Doyle´s (MM B: 104907)

[Atria Black]

La camarera que la atendía era sumamente eficiente y en tan solo unos pocos minutos habia llevado el suculento pedido hasta ella , definitivamente la atención era veloz en aquel restaurante , tanto que dejaba en muy mala posición a aquellos cuyo nombre rezaba comida rápida apero solían tardar enormidad de tiempo en servirte el plato mas simple.

 

La vio marcharse hacia dos personas no muy lejos de ella , así que supuso que si quería algo mas podría pedírselo mas tarde después de todo parecía que se disponía a tener una amena platica con aquellos dos clientes.

 

Estaba comenzando a trozar la carne de su plano cuando la voz de May la desconcertó pero no tardo en ponerse de pie para saludar - Buenos días May mi vida bien un tanto ajetreada pero bastante bien ,¿ como has pasado tu los días? - preguntó ella mientras le hacía una seña invitándola a ocupar el asiento frente a ella - Quieres ordenar algo - añadió pues se le hacía de muy mala educación comer sola mientras su madre se encontraba frente a ella.

[Helen Evans]

- ¡Un labial rojo! Llevo buscando un tono rojo perfecto desde hace mucho - dije sonriendo - encontré un tono casi perfecto en una boutique hace mucho, pero efectivamente no era barato; aunque lo valía - luego a la mención de España, añadí - algún día me gustaría regresar a España - le dije a Nats, tal vez podría ir a la tumba de mi bebé - ¡Podríamos ir juntos! - luego añadí rápidamente - Si quieren... claro

 

Traje unas limonadas para los tres, y mientras tomaba un poco de ella los escuché hablar sobre nuestros miedos.

 

- Si, les tengo miedo aún - le respondí a Fokker, pero entonces vi la mirada sarcástica de Nats. Pero decidí no hacerle caso, si le dijera lo que apareció en mi boggart a Fokker, empezaría a preguntar porqué pensaba eso... y porque tenía tanto miedo al abandono. - Exactamente, perros de colores muy alegres. Bueno, no les tengo miedo, pero tampoco un cariño especial a las tortugas

 

Escuchaba hablar sobre la medalla, y me sorprendió saber que Nats creció en un orfanato y que Fokker no sabía quien era la madre; vivió en España y aunque tenía ciertos rasgos de Fokker, podía distinguir un cabello parecido al mio. Sabía que no podía ser cierto, pero aún así me aventuré a decir:

 

- No sabía que habías crecido en un orfanato, ¿la caja musical es la que se te cayo en la clase de rol básico? - recordando que apenas le había dado una mirada, añadí - ¿Podría verla algún día?

 

Y luego en dirección a Fokker, tratando de parecer bromista y mantener el ambiente ligero le dije:

 

-¿No sabes quién es la madre? - y arriesgándome demasiado continué - yo recuerdo esa medalla, me la enseñaste una vez hace mucho.... pensé que se la darías a tu novia de ese entonces, era... ¿Rebecca? ¿No es ella la madre de Nats?

 

Me intrigaba mucho, como había llegado aquella medalla a Nats, si yo me la había llevado y había enterrado con ella a mi hija, no había forma de que fuera la misma; a menos, claro, que Fokker hubiera mandado a hacer un ciento de ellas.

[Juliene Black Lestrange]

May Black Lestrange

― Ajetreados, Atria, creo que tu gozas de un poco más de libertad que yo.

 

Reacomodó su posición en la silla, era extraño utilizar tu propio negocio para beneficio propio, perfectamente podía pedir lo que quisiera y eso no afectaría para nada las ganancias, Doyle´s iba viento en popa, era lo bueno. Aunque si de algo debía quejarse era de la irresponsabilidad de sus otros socios, ni siquiera se habían dignado a visitar el local, por lo menos por cortesía.

 

Los negocios eran una cosa difícil y en un lugar tan competitivo como Diagon muchísimo más, era primordial estar al pendiente de las ganancias, lograr que los clientes nos funcionaran como medio de propaganda y armar un plan de mercadeo lo suficientemente ideal para que el abandono huyera al intentar apoderarse de los locales. Sí, su vida era por demás ajetreada y era curioso que hasta ahora se diera cuenta de ello.

 

Empleados como Carlos, Helen, Joa, Slyfer y la mismísima Nats hacían la carga un tanto menos pesada, sin embargo, siempre era bueno verificar que todo anduviera bien. Sabía de las consecuencias de abrir un local en Diagon y aun así lo había hecho, por si fuera poco tenía en mente abrir otro pronto. Lo que pondría tres responsabilidades sobre sus hombros: Doyle´s, Rendez Vous y ese futuro negocio que inauguraría junto con su hermanastro.

 

Su trabajo como jefa de oficina iba de mil maravillas, tras la pista de un asesino serial que no tenía idea de dónde provenía, pero que además de eso planeaba hacer destrozos en Londres y sus alrededores. Sonrió internamente. No tenía que quejarse de que su vida fuera monótona, al menos. Claro aún no sumaba las responsabilidades que tenía con el bando, las mil y un pruebas que debía superar antes de que esa ansiada marca estuviera en su antebrazo y por si fuera poco debía velar porque su identidad nunca estuviera en peligro.

 

Si, era una vida por demás ajetreada.

 

― Sí, creo que sí… Carlos, querido, tráeme lo de siempre―mencionó al Cartairs―. A ver cuéntame… ¿qué tal tus hazañas por Diagon? ¿Cuántas tiendas has visitado para gastar los ingresos familiares?

 

---

http://i.imgur.com/BP6OYtO.png

De inmediato que las palabras fueron emitidas por la castaña el bailarín fue sentenciado a cumplirlas. Negó brevemente ante semejante pensamiento y siguió su andar hasta las cocinas, sabía bien que los elfos no lo consideraban grato, pero… ¿qué podía hacer él? También trabajaba ahí y no podía irse así como así, sólo para complacerlos.

 

― La jefa quiere lo de siempre―mencionó con voz solemne, como si se tratara de una obra de teatro.

 

En ocasiones como esa extrañaba a su antigua profesora de baile, ella soltaría una reverenda carcajada ante su actitud dramática, pero en cambio aquellos seres sólo lo miraban con desgano. Suspiró, esperando porque el plato de May estuviera listo. Afortunadamente no tardaron mucho en darle su exquisito pedido, por culpa de aquella castaña se haría adicto al olor de ese platillo.

 

― Aquí tienes, querida― mencionó colocando sutilmente el plato frente a la Black Lestrange― Que disfruten la comida― fue lo último que emitieron sus labios antes de volver a su lugar de trabajo.

[Mery Gaunt Karkarov]

Mery Anne Haughton

 

La pelirroja caminaba con paso rápido hacía Doyle's. No sabía porque quería ir a aquel lugar pero lo necesitaba. Vestía un vestido negro y unos tacones de aguja del mismo tono que el vestido. Su cabello lo llevaba suelto y liso quedando así por debajo de la cintura.

 

Llegó hasta las puertas del local empujando la puerta con gran fuerza. Entró con lentitud mirando así a todos los presentes en el lugar aunque por el momento solo quería tomar un trago. Se sentó en una banqueta de la barra y miró a los camareros.

 

- ¡Camarero! -dijo con voz elevada a uno de los chicos-. Sirve me un vodka por favor -se limitó a decir para después esperar a que se lo sirviera.

[Atria Black]

-Si bueno supongo que tú tienes más trabajo aquí en Londres , yo estoy ocupada con otro tipo de cosas tratando de resolver un problemita y la verdad creo que tendré para mucho tiempo con el tema , si no es mucha intromisión ¿A qué te dedicas con exactitud? - comentó la chica mientras pensaba en cual seria el trabajo que realizaría su madre para estar siempre tan atareada.

 

- Mis hazañas por Diagón , pero si yo solo vengo a este lugar para comer o por artículos de primera necesidad lo normal cuando llegas a un nuevo lugar podría decirte que unas veinte no las he contado en realidad - respondió ella con aire pensativo.

 

Desde hacía ya un mes que se encontraba en Londres y se había dedicado a recorrer ese Callejón tantas veces que ya podía recitar de memoria la disposición de muchos de los locales ,algo que era un poco extraño en realidad pues en Moscu nunca habia visitado tantas veces el mismo sitio para ir de compras aunque en realidad conocía tan poco de Londres que no estaba segura de si habían mas lugares como aquel en que pudiera usar su magia sin importunar a los muggles.

 

May habia pedido un platillo al mesero y este no había demorado nada en traerlo por lo que la joven se sentía mucho mas comoda y dispuesta a disfrutar de su platillo cosa que no tardo en hacer.

[Helen Evans]

Apenas había terminado de hablar, cuando otra bruja entró al local, iba sola y fue directamente a la barra; estaba a punto de levantarme e ir por la cartilla de platos, cuando pidió un vodka, como vi que todos los camareros estaban algo preocupados, me levanté de la mesa, no sin antes decir:

 

-No sigan hablando sin mi

 

Aún quería oír sus respuestas, las cuales probablemente solo me terminaran convenciendo de lo evidente, mi hija estaba muerta, yo la había visto, la había enterrado. Me dirigí a la barra, y pedí un vodka al barman que no demoró prácticamente nada en tenerlo listo, tomando el vaso y una servilleta me dirigí al lugar de la pelirroja.

 

-Bienvenida a Doyle's, aquí tiene el vodka, si se le ofrece alguna otra cosa, no dude en llamarme - dije con una sonrisa antes de retirarme a mi mesa.

 

-Entonces... ¿En qué estábamos? - pregunté nerviosa cuando regresé al lado de Fokker y Nats

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

Noto cierta incredulidad en los ojos de Nats, cuando oyó el comentario de Helen sobre los perros, sabría algo mas. Bueno no creyera que su novia le ocultara algo, por lo menos no ahora, así que no le dio mucha importancia. Siguió pensando en otra cosa que ella había dicho, y regreso a esa parte de la conversación ahora.

 

—Hasta que por fin se donde estuviste— dijo el chico al escucharla decir que estuvo en España. Pues por mucho que le había preguntado, ella siempre evadía su pregunta.

 

—Y que hacías por allá?— pregunto, porque tenia mucha curiosidad. Este era el momento, porque tal vez no se lo diría en otra ocasión. Y ademas porque pensándolo bien, que hacia ella en España, no sabia que ella tuviera familia por allá, siempre hablaban de Perú, pero nunca ella había mencionado al país ibérico, como un posible destino, y mas si el viaje era después de salir del colegio. Si las fechas coincidían, esto empezaba a tener mucho sentido, pero...

 

El comentario sobre la medalla de parte de Helen, lo volvió a la realidad. En verdad se la había mostrado, no era posible, no lo era.

 

Regreso al pasado, esa noche, después de aquel baile que nunca olvidaría. Cuando estaba tan hermosa, cuando aun era su amiga. Tenia pensado regalarle aquella medalla, que tenia bien guardada, pero que no pudo porque... porque aquella noche dejaron de ser amigos, para ser lo que ninguno de los dos había querido reconocer hasta ese día, pero que sus corazones lo gritaban silenciosamente.

 

El había despertado solo y no la encontró junto a él. Pero no demoro mucho en encontrarse con alguien a quien había considerado un juego. Porque él era un prefecto idi*** a veces y había llevado una relación extraña con una bruja, a quien no amaba: Rebecca. Que hacia ella en su habitación, pero no lo miraba con buenos ojos, pero no quería recordar aun lo que paso ahí.

 

Lo que si recordó, es que luego de algunos días sin saber nada de Helen, cayo en la cuenta que la medalla había desaparecido. La busco pero no la encontró, supuso que la perdió o que Rebecca se la robo. Había muchas posibilidades, pero si Helen no estaba, no valía la pena recuperar la medalla. Y fue cuando regreso a Perú.

 

—No recuerdo que te la haya mostrado— dijo finalmente volviendo al presente, y mirándola de frente a los ojos.

[Helen Evans]

Estaba hablando demás, y eso solo con una limonada, agradecía que no trajeran nada con alcohol, me dolía mentirle a mi novio, pero ¿cómo podría causarle tanto dolor? Decirle que tenía una hija, solo para luego decirle que aquella niña estaba muerta. Sacudí mi cabeza para alejar aquella idea que cada minuto se volvía más difícil de ocultar, tal vez nunca debí regresar a Londres.

 

Así que decidí pensar en alguna mentira, otra más a la lista, gané tiempo tomando un gran sorbo de mi limonada, veamos… ¿qué podría decirle que sonara creíble? Bueno, el no sabía nada cuando me fui, ni siquiera sabía cómo descubrí que mi madre era Pandora. Tenía una idea.

 

— Bueno, mi madre, Pandora tenía una perfumería en Francia y me invitó, allí conocí a una amiga suya, Hilary, te conté de ella, ¿recuerdas? Bien, esa amiga me llevó luego a conocer España. Me demoré mucho tiempo, porque bueno… quería alejarme luego de… la fiesta de graduación.

 

Inmediatamente después de decirlo, me di cuenta de mi otra idiotez, cometida recientemente, él sabía que Hilary era mi madre adoptiva ¿cómo le explicaría que Hilary me adoptó cuando yo sabía que mi madre era Pandora? Aún peor, ¿Cómo tenía a Pandora y a Hilary, si supuestamente yo tenía una madre peruana?

 

La bola de nieve iba creciendo, a cada segundo, a cada minuto, me amenazaba con caerme encima, pero estuve a punto de atorarme con la observación de Fokker, ¿por qué él estaba tan atento a esos detalles? Yo sabía que aquella noche no había significado nada para él, entonces, ¿Por qué justo ahora tenía que hacer uso de una buena memoria?

Suspiré, Nats y Fokker me miraban atentamente, hice lo único que se me ocurrió a pesar de sabe, que eso despertaría el enojo de Fokker, no se me ocurría nada más. Lo ignoré.

 

— Cuéntame Nats, ¿Cómo era el orfanato? — dije a la chica volteándome y dándole por completo la espalda a mi novio.

[Fokker]

Fokker Cygnus

 

Esta vez la escucho con atención, cada detalle, y con cada una de sus palabras se daba cuenta que nada tenia sentido. Porque lo hacia, que trataba de ocultar. Termino su limonada de un trago, viéndola directo a los ojos. Y se imagino que tenia la misma cara de su hija, cuando hablaron de los boggarts. Pero en realidad era un mirada de que no le creía nada.

 

Esperaba la respuesta a su ultima pregunta, porque ahora sabia que nada estaba bien. Y que tenia mucho que explicar, pero otra vez la respuesta de indiferencia, y con una pregunta algo de lo mas extraña. Pero esta vez no estaba dispuesto a dejarlo pasar, tenia que mantenerse firme, porque tal vez no podría preguntarle de nuevo.

 

Y era de lo mas simple porque no olvido aquella noche. Que acaso aun lo dudaba, que no bastaba con todo lo que habían pasado hasta ahora. Que no era suficiente con lo que le había demostrado en aquella lejana noche, cuando al fin abrió su corazón, porque recién se dio cuenta que era a ella a quien quería.

 

—No, esta vez no Helen— pronuncio con una voz que no parecía suya, tal vez al fin surgía en algo su ser interior que aun no había mostrado a ella. —Dime como sabes de la medalla?

Porque algo le decía que ese algo era muy importante para su vida, para sus vidas y ya era hora de que el lo supiera y ella no se iría de ahi sin decirle la verdad plena.

[Helen Evans]

Su voz me dio miedo, giré y vi algo en su mirada que me asustó, sus ojos habían cambiado ligeramente de color, justo como <<Farkas>> pensé. Sacudí la cabeza firmemente y aparté esa idea de mi cabeza, ¿Por qué tenía que regresar el pasado? Yo estaba muy bien como estaba, con la vida que tenía ahora.

 

<<Egoísta>> dijo una voz en mi cabeza, y si, era egoísta negarme a decir algo, no quería compartir mi dolor por la muerte de mi hija con nadie más, no quería compartir todo lo que había pasado. Y sin embargo si esa niña estuviera viva… miré instintivamente a Nats y el collar que llevaba puesto.

 

No solo eso, vi los rasgos de Fokker, pero vi rasgos míos también, si ella fuera mi hija, al no hablar antes, le había negado muchas cosas, igual que a Fokker. Pero eso no era cierto, Nats no era mi hija, esa bebé estaba muerta y lo sabía; lágrimas invadieron mis ojos de inmediato, no iba llorar, y menos aún delante de Nats.

 

- Tengo trabajo que hacer

 

Pobre excusa, pero no podía más; sin mirar a ninguno de los dos, ni a ninguno de los presentes, subí corriendo hacía el segundo piso; parecían siglos atrás cuando habíamos ocasionado aquel desastre con Fokker, y ahora, todo estaba de cabeza.