(¯\_¤~-Dumbledore's Night-~¤_/¯) (MM B: 100837)

[Kris Gryffindor]

Sus labios pausadamente se habrían resecado; como si este hubiese sido objetivo de algún hechizo. O tal vez eran los efectos del vodka hasta ese momento bebido, no sabía con exactitud lo que había pasado en esa fracción de segundo, sin embargo esperaba que no hubiese sido objetivo de algún hechizo Mortífago que hubiese grabado sus palabras, tal vez habría sido demasiado precipitado decir aquella situación en un escenario como en el que estaba. Pronto aquellos pensamientos terminaron por revelar que la mujer habría sido quién le había impedido decir con claridad las palabra, su mirada expectante habría sido el delator.

Notó como la Dumbledore se acercaba extendiéndole su mano, para así el italiano por cortesía tomarla e incorporarse; sorpresivamente para él las delicadas manos de su acompañante rodearon el cuello del vampiro dejando así aquellos cuerpos tan cerca. Kris simplemente le tomó delicadamente de su cintura, para así lograr que los espectadores vieran una escena tan habitual como la de alguna pareja en romance, sin embargo la situación era completamente distinta pues complementaba las razones por las cuales habría de estar tan ocupada.

Podía sentir la respiración de la Dumbledore por aquellos susurros, algo que en el cuerpo del vampiro no pasaba más desde hacia tanto tiempo, aunado al calor de un ser humano tan cerca de él. Las palabras de la mujer le invitaban a pasar a un lugar más privado, cosa que si hubiese sido otra persona quién se lo dijera en definitiva hubiese rechazado; sin embargo los temas que tenían entre dientes y la misma amabilidad de la dama hacían que los intentos por resistirse sucumbieran rápidamente, por lo que al instante con un movimiento de cabeza asintió.

Apenas sintió como la mujer se separaba lentamente Kris volvió a tomar su copa que había dejado sobre la mesa del centro y así simplemente esperar a que la Dumbledore le guiara el camino. Unos instantes pasaron y como si los meseros tuvieran ya órdenes predispuestas la mesera Pamela, como habría escuchado que se llamaba comenzó a levantar las cosas que habrían pedido no hacía mucho. Tomó por completo su copa, sintiendo aquellos grados pasar por la garganta y así volver su mirada hacia la Dumbledore a quién tomó de la mano, no sin antes dejar su copa en la mesa.

Muy pronto llegaron hasta una habitación, en la cual las primeras palabras que la definía sin dudar eran la elegancia y la calidez. El ojiverde paseó su mirada por la habitación, realmente le encantaba la manera de adornar aquella habitación. Los sofás hacia una medialuna dirigiendo así la mirada hacia el centro en donde una mesa parecida a la del exterior ya esperaba con la misma botella y las copas que habría dejado hacia unos instantes, aunado a que ahora la privacidad se hacía completa, tal que la música de las afueras apenas se dejaba escuchar muy tenuemente. De inmediato las palabras de Sally interrumpieron su recorrido, sonriendo ante lo escuchado.

— No… no fui lo bastante astuto como para dejarles el trabajo tan fácil a los del Ministerio… sin embargo nunca pensé… bueno que el Ministerio estuviera trabajando en conjunto con los Mortífagos.

Susurró esperando a que la mujer se sentara en uno de los sofás dobles que se encontraban en la habitación. Kris la secundó orientándose justo en la esquina del mismo para así tomar dentro del bote la misma botella y con unas pinzas tomar un par de hielos, los cuáles colocó sobre su copa, la cual se encontraba vacía, por lo que solo bastaron unos segundos para volver a prepararla; por alguna extraña razón la Dumbledore no habría tomado más que unos sorbos en el anterior lugar, por lo que dedujo que se encontraba bien.

— Sinceramente no lo sé… tengo una hija es Malfoy… puede que la hayan obligado…

Comentó el vampiro tomando su copa mientras acomodaba su espalda justo en el respaldo del sillón colocando sus manos extendidas por ambos lados, en du diestra donde tomaba su copa y a su zurda en donde un poco más enfrente se encontraba la mujer. Pronto su mirada se concentró en Pamela quién se habría quedado justo en la entrada a tomar los pedido que ambos pudiesen tener; sin embargo era algo que al vampiro no le agradaba.

— ¿Puedes decirle a tu mesera que se puede retirar? Me pone de nervios que dos mujeres me miren.

Bromeó el vampiro.

[Annick McKinnon]

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La ojiverde sonrió al mirar el llamativo letrero del local. No había duda de que había arribado al lugar adecuado. Hacía tiempo que no portaba reloj así que observó alrededor para ver si se topaba con alguien a quien pudiera preguntarle la hora, pero en ese momento nadie se encontraba cerca. Durante algunos segundos permaneció sin moverse.

 

«Creo que debí sugerir que nos encontráramos afuera y no adentro», pensó con pesadumbre. No quería ingresar y toparse con la novedad de que Eli Tonks aún no había llegado. Era demasiado tímida como para estar mucho tiempo sola en un sitio como ése y rodeada de personas desconocidas.

 

Suspiró. Tampoco podía arriesgarse a no entrar y hacer esperar a su amiga, ya que a ésta no le haría mucha gracia. Echó un último vistazo al letrero y atravesó las puertas dobles que estaban abiertas de par en par, como dando la bienvenida a los clientes.

 

Sus ojos no tardaron en acostumbrarse a las coloridas luces intermitentes que iluminaban el interior del local. La alegre música que inundaba el ambiente podía ser capaz de contagiar a más de uno a bailar, pero la pelirroja estaba más atenta a vislumbrar los rostros de quienes se encontraban ahí.

 

Llevaba un vestido corto, fresco y cómodo de color coral, y unos tacones que hacían juego con él. Su cabello estaba semirecogido, dándole un mejor aspecto a su forma ondulada.

 

―Aún no llega –murmuró para sí misma luego de un momento–. Si me deja plantada la mataré.

 

Se acercó a la barra para observar mejor el menú. La mayoría de las bebidas le resultaban desconocidas. Aquel era un tipo de negocio que no solía frecuentar pero sin duda era del estilo de Eli, con mucho alcohol y chicos guapos (xD).

 

Definitivamente no deseaba pedir una simple bebida que pudiera consumir en un día y un lugar cualquiera, pero como no sabía mucho sobre el tema pensó que lo mejor era pedir algún consejo a la persona que la atendiera

[Ada Camille Dumbledore]

Una dama delgada vestida de cuero de pies a cabeza camino por las calles con prisa, su gaban de cuero bailaba con el viento, con prisa cruzo la calle y entro al bar que estaba justo en frente.

 

Aspiro el aire toxico del lugar, olor a licor, a calor. Camino por el y llego hasta la barra, alli sonrio al barman quien la miro con extrañeza al ver a la Dumbledore vestida de aquella manera, se parecia mas a su hermana Saya así, era como si algo en ella la hubiera transformado.

 

- Luis... es bueno verte, vengo de un lugar y no me dio tiempo de cambiarme, asi que no me mires extraño que no hay nada de malo en mí.

 

La Dumbledore estaba con la garganta reseca y se sentia demasiado deprimida despues de lo que habia pasado en la fortaleza.

 

- Luis dame una botella, la necesito, que sea Vodka y una tina con hielo, me sentare en el apartado de alla...

 

Le guiñe el ojo al cantinero, era como de la familia y se preocupaba de ver a la menor de las Dumbledore en ese plan, pero ya no era una niña aunque me vieran así.

 

Tome asiento en el apartado del fondo con la botella y un vaso en la mano, el hielo llego despues por la mesera y me refugie en el mullido sillon de cuero, queria olvidar, ya habia hecho muchas locuras y parecia que algo oscuro le esta poseyendo dentro, muy dentro

[That is not my name]

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- Mi amor, ¿prefieres que vaya con una túnica de gala o un traje muggle?

 

Antes de poder salir de nuestro hogar, Cye y yo nos encontrábamos en nuestra habitación arreglándonos para esa noche tan especial. Después de mucho tiempo al fin encontrábamos un espacio para salir a divertirnos y olvidarnos un poco de la pesada vida diaria que llevábamos tanto en la Academia, el Ministerio, los negocios y las obligaciones de la Orden del fénix; por algo estábamos juntos, sólo nosotros nos entendíamos a la perfección.

 

Tomé de la cama el nuevo collar que le compré de mi último viaje a Francia, era algo sencillo, de plata esterlina y con incrustaciones de amatista aunque lo importante erra la forma: un cisne. Por algo era mi patronus, el cisne significaba luz y pureza justo lo que nosotros queríamos representar.

 

- Estás... hermosa...

 

Cye apareció frente a mi y me le acerqué con la caja del collar en mi mano, le di un tierno beso y le entregué su nueva posesión. Después de que lo abrió me permití ponérselo para que combinara a la perfección con su hermoso vestido.

 

- Es tiempo de que comience nuestra mágica noche, corazón.

 

La tomé por la cintura acariciando su espalda mientras nos uníamos en un abrazo y un largo beso, así, juntos, desaparecimos del castillo Lockhart hasta el callejón Diagón. Yo sé que era demasiado "espectác***" pero a mi me parecía la manera perfecta de avanzar con la noche. Nuestro plan era llegar a Dumbledore's Night para bailar un poco.

Editado 14 de Mayo del 2013 por Ishaya

[Ela Karoline]

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—Umm lo que te pongas seguro te quedara bien, aunque si usas una túnica tendré que cambiarme yo también— dijo haciendo un puchero que él no pudo ver, había estado esperando el momento adecuado para estrenarse el vestido que ahora lucia.

 

Estaba feliz, por fin tendrían una noche para ellos, desde el regreso de Ishaya a Ottery, por eso quería lucir lo más bella posible, había tenido todo el cuidado para su piel y también al seleccionar su atuendo, que constaba de un sencillo vestido de seda negro, de cuello redondo, sujeto apenas por dos finos tirantes que subían hasta sus hombros y cruzaban su espalda descubierta para unirse a la falda justo a la altura de la cintura, el largo, el adecuado para una noche veraniega, entre formal e informal, pero sobre todo romántica y elegante. El atuendo lo completaba unas zapatillas de taco alto y nada más hasta el momento que salió del vestier luego de calzarse.

 

Se quedo parada a unos cuantos pasos de la cama y de su esposo, dio una vuelta despacio dejándose admirar y ante su expresión de encontrarla bonita respondió

 

—Gracias, tu también luces muy apuesto— pero su contemplación al mago fue interrumpida no solo por su cercanía, sino por el beso tierno que deposito en sus labios y un estuche monísimo que puso en sus manos, Cye contemplo la caja y la abrió con sumo cuidado quedando al descubierto un hermoso collar de amatistas montadas en plata cuya forma era la de un cisne, el animal preferido de Cye y el patronus de ambos, aunque con ciertas diferencias.

 

—¡Wuaooo, esta exquisito, gracias!— sus ojos se clavaron en los de él, siempre la sorprendía con detalles lindos a pesar del tiempo que llevaban casados, Ishaya tomo la joya y ella se giro de espaldas a él para que pudiera colocárselo, completando el atuendo, iba perfecto con el cuello redondeado y el hecho de que no llevara ninguna otra joya más que su anillo de bodas para que así las amatistas fueran las protagonistas.

 

—Te amo— susurro al volverse de cara a su esposo sintiéndose atraída por dos brazos que luego la abrazaron, ella puso sus brazos alrededor del cuello y la magia se hizo presente, se sentía en las nubes, sin suelo bajo sus pies, eso debido al beso y también al hecho de que habían abandonado el Castillo Lockhart para ir a posarse en las afueras de una prestigiosa Disco que llevaba por nombre "Dumbledore's Night"

Editado 13 de Mayo del 2013 por Cye Lockhart

[That is not my name]

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El amor se descubre a través de la practica de amar y no de las palabras.

- Paulo Coelho

 

Tomé de la cintura a mi bella esposa y entramos juntos a ese local, apenas cruzamos el umbral nos pudimos sentir cómodos por el ambiente que se tenía. Caminamos hasta una mesa cerca de la pista de baile lo suficientemente privada para que no fuésemos molestados por terceros pero con la fortuna de poder levantarnos en cualquier momento sin tener que atravesar todo el lugar. Pedí rápidamente una botella de champagne, una Moet para ser más específicos, dejando nuestros abrigos en el respaldo de nuestros asientos y acomodándonos sin mayores problemas.

 

- Te amo.

 

Le susurré al oído antes de robarle un beso y tomar su mano izquierda con mi mano derecha una vez que estábamos ya sentados. No esperamos mucho cuando al botella llegó y nos sirvieron dos copas, tomé una para dársela a Cye y la otra la alcé para comenzar con un breve brindis en medio de una canción que apenas comenzaba.

 

 

- Por ti, la mujer más hermosa que jamás podré tener la oportunidad de conocer en esta y tantas vidas. Por nuestra familia que día a día se fortalece gracias a tus tantas virtudes. Por nosotros... porque el amor que siento por ti no podría ser descrito de ninguna manera, simplemente no hay palabras suficientes para ello.

 

Sonreí tranquilamente mientras controlaba mi respiración, por alguna extraña razón se me había hecho un nudo en la garganta... ella me llenaba por completo, eso era indudable...

[Ela Karoline]

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La Lockhart se sentía tan feliz, tan plena al sentirse cerca de aquel mago que desde la primera vez que le viera se había adueñado de su corazón y ella por supuesto no había intentado luchar contra aquel sentimiento tan grande que día a día se hacía más fuerte, más sublime.

 

Ahora se dejaba conducir hasta una mesa apartada en el establecimiento, la música era agradable, las luces aunque brillantes en la pista de baile daban cierta intimidad en el área de las mesas, fue la primera en sentarse, luego de dejar sobre el espaldar del asiento el chal que había tomado para cubrirse pero que no había usado hasta ahora.

 

—No más que yo Corazón— dijo antes de sentir los labios de Ishaya sobre los suyos y luego se perdieron por un par de segundos entre aquel beso y una mirada que pretendía decirlo todo, saberlo todo, robarlo todo y que fue interrumpida por la llegada de la botella que se había pedido.

 

—Y porque tengo a mi lado a la mejor persona, al más dulce amigo y al esposo más maravilloso que bruja alguna pueda soñar— la sinceridad de sus palabras era total, antes de Ishaya soñaba con el amor, pero él se lo había mostrado y seguían descubriendo juntos aquel milagro tan maravilloso de pertenecerse el uno al otro, sin egoísmo, entregándose plenamente y haciéndose uno al lado del otro más completos y mejores seres en lo individual y en lo familiar. El tema de fondo era hermoso y tapo el sonido de las copas al chocar en aquel brindis, todo se conjugaba para darles esa noche especial.

 

—Desde que estas junto a mí, no hay sueño que no me cumplas, deseo que no sacies, a pesar… de que mis expectativas son muy altas y crecen día con día— después de tomar un sorbo de la bebida, Cye un poco reflexiono y otro poco jugo, luego de hacer la pausa y de levantar una ceja y rosar desde los labios hasta la barbilla del mago con su dedo índice lento muy lento.

[That is not my name]

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"Te amo para amarte y no para ser amado,

puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz."

- George Sand

 

No pude evitar sonreír cuando Cye comenzó a jugar con su dedo, tomé su mano y, cuidadosamente, la saqué de la mesa para que pudiéramos bailar a un lado. La música era moderna, muggle sí, pero lo importante era que nos estábamos divirtiendo después de tanto tiempo, a pesar de tantas obligaciones y responsabilidades. Al fin podíamos disfrutar de nuestro matrimonio como cualquier pareja normal.

 

Comencé a tomarla de la cintura para acercarla aún más a mi cuerpo mientras continuábamos moviéndonos al ritmo de aquella melodía; el sonido de nuestras risas apenas y se escuchaba a un par de metros de donde nos encontrábamos pero, para nosotros, era el complemento perfecto. Le di una vuelta con mi brazo dejando su espalda en mi pecho y robándole un tierno beso para que, en seguida, le diera otro giro para regresarla a su lugar aunque, eso si, sin dejar de tomar su mano.

 

- Apuesto a que somos los mejores bailarines aquí, corazón.

 

Otro juego de risas acompañó el final de la melodía, tome a mi amada esposa con ternura del rostro para poder plantarle un beso un poco más apasionado. Todo con control, estábamos en un lugar público.

 

- ¿Me podría conceder la siguiente pieza mademoiselle?

 

Apenas y unos cuantos recuerdos saltaban en mi mente, recuerdos como estos. Al parecer nos habíamos limitado a disfrutar de nuestra relación sólo en eventos familiares y eso eran contados, sólo el primer aniversario habíamos logrado pasar un tiempo perfecto. Pero la noche apenas comenzaba, el recuerdo todavía era vivencia y no permitiría que nada ni nadie lo arruinara ya que todavía quedaba mucho por hacer.

[Sally Sigel]

Bien, al menos no había cometido un error tan grave, siempre podía buscar alguna coartada y alegar que no fue él. Al parecer era la palabra de su hija contra la suya, aunque bufó por lo bajo cuando él mencionó que seguramente la habían obligado.

 

- Una Malfoy... Sabes perfectamente cuáles podrían ser las aspiraciones de tu hija y dudo mucho que la obligaran.

 

Se incorporó al tiempo que él comentaba sobre la presencia de la mesera, quien a un solo gesto suyo se marchó. Se acercó a cerrar la puerta y sellarla mediante magia, para que nadie pudiera escuchar nada de lo que pudieran llegar a hablar o hacer en el interior de la habitación.

 

- Entonces el mensaje que antes enviaste... ¿tenía algo que ver con esto? Déjame adivinar... quieres que sea tu coartada - afirmó mirándolo fijamente a los ojos, tras lo cual se le acercó para sentarse nuevamente a su lado - Eso podría comprometerme mucho y tengo mucho que perder. Antes... lo habría hecho sin dudar, pero ahora es diferente. Aún así, estoy dispuesta a ayudarte en lo que sea necesario - le aseguró.

 

Llenó nuevamente su vaso y bebió un largo trago. Quería despejar desde el principio todas las preocupaciones que pudiera traerle aquel asunto. Ahora menos que nunca necesitaba ponerse así, pero no podía evitar ser sensible aún a todo lo que ocurría a su alrededor. A pesar de todo, siempre lo intentaría, tal vez alguna vez tendría éxito, quizá ésta vez así fuera.

[Ela Karoline]

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La sonrisa de la rubia abandono por un momento sus labios cuando el mago la saco a bailar, eso era fantástico no recordaba desde cuando no lo hacía, obviamente no desde que él se fuera de viaje, y una relámpago fugaz ilumino sus ojos plantando una pregunta no deseada ¿Cuándo volvería a partir? Pero eso, eso no lo pensaría aquella noche, no con una velada que prometía tanto.

 

—Jajajaj, seguro que sí, juntos somos los mejores— bailar era una de las cosas favoritas que adoraba de ambos mundos, muggles y mágicos se divertían practicando movimiento al compas de la música, a veces lentos, a veces rápidos, pero con una métrica que les permitía separarse y volver a unirse, y su marido era un bailarín experto, la guiaba a las mil maravillas y la hacía sonreír además de besarla y por supuesto ella no se oponía y correspondía con amor.

 

—Claro que si Monsieur, será un placer— agrego riendo y estiro la mano libre cual dama aristócrata en baile de sociedad, con toda delicadeza, levanto la barbilla en gesto altivo y volvió a reír, lo único que le faltaban eran los guantes, un abanico y un vestido largo y con mucha tela, además de aquellos peinados elaborados, la imaginación de la bruja era muy vivida, y él la avivaba con cada detalle y con cada momento que compartían.

 

—Cada vez que estamos juntos— se acerco sin que sus miradas se extraviaran —Siento como si naciera de nuevo, ¡gracias!— y a sus palabras le siguió un suave y dulce beso como si en el quisiera entregarle toda la dulzura que poseía, cuando separo sus labios de los del mago, sus brazos descansaban sobre los hombros masculinos y sus manos acariciaban la parte baja del cabello. ¿Qué había pasado con la música? Pues nada seguía sonando aunque ella durante aquel instante ya no la escucho.