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Andy Greyback

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Andy Greyback ganó por última vez el día 31 Agosto 2012

¡Andy Greyback tenía el contenido más querido!

Acerca de Andy Greyback

  • Cumpleaños 19/10/1993

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    1
  • Rango Social
    Unicornios de Bronce
  • Galeones
    9141
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Crowley
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Licántropo
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Poder en Criaturas
    0
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Conocimientos
    * Cuidado de criaturas mágicas
    * Conocimiento en maldiciones
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Male
  • Location
    Por ahí, por allá, nunca se sabe donde me encontrarás..
  • Interests
    Mujeres.. :perv: (? xDDDDD

Contact Methods

  • MSN
    andresbalza1019@hotmail.com
  • Skype
    andybalza1019

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Reputación

  1. La noche avanzaba indetenible, la situación empeoraba, el Greyback se debilitaba con cada segundo ante ver a Mónica como pocas veces pudo verla, pero también mantenía la postura de que indirectamente, ella era culpable de lo que le había ocurrido, por traer al Selim a su vida. Sentía su mente en otro tiempo, otro espacio; procuró entonces disponerse a escuchar, era momento de que la vampira agumentara todo aquello que el licantropo lanzaba sin medidas, sin importar si podía herirla o no, tal vez estaba pagando el dolor con la persona menos indicada, pero en aquel momento, no lo había notado por completo. - No fue fácil, ni lo será - susurro dejando ver como aun se sentía inseguro, no quería ser mas la victima, por eso había tomado la decisión de detener aquella situación, sin embargo como siempre, el estar con la Mortifaga lograba que Andrés cambiara de manera drástica, ella lo conocía muy bien al igual que él a ella, pero no estaban concordando aquella noche, quizás eso significaba algo, algo que seguro al final de la noche lograrían concluir entre los dos. Sentía ganas de pedir ayuda, mantenerse en la decisión no era sencillo, sería mas fácil quedarse en cama, pero no era eso lo que lo llevaría a su finalidad. - ¿En serio crees que estoy bien? - Las palabras del Crowley salieron disparadas como hechizos hirientes, su molestia se hizo notar con rapidez y no midió ni un poco lo que seguiría diciendo. - ¿ Es acaso este el Andrés del que te enamoraste? - La observaba con fuego en los ojos mientras ella enseñaba su rostro lleno de lagrimas, pero fue entonces cuando un cambio en su espacio y distancia fue creado por la actitud de la vampiro, su mano ahora se posaba sobre el pecho del Greyback, haciendo que el corazón del mismo palpitara a velocidades que incluso él había olvidado. - Es mejor - susurró justo antes de sentir aquellos gélidos labios tener contacto con los suyos, los mismos que hacía mucho tiempo no sentía. El tiempo se detuvo, incluso sintió que las ráfagas de viento se habían apartado de su lugar para no interrumpir el momento. Era el momento en que el Greyback ya no sabía si en realidad quería que Mónica se alejase, no tuvo elección ella volvió a tomar la distancia pertinente, pero esto no impidió que Andrés tomase su mano de manera instintiva. - creo que.. - Había quedado en blanco, sin palabras, la petición de Mónica de asesinar a Selim le agradaba de sobre manera, pero había pasado a un segundo plano. Los orbes oscuros del moreno se clavaron con ahínco en los de la pálida mujer. Las palabras no fluían de su boca, sin embargo su brazo se contraía de manera automatica, volviendo a acercar su acompañante. - Creo que lo mejor es que lo enfrentemos los dos - terminó su frase en un susurro corto, ya que ahora estaban tan cerca que su respiración expresaba nervios, ansiedad, odio, estaban como hacía mucho tiempo no. - Disculpa - dijo mientras soltaba su mano, había recaído en los pensamientos de Selim, por lo que volteó la mirada a la luna, sin soltar la mano que hacía unos minutos había tomado. - ¿ Que debemos hacer ? - susurró mirando la luna para voltear a verle. - ¿ Alejarnos, ayudarnos? - El dilema se había creado, ahora no estaba seguro de que era lo mejor para ambos, nisiquiera sabía que era lo mejor para él.
  2. La actitud del licantropo empeoraba, todo apuntaba a que no llegarían a un acuerdo en concreto, la desconfianza que Selim había sembrado en su cabeza le había hecho dudar de sus capacidades y en esos momentos le hacía dudar de quien una vez fue su mayor soporte en este mundo. La sudoración se hizo notar, a pesar de lo fría de la noche, el calor interno de Andrés le hacía sudar cuando su temperamento comenzaba a verse afectado por sentimientos de ira, lo que había llevado experimentando aquella noche. - Por eso he salido de la habitación - dijo con una respuesta contundente y llena de seriedad, mirándola fijamente - estoy dispuesto a recuperar lo que perdí y a conseguir mas - agregó mientras alejaba su mirada de ella, aspiró una gran cantidad de humo, haciendo que la colilla del cigarrillo casi se apagara al llegar a su limite, debía calmarse, aunque selim era el padrino de la vampiro, no era ella quien habría planeado hacerle daño, o al menos el lo pensaba así en esos momentos. Fue en ese momento, que Mónica estalló. - Si, porque esas mil veces estaba el i****** de selim cubriendo todos los flancos - el tono del Greyback subía su temperatura a la vez que el humo invadía su espacio - dices que viniste por claudia, pero antes me habías dicho que te colaste en el castillo, creo que merezco el beneficio de la duda - las lagrimas de la Haughton no se hicieron esperar, el Crowley sintió como estas aun ejercían una presión en su pecho, sin embargo trató de no hacerlo notar, era mejor mantenerse a raya aun en aquel momento en que sabía que Mónica no estaba bien. - Si, un idi*** - respondió a las ultimas palabras, sin embargo estas parecían mas ser llevadas por la fuerza del viento, nuevamente el silencio se adueñó de la distancia, mientras el moreno seguía pensando en que debía, hacer, ambos se estaban haciendo daño y como llevaban la conversación no iban a arreglar nada. Respiró profundo y tomó un sorbo de agua de su botella, un poco corrió por su labio y entonces posó la mirada en la bruja, que estaba completamente destrozada. - A lo mejor esta era una lección que necesitábamos aprender, algo que debía suceder - las palabras del ojinegro fluían por si solas, como si algo en él cambiara esa noche, su semblante había cambiado, su espalda se volvió a erguir y su pecho se llenó de orgullo, era obvio que estaba dolido con Mónica, ella debía ser quien controlara a Selim, sin embargo prefería no seguir juzgándola, eso llevaría peor la noche. La dependencia del licantropo por la vampiro había sido afectado por aquel dañino momento, al parecer.
  3. Era claro para él, Mónica no iba a estar contenta con aquel relato, pero esperaba que al menos entendiera su posición, el hecho de apenas hace algunos años hubiese descubierto su parte mágica y que de repente todo fuese tan bien, el patriarcado, su familia, la marca. Le asustaba que todo fuera una ilusión y Selim supo usarlo en su contra. La sensación de la sangre hirviendo en las venas del licantropo se hacía evidente cada vez que recordaba aquel episodio y como este aun lo mantenía en su habitación, lo sorprendente es que el día que por fin pudo vencer el control del vampiro, Mónica estuviese ahí. - ¿Camino fácil dices? - La voz del moreno denotaba su tono fuerte y camuflando lo hirientes que fueron para él aquellas palabras. - En primer lugar es tu padrino - dijo inmediatamente en modo de reclamo, ya que la molestia era quien dirigía sus labios en esos momentos. Hizo una leve pausa y miro fijamente los ojos de la vampiro. - Si, pero desgraciadamente el no fue contigo, vino a mi con un objetivo que cumplió sin problema - con la ultima frase volteó a otro lado y caminó un poco alejándose de ella. - Quizá si era lo que querías, pero no me sentí así en aquel momento, me ganó el temor de defraudarte a ti y a los Crowley y fue lo que terminé haciendo - empuñó entonces su mano, relajó sus hombros y de su sudadera sacó una caja de cigarrillos y un encendedor - No se trata del tiempo que pasó, sino de lo que se perdió - dijo en respuesta, pues era evidente que los sentimientos de ambos no se encontraban conectados en aquel momento, sin embargo no sabía a que final llegarían en esa noche, pues la conversación cada vez se ponía mas difícil y las palabras cruzaban el viendo como cuchillos hirientes. - ¿Crees que fue fácil para mi escapar? - Preguntó sin verle aun mientras encendía su cigarrillo, dando una calada muy larga y cerrando los ojos. - Lo último que se me pasó por la cabeza era que un infeliz como selim pudiese hacerme caer en sus juegos - expulsó una gran cantidad de humo que formó una nube sobre él por unos segundos antes de disiparse. - No solo estaba el fallarte a ti, sino a todos los demás - volvió a darle una calada el cigarro mientras volteaba a ella - y ahora estamos aquí, sigo sin saber que hacer - confesó mientras expulsaba el humo con cada palabra. La idea de porque la bruja justo estaba en el lugar seguía rondando en su cabeza, era todo un plan de selim ¿O de ambos? La confianza había desaparecido en gran parte del Greyback que ahora estaba mucho mas a la defensiva, era evidente que la noche no acabaría bien si todo seguía en aquella tónica, por lo que inmediatamente procedió a preguntar. - ¿Porque has venido justo esta noche? - Su voz juzgaba con rudeza a la pálida mujer frente a él, pues se había acercado a tan solo un metro de distancia. - ¿Él te dijo que vinieras? ¿Estabas con él acaso? - Mas ideas rodearon su cabeza, parecía que perdía la cordura, lo mejor era calmarse o todo acabaría muy mal.
  4. Había pasado el tiempo, la parte física de la bruja notoriamente había cambiado, pero seguía siendo la misma actitudinalmente al menos. Ya se había presentado antes esa vana costumbre de colarse en el castillo de una u otra forma, al menos eso recordaba el Licantropo de la ultima vez que se vieron en el castillo el y Mónica. Sin embargo esta vez, todo era diferente, ella estaba ahí porque se preocupaba por él, pero le molestaba el pensar que su temor era porque Selim le hubiese dañado, ¿Pensaba acaso que era un débil que no podría con el viejo vampiro? - Parece que no se pierden las viejas costumbres - dijo el hombre son una mueca parecida a una sonrisa, la molestia seguía rondando por su cabeza pero tampoco era el momento para demostrarlo. Su brazo quedó en el aire acompañado de aquella soledad, la misma que lo acompañó por tanto tiempo, lo que significaba que la bruja no cedería y haría su explicación mas difícil, porque no era fácil para él hablar de aquello. Sin embargo tomó la botella que el elfo justo traía y le indicó el camino a su acompañante. - Vamos afuera - dijo haciendo el ademán de que saliera primero. Su cuerpo le hacía notar el nerviosismo que la bruja creaba en él desde la primer vez que la vio, era increíble lo que ella lograba en él, pero en estos momentos no debía demostrarlo, la sustanciación no estaba nada bien entre ellos y no pintaba arreglarse. La brisa aullaba al pasar entre los arboles y golpeaba con fuerza el cuerpo del moreno, por fortuna no sentiría frío a causa de su condición. Puso la toalla y la botella de agua en un tronco cortado que servía como asiento para él en los momentos que decidía fumar. - Verás.. Mónica - dijo en voz pausada, dando a notar su temor al expresar de una vez y por todas el motivo de su desaparicion. - La verdad no fue mi intención herirte si es que lo hice - la miró fijamente a los ojos para luego posar sus orbes en la majestuosidad de la luna. - Fue todo muy confuso, pero.. - Hizo una pausa y tragó las ultimas palabras que pensaba decir. No era fácil para él admitirlo, pero si había sido débil, Selim le había ganado una vez hace mucho tiempo. Flash Back - "¿Así que crees que estás mejorando en este mundo eh?" - La voz del vampiro sonaba imponente al tiempo que se acercaba al licantropo. Las manos del Greyback se hallaban empuñadas, como era costumbre al ver al padrino de su novia. - ¿Que quieres selim? - su voz denotaba el desprecio que sentía por quien enfrentaba y su cuerpo se tensionaba cada segundo que pasaba, a punto de despertar en él la furia que su poción apaciguaba muy bien. Pero entonces notó en Selim una tranquilidad, la que nunca le había mostrado, se postró en un sillón ubicado cerca de la ventana de su habitación y cruzó su pierna izquierda sobre la derecha. - "No eres nadie, ¿Crees que ascender en la marca te ayudará con Mónica?" - Una macabra sonrisa invadió los labios del vampiro mientras sus palabras taladraban la cabeza del Greyback. - "Sabes que tengo razón Greyback, sabes que no podrás darle lo que ella merece, es mayor su rango en la marca, tu solo eres un peón, ella es una reina "- su expresión denotaba mas regocijo con cada palabra, al ver que su misión se estaba viendo cumplida al hacer sentir inseguro a Andrés. - "Ya es hora de que despiertes, no la mereces, ella merece alguien que sea fuerte física y mentalmente.. Tu no aplicas "- terminó con su frase a la vez que se levantaba del sillón. - Cállate de una vez! - el grito del patriarca invadió con estrepitosa fuerza la habitación, retumbando por los pasillos, los ojos del Greyback se tornaron negros, acercándose al vampiro a punto de golpearlo. - "Inténtalo" - dijo su contrincante mirándolo con una sonrisa adornando sus labios. - "Mónica te odiará mas aun, al notar que no te puedes controlar" - esto ultimo encadenó los pies del Crowley al suelo y volvió sus pupilas al estado normal. Sabía que lo había logrado, había engañado a Andrés, haciéndolo sentir que no merecía a Mónica. Fin del Flash back - Eso ocurrió - dijo sin quitar entonces la mirada del astro que iluminaba el verde pasto con su tenue y delicada luz. - Lo siento - dijo en un susurro mientras bajaba la mirada a Mónica, esperando una respuesta no tan negativa por su parte.
  5. La extraña actitud de Belsebú creaba cierta incertidumbre en él, pero decidió no hacer caso, quizás aun estaba nervioso a raíz de la presencia de Selim y temía que el Greyback saliera, ya que el vampiro podía estar rondando en el castillo. Sin embargo Andrés hizo un ademán de negación y puso su varita bajo su pantalón. Hacía tanto no usaba su arma mágica que sentía que no merecía portarla. Cerró los ojos e hizo que belsebú se apartara con un movimiento de su brazo, debía ir a ejercitarse o el entusiasmo desaparecería, volviendo a caer en la cama como esperaba Selim. - Será mejor que me traigas una botell.. - Justo en ese momento la puerta de su habitación se abrió, su cuerpo entró en estado de alerta, sabía que una pelea había quedado pendiente con el vampiro y no sería nada extraño que este volviera a culminarla. Sus ojos no se apaciguaron, sino todo lo contrario, una corriente pasó por su cuerpo haciéndole paralizarse y enmudeciendo sus labios al ver quien se había encargado de abrir la puerta. La voz de la vampiro no hizo mas que exteriorizar la impresión del licantropo que aun se hallaba un poco desconcertado. Hacía mucho tiempo que había desaparecido de la vida de Mónica, la razones, eran muy complejas, fueron las mismas razones por las que había perdido el derecho a pertenecer a la marca, como a ser el patriarca de aquel castillo, las mismas razones que lo había hecho perder la cabeza a tal modo que Selim lo había controlado. No podía moverse, era como si su pasado le hubiese dado un golpe directo a la memoria, reviviendo en su mente cada uno de los encuentros que se habían llevado a cabo entre la pareja. La bruja no parecía estar muy bien tampoco, al parecer, no esperaba encontrarse con su presencia, algo raro pues estaba en su habitación. - Estoy bien - respondió por fin Andrés, con voz firme a la vez que observaba la silueta de Mónica. ¿Que la había llevado a su habitación? ¿Era acaso un plan de Selim? Muchas preguntas rondaron su cabeza, sin embargo ninguna era capaz de salir de sus labios. La pausa se hacía cada vez mayor y los labios del Greyback no pronunciaban palabra alguna, liberó su mano, pues a raíz de la expectativa de Selim, ya la había empuñado para dar el primer golpe. - ¿Que haces aquí? - Un poco agresiva se escuchó aquella pregunta, sin embargo no era esa su intención - No esperaba verte - un susurro mas leve salió de sus labios y se reincorporó - ¿Quien te ha hecho pasar hasta mi habitación? - hizo un ademán de asomar su mirada hacia afuera, para cerciorarse de que no estuviese acompañada del vampiro, sin embargo notó rápidamente que no estaba Selim ni alguno de los elfos de la familia. Era extraño que esto ocurriera, no quería pensar que estaban solos en el castillo, en especial con aquel molesto individuo rondando los terrenos Crowley. - Estoy a punto de.. Ejercitarme.. creo que necesitamos hablar, pero esto no puede esperar - extendió entonces su brazo derecho para asegurarse de que la bruja lo tomara, con la finalidad de acompañarlo, pero ¿Que le aseguraba a él que ella querría? Aquella inseguridad infundida por Selim empezaba a aflorar, el brazo del Greyback se encojia lentamente, algo que no hubiese ocurrido, nunca había sido inseguro y esperaba que la reacción de Mónica fuese mas rápida que la de su brazo.
  6. Las horas pasaban incontenibles, los momentos se hacían mas cortos que de costumbre y la actitud del Greyback seguía siendo la misma. Tirado en su cama observaba con detenimiento las columnas de su habitación, con la mente puesta en aquellos acontecimientos que habían alimentado su actual situación. Si bien sabía que no mejoraría ahí acostado, también era cierto que hasta el momento no había nada que lo motivara despertar de una vez. Su elfo no hacía mas que incentivarlo, pero desgraciadamente no era suficiente, no para él. - "Creo que debería darse una ducha amo, quizás eso le haga mejorar su humor" - la voz chillona expresaba los deseos de la criatura, mientras los oídos del Crowley hacían lo posible por ignorar la sugerencia, aunque certera, no deseaba seguirla. Sin embargo se sentó a un costado de la cama y miró fijamente a el espejo que estaba a un costado de la misma. Su barba había perdido tu toque estetico, era mas larga y desordenada que de costumbre, sus ojos no tenían aquella determinación que solían tener. Sin embargo en el reflejo se veía al fondo una sombra, que al parecer empezaba a materializarse con mas fuerza. - "Vaya, parece que estás intentando despertar "- la voz esta vez mucho mas imponente, hizo abrir por completos los ojos del Greyback, su expresión cambió y en un ademán se colocó en pie para observar fijamente la figura que estaba tras de él. - "Si Greyback, soy yo "- decía el vampiro mientras salía de las penumbras con una sonrisa macabra en sus labios, era Selim. Aún no comprendía como estaba ahí, aunque si sabía que las capacidades de aquel despreciable ser, le permitirían entrar sin se detectado por los elfos. -" Largo de aquí "- exclamó Belsebú mientras Andrés continuaba aun sin decir palabra alguna. -" Silencio asquerosa criatura, no mereces dirigirme la palabra" - respondió el vampiro clavando sus ojos en los del elfo, intimidandole de manera inmediata, haciendo que el mismo bajase la cabeza. - "Bueno bueno, ¿A que se debe este cambio? "- dijo esta vez dirigiéndose al Crowley -" ¿Crees acaso que esta vez será diferente?" - Selim, sabía perfectamente todo lo que había pasado y se encargaba desde hace mucho tiempo de mantener al Greyback ahí, recordando todo lo malo que le había pasado. Era casi imposible que Selim pudiera poner a Andrés en aquel estado en que se encontraba, pero tenía razón, la ultima vez todo terminó mal, era inútil tratar de recuperar lo perdido, al menos esa fue la idea que el Vampiro incubó en la mente del Licantropo, aprovechando su debilidad. - "Tu padre estaría muy decepcionado" - lanzaba comentarios entre muecas de burla, mientras el Greyback no hacía nada mas que recibirlas. - Tienes razón - respondió el Greyback por primer vez en mucho tiempo, los orbes de Selim detonaron lo preocupante que para el era aquella reacción.- Si viera como estoy ahora, se sentiría avergonzado de mi, siendo condicionado por un est****o vampiro - esta vez el Greyback lo miró fijamente y con una pequeña mueca de sonrisa que se apoderaba lentamente de sus labios. En ese momento se escuchó el toqueteo de la puerta, por lo que Belsebú partió a la puerta. - ¿Creíste que podrías hacerlo por siempre? - dijo negando a la vez que hacía su cuello tronar. - Es momento de que te marches, Selim - dijo empuñando sus manos. Era obvio que no podría vencerlo en una batalla física, se había pasado los últimos años tirado en la cama, lamentándose por lo que pudo haber cambiado, era el momento de cambiarlo, El Vampiro estaba incrédulo, sin embargo volvió a su estado normal, y lanzó una sonrisa - "Volverás a caer Greyback, lo sé" - diciendo esto salió de la habitación por la puerta principal. El Greyback había planeado darse una ducha y ver como estaba su familia, hacía mucho no tenía una conversación con quienes vivía, por muy sarcástico que esto fuese. El vapor inundó su habitación al abrir la puerta del baño, se acercó al armario y rápidamente tomó una camisa sin mangas y un pantalón paraejercitarse, lo primero que debía hacer era mejorar su estado físico, luego las cosas vendrían por si solas. Antes de salir, fue interrumpido por su elfo, quien parecía estar preocupado, se sorprendió al ver que Selim ya no estaba y que el moreno estaba a punto de salir, e intentó detenerle -" ¿A donde va amo? "- dijo su voz un poco mas débil que de costumbre - "¿Desea que le traiga algo? "- su intención era clara, evitar a toda costa que dejara la habitación, Mónica estaba en el castillo.
  7. Un fuerte dolor se apoderaba de su cabeza, nublando su vista a tal grado que no lograba distinguir mucho el lugar, el mareo se encargaba de hacerle tambalearse, quizá lo que había hecho la noche anterior, era la razón de aquella situación desagradable, pero lamentablemente no recordaba nada de lo que había ocurrido. Tomó su cabeza entre sus manos y cerró los ojos con fuerza, tratando de soportar el dolor que cada vez se hacía mas agudo, sin soportar mas se colocó de píe y su vista comenzó a aclararse, hasta notar que estaba de regreso en el castillo Crowley. - Pero, ¿Que hago aquí? - Dijo desconcertado, pues hacía mucho tiempo ya había partido hacia lugares muy lejanos, quizá porque sus decisiones no habían sido las mejores y deseaba darse un respiro, alejar a su familia de las consecuencias de sus actos. Sin mas simplemente chasqueó los dedos y como era de esperarse Belsebú apareció frente a él, sorprendido pues hacía mucho no escuchaba los dedos de su amo, nisiquiera el pequeño y viejo elfo sabía donde había ido el licantropo. - "¿Que desea amo?" - La aguda voz de la criatura rompió el silencio un poco asustada, quizá había algo en él que aun no notaba pero poco le preocupaba, solo quería que el dolor se pasara y pensó que bebiendo un poco sería suficiente para que su cuerpo se acostumbrara nuevamente al lugar, pensaba que el Vodka tenía poderes curativos, al menos eso se hacía creer para no dejar de beber aquel delicioso néctar. No hubo necesidad de articular muchas palabras, la garganta del Greyback estaba seca, necesitaba sentir el Vodka humedecerla o comenzaría a ser agresivo. - Vodka - dijo firme mientras miraba al elfo, quien desapareció de inmediato en busca del pedido de su amo. Mientras esto ocurría el ojinegro se despojaba de sus ropas, las cuales parecían no estar del todo completas, aunque esto ya no le extrañaba, de seguro había tenido una transformación y así acabaron sus prendas. Solo las tomó y sin ejercer mucha fuerza las vio caer en el suelo, quedando solo en ropa interior mientras buscaba una toalla, pues pensaba darse una ducha; sintió de repente un tirón en su espalda que le causaba un dolor insoportable, al parecer lo de anoche fue mas que una transformación. - ¿Que demonios pasó? - Decía en voz baja mientras tomaba la toalla y se dirigía hacia el cuarto de baño antes de ser interrumpido por Belsebú con su pedido, una botella de vodka acompañada de una copa con hielo. Dejó la copa de lado y bebió directamente de la botella, bebiendo un cuarto de esta en el primer trago para luego expulsar un largo suspiro. Los ojos del pequeño elfo aun estaban un poco aterrados por la presencia del Greyback, lo cual molestó un poco a Andrés. - ¿Que es lo que tanto miras? - Dijo levantando un poco la voz, quizá sacando su tono de la habitación, pero eso poco le importaba, la cabeza de Belsebú se agachó y simplemente señaló el espejo, así que el moreno fue hasta el espejo que cubría por completo su cuerpo y pudo ver lo que tanto aterraba al pequeño; su cuerpo tenía muchas cortadas, unas mas profundas que otras, algunas ya sanas y otras aun sangrantes, la sorpresa acompañaba el rostro del mortifago quien aun no entendía que había pasado. Unos minutos quedó en shock, pero luego recobró la consciencia, sacudió su cabeza y sin decir nada entró a la ducha, a limpiarse la sangre y sanar sus heridas.
  8. Una sorpresiva voz puso en alerta los sentidos del licantropo, quien desenfundó su varita con rapidez y tomó posición de batalla rápidamente, fue solo hasta cuando intentó reconocer el rostro que había llegado hasta él, que decidió bajar un poco la guardia al ver que era una mujer. Observó de pies a cabeza la vestimenta de la bruja, intentando reconocerle de alguna manera u otra, pues a pesar de sus intentos, la imagen de un recuerdo no se hacía presente con el rostro de la bruja. - ¿Quien eres? ¿Quien te dejó pasar? - Dijo el Greyback en tono un poco alterado, pues la bruja sabía su nombre. Debía saber quien era esta extraña mujer, pues no podía recordarla del todo, menos con el alcohol que había ingerido en aquel preciso momento. Intentó tranquilizarse, por lo que serenó su cuerpo y bajó la guardia un poco, hizo un ademán y prosiguió a tomar la palabra nuevamente. - Pido disculpas, es que es bastante tarde y no esperaba a alguien que no recordara - dijo avergonzado un poco, pues no era su estilo olvidar rostros, sin embargo comenzó a afiliar rasgos faciales con los que recordaba de algunos lugares que poco frecuentaba, un poco en el pasado tuvo que viajar para recordar algunos rasgos de la mujer, en la academia, Niqui, esa era ella, por lo que pudo notarse el cambio en el Greyback rápidamente, acercandose para propinar un suave beso en la mejilla de la bruja. - Disculpa, no te había reconocido Niqui - sonrió el ojinegro y procedió - pero será mejor que nos vayamos adentro, aquí comenzará a hacer frío - extendió su brazo en un arco, para que la mujer lo tomase. - Ven, te invito a conocer el castillo Crowley - esperó la reacción de la bruja para actualizarse de su vida, pues desde aquel entonces en la academia, no habían llevado una conversación duradera, esperaba que esta vez hubiese tiempo por parte de ambos.
  9. El tiempo parecía alargarse con aquel acompañante, no por el buen momento, sino por la falta de conversación, la idea de estar acompañado de Selim no cumplía su objetivo, pues aun para aquel momento la Haughton no había hecho acto de presencia. Negó lentamente al notar que no pasaría mucho tiempo antes de que el ambiente se tornara aun mas tenso, por lo que prefirió cambiar el lugar, para evitar una posible pelea dentro del castillo, pues los daños serían muy notables. - Creo que debemos ir afuera, a esperar a que llegue - dijo el licantropo sereno mientras se levantaba de la mesa y se dirigía a un gran ventanal que daba a los jardines del castillo. No estaba seguro si Selim lo seguiría, pero el siguió el rumbo, tan afuera que al notarlo, estaba a mas de 10 metros de distancia del ventanal, al voltear a ver a Selim, solo vio las cortinas salir de la casa a causa de la fuerte brisa. Se preguntaba si acaso el vampiro había decidido irse, pero pronto supo la respuesta a esa duda. - "creo que intentas huir de algo Greyback, ¿O de alguien?" - dijo burlón para luego beber un largo sorbo de vodka, en su caminar se notaba que el licor comenzaba a cumplir con su función, ahora solo sería cuestión de algunas palabras para comenzar una batalla en la cual ambos saldrían dañados. Prefería evitar, por lo que en un movimiento de su varita, tuvo el envase de cristal en sus manos y bebió todo el liquido de golpe, grave error. - Creo que debes controlarte Selim - dijo un poco serio, pues sentía el liquido caliente recorrer su garganta, al ser una gran cantidad, pudo sentir a su vez como subía con la misma velocidad a su cabeza, el mareo se apoderó de sus sentidos y cerró los ojos por unos segundos. Al sentirse con mas control sobre su cuerpo levantó la mirada y la fijó en el vampiro. - "Jajaja, quien iba a pensar que eras tan débil ante el licor Greyback" - se burlaba el hombre del ojinegro, quien empuñaba sus manos tratando de no ceder ante la burla, se sacudió y se puso en una posición erguida. No era nada que no pudiera controlar, de eso estaba seguro. Se encaminó hasta unos metros mas lejos, viendo entoces en su plenitud a la luna, la cual brindaba un brillo pleno en aquel prado limpio, sin ningún arbusto o árbol que obstaculizara su tenue luz. - Mejor vete de aquí Selim, no creo que sea prudente que estemos juntos, estando ebrios. - Dijo en tono serio el pelinegro, quien movía en ese momento un mechón que interponía la vista de su ojo derecho. Se fijó con una mirada penetrante en la figura del vampiro, dandole a entender que en serio debía irse, que el momento de conocerse sería otro, porque esa noche el licantropo no estaría disponible para esa charla. - "Bah, será mejor irme, no quiero otra discusión con Mónica por tu est****a falta de control" - respondió y no dejó que Andrés respondiera, desapareciendo del lugar en un segundo. El enojo del Greyback se quedó sin ser expulsado, pues ahora se encontraba solo, caminó hasta una roca grande que estaba situada a unos metros de distancia y se sentó sobre lo mas alto de la roca, disfrutando del paisaje que desde ahí se contemplaba. Como si algo mas pudiera pasar, ahí estaba esperandolo.
  10. Muy bien, ahora que ya el tiempo está a mi favor, es hora de volver al patriarcado de la crowley, si son tan amables de reflejarlo en mi ficha, se los agradecería, otro cambio que no veo aun es la segunda familia, es la croft, no es mas lo que tengo para pedir, saludos!
  11. En los jardines del castillo, una gruesa y alta figura se lograba divisar, acostado entre la oscuridad que era interrumpida en algunos lugares por la casi imperceptible luz de la luna. Las nubes creaban mas oscuridad de lo normal aquellas noches. El Greyback se dedicaba a pensar, como la mayoría de su tiempo libre. Habían tantas cosas en su cabeza, desde su empleo en la academia y dentro de la marca. Su cabeza estaba mas ocupada de los asuntos laborales que los personales, a tal grado que se estaba quedando solo. No entablaba conversación con un amigo fuera del trabajo desde hace ya un buen tiempo y una buena noche con buena compañía, le haría bien al licantropo. - Solo espero que llegue alguien - siseó sonriente mientras sacudía su traje al levantarse de la grama, se encaminó a la puerta del castillo e ingresó hasta la amplia sala, donde los cuadros abundaban y un gran comedor de 18 puestos se hacía presente. Se dirigió rápidamente hacia el estante de licores y tomó la botella de vodka mas grande que había en el lugar, la descorchó y de un gran sorbo, bebió gran cantidad del caliente licor. El fogaje bajaba por su garganta mientras su cuerpo se encaminaba a la cabecera del comedor, donde acostumbraba comer, justo en la silla que daba hacia la entrada. Cruzó sus piernas de manera elegante mientras encendía un cigarrillo, como si esperara a algún invitado especial, solo sería cuestión de segundos al parecer, pues el licantropo parecía estar listo para recibir a quien sea que llegase. - ¿Parece que no te gusta usar las puertas no? - Dijo el ojinegro sonriente para luego dejar salir una larga nube de humo blanco de su garganta. Sirvió otra copa de vodka esperando que su acompañante lo bebiera con agrado, esa noche prometía ser interesante, o al menos eso esperaba el croft. Se acomodó la corbata como ultimo detalle y solo esperó que la sombra tomase asiento junto a él, para así iniciar una muy posible y amena conversación. - " bien sabes que no soy de los que sigue las reglas, menos las que son dictadas por un perro como tu " - Dijo el Vampiro sonriente mientras tomaba de la mesa el trago de vodka - "debo admitir que al menos tienes buen gusto para las bebidas Greyback "- agregó de manera breve, pues no eran los mejores amigos y adularlo no entraba entre la normalidad del asunto. No esperaba que la noche fuese tranquila, por el contrario si todo se llevaba a cabo como normalmente, el castillo sufriría graves daños. - Claro, tengo gusto para el licor, como lo tengo para las mujeres Selim - agregó con una sonrisa hipócrita, haciendo énfasis en la situación que molestó tanto alguna vez al vampiro. No tenía intenciones de pelear, pero si le gustaba fastidiar al hombre, sobretodo con el tema de su ahijada, el cual le hacía perder la cordura muy rápidamente. Tal y como lo espraba, el hombre reaccionó de manera inmediata. - "será mejor que cuides tus palabras sucio perro" - amenazó el vampiro apretando la copa en su mano. - Sabía que comenzarías con las amenazas, cuidado, no sea que te cortes y tenga que venir tu ahijada a cuidarte - dijo en un tono amenazante y sonriente, esperando a que selim respondiera, solo que si llegaban a los golpes, tenía todo planeado para arrancarle de una vez por todas, la vida al vampiro.
  12. Hola buenas noches. En vista de que he decidido no ser más patriarca de la Familia Crowley, solicito de la manera más atenta, se me sea retirado dicho cargo de mi perfil. Ya he pasado por la bóveda de la familia y demás trámites necesarios para no afectar el normal desarrollo de la familia, la cual seguirá bajo los lineamientos de los otros patriarcas. Gracias.
  13. Hola, vengo para una edición de ficha. http://i.imgur.com/ITniI.png Datos Personales: Nombre del Personaje: Andrés Greyback Crowley. Sexo: Masculino. Edad: Adulto. Nacionalidad: Colombiana. Familia(s): Crowley |Patriarca| -- Padre(s) Sanguíneo: Ryuk Greyback** & Violeta Greyback** Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: -- Poderes Mágicos: Rango Social: Unicornio de bronce. Bando: Mortifago. Rango dentro del Bando: Base. Nivel de Poder Mágico: -- Puntos de poder en objetos: 20 puntos. Puntos de poder en criaturas: 0 puntos. Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: Cuidado de criaturas mágicas Conocimiento en maldiciones Pociones (Conocimiento adquirido) Perfil del Personaje: Raza: Licántropo. Aspecto Físico: Alto, de 1.80M de estatura aproximadamente. Tés morena y de rasgos faciales marcados; tiene los ojos negros y el cabello oscuro y largo hasta sus hombros. Se mantiene delgado, aunque es bastante fornido gracias a su estructura y a los ejercicios físicos que realiza. Cualidades Psicológicas: Tiene una gran determinación por hacer las cosas bien. Es coqueto y alegre aunque con un marcado carácter y es algo compulsivo. No sabe cuando rendirse aún cuando sea obvio hacerlo. Tiene un pasado que no descubrió hasta hace poco. Historia: Bosques de Galloway, Escocia, Otoño de 1986. La noche se mostraba oscura y amenazante sobre los bosques que colindan con la región de Hampshire, en nueva Escocia. La luz de la luna mostraba un claro contraste con el fuego de las antorchas que se acercaban al castillo del Baron McGrith. El pueblo estaba cansado de los repentinos asesinatos que suceden en el pueblo y en las poblaciones lejanas. Algunos testigos aseguraban que haber visto una cruz plateada antes de que las victimas aparecieran literalmente desgarradas de sus vestiduras. Al principio, los pueblerinos desconocían el origen de estos ataques y le fueron asignados a las bestias que desde tiempo antiguos rondaban el bosque. Así transcurrieron los primeros meses hasta que los testigos comenzaron a afirmar la existencia de un brillo y unos ojos rojos en las victimas. Una noche una de las victimas pronunció el apellido del Barón. El pueblo enfurecido tomo represalias y salió con antorchas y trinchos en dirección al castillo. El motivo fue confirmado al notar que el símbolo que veían los testigos era la insignia característica de la McGrith, quien no era otro que el Rey Ryuk Greyback: uno de los pocos patriarcas de Hombres Lobo que aun quedaban en el territorio escocés. Propietario de un castillo a la orilla del río Wye, al sur del bosque de Galloway, Ruyk Greyback había llegado allá tras salir de la quema de hombres lobo privada en Irlanda del norte, a manos de los seguidores de Slyver, reconocido cazador de Licántropo. Una vez más, la condición de su naturaleza lo había dejado en evidencia a él y a su familia. Su mujer Irene y su único hijo Andrés se encontraban en el interior de la mansión al llegar la muchedumbre. - Mujer, toma el niño y váyanse de acá - dijo el rey. - No te dejaremos acá. Somos una familia y moriré... Irene no alcanzó a terminar su frase cuando una gran roca golpeo su cabeza, dejándola inconsciente en el suelo. Con la aterradora imagen de su mujer en el suelo y su hijo llorando incansablemente junto a ella, el patriarca Greyback, tomó a su hijo en brazos y a su mujer, desapareciendo del lugar no si antes tomar un baúl que tenia bajo la escalera. Cuando la multitud iracunda entro al castillo, no vio más que un pequeño remolino rojo y negro donde había desparecido la familia. La multitud lanzó improperios y trinchos pero al parecer fue en vano. Unos kilómetros más al sur, bajando por el río, un pueblo en su mayoría latino, recibía un sonido seco proveniente de la plaza principal. Un hombre de capa roja y pantalón negro caminaba por la plaza con una mujer en un brazo y un bebe en el otro. Con su varita apuntó al baúl y este levitó tras él. Avanzó por la plaza del pueblo caminando cada vez más lento y comenzando a cojear y a debilitarse. Al percatarse de su notable falta de energía, nota que una daga de plata había alcanzado a herir su pecho, justo al lado de su corazón. Se desangraba por dentro y necesitaba asegurarse de que el heredero del trono quedara en buenas manos. Avanzó casi a rastras y golpeó en el alfeizar de una ventana. Una casa pequeña y humilde mantenía la chimenea prendida y el calor del interior se sentía desde la puerta. Una mujer de tés morena y ojos negros se asomo por la ventana y al ver el barón, lo reconoció inmediatamente. Abrió la puerta velozmente y se apresuró a arrastrarlo al interior de la casa. Al notar que el baúl se balanceaba en el aire, no dudo que el barón fuera de la comunidad mágica. Llamó a su elfo Belsebú y lo ingresaron en la casa. Una cálida manta posó sobre el cuerpo del Greyback. Mirando a los ojos de la mujer pronunció expresó su última voluntad. http://i1301.photobucket.com/albums/ag108/MonicaHaughton/Andreacutes.png- Tienes unos ojos nobles y haces parte de la comunidad mágica. Por favor mujer, cuide a mi hijo. Su nombre es Andrés y es...-titubeó un poco antes de terminar su frase-, es un hombre lobo. Lo ojos de la mujer no daban crédito a la información que sus oídos captaban. María como era su nombre, miró los ojos negros del bebe que estallaba en llanto al sentir la vida de su padre partir. La bruja tomó al niño en brazos y notó que la mujer en brazos del barón ya había perdido demasiada sangre como para continuar con vida. El acaudalado caballero, movió su varita y acercó el baúl a los pies de la ojinegra. Este se abrió mostrando un tesoro incalculable. - Ahí hay más dinero del que un hombre promedio pudiera tener. Tómalo y huye de acá. Vete lejos y cuídalo. El gran hombre lobo retiró la daga de su corazón, acelerando la respiración mientras lo hacía. La colocó sobre un pañuelo que contenía el escudo de la familia y conjuró unas palabras. La daga se encendió en color ocre y la insignia de la familia se dibujo en ella. Mirando al elfo a los ojos se la entregó. - Cuando tenga la edad para entenderlo le contareis la naturaleza de su condición. Le entregaras esto. Solo él podrá abrir el pañuelo. - Así será mi señor - respondió el elfo tras recibir el pañuelo aun caliente. Sintiendo que su momento se acercaba, estiró la mano hacia el niño y con su mirada pidió a la pelinegra que se lo acercara. La mujer le acercó el bebe dejandolo a la mirada del hombre; tras acercarse un poco mas, le susurró algo al niño. -Aghaidh do cinniúint. Con el último aliento de su ser, tomó a la mujer y desapareció a morir juntos, solos en algún lugar del bosque. María tomo al pequeño y el baúl y mirando a su elfo, desapareció del lugar para no volver nunca más. ************************* Barranquilla Colombia, Agosto de 2011. La playas del mar Caribe en la costa atlántica colombiana, servían de escenario para la familia Balza. Un núcleo familiar, conformado por una mujer y su hijo Andres de 24 años vivían en un barrio humilde de la ciudad atlántica. El muchacho había crecido como los demás muchachos de su clase. Había notado perfectamente que su fuerza y su agilidad eran notablemente superiores a los de sus compañeros y aunque no sabía de su condición de hombre lobo, conocía a la perfección el mundo mágico y su importancia de mantenerlo oculto ante los muggles. Su madre adoptiva María era una bruja poderosa y había creado una fórmula que controlaba sus transformaciones. Sin saberlo, Andres tomaba dicha formula todo los días con el desayuno, disimulada con un pocillo de chocolate que todas las mañana Belsebú le llevaba hasta su habitación. Hasta el día en que las cosas no salieron como de costumbre en la familia Balza. Andres se levantó muy temprano en la mañana, incluso antes de que el sol saliera en su totalidad. Salió de su casa con la intención de trotar por la orilla del mar y pensar un poco. Sabía y notaba cambios esporádicos en él. Algunas noches sentía como sus músculos del pecho y de las piernas le quemaban por dentro y su genio cambiaba dramáticamente. Corrió por la orilla mientras pensaba sin darse cuenta de la velocidad que llevaba. Cuando se percató de que iba a la velocidad de una gacela se tropezó y cayó a la arena de golpe. Miró a su alrededor y no logró visualizar a nadie que hubiera contemplado tal hazaña. Se enojó consigo mismo y retomó la carrera de nuevo a la casa. Una vez mas su velocidad no era normal y notó como su brazo se tornaba oscuro y una gruesa capa de pelo comenzaba a salir en sus piernas. Sintió como sus ojos ardían y su respiración se tornaba agresiva y constante. Al llegar, su madre lo esperaba sentada en una vieja butaca de mimbre en la puerta de la casa. Andrés con sus ojos llenos de ira se plantó frente a ella mientras Belsebú salía de la casa con un cofre blanco en sus manos. - Mamá, ¿qué me está pasando? - Te lo contaré todo hijo. Siéntate y recibe la caja que trae el elfo. Andrés se sentó junto a su madre y recibió el cofre en sus manos mirandola con un desconcierto absoluto. Abrió el cofre y encontró allí un pañuelo con un símbolo de plata que había visto antes en algún libro, pero no lograba reconocer. Se disponía a abrir el pañuelo cuando su madre lo tomó por la muñeca y lo hizo detener. - Hijo, antes de que abras eso hay algo que debes saber. Yo no soy tu madre biológica. - ¿Que estás diciendo mamá? Tras superar el desconcierto de la noticia inicial, María le explicó la naturaleza de su condición y el cómo había llegado hasta sus manos. Su ojos denotaron una mezcla de tristeza por la noticia e ira del por qué se la decían hasta entonces. Caminó un poco por la playa tratando de despejar su mente y calmar su enojo. Volvió minutos más tarde con su madre que ya no estaba tan seguro de como decirle. La miró y tomó el pañuelo en sus manos, en su interior una, daga con el mismo símbolo plateado brillaba. Acercó sus manos al objeto y su cuerpo fue halado hacia adentro por una fuerte fuerza centrífuga. De pronto todo fue oscuridad. La daga era un traslador. Se encontraba en la mitad de una sala de lo que parecía ser ruinas de una casa. Las paredes se encontraban negras, probablemente fruto del incendio que evidentemente había sucedido allí. Los pocos muebles que quedaban habían sido quemados y destruidos. Avanzó por el pasillo central de la casa en ruinas hasta llegar a la cocina que no demostraba signos de haber sido usada en muchos años. Las paredes presentaban el mismo aspecto de la sala principal. De repente, la daga que el adolescente tenía en sus manos comenzó a arder y se elevó en el aire apuntando en una dirección específica. Avanzó la flecha lentamente en dirección a un enorme cuadro que se encontraba tapado por una sabana negra. Andrés la siguió hasta que la flecha comenzó a brillar de manera intermitente. Retiró el muchacho la sabana y se encontró con la imagen de una habitación y una silla en la mitad. El mago sabía que algunos cuadros tenían movimiento y que los retratados se mantenían vivos allí. Se acercó a la pintura tratando de ver a alguien en ella. Carraspeando su voz llamó la atención pero nadie se asomaba. - Hola, ¿hay alguien ahí? - repitió mirando fijamente el cuadro. - ¿Andy? - se escuchó una voz al otro lado del cuadro. Una mujer con un deslumbrante vestido blanco iluminó por completo la habitación. Sus ojos eran expresivos y su mirada inspiraba una ternura enorme. Tenía un cepillo de plata en su mano y un espejo en la otra. Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando vio a aquel muchacho con la punta de plata en su mano y el pañuelo en la otra. Se acercó lo más que pudo para verlo con detenimiento. - Andy, ¿sabes quién soy? - No, pero lo supongo. Debes ser mi madre. - ¿Y sabes porque estás acá? - Eso si no lo sé. Mi mad..- retuvo sus palabras antes de continuar-, la mujer que me cuido al morir mi padre me lo dio explicándome algo. Pero aun tengo muchas dudas. - Ven conmigo Andy, tal vez yo pueda ayudarte - dijo la mujer y el cuadro se giro sobre su eje y dio paso a una escalera que daba a una amplia habitación bajo la casa. La mujer apareció una vez más en un cuadro que se encontraba al inicio de esta. Iluminó la habitación con un movimiento de sus manos, dejando ver una gran cantidad de libros, retratos, pergaminos y cofres. En silencio, caminó absorto por lo que veía, todo con el mismo símbolo: una cruz que ahora recordaba, era parecida a la cruz que representaba a los nazis. Cuadros de la altura de una persona normal se veían colgados a lo largo de la habitación. Uno en particular llamó la atención del joven. La mujer se encontraba sentada en la misma silla que estaba en la imagen de la cocina con un niño en brazos y un alto caballero tras ella con una mano en su hombro. En su guante se veía claramente el emblema de plata. - ¿Él es mi padre? - Si, Ryuk Greyback, yo, Violeta Greyback y su hijo Andy Greyback - Greyback. Ese es mi apellido. El joven pasó algo más de media hora leyendo la historia de su familia y enterándose del linaje de su sangre. Como habían emigrado y el por qué de lo que le había pasado. Reconoció entonces que María le había ocultado la verdad por solicitud de su padre y se arrepintió por ser tan cruel con ella. Escuchó todo lo que su madre tenía que decirle. Tomó un poco de aire para no llorar y después de unas largas horas decidió volver a su casa en Barranquilla y disculparse con María. Tomó algunos libros y pasó frente al cuadro de su madre biológica. - Si no te molesta, me llevaré algunas cosas. - Andy, todo lo que hay acá es tuyo ahora. Tu eres el encargado de erguir una vez más, la mansión Greyback. Andy sonrió ante la idea de formar su propio castillo y levantar una vez más su apellido. Se acercó a una mesa donde había algunas joyas y piezas de oro. Las tomó junto con el cuadro pequeño de Ryuk y Emily con el pequeño Andy en brazos. Se disponía a marcharse y pasó una vez más por el cuadro de Violeta. Besó su mano y una lágrima atravesó su mejilla. - Gracias por confiar en que volvería. El apellido Greyback volverá a ser lo que era. Un apellido de reyes, mamá. - Andy, cada vez que quieras volver, solo debes pensarlo con la daga en tus manos y esta te transportará hasta acá y de vuelta a donde estés. Apretó la daga con fuerza en su mano y pensó en María, su otra madre y la daga lo llevó hasta allí. Con algo de emoción y lagrimas en sus ojos, saludó a la mujer con un fuerte abrazo. Sabía que había obrado mal en dejarse llevar por el momento y la impactante noticia. Tomó la bolsa que tenía en las manos y sacando los libros y el cuadro, le entregó la bolsa a su madre adoptiva. María sorprendida abrió la bolsa y abrazó a Andy. - Madre, me voy a hacer mi vida. Hay muchas cosas por hacer. Ahí hay lo suficiente como para que vivas como lo mereces. Prometo no abandonarte. Y disculpa mi comportamiento de hace un momento. Hay algo que quiero preguntarte... Si soy hombre lobo, ¿Por qué no me transformo? - Andrés, la noche en que tu padre, el señor Ryuk, llegó a mi casa, llevaba consigo un baúl con muchas cosas. Una fuerte cantidad de dinero y una posible poción que te permitiría transformarte a tu antojo. Lamentablemente no he logrado hacerla a la perfección, solo logro que no te transformes. Cuando no la tomas tus habilidades se incrementan. Tu enojo brota con facilidad. Todas las mañana Belsebú la hacía y te la daba en el chocolate. Por eso es indispensable que lo lleves contigo, yo conseguiré otro. El Greyback se despidió de su madre tras empacar algunas cosas. Tomo al elfo de la mano y juntos desaparecieron de allí para buscar futuro en Londres. Pertenencias: Objeto Magico Legendario: -- Objetos Magicos: Objeto 1: Varita Mágica: Madera de sauce y núcleo de nervios de corazón de Dragón. Rígida, 25 centimetros. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Total puntos de poder en objetos y pociones: 20 puntos. Mascotas y Criaturas: Criatura 1: Clasificación: Puntos de poder: Total puntos de poder en criaturas: 0 puntos. Criaturas en la Reserva: -- Elfos:[list=] Belsebú: Elfo joven de 75 años. Perteneció a su madre y ahora es de su propiedad. Prepara su poción para controlar sus transformaciones. Fiel y educado. Licencias, Tasas, Registros: Licencia de Aparición: Obtenida. Licencia de Vuelo de Escoba: No. Registro de XXX: -- Otros Datos: Otros datos: Tiene su transformaciones controladas mediante una poción que desarrolló su madre en colaboración con los conocimiento y documentos privados de su padre biológico. Lleva un tatuaje en el hombro derecho que trata de una gota de sangre que cae sobre un charco que cubre el centro del musculo. Esto representa su relación con Mónica Malfoy Haughton **Personaje o dato inventado. Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: -- Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda 94945 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 96477 - Familia Crowley Link a Bóveda Familiar 2: --
  14. - ¿Crees que tengamos acción? - Preguntó con abnegación a su compañero mientras el pensaba en que hacer, si esperar a que entrasen y atacar o dedicarse a hacer las muy normales defensas. Luego de un momento no lo pensó mas y simplemente apuntó a un mueble lo suficientemente grande para crear un lobo, asi que sin dudarlo decidió crearlo. - Morphos - tal y como lo deseaba, rápidamente se creó un lobo negro que se ecargaría de defenderlo de cualquier ataque que intentasen lanzarle. No era suficiente, así que apuntó a otro mueble con las mismas dimensiones. - Morphos - al igual que el anterior, un lobo se hizo presente, aunque este era de color gris. Ambas bestias estaban listos para defender al Licantropo mientras este llevaba a cabo el ataque.
  15. -A jugar- se escuchó la voz del licantropo resonar luego de que su cuerpo se materializara a las afueras del castillo Lestrage Lupin, donde su compañero Near se hallaba. Su vestimenta era oscura como la mayoría del tiempo y su mirada se fijaba con interés en la bruja que iban a capturar. No dio mas vueltas y sacó su varita al aire, portandola en su mano derecha mientras tomaba posición defensiva. Estaba ansioso por comenzar el asesinato, tenía algunas cosas que cobrar de la última vez que estuvo en un ataque y las cosas que tenía pensado hacerle al fenixiano o fenixiana que cayera en Nurmengard eran tan crueles que su sonrisa no se borraba de su rostro cada vez que lo imaginaba. - Listo - siseó luego de hacer un gesto con la cabeza a Near.

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