma; Repentinamente, Luz se convirtió un instante en su otro yo, por un presentimiento; fue entonces que sacó la conclusión de que fuera lo que fuera, debía averiguarlo a la orden de ya. Sin embargo, sus investigaciones han sido suspendidas de manera temporal por causas ajenas a su voluntad, como la inesperada muerte de su melliza. Actualmente, Luz del Carmen Gryffindor ha terminado sus clases en la academia de magia y hechicería, trabaja como sanadora pediatra en el Hospital San Mungo y espera acontecimientos importantes que cambiarán su vida para siempre. 3.- Por último, modificaré dos aspectos de la cronología de cargos, si me lo permiten. Voy a poner toda esa parte (Con los cambios respectivos) para facilitar el asunto. Estuvo en la academia de magia y hechicería de junio de 2010 a abril de 2011. Fue miembro de la Orden del Fénix de mayo de 2011 a marzo de 2013. Trabaja como pediatra en el Hospital San Mungo desde mayo de 2011. Aquí terminamos. Si hay algún problema con esto, favor de hacérmelo saber. Dejo abrazos y chocolates. ¡Hasta luego! Luz.
  6. (Luz del Carmen - En la zona de libros para niños). Mientras Mariannita me abrazaba, escuché una voz dulce en mi cabeza, pidiendo que no me durmiera. Sin duda, era mamá Laura. Dejé escapar un suspiro y abrí los ojos lentamente, para darme cuenta de que podía ver todo lo que ocurría a mi alrededor. De repente, mi mirada se encontró con la de mi hija y ella me sonrió. -Marianna -Dije con voz débil, al tiempo que la acunaba contra mi pecho. -¿Qué pasa, mami? -Preguntó la niña con voz llorosa. -Dile a tu hermana que venga, por favor -Pedí en un susurro. En ese preciso instante, vi que Margaret se acercaba a nosotras. -Aquí estoy, mami -Dijo Maggie, depositando un beso en mi mejilla izquierda. -Maggie, ¿Dónde están Sagitas y Danna? Me urge hablar con ellas... Necesito ayuda para localizar a Bodrik -Expresé, reuniendo las pocas fuerzas que tenía para hablar. -No llores, mi niña -Murmuré al ver que Marianna tenía lágrimas en sus ojos. (Danna - Enfermera. En la biblioteca). Al notar la preocupación de Sagitas, intenté calmarme para responder a su primera interrogante. -Laura Fabela era la madre adoptiva de Luz... Hace casi 12 años que murió y ahora es un fantasma -Comenté. La joven estaba poniéndose algo histérica cuando hizo la siguiente pregunta y al escuchar lo que dije sobre la mirada de Luz, asintió y se quedó pensativa. Luego propuso la idea de llevar a mi niña a San Mungo, pero había un problema. No me sentía con fuerzas para moverla de la silla. Además, tenía miedo de poner su vida en riesgo. Iba a responderle, cuando la puerta se abrió de golpe. Era una chica que parecía ser la sobrina de la pelivioleta. Mientras ellas hablaban, sentí que mi anillo vibraba un poco. Al tocarlo, escuché a Marianna, llorando en voz baja. ¿Qué rayos estaba pasando ahí fuera? En cuanto saliéramos, lo sabríamos. Cuando la muchacha se retiró de la biblioteca, respiré profundamente para calmarme y miré fijamente a la amiga de Luz. -No creo que sea el momento para llevarla a San Mungo así como está. No se preocupe, conociendo a Laura... estoy segura de que encontrará una solución y la comunicará -Aseguré. Sin embargo, no contaba con que aparecería otra nota. Al verla frente a mi, la abrí y escuchamos nuevamente la voz de Laura. -A saber quién es esa persona... ¿Vamos? -Propuse y me levanté de mi asiento, esperando la respuesta de Sagitas.
  7. (Luz del Carmen). -La infusión tiene muchas propiedades. Ahora mismo no recuerdo sus ingredientes, pero es algo que Bodrik me recetó desde que supe que estaba embarazada -Expliqué a Sagitas con voz débil. Al darme cuenta, me alarmé. -Tranquila, mami -Dijo Marianna en un susurro. -Estoy bien -Abracé a mi hija con las fuerzas que me quedaban y recordé un sueño que había tenido hace tiempo, donde mamá Laura me avisaba que debía pasar por un reto más difícil. Mi colgante emitió una fuerte vibración y cerré los ojos por un momento. -Nosotras cuidamos a mami -Contestó Maggie al comentario de la pelivioleta. -Ahora vuelvo, espero no tardar mucho. Si pasa algo raro, solo griten, niñas -Indicó Danna, acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla. Poco después, ella y Sagitas se habían retirado. (Danna - Enfermera). Al despedirme de Luz, examiné su rostro y noté que perdía las fuerzas lentamente. Además, la nube blanca de sus ojos cerrados estaba desapareciendo. eso significaba peligro. Dejé escapar un suspiro y seguí a Sagitas hasta una biblioteca. El pretexto que dio para hablar conmigo a solas, era perfecto. Cuando la joven pelivioleta cerró la puerta, busqué una silla para sentarme. Antes de responder a su pregunta, hice una seña para que tomara asiento y decidí pensar muy bien en lo que le diría. De pronto, vino a mi mente un recuerdo del día del partido de quidditch, cuando ya habíamos atendido a las jugadoras y estábamos en la oficina de Luz. La chica me dio unas claras instrucciones: Contarle la historia de los retos a Sagitas, si ocurriera una emergencia. -Primero, me gustaría que leyera la nota que tiene ahí -Indiqué. -Es importante que lo haga, ya que muchas preguntas podrían estar resueltas -Aclaré. Cuando la carta estuvo abierta, una dulce voz se dejó escuchar. Tras las últimas palabras, sentimos una leve corriente de aire y el papel desapareció. Esperé a que la joven asimilara lo que acababa de pasar y la miré a los ojos. -Bueno, esto lo ha dicho todo. Solo puedo agregar una cosa: Puede ser que al volver con Luz, ella dirija alguna mirada. Cuando hay peligro, tiene la capacidad de ver temporalmente -Comenté.
  8. (Luz del Carmen). Mientras Danna me revisaba, sentí un abrazo por detrás. Sin duda, era Sagitas. Al final, todas estaban rodeándome. Mariannita puso su cabeza en mi pecho y comenzó a cantar en un susurro. Sin embargo, noté que su voz se quebraba. No pude más que abrazarla y darle un beso en cada mejilla. Esa acción de mi hija había logrado devolverme algo de fuerza, pero todavía me sentía extraña. Margaret efectuó otro canto, acercando su cara a mi vientre. Oh sorpresa, a mis bebés les gustó aquello y lo demostraron con leves movimientos. Quise ejecutar otro canto, pero las niñas me lo impidieron. -Ah, no. Ahora tú eres la paciente -Dijo Marianna, poniendo una mano sobre mi frente. -Mantente relajada, no queremos que te canses -Añadió Maggie, acariciando mi vientre con suavidad. -Debo hacerlo -Repliqué como pude. -Será mejor que hagas caso -Opinó la enfermera. -No, solo sentí un poco de cansancio en los primeros días de embarazo, hasta que me enteré de lo que estaba pasando -Murmuré, al tiempo que abrazaba nuevamente a Mariannita. -Hasta hace menos de un mes, todo estaba bien. Cuando llegué del estadio y terminé de atender a las chicas, me sentí rara. El tema se resolvió al beber una infusión que me recetó Bodrik -Añadí en un susurro, mientras mi colgante emitía otra vibración y sentía que algo (O alguien) me revolvía el cabello. (Danna - Enfermera). Me separé un momento de Luz para buscar algo en mi maletín y de pronto, recordé un sueño que había tenido hace días. En él, Laura me informaba mediante una nota que vendría un reto más difícil y debíamos enfrentarlo con cuidado o... las consecuencias serían fatales. Tras pensar en esta última frase, comencé a respirar agitadamente y sentí que mi corazón se aceleraba. Genial, ahora yo también necesitaba sentarme. Por lo general, esto me pasaba cuando tenía un mal presentimiento. Sin poder evitarlo, me quejé levemente. Intenté hacer como si nada hubiera ocurrido, pero Maggie ya tenía los ojos puestos en mi. Le hice una seña para que se acercara. -Niña, ni se te ocurra decir nada de esto. Ahora lo importante es tu mamá -Susurré lo más que pude para que solo la niña me escuchara. -Solo lo hago por esta vez. La próxima... -Respondió Margaret en voz baja. -¿Qué pasa? -Preguntó Marianna en los brazos de su mamá. -No tengo idea -Contestó Luz en un susurro. Por fortuna, mi respiración y pulso volvieron a la normalidad. Sin perder más tiempo, me acerqué a mi amiga para examinarla nuevamente. -Siempre come bien y sigue las indicaciones de la sanadora que la atiende -Informé al escuchar el comentario de Sagitas. Segundos más tarde, vi cómo un papel entraba volando e iba directamente a la cabeza de la joven pelivioleta. -Señorita Sagitas, debemos hablar... a solas -Murmuré en voz baja. Esperaba que ella me hubiese oído únicamente.
  9. Aquella visita a la librería estaba resultando bastante buena. Definitivamente, la joven pelivioleta sabía mucho de literatura. -Nos gustan todos -Comentaron las niñas al unísono al escuchar los demás títulos. No me esperaba esta decisión. -Vaya... Pensé que no les iban a interesar los otros tres libros -Comenté, sonriendo. -Seremos un par de soñadoras, pero no nos deja de interesar lo demás. Queremos saber todo -Respondió Marianna. -Aunque claro, Fernando nos sorprendió muchísimo. Sin embargo, no está de más tener otras opciones para leer -Añadió Maggie. -Es una postura que me llama mucho la atención -Dijo Danna con voz serena. -Estoy completamente de acuerdo - Opiné, disponiéndome a seguir paseando por aquella sección. No obstante, al dar el primer paso, sentí que me iba a caer. Afortunadamente pude sostenerme del bastón, pero algo me decía que no iba a aguantar estar de pie por más tiempo. -¡Luz del Carmen! ¡Por favor, una silla! -Pidió la enfermera, acercándose a mi rápidamente y poniendo una mano sobre mi cintura. -¡Mami! ¿Qué tienes? -Preguntó Mariannita, llorando asustada. -Nada nena, estoy bien... Solo tengo algo de cansancio, pero ya se me está pasando -Mentí para no preocupar a nadie. Realmente, sentía que las fuerzas me abandonaban poco a poco. ¿Pero por qué me ocurría esto precisamente ahora? Ni idea. -Mami, basta con verte a los ojos para darme cuenta de que no estás bien -Contestó Margaret con voz seria. -Niñas, tranquilas. Ahora mismo reviso a mamá para salir de dudas -Sentenció Dannita tras ayudarme a tomar asiento, pues ya habían traído aquella silla. -No se preocupen, estoy bien -Murmuré. Mis bebés se inquietaron bastante, así que puse la mano derecha sobre mi vientre y la mano izquierda en mi colgante. -Será mejor que no hagas ruido ni te muevas, voy a revisar tus signos vitales -Indicó mi amiga, moviendo mi mano izquierda junto con el colgante y poniendo su varita en mi pecho. Posteriormente, revisó mi vientre y me puso unas gotas en los ojos. -¿Qué sucede, Danna? -Pregunté, apretando mi colgante. Al hablar, noté que mi voz sonaba un poco más baja de lo normal. -Todo está bien, no entiendo por qué tu repentino cansancio -Informó mi compañera, asombrada. -Esto no puede ser. Tengo miedo por mis peques -Acerqué el colgante a mi pecho. Al hacerlo, éste emitió una vibración reconfortante. -Ten calma, mi niña. Me encargaré de que todo esté bien con ustedes -Respondió Danna con seguridad y me dio un abrazo. Intenté contener el llanto, pero fue imposible.
  10. Sagitas nos comentó que era casada y se puso a hablar sobre los negocios que tenía. Todo era bastante interesante, sin lugar a dudas. -Bueno, a ver qué día visitamos el circo. Quizá cuando mis bebés estén un poco más grandes -Reí con diversión. -Sería divertido ir al circo -Añadió Marianna. Después de habernos emocionado con la noticia de los audiolibros, Sagitas sacó un ejemplar (O eso creía yo) sobre nociones básicas de magia. -Son dos, uno rojo y otro azul -Explicó Margaret. -Fernando, el aprendiz de Mago. Magia elemental para niños de 8 a 10 años. Me gusta el título -Comentó Danna en un susurro. Una voz dulce se dejó escuchar en la librería, contando el principio de la historia de aquel aprendiz de mago. Por un instante, me perdí en mis pensamientos y vino a mi mente el recuerdo de mamá Laura, momentos antes de morir. Ella empezó a explicar que yo era realmente una bruja y platicó parte de mi historia. Cómo me encontró cuando yo tenía dos años, cómo conoció a papá Arturo y cómo hacía para guardar el secreto de que las dos teníamos magia, etc. De pronto, un par de vocecitas y un beso en la mejilla me hicieron volver a la realidad. Respiré profundamente y volteé a todos lados, recordando inmediatamente que no me iba a servir de nada. -Aaaah, Fernando -Dijeron las niñas al unísono y dejaron escapar un suspiro. -Al rato no van a parar de nombrarlo. Fernando para acá, Fernando para allá... -Comenté entre risas. -Me gusta ese libro -Expresó Mariannita con voz soñadora. -Debe ser más que interesante -Agregó Maggie, en el mismo tono de voz que su hermana. -Creo que si tomamos la decisión de comprarlo, tendremos qué vigilar a las niñas para que no lo lean mucho -Opinó la enfermera, intentando contener la risa.
  11. sagitas rió cuando las niñas la llamaron "Señorita de pelo violeta". -Lo sabemos, pero nos gusta decirle así. Se oye divertido -Confesó Marianna, intentando contener la risa. -Esperamos que no le moleste que la llamemos así, señorita Sagitas -Añadió Margaret, intentando no reír. Cuando una de las gemelas sentía algo, la otra también. -En primer lugar, mi querida amiga... No sabíamos que trabajabas aquí, ni nada por el estilo. Yo sabía que tenías una florería, pero nada más -Comenté entre risas, volteando a donde pensaba que estaba la joven pelivioleta. -Si, recuerdo que me lo dijiste una vez, Luz. ¿Es la de las tres hermanas, no? -Quiso saber la enfermera. -Exacto, Dannita -Respondí a mi compañera. -Si gustas, Sagitas, podemos quedarnos a charlar contigo, al fin que ya casi acabamos de realizar los pendientes que nos hicieron pasear por el callejón -Agregué y sonreí. -Ven, mami. Quiere que la sigamos -Anunció Maggie y caminé con ella. Danna le dio la misma información a Marianna y caminamos detrás de la chica, escuchando todas sus explicaciones. De repente, nos detuvimos. -Zona de literatura infantil... Interesante -Murmuró la enfermera. -Hay libros rojos y azules. Me pregunto qué diferencia tendrán -Comentó. -Las niñas tienen siete años, están a punto de cumplir los ocho -Indiqué a sagitas, que comenzó a hablar sobre unos libros que nos parecieron increíblemente geniales. -¡Vive tu propia aventura! -Exclamaron mis hijas, asombradas. -Los libros sobre nociones básicas de magia suenan bien -Dije con sumo interés. -¡Audiolibros! ¡Siiiii! -Marianna estaba tan emocionada que comenzó a dar gritos de alegría, cuando la chica pelivioleta informó que había más de un soporte de lectura por libro. -Así las dos podremos leer lo mismo y tú no tendrás qué depender de los demás -Dijo Margaret, igual de emocionada que su hermana. -¿Estos audiolibros también son mágicos? -Preguntó Mariannita, a punto de llorar. -No sabes qué buena noticia nos acabas de dar, linda. ¡Francamente no nos la esperábamos! -Exclamé con la voz un poco quebrada por la emoción. -Qué agradable sorpresa, yo también estoy emocionada -Expresó Danna, contenta.
  12. No pasaron más de dos minutos cuando escuché que alguien se acercaba al mostrador. Ese aroma a canela me resultaba bastante familiar. -¿Sagitas, eres tú? -Pregunté un tanto incrédula. Cuando la escuché hablar, confirmé lo que estaba pensando. -Vaya, si no fuera por la voz y tu perfume... no te hubiera reconocido -Comenté, sonriendo ampliamente. -¡Hola, señorita de pelo violeta -Dijeron mis niñas al mismo tiempo. -Un gusto verla de nuevo, señorita Sagitas -Saludó la enfermera con voz amable. -Bueno, como verás... voy bien, afortunadamente. Ya tengo siete meses de embarazo -Respondí a la pregunta de mi amiga. -No necesitas decírmelo, puedo notar que estás contenta con solo escucharte -Añadí, parpadeando un poco. -Mami tiene razón, yo también supe que está contenta cuando la oí -Aclaró Marianna. -Si, venimos a comprar algunos libros que mami quiere que lea -Informó Maggie. -Estoy viendo algunos libros interesantes de comprensión lectora -Anunció Danna, caminando de un lado a otro. -Hmmm... perfectos para que las niñas se entretengan. El problema va a ser para Marianna, no quiere que nadie le esté leyendo siempre las cosas -Puntualicé con voz seria. -¿Qué opina de todo esto, señorita Sagitas? -Quiso saber la enfermera.
  13. Ya se estaba acabando el mes de julio y eso solo podía significar una cosa: Se acercaba mi cumpleaños y el de mis hijas adoptivas. Danna, una compañera de trabajo, me propuso ir a pasear por el callejón Diagon y aprovechar para comprar algunas cosas que nos hacían falta. Además, ya tenía siete meses de embarazo y debíamos buscar ropa y juguetes para bebés. Danna guiaba a mi hija Marianna, mientras que yo iba guiada por mi hija Margaret, quien hizo que nos detuviéramos en seco, argumentando que había visto una librería muy curiosa. Dejé escapar un suspiro y sostuve firmemente mi bastón. Ese día decidí dejar mi cabello suelto. Mi vestimenta consistía en una blusa blanca, una falda de color negro y unos zapatos blancos que me parecían bastante cómodos. Además, llevaba al cuello un colgante con mis iniciales sobre el escudo de la familia Gryffindor. Para terminar, no podían faltar mis aretes de oro y mi reloj negro de pulsera. Mis bebés comenzaron a moverse y sonreí levemente. Ya quería tenerles entre mis brazos y darles todo mi amor. "Esta tarde me parece algo extraña, no sé por qué". Dijo Yanel (Mi otro yo) en lo más profundo de mi cabeza. "Solo espero que no ocurra nada fuera de lo normal". Pensé. -La librería se llama "La Hermana Quisquillosa". Estoy viendo una columna de libros que salen de una ventana y llegan hasta el suelo -Comentó Maggie, con aire divertido. -¿Te apetece que entremos, Luz? -Preguntó mi amiga enfermera. -¡Anda mami, di que si, por favor! Está haciendo mucho calor aquí fuera -Pidió Mariannita con voz suplicante. -Está bien, vamos a entrar. Así aprovechamos para buscar unos libros que necesito que leas, Maggie - Sentencié. Mientras caminábamos, me puse a contar los pasos y segundos más tarde, ya estábamos frente a la puerta. Al abrirla, sonaron unas graciosas campanitas. -Si gustan, vamos al mostrador y preguntamos por esos libros -Propuso Danna. Asentí con la cabeza y nos acercamos. -Buen día. ¿Alguien podría ayudarnos, por favor? Estamos buscando unos cuantos libros -Pedí alzando un poco la voz, sin fijarme si había gente ahí o no.
  14. ¡Hola! Hoy vengo a hacer unos cambios importantes en mi ficha, que no había podido hacer antes por falta de tiempo. Primero que nada, en el aspecto físico... Creo que hay unos pequeños detalles que sobran. Va a quedar de la siguiente manera: Cabello castaño oscuro y ondulado que le llega hasta la cintura, piel morena clara y ojos azules con una pequeña nube blanca que aparece y desaparece, debido a diversas situaciones. Es delgada, mide 1.80 de estatura aproximadamente y tiene un lunar en el brazo izquierdo. Todo el tiempo muestra una agradable sonrisa. También voy a hacer modificaciones en la historia, específicamente en el último párrafo: Actualmente, Luz del Carmen Gryffindor ha terminado sus clases en la academia de magia y hechicería, trabaja como sanadora pediatra en el Hospital San Mungo y espera acontecimientos importantes que cambiarán su vida para siempre. OK. Por el momento, eso es todo. Muchísimas gracias de antemano. ¡Hasta la próxima! (*Dejo muchos chocolates y salgo corriendo*)
  15. ¡Hola! Estuve revisando mi ficha y me di cuenta de unos pequeños cambios que debo hacer, así que... Procedemos a ello: Edad que debí haber cambiado desde agosto: Quitamoss el número 20 y ponemos el 21. En el aspecto físico, vamos a cambiar un poco la redacción: Cabello castaño oscuro y ondulado que le llega hasta la cintura, piel morena clara y ojos azules con una pequeña nube blanca que aparece y desaparece, debido a diversas situaciones. Es delgada, mide entre 1.78 y 1.80 aproximadamente y tiene un lunar en el brazo izquierdo. Es una chica muy guapa y todo el tiempo muestra una agradable sonrisa. Aprovecharé también para modificar un poco el primer párrafo de la historia. Veo que hay comas donde no deben de ir y palabras que sobran: Luz del Carmen Gryffindor creció en México criada por una mujer que se pensaba que era muggle, pero al final resultó ser una gran bruja que a raíz de haber encontrado a la chica después del ataque a los gryffindor, dejó la magia para protegerla. Se fue a México con Luz, que era una niña de sólo dos años y contrajo matrimonio con un muggle. Fin de cambios. Pido de favor que adecúen esto a como está en mi ficha. Solo les puedo poner el texto. Saludos, dejo abrazos y chocolates. Yo.
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