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Ellie Moody

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Ellie Moody ganó por última vez el día 20 Noviembre 2022

¡Ellie Moody tenía el contenido más querido!

Acerca de Ellie Moody

  • Cumpleaños 03/06/1997

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    54
  • Rango Social
    Supremo Consejo de Morgana
  • Rango en el Bando
    Knight
  • Galeones
    254017
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Orden del Fénix
  • Libros de Hechizos
    Libro de Hermes Trimegisto (N.35)
  • Familia
    Moody
  • Trabajo
    Directora del Departamento de Misterios
  • Escalafón laboral
    T1
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    4670
  • Puntos de Poder en Criaturas
    3940
  • Puntos en Mazmorras
    60
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    Más de 3000
  • Rango de Criaturas
    2010 a 3000
  • Conocimientos
    Encantamientos
    Defensa Contra las Artes Oscuras
    Maestría con Escobas
    Leyes Mágicas
    Pociones
    Conocimiento de Maldiciones
    Artes Oscuras
    Runas Antiguas
    Historia de la Magia
    Meteorología
    Cuidado de Criaturas Mágicas
    Trasformaciones
    Aritmancia
    Primeros Auxilios
    Control de Energía Interna
    Control de Energía Psíquica
    Conocimiento de las Sombras
    Poder Destructivo
    Estudios Muggles
  • Habilidades Mágicas
    Oclumancia
    Legilimancia
    Animagia
    Hablantes de Pársel
    Magia Elemental Oscura
    Nigromancia
  • Medallas
    89000

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Gryffindor
  • Género
    Femenino
  • Location
    Incontrable

Campos para Gringotts

  • Escalafón último mes cerrado
    T2
  • Posteos acumulados último mes cerrado CMI
    173
  • Posteos último mes cerrado CMI
    0

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  • Well Followed
  • Máster de Halloween Raro
  • Conversation Starter
  • Reacting Well
  • Dedicated

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Community Answers

  1. Ellie había esperado encontrar la habitación de Madeleine llena de polvo. A pesar de que no está muy al tanto de lo que ella esté haciendo con su vida, sabe que poco a poco sus pertenencias han ido a parar a un departamento en Londres. Además, por el tono distante que usó para recordarle "lo de la cosa" en el castillo de la familia Evans McGonagall, se atrevía a deducir que quizás había pasado bastante tiempo desde la última vez que pasó una noche en el hogar de su familia de sangre. Pero su habitación estaba bien iluminada y fresca, como si alguien viviera allí. Incluso, la cama estaba alborotada, como si Madeleine acabara de levantarse; pero Ellie es consciente de que llegaron juntas, y de que incluso ella tomó el desayuno en Luss. —Supongo que nunca redecoraste este lugar —comenta Ellie, mientras Madeleine abre las puertas del armario de par en par para buscar algo en su interior. Si tuviera que adivinar, diría que un adolescente fue la mente creativa de la apariencia de aquella habitación. Nunca había estado ahí, y no le gustaba estar de pie inmóvil bajo el marco de la puerta, así que decide aprovechar de darse una vuelta y quizás conocer un poco más de la Madeleine que se mudó al castillo hacía ya varios años. Los estantes de un mueble alto están llenos de libros, sin ningún rastro de polvo ni olvido, e incluso hay unos abiertos y apilados en un escritorio frente a la cama. Son principalmente libros de Defensas Contra las Artes Oscuras, la cual es la rama en la que Madeleine se especializa, pero también hay algunos tomos de Pociones y Encantamientos. También tiene algunos volúmenes de Primeros Auxilios e incluso algunos suplementos como esencias curativas, ventajes, pomadas... ¿No estarían todas esas cosas ya expiradas? Pero cuando Ellie toma una botella de poción herbovializante, el la botella de cristal es perfectamente clara y el líquido verde tiene el color y la consistencia perfecta, no podía tener más de un par de semanas de destilación. Ellie frunce los labios, curiosa, pero no hace ningún comentario. Tampoco hace ningún comentario de la botella de whisky de fuego que se asoma de una de las gavetas del escritorio. El olor le llega a Ellie cuando se sienta en la silla del escritorio, como si hace no tanto tiempo alguien se hubiera servido un trago. Sin embargo, un nudo se le sube a la garganta, al recordar que esa mañana Madeleine estaba jugueteando con su ficha dorada de un año de sobriedad. ¿Era una recaída? —Ya estoy lista —la voz de Madeleine hace que Ellie se sobresalte, y se levanta rápidamente como si hubiera sido descubierta haciendo algo malo. Sin embargo, Madeleine no le presta atención, porque se está acomodando la camiseta negra que acaba de ponerse. Es una camisa de las Brujas de MacbethBrujas de Macbeth—. No sé, de repente recordé que estaba por acá. Siempre solía usar esa camiseta. Era cómoda, tanto para llevar debajo de su túnica Ministerial en el día, como para patrullar en el Callejón Diagón de noche. La había usado más allá de su vida útil, tanto que las costuras habían comenzado a abrirse a los lados y habían comenzado a aparecer agujeritos en el cuello y el ruedo. Aunque, cuando pasa las manos por encima de la franela para alisarla, se siente tersa y suave. Madeleine lo atribuye a la nostalgia y, quizás, a un muy buen suavizante de telas. Probablemente los elfos habían logrado pasar por encima del encantamiento de la puerta para, de todas formas, limpiar sus cosas. Por una milénsima de segundo siente el impulso de molestarse por la invasión a su espacio, pero el sentimiento se esfuma tan rápido como apareció. A decir verdad, ¿lo es? ¿Qué derecho tiene de hacer exigencias o reclamos, cuando han pasado semanas desde la última vez que puso un pie ahí? ¿Vale la pena perder tiempo con un problema tan trivial? «Supongo que ya he desperdiciado demasiado tiempo de mi vida en cosas triviales», se dice a sí misma, mientras da un último vistazo a su habitación. De repente, una sensación extraña y abrumadora la invade. Un sentimiento de una nostalgia que sentirá en el futuro; como si ésa fuera la última vez que verá esa habitación. No puede hacer más que reprimir una sonrisa nerviosa, con tanta fuerza que se termina mordiendo el labio inferior. —Bueno, ya me está rugiendo la barriga, vamos a ver qué hay de comer —dice Madeleine, apurando a Ellie y cerrando la puerta a sus espaldas. Tiene la sensación de que está dejando algo en el interior, pero sacude la cabeza y apresura sus pasos. Su terapeuta diría que es simplemente ansiedad, ¿no es así? Para cuando llegan al patio trasero, el sentimiento se ha evaporado y es reemplazado por una pequeña incomodad, en un costado de su mente, de tener que enfrentarse a una situación social que probablemente tendrá muy pocas distracciones, como un ataque de mortífagos o una invasión de doxys. Luego de tanto tiempo sin hacerlo, le causa preocupación la idea de tener que hacer smalltalk y suavizar las facciones de su rostro para que no parezca que está enojada. Y todo eso sin la ayuda de una cerveza o un trago de whisky. Por lo menos, que Ellie esté es más fácil; si se queda sin algo que decir, puede desviar la atención hacia ella, y ella podría quedarse echada en una de las tumbonas, hasta que todos estén lo suficientemente alcoholizados como para prestarle atención. —¿Carreras de botellas? —pregunta Ellie al llegar con los demás, habiendo escuchado la pregunta de Richard. Madeleine se queda detrás de ella, silenciosa, decidiendo que lo mejor es seguir la corriente.
  2. Un concurso para aquellas personas que les gusta escribir, dejar volar la imaginación y plasmarla en bellos cuentos. Déjate enganchar por la magia de la Navidad y participa con tus mejores Cuentos Navideños. Reglas del concurso: Cualquier usuario del foro puede participar. Cada usuario puede enviar un máximo de 3 Cuentos. El contenido debe ser ATP (apto para todo público). La temática girará en torno a la Navidad. Debe incluir, en alguna parte del cuento, alguna tradición navideña de su país de origen (puede ser incluso una comida típica) La extensión mínima del cuento debe ser de 30 líneas. No se admiten plagios. Modalidad de participación: Enviar un MP a la cuenta de Rudolph El título del MP deberá indicar "Concurso Un Cuento de Navidad". Deben tener un pseudónimo. Recuerda que los relatos se publicaran de forma anónima y sin este dato no podrás participar. Tienen tiempo para entregar sus relatos hasta el 23 de Diciembre a las 20:00 de HL. Postear en este topic para notificar sobre el envío del MP. Si no postean aquí no se tomará en cuenta la participación. No se admitirán relatos que ya hayan concursado en galas anteriores, ni plagios. Deben ser relatos originales.
  3. Creo que desde que estrenamos el nuevo foro no se ha hecho este concurso, pero ya tengo ganas de ver que es lo que pueden hacer y como quedarán sus perfiles, así todo bonitos y navideños +.+ Las reglas son simples: Deben pasar a este topic a informarnos que participaran en el concurso. Tienen hasta el 23 de diciembre a las 20:00 de HL. Se tomara en cuenta las secciones: Avatar, Foto de Cubierta y la sección de About me. Lista de Inscritos.
  4. El año casi termina y eso solo puede significar que la Gala de Navidad esta por empezar +.+ y como no podía ser de otra manera trae consigo premios, juegos, rol y Concursos. El de Firmas se ha vuelto un clásico en las galas, tanto así que Gala sin este concurso no parece Gala (? Recuerden leer bien las reglas para que sus participaciones sean tomadas en cuenta. Anímense a participar y enviar sus mejores trabajos. Los premios dependerán de su participación, así que alienten a que más usuarios participen. Reglas del concurso: Cualquier usuario del foro puede participar. Se puede usar cualquier programa de diseño para realizar las firmas. Cada usuario puede enviar un máximo de 3 firmas. El contenido (imágenes/texto) debe ser ATP (apto para todo público). La temática de las firmas debe ser Navidad, en cualquier contexto posible. Las firmas deben respetar el tamaño máximo permitido en el foro (500x250px). El concurso es individual. Las firmas no deberán haber sido usadas con anterioridad. Volvemos a la modalidad del anonimato, por ende, no se deberá poner Nick o alaguna alusión a quien las realizo, así mismo no se las podrá usar mientras dure el concurso. Modalidad de participación: Enviar un MP a la cuenta de Rudolph El título deberá indicar "Concurso de Firmas Navideñas". Tienen para entregar sus firmas hasta el 23 de diciembre a las 20:00 de HL. No es necesario postear en este topic avisando su participación, basta con enviar el MP. No se admitirán plagios ni copias. El contenido debe ser inédito y original. ¡Mucha suerte a todos!
  5. Rhiannon Kincade Aunque Sajag los citó a ella y a Kelian al alba, Rhiannon apenas fue capaz de pegar un ojo durante toda la noche. Por primera vez en meses, tuvo su primera noche sin pesadillas y ensoñaciones terribles… Y, en lugar de intentar recuperar el sueño perdido, estuvo dando vueltas en la cama repasando todo lo ocurrido durante el día. Fue extraño regresar a su habitación, exactamente idéntica a como la dejó en la mañana antes de marcharse a Mahoutokoro, sintiéndose ella una persona muy diferente. No está segura de cuánto tiempo pasa reexaminando sus recuerdos de la infancia, volviendo a repasar las pesadillas, esperando encontrar algo significado en ellas. Y, como si no tuviera suficiente en mente, se encuentra pensando en Kelian; puede ver dentro de su cabeza sus ojos dorados y todavía puede sentir el roce de sus manos en la punta de los dedos. Sabe que debería estar pensando más en la visión de esa mujer en el laboratorio de alta tecnología, pero cuando se distrae se da cuenta de que vuelve a revisitar la visión de la playa, viéndola desde la perspectiva que se esforzó por evadir estando todavía en la estancia del arcano. Rhiannon es consciente de que Kelian fue amable con ella y, muy probablemente, de haber decidido tomar el camino solitario, su plan original habría sido exitoso. No está segura de cuál de las alternativas es el mejor destino, pero aún así, y aunque está asustada y nerviosa, está segura del camino que terminó tomando. Por eso, le está agradecida y reconoce su apoyo, el cual quizás no merecía recibir. Sin embargo, se cuestiona por qué fue amable con ella y se recuerda que le debe, cuando mínimo, un agradecimiento propio. Y por algún motivo esa idea hace que sienta que el corazón le comience a latir con un poco más de fuerza. No es capaz de descifrar su comportamiento y, de verdad, necesida entender. ¿Por qué fue amable con ella? ¿Por qué la siguió hacia el portal? ¿Por qué le permtió ver las mismas visiones? Lo primero que se le viene a la mente es que él la haya visto a ella desde antes, en alguna visión; y, aunque es una explicación un poco frívola y que la decepciona un poco, le gustaría confirmarlo. De esa forma, podría simplemente dejar de darle vueltas al asunto. Cuando llega a las orillas del lago, los primeros rayos del sol comienzan a apareces detrás del horizonte. A contraluz se levanta la isla, donde destaca ia silueta de la Gran Pirámide, el lugar que debe alcanzar para ingresar al Portal de las Siete Puertas y enfrentarse a la prueba que le permitiría obtener el Aro de la Habilidad. Rhiannon repasó la información de Mahoutokoro y de los arcanos, asegurándose de estar al tanto de todos los detalles y de no pecar de ignorante. Pero aún así, estando allí, se siente indefensa. «Tengo que seguir adelante. Este es el camino correcto», se repite para sus adentros, mientras camina hacia los pedelastes donde se apoyan las bolas de cristal, que reflejan los rayos del sol. Al caminar, la falda ligera de su largo vestido azul marino susurra levemente y la arena del suelo amortigua el sonido de los pasos de sus botas marrones, altas hasta las pantorrillas. Tiene el cabello recogido en un moño a la nuca, con un único broche plateado con pequeñas joyas celestes incrustadas como adorno. Lleva la varita mágica en su estuche, que se sostiene con firmeza del corset marrón que usa encima del vestido. No lleva nada más consigo, ya que según sus indagaciones otra clase de artefactos mágicos no suelen ser muy bien recibidos por los arcanos. Su varita, su cuerpo y la videncia deberían ser suficientes para llevarla hasta el final. Rhiannon se esfuerza por mantener la calma, pero no puede ignorar el hecho de que esa realización le da un poco de miedo. De repente, con la pirámide imponentemente contra el horizonte, se da cuenta de que quizás la situación la supera. Se le ocurre que seguridad que pudo reunir el día anterior, pareció haberse agotado al momento de decirle a Sajag que no cerraría su Ojo. Casi puede ver en su mente la sombra de la Bestia, levantándose nuevamente. Había podido evadirla, pero mientras su ansiedad crece, esta toma una forma más definida y Rhiannon es consciente de que si se deja llevar, podría terminar liberándola. Y si eso sucede, todo el esfuerzo habrá sido en vano. Vuelve a repetirse el mantra que ha estado recitando desde el día anterior. «Tengo que seguir adelante. Este es el camino correcto». Cuando siente que su respiración se regulariza y su corazón deja de sentirse tan pesado, se acerca hacia uno de los pedestales y pone las manos sobre la bola de cristal.
  6. Ellie Moody

    Videncia

    Rhiannon Kincade Mantiene la cabeza baja y las manos sobre el regazo mientras aguarda por la contestación del arcano, sin saber muy bien qué pensar. Sin embargo, al oír a alguien más salir del portal, observa de reojo a tiempo para ver a Kelian, y justo detrás de él el resplandor verdoso desapareciendo sin dejar el más mínimo rastro. Rhiannon sonríe levemente, sintiendo una punzada de culpabilidad porque sabe que sus palabras son sinceras; desde el primer momento le dijo que debía tener más esperanza y al final había tenido razón. Mascullar un gracias sería muy escueto y muy frío, y Rhiannon considera que Kelian merece un agradecimiento más formal. Y, en verdad, hay cosas que hablar, como las visiones. Pero en ese momento, sabe que los dos aguardan por la respuesta del arcano, así que disimuladamente baja la mirada como si en ningún momento esta se hubiese desviado de las puntas de sus botas. A diferencia de Kelian, Rhiannon había investigado en qué consistía el aprendizaje con los arcanos y tenía una idea remota de qué es lo que están buscando. El Aro de la Habilidad es el sello de dominio total de la habilidad, es lo que definiría para siempre su relación con la Videncia y con Sajag. Sabe que ese Aro tiene la capacidad de otorgarle para siempre la libertad, de permitirle cerrar el Tercer Ojo... pero, por el contrario, también podría hacer que este esté abierto para siempre al Universo, y sea más manejable y menos caótico de lo normal, de modo que las visiones no les frieran el cerebro. Y la decisión que tomen en ese momento acerca de cómo seguir adelante, es la definitiva. Pero, además de su propia voluntad, necesitan contar con la bendición de Sajag; pues es él quien los puede llevar al Portal de las Siete Puertas. Él tiene que hacer la pregunta y ellos deben responder con seguridad para poder avanzar. Rhiannon contiene la respiración cuando Sajag pronuncia las palabras, atónita, a pesar de que internamente estaba rogando porque sucediese. De repente, siente que un pedrusco de nervios se le atora en la garganta, amenazándola con enmudecerla; sin embargo, se las arregla para tragarse la creciente ansiedad y entreabre los labios para responder. «Si no demuestras seguridad, no podrás seguir avanzando», susurra una voz desde un rincón de su cabeza, cuando se da cuenta de que su pulso vuelve a dispararse. —S-sí, estoy lista —musita Rhiannon, volviendo a hacer énfasis en su reverencia, aunque la espalda comienza a dolerle por tener la cabeza inclinada hacia adelante—. Haré mi mejor esfuerzo para que su tiempo no haya sido en vano.
  7. Hay varias embarcaciones atracadas en el puerto, meciéndose suavemente al vaivén de las olas. Madeleine camina nerviosamente sobre el piso de tablones, mientras revisa constantemente la hora en el reloj de su muñeca, prometiéndose que no esperará por encima de la hora pactada para trasladar al grupo hacia la isla. La noche ya ha caído y las tinieblas se extienden sin piedad por todo el lugar, lo cual hace que se le hiele el corazón. No pensó que la situación sería tan grave, pero el escenario que está observando es peor que el que imaginó, algo que rara vez suele suceder. Debajo de su grueso abrigo negro, se estremece, mas intenta no distraerse. Por lo menos, allí lo único que parece fuera de lo normal es el extraño frío y la visión escasa a causa de la neblina; sin embargo, no hay que ser un genio para intuir que a medida que se acerquen a la isla, el efecto de los dementores en sus espíritus será peor. Madeleine, por inercia, usa la oclumancia para ocultar algunos recuerdos y pensamientos sombríos de sí misma, intentando prevenir que causen un daño severo más adelante. Pero, en el fondo, una vocecilla le susurra que es inútil... Al bajar la mirada al reloj, han pasado ya cinco minutos luego de la hora acordada. Fue demasiado amable, no hay excusas. Se echa a caminar hasta donde están Dennis y Graves frente al agua, sólo un poco antes de que Ironwood se una al grupo. Madeleine rueda los ojos, no muy alegre al recordar su último encuentro con el mago, pero no quiere mencionar nada de juegos acuáticos en una misión seria como aquella. Enseguida se les une también una bruja pelirroja, a la que luego de un vistazo reconoce como la hija de Ludwig Malfoy. Siente que las uñas se le clavan en la palma de la mano cuando estas se vuelven puños apretados, pero muy a su pesar se dice que es mejor mantener la calma. No arruinará una misión tan delicada... por lo menos, no una de la cual ella no es la principal responsable. Sólo está cumpliendo con la responsabilidad que Ellie le delegó o no quiere arruinar su trabajo. Además, si ella planea ser de ayuda, entonces quizás es mejor que la deje ser. —En efecto, la niebla es peor de lo que pronosticamos —musita Madeleine, respondiendo al comentario de Matt—. Había un barco preparado para viajar, pero en estas condiciones es mejor no arriesgarnos más de la cuenta. Abriré un portal en las coordenadas seguras que Ellie me proporcionó —indica Madeleine. Ese es el motivo por el cual fueron convocados fuera de la isla; pues la mayor parte del terrritorio es hostil, y es mejor llegar juntos allá que aparecer dispersos. Madeleine saca del bolsillo de sus pantalones cargo negros su varita de ébano y, con firmeza, dibuja una línea en el aire frente a ella que comienza a iluminarse con un resplandor rojizo. Poco a poco, la línea se abre hasta formar un portal que flota suspendido frente a ellos, una ruptura en el tiempo y espacio a través del cual llegarán a la Isla de los Condenados. Ellie le explicó que esas son las coordenadas de una casa abandonada, en la cual a la distancia no detectaron señales de dementores ni de vida alguna; sin embargo, Madeleine razona que puede haber una pequeña probabilidad de que el estudio de Ellie pudiera tener un margen de error, pero es un riesgo que tienen que correr. —Antes de entrar, coman uno de estos —dice, descolgándose un momento la mochila para hundir el brazo en esta y sacar un puñado de bombones de chocolate. Está segura de que Ellie le empacó muchos más de los necesarios, pero en lo personal a Madeleine le cuesta sentirse harta del chocolate, así que decidió no hacer ningún comentario al respecto—. Aquí hay bastantes, así que pueden tomar los que quieran. Necesitamos toda la serotonina y dopamina que podamos producir... Luego de meterse un bombón entero en la boca, Madeleine se adentra en el portal, con la varita mágica en la mano. Incluso antes de que meta el primer pie, puede sentir el frío gélido abrazar su corazón. Ni siquiera la dulzura del chocolate es suficiente para no hacerla sentir desesperanzada. Sin embargo, repitiéndose que los pensamientos sólo vienen de los dementores, sigue adelante. @ Hobb Graves @ Kaori M. @ Syrius McGonagall @ Noeline Malfoy McFarlan @ Ky. @ Dennis Delacour @ Ela Karoline
  8. Ellie Moody

    Videncia

    Rhiannon Kincade Parpadea un par de veces, sintiéndose desorientada e incapaz de enfocar la mirada. Es como si hubiese despertado de un sueño agitado y frenético, pues siente que el cabello se le pega a la frente levemente sudada y el corazón le late con pesadez en el pecho; su cuerpo está nervioso por algo, pero su mente todavía no descifra qué es lo que está sucediendo. Poco a poco reconoce la estancia de Sajag, donde tiene la sensación de haber estado hace mucho tiempo, aunque la luz natural que entra por las ventanas le indica que en verdad no ha pasado mucho tiempo. Rápidamente su mente vuelve a unir los fragmentos de memoria para darle sentido a los espacios en blanco que hay, y entonces es capaz de repasar la línea cronológica. Recuerda que entró al portal verdoso y, a partir de ahí, todo se convirtió en una experiencia surreal que le cuesta expresar en palabras, y ni siquiera está segura en qué lugar del plano físico y el plano de la ensoñación se desarrolló todo. Sin embargo, mientras examina sus manos en un intento por aterrizar y tiene un flashback de la sensación tan real de sus propias libretas de la infancia entre sus dedos, se dice que sea cual sea la respuesta, es algo que sucedió. No importa cómo, ni dónde, ni cuando. Porque, aunque quizás no haya pasado más de una hora allí, es como si hubiera pasado mucho tiempo. Quizás es una exageración, pero de verdad siente que es una Rhiannon diferente a la que entró al portal. Se lleva una mano al pecho, sintiendo cómo su corazón se tranquiliza y toma una bocanada de aire que llena sus pulmones por completo. Una parte de sí misma todavía intenta decirle que debe sentirse avergonzada por haber dejado en exposición sus recuerdos y sus secretos; una parte de sí misma, alimentada por su crianza durante tantos años, todavía siente el impulso de esconderse. Pero, si bien está cansada por todo lo ocurrido y vivido, no hay dolor. A esas alturas del día y de su propia vida, sólo hay cansancio, por absolutamente todo; y ya no quiere seguir así. Aunque sabe que no se ha librado de ningún mal, el simple hecho de sentir que no tiene por qué cargar el peso ella sola es suficiente para reconfontarla y hacer que vuelva a replantearse su situación. Las palabras de Sajag resuenan en sus oídos por un rato, antes de que Rhiannon se anime a separar los labios. Si hay algo que no le gusta, es ser inconsistente y mostrar culturizar indicio de inmadurez. Sin embargo, ¿no fue desde un principio la opción más inmadura decidir reprimirlo todo para no sentir ningún dolor? Simplemente hacer caso omiso a lo que las visiones le estuvieran intentando decir, ya vinieran del universo o de sí misma; quizás, de no haber intentando reprimirlas a la fuerza por tanto tiempo, la pesadilla jamás habría escalado a los niveles que alcanzó y podría haber tenido la misma realización a la que está llegando ahora mucho antes. Sin embargo, de ser así, quizás jamás habría acudido a Sajag, quizás nunca se habría molestado en revisitar sus memorias y atreverse a dejar ir el dolor. Y quizás tampoco habría conocido a Kelian, ni habría visto a la mujer de la visión, ni un futuro más allá del presente. Rhiannon supone que no tiene caso cuestionar las formas del universo, de la misma forma en que no vale la pena seguir preguntándose por qué ella misma tiene marcado ese destino; quizás no hay motivos, sólo se vive la vida que se tiene de la forma en que se puede. Pero de todas formas, no está lista para resignarse. Sabe que está desenterrando una debilidad que había reprimido hace mucho, pero había olvidado lo mucho que quería seguir viviendo; sólo que solía pensar que era algo que podía hacer luego de librarse de la maldición, no antes. Y si eso jamás ocurría, entonces simplemente jamás habría vivido. —Supongo que sí… —masculla Rhiannon, cerrando los ojos para concentrarse. A pesar de lo intenso de las visiones dentro del portal, tiene la sensación de que en general pudo navegarlas de forma pacífica, manteniendo el control de sí misma; entiende que lo primordial para tener el control del Tercer Ojo, es no ser víctima de las visiones. Sin embargo, cuando las visiones no son pesadillas que la atormentan y que ahondan en sus recuerdos dolorosos, hay… hay algo hermoso en ellas, que quiere seguir viendo y quiere comprender, incluso si no resultan ser ciertas. A pesar de que probablemente no cambien nada, está convencida de que hay mucho que no conoce. Deja escapar el aire de sus pulmones con un suspiro y, retomando su postura habitual, junta las manos sobre su regazo y se inclina ligeramente para hacer una reverencia recta, pero tampoco muy exagerada. Mantiene los ojos fijos en el suelo mientras elabora su discurso, asegurándose de hablar con tono firme pero respetuoso, como fue instruida para dirigirse a sus superiores. —Estoy agradecida por sus enseñanzas y especialmente su paciencia, pero tras lo que he visto, me he dado cuenta de que mi insistencia en arranzar de raíz las visiones fue resultado de mi incapacidad para ver el panorama completo —musita Rhiannon, entrelazando los dedos con fuerza—. Creo que… pienso que… La verdad es que ya no estoy segura de qué es lo que vaya a suceder, pero creo que me gustaría tener la opción de ver lo que hay más allá, y estoy decidida a recibir las visiones que el universo decida transmitir a través de mi, sean buenas o malas. No quiero renunciar al don.
  9. 'Cause all my life I've tried to fight what history has given me

  10. Ellie Moody

    Videncia

    Rhiannon Kincade Todavía no se atreve a abrir los ojos, porque aunque desea poder dar por finalizada la visión y así tener un momento para poner en orden sus pensamientos, todavía puede percibirla. Después de todo, las visiones no son sólo imágenes y sonidos —así, sería tan fácil ignorarlas—, sino que una vez adentrada en ellas son como un sueño del que es imposible salir. De repente, Rhiannon se da cuenta de que fácilmente todo eso puede estar sucediendo en su cabeza y que podría despertar en la estancia de Sajag, sobre uno de los cojines donde estaban sentados tomando el té. Pero sabe que, cuando se refiere a la magia, la diferencia entre el plano físico, el mental y el espiritual es apenas indistinguible y ahora mismo se siente atrapada en la intersección de su propia mente, su alma y su cuerpo. La confusión de ni siquiera estar segura dónde está y las visiones que han estado llegando una tras otra, provocan en ella una sobrecarga sensorial que le dificulta el organizar su mente. Le gustaría poder tener sólo un momento de paz, un instante para no perder la cordura y para evitar que todas esas "señales del universo" le frían el cerebro. Logra racionalizar que, mientras está sosteniendo la mano de Kelian, no hay forma de que pueda interrumpir el viaje. Aunque pensar casi le resulta doloroso, no puede evitar comenzar a atar cabos y unir todas las veces en que su mente se nubló o una visión la atacó deprisa, con el contacto directo con él. Al igual que ocurre cuando sostiene su propia varita mágica, es como si hubiera una reacción que dispara la magia. Lo que va más allá de su entendimiento son las razones que pueden haber, o las explicaciones. Sin embargo, sea por las razones que sea, es evidente es que sus caminos parecen estar entrelazados en ciertos puntos y ese misterio es suficiente como para forzarse a sí misma a tratar de soportar ese viaje, aunque a esas alturas ya ni siquiera esté segura de qué aspira lograr o qué camino tomar por fin. Y las palabras de Sajag, que resuenan en sus oídos, confirmando que su propia visión de los caminos es diferente solo hace que se sienta más abrumada, más confundida y más indecisa. Podría recitar para sus adentros el discurso que sabe que merece, acerca de cómo sólo es una niña inmadura que ya no sabe en dónde se ha metido ni qué es lo que hará a partir de ahora. «Yo... yo sólo quería un poco de paz...». Sinceramente, lo que necesita es un momento de tranquilidad. Necesita un momento para ordenar sus pensamientos y tratar de recalcular. Y se le ocurre que la forma de hacerlo sería soltar a Kelian y abrir los ojos; está convencida de que así, despertaría en la estancia de Sajag, en el cojín donde había estado sentada tomando el te. Sin embargo, como si hubiera previsto sus acciones, Kelian sostiene su mejilla con la mano libre, impidiéndole romper el contacto. Rhiannon es consciente de que es impropio de ella no abochornarse por el excesivo contacto físico, considerando que en la práctica apenas se conocen, sin importar qué tantos recuerdos privados y visiones reveladoras hayan visto del uno del otro. Pero a esas alturas, su mente está demasiado agotada como para mantener su careta habitual. La verdad es que le sorprende a sí misma cuánto anhela sentir el más mínimo contacto real y humano, sin percibir temor por el monstruo y sin la presión de ocultarse para que el secreto no sea revelado. Sabe que es patético que con tanta facilidad, con un simple gesto, pueda sentirse tan reconfortada y tan indefensa. Y quizás también lo es el hecho de que anhela sentir que él la sostiene y que puede protegerla, aunque sea demasiado fantasioso. Quisiera poder repetir para siempre las palabras que le dijo, y nunca más sentirse sola. —No lo entiendes... —susurra con hilo de voz, entendiendo demasiando bien sus palabras. A pesar de todo, sin embargo, no puede fingir que no vio lo que vio en esa visión. Es un hecho que el Grim está en algún lugar del futuro. Incluso si ella pudiera escapar de ese destino, ¿qué sucede si el universo tiene que mantener una especie de equilibrio kármico? Si hay algo peor que enfrentar una condena que siempre temió, lo sería condenar a alguien más— Esa bruja... tu... Algo malo pasará, lo sé. Cuando la visión vuelve a cambiar, Rhiannon vuelve a pensar en palabras pasadas de Sajag. Ahora entiende que posiblemente subestimó su advertencia acerca de lo que les depararía tras el portal verde. Su principal motivación para tomar ese camino, fue el hecho de que parecía ser el desafío que debía afrontar para "lograr su cometido", fuese cual fuese. Aceptó, como un pequeño precio a cambio de controlar las visiones, el exponer sus recuerdos y sus secretos. Pero quizás la idea de que sus vidas se entremezclarían abarcaba mucho más que eso; no consideró que eso podía abarcar mucho más de lo que era capaz de imaginar. Allí, lo que es un pensamiento, un recuerdo, un sueño y una visión parece entremezclarse y confundirse; y, como el arcano lo advirtió, todo es mucho más vívido e intenso. Una vez más, se repite que al tomarse el tema tan a la ligera solo sacó a relucir su inmadurez y su credulidad. El qué es lo que sus sentidos perciben es algo que no puede responder, pero no tiene otra opción más que mantener su mente lo más abierta posible, pues como ha comprobado tras meses de reprimir visiones y de cerrarse lo más que una inexperta puede ante el universo, eso nunca termina bien. Por el brinco que da su corazón en el pecho, es como si hubiera comprendido la escena antes de que sus ojos terminaran de distinguirla. Siente que el rostro le escuece, pero no es en esa reacción en la que se enfoca. De nuevo, siente que su respiración se acelera sin que apenas sea consciente de ello y se ve obligada a morderse el labio inferior para contener un sollozo. Lo que le afecta no es literalmente la escena que está viendo. Se esfuerza por repetirse la frasecita más común entre videntes y clarividentes novatos: que no todo lo que se ve es el futuro verdadero. El futuro está lleno de muchas opciones y caminos, cada pequeña acción puede cambiarlo todo por completo. Sin embargo, esa lección básica fue la que nunca fue capaz de interiorizar para sí misma. Porque en cada sueño diurno o nocturno, en cada pesadilla incontrolable, solo podía ver o a la Bestia, o una versión falsa de sí misma, así como era, pero aparentemente libre de la maldición. Nunca había sido capaz de imaginarse a sí misma más allá de lo que era ahora. En cambio, esta es la primera vez que puede verse más alta, menos joven. En una adultez que se supone que no podría alcanzar ni con los mejores pronósticos. Apenas se percata de que Kelian la deja ir, todo vuelve a ser negro. —Yo... yo nunca... —dice en la oscuridad, sin saber si él está cerca. De todas formas, siente que habla más para sí misma que para él o incluso para Sajag. Está intentando procesar esa visión, intentando mantener la calma— Yo nunca había logrado ver tan hacia el futuro. Nucna había visto algo diferente y nuevo. Rhiannon, de repente, puede verlo. Puede intentar visualizar más caminos, que se abren con cada paso que da. No necesita saber si la visión del laboratorio es real, tampoco necesita descifrar la imagen del páramo nevado. Lo que verdaderamente la reconforta y, quizás tontamente, le hace sentir esperanza es esa sensación de que los caminos realmente están abiertos ante ella. Poco a poco, el miedo se despeja y aunque sabe que no podría saber con certeza qué le depara el futuro, siente... curiosidad. Sin ser apenas consciente de ello, levanta el libro que todavía tiene en la mano izquierda y lo abraza. Aunque no puede verlo, siente cómo las páginas se reducen a cenizas entre sus brazos y desaparecen sin dejar el más mínimo rastro. Es consciente de que los recuerdos siguen en su mente, pero se sienten lejanos. Al final, de una forma inesperada, terminó aplicando los consejos de Sajag; no sabe qué estaba viendo él cuando habló con ella, pero de todas formas siente que tuvo razón. Su debilidad son los recuerdos, con los que se tortura a cada momento. Ya sea reprimiéndolos hasta que causan heridas invisibles o dándoles tantas vueltas que los revive, son una herida abierta que sangra y nunca cura porque es incapaz de dejarla en paz. No hay momento en que no esté reviviendo heridas, culpando a su familia de sus desgracias y culpando a la Bestia de su infelicidad. Pero, si no hubiera una Bestia, ¿qué le garantiza que no tendría otra excusa para hacer pasar por su maldición? ¿Cómo está segura de que ella misma no es la Bestia y que esta es su maldición? Pero ya es suficiente. Ya ni siquiera importa si le quedan días, semanas o meses de vida. Ya no quiere ser esa Rhiannon que fabricó para su familia y para sí misma. Ahora solo hay lugar para la auténtica. Esa realización la hace sentir ligera. Por inercia, se lleva una mano a la sien izquierda, esperando ser víctima de una terrible migraña luego de tantas visiones consecutivas. No puede decir que no está cansada, pero tampoco hay dolor, ni visión borrosa. Se siente tranquila y se siente ligera. Por primera vez, es como si las visiones no la hubiesen arrollado; sólo pasaron a través de ella, en la medida en que fueron llegando, y ella trató de vibrar a la misma sintonía. Se pregunta si de verdad es posible que las visiones sean así, no tan caóticas y más amables con el cuerpo que las recibe; porque, de ser así, no fue tan terrible como lo son las pesadillas y sueños que parecieran empeorar mientras más los reprime. En la oscuridad, una luz comienza a brillar en el horizonte, cada vez más grande. Rhiannon sabe que no tiene otra opción más que acercarse hacia ella, pues en ese viaje ha resultado mejor no oponer resistencia.
  11. Show the way / Show the way the world could be / Show the way so we believe

  12. Ellie Moody

    Videncia

    Rhiannon Kincade Aunque tiene dudas y ya no está segura de qué es lo que se supone que deba hacer, confía en que iniciar con las indicaciones de Sajag es la mejor forma de afrontar la situación. «Hacer el camino en reversa». Es consciente de que desde que llegó, sólo ha querido evadir todo... y, quizás, por eso mismo las visiones se convirtieron en un tormento. El arcano no ha dejado de incitarla a enfrentarse al camino y abrir su mente, y Rhiannon a esas alturas entiende que esa es la base del control; ya sea para dominar la videncia o para cerrar el Ojo para siempre, es necesario ser valiente, dejar de apartar la mirada y de sepultar todo lo que siente. Sin embargo, mientras se repite esas afirmaciones para sí misma, su cuerpo se niega a avanzar. Es más fácil pensar en ser valiente que de verdad serlo. Tiene la sensación de que sus manos, con la fuerza en que sostienen el diario, van a deformar y desgarrar sus hojas. El plan que había elaborado mentalmente era repetir lo que hizo hace unos momentos y comenzar a recordar y revivir esos escenarios, leyendo sus propias palabras con la esperanza de así no obviar detalles y quizás desenterrar más recuerdos; al visitarlos y enfrentar esas escenas, entonces podría destruir los puentes para siempre, uno a uno. Todavía Rhiannon no sabe qué quedará de sí misma si desconecta esos recuerdos de su identidad, pero si aquella es una opción que está sobre la mesa, significa que es algo perfectamente viable y para nada peligroso... Mientras más lo imagina, más se puede convencer de que es la mejor opción. Por supuesto que no imaginaba que esta sería la forma en que sería libre de las visiones, pero no deja de ser una solución. ¿Qué importa olvidar esa habitación? ¿Qué importa olvidar las pesadillas? Tantos recuerdos amargos e infelices no tienen ninguna razón de ser; quizás alguna vez pensó que todo tendría sentido, pero ahora está convencida de que no es el caso. No hay una razón para nada de lo que ha vivido, ni de lo que le sucede. Que el destino sea real, no significa que sea una idea mágica que le ofrezca algún tipo de consuelo. «Esto es lo más fácil y lo mejor que puedo hacer». La idea de que incluso podría olvidar todo ese viaje absurdo hace que sea más fácil abrir las páginas del diario y buscar un capítulo para comenzar a leer. Permite que los músculos de su cuerpo se relajen y que su mente baje las defensas, para poder abrirse ante cualquier pensamiento que esté enterrando y cualquier visión que el universo decida transmitir en su cabeza. Tiene que permitirse verlo y vivirlo todo intensamente, para poder dejarlo ir. El desprendimiento le transmite paz y tiene la sensación de que podría acostumbrarse a ello. No obstante, parece ser que Kelian no acepta esa idea, pues antes de que ella pueda volver a leer se encuentra obstaculizando sus acciones. Rhiannon vuelve el rostro hacia él, molesta y abochornada por su falta de decoro, pero cuando separa los labios para soltar una protesta, las palabras mueren en su garganta casi inmediatamente. Está segura de que es una visión —en esa situación ¿qué más prodría ser—, y en los breves momentos de confusión alcanza a racionalizar que quizás no entró de forma tan violenta porque no había estado resistiéndose al Ojo. Simplemente, la habitación había desaparecido, como si Kelian la hubiese transportado a otro lugar. Aún así, no puede evitar sentir cierto temor por no saber qué es lo que sucederá ya no es ella la que está dirigiendo el viaje, y esa ansiedad es suficiente para que ella también olvide el decoro y aferre su mano con fuerza, deseando que el universo no sea tan violento ni cruel. Está intentando ser receptiva, ¿no es eso lo que debe hacer para no perder la razón? Por un instante sus ojos se ciegan por unos puntos de luz, que le recuerdan al breve momento de desorientación que sufrió hace no mucho tiempo atrás, cuando en la estancia de Sajag sus manos se tropezaron por primera vez con las de Kelian. No le había dado importancia al asunto. Sin embargo, ahora no puede evitar el déjà vu. Esta vez, sin embargo, las luces se van convirtiendo en una escena con sentido. A pesar de que está segura de que no conoce a la mujer que está observando, siente una punzada de familiaridad, mas es incapaz de explicarlo. El lugar donde está le hace recordar vagamente al laboratorio de Ellie, aunque este tiene una apariencia bastante diferente a su lugar de trabajo en el Callejón Knockturn, y es más similar a las clínicas y centros de investigación a los que fue en un par de ocasiones durante su infancia. Puede reconocer una mezcla de tecnologías mágicas y muggles. A pesar de que siente interés en saber qué es lo que la mujer está haciendo, hay algo que no puede ignorar. En los bordes de la visión, lo que el universo no puede o no les quiere mostrar, vuelve a ver los ojos amarillos. Con los labios entreabiertos, demasiado ensimismada como para decir nada, simplemente se esfuerza en forzar la vista para tratar de distinguir el contorno de la figura de aquellos ojos. Sin embargo, esta es la primera vez que no piensa en la Bestia, y une esa visión con un recuerdo de una clase de Adivinación, donde las hojas de té dibujaron la silueta de un sabueso que en sueños posteriores tomó la forma de un perro negro, con ojos amarillos. Cualquiera que haya estudiado lo más básico de las artes adivinatorias conoce lo que representa el Grim, y más siendo ella exageradamente consiente de su situación. Grim, cruces, calaveras, son imágenes a las que está acostumbrada. Pero por lo menos esta vez, puede sentir que los ojos no están clavados sobre ella. El gran perro negro casi respira sobre la cabeza de aquella bruja. Es un presagio de muerte tan seguro como el de ella misma. Piensa en que le gustaría apartar al Grim de aquella visión y, en aquel momento, los ojos se vuelven brevemente hacia ella antes de fundirse en la oscuridad. «¿Qué demonios...?». Como sea, sacude la cabeza para olvidarse temporalmente del Grim y vuelve a posar la mirada sobre la bruja, para ver los detalles que Kelian también está observando. Está convencida de que puede escuchar el crujido de un vidrio en sus oídos, cuando esa visión destroza su mindset actual. Quizás es una reacción irracional, pero se siente asustada y se encuentra extrañando la seguridad de conocer su futuro. Porque sabe que lo que está viendo no es una garantía ni una promesa, sólo es un haz de esperanza que podría destrozarla si la vida vuelve a fallarle; por otro lado, la seguridad de saber cómo la maldición a afectado a su familia, es cómoda en comparación. De nuevo está frente al conflicto de la razón versus la fe irracional de que un milagro podría salvarla. Se encuentra cerrando los ojos, deseando que la visión acabe, pero por el contrario vuelve a oír la voz de Sajag en su cabeza, repitiendo sus palabras anteriores. «Tal vez el destino los colocó juntos en éste momento, tal vez juntos logren sus objetivos uno al lado del otro». Sin embargo, eso no puede ser, pues cuando el arcano dijo aquella frase estaba hablando de un escenario totalmente diferente. Incluso para los estándares de la vida, la adivinación y "los misteriosos caminos del universo", esa situación es demasiado inverosímil e improbable. Si ella es inteligente y razonable, entonces simplemente continuará con su plan original, la solución definitiva para el sufrimiento; si de verdad usa la cabeza, se dará cuenta de que volver a caer en falsas esperanzas solo destrozará más su voluntad y podría empeorar su relación con las visiones y perturbar la poca paz que le queda a su vida. Pero debe ser muy, muy tonta, porque de verdad le está dando vueltas a esa idea. Un nuevo camino.
  13. Ellie Moody

    Videncia

    Rhiannon Kincade Cuando la Bestia tomaba el control, Rhiannon solía tener la sensación de que observaba todo fuera de su cuerpo; sentía que lo que la rodeaba no era real y, si permitía que su mente se alejara demasiado, olvidaba hasta su propio nombre... Sin embargo, desde muy temprana edad, comprendió que debía hacer todo lo posible para aferrarse a la realidad a pesar de que hubiera perdido el control de su propio cuerpo. Aunque lo odiara, tenía que sentir las garras, los colmillos y las ganas de destrozarlo todo. Ahora, por unos breves instantes, puede verlo todo como si estuvese asomando la mirada desde una ventana nublada, con tinieblas enmarcando su campo de visión. Ve, desde muy lejos, a Kelian y luego a Sajag. Sin embargo, la puntada que siente en el corazón la obliga a poner sus emociones en su lugar y volver a sí misma casi de inmediato. Al abrir los ojos, se da cuenta de que se está abrazando a sí misma, aunque no sabe si fue en un intento de protegerse del monstruo o de contenerlo en sí misma. Como sea, lentamente, baja los brazos y se atreve a observar sus manos para verificar que son las suyas. Para Rhiannon está resultando muy difícil distinguir lo que es real de lo que no, pero aún así intenta convencerse de que esos confusos instantes solo fueron una visión extraña y que todo está bajo control. Se repite mentalmente que todo está en orden, pero se frota las manos con nerviosismo, incapaz de seguir manteniendo la fachada de templeza. Todavía se siente confusa por los sucesos que ocurren y las cosas que está viendo. Y, aunque sabe que la intención de Sajag es orientarlos en ese caos, por lo menos en un principio sus palabras solo la enredan más. «Tal vez el destino los colocó juntos en éste momento», recita mentalmente y frunce los labios. Ella no duda que el destino es algo que existe y tampoco pone en duda que ella es una pequeña pieza en el gran tablero que es toda la existencia. El problema es que no está segura de si aquella afirmación es buena o mala. Si su destino es una desgracia, entonces el universo condenaría a cualquiera que terminara junto a ella. Y es incapaz de pensar que algo de buena fortuna ajena pueda contagiársele. Pero, aún así... Sabe que es un pensamiento egoísta, pero incluso si todo terminará mal, es un consuelo no encontrarse sola. No importa que no puedan ayudarla y no importa si ella es inútil en intentar hacer algo bueno; el simple hecho de distraerse del dolor que está instalado en su alma, es suficiente como para seguir anhelando la compañía de alguien más. Es consciente de que durante muchos años, apenas prestaba atención a la soledad pues simplemente así fue toda su vida y no había punto de comparación, pero desde que llegó a Inglaterra las cosas han cambiado gradualmente. Incluso cada conversación con Sajag ha mermado en ella, aunque se esfuerce en mantener su pesimismo. «Yo... ¿he cambiado? ¿Es eso posible?». —Supongo que eso está averiguarse —murmura Rhiannon por lo bajo. Cuando el arcano se dirige específicamente a ella, baja la mirada al diario que había caído en el suelo hace unos momentos, luego de que ella misma lo soltara. «Alienarme de mi misma». Rhiannon entiende perfectamente que, aunque puede sonar como una condena terrible, para ella aquello debería ser su sueño hecho realidad. No sólo ser capaz de cerrar su Otro Ojo y olvidarse de las visiones para siempre, sino también renunciar a todo el dolor que le causa su propia existencia. ¿Quién es ella, de todas formas? Nunca lo ha sabido de primera mano. Sabe que se supone que es la hija de su padre, la semilla condenada de su linaje... es su lado más oscuro. Pero más allá de su maldición y su apellido, ¿queda algo acaso? Lentamente, se agacha hasta quedar arrodillada frente al libro y lo sostiene con firmeza en las manos, como si esperara que el tacto de su cubierta le diera las respuestas que necesita. Ella sabe que Sajag le está dando la respuesta a lo que pidió desde el momento en que llegó, pero no sabe por qué no es capaz de asentir y decir que hará exactamente lo que le está pidiendo. No puede dejar de pensar en esa profecía y esos recuerdos enterrados. Tampoco puede dejar de pensar en la visión del hombre muerto, que está segura de que nada tiene que ver con ella. Y es incapaz de verbalizar por qué se siente en conflicto. Sin embargo, sabe que no tiene más opción que seguir adelante, pues ahora está en un camino que no la abarca solo a ella. Kelian también depende de que ella siga adelante... y, quizás, él también le pueda proporcionar más claridad, si ella lo permite. —E-entiendo —dice luego de unos momentos, y de alguna forma no es una mentira. Porque está segura de algo, y es que lo que debe hacer es seguir avanzando, hasta que todo cobre sentido y hasta que sea capaz de unir las piezas sueltas. Gira la cabeza hacia Kelian, preguntándose si él se siente más organizado que ella.
  14. La Isla de los Condenados - Misión de Noviembre/Diciembre - A pesar de que tiene un par de horas de haber despertado de un sueño de más de catorce horas seguidas, cuando se sienta en la cocina del número doce de Grimmauld Place sigue sintiendo todo el peso de su cansancio en los hombros. Siente cada músculo del cuerpo agarrotado, por tantas misiones en días seguidos, y las ojeras delatan la falta de descanso que ha tenido esa semana; aún así, sin embargo, Madeleine hace su mejor esfuerzo para concentrarse en lo que Ellie le está explicando mientras traza líneas brillantes con el extremo de su varita mágica en el mapa extendido en la mesa. —... un fenómeno muy extraño, todavía me siento bastabte perpleja al respecto —habla Ellie, sin darse cuenta de la mirada perdida de Madeleine—. Con vigilancia aérea, hemos comprobado que, en efecto, hay un crecimiento anormal de dementores en esta isla. Bueno, técnicamente es un archipiélago... pero en Staithes, el poblado más cercano, le llaman Isla. —¿Isla? ¿Sin más? —Madeleine se acomoda en su asiento, esforzándose en disimular su distracción y diciéndose que se enfoque en este asunto. Ellie se da la vuelta y Madeleine ve que está jugueteando con sus dedos, aunque no comprende muy bien su actitud. —Je, bueno, ellos tienen un nombre bastante pintoresco para esa isla... —explica, con una risa forzada que suena nerviosa— Le dicen "La Isla de los Condenados". Pero ya sabes, sólo es cuento. Solía ser un poblado mágico y tenía un encantamiento para repeler a las personas no-mágicas; supongo que asumirían que era una especie de isla maldita e inventaron alguna historia para darle sentido, y así se quedó... La cuestión es que, luego de la Segunda Guerra, quedó deshabitada, pero la historia persiste. »Sin embargo, ahora hay unos extraños fenómenos meterológicos que quizá, tan sólo quizá podrían ser resultado de la gran cantidad de dementores salvajes en el lugar. No hay forma de comprobarlo, claro, pues... no deberían haber dementores salvajes, para comenzar... Madeleine cruza los brazos sobre el pecho, analizando la preocupación tras las palabras de Ellie. No es para menos. Es cierto que los dementores son seres que desde hace mucho tiempo son controladas por el Ministerio de Magia, a cambio de tener víctimas de las cuales alimentarse. El origen de los dementores y su naturaleza es uno de los mayores misterios del mundo mágico y, considerando que Ellie está perpleja por aquella situación —siento ella la directora del Departamento de Misterios—, es evidente que ella tampoco tiene mucha más información. Aún así, hay muchas suposiciones que pueden hacerse, pero sabe que es una pérdida de tiempo hacerlas desde ahí. —Entonces, quieres que vaya, ¿no es así? —suelta Madeleine, poniendo los ojos en blanco. —Ya hemos elegido un equipo, serás parte de el —se apresura a decir Ellie, mostrándole un pergamino—. Se encontrarán esta noche en el puerto de Staithes. No tendrán problemas con las personas del pueblo, ellas están agradecidas por la intervención, ya que obviamente han notado las alteraciones de la isla y están preocupados de que estas puedan llegar al pueblo. Ustedes decidirán la mejor forma de llegar a la isla, pero lamentablemente les pediremos que la investiguen y consigan cualquier información que pueda ayudar a entender la situación. »Y, hay algo más... —¿Hmm? —murmura Madeleine, por primera vez alzando la mirada hacia Ellie. Ella extiende una mano y, al abrirla, hay dos pequeños pendientes que parecen hechos de ónice. —Quizás... quizás eso sea de ayuda... —dice por lo bajo, con un prematuro tono de disculpa. ◈ ◈ ◈ Cn esta ocasión atrasamos la misión para que no chocara con la gala de Halloween y a su vez evitaremos que se extienda hasta fechas navideñas. La misión tendrá duración de un mes, es decir que estará activa hasta el 20 de diciembre. Recuerden que este rol tiene un máster o guía, pero el desarrollo de la trama depende de ustedes. Les animo a que integren elementos interesantes, a que exploren situaciones que crean que pueden ayudarles a indagar en el perfil de su personaje. Son libres de añadir detalles que no estén especifitados (y esperamos que lo hagan), siempre recordando que deben leer y respetar los roles de sus compañeros, y entre todos debemos esforzarnos en unificar todos los aportes para que todos estemos en la misma página. Recuerden echarle un ojo a los lineamientos acerca de las Misiones de Clanes, que dejaré al final de este post. Importante: La participación, interés, dedicación e iniciativa en esta actividad en rol son fundamentales para la obtención del conocimiento de bando al que estén optando. CONOCIMIENTO DE BANDO II Paladines • Intelecto Sagrado @ Syrius McGonagall Oscuros • Control de Energía Psíquica @ Ky. CONOCIMIENTO DE BANDO III Paladines • Magia Sagrada @ Dennis Delacour Oscuros • Conocimiento de las Sombras @ Noeline Malfoy McFarlan Sarcerdotes • Conexión Natural @ Ela Karoline +Ver más sobre los Clanes de la Orden del Fénix +Ver más sobre las Misiones de Clanes
  15. ID de usuario: 113619 Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin, Ilvermorny o maestra): 1 de cada casa + 1 de Hufflepuff Premio: Llave de Hogwarts a elección (5) ID de usuario: 113619 Premio obtenido (Criatura/Objeto): Objeto 4A (2) Elección del usuario: Flauta de Sheena Ktam y Tienda de Campaña de Lujo

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