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Darla G Dumbledore · 6 de Octubre del 2021

La mañana se mostraba cálida a pesar del otoño, parecía que el tiempo quería regalarle un poco de la calidez que en ese momento no sentía en su alma. Había hecho arreglos para que sus elfos se ocuparan del cuidado de todas las criaturas mágicas y tanto los jardines, establos como el vivero estuvieran a salvo y protegidos.

Con Leto habían acomodado las cocinas del primer piso, los libreros y la sala de juego. Lualú había ayudado a poner en orden el departamento así como la cocina del segundo piso, la familiar. Y finalmente con Tommy habían hecho un inventario de los libros de la planta baja y el depósito, así como varios objetos de colección que habían llegado a manos de la Potter Black.

Pero lo más importante no era nada de aquello, lo principal era que la pelirroja sentía que debía hacer aquella remodelación como homenaje, para recuperar parte del calor y el alma que alguna vez había podido sentir en su interior, ese palpitar que solo una persona había logrado hasta ahora obtener de su corazón.

Flashback – 08 de marzo de 2014 – 20 hs. –

—Estaba buscando terrenos para el negocio —había comentado Seba mientras tomaban un café, hacía un tiempo habían hablado de que quería abrir un local, una librería y ella le había sugerido que podría ser como esas librerías modernas en la que te podías tomar un café mientras ojeabas qué libro querías adquirir.

—¿Encontraste alguno? —preguntó Darla genuinamente interesada en el tema.

—Así es, espera te muestro… tres pisos, el de arriba para mí, el segundo solo libros alrededor, con algunos sillones —de la carpeta que Seba llevaba salieron varias fotografías sobre las que había algunos planos del callejón y del local, en los que estaba marcado lo que había y lo que proyectaba modificar.

—Sí mi amor, ¿quieres que sea tu socia en la librería? —la pregunta salió tan espontánea, no era algo que hubiera pensado antes, o sí, había ido quizás creciendo en el fondo de su mente, pero no algo que tenía planeado exponer, pero que surgía ahora de su corazón, más que de su mente.

—Me encantaría —la sonrisa de Seba la derritió, como siempre, aunque no necesitaba sonreír para que eso ocurriera.

—El primer piso tiene dos ambientes, la fachada es de piedra.

—Conseguiré el cartel de la librería para ponerlo en ella —había respondido la pelirroja. A él le había encantado el cartel que ella diseñara e hiciera instalar y ella le había dicho que claro que le gustaba la piedra, le daba un aspecto tan natural y distinto a cualquier otro local.

Fin del flashback

Luego habían elegido entre ambos los colores del departamento, los libreros, los sillones y las mesas de los juegos del primer piso, en definitiva el que se convertiría con el tiempo en su hogar, cuando la Potter Black se mudara definitivamente al que había empezado siendo el local compartido y departamento del Granger para convertirse en algo más que un simple local, había sido su mundo durante más de siete años.

Darla mordió su labio y tras una delicada floritura colgó un bello cuadro en la pared principal del local, le importaba poco lo que los demás pensaran, Seba Granger había sido el amor de su vida, contra viento y marea habían luchado juntos y ahora… ahora se habría un nuevo capítulo en su vida, sola… a un año de su partida, la pelirroja abría las alas hacia un futuro desconocido pero no tan lejano.