Elviris Pub (MM B: 103956)

[Anne Gaunt M.]

Zeta sonrió cuando Sira se tomó la molestia de presentar al acompañante como padre de su futuro hijo y alzó el vaso en dirección de Kritzai.

 

— Un placer saludarte, futuro padre, y enhorabuena por la buena noticia —le dijo, para dar luego un sorbo de su bebida. Anne soltó una risita: el barman siempre tan diplomático en esos casos—. Si quieres un refresco de cola, dale un trago a eso que te he puesto: sabrá precisamente a eso —apuntó Zeta entonces, señalando el vaso que le había servido unos momentos antes.

 

Entonces Kritzai habló y lo hizo para responder a las palabras de su abuela, que lo escuchó con atención mientras asentía con la cabeza despreocupadamente.

 

— Lo sé, sé que estás ocupado así que no te preocupes. Sólo avísame cuando tengas un hueco y así puedes conocerles —le dijo, con amabilidad. Entonces Sira hizo un comentario sobre el que Zeta había hecho hacia ella mismo un rato antes y frunció el ceño—. ¿Qué garras? ¿Algún problema conmigo, eh? —soltó, apoyando ambas manos en la barra y fingiendo enfado. Sin embargo, no aguantó mucho y terminó echándose a reir, y pronto fue seguido por Zeta, que se rió a carcajadas.

 

— La verdad es que no, no estoy muy seguro de que sea una buena idea —respondió entonces el moreno, entre risas. Justo en ese momento entró alguien más al pub y Anne giró la mirada hacia la entrada.

 

Se trataba de Tejo, quien se había afiliado al negocio unos días antes, La Gaunt levantó la mano para saludarle a medida que éste se acercaba hasta la barra.

 

— ¡Hola Tejo! Por ahora, como afiliado tu deber es disfrutar —le dijo, con una sonrisa—. ¿Quieres tomar algo? Más adelante, cuando tengamos más trabajo, puedes entrar a la barra y trabajar como un empleado más si lo deseas, por supuesto. Y tienes derecho a usar la sala vip siempre que quieras, incluso para realizar fiestas privadas —le informó.

[Sira Loveless Haughton]

Sintió la caricia del castaño en su vientre y se acomodo dejando su espalda amoldarse al pecho del futuro padre:- No claro…ahora no, pero lo has sido- Dijo dándole otro pellizco en la mano que acariciaba su vientre, todo Londres sabia de las andanzas del castaño, y ella, como no, lo sabía también, nada quedaba oculto en aquella ciudad de magos.

 

Zeta felicito a Kritzai y ella sonrió, la que se merecía más la felicitación era ella que sería quien traería al mundo a la pequeña criatura:- Oye que pasa ¿a mí no me das la enhorabuena?- Preguntó de manera sarcástica mirando ahora aquel vaso que le había puesto delante, no era que no se fiara de lo que él le decía, pero no le hacían gracia otras bebidas que no fuera aquella que había pedido, podría saber igual, aunque lo dudaba ya que la receta de la coca-cola era un secreto muy bien guardado, pero lo que más le gustaba era el gas y ese trago no tenia.

 

Mientras la castaña se debatía en si beber aquel mejunje o no, Anne y Kritzai hablaban poniéndose al día de sus cosas. Sira decidió entonces no tomar aquello:- Zeta, te agradezco enormemente esto, pero de verdad se me antoja una coca-cola- Su voz sonaba como si de una niña pequeña se tratara, no podía negar que a veces podía serlo.

 

Anne entonces se hizo la enojada y se apoyo sobre la barra:- No, no tranquila, nada contra ti- Subió sus manos ante ella y las movió de un lado a otro sonriendo, sabía que estaba de broma:- Pero no me vas a negar que las tienes- Ambas carcajearon así como Zeta y Kritzai que se unieron a ellas. En ese momento la puerta se volvió abrir y Tejo entró en el local, al parecer estaba dando una ronda por el Callejón:

 

- Mi amor, quiero chocolate- Le susurro tras las palabras de él:- Yo también te amo y mejor no me veas enojada- Sonrió.

[Balderik Von Alexandros]

Sonrió Kritzai tras escuchar hacia él por parte de Zeta con la referencia de futuro padre, la verdad eso le ponía muy contento, adoraba al niño que crecía en el vientre de su futura esposa. Un niño que aun no tenía ni semanas de crecer y ya lo amaba. Escucho también a su abuela decir sobre que se diera tiempo para luego conocer a sus pequeños tíos, a los cual el castaño asintió sonriente mientras sentía a su castaña sobre su pecho, así acunándola mas a él, casi su barbilla bordeaba la cabecita de ella, le encantaba tenerla sobre él, era algo que se había acostumbrado demasiado y que deseaba ya hacerlo tan común como respirar. Sintió de nuevo un pellizco de Sira, así escuchando sus palabras y soltó una risa con algún quejido de dolor.

 

—Ahu amor…pero eso es pasado nada mas— Pensaba ligero sobre sus pasadas relaciones pero aunque imborrable si se podría dejar atrás. —Tu eres mi presente y futuro— Decía sonriéndole aun. Acariciando su vientre donde crecía el producto de su inmenso amor, con una sonrisa muy divertida notaba la ligera molestia de su castaña hacia Zea, el cual no había al parecer felicitado a la Loveless.

 

Pronto volvió a beber a su bebida sabor fruta pero la mujer hermosa en su pecho se negaba a beberlo prefiriendo esa bebida muggle. —Por favor Zeta, serias tan amable de darle esa bebida muggle ¿por favor?— Decía Kritzai mientras de pronto su abuela Anne se ponía molesta con movimiento agresivo que fue cambiado a uno mas alegre pues era una broma al parecer.

 

Al escuchar la palabra de su esposa, si esposa pues el castaño ya la consideraba eso pensó en chocolate, y se preguntó si Zeta podría tener un trozo o tableta de ello, peo no quería incomodar pues era un lugar de bebidas y no una golosina. —Si amor.— Con un ligero movimiento de varita pensando en las cocinas de el castillo Haughton, he hizo aparecer una tableta grande de chocolate.

 

Rectangular envuelto en una servilleta estaba el dulce sobre la barra cercano a él, lo tomó y descubrió para con una mano libre desprendió un trozo de dulce, para llevarlo lento a la boquita de su amada, dándole así de comer el chocolate que lo comiera y disgustara lento.—Algo mas mi amor... —y bueno es verdad pero me encantas enojadita— Sonrió el Haughton a ella.

 

—Abuela, ¿se que perteneces a la familia Gaunt no? podríamos visitarte si deseas claro, así veo a mis pequeños tíos o prefieres levarlos a la Haughton — Reía abrazando y sin dejar de acariciar el vientre de su castaña con su mano izquierda, mientras con la derecha aun le daba chocolate.

[Anne Gaunt M.]

Zeta se encogió de hombros y retiró la bebida a Sira, sustituyéndola por una cola, que era lo que ella había pedido mientras Anne hablaba con el recién llegado. Justo después, su prometido hizo aparecer un trozo de chocolate para la embarazada y el muchacho sonrió, pensando en lo caprichosas que podían llegar a ser las mujeres, aunque guardando para sí dicho comentario, sabiendo que la Gaunt rebatiría aquello y acabarían discutiendo, como siempre.

 

— Enhorabuena a ti también, Sira, cómo no —comentó, riendo entre dientes. Se dio entonces la vuelta para beber de su whisky y se apoyó en la barra, aun pendiente de las conversaciones que tenían lugar en el pub. Ahora era Anne quien escuchaba a Kritzai, que le preguntaba algo sobre los hijos pequeños de ésta que, a su vez, eran tíos del joven. «Menudo lío de familia», pensó.

 

— Sí, Kritzai, al morir mi padre hace ya más de seis meses me dejó al cargo del castillo Gaunt y todo lo que eso conlleva... por eso paso más tiempo allí que en el castillo Haughton ahora. Y por supuesto que podéis venir cuando queráis para conocer a los mellizos. De hecho, quiero hacer una pequeña fiesta para celebrar su nacimiento... nada demasiado grande, una celebración familiar sencilla —le informó, sonriente—. Así que allí os espero cuando queráis.

[TejoCazador14561]

Escuché a Anne con atención mientras me explicaba las ventajas de afiliarme. Era genial serlo, sobre todo en un lugar tan divertido con aquel sitio. Deseaba quedarme mucho tiempo allí, disfrutando de una buen bebida y una agradable charla, y a saber lo que podía suceder.

 

Giré y vi a dos personas que ya había visto alguna vez. Les saludé con la mirada, sonriendo. Había hablado con el chico en algún lugar de nuestro bando, y con la chica la veía a diario en San Mungo, el hospital mágico: era Krtizai y Sira.

 

Anduve un poco, con bastante sed, hacia la barra, a la que un hombre me atendió. Señalando una bebida, el chico fue a buscarla y dármela. Metí mis dedos en mi bolsillos, atrapando algunas monedas, que rápidamente deposité en las manos del barman.

 

Y me sorprendió cuando rechazó algunas para quedarse con otras. Recibí algunas en la mano, y me las guardé en el bolsillo un poco sorprendido. Pero de repente me di cuenta de que ser afiliado me hacía ahorrar en las bebidas-Muchas gracias- fue lo que dije, antes de irme con mi bebida hacia una de las mesas que había allí.

[Anne Gaunt M.]

Zeta tomó las monedas que Tejo había depositado en la barra y desaparecieron de su mano de repente, mientras una sonrisa burlona aparecía en sus labios.

 

— Gracias, y buen provecho —le dijo, mientras lo veía dirigirse hacia una mesa. En cuanto el joven cliente y afiliado se sentó allí, un plato con patatas fritas y algunos otros frutos secos apareció ante él—. ¡Regalo de la casa, amigo! —le dijo Zeta, dando una voz que llenó el pub.

 

Anne le miró con expresión neutra e indescifrable. Sabía que el joven tenía buena mano para los negocios, y por eso no se preocupaba por el futuro del Elviris: todo marcharía bien mientras Zeta trabajase con tanto empeño allí. Y ella, que amaba los negocios tanto como su amigo, también cuidaría que todo les fuera bien para que sus bolsillos creciesen tanto como fuera posible.

 

— Zacharias, espero que esas monedas que han desaparecido estén ahora en la caja registradora —comentó la Gaunt, sonriendo misteriosamente mientras guardaba unas copas limpias en un mueble debajo de la barra. El hombre se giró bruscamente y le tiró un servilletero a la cabeza, aunque la mortífaga lo esquivó con rapidez y elegancia, a la vez que soltaba una carcajada.

 

— ¡Cuidado con llamarme así de nuevo delante de la gente, K...!

 

— ¡NI SE TE OCURRAAA!

[Alba Ryddleturn]

Caminando por las calles del callejón Diagon, en busca de algún local donde divertirme y pasar el buen rato. No sabía a dónde ir, hasta que recordé la charla que había tenido con Anne sobre su negocio. Me decidí y fui ahí. Encontré aquel portón de madera, donde toque aquellas iniciales de “Elviris Pub”, y pude entrar.

 

Era un local muy acogedor, aquellas luces que iluminaban el local, me gustaban bastante, tenían el brillo justo para ver todo el local, y a la vez no molestar mis verdes.

 

Hecho una ojeada general al local. Era todo muy ordenado y bello. Era justo el lugar que necesitaba para pasar un buen rato tomando algo. Me acerque a la barra, como iba sola, no necesitaba un mesa, solo con sentarme en la barra sería suficiente.

 

-Hola joven- no sabía el nombre de aquel hombre que atendía la barra. –Quiero un mojito cubano, por favor-. Mientras espera a que me preparara el trago, quise comenzar una conversación con el barman. –Y bueno, que tal van las cosas por el local, ¿viene mucha gente?

[Anne Gaunt M.]

@AlbaBlack

 

http://i.imgur.com/wNSHn4L.png

Zacharias "Zeta". Encargado de Elviris Pub.

 

Alguien acababa de llegar a Elviris y Zeta salió del almacén, con el pelo cayéndole por la cara y la camiseta ligeramente alzada dejando al descubierto su torso. En cuanto comprobó que se trataba de una muchacha, tiró de la prenda hacia abajo para cubrirse y se apartó la melena del rostro a la vez que esbozaba una simpática sonrisa y se acercaba a la muchacha, que pronto lo saludó y comenzó a pedir.

 

— Marchando un mojito cubano —exclamó, girando sobre sus talones y tomando lo necesario para ello. En menos de dos minutos, todo estaba listo y depositó la bebida ante la muchacha, que empezó a darle conversación de forma amistosa—. Bueno, abrimos nuestras puertas al mundo hace no mucho, así que nuestra clientela aún es ligeramente limitada. Sin embargo, espero que nos des publicidad y podamos montar grandes fiestas por aquí —le dijo, guiñándole un ojo—. Además, la dueña ha estado un poco ocupada y no ha podido pasar tan seguido como le gustaría. Así que yo estoy al cargo en su ausencia, aunque procura comunicarse conmigo de tanto en tanto para no perderse nada. ¿La conoces acaso? ¿O entraste por curiosidad? —le preguntó, con el mismo tono alegre.

 

Mientras esperaba una respuesta, Zeta tomó un vaso de cristal y se sirvió un poco de agua con hielo que le congeló la boca en cuando le dio el primer trago. Se estremeció y rió entre dientes mientras lo soltaba sobre la barra, enfrente de Alba.

Editado 4 de Julio del 2014 por Anne K. Gaunt Haughton

[Alba Ryddleturn]

El barman era un hombre de una apariencia muy ruda. Comenzó hacer el trago que le había pedido rápidamente. –Gracias- se lo recibí, y le dijo un sorbo. –Mmmm está muy rico- estaba muy bueno aquel trago que había preparado.

 

Me quede mirando al barman, que aun no me decía su nombre, pero me llamaba la atención su apariencia. Lo empecé a escuchar detenidamente mientras respondía mi pregunta. –Si conozco a Anne- me quede unos segundos pensando en cómo la había conocido. No recordaba la circunstancia exacta, para contarle al hombre. Así que seguí hablando. –Bueno, ahora somos socias. Soy parte de los afiliados del local, por eso vine a ver qué tal era- le sonreí, para luego tomar un poco más del trago.

 

Miré el local, y como había dicho el barman, estaba ideal para hacer fiestas. Era un ambiente muy grato, y los tragos bastantes buenos. –Bueno, intentaré ayudar en la promisión del local, si después de todo, ahora soy parte de él- le sonreí nuevamente. –Por último, traer a amigos, y así ellos traen a otro, y así sucesivamente- deje el vaso en la barra, mi mano se estaba congelando. –Y bueno, aun no me dices tu nombre. Y también cuentame como llegaste a trabajar acá, y como obtuviste la confianza de Anne, para dejarte a cargo de todo- estaba curiosa.

[Sira Loveless Haughton]

Los pasos de la Loveless casi arrastraban por las calles del Callejón, el calor era insoportable, podía sentir como las gotas de sudor caían por su rostro. Estaba loca por salir a la calle con aquellas temperaturas. El sol llevaba días en lo más alto del cielo, con aquellos rallos terribles que quemaban incluso a las moscas. Iba acompañada de su perrita Terry, la cual no paraba de jadear rápidamente por el calor y la sed.

 

Se paro frente a aquel pub perteneciente a Anne, a la cual hacia mucho que no veía. Lo miro de arriba abajo viendo aquella cochera que escondía el pub en su interior. Un lugar con aire donde podría relajarse toda la tarde. Empujo la puerta, quemaba por estar dándole el sol todo el día, la abrió como pudo y entro en la cochera.

 

El aire fresco que llegaba del interior, no hizo solo que ella suspirara aliviada sino que sentía a su cachorro haciendo lo mismo. Lo desato de la correa y salió disparada seguramente a quedarse bajo alguna mesa o silla donde poder refrescarse:

 

- Zeta, ¿Dónde estás?- Sus pasos se encaminaron hacia la barra buscando al barman que la atendería y seguramente la escucharía:- Ponme una Coca-Cola fresquita, creo que moriré de calor- se subió a una de las banquetas como pudo y tamborileo en la barra mientras lo veía aparecer.