~ House of Books ~ (MM B: 103943)

[Seba Granger]

Sonreí al ver que ella aceptaba de mi compañía, -Claro que puede ir de mi brazo, así si resbala o tropieza me será mas fácil socorrerla- dije mientras miraba sus tacones. Doble un poco mi brazo para darle mas firmeza a su apoyo.

-Si, también oí que han reabierto varios locales antiguos, aunque mucho creo que nunca los visite en sus primeras épocas- me quedé pensando un poco cual podía recomendarla, la verdad hace días ya tenía en mente un nuevo local, pero por distintas circunstancias no había podido invitarla a el.

-Me llego el rumor que abrieron una nueva heladería, ¿Le gustan los helados?- sabía que a ella le encantaban, pero hace mucho que no habíamos salido por uno de ellos, desde la vez que estuvimos en un jardín un poco secreto en el callejón.

-¿Le gustaría tomar un helado conmigo? o también puede ser un café o lo que usted quiera- bromee un poco mas al ver que ella me seguía el juego, tal vez sería buenos recordar los viejos días cuando comenzábamos a conquistarnos.

-Aunque en estos momentos no recuerdo el nombre, pero podemos dar con el si lo buscamos, ¿Aunque si tiene algo mas que hacer? la entenderé- mordí un poco mi labio.

[Darla G Dumbledore]

Se tomó más firme del brazo de su prometido, sintiendo como él la sostenía bien, no había podido evitar reír un poquito por lo de los tacos. Sí, desde pequeña, aún antes de que la convirtieran en vampiro, había gustado de los tacos. No podía negar que para cazar o pelear prefería los borcegos, aunque algunos de los que tenía en su closet eran también con un poco de taco, la gracia de los muggles, su gusto por hacer todo combinable con looks muy diversos.

 

--¿Si me gustan los helados? --respondió con una pregunta la que le hacía él, ofreciéndole como sugerencia una nueva heladería --por supuesto que me gustan, casi que me encantan diría yo --juraría que había sentido un sonrojo en las mejillas, esa magia que se producía cuando ambos estaban juntos.

 

--No se me ocurre nada que pudiera ser mejor o más agradable que compartir este paseo con usted, recorriendo las calles del Callejón y disfrutando de un helado, luego un café y luego, si le gusta la idea, hasta la vida, claro, si no es mucho pedir, sino empezamos compartiendo lo que queda del día, la noche y ya veremos hasta donde nos lleva el amanecer --agregó con un dejo de timidez, mirándole a los ojos con ternura.

[Seba Granger]

Paseando por el callejón

Levante una ceja al ver que me respondía con una pregunta, esta fue bajando de a poco al recibir su respuesta, y mi sonrisa se iba dibujando hasta terminar en un poco traviesa, -Señorita, que osada- dije bromeando mientras esperaba por unos segundos su reacción jugaría que había visto una especie de puchero antes de continuar.

-Me haría un hombre muy afortunado si me permitiera compartir su vida con la mía, bueno seguir compartiendo nuestra vida- señale ya dejando un poco el juego, -¿Que tal tu día mi amor?, sabías que te he extrañado mucho?- Bese su frente con ternura, luego sus labios con suavidad.

-Te raptaré, quiero que pasemos el día, sin intervención de los chicos o del público en el local si te parece?- crucé la calle con ella de mi brazo para adentrarnos por el callejón en busca de esa nueva heladería.

-A menos que tengas asuntos que atender- fruncí un poco el ceño mirando hacía los negocios que se desplegaban frente a nosotros uno tras el otro por ambos lados de la acera, unos mas llamativos que otros, otros un poco acabados con el pasar de los años al ya estar siempre cerrados y nadie hacerse de nuevo con esas propiedades.

[Darla G Dumbledore]

Paseando con Seba por el Callejón

 

La pelirroja había intentando no reír y solo una media sonrisa se había dibujado en sus labios cuando había visto levantar una cejita a su novio, otras veces se ocupaba de bajarla, esta vez sus propias palabras la relajaron y la volvieron a su lugar. Se dejó tomar del brazo y su sonrisa se amplió feliz al escuchar sus palabras. Sí quería compartir su vida, como compartían sus sueños y como sabía podían compartir todo uno junto al otro.

 

--Por siempre amor --murmuró como respuesta al compartir la vida con él --mi día... ufff... aún me quedan algunos depósitos que pidieron hace poco, mmm... quizás ya no tan poco, fue hace una semana ¿no? en fin, nadie morirá porque esos galeones lleguen más tarde a sus bóvedas --la Potter Black hizo un gesto de resignación. Siempre había sido de cumplir en tiempo y forma pero luego de tantas guerras, tanta desesperación por competir, tantas cosas postergadas, ahora iba a su ritmo.

 

--No se me ocurre tener un mejor plan que pasar tú y yo solos este día y todos los que quieras amor, secuéstrame, yo me dejo por tí --dijo sonriendo más y robándole un beso antes de que cruzaran la acera y comenzaran a recorrer las calles del callejón.

 

A decir verdad, sí uno se fijaba bien, algunos locales tenían candados o tablones cruzando partes de sus vidrieras, otros se veían remozados, pero muchos parecían dar muestras de los enfrentamientos en Londres y de la explosión que había afectado al Palacio de Buckimhan. La Potter Black había recurrido al aquelarre para que las vampiros con poderes mágicos las ayudaran a crear una barrera, las que no tenían magia, más que las de su raza adoptiva las habían ayudado con la información que corría entre los muggles. Darla sacudió la cabeza. Quería estar con Seba, sola, con él, no con sus recuerdos ni sus problemas, solo ellos dos, una pareja feliz, olvidándose del mundo.

 

--¿Y tu día cómo ha sido? --preguntó la pelirroja, --creo que vi una ficha de control tuya justo después de las mías --agregó la vampiresa, ya que ambos estaban dejando controles universitarios. Apoyó su cabeza en el hombro de él mientras su mano acariciaba el brazo del que se sostenía.

[Seba Granger]

-Que no te vayan oír algunos clientes, que la verdad a veces creo que si morirían por algunos galeones que no han llegado a sus cuentas, mas de alguna vez me han preguntado que ha pasado que no han estado en sus bóvedas- reí un poco, algunas personas olvidaban que eramos mas de uno o dos personas trabajando en el banco, eramos mucho y no todos íbamos al mismo ritmo.

-No podía esperar menos de ti- dije con picardia cuando ella me decía que la podía secuestrar, que ella se dejaba y una sonrisa traviesa se dibujo en mis labios, -Pos te secuestraré mas seguido, aunque tal vez a veces le avisaremos a Tommy o es capaz de mover a todos los duendes con tal de encontrarte- el elfo era bastante protector con la Potter Black.

-Mi día bastante aburrido, termine las mayorías de las cosas temprano, aunque no quise mirar si había algo atrasado, creo que mas de alguna ficha se nos anduvo cruzando en estos días- me detuve en seco al ver los resto de un edificio, aunque el que estaba a su lado estaba sin rasguñó alguno.

-¿Que paso ahí?- pregunté a mi novia, los últimos días solo había aparecido y desaparecido desde el local al banco y viceversa.

[Darla G Dumbledore]

Sacudió la cabeza, no tenía intenciones que los clientes del banco le echaran reclamos ni les pensaba permitir que lo hicieran mientras estaba fuera de su trabajo, después de todo, éste no era su vida, solo era un complemento más que había elegido la pareja en su momento para tener algo más de lo que ocuparse. Si por ella fuera dividiría las horas del día y le dedicaría mucho menos de las que le dedicaba actualmente, empleo de medio tiempo, sonaba bien.

 

Pero se olvidó por completo del banco al descubrir el tono picaresco y la sonrisa traviesa de su prometido, río y le lleno la mejilla y los labios de besos tiernos. Tenía una cierta razón con Tommy, su elfo era muy preocupado.

 

--Pero mi amor, Tommy solo tiene que mirar el reloj familiar del local y si ve que todas las manecillas marcan que estamos bien, solo debe quedarse tranquilo, usted dedíquese a secuestrarme todos los días o todas las horas que luego nos ocuparemos de Tommy, él sería discreto estoy segura --río la bruja haciéndole ojitos a su prometido.

 

--Me parece bien --comentó en cuanto a las tareas del banco, y se detuvo ante su siguiente pregunta --te dije, con el levantamiento del secreto de la magia creo que han estado ocurriendo cosas, no sé hasta cuándo podamos mantenernos al margen. Hay quienes quieren hacer valer la supuesta supremacía de los magos, algunos actúan por miedo, otros por codicia, no sé amor --la bruja se acurruco más a su prometido --quizás debamos intentar averiguar más, pero a mí solo me interesa estar contigo y no la política --suspiro la bruja, se sentía mal por ser egoísta con eso pero era la verdad, le importaba más estar con Seba que lo que ocurría en el mundo mágico.

 

--Al menos hay locales nuevos, no todo es caída --dijo señalando varios locales en la vereda de enfrente, un hotel, un restaurant y otro que no estaba muy segura de qué se trataba.

[Seba Granger]

Me deje llenar de besos por mi Darla, le respondí varios entre los que ella me regalaba, además que acariciaba su mejilla con suavidad, me encantaba poder mimarnos, y que no se me pusiera tímida cuando pudiéramos estar en publico, conocía a muchas parejas que mas bien a veces parecían fríos delante de los demás, o ni siquiera tomaban la mano del otro para caminar por la calle, creo que me deprimiría un poco si a la Potter Black no le gustara.

-A veces creo que ese reloj es un poco chivata, alguna vez me gustaría saber que pone cuando tu y yo- sonreí travieso y le guiñe un ojo sabiendo que ella entendería lo mas de bien.

-Algún día le pediré a Dash que saque una foto, aunque lo mas seguro que ese lo haga con los ojos cerrados para no ver nada raro- reí un poco mas imaginando a Dash apuntando para cualquier lado.

-Creo que esta última semana me desconecte un poco de esos problemas- me encogí de hombros un poco avergonzado, miré de nuevo el local destruido, -Y supongo esta es su estrategia para alejar a los magos que no consideren realmente un mago de sangre pura como ellos dicen- en cierto modo él no era de sangre pura, sus padre biológicos habían sido muggle los dos.

-Si quieres luego averiguamos como van las cosas, pero por ahora seguimos con nuestro plan, miré creo que ese local que esta mas allá es el que te digo- señalando historias heladas.

[Darla G Dumbledore]

Entre beso y beso la pelirroja no pudo evitar lanzar una carcajada ante el comentario de Seba sobre lo que el reloj chivateaba o no a los demás miembros de su disfuncional familia.

 

--Creo que solo alerta sobre el peligro o avisa que estamos bien, no creo que sea tan detallista amor --dijo risueña la Potter Black antes de agregar con tono picaresco o le puedo mandar un mensaje a Lualú que se fije antes de... [/i]--y ahogó una risita con un beso a su prometido. Reía más al descubrir que su novio había tenido una idea similar al encargarle la fotografía a su elfo.

 

--¿Tenemos una cámara mágica o tendríamos que comprar una? --sí, a estas alturas debía hacer esas preguntas, no recordaba cuántos productos llevaba registrados en su bóveda trastero --oohhh... ahora que lo recuerdo me gané una en la Gala Navideña del Bosque Prohibido... aún no la hemos estrenado amor --ronroneó haciéndole ojitos tras la propuesta indecente de estrenar la cámara en su intimidad.

 

El tema giraba entre sus bromas y mimos con los de las noticias mágicas. Darla frunció el ceño, ninguno de los dos eran de sangre pura, ella sí tenía orígenes en la Black y la Potter Black, familias antiquísimas de la magia, pero también había tenido con la Karwright, la cual había sido junto con la Evans McGonagall parte de sus hogares de la adolescencia mágica. Sacudió la cabeza.

 

--No me importa lo que crean de la pureza de sangre, no permitiré que eso nos afecte --dijo la bruja y se mordió, sabía que a Seba no le gustaba la idea que ella corriera riesgos, pero ella sabía bien lo que debía hacer si se veían amenazados, se sonrojo, esta vez inconscientemente dejó que la metamorfomagia la ayudara a expresar su pena --no me arriesgaré amor y sí, luego averiguamos, si quieres, dejemos el resto del mundo mágico de lado y disfrutemos de nuestra salida --agregó la bruja besando con amor a su novio y luego viendo hacia donde él señalaba.

 

--Vamos a por nuestros helados --dijo la bruja con una sonrisa, dirigiéndose juntos hacia el local que él le señalaba, acariciando su brazo con ternura.

[Seba Granger]

-¿Estas segura? acaso tu has visto que pone cuando tu no lo estas viendo?, no lo creo, con todo lo raro que es la magia no me extrañaría ver cosas raras- respondí riendo ante lo que me decía del reloj.

-Vamos si Lualu es aun mas tímida que Dash, crees que de verdad te va a decir que ocurre con nuestras figuras?- creo que necesitaba comprarle pasas a la Potter Black.

-Si tenemos cámara muggle, la hemos usado un par de veces, además de lo que dices de la que te ganaste, si recuerdo me lo comentaste-

Me puse un poco mas serio con el tema de la sangre, -Sabes que eso jamás me importo y mas de alguna vez te comenté que a veces prefería irme al mundo muggle antes de estar contigo, la magia no lo es todo para mi, y lo sabes la uso mucho en mi vida cotidiana sino es necesaria- me encogí un poco de hombros, me tenia sin cuidado lo que opinaran los demás, además veía difícil que de verdad esos que se creían perfectos lo fueran.

Acaricie con suavidad el sonrojo de mi novia, -Confió en usted mi amor, se que se portara bien- besé su nariz sonriendo.

-¿De que vas a pedir?- señale cuando estábamos casi en el local.

[Darla G Dumbledore]

Se había quedado pensando y no sabía si reír o qué con la idea de que el reloj pusiera cosas raras a escondidas o cuando ellos no lo veían, debería pedir al Concilio le aclarase qué tipo de relojes vendían y las funciones que estos incluían, ella siempre había pensado que solo daba si las personas de las familia estaban bien, en peligro, nerviosas o... caramba. Y era verdad, su elfina se ponía tímida con algunos temas, sobre todos los relacionados con las parejas, a pesar de haberse criado con otros dos elfos, casi como si fueran sus hermanos varones, era una cosa que sí era delicada y pudorosa, asombrosamente tendiendo en cuenta que había tenido que soportarla como ama.

 

--Tienes razón, llevamos la cámara muggle en nuestras salidas, la de la gala no he llegado a estrenarla, creo que tenemos muchos objetos y criaturas entre los dos, algún día deberemos hacer un censo de criaturas y un registro de objetos, aunque podemos recurrir al registro que guardan en las bóvedas trasteros, pero las criaturas se reproducen y eso no está en la bóveda, por ejemplos cuando mudamos a los gohul no eran un par, eran una familia completa --comentó pensativa.

 

La seriedad en la expresión de Seba la hizo volverse ella misma más seria, pero el beso tierno de él la dejó más tranquila, sabía que ambos podían ir al mundo muggle, tenían sus propios hogares de las familias de origen en sus países naturales y podían recurrir a la protección de vampiros de todo el mundo. Dudaba que Seba pensara que un aquelarre desparramado por el mundo les fuera a proteger, pero ella pensaba aprovechar a los ex miembros del aquelarre de la Akane ya que debía tenerla como huésped en su humanidad. Había suspirado y entrecerrado los ojos con la caricia y vuelto a abrirlos con el beso mientras arrugaba un poquito la nariz sonriendo.

 

--Sé que podemos irnos amor, pero recuerda que tendríamos que estar ocultos también en el mundo muggle, teneos elfos, tenemos criaturas que no podemos dejar a la deriva y que sería difícil de explicar, no quiero que pretendan que terminen en un zoológico y mucho menos en un circo --murmuró preocupada por primera vez mientras llegaban a la puerta de la heladería, la verdad se veía tentador, aunque a ella siempre le tentaba el helado tuviera o no un bonito cartel en el frente.

 

--Creo que hoy seré tradicional --dijo la pelirroja mientras su novio abría la puerta para cederle el paso hacia el interior del local.

Editado 24 de Mayo del 2020 por Darla Potter Black