Freya Dunne

-Nombre de la Bóveda: Boveda de Freya Dunne -Link a la Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/topic/113755-boveda-de-freya-dunne/ -Trámite a Realizar: (si es añadir o cambiar familias, traer el link a la bóveda y tópic de registro): Revision y aprobacion.

1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Freya Dunne 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Familia N° 2: 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: Bóveda Familia N° 2: Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 100 G

En el preciso instante en el que Elian puso la llave dorada en sus manos, los pensamientos de la joven ya habían comenzado a volcarse sobre un largo y relajante baño de burbujas y una cena basta, que distaba mucho de ser ligera, una vez que estuvieran instalados en la habitación. Freya alcanzó a percatarse que las compras que habían hecho aquél día, muy temprano, ya habían llegado al hotel y, además, les seguían camino a la habitación. Todo estaba yendo demasiado bien, pero la sensación de que cualquier cosa podría ocurrir de un momento a otro no lograba abandonar su cuerpo. Freya introdujo la llave en la puerta y entró en la habitación para inspeccionar que todo estuviese en orden mientras Rainer le daba algunas indicaciones extras al elfo. El pelirrojo sabía muy bien como hacer siempre para ganar el favor de los empleados, gracias a ello habían logrado escapar de numerosas situaciones en las que esas mismas personas les habían ayudado por lo que a la joven no le importó en absoluto, escuchando desde la ventana, cuando Rainer daba a Elian una propina más que apropiada. La habitación contaba con todo lo que podrían necesitar. Obviamente contaba con servicio al cuarto si deseaban pedir algo del menú del restaurante, sin embargo allí mismo había una pequeña cocina de la que ellos mismos podían disponer. El baño era sumamente amplio, y una amplia sonrisa se dibujó en sus labios al ver la tina en el interior. Una cama, un sofá y una pequeña mesita con un par de sillas para el té, además de un closet espacioso complementaban aquélla habitación tan adecuada. Posiblemente no habría sido necesario hacerle un encantamiento a la habitación para aislarla de sonido, pero la joven castaña no iba a correr riesgos. Mas tranquila y relajada se dirigió a la cama donde se deshizo del calzado y las medias. Sus brillantes ojos se clavaron en su esposo, que apenas terminaba de revisar por su propia cuenta la habitación. La luz del cuarto era tenue y agradable, haciendo que el reflejo del pelirrojo en el cristal de la ventana fuese tan nítido al punto de no decidirse cual admirar. —Sí, sé que esto no estaba en los planes pero comienzo a pensar que podemos sacar aún mas provecho —respondió, mientras lo veía acercarse. Freya se levantó de nuevo, descalza sobre el suelo alfombrado para lanzar los brazos alrededor de su cuello. La sonrisa del mago le provocó un sinfín de sensaciones, a lo que ella solo respondió con otra igual, mordiéndose el labio inferior. Habían pasado días a la intemperie, durmiendo donde podían, y aquélla era la primera vez en semanas que podían darse el lujo de relajarse —Necesito un baño. Siendo adultos, Rainer era lo suficientemente alto para que ella tuviese que alzarse de puntas cada vez que deseaba besarlo, pero ahora, volviendo a ser tan jóvenes, solo fue necesario alzar su rostro para alcanzar sus labios y depositar en ellos un dulce beso. Desenlazó sus brazos, acariciando su cuello, y se alejó lentamente hasta el baño para darse una ducha, a las que él siempre estaba invitado. @@Rainer Dunne

Freya sonrió ante su cariñosa respuesta. Estaba muy acostumbrada a ellas, pero aquéllo no era impedimento para que su cuerpo no se estremeciera cada vez que sentía el contacto de su esposo; le sonrió ampliamente, exhalando mas que solo aliento fuera de su cuerpo, sintiéndose más segura a cada instante. Entonces sus inquietos ojos se fijaron en el elfo doméstico que había llegado a atenderlos. En sus manos llevaba una botella de champagne, junto con dos copas que el pelirrojo inspeccionó primero antes de darle una a ella. Algunas precauciones se habían vuelto costumbres. La castaña bebió un sorbo, solo para humedecer sus labios y empapar sus papilas con el sabor del champagne. Elian, el elfo, dio muestras de haber estado esperando la llegada de la pareja, no teniendo que hacer revisión de las reservaciones para pedirles que se anotaran en el registro del hotel —Yo lo haré —le indicó a Rainer, acercándose al mostrador para tomar una pluma y escribir los nombres de ambos con una caligrafía impoluta. —Deseamos una habitación en la cuarta planta —respondió, habiendo ya estudiado el folleto del hotel con anterioridad. Había estado pensando en una estancia prolongada hasta encontrar un lugar mas apropiado para ambos, pero aquéllo llevaría tiempo, por lo que alquilar una habitación amplia, privada e íntima, donde no tuviesen que disponer tanto del servicio del hotel le pareció lo más adecuado. No importaba el costo. Estaban cubiertos. Regresó al lado de su esposo cuando un hombre se acercó a ellos. Saludó, y llenó de indicaciones al elfo antes de desaparecer por el ascensor. Freya fue incapaz de evitar analizarlo un segundo y darse cuenta, por sus palabras, de que era alguna especie de sanador. —Nos gustaría instalarnos ahora, Elian —volvió a reclamar la atención del elfo, colocando su copa de nuevo sobre la charola sin deseos de beber más alcohol antes de poder llenar su estómago con comida —, ha sido un largo viaje y deseamos descansar. @@Anthony Ryvak Dracony @@Rainer Dunne

Era una noche estrellada, sin luna, perfectamente visible en el cielo a pesar de las lumbreras que iluminaban el callejón cual fuego fatuos, y de las luces del interior de los establecimientos que se enfilaban a diestra y siniestra, rebosantes de clientes que salían y entraban en su interior completamente ensimismados en sus actividades y celebraciones. Se podía percibir un aroma dulzón en el aire cada vez que una puerta se abría, dejando escapar la fragancia de los confites de la temporada y haciendo enardecer mi apetito. Me apreté un poco más contra Rainer, colgada de su brazo mientras avanzábamos sobre el callejón Diagón, haciéndole entrever lo ansiosa que estaba por buscar un refugio, lejos de toda multitud, para poder descansar y comer algo caliente. Realmente aún no estaba para fiestas, y dado que las fiestas de Yule era mi temporada favorita del año, aquéllo era decir demasiado. Vislumbré el hotel al cabo de un momento, reconociendo el nombre del lugar en el que había hecho reservación un par de días atrás. —Dette er stedet... Aquí es —le indiqué a mi esposo, alzando el rostro para mostrarle una sonrisa de autosuficiencia al no haber hecho que nos perdiéramos como aquélla vez en Viena. Y por la sonrisa que mostró en respuesta, supe que aquélla experiencia era exactamente lo que había estado pasando por su mente. Lo llevé al interior, donde el ambiente era claramente más cálido que afuera, y solo me desenganché de su brazo para sacarme la capa de invierno de encima, dejando a la vista mi atuendo: un vestido negro de corte francés de manga larga, medias oscuras semi transparentes y botines negros. Conforme nos acercábamos a la recepción, y sin poder evitarlo, atrapé mi reflejo en un espejo detrás del mostrador y me quedé absorta durante un minuto observando mi joven rostro, sin poder aún acostumbrarme a él. Suspiré hondo, y accioné la campana del recepcionista, recorriendo con mis ojos el lugar hasta encontrarme de nuevo con el perfecto azul de sus ojos. —¿Te agrada el lugar? —pregunté, aunque sabía que era demasiado pronto para hacer aquélla pregunta. Era simplemente una forma de asegurarme de que estaba bien o si algo le molestaba. No había hecho falta acostumbrarme a su repentina juventud; dos segundos mirándolo habían bastado para saber que aquél era el rostro que amaba y, si le observaba lo suficiente, podía sentirme de nuevo en nuestro hogar, antes de toda la locura. ¿Podríamos recuperar alguna vez eso? Tal vez si, tal vez no. De lo único que estaba segura era de que esta vez no íbamos a caer en los mismos errores de nuestra vida pasada. Si, pasada. Porque esto era un nuevo comienzo, una nueva oportunidad; quizás, la más grande de todas. @@Rainer Dunne @@Anthony Ryvak Dracony

Nick en HL.org: Freya Dunne Nombre: Freya Casa de Hogwarts: Slytherin País: Noruega.

Datos Personales: Nombre del Personaje: Freya Dunne Sexo: Femenino Edad: Joven. Nacionalidad: Noruega Familia(s): * Familia 1 * Familia 2 Padre(s) Sanguíneo: Padre(s) Adoptivos: Trabajo: Poderes Mágicos: Rango Social: Aprendiz Bando: neutral Rango dentro del Bando: Puntos de poder en objetos: 20 Hechizos adicionales: Puntos de poder en criaturas: Criaturas controlables en asaltos y duelos: Habilidades Mágicas: * Habilidad 1 * Habilidad 2 * Habilidad 3 Conocimientos Especiales: * Conocimiento 1 * Conocimiento 2 * Conocimiento 3 Medallas: * * * Perfil del Personaje: Raza: Licántropo Aspecto Físico: Alta y esbelta, cabello castaño con reflejos dorados. Piel blanca, ligeramente bronceada, y ojos grises con destellos azules alrededor de la iris. Cualidades Psicológicas: Tiene una personalidad, por lo regular, ambivalente: en un momento es la chica mas amable y risueña, y al siguiente puede ser todo un tímpano de hielo. La vida le ha enseñado a no confiarse de nadie, pero su verdadero carácter prevalece y florece cuando le toman con la guardia baja. Es muy perspicaz e inquisitiva, curiosa y aventurera. Historia: No había sido desconocido para ningún habitante del pueblo la vehemencia con la que la esposa del Jarl había rogado a Freyja, la diosa nórdica del amor y la fertilidad, la bendición de la maternidad. Cuatro años habían pasado sin que el matrimonio hubiese podido procrear, de modo que, cuando se anunció la gestación de su primogénito, todo el poblado acompañó al Jarl en su felicidad. Aquél nacimiento auguraba prosperidad, sin mencionar que bendecía los tratados con el pueblo rival asentado del otro lado del río, ya que se habían hecho promesas de unión entre ambas castas, y todo parecía indicar que los dioses tenían los ojos puestos sobre ellos. La gestación fue acompañada por buenas estaciones, y el nacimiento por una terrible tormenta. Los lugareños hablaron por mucho tiempo de las fiestas de Thor en los cielos al momento de la concepción de la pequeña Freya: la criatura más hermosa que pudieron haber visto jamás. Al día siguiente, comprometida estaba ya en matrimonio con el primogénito del Jarl Dunne, sellando el pacto y la unión de ambas castas en aquélla noche de gran celebración que por mucho tiempo se le llamó "las fiestas de Reiner". Durante su niñez, era muy común ver a la pequeña Freya correteando y escurriéndose por todos lados, eludiendo sus muchas responsabilidades y clases. La niña estaba llena de vigor y alegría, y todos se apresuraban a concederle hasta el mas mínimo capricho aunque esto jamás fue razón para que se volviera arrogante ni pretenciosa. Era como ver a la mismísima Frejya corriendo por los prados, sonriendo y jugando, inclusive en los ratos que compartía con Rainer, su esposo. Y aunque tuvieron que pasar muchos años para que ella comprendiera el verdadero lazo que le unía a aquél pequeño de cabellos de fuego, ella le amó desde siempre. A pesar de sus muchos esfuerzos por escabullirse de sus lecciones, la pequeña siempre fue hábil, ingeniosa y aplicada. Dado que su padre era el mejor navegante de la región, y dueño de un gran número de drakkars (sin mencionar su poder como mago), Freya aprendió desde pequeña sobre ciencias marítimas, astronomía, economía y todo lo que le fuese de ayuda para la manutención del hogar, además de algunas otras lecciones mágicas bajo la tutela de su padre. No obstante, al observar tan de cerca las lecciones de Rainar, comenzó a demandar que también se le diera adiestramiento de herrería, militancia y combate, siendo esto fuente de numerosos de pleitos entre ambos jóvenes, quienes eran muy competitivos entre sí. Fue en ese tiempo que surgió “La guerra de la necedad” un evento que sacaría del confort de su vida a ambos jóvenes, quienes ya compartían un lecho matrimonial. Una noche el poblado que debían heredar, fue atacado por brujos extranjeros. El poder que tenían los enemigos era tan grande que Freya huyó con Rainer luego de ver abatido hasta el último soldado, entre ellos, los padres de la pareja. Sin rumbo marcado, el dúo deambulo varios meses en los bosques rusos. Ocultándose en cuevas, árboles y comiendo de la lograban pescar o cazar. A pesar de la tristeza por lo perdido, empezaban a ser felices con la libertad que estaban degustando. Poniéndose de acuerdo buscaron asilo en la escuela mágica Durmstrang la escuela mágica por excelencia por la cercanía a su hogar. De ella aprendieron lo que les faltaba aprender de la magia, aumentando con amplitud sus conocimientos. Aquello los ayudo a visualizar un futuro diferente para el cual los habían preparado. Una vez recibidos con honores. Tuvieron la lejanía de un futuro incierto. Aun temían de las represalias de las personas que habían tomado el poder de su comunidad. Con cautela, viajaron a Europa en busca de un clima diferente. Italia les dio la bienvenida. Como ambos jóvenes tenían la condición de hombres lobos en sus venas, lograron dar con una manada que los acogió enseñándoles el arte de la estafa y el engaño. La pareja se amoldó rápido a la rutina de ser unos delincuentes. Guardaban grandes sumas de dinero entre sus objetos personales. Rompían la ley en nombre de la mafia italiana, aunque ninguno de los dos era de ese país. Eso levanto revuelo en el propio corazón del grupo, quienes no dejaban de revelar a cada paso su descontento con la pareja. Nuevamente Freya tuvo que huir junto a su esposo. Esta vez cruzaron el charco para llegar a tierras americanas. Con la lección aprendida sobre manadas de la que no habían sido parte desde el nacimiento, no se unieron a ninguna otra. Vivieron como lobos solitarios, estafando y ocultándose de la ley cada año que pasaba. Llego un momento que su prosperidad era muy evidente entre la comunidad de magos donde habitaban. No les funcionaba ir de ciudad en ciudad. Estaban haciéndose una fama que les daba notoriedad donde fueran. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Objetos Mágicos: Objeto: Varita. Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Pociones Mágicas: Objeto: Clasificación: Puntos de Poder: Criaturas Mágicas: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Criaturas en la Reserva: Criatura 1: Clasificación: Puntos de poder: Libros de Hechizos: Libro: Nivel: Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría: Elfos: * Elfo 1: Describir * Elfo 2: Describir Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Registro de XXX: Personajes Secundarios: * Personaje 1 * Personaje 2 * Personaje 3 * Personaje 4 * Personaje 5 Otros Datos: Otros datos: Cronología de cargos: Premios y reconocimientos: Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda Trastero: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX. Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX.