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Edmund Browsler

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Edmund Browsler ganó por última vez el día 24 Septiembre 2019

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Acerca de Edmund Browsler

  • Cumpleaños 28/06/1993

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    23
  • Rango Social
    Orden de la Cruz Dorada
  • Rango en el Bando
    Sin rango por inactividad
  • Galeones
    20249
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Orden del Fénix
  • Libros de Hechizos
    Libro del Druida (N.15)
  • Trabajo
    Miembro del Wizengamot. Miembro honorario de la Unión de Quidditch para la Administración y Mejoría de la Liga Británica y sus Esforzados, del Cuartel General de la Liga de Quidditch de Gran Bretaña e Irlanda y del Club Oficial de Gobstones.
  • Escalafón laboral
    T1
  • Raza
    Humano
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    1010
  • Puntos de Poder en Criaturas
    180
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    210 a 1100
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    - Maestría con escobas
    - Idiomas
    - Primeros Auxilios
    - Conocimiento de Maldiciones
    - Defensa Contra las Artes Oscuras
    - Cuidado de Criaturas Mágicas
    - Meteorología
    - Artes Oscuras
    - Pociones
  • Medallas
    78000

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Gryffindor
  • Género
    Male
  • Location
    Venezuela

Campos para Gringotts

  • Escalafón último mes cerrado
    T1
  • Posteos acumulados último mes cerrado CMI
    13
  • Posteos último mes cerrado CMI
    0

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  1. Holiz Voto por Rory Despard. La belosa es de las mejores roleras del mundo mundial❤ Xoxo
  2. Holaaa @@Niko Uzumaki por que no se tomo en cuenta mi inscripcion para el libro del caos? D:
  3. ID: 64963 Libro de Hechizos: Libro del Caos Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): enlace Link a la Bóveda: 81154 Link a la Ficha: 80927
  4. ID: 64963 Nick: Edmund Browsler Link a la Bóveda Trastero: 107636 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 81154 Link a Tópic de la clase o a la prueba: Libro de los Druidas Nivel Mágico: 23. Fecha: 2019-12-05. Nombre del producto: Libro del Caos. Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo. Nivel (del libro): 20. Precio: 20000 G. Precio total: 20000 G.
  5. ID: 64963 Nick: Edmund Browsler Link a la Bóveda Trastero: 107636 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 81154 Link a Tópic de la clase o a la prueba: Libro de los Druidas Nivel Mágico: 16. Fecha: 2019-10-04. Nombre del producto: Libro del Caos. Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo. Nivel (del libro): 20. Precio: 20000 G. Precio total: 20000 G.
  6. Holisss Cambio subtitulo Subtitulo deseado: Hot Patacón Premio obtenido: 1er lugar premio en concurso de hechizos Para llaves Llave: llave de Gryffindor
  7. Después de lanzar aquel hechizo, el gas tóxico, al guerrero Uzza, Edmund escuchó un gruñido y sus sentidos se mantuvieron alertas. Sí, era un gruñido. Y el leopardo que habitaba en su interior, estaba convencido de que se trataba de otro felino. Mientras Badru luchaba contra el gas tóxico, Edmund observó unos ojos de color miel en la oscuridad de aquel recoveco. Y sí, era una pantera. El mago sonrió al tiempo que el Uzza conjuraba un anapneo para destapar sus vías respiratorias y poder continuar viviendo. Apenas unas gotas de sangre le caían de las vías nasales, era el vestigio que había dejado el conjuro que el mago había realizado. <<Orbis bestiarum>> pensó entonces, envainando su varita. Del tronco salió una pantera adulta, un animal sumamente peligroso en cuanto a defensa de su habitat y sensación de peligro se refería. Sin embargo, la bestia estaba siento controlada por Edmund en este caso, dado que un anillo de color dorado le envolvía en este momento. El anillo no le provocaba ningún tipo de daño al animal y tampoco le impedía hacer uso de sus cualidades y movilidad. Al segundo, la pantera se dispuso en una carrera hacia el guerrero Uzza, un tramo de diez metros sumamente corto que, con la agilidad del felino, iba a poder trazar en cuestión de milésimas de segundos. Entonces Badru lanzó una andanada de filamentos de fuego en dirección a Browsler. El mago sonrió, era momento de usar aquel hechizo nuevo. - Ignea -dijo en voz alta. De la varita del mago surgió una lluvia de polen de lirios de fuego que roció al mago que la invocó. Confiriéndole inmunidad a cualquier ataque de fuego durante un tiempo. Por lo tanto, los filamentos de fuego le impactaron pero no le hicieron daño alguno. Aquello era una sensación sin igual, a duras penas le hacían cosquillas esas flechas de fuego. Al mismo tiempo que las flechas de fuego impactaban, la pantera había clavado su mandíbula en la pierna izquierda de Badru, destrozándole las arterias de la misma por lo que la sangre comenzaba a emanar. La bestia realizó otro ataque, este en el brazo de Badru rompiéndole la muñeca de la mano con la sostenía la varita y quedándose justamente allí para evitar que el Guerrero Uzza pudiese apuntar con la varita de manera efectiva.
  8. La respuesta de Badru fue afirmativa. Y para su sorpresa, le había dicho que ahora se iban a dirigir a la fase final de aquella travesía, y la más importante, el duelo. Tener un duelo con un Guerrero Uzza era muy importante par Edmund ya que aprendía muchas cosas de ellos en el proceso. Además, cada uno de ellos tenía su propia forma de batirse en duelo por lo que aprendía de diferentes tácticas. Browsler concentró todas sus energías en crear el portal, pues sabía que las iba a necesitar. Elevó su varita y luego la fue bajando con sumo cuidado, abriendo una brecha de espacio. Al otro lado del portal se podía observar que ya era de noche, por lo que se debía tratar del otro lado del mundo. Y era así, al cruzar el portal cambió todo, incluso la temperatura. Se encontraban ahora en un bosque frondoso, por cuyas ramas de los árboles ingresaba luz de luna. Sin embargo, podía verse todo con claridad. Habían rocas de diversos tamaños, tocones, ramas caídas y un suelo cubierto por una gran cantidad de hojas de otoño. El clima era más frío, por lo que el Uzza debía sentirse un poco incómodo en aquel taparrabos. El joven mago sacó su varita mágica, Draig Goch, y se ubicó a unis diez metros de distancia de Badru. Estaba en una zona despejada, el objeto más cercano a él debía estar a la misma distancia de la que él se encontraba del Guerrero Uzza. - Cinaede -dijo Edmund, dando inicio al duelo con una leve reverencia. El gas tóxico que había aprendido con el libro anterior comenzó a cubrir a Badru, ingresando a sus vías respiratorias, cortándolas, dejándole sin aliento. El efecto de aquel gas era tan fuerte que acto seguido podría causar la muerte del nefir en caso de que no despara su sistema respiratorio.
  9. El destino de la isla en la que habían estado no era problema suyo, por lo que atravesó el portal sin importar lo que dejaba atrás. Era un pena pues Edmund pensaba que era una isla muy bonita y seguro el Uzza habría podido salvarla. Él no, aún no contaba con el poder mágico suficiente para ello. De pronto Badru lo había decidido así puesto que no estaba bien ir en contra de la naturaleza. Al abrir los ojos, Edmund notó que había alguien más con él y le llamó la atención el traje naranja que vestía. Eso sí que había sido una sorpresa. Un cambio de escenario totalmente drástico en un par de segundos. Él también era un reo. Y a juzgar por el acento del hombre, estaban en América. - No tengo ni idea -replicó el mago-. No debería estar aquí. - Oh si, eso decimos todos al principio... Luego aceptamos lo que hicimos. Browsler comenzó a observar a su alrededor pensando en formas de salir de allí. Bien podría intentar crear un portal, aunque no había podido crear uno antes. Tal vez hacer su cuerpo intangible y atravesar las paredes pero eso sólo lo complicaría todocon los guardias. O bien podía hacer volar todo y salir de allí por las malas, aunque eso solo iba a dejar a todos los reos en libertad y un gran problema con el MACUSA en cuanto se enterasen. El prisionero parecía saber lo que él estaba pensando por el comentario que realizó. Edmund sonrió. - Oh, pero verá usted que no soy un hombre común -dijo con sorna-. Soy un mago. Y activó su amuleto contra las defensas carcelarias. El amuleto le guió como si tuviese capacidad propia de razonar. Hizo a Edmund caminar hacia el pasillo, haciendo que los barrotes se movieran como si estuviesen hechos de goma y luego regresasen a su posición original. El hombre intentó salir, pero no pudo, los barrotes eran inamovibles para él. Antes de continuar, Edmund le borró la memoria con una floritura de varita. Así evitaba meterse en problemas. El resto del camino fue sencillo. En algunas oportunidades podía atravesar paredes, en otras hacerse invisible, en otras que no le pudiesen escuchar ninser detectado por cámaras. Era como si el amuleto pudiese controlar todas las defensas de esa cárcel y darle pase seguro a su portador hasta la salida. Allí vio a Badru, fuera de la instalación penitenciaria. - ¿Puedo hacer los honores? -dijo refiriendose a la creación del portal.
  10. Habían pasado un par de semanas desde que la arcana le había comentado que iba a realizar la prueba de animagia. Durante todos esos días, Edmund no había podido dormir del todo puesto que en su mente tan solo pululaban pensamientos con respecto a las pruebas a las que se enfrentaría. ¿Serían parecidas a las que había tenido durante su tiempo de aprendizaje? ¿Serían más difíciles que esas? ¿Que era exactamente lo que se necesitaba para ser un animago? Esa y muchas otras preguntas no le dejaban conciliar el sueño por las noches. Había decidido quedarse en Japón, pues de nada le valía realizar un viaje extenuante hasta Europa y luego regresar a Asia en cuanto la arcana se lo comunicara. Había hecho un par de amigos en Mahoutokoro y uno de ellos ya poseía su anillo de la animagia. Este le comentó un poco sobre el Portal de las Siete Puertas y sobre las pruebas, aunque le había comentado también que resultaban ser diferentes para todos los aspirantes así que dudaba que fueran a ser las mismas pruebas que él había tenido. Durante las noches en vela, Edmund se conectaba con el leopardo y salía del colegio de magia para practicar un poco más. Definitivamente no era un buen habitat para un leopardo, pero las pruebas no iban a ser sencillas en este aspecto. O eso suponía. Entonces llegó la carta de la arcana y Edmund se dispuso en camino a la isla en la que se encontraba la pirámide para realizar su prueba. Nunca antes había estado tan nervioso en su vida. Al llegar lo primero que hizo fue transformarse en leopardo. Ya era capaz de hacerlo en segundos. Era, en definitiva, uno de los leopardos más grandes del mundo. Muy parecido a un nundu. El leopardo himpló y avanzó por donde suponía que era el camino más directo hacia la pirámide, pero entonces se encontró con un obstáculo ¡ Y vaya obstáculo! Era una barrera de hielo. Ahora sí que se le había complicado todo porque no era un ambiente para un leopardo en definitiva. El animal se sentó sobre sus paras traseras y lucía dubitativo observando la barrera. Era imposible saltarla porque era muy alta y tampoco bordearla porque iba de extremo a extremo. ¿Sería posible treparla? Podía intentarlo. Después de todo, no tenía forma de pared. Era más como una pequeña montaña, aunque muy empinada. El leopardo se puso sobre sus cuatro patas nuevamente y comenzó la carrera cuesta arriba. Lo hacía muy bien, había trepado rocas y árboles en Mahoutokoro, pero nada como aquella barrera de cristal. Justo antes de llegar al tope, perdió el equilibrio y cayó rondando hasta el suelo. Por suerte no se lastimó. El animal se sacudió los restos de hielo del cuerpo y lo intentó otra vez, sin éxito alguno. La tercera fue la vencida, pues logró llegar hasta la cima de la barrera de cristal y luego descenso. El descenso no lo había planificado, fue muy estrepitoso y terminó rondando en el suelo. Aunque, nuevamente, no se había lastimado. Avanzó por la isla con sus sentidos muy alerta. Ahora se encontraba en un laberinto. Por experiencia propia, el mago sabía que los laberintos no traían nada bueno consigo por lo que avanzó sigilosamente y con sumo cuidado. Prefirió caminar pegado a los bordes del laberinto. En caso que algo más le estuviese esperando allí dentro, por lo menos no le caería por sorpresa. Entonces los vio, eran un par de hombres con armas de fuego en las manos observando a su alrededor. Cazadores. Edmund los odiaba por todo el daño que infringían a los animales. Y en ese caso querían hacerle a él. El leopardo se fue por el otro lado y los cogió por sorpresa, atacándoles. Como a seis más logró evitar. Atacó a otros dos. ¿Cuantos más habrían en el laberinto? Ya había contado diez en total. Y entonces su respuesta fue respondida cuando una bala le atravesó una pata. Los otros dos cazadores estaban escondidos en la maleza. El leopardo himpló y corrió hacia ellos con la pata herida. El otro cazador falló en su ataque pero Edmund no, clavando la mandíbula del leopardo directamente en la yugular del mismo. El destino del otro cazador, el que sí le había herido, había sido mucho peor. Ya estaba fuera del laberinto. El mago dejó la forma de leopardo y pensó en el encantamiento curación para sanar la herida en su pierna, aunque la sangre seca se notaba en sus ropas. Ingresó a la Gran Pirámide y encontró a la arcana allí dentro. - Estoy preparado para la prueba -respondió a Suluk-. No tengo dudas. Estoy listo, maestra Akku.
  11. Después de que el runespoor desapareciera, y antes de la aparición del guerrero, Edmund se dispuso a recoger todos el polen de lirios de fuego que le fuera posible. Lo cierto es que no era nada difícil, tan sólo estaba siguiendo al pie de la letra las instrucciones del Libro de los Druidas que había adquirido recientemente. Con el paso del tiempo, llenó todo el frasquito que el libro había traído consigo, así que se lo colgó en el cuello. Suponía que lo difícil había sido los obstáculos para obtenerlos, ¿serían siempre así o eran pruebas del puelo Uzza como tal? Además, ahora que lo recordaba, creía que estos se reponían por sí solos dentro de aquel frasco encantado. Si era así, ya no habría runespoor alguno del cual debiera preocuparse de ahora en adelante. El guerrero Uzza que apareció carecía de vestimenta. - Edmund Browsler -se presentó-. Es un placer conocerle guerrero... ? Su nombre era Badru. - Sí, si usé el hechizo - respondió rápidamente mientras le seguía la marcha-. Lo aprendí del libro. Y también sé para que sirve el polen de lirios de fuego. Sólo se me dificulta es crear la pomada... Aunque supongo que es falta de práctica. A media marcha, el volcán comenzó a hacer erupción. Primero hubo un gran estallido, seguido de leves movimientos de la tierra sobre la que caminaban. El Uzza no parecía sobresaltado en absoluto, ¿acaso había ocasionado aquella erupción? Si era así, Edmund le admiraba, pues él no era capaz de crear aquella magia. La lava había comenzado a descender por el volcán y a quemar toda la vegetación a su paso. Badru hizo un comentario, aunque Edmund sólo pensaba en utilizar las semillas de hielo y evitar aquel desastre natural. Pero no, era una prueba y no podía dejarse llevar por sentimentalismos. El mago esparció el polen de lirios de fuego sobre su cuerpo para protegerlo del fuego y luego aspiró los mismo para también proteger sus órganos internos. Luego los cogió y sopló una gran cantidad sobre Badru, para protegerlo también. Aunque no estaba seguro de si el Uzza iba a necesitar de aquella protección. De lo que sí estaba seguro, era de que él la necesitaría. Edmund cerró los ojos ante lo que se le avecinaba, esperando morir, pero nada sucedió. - Fantástico -murmuró, observando su cuerpo ileso.
  12. Edmund no se dejaba de recriminar el hecho de que había perdido unos cuantos años en Asia, los cuales hubiese aprovechado para aprender toda la magia que estaba aprendiendo en aquel momento. Los guerreros Uzza no sólo eran sabios sino expertos en batallas también y esa era la magia que más le gustaba aprender al mago. Había recibido una nueva carta de Uagadou, la escuela de magia que estaba ubicada en África. Esa vez le escribía el guerrero Uzza llamado Badru. Browsler había visitado el continente africano recientemente dado que había estado descubriendo la magia del libro del equilibrio con la guerrera Asenath. Ahora estaba preparandose para el libro de los druidas, que había adquirido recientenente del Magic Mall de Londres. Pasó toda esa semana estudiando el libro, aprendiendose los hechizos e intentando conjurar uno que otro siempre que le fuera posible. Llegar hasta el volcán apagado Trindade en la Isla de Boi había difícil, pero lo había conseguido. Badru le había solicitado encarecidamente que recolectara polen de los lirios de fuego. Después de un rato de buscar, los detectó, y se dispuso a la recolección cuando un Ashwinder salió de la nada y comenzó a sisearle amenazadoramente. Browsler conjuró un Orbis Bestiarum para que al anillo dorado cercara a la serpiente y le hiciera obedecerle. La orden había sido que se alejara lo más posible y no le atacase. Entonces un mago salió de nada. Había algo interesante en él y era que no tenía rostro. Al lanzar encantamiento aturdidor, Browsler conjuró una Salvaguarda Mágica que le protegió, haciendo que su cuelpo se volviera intangible por un momento y así le rayo le atravesase. Edmundo, con una floritura de varita, contraatacó con un Cinaede, afectando al mago sin rostro porque sus vías resporatorias iban a comenzar a verse comprometidas. Finalmente, un gran runespoor de tres cabezas apareció para impedirle la recoleta de polen de lirios de fuego. Edmund creó un cerco de materia lumunosa a su alrededor y, cuando la bestia quiso atacarle, esta desapareció en el acto gracias al Obsistens que había conjurado. Hechizo que recientemente había aprendido del linbro de los druidas. Tan pronto como el runespoor desapareció, Badru apareció. Browsler le saludó y se presentó, quedando atento a las próximas directrices.
  13. Edmund Browsler

    Animagia

    Edmund pensaba que el trabajo de la arcana era arduo. Siempre tenía que estar allí presente para los nuevos alumnos y estos parecía que iban y venían a cada rato. ¿Lo haría por dinero o únicamente por el placer de enseñar? Tal vez ambos. Además, a la edad que ella tenía, seguramente no había mucho por hacer y eso le daba compañía continua. Suluk parecía ser el tipo de persona que prefería pasar el resto de su vida impartiendo los conocimientos, en lugar de acostarse en una cama a esperar que la amiga muerte le visitase. - Maestra Akku, espero que no se haya perdido ningún detalle de la misión -le comentó el mago mientras se sentaba, esperando que le pudiese brindar otra taza de té. La necesitaba-. Si fue duro, pero logré hacerlo. >> Y sin matar a nadie, por supuesto. Añadió, soltando una pequeña risita, pues si le había causado unas pequeñas graves heridas a los cazadores. Justo cuando ingresó a través del portal, alguien tocó la puerta. La arcana se despertó, al parecer había estado tomando una siesta, y se dirigió hacia la puerta donde estaba esperaba una joven embarazada que él conocía. Era Kaori, su compañera de la Orden del Fénix. Y a pesar de que no habían tenido muchas experiencias juntos, Browsler la trataba como si de una vieja amiga se tratara. Después de todo, solía ser muy confianzudo. - ¡Kaori! - saludó y se acercó para tomarle de la mano y darle un suave beso en el dorso de la mano e invitarle a pasar-. Al parecer eres de las que no les gusta estar en reposo mientras está embarazada, ¿eh? Entonces la animaga se dirigió a él. - Será un honor presentar la prueba, maestra Akku.
  14. Hola, una cosita. Tengo casi diez días a la espera de la respuesta de la animaga. No quiero ser pushy, ¿pero se le podría avisar a Suluk? Quiero hacer mi prueba t.t Tenkiu.
  15. ID: 64963 Libro de Hechizos: Druidas Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): enlace Link a la Bóveda: 81154 Link a la Ficha: 80927
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