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Evian Haughton Mørk

Magos
  • Mensajes

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Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    0
  • Rango Social
    Aprendiz
  • Galeones
    100
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Familia
    Haughton
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Humano
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Male
  • Location
    Costa Rica Herbology Farm & Castillo Haughton
  • Interests
    "Cae al suelo, cae sin piedad ante el frio acto de matar y morir"

Logros de Evian Haughton Mørk

Newbie

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30

Reputación

  1. Su primera impresión fue llamarme la atención por una falta que según yo a esta ese momento, solo los novatos hacían. Tal vez me deje llevar por encuentro tan sensible en pocos segundos. Cerro la ventana con su varita, procurando un espacio mas seguro. “No debemos discutir ningún detalle mas, sin estar seguros de que nadie nos escucha”. La miraba con admiración. No pude decir nada, me balance lo mas rápido que pude y cerré la puerta de la habitación son mucho sigilo. Para ese momento no sabia si mi madre me mataría en ese mismo instante o si mi locura seria bien recibida por la bruja. Me amaba, tenia que intentarlo. Me voltee con seguridad y la mire a los ojos con aspecto infantil, una mueca mas del sentirme niño y regañado en su presencia. Para mi fortuna una sonrisa hermosa se dibujaba en sus labios, no pude evitar copiarla y acercarme con emoción. “¿Quién será el primero?” concluyo. Su rostro se iluminaba, nunca había sentido tanta felicidad en mi vida. La piedra ámbar de mi varita, chilló en un rojo intenso. Me acerque y la tome por sus manos, la conduje hasta su cama y delicadamente le señale que tomara asiento. -Antes debes conocer a alguien…- saque mi varita y apunte a la marca en mi brazo: http://s3.amazonaws.com/static.graphemica.com/glyphs/i500s/000/010/356/original/00F8-500x500.png?1275328408 En seguida muy profundo en mi mente, casi como se pudiese escuchar un recuerdo muy, muy vago; unos tambores de piel resonaban sin descanso, avecinando la llegada de Bambu. Estaba segura que mi madre también los escuchaba, de echo su expresión facial notaba que luchaba con saber que estaba pasando. El poder que me hacia sentir su presencia era incontrolable. Tras una especie de humo denso y rojizo, apareció Bambu. Su piel era gruesa como la de un jabalí. Su tez era bastante oscura, de un negro azulado. Bambu poseía muchas arrugas, tanto que necesita levantar sus párpados algunas veces para observar mejor. En la parte trasera de su cabeza, crecía un cabellera blanca y brillante de finos pelos, la cual llegaba hasta su media espalda en forma de trenza. Su ropaje al contrario de ser una prenda sucia y derruida, Bumba mantenía su clásico batón (Un camisón de lino verde que llegaba hasta sus tobillos). En los extremos (cuello, y mangas) posee una fina línea negra. En el centro de su vestimenta enseñaba el mismo símbolo con un color muy parecido a la sangre: ø del mismo color que sus ojos, un rojo intenso. -Señorita Haughton…- se integro al difuminarse el humo, - me han hablado maravillas, mi total respeto y admiración. Le ofrecería protección, pero veo que al ser la progenitora de mi amo, no necesite de mis habilidades… - Le sonrió con su dientes afilados y viejos. -Creo madre, que deberíamos de buscar mas aliados a nuestra causa…- me silencia al ser interrumpido por Bambu: “ 7 deberán ser, los iluminados de Bambu ”, camino unos cuantos metros en medio de mi madre y yo y concluyó: “ La secta de Mørk debe conformarse. ”
  2. - ¿Qué necesitas? – me pregunto con sensibilidad mientras se sentó a mi lado - vas a tener que explicarme mucho más… sabes que haría lo que fuese necesario – concluyo abrazándome fuerte. A pesar de mi profundo odio y frialdad ahora, implantada en mi, no había mayor debilidad que conociese hasta el momento, que mi madre. Petrifique unos cuantos segundos en ese instante, respirando su olor. Luego del caluroso momento, trate de acomodar mis palabras mirando fijamente la ventana y la chimenea de la habitación que crujía y escupía ceniza. -Hice un pacto…- le enseñe mi muñeca izquierda. Había una cicatriz con este símbolo: “ø”. Mi padre había abandonado a mi madre mucho tiempo atrás, persiguiendo sus desquiciadas ideas africanas. Magias Arcanas y ocultas. Tan viejas como la primera varita de abedul que pudo sostener el hombre, el comienzo de la magia. Luz y fuego. Mi madre conocía bien esa procedencia. Tal vez ella nunca sintió la necesidad de acudir por esas vías, su poder no se limitaba a antiguos dioses, trascendía, como su amor hacia mi. Sin embargo yo, medie mucho tiempo la urgencia de rellenar vacíos importantes en mi vida. Mi naturaleza rara y antagónica me condujeron mis admiraciones hasta el viejo continente. Pero los hechiceros indígenas en las selva Talamanqueña de Costa Rica le dieron rienda suelta a mi fascinación. -Invoque un elfo… pero no cualquiera- me puse de pie y camine hacia la chimenea donde habían unos cuantos recuadros que se movían con facilidad, de cuadro en cuadro, - invoque el elfo de un dios Africano. Su nombre proviene de su primer amo, miles de años atrás. En África del oeste: Bumba, el dios del cielo, creador supremo, creador de todo lo que conocemos, mantenía su fiel sirviente. – agregue. La mire a los ojos: -ahora yo soy su dueño…- me acerque a ella y me puse de cuclillas para mirarnos al mismo nivel. Tome sus manos y proseguí: - él es sabio como el tiempo madre, y me ha enseñado nuestro verdadero camino. El rechaza las magias occidentales y afirma que la oscuridad es el primer paso a la iluminación. Magos que luchan por el bien y hechiceros que luchan por falsos…- de nuevo me levante enérgico en mi discurso, -por falsos profetas que se aclaman de servir en las tinieblas. No saben que es morir y temen hacerlo…- como aun tenia su atención la tome por sus suaves manos y concluí: -debemos de asesinar a los impuros y establecer nuestro temor.- Realmente desconocía la reacción de mi madre. Ella tenia una vida tranquila en nuestra casa. Rodeada de ciertos familiares que ni un ojo echaban a notar nuestra presencia. Había que cambiar las cosas y estaba decidido aunque tuviese que hacerlo con mis propias manos.
  3. “¿Evian?” Resonó hasta en lo mas intimo de infancia. Exactamente 10 años desde nuestro ultimo encuentro. Se mantenía casi intacta como la recordaba. Su varita bien sujetada y su mirada profunda y directa, como la mía. Baje mi guardia y no te que el ámbar de mi empuñadura era un verde intenso. Estaba en casa. -Sabes… - me introduje en la habitación, -solo tu sabrías que aquel día, en mi quinta celebración, decidiste hacer a fiesta en casa…- me senté en la orilla de su cama, - ya conoces mi carácter- reí melancólico, - solté unos Bogarts de tu armario en al ático…- Me di un espacio para continuar, mientras la miraba atento, retratando cada segundo. Me aclare la garganta y proseguí: -Volví, madre, volví… – la mire a los ojos, - Y esta vez las cosas están por cambiar un poco, tuve un encuentro muy profundo en Costa Rica, estoy listo- Aunque sabia que no podría explicarme con la suficiente claridad, esperaba que mi madre entendiese que necesitaría su ayuda. No era capaz de resumir mis mil noches de desvelo detrás de mi planes, pero ella, ella era la UNICA que podría respaldarme a muerte. @
  4. Con un estruendo la gran puerta se abrió y me recibió un elfo de aspecto mediano que con timidez se escondía detrás de ella. Eche una mirada rápida al interior del castillo. Lucia impecable y se lograba escuchar bastante gente en lo profundo de sus pasadizos. -Yo.. yo… So-Soy, Se.. se, seb… sebas… Ti-Tián- Se me dirigió el elfo con dificultad. Me mencionó que el amo Darius estaría celebrando su boda. En buen momento pensé. ¿Será que era el único Haughton? No sabia cuanto habían cambiado las cosas. Me tome unos segundos en mirar al elfo con una sonrisa sarcástica y sin decir nada me adentre. Fui detenido esta vez por otro Elfo el cual sin ningún problema me indico que se encontraban en el patio. Luego de unos cuantos pasillos, escaleras y habitaciones repletas de comida (o eso pensé ver) di con el gran patio trasero. Todo estaba perfectamente posicionado, las pequeñas carpas blancas, albergaban innumerables mesas para los invitados. Me volví arreglar el cuello de mi gabardina y me aventure entre los bienvenidos buscando a @Darius . Deseaba felicitarlo por su boda. Miraba atento los rostros, buscando caras conocidas. ¿Me reconocerán? OFF Role: Hola Hola!, disculpen y disculpa Darius por la tardanza. El tagg que me hiciste es de mi perfil viejo (tengo que borrarlo ) pero ya estoy por aca, muchisimas gracias por la bienvenida y felicidades por la boda JAJA Pura vida.
  5. Hola Hola a todos. Aquí un poco perdido pero he vuelto y con muchísimas ganas de seguir siendo parte de la gran familia Haughton. Yo soy hijo de Sophie Haughton y buscaba saber si me podrían reintegrar al árbol y darme una habitación del quinto piso Muchas gracias a todos, espero no haya ninguna problema y de haberlo agradecería que me ubiquen Pura vida!
  6. Entré por la puerta trasera, recordaba que era la mas cerca a la cocina. Necesitaba saber con certeza si aquel cerdo rostizado siempre descansaba sobre la mesa de madera. Al entrar lo único que pude encontrar fue la chimenea ardiendo y una manzana ya mordida en el centro al mesa. Casi como una decoración insana para molestar a los ordenados y estéticos. Me reí. Avance hasta dar con el pasillo y subí gradas, uno tres pisos. Al final del pasillo una puerta entre abierta, dejaba salir una tenue luz que bañaba el pasillo. Era el cuarto de mi madre. Una brisa se trajo consigo una mezcla de olores de incienso bastante dulces y eróticos. No se escuchaba a nadie adentro. Conocía a la vieja (No tan vieja) Haughton, a pesar de ser mi madre, desde muy pequeño me enseño a no merodear en sus cosas. Ya grande, solo quería hacerle saber de mi existencia y que aun le seguía queriendo y respetando. “¿Mami?...” susurre con temor hacia la puerta sin acércame mucho. “No creo que reconozca mi voz…” pensé con desilusión.
  7. Desde que mi madre Sophie Hautongh, me llevaba a pasear por los alrededores de Ottery, tenia una cuantas mansiones y castillos bien guardados en mi memoria. Aunque a mis 25 años ya llevaba la mitad fuera, podía recordar como muchas familias fueron leales a nuestra sangre y nuestras ideologías de pensamiento y orden. Estar estudiando la Herbología en Costa Rica, oculto en la espesa montaña aborigen, nació en mi un ser distinto, malévolo y sanguinario. Mi personalidad fría, siempre me dejo esconder esos atributos, por que el poder que crecía, lo veía como un don entregado a mi. Estuve desmenuzando antiguas magias, ocultas, antagónicas y sobre todo moralmente perturbadoras. La sensibilidad por la sangre, el desmembramiento, la falta de espíritu o bien las suplicas, no hacían ningún efecto en mi persona. EL éxtasis, tan orgásmico que me provocaba usar ese poder me cegaba de toda razón. ¿El olor metálico de la sangre cuando hay charcos, ríos y lagos… repletos de sangre?. Exquisito. A pesar de mi inclinación por las artes oscuras, mis habilidades sociales no eran afectadas, ni siquiera por mi falta de lealtad o compromiso. Tenia planes asombrosos y necesitaba de magos experimentados que me ayudasen a contemplar la gloria del poder. Me aventure por el Jardín frontal. Conocía bien aquella oscura Mansión. Mi madre siempre contaron de las asombrosas magias ocultas que se sazonaban dentro de esas sepulcrales paredes. Aunque conocía algunos Malfoy, mi ausencia terminaría por hacerme presentar de nuevo. "La familia mas oscura, los hijos de Sion, y del antiguo Señor oscuro" Pensé a mis adentros con una emoción increíble. Con buena disposición camine firme hacia la puerta y toque la dura madera, esperando algún recibimiento.
  8. Desde que mi madre Sophie Haughton, me llevaba a pasear por los alrededores de Ottery, tenia una cuantas mansiones y castillos bien guardados en mi memoria. Aunque a mis 25 años ya llevaba la mitad fuera, podía recordar como muchas familias fueron leales a nuestra sangre y nuestras ideologías de pensamiento y orden. Estar estudiando la Herbología en Costa Rica, oculto en la espesa montaña aborigen, nació en mi un ser distinto, malévolo y sanguinario. Mi personalidad fría, siempre me dejo esconder esos atributos, por que el poder que crecía, lo veía como un don entregado a mi. Estuve desmenuzando antiguas magias, ocultas, antagónicas y sobre todo moralmente perturbadoras. La sensibilidad por la sangre, el desmembramiento, la falta de espíritu o bien las suplicas, no hacían ningún efecto en mi persona. El éxtasis, tan orgásmico que me provocaba usar ese poder me cegaba de toda razón. El olor metálico de la sangre, cuando hay charcos, ríos, lagos… repletos de sangre. Exquisito. A pesar de mi inclinación por las artes oscuras, mis habilidades sociales no eran afectadas, ni siquiera por mi falta de lealtad o compromiso. Tenia planes asombrosos y necesitaba de magos experimentados que me ayudasen a contemplar la gloria del poder. Mis pies se detuvieron súbitamente a las afueras de un gran castillo. Incrustado en uno de sus muros unas letras bastante viejas, pero en buen estado especificaban: “Castillo Gaunt”. “Mi madre me hablado de ellos…” pensé en voz alta mientras analizaba el gran castillo a la distancia. Era un largo camino hasta mi hogar, no había trasladores cerca y decidí pasar, en busca de aliados. Abrí con sigilo el portón metálico que dividía la entrada de los jardines y me aventure durante al menos 2 minutos entre esos parajes herbolaos, donde me hacia sentir en casa. Rodeado de plantas que ya conocía. Al llegar a la enorme puerta, me agudo oído me alerto de que en el Castillo había gente. Me acomode mi gabardina de cuero negra, asegure que mi varita seguía en mi bolsillo derecho. La piedra ámbar de la empuñadura brillaba en un azul claro. Afirmaba mi seguridad. Toque la gran puerta con dureza, provocando un gran eco tras de si y espere algún recibimiento.
  9. El volver parecía extraño, la gente se empujaban unos a otros entre las adoquinadas calles irregulares del callejón. Los edificios que acumulaban polvo en sus repisas superiores se abalanzaban hacia la estrecha callecilla, como queriendo caerse. Entre algunos techos rotos, una hadas que volaban libres y traviesas, y por que no, el delicioso humo que salía de algunas chimeneas pude divisar una librería. Me acerque con sigilo, sin mucha emoción, desde que había llegado a Ottery, no encontraba ninguna lectura que comprendiera el nivel de Herbología que andaba buscando. Había dedicado casi la mitad de mi vida al estudio de las plantas y quería poder superarme en el mundo al que pertenecía. Para ello, decidí que debía investigar un poco mas sobre la fauna reinante en las profundidades de este mundo mágico. La biblioteca tenía un gran letrero que decía “House of Books” y su arquitectura moderna, asimilaba cualquier construcción muggle que había observado con anterioridad. Aquella piedra polvosa reflejaba el ambarino sol sobre las vidrieras. A dentro, una atmosfera tranquila y maravillosa hacia presencia. Cada vez que me acercaba más, podía divisar montañas de libros y estanterías en perfecto orden. Con seguridad me introduje en el local. Desabroche mi gabardina de cuero negro, para que se pudiese divisar mi chaleco azabache y mis pantaloncillos de una tela suelta y floja, que me hacia ver que flotaba por los aires. El mango de mi varita se divisaba entre mi bolsillo derecho, la piedra ámbar de la empuñadura, brillaba en un rojo intenso. Así era, esta ansioso. Mire a mi alrededor complaciente, buscando la manera de encontrar lo que buscaba, pero aquel laberinto literario hacia perder mi vista de pasillo en pasillo. Un termino Muggle apareció con claridad en mi mente: “La biblioteca de babilonia”. De todos los autores muggles que mis ojos tuvieron la desdicha de leer (en mis años de confinamiento en Costa Rica) fue Borges el único que respetaba por su mente totalmente fuera de este mundo. Su ímpetu me hacia estremecer al encontrar similitudes entre la magia y la razón humana. Una elfa tropezó con mi gabardina, mi reacción fue jalar mi túnica ligeramente para quitar el diminuto pie que la pisaba. Provoque que botase unos tres libros, uno de ellos, salto dando gritos y se escondió debajo de una estantería. -¡Grandioso! Ahora tengo que cazar otro Monstruoso libro de los monstruos…- me replico mientras recogía sus cosas. Sonreí, por que simplemente disfrutaba de hacer el mal, y de vez en cuando un sentimiento “Lokiano” me envolvía. Ignore su rabieta y me le dirigí: -Elfina, ¿sabes quien me puede ayudar a encontrar lo que busco?- -Nana. Esbozo sin mirarme. -¿Nana?. La mire confundido y luego capté. –Nana, ¿donde esta tu amo?. -¿Busca algo en especifico?. Me volvió a preguntar con una mirada sarcástica esquivando mis preguntas, mientras saltaba con todas sus fuerzas sobre el libro que asomaba sus narices, “¡Lo tengo!” grito con emoción. Me incline ligeramente y tome al libro justo por su lomo, con mucha firmeza. luego lo golpee salvajemente contra el suelo, provocando que soltase un chillido espantoso. Le entregue el libro ya apaciguado a Nana y continué: - Busco libros sobre Herbología… - mire a mi alrededor, - Avanzada…- agregue. -¿Avanzada?... . Murmuro un poco a sus adentros buscando en su mente, - Hablare con mi amo, Seba Granger. Espere aquí por favor. La vi perderse entre el dispensario y luego un libro que parecía tener alas voló por mi cabeza como una Bludger enfurecida. Aun mantenía mis reflejos. Toqué mi bolsillo izquierdo y efectivamente andaba mi monedero, repleto de Galeones. Espere pacientemente mientras leía el reverso de un libro amarillento que decía: “El cuidado de los Grindylow en huertas mágicas”. @@Seba Granger Off Role: Hola a todos, espero poder integrarme la rol y comprar algunos libros, de paso como quiero estar bastante activo, no se, si hay alguna manera de "suscribirme" a la librería, seria genial Aqui mi Ficha y Bóveda. Saludos.
  10. Pues volviendo de nuevo, como muchas caras reconocidas por acá (Saludos gente pura vida) tengo que iniciar la academia, así que agradecería mucho a los profes si me lo harían saber. Muy emocionado por volver, Chaaau.
  11. Hooolaaa, pues como lo esperaba soy Sly futuro mortifago de estos foros, asi cuiden sus espaldas, naaa xD en realidad siempre los atacare de frente, asi que me reconoceran antes de que su personaje se muera. Un saludo a todos chicos y chicas, pura vida desde Costa Rica, los veo por ahi
  12. El traslador cayó tras de mi resonante cual piedra sobre el metal. No me sobre salte en lo absoluto. Conocía de los viejos pasajes que conducían a mi hogar y ansiaba volver luego de mucho tiempo de haberme ido. Poco importaba, conocen mi pasado y mis ausencias repentinas. No sabría si mi madre Sophie aun mantenía su misma habitación, si mi amado elfo me esperaría tan leal como siempre y si estaría el cerdo rostizado en la mesa de la cocina… Avance por un trillo de pasto seco que se encrespaba cada vez que osaba partirlo con mis pisadas. Se mantenía un frío seco, que quemaba las puntas de mis manos cuando la brisa pegaba fuerte. No paso mucho para adentrarme por el jardín hacia la puerta trasera.
  13. Con @ - dime que estás bien y...- Cerró sus ojos y con una frágil sonrisa agrego: -no tendremos nada que lamentar. A pesar de todo solo le importaba si estaba bien..., ¿Si estaba bien?, me insultaba la pregunta entrecortada de mi madre, no podía estar mejor luego de: 5 días para salir de la Reserva indígena (Una reserva de magos tribales en la zona atlántica de Costa Rica), otros 2 días de viaje hasta el traslador mas cercano en Bahía ballena, luego las costas francesas para el ultimo traslador, para terminar en la estación de Londres, buscando el ultimo vagón a Ottery y todo para sumergirme en aquel momento. -Valió la pena volver...- fue mi respuesta hundiendo mi rostro en su cuello como un bebe, escuchando sus latidos. Cuando por fin nos separamos nos sentamos en la sala sin ninguna prisa, no quería corretear el tiempo, ni hacer que pasase mas de lo que ya lo había echo. Como un recién nacido estudié a mi madre con detenimiento, la miraba fijamente cada detalle con una sonrisa de idi***, no podía creerlo, era ella, estaba ahí. Su pelo caía elegantemente, era increíble su finesa, aun podía mover sus manos silenciosamente, casi cortando el aire.Ruiixse había adelantado a traernos unos bocadillos de la cocina, dejando un desmenuzado humo tras de si. -He cambiado mucho, quiero compensar las cosas... llegando recién a Ottery ya había escuchado murmullos de que eres líder de nuestra familia...- me detuve y saque de mi bolsillo, una carta, una flor y mi varita: - esto por supuesto no me tomo por sorpresa, de primera impresión pensé en ti como la bruja fuerte que recordaba, pero matriarca son palabras mayores... así que...-tome la flor y me dispuse a colocarla frente a sus ojos: - Esta flor madre mía, esta flor únicamente baila con el viento, aunque no haya viento, con el soplar de tu alma... ¿Poético no?, la descubrí en Costa Rica mientras corría de un Bogart salvaje, podrás maravillarte con tu propia magia...-Mi madre miro la flor y con delicadeza soplo con alegría. La flor acudiendo al llamado, comenzó a moverse ligeramente, como si estuviese plantada en un valle ondeando al viento, dejando estelas de pequeñas luces con cada movimiento... A pesar de que nos maravillamos, debía aclarar todo lo importante en mi llegada, así que continué: -mami, espero que sepas que estoy muy orgulloso de ti y mientras esta flor ondee con alegría, no dudes que estaré contigo, que te apoyare a ti, a nuestra familia y nuestros objetivos, entrare en la academia y me convertiré en el hechicero mas poderoso en Ottery, claro... después de ti -concluí sonrojado. Tome la carta, la abrí y la coloque en sus regazos: -En resumen... estoy bien y he vuelto- le di un beso en su mejilla.
  14. -Evian...- Interrumpió como un rayo en todo mi ser. Aquella voz impecable con la misma intensidad y amor que me sucumbieron hasta mi infancia. Me desnude ante su mirada, no podía ser el mismo frio y seco que escapo a resbalones de la puerta, la extrañaba y poco a poco un nudo en la garganta se empezaba a levantar... Me puse de pie, evitando hacer mucho contacto visual con mi madre y Ruiix que se escondía detrás de su falda, no quería que notase que estaba apunto de derrocharme a sus pies como un niño, en cierta parte, pedirle perdón por los años ausentes. -Sabes...- dije mientras no quitaba la mirada de una vieja y oxidada recordadora que se mantenía adornando la pequeña mesita, -esperaba sinceramente que no me reconocieras... esperaba que estas puertas no se abriesen, peor aun, esperaba no encontrarte aquí...- continué esta vez dirigiéndome a sus bellos ojos. Camine despacio hacia ella que me miraba atónita y sus ojos se volvían cristalinos, aquel pelo que no podía compararse con ningún otro que el mío, aquella mirada tan profunda, ¿como no rendirme ante ella?, ¿como no querer hundirme en sus brazos luego de una década que no escuchaba cerca sus constantes ordenes, su amor incondicional, de esperarla en la ventana madrugadas largas a que viniese sumergida en sombras hasta la puerta del castillo, con sangre en sus manos y un ligero temblor que me pedía sostener su poderosa varita... ¿como no amar a mi madre? -Lo siento...- tome valor mientras la tomaba de sus brazos, -lo siento tanto mami... me tomo toda mía vida darme cuenta que no debía dejarte...-confesé tontamente, -sabes que odio estos momentos pero...- justo cuando las lagrimas quebraron mi voz me abalance sobre ella y la abrasé con fuerzas, lloraba como un niño, temía su silencio. Ruiix pegaba brinquitos abrazado a mi pierna. Era feliz.
  15. Mientras seguía en el lobby pudo escuchar muchísimas voces que se adentraban en pasadizos y escaleras, realmente no tenia idea de hacia donde podía ir. Se acomodo su capa soltando los amarres y con confianza camino hasta una gran sala, en ella había un chimenea con un ardiente fuego que no cesaba de crujir. Unos grandes ventanales le daban paso a grandes cortinas que bajaban y reposaban sobre el piso helado, era una noche de luna llena y el jardín a lo lejos se podía observar con claridad. Realmente no se había percatado de la belleza de su viejo hogar, como si nunca tuvo la oportunidad para disfrutar aquella vieja sala. -El viejo Ruiix no cree que deba visitar a su familia luego de tanto tiempo... -Interrumpió una gastada voz desde una esquina, instintivamente Evian lo miro y entre cerrando los ojos poco a poco trato de reconocer la pequeña figura. -¿De que hablas?... ¿Quien eres?- Pregunto mientras se incorporaba caminando lentamente a pasitos. Con su mano derecha que apretaba fuertemente su varita y la izquierda que señalaba a la figura con cautela. De inmediato de la profunda esquina dos ojos saltones con una orejas bastante puntiagudas emergió de la sombra. De inmediato pudo reconocer al elfo de su madre Sophie. Años atrás Ruiix mantenía una estrecha guardia hacia el, el único ser mágico capaz de internarse en las espesas malezas de Ottery para sacar a su amo de peligros, como cuando los Dugbog amenazaban con arrancarles las piernas si no soltaba sus jóvenes mandrágoras y incluso como convencerlo de ir a cenar, de dormir en su propia habitación y mas aun, encontrar su paradero cuando se escapa de la academia. En fin, Ruiix era el único amigo capaz de reconocerlo luego de tanto tiempo. -Viejo amigo... - sonrió mientras se ponía de cuclillas, -sigues siendo la misma bestia obstinada y necia- agrego en broma mientras lo abrazaba. -Ruiix recuerda a su amo- lo miro a sus ojos y luego desapareció tras un pequeño humo. Posiblemente el era la mejor persona para encontrar a su madre, después de todo aunque era unHaughton, no parecía que tuviese una gran bienvenida. "La familia creció... supongo" se excuso mientras tomaba asiento, no se aventuraba a recorrer su propia casa, sabia que si un Bogart estaba escondido, lo reconocería y podría ser su muerte.

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