Clinica Santos Mangos (MM B: 87868)

[Sherlyn Stark]

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Era una hermosa clínica, no muy diferente a San Mungo, pero no dejaba de tener características particulares. Por lo que tenía entendido era una clínica privada que, la utilizaban para emergencias, y por diversas causas. Se interesó, más que nada, en los muggles que habían ingresado recientemente, sí es que aún no se habían retirado. Desconocía si Sean les había borrado la memoria, esperaba que sí, ya que de lo contrario no podrían irse a vivir una vida normal.

Sentía un fuerte e inaguantable olor a antiséptico, y podría deberse por ser la primera vez en visitar el lugar, ya que los demás no se percataron. Le encantaba ver la decoración de los sitios, e intentaría distraerse observando la hermosa entrada de cristal opaco, dejando que se adelanten. Recordó la preocupación que sentía por los pobres muggles que habían llegado días atrás. Al darse la vuelta, no veía ninguna enfermera cerca, así que lo más apropiado era preguntar a la recepcionista.

Se acercó a sus compañeros de departamento que, ya estaban delante de la señorita que se encargaba de la recepción, y se sobresaltó al escuchar la terrible risa de la jefa de Revensiones. En realidad, no existía persona en el mundo que no la haya escuchado semejante risotada.

— Amya —nombró la castaña, sin todavía percatarse a qué se debía el acto, pero al observar a su compañero se borraron todas sus dudas—, pobre señor, no es bonito reírse de sus desgracias —comentó, aunque por un lado creía que se lo merecía por tratar de matar a las mascotas del departamento.

[Matt Blackner]

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Heliké se quedó pensativa un momento tras el susto inicial, mirando a los muggles. A falta de Sagitas, y siendo ella la nueva jefa de los desmemorizadores, debía empezar a hacerse cargo, asi qeu pensó qeu la mejor idea era hacer pasar a los muggles a una sala con la excusa de rellenar un formulario para que les atendieran o ve a saber que y asi aprovecharía para "desmemorizarlos en masa"

 

Podría servir. No parecen heridos, tan solo desconcertados y asustados. Cuanto más tiempo ahorremos mejor. - dije, sin darme cuenta de que Heliké empezaba a notar el olor a sangre, aunque hasta para mi era evidente.

 

Tras hablar con los muggles, al parecer más confiados con la prima después de su actuación con la jeringa y aquel pobre tipo, todos comenzaron a seguir mansamente a celadores y enfermeras qeu andaban intentando ayudar, cuando la prima me apartó.

 

Me miraba con cara de muy mala leche, cosa que si era sincero no me gustó nada de nada. Se había dado cuenta de todo, iluso de mi qeu pensaba poder ocultarlo. no me quedó otra que seguirla hasta un box apartado. Alli cerré la puerta.

 

- Estoy bien prima, de verdad. - mentí.

 

Pero aun asi algo me decía que lo mejor era hacerle caso y acabar cuanto antes. Tan solo esperaba que no decidiera, como seguramente no iba a disgustar nada a Sagitas, que lo mejor para mi acabaría siendo pasar la noche en la clínica. No, de eso nada.

 

Dejé la camiseta sobre un pequeño taburete y me giré hacia l aprima. Había aplicado conocimientos de primeros auxilios a toda prisa en mi despacho de indebidos antes de salir corriendo hacia alli para ayudar en lo qeu pudiera, pero evidentemente ni por asomo aquello había bastado para curar las puñaladas que me había causado yo mismo gracias a la acción de aquel cuchillo ceremonial en la Rambaldi. Las vendas estaban empapadas de sangre, seguramente porque la herida volvía a estar abierta y sangraba después del encontronazo con el muggle nervioso.

 

- deberíamos acabar con el trabajo. - dije.

[Helike R V PB]

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Misión Ministerial

 

Negué con la cabeza. No, claro que no estaba bien, le salía sangre del abdomen y si no se curaba enseguida, podía sufrir graves pérdidas, debía de actuar rápido. Era cierto que no era una sanadora, pero era enfermera y sabía exactamente lo que tenía que hacer. A pesar de no tener el título de primeros auxilios, no era tan boba cómo para no hacer las cosas cómo debería de hacerse.

 

Al menos me hizo caso en el tema de ir a un box. Cuando entramos, le dije con una mano que se sentase en la camilla, y luego yo, fui preparando los diversos brebajes que necesitaría para recomponerse del todo, al menos, si mi memoria no fallaba, cómo en tantas otras ocasiones, necesitaría de unas tres, porque cuando "moría" a manos de los mortífagos que ahora eran mis compañeros y resucitaba en San Mungo, siempre me daban varias pociones diferentes para recuperar las energías, además de aplicar diferentes hechizos sanadores al cuerpo malherido.

 

Después de coger las botellitas de pociones que necesitaba, las puse en una bandeja y al girar vi el torso desnudo de mi primo, casi se me cae la bandeja por los nervios, pero pude aguantarme durante un momento y la verdad era bastante atractivo a pesar de las cicatrices que tenía. Puse las cosas encima de la camilla y me puse unos guantes. Con delicadeza le indiqué que se pusiera cómodo, mientras le iba sacando las vendas ensangrentadas. Mordí el labio, porque aparte el olor de la sangre me atraía a probarla y debía de contenerme... Para distraerme, le pregunté:

 

-¿Puedo saber cómo te hiciste ésto? -le dije con calma, ya que no quería enfadarme, suponía que él no tenía nada que ver pero a saber cuanto tiempo había estado así, desde que habíamos salido de la Mansión Rambaldi.

 

-Habrás perdido mucha sangre -comenté preocupada- tendrás que tomar una poción reabastecedora -le dije...

 

Cuando saqué los apósitos hice una pequeña bola y las tiré hacia un lado, cogí mi varita mágica y le apliqué varios "episkeys" hasta que se cerraron completamente las heridas y con un encantamiento limpiador le saqué la sangre seca que tenía y por si acaso, usé díctamo para que no le quedase ninguna cicatriz. No quería evitar riesgos innecesarios.

 

-cariño -le dije con delicadeza -debías de contarme ésto al principio cuando entraste, creo que si lo llega a saber tu madre te mata a ti por haberte hecho eso y a mí, por no curarte cómo es debido -y mordí el labio inferior para no soltar una carcajada.

 

Le di un suave beso en los labios y cuando me aparté le comenté con ternura:

 

-Tienes que tomarte éstas pociones, son bastante desagradables -le avisé- pero por tu bien y el mío, será mejor que lo hagas. Una es una poción restablecedora de sangre y herbovitalizante para que te devuelva la enegía -informé- tienes suerte de que conozca ésto sin ser sanadora -le dije guiñándole un ojo. No quería comentarle nada del pasado que había tenido y quizá no sabía si debía de decirle en dónde me había metido. Era mejor que de momento, no supiera nada. No quería que nada ni nadie le hiciese daño.

 

Aún estaba con el torso desnudo y la camiseta estaba ensagrentada, pero por mucho que la limpiase seguramente tendría un agujero, así que, sin poder evitar reírme le comenté:

 

-Ponte ésto -y le tendí una camisa de un color verde, el de los sanadores en dónde había muchas en el otro extremo de la habitación y se cambiaban cuando se manchaba del líquido vital-si te preguntan, diremos que, tuviste un accidente viniendo hacia aquí y que tuvimos que curarte -le hice una carantoña en la mejilla.

 

- Ahora vamos, tenemos que sacar esos muggles de una vez de la clínica -comenté fastidiada, porque después tenía que hacer los informes, aunque, de vez en cuándo no podía apartar la mirada al pecho de mi familiar... Si es que estaba ¡tremendo! (jajajajaj) Definitivamente si él estaba cerca, no podría trabajar cómo era debido.

Editado 11 de Agosto del 2014 por Heliké Rambaldi Vladimir

[Adrian Wild]

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Casi ni me percaté de la enorme risotada que lanzó Amya al verle la cara a la recepcionista. Realmente no me molestó, porque casi prefería que dejara de contenerse como había hecho durante todo el camino. Era un gasto de fuerzas tonto, ¡pero si estaba más roja que el globito del departamento! Omití su risa, sin dejar de mirar a la recepcionista, intentando no girar la cabeza para que nadie más del hospital pudiera verme.

 

Lo que sí me sorprendió y escuché con atención fue el comentario de Kirara. ¿En serio estaba defendiendo mi dignidad, a pesar de haberme acusado de ser un "asesino de mascotas" apenas hacía unas horas? La miré con los ojos como platos, olvidándome de mi portuberancia facial. Aunque después, los entorné un poco, intentando averiguar si en aquellas palabras había algo de burla. No, no lo parecía.

 

Entoncces vi a una mujer mayor que me miraba muy fijamente, boquiabierta.

 

- Sí, señora, es lo que parece, y usted no está adoptando una postura muy apropiada dada la situación.

 

Cerró la boca y se fue a sentar a uno de los asientos de espera, abanicándose con unos papeles que llevaba en la mano. ¿Era muggle?

 

- Bueno, ya que no sale de su asombro -le dije a la recepcionista-, iré yo mismo a los boxes.

 

Me encaminé a los receptáculos donde se curaban las urgencias leves (físicamente hablando, porque aquello para mí era grave) y entonces vi a Heliké y a Matt. No me paré a pensar si tenían cosas importantes que hacer.

 

- ¡Ey! Necesito tu ayuda -tomé a mi nueva jefa (algo a regañadientes) del brazo y la arrastré junto a mí a un box-. Como puedes ver, necesito ayuda -le dije señalando mi extravagante "nariz"-. No recuerdo ninguna poción que solucione estas cosas, ¿qué hacemos?

 

Sabía que Heliké tenía experiencia de la clínica y aunque no sabía si contaba con conocimientos de Primeros Auxilios, entre su experiencia, la mía y mis conocimientos en pociones, algo podríamos hacer.

[Amya An]

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Provenientes del MM

por cuestiones ¿distintas? ;

Adrian - Kirara - Amya_An.
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La bruja llegó a duras penas hasta el borde del coso de la recepción solo para sujetarse de allí con una mano mientras que con la otra se apachurraba la barriga que le dolía de tanto reirse. Estaba a punto de desmayarse a falta de aire (!) y de seguro por éso, el personal sanador tendría que hacer una maniobra de emergencia ... ¬¬ dándole con un mazaso en la cabezota ^^ para que se estuviese quietecita (?)

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No obstante, no fue necesario, ella solita se les quitó del camino (a las enfermeras principalmente) y se fue despacito, tras el desmemorizador "bien dotado". Se aprovechó de la inocente (¿?) Kirara, cogiéndola de la mano y llevándosela consigo ... o.O para que no se le perdiese entre tal mar de gentes (entre mágicos y mugglosos) ó ¬¬ el jefe indebido, OwO podría destazar a la adleriana >.< por extraviar a la castaña!!!

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- Vente Kirara ... - con mucha dificultad pudo articular entre respiro y respiro sin lograr parar definitívamente de reirse.

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Lo vio entrar hacia un lugarcito y casi de inmediato, volver a salir pero esta vez con Heliké de la mano ; « o.O ah! ya intuía yo que es así como se debe hacer para que no se le desaparezcan a una las personas ... », argumentaba mentalmente ella, sujetando aún mas fuerte la mano de la indebida y continuando el ¿camino?

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Maquinalmente, se metió (y con ella a Kirara) a donde estaba Matt descamisado (!) y con horror, soltó a la castaña para poder taparse la cara con ambas manos.

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- xDDD santito!!! es que a todos los varones accidentosos se les ha dado por ser plaga NO ATP??? - se quejó, lanzándole uno de esos cobertores de camillas casi en la cara al Indebido en jefe con magia de su varita.

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Amya_An quien tenía las reacciones mas extrañas (porque uno nunca sabía cómo en verdad respondería al final de cuentas), pegó la media vuelta para que su sobrino accidentoso pudiera vestirse nuevamente.

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- A Sean se le "perdona" porque es casi su naturaleza (?), - y recordó mentalmente también que Babila hacía poquito había tenido su episodio ¿fresquito? ... O.O pero aquello había sido realmente accidental (^^ 2 veces?), - ... Adrian, y ahora Tú también Matt???

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U.U Sí, la bruja estaba en su fase ¿santurrona?

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- Veo que aún hay muggles ... si ya están todos trataditos, subámoslos todos a ambulancias ó al bus de Sagitas y despachémosles hacia su mundo de una buena vez con un buen confundus de "yapa" ... - dijo todo ésto dándole las espaldas a Matt mientras volvia a su bolsillo la varita.

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[Sagitas E. Potter Blue]

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Llegamos, vete a saber cómo, a la clínica sin muchos altibajos desde JaiFlai. No estaba acostumbrada a la forma de conducir de Harpo y terminé mareadísima y con unas ansias de ... bueno, que no llegué bien. Así que no dije mucho a Hayame, a Xell y a Heliké y corrí al ascensor, pasando de largo de los miles (no tanto) de muggles que estaban por allá. Llegué a mi despacho y lo pasé un rato en mi lavabo privado. Que nadie pregunte lo que hacía, que no es muy agradable.

 

Después quise tomar una poción pimentónica que me asentara el estómago, así que bajé a la planta de la farmacia. ¡Desolador! No me quisieron dar ni los buenos días. Alegaron que los sanadores y las enfermeras estaban llevándose todas las provisiones para atender a los heridos muggles.

 

-- ¿Ni una pastillita muggle? --protesté al farmacéutico, quien me miró con una cara de mala leche, como si hubiera dicho algo inapropiado.

 

Salí de allá y me acerqué a la entrada, a ver si pillaba a Heliké y me pasaba un poco de oxígeno en pastillitas, para recuperarme. No la encontré pero vi a familiares. Amya estaba roja, como si también le faltara aire. También estaba Kirara y una recepcionista con unos ojos tan grandes que parecía haber perdido la nariz y la boca.

 

Y hablando de nariz, mi hermano tenía un...

 

-- ¡Madre del Amor Hermoso! ¿Qué te ha pasado, mannito?

 

Pero no me contestó porque en ese momento se dirigía hacia los boxes de urgencia. Me acerqué a la recepcionista porque Amya arrastraba a Kirara.

 

-- Hem... ¿Mi hermano... llevaba ciertas partes intimas en... en la cara? -- le pregunté, asombrada. -- ¿Qué me he perdido?

[Helike R V PB]

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Misión Ministerial; terminando de atender a Matt y atendiendo a Adrián

 

Menos mal que no habíamos sido interrumpidos en los boxes en el momento en que estaba besando a mi primo Matt, pero ya estaba todo echo y podía decir que se encontraba perfectamente, salvo por su camisa de sanador, que no le pegaba nada. Solté una risila, pero una voz conocida entró al lugar, y me giré, comprobando que era de mi tío Adrián. Ni siquiera me dio tiempo a despedirme, que a rastras me llevó al otro box.

 

Me quedé parada, mirándolo ¿era cierto lo que veía? Mi cara de asombro cambió rápidamente y estallé a carcajadas. Mi tío y nermano de Sagitas tenía ciertas protuberancias en lugar de la nariz, que en cuánto paré de reírme controlaba que no se me escapase otra vez la risa le hablé con calma...

 

-¿Pero, qué te ha pasado tío Adrián? -pregunté no como su "jefa" sino como una enfermera del lugar.

 

-Eso parece encantamientos experimentales. ¿Seguro que no hiciste nada indebido tío? -cuestioné de nuevo, para saber más e intentando no partirme delante de él.

 

-Pues, no sé, tenemos que averiguar qué pasó para luego darle solución -comenté dando mi opinión profesional -así que, espero que me vayas diciendo tío.

 

Era una situación bastante surrealista, jamás me había encontrado con una situación parecida, ya tenía bastante con Sean haciendo de viejo verde, acosando a las demás enfermeras y que éstas me venían con sus quejas que ahora, tendía que atender a un familiar mío. Suspiré aguardando a que me fuese contando.

[Amya An]

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Provenientes del MM

por cuestiones ¿distintas? ;

Adrian - Kirara - Amya_An.
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De pronto, a la bruja le dio la impresión de que traumarían a Matt si seguían poniéndolo rojito continuamente (?), así que, volvió a agarrar a Kirara de la muñeca (sorry si te tengo como OwO osito .-. arrastrándote por doquier) intentando no pillar de nuevo el torso desnudo del Blackner jr. (no, xDDD, hay cosas que una tiita no debe ver ^^).

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Se la llevó justo por fuera del cubícu.lo para darle ¿privacidad? a su jefe indebido (o.O el jefe de la castaña).

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Y se distrajo con el "taca-taca" (=sonido del taconeo de los zapatitos de las enfermeras principalmente ... ¿?) sonando a diestra y siniestra ... O.O ya parecía música urbana improvisada (¡?).

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Soltó a Kirara e hipnotizada, se fue a ¿pasear? por ahí ... por donde el personal femenino acentuaba la rítmica (?)

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- Ya regreso, Kirara ... quedas con tu jefe (=Matt) - dijo con la mirada extraviada hacia el frente.

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La muy mal educada ni prestó oídos a lo que le respondiese la indebida, estaba embobada por algo ... quien sabe qué! pero la atraía hacia adelante como si la jalanse del pescuezo (!)

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[ Inserte aquí Música de Suspenso ]

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¿?

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[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

¿En Misión Ministerial?

 

Desperté. ¿Porque me picaba tanto la nariz? era estrafalario sentir tanta piquiña y tanto deseo de rascarme el puente de mi nariz y que mis brazos no respondieran a ello, no quería despertar, quería estar otro ratico mas en cama y dormir y después si irme al departamento a molestarle la vida a mis compañeros de Desmemorizadores.

 

Intente mover la nariz para ver si con eso podía liberar un poco las ganas de rascarmela y me moví de lado para seguir durmiendo, logré con éxito cambiar de posición pero sentía mis brazos entumidos y tiesos, y el cambio de posición no ayudo mucho por lo que me tumbe boca abajo y traté de seguir durmiendo.

 

sentí algo duro y metálico morder mi espalda e intente rascarme pero mis brazos seguían sin responder, me moví un poco y la punzada en mi espalda desapareció pero la piquiña persistía en mi nariz, la froté contra el tejido suave en el que estaba reposando y caí en la cuenta que no era la fina sabana de satén de mi cama sino que el tejido era mas áspero.

 

Abrí los ojos y miré a mi alrededor, paredes blancas, piso blanco, techo blanco y todo acolchado, fruncí el ceño y trate de pensar que era lo ultimo que recordaba pero mi nariz no me lo permitía, picaba demasiado y lo que retenía mis brazos era una camisa de fuerza intenté por todos los medios quitármela, incluso intente transformarme para que se desgarrara pero mi transformación no se produjo y nada de lo que hacia parecía tener efecto.

 

En ultima instancia intente subir mis piernas a mi pecho e intentar rascarme con el pie, pero mi pie no alcanzaba a llegar a mi nariz, empecé a frustrarme por lo que empecé a gritar:

 

-¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡PICA MUCHO!

Editado 13 de Agosto del 2014 por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Sherlyn Stark]

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Es que sí, sí Amya seguía riéndose alocadamente lo más probable era que el otro chico explotara y terminaba matándoles a todos. Esperaba que la paciencia se apoderara de él y, así, no terminaba con la vida de ninguno de los presentes. Miró a su alrededor, sin percatarse que su comentario le había asombrado a su compañero. Había un mar de gente, y recién en ese instante se daba cuenta. Se preguntaba si los muggles que habían llegado serían ellos, tenían una venda verde sobre el brazo y creía que podrían ser los que estaban en buen estado.

Miró con determinación a una mujer adulta que miraba con ojos bien abiertos, y aquello le resolvió la duda por completo, no eran magos. También, había enfermeras cerca, pero antes de atreverse a hablar con alguna de ellas, sintió que Amya le tomó de la mano y la llevó hacia uno de los box siguiendo al desmemorizador. Era mejor no quejarse, ya que creía que podía ser efectivo, y así no se perdía ante la multitud. Escuchó una voz muy conocida entre los murmullos, era la de Sagitas, o eso se imaginó al no tener la oportunidad de mirar para verificar.

— No tan fuerte, Amya, que duele —advirtió al darse cuenta que la jefa de Revensiones le apretó su mano con más fuerza., aunque consideraba que era para que no se perdiese. Desconocía para qué quería llevarla con ella, sí tal vez su presencia sería más oportuna en la entrada que en el box, o eso creyó al encontrar a su jefe en una situación un poco comprometida. Se preguntaba por qué estaría ahí. Existían cosas en la vida que prefería no verlas, giró su cabeza y se alivió que Amya la hubiese soltado, pero duró poco ya que próximamente le agarró y la llevó fuera, cosa que lo agradeció; pero le molestó que no pidiera su permiso.

— Amya, ya —se quejó por la acción de la adleriana—, no lo vuelvas a hacer —advirtió, dándose cuenta que la jefa se escabullía por los pasillos. Por lo visto los muggles habían sido atendidos adecuadamente en la clínica, pero para sacarse la duda, se lo preguntaría a alguna de las enfermeras o a alguien a cargo y que fuese del personal. Observó su entorno, pero no veía a nadie.