Escuchaba con atención la explicación que Juliette le brindaba respecto a la presencia de las rosas, mientras se hacía con un bagel de salmón y queso crema para acompañar con el whisky de fuego.
⎯⎯Tiene sentido, es parte de una gran tradición familiar. Un cliente seguro ya tienes ⎯ concedió, ladeando la cabeza a juego con la sonrisa que le dedicó ⎯. Gran sorpresa también es enterarme de tu herencia Rosier, se creían desaparecidos tras la Segunda Guerra, pero claramente los registros mentían.
Coincidió con ella en cuanto a mantener un bajo perfil. Dada la constante inestabilidad social que había reinado en Europa tras los cambios en el entorno político, era más sensato ocuparse en los asuntos propios y, de vez en cuando, interferir en los de otros.
⎯⎯No sabes lo útil que me ha resultado estar muerto para la mayoría de los gobiernos europeos ⎯dijo, moviendo los dedos de la mano sana como sí enlistara países ⎯. Pero, a veces, uno se cansa de correr.
En cuanto Juliette tuvo el caso entre sus manos, Eobard hizo lo mismo, paladeando un poco la mínima cantidad que se había llevado a los labios. El ardor invadió su boca, como si le cerraran la garganta, pero poco a poco fue diluyéndose en una sensación reconfortante, que se cuestionó si se debía a la bebida o al reencuentro.
⎯⎯Cuéntame tu secreto, quisiera tener una cabellera tan sedosa como la tuya ⎯ repuso con gracia, inclinando ligeramente la cabeza hacia la derecha ⎯⎯. Un guerrero caído, me temo. Supongo que tiene que ver con la edad, uno se hace menos ágil y más cauto; pero aún se me dan bien las escapadas de los bares, si te lo estabas preguntando.
Una fugaz imagen del altercado en Elviris Pub, momentos antes de que se les convocara para recibir la mítica Marca Tenebrosa. Entonces no les había importado dejar atrás un negocio casi destruido, y parecía que esa chispa era lo que necesitaban ahora para retomar las andadas.
⎯⎯Dudo que sea eso, todos tenemos fantasmas, y algunos de ellos visibles al ojo. La cuestión está en no dejar que nos arrastren a ese inframundo.
Volvió a reclinarse sobre el asiento, con el vaso en mano y la zurda reposando casi inerte sobre su rodilla, mientras escuchaba con atención el contexto respecto al hijo de Juliette del que no tenía conocimiento. En el gris de sus ojos se podía ver la sorpresa; y vaya que él no solía sorprenderse con facilidad.
La amplia sonrisa que dejaba entrever sus piezas dentales era una reacción cortés para que su expresión de sorpresa no pareciera desconcertante.
⎯⎯Kalevi ⎯ repitió, visualizando la imagen de un hábil estudiante de Slytherin ⎯. Razones de sobra tienes para haberlo ocultado, han sido años complicados, y en esas edades, más aún. Sin embargo, creo que en lo que respecta al padre, más de uno nos hemos llevado un chasco así que, ¿qué es lo que le ha pasado?
Aunque le interesaba conocer quién sería el posible padre, tampoco quería ser tan fisgón, así que aprovechó para hacerse de otro bocado del bagel. Las posibilidades eran casi infinitas, tal vez alguien dentro de los Sagrados Veintiocho o algún joven de buena cuna en Norteamérica.
⎯⎯Disfruto elaborar pociones en mis tiempos libres, creo que mi opinión respecto a lo que es aburrido o no, sería inválida ⎯ concedió tras otro sorbo a la feroz bebida, como antesala a los hechos que se desdoblarían ahí a partir de entonces ⎯. Me encantaría conocerlo, siempre es grato saber de otro Slytherin, aunque bien sabes que originalmente fui un Wampus. Si me dices que gusta de hacerse con exquisitos objetos de alto valor histórico, lo enlistaré a mi pequeña asociación.
La expectativa de conocer a alguien de quien, momentos antes, no había tenido ni idea de su existencia era emocionante. Las palabras de Juliette contribuían a su imagen de cómo sería el muchacho, por lo que seguro se llevarían bien.
O intentaría hacer añicos al Black Lestrange en su primera oportunidad.
@ Juliette Macnair Han pasado 84 años, srry (?)