Asleep
Entonces, la sombra aparece en la ventana para reclamar su cuota de atención. Y como la semana ha sido extenuante, con pocos aciertos y muchos reclamos y pérdidas, con pocas cosas saliendo según lo planeado, y muchas desviándose en vericuetos imposibles y escenarios perversos, ella encuentra que está agotada y no quiere pelearle hoy.
Que al contrario, la invitará gentilmente a que compartan y festejen juntas su soledad.
Así que le abre la ventana, y la observa ingresar grácil y silenciosamente a la habitación. Deja que ocupe su lugar conocido, en la cabecera de su cama, y escucha cada una de sus exigencias, entre ellas, que la deje apoderarse de su cuerpo por esa noche, o quizá por unos días más.
Y ella está tan cansada, tan descompuesta de afectos y tan destruida en su esencia, que no cree que la sombra vaya a hacer la diferencia. La deja entonces, que entre despacio y sutilmente por los poros de su piel y hasta lo profundo de su sangre y le pide que le cante una canción, mientras se sumerge en un sueño del que luego ya no despierta porque así está más tranquila, con el alma abrigada por esos sueños y la voz de Morrisey recordándole que con suerte...
There is another world
There is a better world
Well, there must be.
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