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Samantha Sokal

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Samantha Sokal ganó por última vez el día 18 Julio 2018

¡Samantha Sokal tenía el contenido más querido!

Acerca de Samantha Sokal

  • Cumpleaños 30 Agosto

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    6
  • Rango Social
    Unicornios de Oro
  • Galeones
    29193
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Libros de Hechizos
    Libro del Aprendiz de Brujo (N.1)
  • Familia
    Ollivander
  • Trabajo
    0
  • Escalafón laboral
    Sin información
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    490
  • Puntos de Poder en Criaturas
    10
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    210 a 1100
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    Artes Oscuras
    Pociones
    Leyes Mágicas
    Runas Antiguas
  • Medallas
    10000

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Female
  • Location
    London / København

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Reputación

  1. Sam!!! Te extraño jefa/tía!!! 

    *le deja amors* 💜

  2. Samantha siguió a su ex profesor a través del hueco abierto entre dos estanterías y se encontró en una habitación con sillones y una máquina de café. Suspiró, seguramente no iban a ofrecerle algo más fuerte. De todos modos, tampoco habría servido de nada, el alcohol no la ayudaba a tomar coraje. Se sentó mirando hacia abajo. ¿Cómo empezar? Elvis no la conocía, suponía que sabía poco o nada de ella. Hacía años que no lo veía. -Bueno -dijo al fin- llegó la hora de explicar. Levantó la mirada. No creía que Gryffindor fuera a juzgarla, mas bien era ella la que siempre se juzgaba y se condenaba por no sentirse a gusto en el mundo mágico. - He vivido mas de 15 años entre muggles -comenzó- intentando olvidar que soy una bruja. Hice una carrera, me hice una reputación, tengo amigos y aun conservo mi departamento en el Londres muggle. Y quiero seguir así. Eso era lo más difícil de explicar. Qué quería seguir así, quería seguir viviendo una doble vida. no estaba segura por qué pero tenía la impresión de que en algún momento querría dejar el mundo mágico otra vez y para siempre, y quería estar segura de tener un lugar adonde volver. Su hogar nunca estaría en Ottery o en el Diagon, ya ni siquiera consideraba su hogar a Kronborg. Su hogar estaba en en el St Thomas' Hospital y en el apartamento del Soho. - Volví al mundo mágico porque necesitaba aprender a controlar mi magia luego de ... eh... un incidente poco agradable -siguió explicando. Se sintió culpable de llamar "poco agradable" al hecho de haber matado a una persona sin intención, pero aun no estaba lista para contar toda su vida a nadie. Ni siquiera a cambio de ayuda con su problema. Después de todo, su actual problema no tenía nada que ver con la muerte de su colega en Dublín. - El hecho es, Elvis -tomó aire antes de seguir- que aun conservo mi trabajo muggle. Pedí una licencia para hacer una investigación ya que paso mucho tiempo en el ministerio de la magia y en clases, y tengo un par de negocios acá. Pero mis conocidos están sospechando. Y obviamente, no sospechan la realidad, sino que sospechan... y comentan... que estoy cometiendo un acto ilícito -no estaba segura si debía contar que algunos sospechaban que estaba haciendo experimentos con seres humanos. Miró a los ojos a su ex profesor de duelo. -No puedo desmemorizar a nadie porque no sé hasta dónde llegó el rumor. Pero tengo que acabar con eso. Sino la que estaré acabada seré yo -terminó. @
  3. Mientras Samantha se encontraba en el lugar vio entrar a Ellie. ¡Por los dioses! ¡Lo último que quería era que la encuentren allí! ¿Y si la bruja escocesa sabía a qué se dedicaban en ese lugar? A Samantha le gustaba pensar que no le importaba lo que la gente dijera de ella, pero su vida muggle era un secreto que no pensaba compartir con cualquiera. Aunque.... no estaba segura de si Ellie conocía su doble vida. - Elvis -se apresuró a responder con una sonrisa un poco tímida- si. En Hogwarts. fuiste mi profesor de duelo- maldita sea, otro tema mas del que no quería hablar. Eillen Moody no podía enterarse de su problema, Elvis Gryffindor no podía enterarse de su estrepitoso fracaso en la prueba del libro de Fortaleza por culpa de no saber nada de duelo. Cerró los ojos. esperaba que esa visita no se transformara en una pesadilla. - Tengo un problema -le dijo a su ex-profesor. Mejor era ir directamente al grano. - No se si ustedes trabajan también resolviendo problemas en el mundo muggle. pero creo que mi problema podría resolverse con magia. En realidad no solo lo creía, estaba segura. de hecho con unos cuantos hechizos desmemorizantes tal vez se resolviera, pero... ¿cuánto duraría en volver a aparecer? Johnny no solía exagerar, si desconfiaban de ella volverían a hacerlo. Además, quién sabe hasta donde habían llegado las habladurías. Lo que necesitaba era una tapadera, una tapadera permanente. Miró de soslayo a la Ellie y le dijo a Gryffindor. ¿Podemos hablar en algún lugar donde nadie nos escuche? @@
  4. Samantha miró a ambos lados de la calle. En el fondo sabía que aunque alguien la viera entrar allí no podrían sospechar nada. Se suponía que era una tienda de libros nada mas, y ella solía comprar libros. Sin embargo, a pesar de todo, quería ser precavida, al final de cuentas así como ella se había enterado de la verdadera función de ese lugar otras personas seguramente también lo sabrían. - Tranquila -se dijo para si misma- tu aquí no tienes problemas con nadie.- Bien sabía que en el fondo esta afirmación no era cierta y su vida en el mundo mágico había sido una innumerable seguidilla de idas y venidas. Sin embargo, lo que la llevaba a pedir ayuda era su antes tan apreciada vida en el mundo muggle. ¿De verdad Jack creía que ella estaba haciendo experimentos con seres humanos? Sabía que nunca había tenido fama de muy escrupulosa pero nunca pensó que la creyeran capaz de una cosa así. Sin embargo lo había oído, bueno, no ella. En realidad lo había oído Johnny, pero no tenía por que no creerle. Fue hasta la séptima estantería, contó los estantes. Ahí estaba, el décimo. Tomó el quinto libro y dejó un papel con sus datos, aunque obvió el tema de la familia. Ni siquiera sabía si pertenecía a la familia Ollivander y de todos modos, ellos no tenían nada que ver con su "problema". Volvió a poner el libro en su lugar y se dirigió a la puerta. No tenía idea de que vendría ahora. @
  5. Samantha aun estaba herida, sin embargo no iba a dejarse vencer así como así. Miró su cuerpo y vio que las lesiones aun sangraban un poco pero levantó su varita y apunto a su rival. - Sectusempra -dijo en voz alta y un rayo salió de Tyr. Un rayo que provocaría en su oponente lesiones en todo el pecho. Pero apenas salió el rayo de su varita la bruja danesa sintió una punzada en las heridas que ya tenía. Una docena de mediaslunas se clavaron sobre su ya magullado cuerpo. Por suerte, esas medialunas no eran mortales y se todas incrustaron en las heridas que ella ya tenía desde antes. Vio como el rayo de su último hechizo impactaba en su rival y suspiró. Dirigió su varita hacia si misma y pensó -Episkey. Al instante sus heridas se cerraron. Había tenido suerte en que las medialunas dieran en donde ya tenía la piel cortada y en que ninguno de estos lugares era un lugar vital. Se palpó el cuerpo, no, ya no tenía ninguna herida en ningún lado. Estaba sana.
  6. -Maldita sea - se dijo Samantha viendo como el desconocido se protegía del hechizo mortal que ella había enviado. Se preguntó si se iría, ahora que sabía que ella quería estar sola, sin embargo no iba a esperar a averiguar la respuesta. - ¡Sectusempra! -dijo apuntando con la varita a su oponente. Un rayo salió de Tyr y se dirigió hacia el pecho de su oponente ¿La había llamado Sam? Pues ella no lo conocía. Y en este momento no le interesaba conocerlo. De todos modos ya no importaba. El rayo dio en el centro del tórax del hombre sin que este se defendiera. Necesitaría tiempo para curarse de esa. Al menos un par de hechizos. Pero... no se había defendido pero la había atacado. Samantha maldijo otra vez al ver un rayo impactar en ella haciendo que su rostro se hinchara y produciéndole un dolor como el de una gran quemadura. No podía ver bien, mucho menos podía hablar. Sin embargo, sus brazos y su orientación estaban intactos. Apuntó su varita hacia si misma, al mismo lugar en donde le había dado el rayo y pensó - Finite Incantatem. Al momento el daño producido por el rayo de su oponente finalizó. Volvía a ver. Se tocó el rostro y estaba absolutamente normal, no tenia dolor y podía volver a hablar. Estaba totalmente curada. - Déjame en paz -dijo mirando a su oponente herido mortalmente por el rayo que ella le había enviado. @@djvash Asturias Off: no te preocupes por las tardanzas, yo tambien ando con temas muggles.
  7. Cómo siempre a Samantha se le había hecho tarde. Esa maldita investigación sobre runas que estaba llevando en el ministerio le había ocupado toda el día y ni bien llegó a su casa en el atelier se tiró a dormir - Solo un ratito- se había dicho a sí misma. Y habían sido más de dos horas. Aun medio adormilada se metió bajo la ducha. No estaba segura de si tenía ganas de ir o no. No era que no le gustaran las fiestas, de hecho en su vida muggle había ido a muchas y las había disfrutado. Pero la comunidad mágica era otra cosa. No conocía demasiadas personas ahí, y en muchas ocasiones se sentía fuera de lugar. De todos modos Hannity merecía que ella fuera. Hasta le había preparado un regalo, un anillo de plata con una turmalina negra con un aegishjalmur grabado. Un amuleto de protección de los mejores que conocía. Con un toque de varita se secó el pelo y se hizo rizos. Se puso el vestido minifalda gris, bijouterie a tono y unas sandalias negras de taco alto. Se miró al espejo. Tal vez estaba muy llamativa con su más de metro ochenta pero bueno, era una fiesta y ella solía vestirse así para las fiestas muggles, no iba a cambiar solo porque el lugar estuviera lleno de magos. Envuelta en una capa negra (para no arruinar el vestido) fue hasta la casa Ollivander en la Harley. Ya había mucha gente y esperaba que con la música y las charlas nadie hubiera sentido el ruido de la moto. Bueno, seguramente su primo, con el fino oído de licántropo la oiría, pero él era de la familia. Dejó el vehículo detrás de la casa y se dirigió a la zona de las tiendas del jardín, en donde se hallaban ya los invitados. Vio a varios de sus compañeros de departamento, además de Ellie y Dennis, la auror. Bel estaba pidiendo una bebida, Sam tenía ganas de hacer lo mismo. A pesar de eso primero buscó a Hannity con la mirada y la encontró hablando con el dueño de casa. No pudo evitar una media sonrisa irónica cuando vio a la chica darle un beso en la mejilla a Garry. Se acercó a ellos, saludando a ambos. - Hola primo. Hola Hann -dijo abrazando a su compañera de trabajo- que linda estás. Te traje un regalito. @@@
  8. A Samantha nunca le habían disparado. No sabía lo que era un hechizo, ni una herida de bala, ni siquiera un cuchillo clavado. Nunca había tenido un accidente y ni siquiera había sido operada en su vida. Por eso cuando vio el rayo dar en medio de su cuerpo no midió los riesgos que esto implicaba. Pero el dolor llegó, no tan fuerte como se lo hubiera imaginado pero ahí estaba, y la sangre brotaba tiñendo su túnica verde de un bordó amarronado húmedo y pegajoso. - Episkey –pensó apuntándose a sí misma con la varita. Agradeció a quien había inventado ese hechizo no verbal. No tenía idea de si habría sido capaz de articular palabra. Aun con el episkey se sintió débil. No estaba curada del todo. Sin embargo no iba a dejar que la mataran así como así. Sabía que corría en desventaja, no era buena con los hechizos, pero tampoco era de las que se dan por vencidas antes de estar muerta y enterrada. Miro a su oponente. Apunto a Tyr hacia los pantalones jeans del hombre y no dudó. - ¡Morphos! –dijo con toda la energía de la que era capaz. Los pantalones del hombre se transformaron en una avispa marina que al solo roce con la piel del rival lo envenenaría produciéndole la muerte en pocos segundos. @
  9. Samantha había tenido una muy mala semana. Necesitaba estar sola y tomar un poco de aire. La ciudad la ahogaba, tanto Ottery como Londres por lo que decidió dar un paseo por el desierto. Con sus jeans, su botas de cuero y la camiseta blanca tan tradicional en ella, comenzó a caminar. El clima estaba fresco, pero para ella estaba bien, necesitaba el fresco, aun cuando no corría ni una gota de aire. El sendero apenas se veía en el terreno llano. Era de noche, pero la luna llena permitía una visión bastante buena de la zona. No había mucho para ver. A su derecha, unas piedras de diferentes tamaños (ninguna más grande que un ser humano) se amontonaban a unos 6 o 7 metros de donde ella estaba. Algunos arbustos se esparcían aquí y allá y cerca de las piedras un cactus seco casi muerto, aun le peleaba al desierto. Sobre él un par de caranchos se acicalaban las plumas. Solo Merlín sabía en donde encontraban agua esas aves. La bruja danesa vio como delante de ella se cruzaban un par de coyotes, uno persiguiendo al otro. Vio cómo se apartaban unos metros a la izquierda del camino y uno de ellos dejaba una rata muerta en el suelo. Por su expresión, se gruñían el uno al otro disputándose la presa. Samantha no podía oírlos, tal vez por la distancia, pero la expresión de sus caras era muy clara a la vista. De pronto vio una silueta a unos 7 u 8 metros frente a ella, no podía ver quien era pero había ido ahí para estar sola. Y no le importaba si alguien pagaba por eso. No dudó, no quería a nadie más allí. - ¡Sectusempra! –dijo apuntando su varita a la figura del hombre que interrumpía su tranquilidad. Un rayo salió de la punta de Tyr en dirección hacia el intruso con la intención de producirle heridas mortales. @@djvash Asturias
  10. Samantha había tenido un muy mal día. Su vida en la comunidad mágica estaba siendo mucho más difícil de lo que ella, en un principio, había esperado. Había pasado toda la tarde considerando volver al hospital muggle en donde tantos años había trabajado y olvidarse, una vez más, de que era una bruja. Sin embargo, no podía evitar pensar en el hecho de que, si tomaba esta decisión, se arriesgaba a que en algún momento, volviese a ocurrir lo que había ocurrido en Dublín. Tenía mucho en que pensar y decidió que un paseo a la madrugada por la vieja Hogsmeade de sus tiempos de colegio tal vez la hiciera recapacitar o, al menos, le trajera los buenos recuerdos de una época tan pasada que parecía de otra vida. Se puso una túnica verde oscura y se miró al espejo. Era la primera vez que se vestía de bruja en más de 15 años. Aun así, no dejo las botas de cuero y tacón ancho y medianamente alto. Y así se fue, apareciéndose en una desolada calle de Hogsmeade. Comenzó a caminar, la brisa le daba en la cara. Hacía frío. Y eso le gustaba, respiró profundo. No parecía haber nadie a su alrededor, más que un par de gatos que husmeaban en un basural y un par de palomas hambrientas a las que poco a poco se le iban sumando compañeras en busca de sobrevivir con la poca comida que solía haber con ese clima. Con la varita dando vuelta entre sus dedos, más por nerviosismo que por otra cosa, levantó la vista. Alguien estaba a lo lejos. La brisa a favor le permitió escuchar que quienquiera que fuese había dicho algo, sin embargo no sabía que. Y tampoco tenía tiempo para pensar. Vio un rayo dirigirse hacia ella. - ¡Protego! –dijo en voz alta, creando con su varita un escudo que la envolvía y hacía que el rayo rebotase en el. ¿Por qué la habían atacado? No creía tener enemigos, aunque claro, nunca se sabía. La figura parecía la de un hombre, no tenía la menor idea de quien sería pero si la atacaban, ella no se iba a quedar de brazos cruzados. - ¡Petrificus totalus! –dijo apuntando a su agresor. Un rayo salió de la punta de Tyr en dirección al cuerpo del individuo que la había atacado con la intención de inmovilizarlo totalmente. No quería matarlo sin saber primero quien era. Aunque la intención de él había sido evidente. @
  11. Samantha sintió las lágrimas del Fénix en su boca y percibió como su cuerpo sanaba. Levantó la vista y vio la cara de su profesor. Poniéndose de pie y con una mirada de humildad dijo – Muchas gracias , profesor Ravenclaw. El vampiro le había salvado la vida frente al ataque de aquel basilisco. Se moría de vergüenza, si no fuera por Ravenclaw estaría más que muerta. Mal día, la había picado una avispa y la había atacado un gorila. Por suerte ambos estaban bien muertos ahora. Luego había venido el basilisco, que vaya a saber Merlín por donde se había ido, aunque era evidente que ya no estaba por ahí. Lo cierto es que le debía la vida a su profesor. Había cometido un error imperdonable, él la había salvado y ella le estaría eternamente agradecida El anillo detector de enemigos volvió a producirle una descarga, ¿de dónde vendría el peligro esta vez? Algo saltó sobre ella y sintió un pinchazo. La bruja dio una sacudida violenta y se sacó de encima esa alimaña. Una araña, Y la había picado, La pisó con su bota izquierda, que aun llevaba puesta, Apartó la bota y se aseguró de que la araña estuviera muerta. Lo estaba, muerta y deshecha. Rápidamente dijo - ¡Morphos! Y la bota se convirtió en un bezoar que se tragó de inmediato. En milésimas de segundos el veneno desapareció de su cuerpo al igual que todas las lesiones que este había producido. Respiró. Otra vez estaba completamente sana. Se miró a si misma, descalza, en ropa interior, camiseta y chaleco se veía bastante mal. Pero sea como fuere había que seguir. Luego dirigió la vista hacia donde estaba su rival. Le apuntó directamente al pecho y dijo -¡Sectusempra!. De inmediato un rayo salió de la punta de su varita en dirección al pecho de Jeremy con la intención de producirle grandes heridas sangrantes mortales . Esperaba que el chico esta vez se defendiera. Después de todo, ellos estaban allí para vincularse con los hechizos del libro.
  12. @@Keaton Ravenclaw íi el canto de un ave, es lo que vos pusiste. O sea si oí un ave en el terreno, al menos una, es que había un ave, y entonces puedo haberla visto después, si no querés tomarlo como válido, vos sos el profesor y respeto tu opinión pero cuando puse que oí el canto de un ave lo hice pensando en usarla contra el basilisco. Mas no puedo decirte. Lo siento. Busqué las reglas de duelo para esta clase. Y traté de basarme en ellas. Si cometo errores es por inexperiencia de neutral que nunca tuvo tutores de duelo más que en Hogwarts hace 3 años, pero mi intención es hacerlo lo mejor posible, como creo que es la de Jeremy y obviamente la tuya. Te pido encarecidamente que, como lo hiciste con Jeremy, intervengas y me cures, o me revivas, o impidas el ataque para dejarme seguir y poder rolear los hechizos del libro. On rol dijiste que lo harías por cualquiera de los dos. Bueno, ahora soy yo la que lo necesita. ------------------------------------------------------------------------------------------------- @@Keaton Ravenclaw Hola Keaton, realmente no quisiera molestarte mas, pero de verdad, quiero aprobar y lo estoy intentando. No he usado un Salvaguarda hasta ahora porque entiendo que no se puede usar sobre Efectos, y el Morphos y el Orbis Bestiarum son efectos. Pero pensando en las panteras (que no se como las creaste o como las pusiste bajo tu voluntad) me surgió la duda de si se puede usar con las criaturas creadas por tales efectos o que están bajo tales efectos. Si este fuera el caso yo lo podría haber usado contra la araña y te pido si este fuera el caso si se me permite editar para usarlo. Yo estoy tratando de postear todas las veces que puedo, respondiendo rápido, creo que Jeremy está haciendo lo mismo. Creo que ambos nos estamos esforzando, manteniéndonos activos para darnos mas posibilidades de usar los hechizos del libro. De mi parte pido disculpas si hay cosas que no me había quedado claras (como esto del salvaguarda) pero prefiero preguntarlas y pedirte por favor poder editar (por mas vergüenza que me de) antes de quejarme de que no he podido usar los hechizos. Me surgió esta duda y por eso la pregunto poco tiempo después de haber respondido el rol. Te pido mil disculpas por tantas molestias. Un saludo
  13. @@Keaton Ravenclaw Yo en el primer post roleé que escuché el canto de aves. Lo dije claramente, Keaton marcando que había aves en el lugar y pensando en eso. Lo hice por eso. El gallo es un ave. Y no se si tengo que completar las lineas aquí, supongo que sí, pero desde el celu no me doy cuenta cuan5as llevo. Sorry.
  14. Samantha vio como su profesor curaba a su rival. O sea, era evidente que no había llegado a morir. Se alegraba por ello, no le caía mal su compañero de clase. Además, solo era un compañero de clase, no un verdadero enemigo. Aun así tenía que seguir atacando. Miró hacia donde estaba Jeremy, al borde del claro había un gran tejo, mas de 20 metros de alto y con un tronco de mas de un metro y medio, ¡Morphos! -dijo apuntando al tejo. A instante este se transformó en un gran tigre de Bengala al que dio la orden de alcanzar con sus garras el tórax de Jeremy y con sus colmillos la arteria carótida, fue muy precisa con la orden del tórax, la garra debía ir al tercer y cuarto espacio intercostal izquierdo, directo al corazón. Mientras Samantha miraba como el tigre alcanzaba a Jeremy sintió el anillo detector de enemigos comenzar a vibrar, al principio era suave, pero iba aumentando. No sabía de donde venía el ataque. De repente, oyó el ruido de algo que se deslizaba detrás de ella. Era inconfundible. Había tenido uno de esos de mascota en su niñez. Sin darse vuelta del todo, dio una mirada rasante. Solo vio el cuerpo, pero sí, no se había equivocado. Un basilisco. Sabía que no debía mirar sus ojos ya que este seguramente no era ciego como la vieja Jörmun de su infancia. Dio unos pasos. Sabía lo que buscaba, lo había oído ni bien llegó. Y ahí estaba. Un hermoso gallo se paseaba entre los arbustos. Activó el anillo de amistad con las bestias y pensó -Orbis Bestiarum - mientras apuntaba la varita hacia el gallo. Al instante un anillo dorado rodeó al ave y Samantha le ordenó que cantase. El gallo cantó fuerte y claro. Al segundo sintió la caída de la cabeza del basilisco a escasos centímetros de ella. Estaba muerto, el canto del gallo lo había matado. Constató que la gran serpiente estuviera muerta, y lo estaba. Respiró. Esa había estado cerca.

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