Sonreí ante la respuesta de Memi, pero no respondí, tal vez porque no se me ocurría una respuesta inteligente, porque una tonada pegajosa tomaba mi mente o simplemente de floja. Moví mi cabeza lentamente e hice los movimientos en el rostro de Ángel al ritmo de la canción, pero no queriendo que ella se diera cuenta que en vez de estar atenta a ella, estuviera imaginándome al apuesto cantante entrar por la puerta y me cantara aquella canción.
A pesar de mis 18 años recién cumplidos, nunca había sufrido un enamoramiento verdadero, lo cual estaba bien para mi; A los únicos que habrían de valer la pena para amar serian mis hijos y mi futuro esposo. Nadie más. Y es que Alexia ahora seria mi sobrina ¿Quien lo hubiera dicho? Yo presente en su nacimiento era raro de creer, supongo que ella seria mi sobrina favorita, ya estaba escrito en el destino.
-Un placer, Kritzai.- Le sonreí. Memi seguía teniendo sus contracciones y hasta incluso me estaba divirtiendo -por muy egoísta que sonara- sus muecas y todo eran para recordar.
Pronto, una mujer se hizo presente y supe que saldría de estas cuatro paredes en unos momentos. Yo no sufría claustrofobia pero no me gustaba estar "encerrada" y rogaba por dentro que no me diera un ataque de nervios. Guarde silencio y observe desde mi lugar, estaba bastante claro que no me quedaría viendo cuando saliera la bebe de su cuerpo. Ni cerca.