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Shedder Malfoy

Magos Expertos
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  • Ingresó

  • Última visita

Acerca de Shedder Malfoy

  • Cumpleaños 28 Diciembre

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    5
  • Rango Social
    Unicornios de Oro
  • Galeones
    7294
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Malfoy
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Humano
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    110
  • Puntos de Poder en Criaturas
    20
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    - Leyes Mágicas
    - Pociones
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Hufflepuff
  • Género
    Male
  • Location
    Donde estamos los que somos y somos los que estamos.
  • Interests
    1) Aprobar la Academia (Listo)
    2) Entrar a la Marca (Listo)
    3) Salir de la Marca por vago (Listo)
    4) Abandonar el foro (Listo)
    5) Volver al foro (Listo)
    6) Spammear (Listo)
    7) Volver al rol (Listo)
    8) Adquirir conocimientos y habilidades (Pendiente)
    9) Volver a la Marca (Pendiente)

Contact Methods

  • MSN
    boris_gcm@hotmail.com
  • Website URL
    https://www.youtube.com/user/ShedderMalfoy/
  • Skype
    boris.gcm.shedd

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Reputación

  1. Había llegado, decidido, a hacer un par de compras en el Magic Mall, aquel sitio de ventas tan extraño del que él había oído hablar cuando fue fundado hace unos años, pero que nunca había tenido la oportunidad de visitar para adquirir nada. Shedder Malfoy recordaba haber hecho trámites para registrar a su elfo en el Ministerio de Magia, y nada más. No sabía si para conseguir un nuevo elfo tendría que pedirlo en el lugar en el que estaba ahora, o seguía siendo cosa del Departamento de Criaturas Mágicas. De cualquier manera, no importaba, porque no quería una criatura, sino objetos y, según él, estaba en el sitio correcto. Sus pensamientos le tenían tan absorbido que pasó por alto casi todo. La decoración, el camino... Vagamente se guiaba viendo letreros y señales, hasta la primer planta del también llamado Concilio de Mercaderes. Mientras revolvía sus pensamientos, ojeaba ocasionalmente un folleto, en el que se indicaba que sólo quedaban tres elementos en existencia de lo que él quería comprar: una moto voladora. También quería un par de guantes de piel de dragón, por sus conocimientos en pociones, pero no tenía folleto de dicho producto y tenía temor de que ya no quedaran más. De agotarse los productos, no tenía idea de cuándo podría regresar a preguntar por ellos. De cualquier manera, suerte o tripa. Plantó cara a la persona dependienta del lugar y le entregó una ficha. -Aquí tiene-, dijo. ID: 89547 Nick: Shedder Malfoy Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N° 84909 Nivel Mágico: V Fecha: 2016-11-28 Objeto: Moto voladora Puntos: 80 puntos Precio: 4000 G Objeto: Guantes de Piel de Dragón Puntos: 10 puntos Precio: 500 G Total de puntos: 90 Pts Total de Galeones: 4500 G
  2. Pues nada, yo también vengo a poner desorden aquí (?) No más quería informarle a mi querido padre @@Nathaniel Malfoy que, al menos a mí, del árbol nunca me sacaron xDDD Soy tan querido(?) por la familia, que aún cuando el mismo Nath no salía en el árbol, le yo sí lo hacia, como hijo de Nath y nieto de nadie xDDD Bueno, luego de tanto ajetreo, a lo que quiero llegar es que no es necesario que me toquen del árbol, porque ya estoy ahí ._. xD Mis huermanos y hermanas son hijos de Nath con diversas(?) mujeres, Shedd, en cambio, es hijo únicamente de Nath y de madre desconocida. Para que lo tangan en cuenta :3 Saludos a todos! xD PD: No adopto a nadie porque Shedd está muy joven como para andar por la vida con un carrusel de trenecito de crías por detrás xD
  3. Estaba casi saliendo por el umbral de la puerta cuando se detuvo en seco, escuchando lo que había dicho su padre. Por las palabras de Nathaniel, Shedder sintió que había dado a entender correctamente el mensaje trasmitido con aquel extraño gesto. No obstante, al Malfoy le hicieron gracia varias de las cosas que su progenitor estaba diciendo, mas nadie pudo ver su expresión facial, porque seguía dándoles la espalda desde el adornado marco de la Mansión. —Estoy, de hecho, dispuesto a darte una oportunidad —dijo, girando levemente la cabeza hacia la derecha, para verle con el rabillo de un ojo. —No te equivoques, me refiero a una oportunidad para que te expliques, porque, en lo que a mí concierne, poco o nulo derecho tienes de hacerte llamar un padre y, por lo tanto, poco o nulo derecho tienes de reprenderme. Entonces se giró por completo y le plantó cara nuevamente. —Tengo la intensión de intercambiar ciertas palabras contigo después de la supuesta cena, espero que tengas los pantalones suficientes como para no largarte de nuevo. Entonces el mago empezó a sentir algo que estaba fuera de sus planes aquella noche: decepción. Le decepcionaba darse cuenta de que el hombre lobo ni siquiera tenía la vergüenza suficiente como para dejar de creerse el padre de Shedder. No le cabía en la cabeza cómo podía darse esas licencias. ¿Acaso no era consciente de que su primogénito estuvo fuera de su vida durante veinticinco años? ¿No se daba cuenta de que habían intercambiado cuatro palabras la primera, única y corta vez que convivieron, cinco años atrás? Nathaniel, pensó el ojiverde, era un desconocido para él y él un desconocido para Nathaniel. Y sin embargo estaba allí, tratando de demostrar autoridad. ¡Por Merlín! A duras penas se sabían los nombres. De ese modo, la decepción empezó a convertirse en asco, un asco mayor al que sentían todos por su aroma a aguardiente (debía estar muy potente la absenta; se palmeó el bolsillo para sentir la petaca). Concluyó que la rabia que sentía hacia el sujeto no era por el abandono sufrido por él, que nunca le había necesitado realmente, sino por el sufrido por su madre, que tuvo que luchar enferma y sola con un pequeño. ¿La había violado, acaso? —Guardaré respeto, por el momento, porque mi libertad termina cuando empieza la tuya; no porque seas el dueño del esperma que fecundó a mi madre. Espero que tengas eso claro. Luego posó la mirada sobre sus hermanas y les dedicó una mirada afable pero seria, a modo de saludo, y les dijo: —Agradecería que dejaran de confundir suciedad corporal con aliento a aguardiente. Aquí hay un ambiente muy tenso, dejen que me relaje con un trago que, por cierto —se giró hacia Nathaniel— es absenta, no alcohol barato. Anunciaros cuando empiece la cena. Y salió definitivamente del lugar, hacia el salón, a esperar.
  4. Nuevamente se oyó a lo lejos el sonido de alguien que acababa de ser arrastrado hacia la Mansión por traslador. Entonces supo de inmediato que allí se estaba cociendo una reunión familiar muy inusual, de hecho, tan inusual que no ocurría en 5 o 6 años. Alguien los había llamado. No pasó ni un minuto desde el estallido cuando Valentina ingresó, también, a la pequeña sala del hogar de los Malfoy, saludando a los presentes como si tuviera todo bajo control... Menos a Shedder, claro. A Shedder Malfoy, su hermana de otra madre le dedicó una mueca. Con cierto desdén, ¿quizá? Sí, era claro. No le sorprendió en lo absoluto el ademán; lo que sí le sorprendió fue darse cuenta de cuán acostumbrado estaba a recibir el mismo gesto en muchos y diferentes lugares, tiempos y situaciones: cuando su presencia traía incomodidad, casi siempre por la bebida. ¿Desprendía su ser aquel aroma a alcohol que su propia nariz no percibía por estar ya habituada? Él se había aseado, por supuesto, cada uno de los catorce días que le tomó llegar hasta allí desde su antigua posada (no era una gran distancia, pero la recorrió a paso lento). No obstante y seguramente, ese último sorbo de su petaca de plata con absenta, par de horas antes de llegar, le delataba. El objeto metálico, con su contenido, reposaba en el bolsillo izquierdo de su pantalón. Por lo general lo llevaba en la chamarra, en el bolsillo interno del mismo lado, pero como se la había quitado al entrar en la casa, lo cambió de sitio. Entrando estaba ya el invierno, así que, a la sombra, llevaba un suéter y, debajo de éste, una camisa. Todas sus ropas eran negras, incluyendo sus zapatos de cuero y exceptuando la prenda bajo el jersey, que era blanca. Su padre empezó la cháchara afirmando que él no era el responsable de convocarles hasta allí, sin embargo había escuchado claramente cómo sus hermanas llegaban por traslador. Un traslador que él no recibió. ¿El responsable de la cita familiar olvidó al mago? ¿Se extravió su traslador? ¿Mentía el hombre lobo? Todo eso ya no tenía relevancia. Lo que sí importó fue lo que después dijo Nathaniel. Habló sobre calma, quietud, paz, cena, felicidad, armonía, relajación, unidad... Cosas absurdas para Shedder, que nunca vio a su padre reflejar nada de eso. El Malfoy-Black avanzó rápidamente hacia su padre, clavándole verde la mirada, al mismo tiempo que sacaba su varita mágica del bolsillo derecho. Le rodeó con su brazo izquierdo, atrayéndole hacia él como en un medio abrazo padre e hijo, pero colocando, con su mano derecha, la varita fuertemente contra su esternón, en posición vertical, apuntando a la mandíbula de Nathaniel. Todo en segundos. Acercó la boca al oído derecho de su padre e inesperadamente le dijo, no tan alto como para aturdir su sentido de la audición, ni tan bajo como para que sus hermanas no le escucharan: —Está bien, vamos a cenar. Y le soltó. Y se alejó, en busca de un salón adecuado. ¿Qué había querido dar a entender con ese pequeño teatrillo? Muchas cosas y ninguna a la vez. Se hallaba dispuesto a ajustar cuentas con su padre, pero no lo haría ante sus hermanas, ni en ese lugar, pues seguramente tratarían de intervenir. No quería presencia externa, tampoco mediadores u observadores. Además, estaba completa y definitivamente seguro de que no se encontraba ebrio, aquellos síntomas se los quitaba con magia cuando no quería tenerlos; los dejaba cuando sí. Simplemente, Nathaniel no lo compraría con palabras bonitas y una comida, después de 25 años de abandono.
  5. Él se dio cuenta, pues, del inconfundible sonido que hacía un traslador cuando traía a alguien desde cualquier punto perdido del plano terrestre. Quizá fuera asunto de magia, que ya había inundado aquel día, lo que permitió que sus oídos alcancen a escuchar desde tan lejos. Después del pequeño estallido, vinieron los pasos que, al acercase a donde estaban los Malfoy Black, quebraron la tensión del aire… ligeramente. Cabello violeta, actitud relajada, magia en el ambiente. No la había visto en 5 años y podía reconocerla tan fácilmente como si apenas hubieran pasado 5 minutos. Cherryl Malfoy Black, su medio hermana, compartían padre mas no madre. Shedder no pudo evitar sonreír ante su presencia. La mujer le palmeó el pecho y le advirtió que se arrugaría. Pero él ya estaba arrugado, sí, la bebida había tenido mucho que ver en el asunto, el alcohol y la vida bohemia que arrastraba. Aún así, era lo de menos, en su opinión, envejecer. Para cualquier otro de su misma edad, seguramente, perder elasticidad en la piel sería pena capital; no obstante, después de vivir lo que ya había vivido, una raya más, una cana más, no harían ninguna diferencia, no aportarían ni mermaría nada. Además, los magos eran de roble, para que alguno muriera de viejo, tenían que pasar cien años. Y eran tres, entonces, quienes formaban el cuórum de aquella audiencia improvisada. ¿La había traído Nathaniel o había llegado ella por su cuenta? ¿Por qué ahora, por qué en ese momento? Cosas extrañas y misteriosas, confirmó, estaban sucediendo. Pero Cherryl no tenía la culpa, en lo absoluto. No la conocía muy bien y poca idea tenía sobre la relación de la bruja con el lobo que lideraba la sala, pero sabía que ella era ajena a los problemas del hombre de ojos verdes. —¿Qué te ha traído por aquí en este apacible día, hermanita? —le respondió, bajo, esperando que Nathaniel no le oyera.
  6. Abrió los ojos. No había nada en el cielo estrellado esa noche, que hiciera sospechar las cosas extrañas y misteriosas que irían a suceder pronto, mientras los confiados muggles dormían, él se incorporó en la cama de golpe, sintiendo que una fuerza potente se revolvía en su interior. Tanteó en la oscuridad en busca de sus anteojos y su varita; encontró los primeros, mas no lo segundo. est****amente se levantó y caminó hacia lo que él creía que era el interruptor de la pared, lo alcanzó, lo accionó y el bombillo de una vieja lámpara se encendió, parpadeando, dejando ver las telarañas que él nunca se había molestado en limpiar. Podía haberlo hecho con magia, de un toque, en un movimiento, pero casi había olvidado cómo hacerlo. Casi era un muggle más, un squib. Pero esa chispa mágica que tenían todas las personas que conocía y amaba no se había perdido, no, él también la poseía y, guiado por esta, posó la mirada sobre un cúmulo de botellas verdes, de vidrio, en el suelo, algunas echando un líquido que se perdía entre el sucio suelo de madera. Ella estaba allí, su varita. No recordaba el material, los centímetros o el núcleo. El poderoso instrumento estaba clavado en la boca de una de las botellas, a modo de corcho, mojada. No la había usado en años. Pero esa noche era diferente, era especial, porque lo que había sentido hacía unos minutos significaba algo. Caminó, pues, hacia las botellas y tomó su varita. Qué bien se sentía, qué bien le sentaba, aquel aire que recorrió su cuerpo desde sus pies descalzos y sucios, hasta su cabello desordenado y mugriento. La observó unos instantes y la levantó hacia el cielo. La agitó en dirección a la luminaria y el foco estalló, la agitó hacia las botellas y se hicieron añicos ruidosamente. La apuntó hacia las gafas que ya llevaba sobre la nariz y murmuró aquel conjuro que, se suponía, las arreglaría, pero no ocurrió nada. Lo intentó de nuevo y pronunció claro: los cristales se limpiaron y el marco se arregló. La magia seguía allí, era innegable. Pero él quería más: —Accio, zapatos— dijo, y las cochinas Nike volaron a su mano libre. Una se guindó de un dedo, la otra de otro. Eso estaba bien, para empezar. Pasado un momento se vistió y se marchó de la choza en la que vivía, una posada de gente sin magia, a cuyo dueño le debía todas y cada una de las pensiones, pero siempre lo maldecía para que lo olvidara. ¿Era un delito? Sí, pero de algún modo siempre escapaba de la autoridad, y esto le convertía en un nómada, sin hogar, de aquí para allá, de ciudad en ciudad, de país en país, de continente en continente. No tenía hogar, ¿verdad? Sí, sí lo tenía, lo tuvo alguna vez. Tuvo varios, formó varios, formó muchas cosas y todas las dejó. El último de sus objetos que dejó en la habitación polvorienta lo indicaba: un periódico de hace cuatro años. Cuatro años habían pasado desde que su vida se había cambiado en algo que nunca debió ser. Ahora su única compañera era la bebida (una de las pocas cosas buenas que encontraba en los muggles). Estos muggles sucios, desastrados, inútiles. Se había acostado con cientos muggles femeninas, que conocía en los bares, a las cuales siempre encantaba, quizá por magia, quizá por su aspecto pura sangre. Habría de tener alguna miserable cría mestiza por allí, preguntándose dónde estaba su padre. Sí, quizá, probablemente. No le importaba un ca***o pese a que era exactamente la misma historia que había vivido él con su propio padre. Porque Shedder Malfoy Black tenía un padre, y lo odiaba con cada célula de su corazón. Shedder Malfoy era huérfano de madre y no conoció a su padre hasta que tuvo 20 años. Ahora tenía 26, era un mago alcohólico, desempleado, ladrón y prófugo de la ley mágica, y su padre había formado parte de su vida apenas unos meses. Pero no lo necesitaba, no, nunca le hizo falta, y menos ahora, sin importar cuán patético se viera, sin importar cuán manchados estén los apellidos más importantes de la magia británica, sin importar que aquel tatuaje que llevaba en su brazo izquierdo estuviera casi invisible. Pero aún así lo buscaría, de nuevo. Y ya estaba en Ottery, en su hogar, con una maleta que le perseguía mágicamente y la varita empuñada. El exempleado ministerial, exmortífago, exmago, volvía a casa. Y no resultaba en una experiencia feliz. Simplemente era la única cosa que el alcohol no había borrado de su mente: aquella cuenta pendiente, el clavo que nunca se sacó, la mirada que nunca cambió. Tenía que hablar con él, escupirle en su cara, y por eso estaba parado frente a los portones de la Mansión Malfoy. Cada paso que daba dentro del lugar reafirmaba lo que había sentido hacía un par de semanas entre muggles. El sentimiento en su interior le indicaba una cosa. Nathaniel Malfoy estaba ahí, había vuelto al lugar del que se había marchado, dejando atrás toda su vida y a su familia, tal como el propio mago de ojos verdes había hecho un par de años atrás. Es que él sabía que la magia actúa de manera misteriosa y que quienes aman jamás abandonan, siempre estarán allí y siempre el destino los vuelve a juntar. Pero allí no había amor, no, había un lazo sanguíneo y, más importante, un asunto sin resolver. El hombre lobo estaba allí, sí, en una habitación poco visitada, observando un algo que, realmente, le importaba un nabo. Lo observó unos instantes y avanzó hacia él, diciendo: —Debí suponer que estarías aquí, padre.
  7. o.ó Pues que pueden pasar ciertas temporadas 5 años, para ser exactos en las que no deje ni tan siquiera un rol en la Mansión Malfoy, pero este apellido yo lo llevo con orgullo el nick no me lo cambio nunca, ni aunque me saquen de la familia. Pues nada, quería venir a mostrarles mis honores porque, simplemente, es sorprendente y grato al mismo tiempo ver que mi nombre sigue puesto en ese glorioso árbol. Se vienen cosas interesantes para mi rol personal, que tienen que ver con ésta familia. Y nada, eso, quería hacer acto de presencia, dejarles un par de saludos, sobretodo a esas personas que yo llevo viendo aquí desde hace 7 años. El otro día se me insinuaron para que sea posho, yo les dije: Semper fidelis.
  8. Vaya que lo primero que suelto fue un "¡todo perfecto menos el skin!". Vale que muchos de nosotros tenemos un trauma con ello, pero sabemos y aceptamos que el trabajo no ha terminado todavía. Por ahora lo que más me preocupa es averiguar el llenado de líneas con este tapiz (xD). A veces pienso que, entre idas y venidas del foro, uno no merece disfrutar de lo nuevo y lo que ha sido hecho para todos los usuarios, como si sólo me apareciera porque hay un juguete nuevo, luego me aburriré y me esfumaré a ese horrible mundo muggle que me traga de pies a cabeza. Y no les miento, es verdad, probablemente sólo esté aquí hoy y nada más. De todos modos, aunque no estuve familiarizado con "la nueva gran caída", se les agradece, como siempre, el esfuerzo dado en este foro, no sólo en estos días, sino durante años y años. No seré de los más viejos, pero tampoco de los más nuevos, puedo decir que este foro ha ido cambiando, unas veces de a poco, otras veces muchísimo y siempre son los mismo usuarios quienes lo dan todo para que estas mejoras se lleven a cabo y, como no era para menos, igual que las veces anteriores, el resultado ha sido de primera. Por ahora sólo he ojeado éste tópic, me sumo a todos los cientos de usuarios que se prestarán a notificar falencias y demás, todo el tiempo con el fin de hacer de los Foros de HarryLatino un mejor lugar para escapar de la realidad.
  9. ¡Holas! Pues bueno, quiero hacer unos cambios que hace rato que necesitaba. Asuntos de actualización personajística(?) y eso. En fin. En el apartado de Datos Personales, editar sólo el Nombre del personaje, Sexo, Edad, Nacionalidad y Familia, por favor, así: [color="#00FF00"][b]Nombre del Personaje:[/b][/color] Shedder Gianluigi Malfoy Black. [color="#00FF00"][b]Sexo:[/b][/color] Masculino. [color="#00FF00"][b]Edad:[/b][/color] Adulto. [color="#00FF00"][b]Nacionalidad:[/b][/color] Anglo-Italiano. [color="#00FF00"][b]Familia(s):[/b][/color] * Malfoy En el Peril del personaje, por favor cambiar las Cualidades Psicológicas y la Historia solamente, así: [color="#00FF00"][b]Cualidades Psicológicas:[/b][/color] El Malfoy es inteligente, calcula sus movimientos antes de hacerlos y también es testarudo, valiente sin llegar a la estupidez, astuto y ambicioso. Muy holgazán por lo que pocas veces consigue lo que ambiciona pero de todas formas nunca se rinde. Es solitario en extremo, llegó a tener un par de amigos pero, para su desgracia, murieron, dejando en él una actitud de quemimportismo ante la vida lo que le ayuda a meditar sin problemas cualquier cosa ya que al final no le interesará lo que suceda. [color="#00FF00"][b]Historia:[/b][/color] Su progenitora fue abandonada por su padre, utilizándola éste sólo por placer y dejándola embarazada. Al nacer Shedder, su madre murió por lo que creció en un orfanato. Varios años pasó en soledad, sin amigos y dedicándose únicamente a aprender y leer (cosa que le valió para incrementar su intelecto), hasta que finalmente fue recogido por Nathaniel Malfoy y llevado a la mansión de dicha familia, donde adoptó las costumbres y aspiraciones de los miembros de la misma. Pasó lo que quedaba de su infancia considerando a 'Nath' como su padre adoptivo hasta descubrir, ya en la adolescencia y gracias al diario dejado por su madre, que realmente era su padre biológico, sin embargo nunca pudo decírselo pues a partir de esos años no lo volvió a ver (y por lo tanto tampoco supo si Nathaniel ya lo sabía). Desapareciendo su padre, Shedder dejó también la mansión, regresando al llegar a la adultez, con una lechuza y un elfo. Su ausencia en la comunidad no hizo más que asentar su soledad, encerrándose cada día en su habitación. Luego de un tiempo decidió buscar un empleo, el cual consiguió en el Ministerio de Magia pero, debido a su holgazanería, lo perdió un par de meses después. Desde entonces, para mejorar su situación económica (nunca quiso depender de la fortuna de su familia), empezó a trabajar en diversos proyectos ilegales con magos marginados, llegando a tratar a estafadores, ex-convictos, criminales, entre otros; siempre realizó las actividades para aquellas personas sin ayuda de nadie más. Los múltiples negocios turbios le sirvieron para recorrer el planeta, llegando a conocer los países más importantes de cada continente. Aunque los motivos de sus viajes no eran limpios, siempre se llevaba algún conocimiento de cada nación, pues le gustaba mucho conocer culturas y gente nueva. Varias veces se aprovechó del echo de ser un desconocido, para su propio placer. Sin embargo sus encargos siempre conllevaban altos riesgos, al punto de cansarse de tener esa vida. Rompió lazos con la gente para la que trabajaba y volvió al Reino Unido tras 15 años de estar fuera. A la misma alcoba (cuidada por su elfo) en la misma mansión donde pasó su juventud. Buscando una vida correcta, consiguió nuevamente empleo en el Ministerio de Magia e incluso casi forma una familia, pero aquello se vino abajo y terminó renunciando a su puesto. Viéndose nuevamente como al principio tomó la decisión de volverse nómada y dejó Inglaterra una vez más, llevándose consigo el dinero que había cosechado durante toda su vida para gastarlo al rededor del mundo. Siempre había estado enamorado de viajar. Pero luego de otros cinco años fuera de su país natal, regresó tras sentir que su salud se deterioraba. Una vez ahí, se topó con una desconcertante noticia... Una mujer completamente rebelde, de unos veinte años, atractiva pero con pinta de delincuente, llena de tatuajes y con graves adicciones alegaba ser su hija. Aunque en un principio no creía en sus palabras, recordó a través de ella que él mismo había crecido sin padre, por lo que terminó acogiéndola, sabiendo, por su puesto, que le causaría muchos problemas. En el apartado de Otros datos editar Otros Datos y la Cronología de cargos, así: [color="#00FF00"][b]Otros datos:[/b][/color] —Le gusta leer el periódico. —Suele escribir y meditar. —El único recuerdo que tiene de su madre es un diario donde ella escribía cuentos y a través del cual descubrió sus raíces italianas, su segundo nombre y el hecho de que dicha mujer era una Black. [color="#00FF00"][b]Cronología de cargos:[/b][/color] * Aprendiz en la División de Bestias del Departamento de regulación y Control de Criaturas Mágicas (2011). * Empleado en el Despacho de Uso Indebido de Artefactos Muggles y No-Humanos del Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica (2012). Eso es todo, espero que no resulte muy liado v_v No quería simplemente copiarlo todo y editarlo para que no parezca que moví algo de las cosas que sólo pueden mover moderadores y demás XD Saludos *O* Y Gracias *O* Y espero que no resulte muy liado... Y eso ya lo dije v_v
  10. Bueno, me paso a aceptar a Marijo *-* Apuesto que ni sabían que yo andaba por ahí también, hasta he roleado en la Mansión xDDDDD pero me parece que ya nadie se pasa, está abandonada U_u Mala familia, mala, mala, re mala, muy mala, etc u_u Adopto a Marijo Malfoy Black como hija sanguínea por los siglos de los siglos hasta que todos muramos o nos corran de la familia. Amén Edito: Iba a darle +1 a mi hija y le di -1 sin querer D: Alguna alma caritativa que le devuelva su puntito por favor T.T xDDDD
  11. Buenos días, tardes o noches según corresponda. Vengo en este momento (bueno, son las 6 am en Ecuador xD) sólo para hacer acto de presencia ante el posible hecho de que se haga otro censo o que saquen a los vagos o... bueno xD Creo que se entiende a qué me refiero. Hoy en día pocos me han de conocer xD Soy Shedder Malfoy y soy... un vago ._. y no me paso xDDDDDD Pero sé que la abuelita Misty se acordará de mí (? así que sólo venía a decir: please, no me saquéis de la familia por vago ;_; xDDDDD Yo amoroseo ser un Malfoy y lo amorosearé toda mi vida, aunque no me pase, nunca quiero estar en otra familia que no sea esta @.@ Así que, repitiendo, no me borren u__u Prometo rolear uno de estos días D: Uhh, recuerdo cuando lo sacaban a uno por no rolear durante una semana xD ¿Acaso aquella de arriba no es la tía J? ¡Juve! xD Hola soy tu sobrino D: o era tu sobrino... bueno, no sé o.ó El punto es que hola (? Natheniel, mi padre, sigue en el árbol u_ú Él ha estado más ausente que yo (? y si me sacan a mí, os juro que protestaré y me vengaré ò.ó xDDDD Oh, también recuerdo que hacer estas cosas también era spam o.ó Bueno, yo no vine a hacer spam, como dije, hago acto de presencia para que vean que soy... bueno, casi casi algo así como un poco pseudo-activo (¿?) OK, soy vago, no me paso u_ú Pero iré o.ó así que, eso, no me borren xDDDDDD Creo que ha sido un tocho bastante largo sólo para decir eso. Saludos! Os quiero, familia xD
  12. Buenos días, tardes o noches a quien corresponda, es decir, quien llegue primero a editar mi ficha de personaje (también incluyo "buenas madrugadas" si el cambio se oficializa por esas horas). He venido a agregar el par de conocimientos especiales que me corresponden luego de haberme graduado, he estado muy dubitativo con esto, por eso he llegado tan tarde a agregarlos, en fin: Y con sus respectivos códigos. [color="#33ff33"] [b]Conocimientos Especiales:[/b][/color] * Leyes Mágicas * Pociones Desde ya, muchísimas gracias. Ha sido una elección difícil v.v
  13. La señora que los atendió confirmó la existencia en el Magic Mall de las criaturas que ambos habían elegido. Aliviado por esta noticia tomó una de las fichas en el mostrador, donde estaban siendo atendidos. Entonces se dispuso a buscar una pluma en sus ropas sin éxito para luego fijarse en que un conjunto de elementos de escritura del cual tomó uno y lo utilizó para realizar la función para lo que fueron fabricados. Rápidamente llenó uno de los pergaminos para realizar la compra del jaguar, que tendrían en Ĉachtice, y al terminar se la entregó a la encargada. —¿Sabes?—. Le dijo a Alissia. —Yo también compraré un pato—. Así que agarró otra ficha y también la llenó, esta vez para tener una mascota en sus poseciones. También le entregó esa ficha a la mujer y esperó junto a su amor a que todo esté listo.
  14. Recordaba con añoro aquella pequeña "cita" con su novia en la Gala de Navidad, trayendo también a su memoria el hecho de que había planeado un baile con ella al salir del lugar. Sin embargo no había sido así y, la siguiente vez que salieron juntos fue, no pudo haber ocurrido algo más lejano a sus planes, ir de compras. Shedder no era un sujeto de comprar mucho, de hecho era la primera vez que pisaba el Magic Mall, aunque se le hacía muy lindo el lugar, sólo por estar acompañado de Alissia. Llegaron tomados de la mano, para deleite del Malfoy, buscando mascotas de compañía. Según le había dicho su amor, ella quería conseguir un pato e, increíblemente, un jaguar. El joven aceptó acompañarala casi exclusivamente por estar con ella de nuevo. Incluso un día de compras se le hacía perfecto por causa de la Báthory. Lamentablemente, lo que ellos buscaban, al parecer, no se encontraba en ningún tipo de lista y, así, vio como la vampiro se acercaba a preguntar a la encargada sobre los patos que querían. —También—. Agregó a lo que decía su nena. —¿Tendrán aquí jaguares?—. Culminó un poco nervioso por el hecho de pedir semejante animal, apretando, por eso, la mano de su compañera.

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