Clinica Santos Mangos (MM B: 87868)

[Sagitas E. Potter Blue]

No me esperaba esa información y permanecí callada, con la boca abierta y con mi mano derecha en la rodilla flexionada mientras que con la izquierda jugueteaba con la lengüeta de la bamba sin cordones. Estaba sorprendida y, por eso, no respondí a las preguntas que me había hecho Verónica.

 

¿Qué hacíamos el Centauro y yo en la Torre Negra? Buena pregunta... ¿Debía contestarla? Eso dejaría mal mi imagen y no me convenía, ahora que podía pasar por la salvadora del Primer Ministro. ¿O mejor no jugármela? Ahora el Sr. Crazy estaba con amnesia pero si algún día la recobraba (algo que podría ocurrir porque no éramos la Clínica oficial del Pueblo pero también teníamos buenos sanadores) podría desmontar mi falsa declaración de un plumazo y eso sería muchísimo peor para mi reputación. Sobre si fue atentado o accidentes, no me correspondía a mí contestarlo, sobre todo porque no lo sabía; y sobre si habían acudido los del Equipo de Seguridad la respuesta era muy clara y afirmativa pero mejor no contestarla para no evidenciar mi disgusto por esa situación.

 

A esas preguntas ya las contestaba mi hijo así que yo aún permanecía rumiando las respuestas que debía dar a la periodista sobre mi presencia cuando sentí lo que decía Matt y que fue lo que me quedara pillada con la boca abierta. Cuando al fin respondí, fue para casi levantarme, en esa posición de pie-flamenco, lo que provocó que casi me cayera encima de la mesa.

 

-- ¿Cómo que te han llevado al Centauro al Circo? ¡Demonios, Matt! ¿Es qué no piensas?

 

Creo que mi reacción había sido un tanto violenta. Como pude, deshice el nudo de mi pierna sobre mi rodilla y la apoyé en el suelo, para mantener el equilibrio y volver a sentarme en la silla.

 

-- Perdón, Vero, pero... ¡Es que ese Centauro es del Primer Ministro! Quiero decir... No sé si es un amigo o una prop... hem... propiedad... Bueno, si es que se pueden... hum... comprar.. Bueno.. Quiero de... decir...

 

Aterrorizada, ¿se notaba?

 

-- Quiero decir que cuando acudí a ese edificio por un asunto particular que no viene al caso, vi a ese Centauro que estaba allá, trabajaba allá creo o eso entendí. Si ahora lo han llevado al Circo... No quiero decir que esté mal, por supuesto. Estará atendido genial. Tenemos un Veterinario, al que llamamos Enano Gruñón por... porque lo es, quiero decir, gruñe mucho pero es un santo y muy bueno como profesional...

 

Sí, estaba hablando de carrerilla por miedo a que se pensaran que habíamos robado al Centauro del Primer Ministro.

 

-- Lo ideal hubiera sido que estuviera en la Reserva, supongo... O no... Nunca sé cómo pueden reaccionar estos seres tan... civilizados... si los cuidan en un lugar para animales... Hum... No sé si hiciste bien o si hiciste mal pero... lo hecho, hecho está.

 

Me pasé la mano por el pelo, nerviosa y después me tomé el pulso. Iba a cien.

 

-- ¿Hemos acabado? Creo que me tendría que tomar una siesta pero si no huyo enseguida, mi hijo me volverá a meter en una camilla y esta vez atada con cadenas para que no me escape.

 

Le sonreí para que pensara que era una broma pero... ¡Los dioses saben que mi hijo era capaz de eso y de más!

[Matt Blackner]

Se había enfadado. Bueno...su primera expresión fue de incredulidad, tanta, que al saltar de la silla estuvo a punto de caerse al suelo. Lo siguiente fueron los nervios, esos que unidos al enfado hicieron qeu comenzara a hablar de carrerilla, a soltar mil cosas y sobre todo, a regañarme.

 

Metí las manos en los bolsillos del pantalón, agachando la cabeza, notando como el calor me iba subiendo poco a poco por las mejillas. No había pensado que el Centauro fuera a molestarse por llevarlo a un circo para qeu lo trataran. El Enano gruñón era un poco antipático, pero era un buen profesional, y no se me había ocurrido nadie mejor.

 

- Bueno...no pensé que fuera a molestarse. - gruñí - Si se hubiera roto un brazo lo habría traido aqui, pero...yo...eh...

 

Acabé guardando silencio. Ni se me había ocurrido la reserva, y a pesar de que el Centauro no había hablado aun, intentaba proteger los motivos de mi madre para la presencia en aquella Torre, ya que hasta yo desconocía el motivo de su presencia alli.

 

Me removí algo incómodo. Demonios, como dolía aquel tobillo.

- A lo mejor si corres bastante puedes escaparte de mi esta vez - murmuré, ya uqe Sagitas se quejaba por que la iba a atar a la camilla para que descansase.

[Veronica Prince Rambaldi]

http://i.imgur.com/SSsJOpH.png

 

Levanté la vista hacia Matt, parecía cansado, no entendía por qué no había tomado asiento y seguía haciendo equilibrio sobre una pierna. En verdad debía habérsela lastimado bastante, su danza, tal cual la de los muñecos de arena, esos que tienen un peso abajo en el centro para mantenerse de pie aún cuando los empujes, era muy divertida. Lo vi finalmente apoyarse contra la pared, aunque más bien creo que fue una posición defensiva para lo que tenía que decir.

 

Circo, dudé unos segundos antes de agregar lo siguiente entre signos de interrogación ¿des Joglers?, Enano Gruñón. Sí, podría acercarme allí era cuestión de averiguar y, la reacción de Sagitas no se hizo esperar, dejé caer mi libreta cuando me abalancé hacia adelante para intentar sostenerla al ver que en realidad ella parecía el muñequito a punto de caer pero sin peso que la sostuviera, o eso pensé cuando me eché hacia adelante.

 

--¡Cuidado! --respiré aliviada al verla recuperar la cordura, ehmm, bueno, eso y levanté mis cosas del suelo mientras murmuraba --está bien, está bien, no pasa nada mientras tú estés bien.

Tras la deliberación madre/hijo carraspee algo nerviosa, sí, había terminado ehmm, no, no quería verlos correr unos tras otro, sí, no tenía problemas con que Sagitas pudiera dormir una siesta así que puse mi mejor sonrisa al responder y esperé que no se me viniera el mundo encima.

--Por supuesto que puedes dormir Sagitas, con el material que tengo hasta ahora puedo hacer una perfecta primera nota sobre el incidente pero ehmm --dudé y puse mi sonrisa más tierna mientras miraba a los ojos a Matt, no, cómo creen, claro que no estaba usando mi encanto de súcubo ¿o sí? --¿podrías guíarme para hacerle un reportaje al Centauro en el Circo y ehmmm quizás luego al "Primo Maldonado" aquí cuando esté mejor?

 

Bien, allá iba, había tirado todas mis chuletas al asador, me había lanzado a la pileta sin saber si tenía agua, había cogido al toro por los huerrrrrnos sin saber qué podía pasar. Mi abuelita decía, el no ya lo tienes, ve por el sí, que tú puedes.

Editado 16 de Octubre del 2017 por Veronica Prince Rambaldi

[Hayame Snape Potter Black]

Chocó

Si, no se había equivocado: había chocado de alguna manera y ahora se encontraba tirada de espaldas justo delante de su propio negocio como si se tratase de un enorme montón de tela; frunció el ceño y ladeo la cabeza aún en el suelo, sin siquiera preocuparse por los transeuntes que ya la veían raro por encontrarse tirada con las piernas alzadas en el aire y los brazos extendidos a los lados del suelo como si de un ave que hubiera golpeado una ventana se tratase

Finalmente se cruzó de brazos

"Hechizo Anti-aparición"

Dijo gruñendo para luego, bufar al sentirse tronar la espalda

-Esa oveja del demonio... -entornó los ojos- vete un par de años y qué pasa?... que la loca de tu hermana protege el negocio a la brava!!... aunque, bueno, yo se lo pedí así que...

Hizo una mueca que pretendía cubrir su bochorno y después de un momento se puso de pie de un salto, sacudiéndose las ropas para luego ingresar en aquel edificio fingiendo que nada había ocurrido que trastornase el modo en que se movía, toda seguridad o al menos eso creía que demostraba a pesar de unas basurillas en el largo cabello pelirrojo

-Holaaa!! -exclamó a sabiendas de que siendo una clínica (de locos, pero clínica al fin y al cabo), un grito molestaría hasta a los cuadros de las paredes

Y hablando de cuadros...

Dónde estaba el retrato del mango que adornaba la institución???

[Sagitas E. Potter Blue]

Recepcionista:

 

La jovencita era una maga de apenas 17 años, recién acabados sus estudios en el Ateneo. Había conseguido el puesto en aquel lugar porque había una deducción para estudiantes que querían conseguir un primer empleo. Por supuesto, la Directora de Santos Mangos no había desaprovechado la ocasión de tener una chica "barata" que cobraba poquito (casi nada) a cambio de la experiencia laboral que este trabajo suponía. La chica, morena y de ojos mielosos, sabía que allá no duraría mucho pues a ella sí le importaba el dinero. Pero tenía algo bueno, apenas había movimiento y podía estudiar, de manera que sus notas eran inmejorables.

 

La jovencita pasaba las páginas con un leve movimiento de la varita, concentrada en la Historia de la Magia. Era agradable estudiar en el silencio de la clínica. Era un lugar en el que apenas entraban pacientes, tal vez más atraídos por la fama de San Mungo. Pero a ella le servía como período de pruebas y le gustaba el lugar.

 

Un súbito sonido la interrumpió cuando pasaba una de las hojas, la varita se movió con brusquedad y rompió la página. Observó la puerta de entrada, sorprendida. ¿Es que alguien se había caído? Pero no parecía haber nadie, así que bajó la vista hacia su libro de texto e intentó repararlo. Un frío le recorrió la espalda. No, aún no era porque supiera quien era la mujer que acababa de entrar sino por la corriente de aire que se había generado al abrirse la puerta.

 

La mujer parecía algo enfadada y miraba a las paredes mientras gritaba un "Hola". Al instante, se levantó y le sonrió. Pero era una mueca más bien mientras su mano apretaba el botón de "Socorro, loca a bordo" para que vinieran a rescatarla. Seguro que aquella mujer la iba a liar parda. Lo intuía.

 

Y eso que era sólo una jovencita maga...

[Hayame Snape Potter Black]

La jóven pelirroja se giró de golpe a la jovencita que parecía estar más cerca y que no reconocía

"Diablos" pensó al tiempo que se mesaba el cabello por delante con algo de desespero, en verdad las cosas habían llegado a tal nivel de cambio con tan solo tres años ausente??

Vmos, que la última vez había viajado por mucho mas tiempo y las cosas no habían cambiado de forma tan abrupta!! Bueno, quizá si un poco ya que la última vez el gobierno se había expropiado de sus negocios, o como ella lo había llamado entre dientes, un "o nos cedes por las buenas o te lo arrebatamos por las malas"; no era que no estuviese acostumbrada a levantar alboroto y hacerse oír hasta por los muros pero en ese entonces, sus buenas amigas, hermanas y consejeras le habían pedido mantener la cabeza fría

Y se lo había tenido que aguantar

Pero ahora aquello...

Y dónde demonios estaba Neter, que por lo general solía tener todo volteado por el techo!? Y Sagitas!? Y Reena!?

Caminó hacia la chica presente y apoyó su peso en la cadera izquierda al tiempo que se cruzaba de brazos

-Disculpa pequeña -dijo intentando ser paciente y no desquitarse con la única viva que parecía existir en su pobre sanatorio- sabes si alguna de mis queridas jefas encargadas anda por aquí? quiero unas cuantas explicaciones prontas de ser posible... como el saber qué ha pasado con el retraro pintado al óleo y carísimo del mango en la entrada que debería de estar ahí y que dudo mucho que se haya ido de paseo...

[Ashley Peverell]

Una cabeza rubia cruzó las puertas del negocio o como fuera que lo llamara su hermana, al menos ese no se veía como una tierra de ruina y desgracia pero su pequeño pokemón y fiel seguidor le había informado que podía encontrarse con la bruja pelirroja en ese hospital por lo que no tuvo dudas de que era ahí a dónde debía de encontrarla.

 

Por supuesto que no se esperaba el escenario que tenía delante ya que solo cruzar las puertas y pudo detectar a su hermana que comenzaba a reclamar algo sobre una pintura que debía de estar justo en la entrada.

 

Levantó la mirada para intentar localizar al susodicho sin éxito.

 

-¿Acaso también tiene una pintura gigante de quien no debe ser nombrado en un hospital?

 

Soltó dudosa

[Hayame Snape Potter Black]

Aun con el nerviosismo de la recepcionista, Hayame no se esperaba escuchar la voz de su "adorada y practicamente perfecta" Ashley Ketchum merodeando el hospital

Se dió una palmada en el rostro cerrando los ojos al tiempo que apretaba el puño contrario

 

Porqué su buen Lord Oscuro, porquéeeeeee!?

 

"Debí de haber hecho algo terrible en mi vida pasada para ser castigada de esta manera" chilló para sus adentros pero después de un segundo pareció tranquilizarse y con una sonrisa más digna de la demente Neter que de ella misma, se dió la vuelta de golpe provocando que su enorme capa negro con rojo diese un vuelco que solo esperaba que no hubiese golpeado a la pobre y desprevenida recepcionista que ya bastante pálida se veía.

-Hermanita!! -llamó con falso tono cantarín y animado, abriendo ambos brazos hacia los lados- pero que sorpresa de las luces magicas bondadosas!! todo un milagro de los cielos!!

 

Soltó dejando escapar una risa en la que no participaban sus ojos rojos y molestos

-No hablaba de eso que no deberías mencionar con gente desconocida presente -silabeó entre dientes, con una arruguita naciendo en su frente- estoy hablando del retrato de un mango jugoso... uno enorme y verde... bueno, creo que el fondo era verde- compuso un gesto contrariado viendo hacia un lado mientras que se rascaba un lado de la cabeza y una gota de sudor corría por su sien

[Ashley Peverell]

-Un mango dices

 

Dijo la rubia mientras que sus gestos cambiaban a uno de dudas, no se hubiera esperado ni en cien años que su hermana tuviese por patrono de un hospital para magos a un mango. Bueno, sabía que las frutas eran nutritivas y que una manzana al día mantiene fuera al doctor pero de ahí a convertir la fruta en símbolo de la buena salud mágica ¿en verdad?.

 

Bueno, no era su negocio así que tampoco podía opinar al respecto siempre y cuando parte de las ganancias ella pudiera cobrarlas también.

 

-Me pareció ver un retrato de un frutero por tu casa vieja, deberías intentar buscar ahí

 

Dijo con expresión pensativa.

[Hayame Snape Potter Black]

Rodó los ojos e inspiró por paciencia

 

Pero bueno tambien era su culpa por toda esa cosa de los genes, de alguna manera ese tipo de cosas parecian saltar a todos los parientes; se colocó una mano en la parte de atras de la cabeza y la frotó un par de veces antes de hablar nuevamente

 

-No es un frutero, es un mango... solo un mango -corrigió tratando de no perder los estribos -y el nombre es en honor de mi antiguo hospital, Mungo -Mango...

 

Movio las manos en aspavientos como si con ello las cosas fuesen a ser mas claras

 

-Es... una forma de...

 

Cerró los ojos y negó un par de veces con la cabeza; explicarle algo seria tan complicado como escribirlo en otro idioma

 

-Olvídalo... en todo caso, solo quiero recuperar el cuadro de la entrada

 

Insistio en un tono bajo de voz

 

-Si alguien se lo ha robado...

 

Un aura oscura y maligna comenzó a rodearla