~ Mansión de la Familia Malfoy ~ (MM B: 100774)

[Vrael Myrddin]

Con las cosas serenas aun en ese momento, Vrael apuntó a una estatua de Aquiles –Morpos –dijo a susurrando tratando de hacer el menor ruido posible, aun así el hechizo salió perfecto y la estatua de dos metros cúbicos se transformó en un increíble lobo siberiano albino, con ojos celeste y el otro negro, un tanto tétrico pero hermoso a la vez. Su complexión era la de un animal adulto con fieros colmillos y afiladas zarpas, tenía la orden de protegerle a él en todo momento, aunque quizá más tarde las cosas cambiaran.


–Morphos– volvió a decir esta vez apuntando a una piedra que había en el camino de Grava, la cual tenía una masa suficiente para transformarse en una araña viuda negra dulta, con sus mortal veneno dispuesto a inyectárselo a cualquier enemigo, las consecuencias serían nefastas si aparecía alguien del otro bando seguro

 

[Lisa Weasley Delacour]

- Necrohand - Dos manos fantasmales y del tamaño de un hombre adulto hicieron acto de presencia ante mi persona, estas, como un solo ente, tenian la mision de cubrir todos y cada uno de los flancos de mi cuerpo, para que asi nada de lo que se me enviase pudiese darme, podian aparecer y desaparecer, con lo cual no me molestaban al apuntar, ellos seguian dentro, yo fuera, todo iba a dar comienzo, era la hora de la verdad, estaba loca, si, pero era leal a mi bando.

 

Cuando ya estaba protegida por mi conjuro oscuro, entre a la mansion, a la misma habitacion donde se hallaban mis enemigos, situandome, como ya dije hace años, a diez metros de estos y ocho de mis camarads y a cinco de otod objeto que pudiese ser mutado - Fuego maldito - La llamarada en forma de leon partio para derribar al fenix de Mei, aquel animal que si no se acaba con el, seria una defensa derrea para la mujer, que a diez metros de mi, observaba con calma la situacion - Hoy seras tu quien pierda....

[Gyvraine C. Sullivan]

Un escozor en el antebrazo izquierdo le sacó de pronto de su aletargo, tenía tanto tiempo que no sentía aquella punzada que se tomó todo un minuto en deleitarse con la sensación. Una media sonrisa apareció en su rostro antes de hacer aparecer su varita en su mano derecha, para después pasarla frente a su rostro y apareciera ante él una máscara e invocar un par de hilos fantasmales que formaron su negra túnica.

 

- ¿Y ahora qué? - susurró con molestia y arrugando un poco el entrecejo - Ya voy - siguió refunfuñando, girando sobre sus talones y sintiendo como la oscuridad la envolvía. Cerró los ojos y simplemente espero a que el viaje terminara, el único pensamiento en su mente era aparecer justo donde estaban sus compañeros.

 

Al sentir que la opresión de su pecho se había marchado, abrió los ojos y se encontró a las afueras de la Mansión Malfoy, de nuevo había invasores apenas ésta había abierto sus puertas. Gyvraine simplemente negó con la cabeza y buscó con la mirada a sus compañeros.

 

- ¿Hola? - saludó - ¿Qué se supone que buscan aquí? - preguntó, girando su varita entre sus dedos, sabiendo que de respuesta tendría miles de hechizos para recibirla - No creo que los dueños los hayan invitado a la inauguración.

[Lisa Weasley Delacour]

¿Habia entrado a la mnsion Malfoy o lo habia soñado? Era raro, muy raro, sun asi estaba preparada para el combate, tenia ganas de matar y que mejor que calmar mi adrenalina con esos polluelos de cierco con egos enormes – Vamos – Le dije a mi camarada antes de salir en dirección a aquel imponente edificio, hice acto de presencia ante la verja de la masnion, a unos cien metros de ella y asintiendo ante mi comandante, avance por los terrenos hasta llegar al lugar de la batalla.

 

Una mascara negra en mi rostro impedia que se me reconociesen los rasgos, en aquellas ocasiones era esencial la privacidad – Bueno, pues aquí estoy, esta vez si – A diez metros de todos mis rivales, a ocho de mis camaradas y a cinco de todo objeto que pudiese mutar, estaba con la adrenalina a tope para empezar con el combate. La mascara; lista; la varita; preparada y las ganas de matar; corriendo por mi espina dorsal. Era la hora de la venganza.

 

Mi ropa era sencilla, un patalon corto azul y una camiseta de tirantes, descalza y con el pelo suelto, rebelde, como a mi me gustaba. En los jardines, ante los odefos y sintiendo la fuerza del tatuaje quemar.

[Arya Macnair]

Estaba anonadada por todo lo que sucedía a su alrededor, no había tenido tiempo a reaccionar, los Mortífagos habían aparecido, y aunque no estaba en sus planes, debía actuar, para cuando tenía su varita lista, una figura oscura frente a ella se vio afectada por un encantamiento confundus de un miembro de la orden, en ese mismo instante mientras sus azules ojos observaban la nefasta máscara del contrincante, dos rayos verdosos llegaron hasta su cuerpo, volteó con rapidez,, la Potter Black y la Delacour se habían puesto de acuerdo, y ahora, aquella persona yacía sin vida en los jardines de la Mansión Malfoy.

 

 

Con una simple mirada a su compañera supo lo que debía hacer, corrió hasta donde el cuerpo y lo tomó, como pudo ya que era mucho más pesado que ella, era un muchacho, era evidente; con el cuerpo del Mortífago a cuestas, hizo todo el recorrido que horas antes había hecho con todos los Miembros de la Orden, sudaba tras la luz que le tapaba el rostro, aquello la estaba agotando, - Tonta - se dijo, y sacando su varita dijo - Levicorpus - en ese momento el cuerpo se elevó casi un metro del suelo y así pudo terminar su recorrido. Fuera de los terrenos Malfoy, tomo nuevamente el cuerpo desvanecido y cerrando los ojos se concentro en su nuevo objetivo, - Abaddon - dijo para si, recordando su clase de aparición, y en un abrir y cerrar de ojos de encontraba en la Prisión para mortífagos caídos.

[Jank Dayne]

— Confundus

Pensé inmediatamente. No lo sé, me gustaba mucho usarlo y como estaba iniciado en aquel entonces, lo mejor era aprovecharlo según mi juicio. El hechizo logró desorientar a Gyvraine, quien en esa ocasión no reconocía. Pero mi conjuro sí, lógicamente. Así que la confusión invadiría en su mente, tanto, que se le imposibilitaría realizar cualquier acción cotidiana así fuese de lo más tonta. Agacharse, dirigirse hacia algún sitio sin tambalearse o caerse... Cosas por el estilo.

— Limitate — dije, y apenas lo conjuré Gyvraine se vio inmersa en el poder de aquello. A partir de entonces, ningún conjuro expresado en rayos o invocaciones podrían hacerse efectivos debido al bloqueo que proyectaba mi hechizo. Estaría en problemas, porque se notaba a leguas que no era una que se quedaba con las manos vacías. Por último, conjuré un Floreus a la misma Gyvraine. Su varita tendría efectos similares, pero saldrían flores en lugar de cualquier otro hechizo.

[Afrodita.]

La Mortífaga fruño el ceño enojada, escucho ruidos desde su habitación en la mansión. Vio como escuchaba pasos, algo completamente diferente, se sentía en el ambiente. Ella ni siquiera había salido de su habitación pero sabía los pronósticos de que había una redada, su tatuaje le comenzaba a picar, así que con un simple movimiento de varita cambio su bata por una túnica gris y se dirigió hacia donde estaba los fenixianos.

 

-Tan tarde, si será antojosos- - Pensó la Banshee tenía la máscara color plomo puesta que tapaba su identidad, era hora de defender su mansión donde vivía su familia, sintió como una parte de ella misma se emocionaba, ellos serian su postres. Sacó su varita fijándose en un conteo mental.

 

-¿Nos esperaban? -Susurro, poniendo una distancia de 11 metros de cualquier enemigo que se le acercará, llegado justamente en los jardines de la mansión. Era hora de defender donde vivía.

[Vrael Myrddin]

Muchos mortífagos estaban llegando, eso se pondría interesante, el muchacho que entró en conjunto con sus compañeros a registrar la mansión los veía aparecer. Mientras registraba una sucesión de ataques de la cual no entendió mucho pero si lo suficiente para saber que se encontraba perfectamente.


Floreus –dijo apuntando a Lisa en el acto su hechizo hizo efecto en el mortífago que aparecía, un hermoso ramo de orquídeas saldría de la punta de su varita cuando esta pretendiera usarla, anulando completamente cualquiera de sus acciones. Por suerte fue más rápido que el fuego maldito que esta había tratado de invocar, pero solo salieron flores pues el muchacho había sido más rápido. En eso también manda a su lobo a morderle la mano con la cual sujetaba la varita y luego la otra. También mandó a su araña para que esta inyectara su letal veneno al inmiscuirse por las ropas de la mujer mortífago.


Expelliermus – Dijo apuntándoles de nuveo a la mortífago Lisa, y un rayo azul de proporciones y bastante veloz salió de la punta de la varita, la idea era que este diera de lleno en Lisa, y así su varita saldría volando a cinco metros a su izquierda, y quedaría indefensa y desarmada.

[Lisa Weasley Delacour]

- Necrohands - Dos manos fantasmales aparecieron, eran de un tamaño parecido al de un hombre adulto, estas me protegerían de todo lo que se me mandase, además podían aparecer y desaparecer, con lo que era imposible que me molestasen al apuntar, tenia un floreus encima, pero como las necros se invocaban sin varita no pasaba nada. Ademas me protegían del rayo que Vrael me habia enviado.

 

- Detritus - Pronuncie con claridad al ver como las varitas de mis rivales se movian para ejecutar su primer conjuro, la neblina de color verde que salio de mi arma magica cubrio toda mi anatomia, por completo, ningun flanco podia ser herido, cosa que agradecia enormemente al ver me rodeada de tantos polluelos de alto rango. Bien sabia que aquello no duraba por siempre, solo dos turnos, pero eso me bastaria para poner mi estrategia en marcha, era ahora o nunca, la marca daba la cara y yo tambien ,por mis ideales daria todo, incluso mi vida.

 

[Afrodita.]

La Malfoy comenzó a sentir la adrenalina de momento. Parecía que su deseo se había cumplido, feliz de la vida levanto su varita, aún manteniendo la distancia de sus enemigos, no estaba para andar cometiendo errores de principiantes.

 

 

-Sectusempra -

 

Un rayo color escarlata salió de su varita, proyectándose hacía el cuerpo del Fenixiano Hark con intensiones de dejarlo gravemente herido con cortadas que lo dejaría al borde de la muerte si no se curaba junto a tiempo.

 

 

-Experlliarmus-

 

Un rayo color amarrillo salió de su varita, directo hacía Hark, sacándola de su mano y alejándola unos cuantos metros.