El Snape caminaba impaciente por el suelo de la taberna. Una de las tablas, algo levantada, crujía cada vez que pasaba por encima de ella. Notó que su lechuza miraba con impaciencia el ir y venir.
- Si no te importa, no estoy momento para regaños. - mencionó el mago, algo irritable. Hacía casi una hora que buscaba la cadena que estaba seguro de haber dejado... se frenó en seco, mientras sus ojos descendían hacia su pecho. Había estado tan ofuscado tratando de encontrarla, que no se había dado cuenta de que ya la llevaba colgando sobre su túnica. Se miró al espejo, agradecido de que nadie más que su lechuza hubiese visto semejante escenario y suspiró.
Al otro lado del espejo podía ver al joven alto, cubierto de arriba a abajo con una túnica esmeralda oscura, con botones negros recorriéndola en su totalidad. El cuello alto enmarcaba su cuello y sus hombros anchos mientras que su melena caía, desarreglada como siempre, sobre estos últimos. Intentó una vez más acomodar su cabello sin éxito y se colocó los zapatos. El pendiente que caía en su pecho era de un gris pálido y era un detalle que le había regalado Illidan décadas atrás. Sonrió imaginando la cara de su hermano al verlo, aunque probablemente ni siquiera lo recordase.
Tomó su varita junto a su pitillera y su prendedor mágico y se deslizó escaleras abajo mientras agradecía a Bobba, la enorme y alegre tabernera, que lo despedía con la mano. Dos meses después, seguía siendo su inquilino favorito. Y nada iba a cambiar eso. No necesitó más que un pie fuera de la hostería para desaparecerse en un pestañear de ojos. No entendía cómo la gente podía disfrutar aquella espeluznante y claustrofóbica sensación que producía el recorrido a través de la aparición, pero había perdido demasiado tiempo.
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Atravesó la verja del Castillo Burke, mirando a ambos lados, sorprendido por el despliegue de medios que habían realizado a través del lugar. Era la primera vez que pisaba aquellos jardines, pero debía decir que tanto su hermano como su cuñada habían dado en el clavo con semejante propiedad. Y los detalles para aquella noche eran realmente increíbles. Vio luces danzando por encima de los árboles. Quizás sean hadas, pensó. Recorrió los jardines tratando de evitar ser notado, esperando llegar a tiempo a auxiliar a su hermano que en ese momento se encontraría probablemente al borde del ataque de nervios.
- Nah, no si Ludwig y Cubias están con él.- se tranquilizó en un susurro. Caminó hacia la entrada y, apenas puso un pie en el umbral se dio cuenta de que no sabía dónde quedaba la habitación de su... Un grito de hastío le llegó desde los pisos superiores y reconoció la voz del Malfoy, que parecía estar retando a su hermano. Subió la escalera en tramos de dos en dos, esperando no perderse el show. Disfrutaba de ver a su hermano siendo regañado. Sin embargo, al llegar al cuarto, descubrió que Ludwig solo intentaba apurarlo y encasillarlo, el rubio parecía demasiado tranquilo y ensimismado. Probablemente Mica estuviese haciéndose cargo de todo lo demás.
Un estallido lo hizo dar un sobresalto. Un elfo se había aparecido delante suyo, tan repentinamente que tuvo que hacer un esfuerzo para no pasarlo por encima.
- Pero qué c...
- El amo Illidan requiere de su presencia, señor Thanatos.- mencionó el elfo en su chillona voz, aparentemente satisfecho de haber logrado dar con él.
- No me digas, enano. ¿No quieres también llevarme con él? - Nunca nadie se arrepintió tan rápido de esas palabras. Tarde comprendió lo que había hecho y cerró los ojos en el instante en el que escuchó un CRACK! y desaparecieron para momentos más tarde, con otro estallido, aparecer a tan solo dos metros de distancia. - G... gracias, Sunev. Puedes seguir tu camino.
Comprendió que la situación era más alarmante de lo que parecía. Su hermano se hallaba en unos shorts color amarillo con una tranquilidad inconsciente a lo que sucedía a su alrededor, mientras Ludwig intentaba arrebatarle el cigarro y obligarlo a vestirse.
- ¿Puedes decirme qué rayos pasa? Me hubieses avisado que la gala era en bermudas y no venía en toda esta paparruchada de tela.- rió, señalando el atuendo con las manos. Saludó a ambos con un abrazo.- ¿Estás listo? No te ves muy bien que digamos.- dijo volviendose a su hermano.- Tú, en cambio, estás tan excelso como siempre, mi querido Ludwig.- finalizó sonriendo al Malfoy.
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@ Illidan Black Lestrange @ Ludwig Malfoy Haughton