Clinica Santos Mangos (MM B: 87868)

[Sagitas E. Potter Blue]

Me sorprendió que Sunar dijera que se iba fuera. Fruncí el ceño.

 

-- ¿Te vas? ¿A dónde, para necesitar vacunas?

 

Yo estaba acostumbrada a viajar, pero me limitaba a moverme por Europa. España, Francia e Italia, mis países preferidos, con lo que a veces ni arreglaba papeles porque el paso era más o menos permitido sin más.

 

-- ¿Te vas muy lejos?

 

El niño parecía disfrutar con aquel muñeco tan feo. Pero ya se sabe como son los niños, que juegan con cualquier cosa y siempre sorprenden a los adultos con sus juegos. Sonreí a Argi.

 

-- ¿No es muy pequeño para hacer un viaje largo?

 

Me metía en lo que no me importaba, pero es que yo era sumamente protectora. Antes de que mi sobrina pudiera contestarme, sentí la voz de Heliké quien me saludaba. Me extrañó, no por el saludo, sino porque parecía que me escondía algo. O tal vez es que yo soy mal pensada.

 

Noté que llevaban a algún paciente a boxes pero no me fijé en quien era. Me preguntó por Eledhwen.

 

-- Pues no, no lo sé, yo acabo de llegar, tendrás que mirar en las tablillas a ver si hoy tiene turno, pero me extrañaría, ya que llevaba toda la semana seguida sin descanso. Seguro que tiene libre. ¿Algún caso interesante?

[Matt Blackner]

Sunar estaba alli para pasar una revisión, tanto ella como el pequeño. Sagitas también apareció y como yo, se preocupó del motivo qeu les llevaba a la clínica. Sunar hablaba mientras la recepcionista rellenaba el impreso para pasar a las enfermeras. Al parecer la revisi´n se debía a un viaje qeu ambos iban a realizar en breve.

 

Sagitas había dado un muñeco a Argi para que jugase. A pesar de lo que decían, a mi me gustaba, me parecía gracioso.

 

- Eso sobri, os vais a tomar unas vacaciones de nosotros? - bromeé, aunqeu en el fondo me preocupaba por ellos. Heliké aparecía, al parecer hacía su turno como jefa de enfermeras.

 

Ellas siguieron hablando, pero Argi tiró el muñeco de peluche al suelo. Sonreí al pequeño y me agaché para devolvérselo...

 

Olvidándome que estaba alli porque sufría un horrible dolor de espalda. En cuanto me agaché, noté un tirón, un dolor intenso en la espalda qeu se extendía hacia arriba y hacia abajo como una corriente eléctrica. Gruñí levemente, y me quedé asi, doblado con el peluche en las manos.

[Sunar PBT]

Revisión antes de la fiesta. Sunar, Matt, Argi, Sagitas y Heliké

 

¡Argentus!

 

No pudo dejar pasar eso, no era bueno que el niño hiciera esos berrinches con algo que le daba un familiar, y no quería imaginar que lo hiciera con un desconocido. Pero de eso, se encargó su tío.

 

–Hola – cambió el humor al ver a Heliké que llegaba también.

 

Argi tendría que vérselas con ella en casa.

 

–Tía, pero si vamos a Irlanda… Harpo no te dijo – muy raro que el elfo de la matriarca no le informara para que ella estuviera haciendo sus planes en el trabajo y así poder asistir a la fiesta. – No te preocupes, es que no tenemos nuestras vacunas al día. – agregó la pelicastaña.

 

Sagitas parecía muy ansiosa de que el fueran a irse por un largo tiempo, y que el niño no estuviera bien con eso. Parecía olvidar que ellos fueron a su boda y también cruzaron las fronteras de ese país para acabar en otro.

 

–¡Tío! Te pasa algo – preguntó preocupada Sunar al verlo doblado.

 

Se acercó para tratar de ayudarlo, aunque no quería tocarlo para evitar que sintiera más dolor. Por la posición que tenía, consideraba que si tenía algo de dolor. Mientras tanto, Argi se aproximó igual, así como el elfo que se encontraba en una de las sillas, pero acudió al igual que lo demás al ver al amo Blackner en aprietos.

 

[Xell Vladimir Potter Black]

Me molestaba mucho el ojo. Había tanta gente en la cafetería que no podía localizar a mi prima. Pero no me atrevía a ir a la recepción, pues la chica era una cotilla e informaría a mi tía o a mi madre. Seguro que no era tan grave. Sólo me escocía mucho.

 

Sentí su voz, menos mal que la prima me había visto. Vi algo borroso que saludaba con la mano. Llegar hasta ella era difícil, menos mal que fue ella misma la que se levantó y se acercó a mí. No dejaba de restregarme el ojo.

 

- Me escuece desde esta mañana, pero no me ha entrado nada. O yo no lo recuerdo.

 

La prima creyó que era mejor ir a un box. Iba a protestar, pero para eso había venido a la clínica, ¿no?

 

- Pero no es urgente, prima - contesté con cierta timidez. La palabra "urgencia" me daba algo de miedo.

 

Me dejé llevar, con el ojo cerrado porque ahora ya picaba mucho más. Es difícil ver con un sólo ojo, ves la mitad del camino, seguro que hubiera tropezado si la prima no hubiera tenido cuidado de mi.

 

Me indicó el box uno para que esperara y dijo queiba a hablar con la tía Sagitas.

 

- ¡Oh, no le digas nada! Me pondrá mil pruebas médicas innecesarias y seguro que es sólo una mota de polvo o una pestaña que tengo dentro. Prima, no le digas...

 

Pero ya se habia ido. Me senté y esperé. Había venido por un escozor en un ojo. Seguro que salía sin un brazo o así. En esta clínica estaban todos locos.

[Sagitas E. Potter Blue]

¡Qué salida tenía Matt! Le preguntó a Sunar si se iba de vacaciones para descansar de nosotros. Me puse a reír y por eso no me di cuenta que Argi había tirado el horrendo peluche al suelo (¿y quién le iba a decir nada, con lo feo que era?). Matt se agachó a recogerlo y sentí un "crack" horrible.

 

-- ¡Demonios, hijo! ¿Te has roto?

 

Intenté ayudarle pero esa postura en "ele" era característica. Lumbago. Maldita sea... ¿Es que había abusado de él en la floristería cargando con tantos sacos?

 

-- Vamos, hijo. ¿Es que no sabes usar la varita? Un Accio o un Wingardium evita que tengas ataques de lumbalgia. Eh, saca el historial de Matt Blackner.

 

La recepcionista obedeció a la primera y el informe apareció al instante encima del mostrador.

 

-- ¡Celador! Desplazar a este paciente a un box y buscar un buen sanador traumatólogo que lo visite.

 

Sunar me estaba explicando que se iba a Irlanda justo en ese momento. Iba a decirle que Harpo no me había dicho nada de nada pero en aquel momento Matt era lo más importante. Tomé el informe.

 

-- Vamos a un box, siéntate en esta silla de ruedas. Sí, sí, duele, pero nada de Episkeys hasta que te vea un médico.

 

Acompañé a mi hijo hasta la entrada de boxes y vi que había uno de ellos cerrado. Seguramente habría un paciente dentro.

[Matt Blackner]

Si, el "crack" de mi espalda había sido lo bastante fuerte como para qeu todos lo sintieran. Los elfos, Sunar, hasta el pequeño Argi se me acercaban con cuidado de no tocarme, no por ser contagioso, sino por no hacerme daño. Intenté sonreir al pequeño para que no se asustase, pero fue Sagitas quien preguntó.

 

- Si, creo qeu me he roto... - murmuré.

 

Intentó ayudarme, pero enseguida se dio cuenta que aquello era un ataque de lumbago.

 

Lo malo fue qeu enseguida pidió mi historial y la enfermera se lo entregó. Lo último qe yo quería era que me ingresaran, sabía que no era en su contra, simplemente no soportaba estar ingresado en el hospital. Alguien había acercadpo una silla de ruedas en la que me hizo sentarme.

Al menos me acompañó y el suelo no tenía baches, asi qeu el trote no me hizo sufrir más de lo que tenía. Pero el primer box estaba cerrado, seguramente con un paciente.

- Pero si estoy bien mamá... - murmuré, mientras me dejaban junto a la camilla del box qeu quedaba libre.

[Sunar PBT]

Revisión antes de la fiesta. Casi toda la familia reunida, faltan las mascotas xD

 

–¡Ay tío, pero que bromas dices! – también riendo ante la ocurrencia de salir de vacaciones de ellos.

 

Parecía que su tío no sabía que salir con ellos de vacaciones era mejor que ir sola. Se divertía más con la familia porque siempre se esperar mucho de ellos, y de lo que sucediera entorno a ellos. Eran esa parte alegre de su vida, sin olvidarse de sus hijos.

 

Pero Matt no estaba bien, todos fueron a socorrerlo aunque Argi no supiera que hacer, la Potter Black lo agarró para que su madre, Sagitas le atendiera cuando pidió el historial a la recepcionista que dejó el registro de lo suyo para centrarse en la emergencia.

 

Los miró con preocupación pero dejó que lo llevaran mientras la señorita volvía a dirigirse a la madre de Argi.

 

–Disculpe – sabía que esa expresión no era por nada – Mi nombre es Sunar Potter Black, la madre del niño – al menos ya le dijo para quién eran esas vacunas y que parentesco tenía con el infante.

 

Luego de eso le señaló que esperara un poco más hasta que alguien viniese a atenderlos. La recepcionista pasaría la cuadricula para que un sanador los viera, la brevedad posible.

[Adrian Wild]

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Accidente Ministerial,

con Perenella y Xell

 

Salí disparado de la chimenea. Sentía los pasos de Xell seguirme, asi que no me hacía falta mirar hacia atrás, aunque sí tuve que evitar correr demasiado rápido, algo que podía hacer por mi condición vampírica, pero que despistaría a la rubia revertora, y aunque ella se encontrara bien, seguía estando bajo mi cuidado.

 

- ¡Aquí por favor! -llamé la atención de una enfermera que pasaba por el vestíbulo-. Tiene una herida en la cabeza, ha sido un... Accidente laboral.

 

Ni yo sabía qué había pasado realmente. Recordé el agua, además, tenía el bajo de mis pantalones mojado. Miré a Xell intentando encontrar alguna especificación más que darle a la enfermera, pero no sabía cómo interpretar su mirada: ¿ella tampoco sabía muy bien lo que había pasado o no era recomendable dar los detalles exactos de lo que había pasado?

 

Me quedé mirándola, esperando que diera alguna explicación o respondiera algo, porque la enfermera nos miraba inquisitivamente.

[Helike R V PB]

Jefa de enfermeras

 

Seguramente mi prima pensaba que no la había escuchado, pero la verdad es que sí. Era la suerte de ser vampiro, que a veces podíamos oír cosas aunque muchas de las veces no nos gustara. Mi tía me informó que Eledwhen no se encontraba hoy en la clínica, y la verdad no me extrañaría, hacía varios días que la veía cansada, así que llamaría a un sanador especializado para que fuese a atender a mi prima Xell.

 

-Nada importante -le dije con un movimiento de la mano para que no se preocupara- seguramente sea una conjuntivitis, necesitaré el historial del paciente mientras no venga alguien.

 

Y sin mediar palabra me colé en el lugar de la recepcionista, que a saber dónde se había metido. Así que busqué entre los historiales, y cuando lo encontré, oculté el nombre de la persona, para que Sagitas no me preguntara.

 

Vi que también estaba mi primo Matt, al parecer bastante dolorido, me acerqué a él:

 

-¿Estás bien? -Pregunté con preocupación, mientras veía que lo llevaban con una silla de ruedas a uno de los boxes- enseguida os mando a alguien...

 

Rápidamente me dirigí hasta dónde estaba mi prima y antes de que viesen nada, la tapé con una de las cortinas para que no viesen que era ella. Sólo veían dos sombras:

 

-Tranquila, no saben que estás aquí, así que descuida. Voy a llamar a un especialista, aguarda aquí...

 

Después de 5 minutos con el sanador Williams al encontrármelo cerca de los boxes:

 

-Esto disculpe, ¿podrías venir conmigo? -y sin esperar mucho más, lo agarré del brazo para que me siguiera.

 

-¿Qué ocurre? -preguntó con un tono confidencial. Ya dentro de los boxes, le presenté:

 

-Es mi prima Xell, aquí tienes su historial. Dice que le pica mucho un ojo, quizá sea una mota de polvo, pero no sé, y no le digas a la directora Sagitas que está aquí, montaría un quilombo por algo tan pequeño -éste asintió con la cabeza. Me fijé que con una pequeña linterna se la pasaba por los ojos. Uno de ellos estaba rojo.

 

-Será mejor que no te refriegues con él -le aconsejó.

 

Williams leyó el historial con atención por si había algo raro, al parecer no lo encontró porque dijo:

 

-Veo que no eres alérgica a nada, o por lo menos eso es lo que dice aquí en tu historia. Por lo que veo parece que es una conjuntivitis, es una inflamación, así que te daré un remedio natural para que se te pase pronto -el chico moreno me puso una mano en el hombro y me dijo:

 

-Vete a la farmacia y trae una poción de eufrasia, le ayudará a lavar mejor el globo ocular y que así le pase antes el dolor y el picor.

 

Hice lo que me mandó y al cabo de unos diez minutos, traía la botellita en la mano.

 

-Bien ahora con ésto, te echas tres gotas en el ojo pero una vez al día durante tres días, debería de pasarte completamente, si ves que no mejoras, vente de nuevo -me fijé en que el doctor lo anotaba en su historial y luego con una hoja aparte le anotaba lo que tendría que hacer, además que le daba el botecito en la mano.

 

-Espero no volverte a ver -sonreía mientras que con un pergamino iba anotando cosas y firmaba y le daba el documento a mi prima -aquí tienes el alta, cualquier cosa, ya sabes dónde me tienes -el chico se marchó de nuevo y nos dejó a solas.

 

Después de lo ocurrido en el ministerio

 

Estaba fumando tranquilamente mientras veía a los transeúntes pasear tranquilamente con sus compras. De repente una aparición súbita me hizo toser y soltar todo el humo, no los esperaba en la clínica. El aroma familiar de alguien cercano llegó a mí de nuevo. Era Adrián acompañada de mi prima Xell y Perenela pensaba que con un apósito no les haría falta ir al hospital. Gritaba asustado y no era para menos. No podía dejar de fruncir el ceño ya que yo había causado eso y ahora tendría que atenderlas.

 

-¡Rápido dos camillas!¡ya! -cuatro celadores trajeron ambas camas para trasladarlas a los boxes.

 

-¡Tú! Tráeme el historial de Xell Vladimir y Perenela Potter Blue -la recepcionista me miraba mal encarada se apresuraba a mirar en los archivos.

 

Mientras susurraba cosas a mi prima Nela:

 

-Lamento ésto, yo, no sé lo qué pasó de verdad -y mientras íbamos a los boxes y eso que a mi prima Xell la habían atendido días antes por una inflamación en el ojo. Ahora sólo había que esperar a que viniese Eledwhen o un sanador especializado para atender a las chicas.

Editado 30 de Marzo del 2014 por Heliké Rambaldi Vladimir

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

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El bamboleo que me tenía mi tío Adrián me tenía de mal en peor, mi cabeza me mataba: tenía mareo y la bilis se me subía por la garganta. Escuchaba a mi tío gritando casi a voz templada y su voz atronadora me taladraban las sienes.

 

Una voz femenina se escuchó ladrando ordenes, tarde un momento en reconocerla pero me di cuenta que su entonación se parecía a la de mi prima, y sus palabras me lo confirmaron. Me estaba pidiendo disculpas por lo sucedido en el Ministerio… ¿Cómo podía ser su culpa que un boquete del baño me golpeara la cabeza?

 

Intenté hablarle, quitarle importancia pero la bilis me subió a la cabeza cuando me pusieron sobre una superficie plana y horizontal, respiré profundamente y apreté la mano de quien estaba al lado mio y murmuré medio ahogadamente:

 

-Una papelera… ¡Voy a vomitar!