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Rebecca Franklin

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Acerca de Rebecca Franklin

  • Cumpleaños 28/06/2002

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    1
  • Rango Social
    Unicornios de Bronce
  • Galeones
    1600
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bando
    Neutral
  • Escalafón laboral
    Sin información
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    Sin información
  • Medallas
    10000

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Hufflepuff
  • Género
    Female

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Reputación

  1. ¡Hola! Solo vengo a confirmar la solicitud de Eva para la pertenencia de ambas en la familia. No sé si tengo que llenar formulario también, pero vienen a ser los mismos datos; en mi caso, dado que el lazo sanguíneo De Rune lo tendrá Eva yo quedaría como familiar político al ser su esposa. Gracias por habernos invitado a la familia :3 quedamos al alcance de un MP o una mención ante cualquier cosa. ¡Bendiciones!
  2. !Hola! No me había percatado de que ya podía venir aquí para solicitar un conocimiento :3 Me parece que no hay necesidad de traer algún formulario o formato para eso, ¿o si? Bueno, si es necesario me dicen y vuelvo a corregirlo. He decidido elegir: Defensa Contra las Artes Oscuras Ese sería mi primer conocimiento. ¡Gracias!
  3. Hola hola! Hoy quise asomarme por primera vez por aquí para conocer a mis compañeros Hufflepuffqueños (?) Aunque veo que se puede pasar uno por todas las casas sin problemas ¿Cómo están? ¿qué hora les marca el reloj? ¿a qué hora traen la comida? (?) Me presento brevemente, soy Rebecca Franklin pero ustedes pueden decirme Beck así me dicen todos... siempre he sido Huffie y siempre permaneceré Huffie. Ahora estoy cursando lo de Hogwarts, no tengo mucho tiempo de llegada al foro así que se aceptan invitaciones a roles :3 que me encanta rolear ¡Saludos!
  4. —Ni el Señor D nos ignora tanto como éstos profesores —murmuró Beck a su esposa por lo bajo mientras se acercaban a la hilera de escobas que se hallaban sobre el césped. La única ventaja para la castaña era que le habían dado la excusa perfecta para escapar de la biblioteca y despejarse de tanta información acumulada. Al ver el semblante de su esposa podía ver que, contrario a ella, le hubiera gustado seguir las horas estudiando para el TIMO. Que afortunado había sido para la Franklin ser dos años menor que Eva o habría tenido que soportar sus esquemas de estudio también en el instituto. Observó a la Harton colocar una mano sobre una escoba haciendo que por arte de magia (xD) ésta volara hasta su mano. Rebecca le ofreció una sonrisa y una expresión con la miraba que se traducía como "presumida" antes de intentar la misma maniobra ella misma. No funcionó. La castaña frunció el ceño pasados unos segundos en los que la escoba no mostraba intención alguna de levantarse hasta que comenzó a vibrar sobre el césped... y nada. Respiró hondo y volvió a intentar. La escoba no estuvo en su mano hasta el quinto intento. Ya un poco fastidiada, Beck pasó una pierna por encima de la escoba y observó a su esposa dar vueltas en el aire. Talento nato. Una digna hija del amo y señor de los cielos. En cambio ella... estaba un poco preocupada, y sentía que la escoba lo podía percibir ¿era posible?. Era genial volando sobre Pegasos, pero jamás había intentado hacerlo en otro vehículo. Si ya le era difícil hacer que la escoba se levantara del suelo para ir a su mano, cuanto más lo sería para hacerla volar con ella encima. No importaba, la Franklin estaba resuelta al menos a intentarlo. Golpeó el suelo con los pies y para su sorpresa la escoba se elevó; era un poco incómodo, más aún si fue elevándose en el aire de forma irregular, como si de alguna manera estuviese abusando del acelerador y el freno. Poco a poco fue tomando altitud, y más de una vez tuvo que hacer un esfuerzo para no irse de lado y recuperar el equilibrio sobre la escoba. A su alrededor, Eva volaba como una experta. —¡¿QUEEE?! —gritó, escuchando la advertencia de la Harton sin lograr entender. De pronto, algo pasó volando como un bólido por su lado, haciendo que la escoba vibrara y se sacudiera casi haciéndole caer de ella —Por el maldito tárta... —no terminó la frase al levantar la vista y ver cómo su esposa le arrojaba una de aquéllas locas pelotas de quidditch. La escoba no respondió, por lo que la única forma de evadirla para Rebecca dejarse caer lo suficiente para quedar suspendida de la escoba con una mano. Le tomó como veinte segundos volver a auparse porque su escoba no dejaba de moverse. La castaña no quería decepcionar a Eva. Tampoco pedirle ayuda porque ya sabía lo impaciente que era cuando intentaba enseñarle alguna cosa que a Beck no se le daba naturalmente, pero le era un poco frustrante no poderle seguir el ritmo para hacer que lo disfrutara como realmente debía hacerlo. Volvió a respirar profundo y se concentró en despejarse de toda su inseguridad. Tomó el palo de la escoba con suficiente firmeza pero deshaciéndose de la rigidez, entonces se inclinó hacia adelante y comenzó a volar con más velocidad. Funcionaba. La escoba ya no daba frenones ni tampoco se sacudía con cualquier corriente de aire, e incluso pudo esquivar una de las bludger que había ido directo hacia ella en la revancha. Buscó a Eva con la mirada y notó que sobrevolaba el espacio bajo ella. Rebecca se percató que había estado todo aquél tiempo pendiente de su vuelo, y le sonrió para mostrarle que todo estaba bien. Añadió más velocidad y al llegar a los aros de marcación de puntos hizo una curva y voló en pendiente hasta posicionarse a un lado de su esposa. A lo lejos, la silenciosa instructora seguía sola en el lugar en el que la dejaron. —¿Crees que alguien más venga? —preguntó, teniendo que realizar una maniobra para evitar ambas bludgers que casi impactaban con cada una. @@Eva Harton
  5. Rebecca estaba escuchando las interpretaciones que su esposa hacía de las líneas de su mano. Trataba de no reírse pero la Harton le hacía difícil la tarea. Era claro que la Quiromancia no era el fuerte de la castaña pero Beck admiraba el esfuerzo de su esposa por al menos tratar. Era tan dedicada, tan organizada y estricta en sus horas de estudio, mientras que, por todo lo contrario, ella era mas dada a la improvisación, confiando en que los dioses pondrían en su camino las herramientas para hallar cualquier respuesta. Eso no significaba que la mestiza no pusiera de su voluntad para aprender, pero la observación y la práctica eran el único método que funcionaba para ella. Los libros le provocaban siempre un dolor terrible de cabeza, y por ello trataba de aprovechar las horas de estudio de Eva para así escuchar sus lecturas, aunque en ocasiones, como ahora, Rebecca tenía dificultades para mantener la concentración, sobre todo en el tema de la adivinación que contenía tantos misterios y detalles interesantes para explorar, y se lo pasaba desviándose hacia ellos. —Lo harás bien, mi amor —la animó, cuando escuchó sus predicciones evaluativas y comenzaba a enrollar los pergaminos que tantas veces había leído con resignación —. Lo que pasa es que te saturas con información y esto de la adivinación es más de usar tu instinto. Interpreta las estrellas —aconsejó, mientras miraba su propia palma —, es como interpretar las constelaciones del cielo, pero en tu mano. Sus palabras parecieron no dar en ningún blanco. Eva quiso retomar el repaso de encantamientos y Beck reviró los ojos suspirando con fastidio. No sabía cuántas horas llevaban allí pero parecía un eón, incluso en un par de ocasiones había intentado que la expulsaran de la biblioteca pero la Gryffindor siempre lo evitaba. Al escuchar su pregunta se le quedó mirando con confusión, totalmente saturada de información. Tendría que usar su último recurso: mentir y escaparse al baño por quinta vez. —Te diré cómo... dejando que yo haga las preguntas y tu dando las respuestas, no al revés —le respondió, criticando su método de estudio. No le sorprendió en nada escucharle mencionar que deseaba ser auror, aquélla profesión era todo lo que su esposa había estado buscando. Beck incluso se decía a ella misma que Eva sería una auror excelente. La respuesta a sus plegarias mentales llegó en ese momento. Un par de lechuzas interrumpieron entrando por una ventana cercana y se posaron en la mesa de ellas. Rebecca tomó la nota que decía su nombre y leyó lo que su esposa ya le avisaba. Una sonrisa se extendió por los labios de la mestiza, que no necesitó que le dijeran dos veces para regresar los libros de consulta y salir rápidamente de la biblioteca en dirección al campo de quidditch junto a la Harton. Beck casi iba saltando, hablando con más ánimo sobre bestias mágicas. —... te juro que escuché claramente el ronroneo de un motor —le decía, cuando llegaban finalmente al campo de quidditch —. No lo estoy inventando —agregó, al ver el semblante escéptico de la castaña —. Estoy pensando en dos posibilidades: hay un animal autómata salvaje en el bosque, como los que se les escapan a los hijos de Hefesto, o alguien va por el bosque en una carcacha al que le hace falta un cambio de aceite... y lo voy a encontrar. Rebecca se detuvo a revisar visualmente el panorama del campo, advirtiendo la presencia de una sola bruja que les esperaba. Al fijarse en ella la mestiza pudo darse cuenta de que era atlética, pero tenía cara de no saber disfrutar nada. Sus ojos aguamarina intercambiaron miradas con los de su esposa. Tenían la costumbre de no fiarse de nadie desconocido de buenas a primeras, y aquélla actividad estaba completamente fuera de horario e itinerario, sin mencionar que sólo parecían estar ellas invitadas. A pesar de todo la Franklin sonrió a la bruja desconocida mientras Eva daba un paso adelante y confesaba su poco conocimiento sobre el vuelo de escobas; parecía muy obvio que aquélla sería la actividad que harían, con tantas de ellas dispuestas en el suelo, a no ser que realmente fueran para barrer el campo lo cual no era probable. Rebecca agradeció que aprender a volar no fuese consultable en un libro, por lo que ya estaba emocionada por intentarlo. —¿Podemos tomar una de ellas? —consultó, apuntando hacia las escobas —. Así podríamos calentar un poco en lo que... ehh... ¿los demás llegan? —aventuró, esperando una respuesta positiva. No importa si no sabían volar en escoba, tenían la experiencia con el vuelo y adaptarse a otro tipo de vehículo le parecía pan comido —. Por cierto, ¿quién es usted? —interrogó, curiosa. @@Eva Harton @@Juv Macnair Hasani
  6. Nombre de la Bóveda: Bóveda de Rebecca Franklin Link a la Bóveda Personal: Link Trámite a realizar: Apertura Gracias! ¡Saludos!
  7. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Rebecca Franklin 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el usuario: -- 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: -- Familia N° 2: -- 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: -- Bóveda Familia N° 2: -- Saldo en Bóveda previo a la Migración 2021: 600 G
  8. Rebecca Franklin

    Lago negro

    El pequeño animalito pareció encontrar toda la comodidad que necesitaba en las manos de su creadora. La Franklin advirtió que, tras un breve momento de inquietud, el tierno conejo se relajaba con las suaves caricias que ambas chicas le proveían y muy pronto se quedó quieto. La castaña se lo pegó al pecho de forma protectora al escuchar a su esposa que ella había optado por aprender hechizos más ofensivos, pero en cuanto se inclinó para besar al animalito se relajó al ver que no tenía intenciones de practicarlo con él. —Sí, muéstrame —respondió animada, para luego observar a la Harton preparar su objetivo. Así, mientras ella apilaba un conjunto de piedras sobre el mismo tronco caído, Beck se dedicó a proveerle mimos a Rocky. Una sonrisa se le había dibujado en los labios pensando en hacer aquél acto de magia frente a su pequeño Eddie cuando regresaran junto a él, ya imaginando la tierna expresión de asombro y emoción que pondría al ver al pequeño conejo. Una mascota ideal para un niño que pronto estaría cumpliendo sus tres años de vida. Rebecca levantó la vista hacia su esposa cuando le pidió que fuera a su lado. La Harton había terminado de preparar su objetivo y la castaña caminó hasta posicionarse junto a ella resguardando a Rocky en sus brazos. La mestiza se encogió instintivamente al escuchar la detonación que provocó una lluvia de polvo y esquirlas de roca que terminó en buen parte sobre sus ropas. Había sido una estupenda demostración de habilidad destructiva pero la castaña hizo una nota mental para alejarse un poco más en la próxima. —Estoy bien —respondió, mientras se sacudía el polvo de encima. Levantó la vista hacia su esposa pero su mirada se detuvo en la presencia que incursionaba en el pequeño claro del bosque y notó cómo Eva seguía el curso de su mirada para descubrir también a la criatura. El cuerpo de Beck se tensó, llevando en automático una mano a su cabeza para tomar la peineta que debía haber aparecido en su cabello y que tenía la particularidad de convertirse en un arma de combate, sin embargo no la encontró allí —¿Crees que sea... hostil? La criatura andaba en cuatro patas y tenía una apariencia mezclada, similar a un caballo y una vaca, sobresalían de su cabeza dos cuernos largos, ondulados y puntiagudos. Sus ojos, completamente negros, mostraban simple curiosidad al mirar a las dos mestizas. Beck se tenía que recordar constantemente que en ese nuevo mundo la existencia de las bestias no se reducía a la exterminación de una raza y que vivían como parte del mundo natural que les rodeaba. No estaba allí para hacerles daño. Era muy posible que las intrusas dentro del bosque fueran ellas y no aquélla criatura. —Hola, soy Rebecca, tu... ¿puedes entenderme? —el silencio respondió su pregunta y se sintió un poco tonta, pero no se hubiese podido ahorrar el intento. Generalmente, en casa, la Franklin podía comunicarse con caballos y pegasos, y aquélla criatura, que parecía ser parte caballo, debía por lo menos asentir o gesticular alguna cosa, pero al parecer no funcionaba de tal forma. La mestiza trató de recordar si había leído de alguna criatura parecida en el bestiario que se había pasado leyendo el día anterior en la biblioteca del castillo. Era un poco difícil pues no todos los nombres contenían imágenes, pero recordaba haber leído sobre una bestia de dos cuernos —Bicornio... cuerno de bicornio para pociones de múltiples jugos, no... multijugos —recitó, girando su rostro hacia su esposa, que la miró sorprendida. Rebecca deformó su expresión con un gesto ofendido —. Si pongo atención a los estudios ¿de qué te sorprendes tanto? Al parecer, el interés del bicornio en ellas desapareció al sentirse descubierto porque comenzó a moverse para dar media vuelta con la intención de volver por donde había llegado. Rebecca rápidamente acomodó a Rocky en sus brazos y tomando de nuevo su varita deshizo el encantamiento con un Finite Incatatem para convertirlo la roca que era antes, y la cual guardó en su bolso. Rocky no sería Rocky si no provenía de la misma roca. Posteriormente, comenzó a caminar en dirección al lugar donde el bicornio ya desaparecia, aunque después se detuvo para mirar a su esposa. —¿Si vamos a seguirlo, no? —preguntó, por si no estaban pensando lo mismo. @@Eva Harton
  9. Rebecca Franklin

    Lago negro

    Para su tranquilidad Eva comprendió. La castaña observó a su esposa relajar su postura, bajando la varita, y acercarse en cuestión de segundos para darle un beso que le provocó sonreír. No obstante, Beck también comprendía el entusiasmo de la Harton por aplicar los nuevos conocimientos que estaban adquiriendo, sobre todo después de haber visto un duelo mágico de exhibición en una de las clases. Había percibido como los ojos de su esposa habían centelleado de emoción, impaciente por medirse de aquélla forma, y la realidad era que ella misma lo deseaba también, pero una de las dos debía encargarse de que la prudencia siguiera con ambas en este viaje. —Te amo también, pero te estás olvidando de las hemorragias, fracturas y cardenales de los últimos ocho años —respondió sonriendo con picardía, mientras retomaban los pasos por un camino al azar que cada vez les acercaba más al bosque. Era muy habitual para ambas aplicar el método práctico en todo, y podría decirse que la competencia bélica, empujada por una fuerte rivalidad familiar, había sido un ingrediente importante en su relación desde que se habían conocido —¿o es que ya se te está olvidando quién fue la responsable de tenerte en cama una semana completa el mes pasado? Ya creo que te hace falta una tunda para recordarlo... Rebecca miró de reojo a su esposa mientras se sumergían en un breve silencio que disfrutaron cada una a su manera hasta que Eva retomó el tema de Ziggy para zanjar el asunto. La castaña asintió en común acuerdo, lo menos que deseaba era hacer sentir a la criatura que aún les debía algo después de todo lo que les había ayudado, y no quería abusar de su gentileza. La única razón por la que permitía tanto era por su deseo de volver a casa pronto, reunir de nuevo a su familia, y tomar las vacaciones que había estado postergando desde su graduación, aunque ya comenzaba a olvidarse de eso. No se había dado cuenta de que había estado caminando absorta en unos curiosos seres que sobrevolaban el bosque por encima de las copas de los árboles cuando la voz de su esposa comenzó a declarar en voz alta lo que le rondaba por la mente. Rebecca se sorprendió un poco, sin poder recordar la última vez que ella y Eva habían hablado sobre el tema, pero no podía negar que ya había comenzado a olvidarse de ello. Había comenzado a convencerse de que Eddie podía llenar por si solo la necesidad que ambas compartían por la maternidad y que no había necesidad alguna por buscar alguna vía alterna pero, al parecer, se había equivocado. —S-si, está bien —accedió, sin ahondar más en el tema. Sin animarse a decirle que fuera precavida y que no se hiciera demasiadas ilusiones. Rebecca no soportaba cuando algo decepcionaba a Eva, pero jamás se atrevería a matar sus esperanzas; decirle que algo resultaba imposible era una contradicción viniendo de ella misma, de alguien que le había enseñado que esa palabra no existía en el mundo que compartían. Tal vez debía comenzar a recordárselo ella misma, pensó, sin saber en qué punto había comenzado a perder la fe que años atrás tanto le sobraba. Sintió que Eva se soltaba de su mano, sacándola de sus pensamientos. La observó recoger una piedra mientras se daba cuenta de que ya estaban dentro del bosque. Rebecca aspiró profundo el aire que allí reinaba, fresco y perfumado, transportándola en un momento al hogar que habían dejado a miles de kilómetros de distancia. Ya podía sentir que al mirar entre los árboles podría mirar a las ninfas correteando, jugando a las escondidillas con los sátiros, pero las criaturas que habitaban aquél bosque no podían ser mas que diferentes a los que la castaña conocía. —¿Sabes cómo llaman a este lugar? —preguntó, mientras sacaba de nuevo su varita y se concentraba en la piedra que su esposa había acomodado sobre un tronco caído —El bosque prohibido. —agregó con misterio, sonriendo traviesa y lanzando una mirada cómplice hacia la Harton. Reviró su atención a la piedra e inspiró profundo, levantando la varita para apuntarle con ella; había un hechizo que deseaba practicar más que ningún otro —Morphos —exclamó, moviendo la muñeca de la forma que había practicado cada mañana. Sobre el tronco, la piedra comenzó a vibrar mientras se transfiguraba y tomaba la forma de algo más. Algo con vida. Rebecca exhaló y sonrió satisfecha al ver a animalito, un pequeño conejo de pelaje gris y pecho blanco con las orejas aún muy cortas. Se acercó para agacharse y tomarlo en sus manos, acercándoselo a Eva para que lo acariciara. —Creo que lo llamaré Rocky —decidió. @@Eva Harton
  10. Rebecca Franklin

    Lago negro

    Rebecca no pudo evitar reír ante la declaración de la Harton, compartiendo su frustración de no llegar a tiempo a ningún lado. Había tenido la necesidad de pegar sus pasos a sus compañeros de casa para no correr riesgos de perderse en los indescifrables pasillos del castillo pero, aún así, demandaba un gran esfuerzo. Al menos ya se había aprendido bien el camino que siempre la traía al lago. Juntas, caminaron por el borde del lago en dirección opuesta del castillo. Los ojos marinos de la castaña se perdieron en la frondosidad del bosque que comenzaba a unos doscientos metros de allí, escuchando los detalles que Eva había averiguado sobre la especie de Ziggy, el elfo doméstico que habían tenido la fortuna de encontrar. —Si, también escuché de ello, y si quieres mi opinión creo que es un poco denigrante, ¿no lo crees? —la mestiza había visto a la pequeña criatura hacer uso de poderes mágicos impresionantes, y el sólo hecho de imaginarlo sometido a ser simplemente un sirviente le provocaba una desazón —. No quiero darle ese trato, ni pretender siquiera que es "nuestro". Aprovecharemos su ayuda mientras esté dispuesto a ofrecerla ¿estás de acuerdo con eso? —preguntó, siempre pendiente de la opinión de su esposa — Tranquila, no nos quedaremos mucho tiempo, pero te prometo que hallaremos la forma de resolver cualquier situación. Beck jamás abandonaba ninguna esperanza aún cuando supiese que no había manera de quedarse en Inglaterra por mucho tiempo. Al menos allí el peligro no era tan inminente estando en un país que se apartaba de las viejas tierras, pero las advertencias de su mentor habían sido claras: terminar la misión lo más pronto posible. Todos los pensamientos de la Franklin se disolvieron en cuanto sintió que la castaña tiraba de su mano para llevarla contra su cuerpo y le proveía de un momento dentro de aquélla burbuja fuera del espacio y el tiempo en el que solo existían ellas dos. Sus labios respondieron a los suyos con dulzura, para terminar en una sonrisa satisfecha cuando le sintió apartarse. —Unos cuantos nada más, pero ningún avance desde ayer —admitió, para ver después a Eva sacar su varita y tomarla entre sus manos cuando se la pasó. La mirada de Beck bajó a ella, deslizando las yemas de sus dedos por la superficie de la madera. Podía sentir una rara energía vibrar en sus manos, muy diferente a cuando sostenía su propia varita, como si a ésta le disgustara no estar en las manos de Eva. Se la devolvió en un instante, analizando las divagaciones de su esposa sobre su funcionamiento —. Bueno, si... no suena descabellado. Pasa lo mismo con Rompeolas, quizás también deba pensar en usarla igual. Rebecca sacó su varita del interior de la túnica que tenía sobre puesta a su chaqueta y la examinó hasta que la pregunta de Eva le arrancó de sus pensamientos. La castaña se había apartado unos pasos y sostenía su intrumento mágico levantado, dirigiendo la punta hacia ella; la Franklin puso los ojos en blanco, pero sonrió y levantó su varita poniéndose en guardia, aunque no dudó en bajar su mano un segundo después, desprovista de confianza. —¿No crees que sería mejor probar en objetos? He visto cómo... —suspiró — no quiero hacerte daño por no saber cómo utilizar bien esto. @@Eva Harton
  11. Rebecca Franklin

    Lago negro

    Rebecca no soportaba aquél lugar, y entre más pasaba el tiempo, más atrapada se sentía. Las habilidades que le habían ayudado a sobrevivir durante toda una vida parecían haberse sumergido en un gran letargo y la única magia de la que podía rodearse era absolutamente ajena a todo lo que sabía. Tenía que aprenderlo todo de nuevo, y aunque al principio había parecido emocionante, la falta de respuestas, junto con el paso de las horas que tenía que pasar lejos de Eva, lograban menguar su paciencia. Algo que no era nada propio en ella. Sumergida en sus pensamientos, con la mirada perdida en la imperturbable superficie del lago, no logró darse cuenta del momento en que la Harton se aproximaba. No obstante, la sorpresa le arrancó una sonrisa y, a su mirada, un brillo de vida. —No pensaba hacerlo —respondió, exhalando después un resignado suspiro —, mi termostato interno no está funcionando del todo bien. ¿No se supone que... —negó con la cabeza, haciendo a un lado sus replicas. Sintió a Eva sentarse a su lado e instintivamente se aproximó, recargando su hombro en el de ella ansiando el contacto. Sonrió apenas la escuchó mencionar al "monstruo" —Es un calamar gigante —le indicó, asintiendo —, te sorprenderías de toda la fauna marina que hay bajo las aguas de este lago, es impresionante. Sin duda, aquélla era la única cosa que la castaña deseaba aprender y la única, también, para la cual no había clase alguna dentro del inmenso castillo a su espalda. El interior de ese lugar le daba repelús, pero había un par de cosas que incluso, aún dentro de ese montón de frías paredes de piedra, le parecían fascinantes... aunque eso no bastaba para mantenerla cinco minutos dentro en cuanto comenzaban las horas libres. —¡En Meli! —respondió a la pregunta de la Harton, uniendo su risa a la de ella mientras plasmaba en su mente la escena que, sin duda alguna, aquélla bruja habría causado —. Tampoco puedo dejar de imaginar a Moth volviéndose loco en los invernaderos de aquí, no puedo esperar a contarle aunque... seguramente me hará robar retoños y raíces apenas lo haga. Rebbeca se fijó en los movimientos de su esposa, observando atenta la forma en como examinaba el libro que había sacado de su mochila y se le marcaban un par de líneas en la frente mientras concentraba sus pensamientos en algo que, Beck podía comprender, iban mas allá de tratar de traducir correctamente las palabras que letras formaban. Suspiró hondamente, dándose cuenta, una vez más, de lo mucho que la extrañaba durante las horas de estudio. Trató de despejar su mente mientras ella misma trataba de leer lo que le mostraba en la página, sin conseguir tener una idea clara de lo que se suponía debía hacer aquél hechizo, pero cuando Eva comenzó a perder la paciencia, Beck solo tuvo que estirar la mano para tomar una de la suya y levantarla para depositar un dulce beso en ella —No es una tontería, yo también lo extraño... vamos a encontrar una forma de comunicarnos pronto —le prometió, tratando de apaciguar la ansiedad —. Debimos preguntar a Ziggy antes de mandarlo buscar información, pero nos las arreglaremos hasta que regrese ¿esta bien? Beck sonrió, inclinándose lo suficiente para depositar un pequeño beso en los labios de Eva, apenas un ligero roce, antes de levantarse del césped y tenderle una mano para ayudarla a levantarse del suelo. Una vez de pie, le arregló el cuello del abrigo, aprovechando para acariciar su mejilla en el camino —¿Qué lugar quieres explorar hoy, mi amor? @@Eva Harton
  12. Hola o/ Ya he abierto tema con motivo de la ficha de mi personaje, estaré al pendiente por alguna corrección... gracias!!
  13. Datos Personales: Nombre del Personaje: Rebecca Franklin Sexo: Femenino Edad: Joven, 18 años Estado Civil: Matrimonio con Eva Harton Nacionalidad: Estadounidense Familia(s): * Familia 1 * Familia 2 Padre(s) Sanguíneo: Reneé Franklin** Poseidón** Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: -- Poderes Mágicos: Puntos de poder en objetos y pociones: 20 Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: -- Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: -- Medallas: Título Indispensable de Magia Ordinaria (T.I.M.O.): 2000 puntos E.X.T.A.S.I.S (Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas) Duelo Avanzado: 4000 puntos E.X.T.A.S.I.S (Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas) Magia Avanzada: 4000 puntos Total medallas: 10000 puntos Perfil del Personaje: Raza: Humana Aspecto Físico: Alta en estatura (1.78 m) y espigada, de complexión atlética y curvilíneas formas. Tiene la piel clara, con un ligero bronceado natural. Cabello largo y castaño con reflejos dorados y ondulado; sus ojos son de un hermoso color aguamarina, rasgos delicados y femeninos, con una tez ligeramente tapizada de tenues pecas que invaden la zona de sus pómulos y su respingada nariz. Siempre lleva maquillaje ligero, tendiendo a resaltar más sus ojos con delineador y sombras, le gusta vestir a la moda aunque prefiere usar siempre ropa adecuada para estar en la playa. Cualidades Psicológicas: A Beck se le ve fuera del agua en muy pocas ocasiones, le fascina pasar tiempo surfeando y buceando en el océano, o nadando en cualquier piscina. Ella es una joven enérgica, extrovertida, valiente y audaz. Dispuesta a anteponer su vida a la de sus amigos, familiares, extraños y, a veces incluso, sus enemigos. Tiene un sentido del humor sarcástico e inteligente, además de una actitud serena y relajada. Es inteligente e intuitiva, aunque a veces se le escapa un poco lo obvio; es compasiva y sensible, lo cual hace que le resulte sencillo ser empática con los demás. En sus momentos mas tensos es implacable, jamás lanza un golpe a no ser que de verdad crea que la otra persona lo merece. Es muy clara y transparente con sus sentimientos, le gusta ver hacia donde encauzan sus emociones y solo los detiene cuando observa que está afectando directamente a alguien más. Historia: (En construcción) Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Válido sólo para Orden de Merlín. Objetos Mágicos: Incluirá un listado de los objetos adquiridos. Al contratarse la bóveda trastero, todos los objetos pasarán a detallarse en estas y el listado de pertenencias dejará de aparecer en la ficha de personaje. Clasificación A: Clasificación AA: Varita Mágica Clasificación AAA: Clasificación AAAA: Clasificación AAAAA: Pociones Mágicas: Clasificación A: Clasificación AA: Clasificación AAA: Clasificación AAAA: Clasificación AAAAA: Criaturas Mágicas: Clasificación X: Clasificación XX: Clasificación XXX: Clasificación XXXX: Clasificación XXXXX: Criaturas en la Reserva: -- Libros de Hechizos: -- Libro: Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas:-- Nombre: Elfos: Elfo 1: Ziggy, es un elfo doméstico de aprox. 80 cm de estatura, orejas caídas y nariz puntiaguda. Usa como prenda de vestir una remera vieja, desteñida y agujerada con un estampado de The Ramones. Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Personajes Secundarios: -- Otros Datos: Otros datos: Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: -- Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 115092 Link a Bóveda Trastero: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda de Negocio: Bóveda nº XXXXX Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia XXXXXXXX. Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia XXXXXXXX.
  14. Nick en HL.org: Rebecca Franklin Nombre: Beck Casa de Hogwarts: Hufflepuff Paid: EE.UU
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