Ironía Heartilly

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Banner10_zps9407e58c.jpg Maldijo por lo bajo totalmente nerviosa al ver que la única bala asombrosamente había fallado. Al menos, podía consolarse de que no había ido a parar por ahí contra una pared, sino que había impactado de lleno con la francesa, y muy pronto su vida se apagaría como la llama de una vela. Se volteó reconociendo a Damian llegar, sin saber cómo la había encontrado. La pelirosada no le había llegado a contar de aquel plan de venganza pero esperaba que lo comprendiera… La ira que la rodeaba era muy grande. Pero sus ojos se abrieron al escuchar el hechizo que por poco había impactado en su compañero y luego reconoció las palabras del Delacour… Inmediatamente dio un paso adelante dejándose ver. ―¡Él no tiene nada que ver! ―exclamó con fiereza sacando su varita. Sin embargo, o bien por la ira que rodeaba al mago, o por alguna otra extraña razón, el enemigo había actuado mucho más rápido que de costumbre, y en menos de cinco minutos la varita de Lawrence salía disparada e Irony comenzaba a ver todo borroso. Sintió su cuerpo dormido y su mente en otra parte… Había visto el odio en los ojos del supuesto ministro, ¿Por qué? Porque ella no se iba a tragar el cuento de que le importara la vida de la castaña, personas como él eran incapaces de sentir aprecio por nadie. Irony sabía que andaba deambulando, no estaba muerta pero tampoco se sentía dueña de sus actos. Poco a poco comenzó a poder distinguir las imágenes del callejón ¿Estaba andando sin su consentimiento? Se vio cargando a la pronto fallecida jóven ojiazul y aunque quería soltarla y dejarla morir su cuerpo no respondía. http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg Era un dolor incesante que poco a poco consumía su vida además de que podía notar la falta de sangre en su cuerpo. Pero no era nada comparado con otra clase de dolor espiritual que sentía… No quería morir, quería seguir viviendo a pesar de no recordar casi nada de ella misma. Aún tumbada, apenas lograba escuchar al mago y cerró los ojos un momento triste pensando en el grito que le iba a esperar pero este nunca llegó. Al volver a abrirlos las imágenes ya eran más difusas pero pudo ver con pavor como la pelirosada se acercaba a ella, cogiéndola. Escuchó a Robert hablar, y eso la sorprendió… Ya que pensaba que la dejaría a su suerte muriendo allí. Sonrió débilmente y finalmente sus ojos se cerraron dejando derramar las últimas lágrimas.

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Banner10_zps9407e58c.jpg Tras correr a toda velocidad saliendo viva de la batalla del hospital, inevitablemente se había tenido que separar de sus compañeros pero sabía que tanto Nathan como Damian estaban bien. Tras perder de vista a los Aurores sin ser reconocida en el incidente, que era la mejor parte porque no pondría en peligro su historial, ni su familia ni su puesto en el Ministerio de Magia, se puso a pensar su siguiente movimiento. Estaba llena de ira por lo que había ocurrido, ese maldito bastardo se las iba a pagar, ya no solo eran por cosas de Damian, sino por también por motivos propios. Aún encima el día no parecía mejorar, la noche se había abierto pasos con un firmamento tapado de nubes. Habiendo llegado al Caldero Chorreante sin quererlo, decidió entrar para poder ir al baño. Allí se mojó la cara para intentar tranquilizarse y se cambió la ropa. Sus vestimentas más anormales habían quedado sucias y un tanto desgarradas, por lo que optó ponerse uno de sus antiguos uniformes de soldado. Ni tanto, solo llevaba una camiseta negra normal muggle de tirantes, y luego si, unos pantalones de camuflaje junto con unas botas. Se había quitado las muñequeras para que pudiera circular mejor la sangre y simplemente se puso unos guantes negros sin dedos. En aquellos minutos de tranquilidad, tuvo tiempo para pensar. Era hora de la venganza. Saliendo del Caldero Chorreante, comenzó a andar por el Callejón Diagon pensando en reunirse con Nathan, a quien seguramente encontraría frente al local de Dulces Tentaciones, punto de encuentro que se había hecho popular entre ellos, pero en su lugar divisó algo más interesante. A lo lejos había visto a la pareja huir rumbo a lo que conocía bien como las calles del difamado Callejón Nockturn. Sin pensarlo, decidió seguirles, y poco a poco comenzó a introducirse en los tétricos pasos. Tenía que ser muy disimulada porque aunque el mago era un humano tampoco era tan idi***. Cerró los ojos un momento y decidió poner en funcionamiento sus técnicas. Fue como si su respiración cambiara y todo rastro de esencia de Irony desapareciera. Volviendo en sí, siguió corriendo y oculta tras una esquina escuchó sus voces. Parecían desorientados y no dispuestos a moverse de aquel rincón en un buen rato. Era la oportunidad perfecta. Apartándose de allí y notando que el Delacour comenzaba a sentirla, subió unas escaleras para llegar al techo de un local abandonado. Desde allí se asomó con cuidado pudiendo verlos con una gran diferencia de altura y llevó una mano a su bolso de cuero sacando instintivamente el arma. Era una pistola de plata, algo pesada pero con apariencia simple. No era de ella, se la había otorgado el White y era muy importante… Solo poseía una única bala, una bala de grueso calibre en oro. No era cualquier bala, era una bala endemoniada, maldita. Quien la recibiera, estaría condenado a una muerte eterna, siendo incapaz de resucitar o reencarnar para siempre. Si, y a pesar de ser algo tan especial, la ojigris quería gastar aquella bala contra aquel mendigo de una buena vez, no quería verlo nunca más, ni en esa vida ni en ninguna otra, debía morir, dejar de existir hasta como recuerdo. Con milimétrica puntería apuntó al mago y cuando dejó de respirar y estuvo completamente preparada, lo hizo: disparó. http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg Alzó la mirada al cielo para luego frotarse los brazos notando como algunas gotas de lluvia comenzaban a caer en su rostro mientras volvía a escuchar las quejas de su acompañante aunque más apaciguadas a como las habían sido en el hospital. Realmente no se atrevió a cuestionar ni nada, Nicolle también estaba un poco enfadada por que no la hubieran tenido en cuenta y además había pasado mucho miedo, por un instante había perdido la esperanza y había pensado que el mago iba a perder la vida. Esos momentos se repetían en su mente constantemente como si hubieran sido hace diez minutos. Bajó la mirada al escuchar las preocupadas palabras de él y miró hacia la esquina donde él miraba no viendo a nadie. Sintió desconfianza pues no creía que fueran cosas de los medicamentos… Ella no sentía nada pero si Robert si era por algo. Mientras pensaba luego en lo que le había preguntado, comenzó a dar algunas vueltas para vigilar un poco el área. A primeras no veía a nadie, ni si quiera a las mujeres de vestidos escotados que siempre se podían encontrar al pie de alguna taberna o contra las farolas gastadas y apagadas, ni un alcahueta o vagabundo. Quizá, eso mismo era lo que le daba desconfianza al hombre, y era que todo parecía extrañamente tranquilo, como si se tratase del ojo de la tormenta. ―Bueno, los tres ya saben que vamos a por ellos, y en mí ya no confiarán. Quizá si capturamos a algún familiar importante de alguno de ellos… Recuerdo a la dueña del local ―murmuraba mientras pensaba. Fue entonces que se le paró el corazón cuando vio una cabellera pelirosada en el techo de un viejo y abandonado local de antigüedades, y lo que era peor, apuntando un arma brillante hacia el mago. Tenía que evitarlo por todos los medios y sabía que si le gritaba simplemente Robert no llegaría a tiempo a evitarlo. Así que como si se le fuera el alma a ello, corrió a toda velocidad contra este y le empujó al suelo mientras se escuchaba el disparo. Sabía que él le gritaría por haberle empujado sin embargo… Había acabado ella también en el suelo y sentía debajo del pecho un dolor inimaginable que le quitaba el aire. Bajó la mirada con miedo y entonces vio la mancha de sangre en su ropa. Sus ojos se aguaron no previendo que aquello fuera a pasar, pues pensaba que iba a ser mucho más rápida que eso, ya que se había dado cuenta antes y no estaba tan lejos… Pero la bala había viajado más rápida que un rayo y le había dado a Nicolle. Y si se le habían aguado los ojos no era por el dolor descomunal que sentía: sino más bien porque tendría que despedirse de la vida. Cayó de costado mientras en su rostro sintió también gotas más gruesas y numerosas de lluvia. Estaba completamente asustada, ¿para qué negarlo?

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg Todo había sucedido rápidamente y Nicolle tuvo que pararse, apoyando sus manos sobre sus rodillas, para poder respirar. Habían sido horas de gran tensión. Primero, habían abandonado esas mismas calles con Delacour al borde de la muerte por unos hechizos de una magia irreconocible. Luego, en San Mungo, el descubrimiento de un extraño veneno que ya se había contagiado a otro medimago y había provocado la cuarentena de la planta. Mientras todos se ponían de acuerdo y encima, más pacientes de la guerra llegaban, Nicolle no había podido quedarse tranquila y sus lágrimas habían estado corriendo a cada segundo. Para colmo, nadie la escuchaba. Horas más tarde, ya habían logrado dar con el despertar del mago y todo parecía calmarse poco a poco, dejando que la cuarentena desapareciera. Nicolle aun así se había mantenido en vela, tanto, que finalmente el último día se quedó dormida con los brazos cruzados sobre la mesa de al lado de la cama del mago. Eso no fue el fin de los acontecimientos. Cuando Robert se levantó, luego salir del pequeño lapso de confusión se llenó de ira como cabía esperar. Nicolle se despertó de golpe e intentó tranquilizarle poco a poco y le incitó a que no se moviera pues había estado débil. Fue entonces cuando en ese momento pensó que se le había ocurrido su idea más brillante y rebelde. Así que pues, tras acordarlo y tras relajarle una flor blanca, la inocente bruja salió en busca de Damian y tras encontrarle en el mismo lugar de siempre, con mucho esfuerzo, había logrado hacerle creer que Irony Loveless se encontraba internada de urgencia en el hospital, todo para atraer al chico a la Quinta Planta donde cierto francés le esperaba con ansias. Todo hubiera sido perfecto si no fuera porque el White y la propia Irony se habían enterado de ello ¿Cómo? No lo sabía, pero en menos de una hora se había desatado una batalla campal que había acabado con una planta destruida y cientos de autoridades rodeando la zona ¿Y ahora ellos? Al igual que seguramente los otros, huyendo sin parar, aunque sabían que al cabo de dos días sería tema olvidado y como mucho, solo sería nombrado en el Profeta. Dominé se llevó las manos a la espalda para descontracturarse y miró a los lados atenta y se quedó tranquila a pesar de que estaban en un tétrico y oscuro lugar que aún encima amenazaba con llover: nadie parecía haberles seguido hasta allí. Con el cielo nublado, la castaña ojiceleste volteó la mirada para ver si el mago se encontraba bien pues, aun así tenía por debajo de la túnica los vendajes de las heridas que podían provocarle algún dolor en los músculos. La intrigaba pensar qué harían ahora, probablemente, planear una nueva táctica para intentar matar a los tres enemigos que tenían.

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg Estaba pensando otro buen lugar al que visitar con el mago cuando entonces se volteó asustada al ver como dos rayos impactaban en el mago. Uno hiriéndolo de muerte y otro lanzándole la varita. Comenzó a temblar ligeramente al tiempo que veía las heridas sangrantes del mago aflorar por culpa del rubio que les miraba con bastante odio. Su labio inferior le temblaba queriéndole gritar injurias pero nada salía de su garganta. Por instinto se agachó rápidamente cuando el mago se derrumbó, cogiéndole. Sin darse cuenta, lágrimas caían de sus ojos ante el miedo que sentía de tal situación. Pero no podía quedarse ahí, no otra vez… Aprovechando que el mago estaba distraído regodeándose de su propio poder, colocó el brazo del Delacour tras su cuello y con toda la fuerza que tuvo, logró ayudarlo a moverse, al tiempo que caminaba cinco metros para recoger su varita. Ya no sabía si incluso seguía vivo o estaba inconsciente, pero no tenía que dejar que les atraparan. Sin más, Nicolle miró a sus lados desesperada y sorprendentemente vio que en la esquina del techo podrido de una casa reposaba un pequeño avispero. Cogió una lata de por ahí y la lanzó contra el panal tirándolo al suelo. Las avispas comenzaron a revolotear alborotadas hacia Nathan y Dominé aprovechó para alejarse. Su destino: el hospital San Mungo.

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg Comenzaba a cansarse de forcejear pero no quería parar al mismo tiempo. Finalmente, el chico la empotró contra la pared, aprisionándola entre sus dos brazos. Miró a sus lados y volvió a sonrojarse ante la cercanía del chico, que si bien podía ser peor, aún se sentía demasiada insegura en sus brazos. No podía creerle por más lindas que sonaran sus palabras, había visto al a pelirosada y no dudaría en cortarle a la cabeza a Nicolle con esa actitud, y como sabía que el rubio estaba perdido por ella no podía confiar en él. Al mismo tiempo, odió los prejuicios que emitía contra su compañero. ―¡Apártate de mí! ¡Tú no sabes nada! ¡Me das pena…! ―exclamó fuera de sí para su sorpresa― Solo sabes obedecer órdenes… No se esperó que el mismísimo Delacour apareciera allí y desarmara rápidamente al White. A penas pudo reaccionar pero el chico la atrajo a si alejándola del hombre fornido que ahora mismo no tenía con qué salvo la fuerza física, si es que les alcanzaban, claro. Nicolle no quería comprobar quien podía llegar a ser más fuerte, ya que sabía que no se perdonaría si pasaba lo imprevisto. Tras las palabras hirientes del mago, salieron corriendo de allí aunque no sabía hacia dónde, ¿dónde podrían ocultarse sin ser vistos? Luego de alejarse ya unos cuantos metros pararon y Nicolle se permitió unos segundos para recobrar el aliento. ―Gracias… ―susurró mientras se recuperaba― ¿Dónde vamos ahora?

Bueno, cumplido el mes vengo a solicitar el cambio... y he cambiado en todos los campos de la ficha, incluso las imágenes pues las he borrado de donde las tenía alojadas para cambiarlas de sitio así que ya no son los mismos links xD Dejo directamente la ficha entera como quedaría. Quiero que todo quede así: (gracias de ante mano xD *deja dulces para los golosos y patatas fritas para los alérgicos (?)) http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Irolovelesshaughton_zpseaa9837c.jpg http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Datospersonales_zps7aa530e6.png Nombre del Personaje: Irony Loveless Haughton (También conocida como "Irony Heartilly") Sexo: Femenino Edad: Desconocida (Parece tener aproximadamente 20 o 21 años) Nacionalidad: Británica Familia(s): *Familia Sanguínea: Loveless *Familia Adoptiva: Haughton Padre(s) Sanguíneo: Sira Loveless Haughton (Madre) Padre(s) Adoptivos: Kritzai Demian Haugthon Ryddleturn (Padre) Trabajo: Gabinete de Seguridad -- Aprendiz http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/PoderesMaacutegicos_zpsf6af3e40.png Rango Social: Aprendiz Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Nivel de Poder Mágico: -- Puntos de poder en objetos: 20 Puntos de poder en criaturas: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: -- http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/PerfildePersonaje_zps2a9cee7d.png Raza: Demonio Aspecto Físico: http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/IronyLovelessApariencia_zps986f6be6.png Mide 1'71 y debido a su entrenamiento físico posee un cuerpo delgado pero musculoso. Posee una larga cabellera de color rosado que no se sabe si ha sido así desde su nacimiento por razones desconocidas aunque ha llegado a experimentar cambios de color. Por el contrario sus ojos son de un tono gris que no presenta ninguna anormalidad. Acostumbra a vestir lo más cómodamente posible por si se le presenta una situación de batalla, por lo que suele andar con botas planas, pantalones cortos o calzas, guantes y alguna chaqueta con cinturón que le permita portar algunos utensilios de emergencia. Siempre lleva su varita en un pequeño bolso que lleva sujeto por un cinturón a su pierna izquierda. http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Alouqualovelessapariencia_zps1df13ba6.png Cuando su Demonio toma posesión completa de ella su aspecto cambia. Sus cabello se vuelve mucho más rojizo dejando algunos mechones en color negro y sus ojos se tornan amarillos. Aunque el resto de su cuerpo no cambia, muestra tendencia a remplazar su vestuario por uno más provocativo. Cualidades Psicológicas: http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Banner10_zps9407e58c.jpg Irony parece ser una mujer vacía y sin mucho que destacar. No habla demasiado y cuando lo hace es muy directa. Tiene poca paciencia y tolerancia con los demás, gran factor que provoca que no tenga demasiada vida social, cosa que no le importa. Sin embargo ha decidido confiar en los Haughton llegando hasta preocuparse por la familia, hecho que no admitirá. No tiene escrúpulos para tomar ninguna desición si de eso depende su vida. En principio le preocupaba la vida de los demás, dejando dar a luz un lado más heroico pero luego acabó reflexionando que cada uno debe protegerse a si mismo y que ella no podía cambiar el destino de las personas. Irony no sonríe ni llora pues los considera actos de debilidad e incluso decidió "asesinar" a esta parte suya dejándola en una infancia que acabó a los 12 años. http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/BannerAlouqua_zpse2e7edc7.jpg Esta Demonio son los instintos más oscuros de la bruja. Alouqua es cruel y violenta, interesada y ambiciosa. No descansará hasta que vea cumplida sus venganzas y obtenga todo el poder que desea. No siente amor hacia ningún ser vivo y le encanta manipular a las personas. Como muchos demonios, se presenta constantemente persuasiva o provocativa. Sin embargo, esto poco se ve pues Irony la tiene completamente encerrada dentro de si. Cuando Alouqua intenta tomar el control la cicatriz del pecho comienza a arder. Historia: Los verdaderos orígenes de Irony son inciertos ya que ni ella recuerda muy bien las cosas. Para empezar, su verdadero nombre es desconocido puesto que la jóven piensa morir con aquel secreto. Se crió con una familia muggle de carácter conservador con la cual jamás tuvo un buen trato. Como la mayoría de la familia, ya muy jóven tuvo que ingresar a los entrenamientos que la conducirían a las Fuerzas Armadas Británicas. Es en ese período cuando Irony decide eliminar su personalidad divertida e infantil para madurar más rápido. Su vida ya como soldado fue completamente distinta. Allí conoció a sus tres mejores amigos: Claire Heartilly**, a la que consideraba su hermana menor, el novio de esta, Blaze White** y una tercera jóven llamada Hitori Fang**. Su vida transcurrió con cierta normalidad y felicidad pues le dedicaba su vida a su oficio y pronto enviaron su recomendación para que ascendiera a oficial. En esta etapa se hace conocer como Irony aunque la historia no siempre es contada por ella. Sin embargo, comenzaba a mostrar sus primeras manifestaciones de magia, las cuales eran incomprendidas por ella ajena a su naturaleza de bruja y demoniaca. Todo cambió la noche del día en que peleó con Blaze por la idea que tenía de retirarse del ejército y casarse con Claire. Esa misma noche, las alarmas se encendieron tras un extraño ataque entre dos bandas justamente, en la zona militar. Unos poseían una extraña luz en el rostro y otros iban enmascarados. Luego del acontecimiento en el que a penas pudo coger sus armas, se encuentra con que Claire**, Blaze** y Hitori** han desaparecido. Desesperada ante ello, abandona el grupo sin decir nada y se convierte en desertora. Debido a esta salida, los rumores acabaron convirtiéndola en una especie de traidora que había huído con el enemigo, por lo que varios grupos comenzaron a ir en su busca. En su largo viaje por toda Europa en busca de pistas de la localización de sus amigos, encuentra a Claire** y Blaze** en España, León, donde realmente no han sido secuestrados, sino que habían escapado. Aunque realmente Blaze había sido el que obligó a su novia a realizar tal fuga, Irony, llena de dolor y venganza los asesina en la catedral en la que se habían encontrado para luego marcharse. Perdida y desorientada decide ir en búsqueda de su propia identidad, intentando averiguar sus orígenes y la explicación de sus poderes especiales. Su viaje la lleva a Gloucestershire donde por casualidad oyó que Hitori** se encontraba allí, aparentemente, en peligro. Decidida a ayudarle, la encuentra capturada por una especie de secta de personas con túnicas extrañas. Tras rescatarla a duras penas, Irony descubre que Hitori es capaz de realizar las mismas cosas sobrenaturales para poder huír. Así pues, esta le confiesa que Irony es una bruja y una Demonio, y que tanto ella como sus amigos también podían acceder a la magia, solo que no se lo habían dicho. Por esto, y por el hecho de que Hitori, ahora una vampiresa, había optado por hacerse un clan en vez de volver con Irony, la pelirosada combate con ella y la asesina. Es por esto que su clan, tras descubrir el acontecimiento, comienza a perseguirla también. Estando sin refugio ni nada, un día su suerte cambia cuando oculta en la Catedral de Gloucester, que era el refugio más cercano, encontro a un mago llamado Kritzai que le contó algunas cosas muy útiles: como la existencia de una Londres Mágica. Despidiéndose y teniendo la referencia del mago por si algún día llegaba a pasar por donde vivía, continuó su camino. Sus investigaciones, efectivamente, la hicieron finalmente tener que ir si o si al mundo de los magos. Abandando sus armas más preciadas que ahora no le servirían de nada y consiguiendo una varita que no sabía utilizar bien, decide internarse en un mundo desconocido y asombroso, un mundo en el que también azolan las guerras. Recordando al mago, viaja a Ottery St. Cachtpole donde es acogida por la familia Haughton sin ninguna clase de problemas. Es allí, donde quizá, su vida de verdad cambia, pues comienza a sentir cierto aprecio por los dos magos que la ayudaron, Kritzai y Sira. Así pues, decide entrar en la Academia de Magia y Hechicería para aprender a ser una gran bruja. Allí conoció a diversas personas y rivalizó un tiempo con Dark Dragona Targaryen Black Lestrange, debido a que su personalidad choca con la de Irony pero más tarde, vería un gran apoyo en ella y en otros compañeros, con los que se harían conocer como los Dark Marauders. Algunas pistas la condujeron a la familia Gryffindor, donde pensó descubrir que Kyttara es su madre, misma conclusión a la que llegó otra bruja desconocida llamada Alexis Miller. No obstante, resulta no ser cierto, y ambas se marchan, descubriendo ser hermanas. Tras el nacimiento de un hermano menor de ella, llamado Demian, finalmente Iro descubre que Sira es su auténtica madre. Al mismo tiempo, su corazón se vuelve más oscuro, al sentirse manipulada por un chico que le había declarado su amor eterno. Este chico, resultó ser un vampiro llamado Damian Brian Lawrence, que la mordió estando desprevenida y la condenó al uso de una Poción que revirtiera sus efectos. Finalmente, optó por separarse y alejarse de todos, para trabajar en algunos locales y en el Gabinete de Seguridad y comenzar a construirse una vida. Sobre Alouqua Su relación con Irony es desconocida pero se trata de un Demonio femenino milenario que aloja en el cuerpo de esta. Su presencia viene marcada por un tatuaje que Irony posee en el pecho, con forma de ojo al cual le hacen unas flechas negras y que arde cuando Alouqua toma poder. Las intenciones de la Demonio tampoco se conocen bien ya que una veces actúa en favor de algunas personas y otras en contra. Sin embargo, Irony comienza a averiguar cosas sobre el origen de Alouqua ya que descubre que su madre sanguínea, sufre un mismo caso con un Demonio llamado Fyre. http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Pertenencias_zps3139a00b.png Objeto Magico Legendario: -- Objetos Magicos: Objeto 1: Varita Mágica. 30,2 cm, Madera de Nogal. Núcleo de Pluma de Fénix Azul. Rígida. Clasificación: XX Puntos de poder: 20 Mascotas y Criaturas: -- Criaturas en la Reserva: -- Elfos: -- http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Licencias_zpsfa7236dc.png Licencia de Aparición: -- Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Otrosdatos_zps071784a5.png Otros datos: *Tiene un extraño tatuaje en el pecho siempre oculto por la ropa que lleva. *Es consciente de su naturaleza demoniaca aunque desconoce lo que esto acarrea y sus orígenes. *Está atada al consumo constante de una poción para retraer los efectos de una mordida de *Siempre está de mal humor, o casi siempre. *Ha tenido que guardar su arma preferida antes de mudarse a Londres Mágico: una espada a la que llamaba "Odín" *Guarda extrañas relaciones íntimas con dos soldados: Nathan White y Kiros Rayner. Cronología de cargos: *25 de Julio de 2014: Generales 117 *7 de Agosto de 2014: Entrada a la Mini-Marca Tenebrosa // Aprendiz del Gabinete de Seguridad *9 de Agosto de 2014: Fin de Generales 117 (100 puntos) *8 de Agosto de 2014: Duelo Básico 60 *10 de Agosto de 2014: Rol Básico 60 Premios y reconocimientos: -- http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/Links_zpscd414901.png Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda 104366 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 102647 Familia Loveless Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 84511 Familia Haughton

Irony Loveless Haughton Irony se encontraba demasiado perdida como para moverse y se encontraba en silencio mirando a Sira queriendo ayudarla pero no sabiendo cómo. Kritzai le daba su apoyo moral y había sido más rápido al atender los pedidos de Bodrik. En cambio, la joven pues… nada, y aún encima se sentía lo bastante culpable por haber permitido que Sira le otorgara su sangre demoniaca. El parto estaba dando inicio y observó a la sanadora atentamente sin conocerla. Parecía que sabía muy bien lo que hacía lo cual la dejó tranquila, estaba segura de que el niño nacería sin problemas… Con sorpresa vio la llegada de Alexis, quien en el fondo quizá admitía como su mano derecha en una situación complicada: los momentos de Academia las habían cambiado demasiado a ambas. Sin embargo no fue capaz de decirle nada, ella no se veía tan aturdida como la ojigris. En vista de que todo iba a comenzar, la bruja se ausentó un momento de la sala sin decir nada y corrió escaleras arriba. Atravesó las plantas del castillo como un relámpago y cuando llegó a su cuarto sacó unas botellitas que metió rápidamente en su bolso, prefería no arriesgarse. Al menos una Poción Herbovitalizante sería necesaria. Volvió a la sala con velocidad mientras comenzó a preguntarse si los demás miembros de la familia estaban al tanto de semejante revuelo. Al volver, se acercó cerca de Sira y se agachó mientras saca de su bolso el frasco de líquido verdoso apoyándose en el suelo pues no le daría nada si la sanadora no lo decía. Miró a Kritzai un momento y luego a Sira mientras apoyaba un brazo sobre su rodilla flexionada. ―No me decepciones porque… Yo sé que puedes, madre… ―dijo en apenas un susurro. Era la primera vez que la llamaba de tal modo y era la primera vez en muchos años casi incontables, que Irony pronunciaba la palabra.

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg El francés no se había contentado con que Nicolle hiciera estallar los cristales sino que se dispuso a hacer más decoraciones al lugar, aunque no pudo evitar admirar como este paraba las piezas para luego dar un paso atrás. Antes que nada, había echado un rápido vistazo a sus alrededores para saber si les había faltado algo pero estaba todo, la varita, que era el principal objetivo, y parte de los galeones que le habían cabido en la cajita rectangular de la varita. A todo aquello, no había ni señales de los dueños… Igual el negocio estaba abandonado o se trataba de un secuestro anterior. Observó el charco en el suelo pensando que iban a tener una gran sorpresa los dueños cuando volvieran y vieran aquello. Luego alzó la mirada y asintió con la cabeza hacia el mago para tomar su mano y saltar por la ventana cuya cristalera ya había sido rota por completo. Miró a los lados por si acaso pero esta vez no la esperaban Aurores. Igual podía ser que la presencia del hombre les intimidaba y los había hecho hacer la vista gorda. De todas formas, nunca habían sido un gran problema en su carrera de ladrona. Mientras se alejaban del local la chica miró un momento la caja de madera para luego verlo a él sin estar muy segura a donde se dirigían. Al fin y al cabo, no veía la relación entre asaltar Ollivanders y encontrar a la persona que buscaba desaforadamente, quizá solo por el hecho de que la varita la haría pasar desapercibida. ―¿Y ahora a dónde vamos? ―se atrevió a preguntar.

http://i1281.photobucket.com/albums/a514/IronyHeartilly/NicolleBarraDefinitive_zpsf052c995.jpg Bueno, en eso tenía razón el mago, porque no entendía por qué les hacían tanta fama si al fin y al cabo no eran capaces de detener a una simple delincuente que ni si quiera iba a armada. Habían entrado al local de frente, cosa que la chica hubiera recriminado porque era un poco arriesgado entrar tan de golpe, pero no dijo nada. Al menos, el antifaz que él le había dado y la capa que la cubría impedían que fuera reconocida fácilmente. Aunque poco daba, casi se podía decir que varios podían distinguirla ya como una ladrona. Arqueó una ceja al escuchar los nombres clave. ¿Por qué halcón y por qué elfo? Encogiéndose de hombros asintió con la cabeza ante sus explicaciones, no sabía cuánto podía llevarle encontrar alguna de aquellas varitas mágicas a su medida. Cuando fue el momento salió a toda prisa con cuidado, fijándose de que no hubiera nadie custodiando. Por extraño que pareciera, el vestíbulo estaba vacío, nunca le había pasado una situación tan fácil. Se extrañó aún más por lo del anillo pero seguramente lo diría por algo. Con velocidad, comenzó a revolver todas las cajas. Luego de tres varitas que no funcionaban directamente, al coger la cuarta, los cristales del local se rompieron en miles de fragmentos. Se llevó una mano a la boca y dejó la caja lejos de sí como dando a entender que había sido por accidente. Siguió probando y al final, consiguió que una se ajustara a su mano proporcionándole una sensación cálida y al mismo tiempo tres cuerdas salían disparadas de la varita. Miró el papel que venía en la caja. ―Madera de Acacia, 23 cm. Núcleo de Pelo de Unicornio. Flexible. Excelente para Encantamientos. Luego de leer la volvió a guardar en su caja y se la llevó pero no sin antes, por costumbre, agacharse hasta tras el mostrador donde estaba la caja y coger los galeones que habías más a mano. Rellenó el resto de la caja de la varita con los galeones para luego posicionarse al lado del mago.

Comenzaba a desesperarse por dentro y su estabilidad exterior comenzaba a desmoronarse cuando milagrosamente Kritzai regresó como un rayo ayudándola a colocar a Sira sobre el sofá. Recibió en un rápido movimiento aquella botella y asintiendo con la cabeza la guardó en el bolso que llevaba consigo para que no le pasara nada, ya que si la poción se rompía se iba a querer cortar las venas o tirar de un trigésimo piso. Mientras Kritzai intentaba darle de beber a Sira la Poción Re abastecedora de Sangre escuchó con frustración que no podían llevarla a San Mungo. ¡Condenado hospital que se encontraba tan lejos! Debería de poner tenerse una conexión flú directa. ―Ya le he dado yo una… ―comenzó a decir sin saber cómo continuar― Hay que ayudarla a sacar al niño… Mientras viene un sanador a casa, hay que llamar a uno para que venga ya sea ahora o después del parto ―explicó intentando no alterarse. Intentó centrarse pero es que realmente Irony estaba pintada al óleo en esos temas. Jamás se había preocupado por temas de maternidad porque nunca había tenido planeado si quiera casarse. Por otro lado, nunca había estado presente en un parto ni había conocido a nadie que hubiera tenido que estarlo y ella tuviera que ir a visitarle. Sabía cosas básicas de la medicina, y era experta en primeros auxilios pero enfrentarse a un parto… Podía sentir el dolor de Sira y la corroía por dentro no saber qué hacer. Quería ayudar pero no sabía por dónde empezar. ―Será mejor llevarla a una superficie en el que tenga más espacio. Sira, vas a necesitar pujar con fuerza mientras te ayudamos a sacar la cabeza de Demian…

Irony Loveless Haughton Sintió aún cierto gusto metálico en la garganta y una gran debilidad en su cuerpo a causa del mareo pero tenía que mantenerse en pie por Sira. Necesitaba una poción de esas urgentemente pero no sabía a quién acudir pues no parecía haber nadie. La sorpresa vino cuando Sira decayó de golpe apoyada contra el sofá y de rodillas al suelo y gritó con gran dolor. No podía ser cierto… ¡No en esos malditos momentos! Irony se hizo un manojo de nervios sin saber qué hacer. Rápidamente cogió a su madre en brazos y la tendió sobre el sofá notando que efectivamente el que sería su medio hermano iba a nacer. Miró a sus lados sin saber a quién acudir hasta que se acordó de los elfos domésticos. Mientras su padre no llegara era lo mejor que podía hacer. ―¡¡¡One!!! ―estalló invocando al elfo que había quedado un poco disgustado por el grito― Tienes que ayudarnos y traer una Poción Reabastecedora de Sangre y… toallas… no… agua. ¡No sé! ¡Lo que haga falta! Sira va a dar a luz. Quizá lo mejor sería ir a San Mungo directamente. Sin darse cuenta el elfo había desaparecido y en principio le dejó la poción para luego desaparecer y traer más cosas o simplemente comunicárselo al resto de los elfos o quizá al resto de la familia, no tenía ni idea. Irony se limitó a abrir el frasco y hacérselo beber a Sira.

Irony Loveless Haughton Mientras la sangre y los hechizos antiguos hacían efecto sobre su cuerpo, sus cabellos comenzaban a cambiar de coloración a cada momento. Por instantes parecía que se permanecían rosas como originalmente ella pensaba que habían sido, en otros se iban aclarando y hasta llegaban a tornarse blancos como la nieve hasta después pasar poco a poco un rojizo que amenazaba con la presencia de Alouqua. A penas podía ver bien, se sentía mareada y con un poco de náuseas y todo lo que ocurría a su alrededor era desconcertante. Las sensaciones vampíricas se mezclaban con las demoniacas pasando de sentir almas a poder olfatear cosas que nunca antes había olido. A penas podía escuchar a Sira aunque sabía que le estaba hablando y se sintió recostada mientras alguien tocaba sus cabellos. Nunca había tenido fiebre, al menos nunca que recordara, pero sin duda alguna así debía de ser cuando alguien deliraba por los picos de calor que producía aquella enfermedad. Y por un instante, perdió la noción de todo lo que ocurría en su entorno, todo se volvió negro. Londres Muggle Años en el pasado. La lluvia caía con fuerza en las calles de la ciudad como siempre lo hacía mientras los muggles se refugiaban presurosos con sus paraguas. El cielo estaba pesado y negruzco y un rayo cayó en una de las antenas pararrayos de uno de los edificios altos de la capital. El viento soplaba con violencia calando los huesos de cualquiera y ya pocos vehículos circulaban por las carreteras a medida de que la niebla aumentaba. Sin duda alguna, aunque era un paisaje tradicional en determinadas zonas de Gran Bretaña, era capaz de deprimir a cualquiera. Bajo el techo de piedra en forma de galería que tenía un grupo de aparcamientos una niña de aparentes 9 años se encontraba parada tomando de la mano a otra niña mucho más pequeña que lloraba y parecía tener unos 5 años de edad solamente. La mayor, tenía el cabello castaño largo en ondas desordenadas. Con falta de brillo, poseía un par de orbes grises que buscaban por la calle de manera desesperada una solución. Portaba un vestido informal negro gastado con mangas y tenía los zapatos del mismo color rascados y manchados, al igual que las calcetas. La niña pequeña en cambio tenía un cabello en dos coletas de un rosa fuerte color chicle y sus ojos azul eléctricos estaban empapados en lágrimas. Su vestido blanco sucio era demasiado fino para tolerar aquel frío infernal de invierno. Otro rayo aventó las calles y la mayor alzó la mirada al ver como un vehículo negro, quizá una limusina, se aparcaba en frente y la puerta se abría dejando paso a un hombre. La castaña dio un paso atrás con miedo… Actualidad Abrió los ojos de golpe con una bocanada de aire de nuevo un poco confundida con lo que acababa de ver. ¿A caso le venían los viejos recuerdos a la mente? Había jurado que se había olvidado de aquel día. Realmente, ni si quiera recordaba que alguna vez había sido castaña… Poco a poco comenzaba a ver mejor y con un último esfuerzo irguió medio cuerpo llevándose una mano a la cabeza para situarse en espacio tiempo, literalmente. Seguía en la sala de la Mansión Haughton y entonces detectó a Sira. Recordó lo de su sangre y recordó el estado en el que se encontraba. Se levantó con fuerza intentando no perder el equilibrio sobre sus piernas y con una mano en el cuello con el escozor, frunció el ceño y se acercó a ella. Por extraño que pareciera, casi que podía sentir con más claridad cómo funcionaba el organismo de su madre adoptiva, sintiendo la faltante de sangre que le estaba ocurriendo. ―Necesitas… Una Poción Re-abastecedora de Sangre… Rápido…

Vi a Dragona salir corriendo y asintió con la cabeza. Le dio una señal a Alexis que era su momento. Tenían que salir, huir de ese grupo de malditos asesinos. La cosa no se quedaría así, iría a todos los Departamentos que hiciera falta e iría hasta el Profeta. Sin duda alguna su jefe estaría orgulloso con su labor. Pero no era tiempo para pensar cosas así, sin más, luego de que la chica misteriosa huyera. Esta vez si, acabó por empujar a los odefos y así poder dejar la vía libre. Corrió con gran agilidad por el jardín hasta alejarse del Castillo Haughton y así salir definitivamente del campo de batalla. Confiaba en que Alexis estaba bien, ella era tan fuerte como Ironía y no necesitaría más ayuda. Ella tendría un gran futuro como Mortífaga seguramente. Si llegaban a hacerle un solo rasguño ardería Troya pero se mantenía serena. El próximo rumbo era el Ministerio de Magia o quizá San Mungo, dependiera donde estuviera su padre.

Vio el intento de Dragona de sanar sus heridas y le agradeció mentalmente. No pasaba nada, lo haría ella misma. Se apuntó a si misma y pensó en un Episkey para sanar sus heridas del Sectusempra de Starling por completo. Luego, se apuntó de nuevo y pensó en otro Episkey para sanar por completo las heridas provocadas por el Ciclone Maximus de Hank. Se sintió completamente nueva aunque estaba cansada. Miró a sus manos derechas luchando por la supervivencia y supo que eso no podía pagarlo con nada, aun siendo ella. De todas formas aunque saliera viva su padre la mataría. -Alexis, cuidate la espalda con defensas -le dijo Se puso cerca de Targaryen para cubrirle la esplada de esos asesinos, no fuera cosa de que la atacaran a ella. Ahora Ironía le debía una.

Salió empujada hacia atrás por aquella especie de ciclón mágico que nunca había visto antes y los numerosos golpes hicieron que tuviera que apoyar una rodilla en el suelo y llevarse una mano a la cintura con algo de dolor. Le daba igual lo que pasara, ella lucharía por su objetivo hasta la muerte. Además de que eso no iba a acabar así, iba a poner de cabeza al Ministerio para contar lo que había pasado. Lisa, Mei, todo el Cuartel Auror, el Ministro, le daba igual pero la iban a escuchar. “Nathan, si me estás oyendo, sería un buen momento para aparecer y echarnos una mano” pensó molesta. Ese “héroe” nunca estaba cuando se le necesitaba. Al rato ya no pudo pensar en él porque su mente cayó en confusión por culpas de un Confundus de Hank. Cuando pensó que poco a poco volvía a la normalidad, Starling la hizo de nuevo caer en la confusión olvidándose de lo que estaba pensando y todo. Fue así y no pudo ni sentir el dolor del Sectusempra de Starling. Cuando logró pensar con claridad vio como Kritzai estaba boca abajo y todo parecía perdido. Pero afortunadamente, apareció un Mortífago que seguramente había visto a los odefos y no se resistió a darles cacería. Aunque tendría que fingir que lo odiaba y todo, no le importaba con tal de que todo acabara bien. Poco a poco ya logrando pensar bien vio sorprendida como Alexis y Dragona aparecían salvándole la vida. Se irguió con fuerza tras las curas y no supieron ellas cuanto se lo agradecían. ―Luego les diré todo lo que pienso ―les dijo a ambas― De momento, contemplemos la deshonra de héroes que tenemos delantes. Retirada. Sin más, pasando al lado de Hank empujándole, salió al igual que su padre por los jardines de la Haughton hasta salir del campo de batalla.