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♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)


Ela Karoline
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Se río un poco ante la contestación del chico y se mordió el labio mientras lo miraba -Bueno no estaba pidiendo ningún permiso tampoco, digamos que cuando algo me gusta puedo tomarlo cuando quiera- comento la chica tomándole a su malteada con el popote y dándole una mirada un tanto provocadora.

 

Cambiando de tema de conversación y siguiendo con lo del negocio, la idea parecía muy buena para la Macnair un bar de dia y de noche y además podían poner a trabajar a sus elfos para que ellos nomas disfrutarán de la compañía de más personas -Si esa seria una excelente idea, el lugar podría tener buena música e inclusive hasta bandas en vivo ¿que te parece?- comento la chica y de pronto se imagino del brazo del caballero, invitando a la gente al negocio que tenían juntos. Se sacudió la cabeza, aun era muy pronto para imaginarse juntos pero no podía resistirse, algo le decía que aquel chico seria el indicado para todo. 

 

-Bueno entonces tendrás que hacer muchos méritos para robarmelo, aunque ese primer beso fue sin duda un avance muy bueno- ahora ella quería más, quería probar sus labios y enterrar sus manos en su sedoso cabello. Cerró un poco sus ojos imaginándose. 

 

@ DonTau

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Sinceramente era muy difícil definir lo que le estaba pasando por la cabeza, si bien su cuerpo le pedía que se abalanzara sobre ella en aquel instante, su mente solo le pedía observar esa belleza pura que la muchacha portaba, fue entonces cuando los labios de ella apresaron el sorbete de su malteada, mientras que sus ojos se clavaron con los del muchacho, que por un momento sintió fundirse con la inmensidad. Sus labios se separaron en una mueca difícil de describir, como si su alma le pidiera un respiro. 

Su cabeza quedo presa de un bucle de sentimientos encontrados, mientras ella, dueña de su cuerpo y acciones, proseguía a platicar sobre la idea del negocio. ¿Un negocio?, poco le importaba en ese entonces aquel proyecto, perdía valor, solo por el simple motivo de tener a la mujer de sus sueños frente a él. - Me parece genial... - Diría automáticamente, sin saber del todo lo que respondía. Su mente en cambio soñaba con ella, divagaba en las infinidades de posibles destino a su lado, futuros lugares que ver, amaneceres donde ella era más importante que el mismo sol. 

Sin entender sus acciones se encontró de pie a un lado de la mesa, extendiendo la mano hacia la muchacha de hermosa sonrisa.  - Ven un momento  - susurro, clavando su azul mirar en ella, una vez la tuvo de frente, con su diestra movió aquellos cabellos detrás de su oreja, para dejar su mano en la nuca de la joven. - me vuelves loco... - Musitó, y sin previo aviso, sello sus labios con los de ella, esperando que la Macnair, sintiera lo mismo que él. 

@ Idylla Macnair T.

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Era un poco complicado saber que pensaba el chico de ella, por un momento mirándolo fijamente creyó ver el deseo reflejado de ella en sus ojos, y sintió un calor por todo el cuerpo, de alguna manera ya no estaban hablando del negocio y cuando el se paro inesperadamente de la mesa, ella lo miró extrañada, no sabía como reaccionar.

 

El no se paro a pensar y simplemente diciéndole que se parara un momento con el, ella accedió como si una fuerza magnética tirara de ella. En cuanto quedaron frente a frente, el no o dudo y como la vez pasada el poso sus labios en los de ella. Pero esta vez ella sí estaba preparada para recibirlos de buen modo. 

 

En cuanto sus labios se tocaron, sintió un calor recorrer su cuerpo y unas ganas desenfrenadas de tenerlo por completo, puso sus brazos sobre sus hombros y atrayendolo hacia ella continuaron el beso, aun más arrebatador. Ninguno de los dos pensaba, parecía como si quisieran que el tiempo parara en aquel momento, su dese se volvió cada vez más fuerte y tuvo que hacer acopio de toda su voluntad para poder separarse. -Oye estamos en un lugar publico, podrían echarnos- le dijo por lo bajo cerca de su oído y aun con los brazos alrededor de él. 

@ DonTau

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  • 2 semanas más tarde...

El tiempo se detuvo para él, seguía entrelazado a ella aun después de escuchar su advertencia, sobre estar en un lugar público. Poco le importaba, había esperado varios días para estar a solas con ella. Y más tiempo sentados en la mesa para decidir ponerse de pie y besarla, no dejaría que nada arruine ese momento. 

Sujetó con firmeza a la Macnair, anulando todo espacio entre ellos, sus labios seguían explorando los de ella, dándole participación también a su lengua. Sus ojos estaban cerrados, pero de algún modo, sentía que podía verlo todo, sentir sus latidos, la respiración agitada de la joven, no quería detenerse.

Con cada segundo que pasaba en contacto con sus labios, una adicción se despertaba en su interior, haciéndose más intensa con casa beso, cada roce. Su aroma era embriagador, Don sintió en cierto punto que iba a morir, y cuál fénix volver a renacer, totalmente nuevo.

- Oye... - Se detuvo unos instantes, pero sin alejarse de ella. Recuperando el aliento y centrándose en sus ojos, intentando ver más allá de su alma. - No tiene una idea de lo mucho que me gustas... - Finalizaría. 

 

@ Idylla Macnair T.

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Se sorprendió un poco por el arrebato del chico, claro que ella sentía exactamente lo mismo. Sus labios no dejaban de explorarla y saborear cada parte de ella, sus manos jugueteaban con su cabello mientras lo atraía hacia ella, no era suficiente lo que tenía de el en aquel momento. Quería recorrer todo su cuerpo y no solamente su boca sus labios y su cabello, su alma clamaba por tenerlo en aquel momento y su respiración se volvió tan agitada que cuando se separó de ella un instante, pensó que estaba perdiendo una parte de ella.

 

Ella estaba atontada, escuchaba sus palabras y miraba sus ojos mirándola, pero  Lo único que podía pensar es en seguir besandolo y recorrer cada centímetro de ese cuerpo —Bueno si te gustó tanto como tu me gustas a mi, está conversación la podríamos terminar ende otro lugar...— alzó una ceja en señal de proposición, obviamente los dos sentían lo mismo el uno del otro, era una primera cita pero se sintio como si sus almas ya se conocieran de algún tiempo atrás y solamente estaban esperando reunirse —Estoy segura de que usted me dio una pócima bastante fuerte. Porque ahora mismo no puedo dejar de pensar en seguir explorando esa boca— comentó la chica con los brazos aún apoyados en sus hombros y se mordió el labio mirándolo provocativamente a los ojos, beso y mordió el labio inferior de el, haciendo que el deseo que tenía se intensificara. Pronto estaban nuevamente el uno sobre el otro, vaya que si alguien los veía en aquella situación los terminarían por echar del local. Aunque ahora eso ya no le importaba en lo más mínimo, el momento era sólo de ellos dos y nadie más echaría a perder eso.

 

@ DonTau

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  • 3 meses más tarde...

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Diciembre era un mes muy especial,  los colores, las luces, los olores y también la gente solía tener un toque divertido y a la vez armonioso.  Sería por eso y por el espíritu de unión que reinaba en esa época que Ela Karoline estaba a las puertas del Cacao Café,  de vuelta en el famoso callejón Diagon.  

Se mentiría a sí misma si no reconociera esa corriente que como cosquillas, recorría  todo su cuerpo y concluía en sus dedos ansiosos de conectar el flujo de magia al trozo de madera llamado varita. Incapaz de negarse tal placer en un lugar por excelencia mágico, materializó la varita y con algunas florituras tanto el cartel de abierto como el columpio que subía a las personas a la terraza (único acceso al local) se iluminaron y  empezó el columpio a girar cual rueda de la fortuna con la intención de recoger a las personas en la acera y dejarlas en lo alto de la terraza.  

Cuando Ela Karoline se sentó en el columpio y empezó a ascender,  los copos de nieve se le antojaban volutas de esperanza que acariciaban a todos los transeúntes sin importar si durante los 11 meses anteriores habían sido buenos o malos, era un regalo sin distinción para todo aquel que se fijará en los pequeños detalles. Ella elevó el rostro hacia el cielo y susurro un --¡Gracias!-- al universo.

Una vez arriba la magia siguió fluyendo,  los elfos acudieron prestos a su llamado y en un santiamén las mesas estaban vestidas de rojo o verde,  la cascada de chocolate fluía con su sonido tranquilizador y el aroma a chocolate se esparcia, incluso, haciendo un llamado silencioso a los que transitaban por el callejón.
 

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  • 4 meses más tarde...

Llevaba tiempo caminando sin rumbo por el Callejón Diagon y pensando en donde podía ir a tomar un chocolate caliente, pase los escaparates de animales y de pociones hasta que encontré mi local adorado, tarde mucho en decidirme a entrar, tanto porque no sabía si mi amiga Ela estaría allí atendiendo como antaño, como porque no sabia si a Noe le gustaría este lugar, ¿Qué pasaba si a ella no le gustaba? me dije que siempre podríamos irnos a otro lado, pero pensé que lo había elegido porque era mi lugar seguro para aterrizar cuando quería tener una charla amena y divertida con mis amigas y pensé que podríamos pasar un hermoso día charlando aquí.     

 

Así que me encamine con mi traje violeta claro, mi pantalón violeta y mis zapatos de tacon alto violeta, hacía la entrada del local mientras lo abría y el tintineo me hizo sonreír, estaba en casa de nuevo y nadie me quitaba la idea de que de hecho siempre me esperarían allí, me tardará lo que me tardará en ir a visitarla, así que me encamine hacía el columpio en el que me senté esperando que me trasportara al fin a la terraza para esperar a mi amiga, con un chocolate de por medio. 

 

Busque una mesa lo más alejada del resto posible, no sabía si era lo adecuado pero la vampiresa se dijo que al menos podría pasar desapercibía una vez en la vida, cosa difícil por lo pálida que era y por sus cabellos pelirrojos siempre sujetos en un rodete con su prendedor del fénix dorado y si no era por eso, era por sus ojos azules claros que enmarcaban su rostro con forma de corazón, sea por lo que fuera siempre terminaba destacando, era por eso o tal vez fuera lo torpe que era en contadas ocasiones, se preguntó si seguían teniendo alguna tarta de manzanas y chocolate caliente como antaño, pero aún así ojeando la carta de pedidos espero a que viniera Noe porque no era cuestión de pedir sola lo que encargaría y además estaba feliz de volver a ser tan sociable como antaño habia sido.    

 

- "Me preguntó si se acordará de mi si quiera, ¿sabrá como llegar? si seguro que mi nota no le asombrá y si sabe llegar hasta aquí, al fin y al cabo, volver a tener amigas y familia era importante para volver a ser la Luna que todos conocían" - Pensé mientras observaba el bonito lugar y me decía que de seguro podriamos pasar una bonita velada charlando -  
 

No hacía tanto que había visto a la bruja, recordaba haberla visto en el ministerio, ¿o fue en algun lugar haciendo compras? sabia que la había visto antes y estaba feliz de volverse a encontrar con ella, así que la espero sonriendo y diciendosé que el dia estaba para un chocolate caliente o quizas una tarta de alguna cosa, se dijo que lo decidirían cuando viniera y mientras tanto disfruto del lugar y las conversaciones variadas de los demás comensales mientras la esperaba para ordenar al final.  

 

Cita

"Hola Noe amiga mía: Supongo que mi nota te asombrara, pero quería invitarte a tomar algo en el Cacao Café, así nos ponemos al día y charlamos un poco, casi no se nada de tu vida y extraño a mi querida amiga, con cariño y un afecto eterno, Lunita Gryffindor Delacour".

 

Eso era lo que decía la carta que le había enviado con su lechuza Artemisa, una lechuza marrón oscuro muy bonita, solo esperaba no asustarla por la misiva y estaba feliz sabedora de que llegaría pronto, su lechuza había salido desde la mansion Gryffindor antes de dirigirse hacía allí, así que supuso que estaría al llegar, solo debía de esperarla para poder charlar y tener una muy linda velada. 

@ noe_snape

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Recorría sin parar las estanterías de la amplia biblioteca de la Mansión. Había llevado varios días así, por fuera el clima no había sido muy amigable. No llegaba a tormenta pero el ligera lluvia parecía nunca parar, cada vez que se había animado a salir de la habitación se encontraba con el mismo clima. Podría salir, pero lo único que le apetecía era tomar la escoba, el set de quidditch y entrenar un poco, pero en esa condiciones estaba expuesta a tomar un refrío y esa era una opción a la que no se podía arriesgar.

Con un volumen mucho más largo que su antebrazo se acomodó en un rincón a revisar página por página, en busca de la respuesta que llevaba días buscando. En realidad no tenía muy claro que era lo que buscaba, pero estaba segura que cuando lo encontrara lo sabría distinguir. Así había pasado últimamente en su labor, sin saber a ciencia cierta si prosperaba o si continuaba en el mismo punto. No había pedido ayuda, eso era algo que todavía no se le cruzaba por la mente hacer.

Sin fijarse en que momento había aparecido y desaparecido el elfo, al levantar la miraba del libro alcanzó a ver una taza de té de la que aún se desprendía el vapor y un pequeño platillo de galletas con chispitas de chocolate, ambas cosas reposaban en una bandeja de plata sobre el escritorio que corona la biblioteca. Se había acomodado en un sillón un poco apartado, pero la visión de los productos servidos le animó a moverse de donde estaba. La investigación podía esperar unos segundos, y dejando marcada la página con los cientos de papelitos que había ido dejando en otros textos lo abandonó en el sillón.

Con la taza tibia entre las manos, leía una nota que le habían dejado en la misma bandeja. Ya sabía que los elfos se negaban a interrumpirla, que es más ya se habían acostumbrado a que era mejor hacer sus labores sin que la Malfoy alcanzará a percibirlos. La bruja no era muy dada a las relaciones sociales, y por eso le llamó atención la nota que había llegado firmada por Luna Gryffindor. La había conocido en alguna de las misiones de bando y poco más sabía de ella, pero la opción de tomar un chocolate caliente era algo que no se podía despreciar.

Sin probar siquiera la galletas que le habían llevado hizo aparecer una capa y se envolvió en ella. No le era agradable aparecerse, pero se obligó a ir a la salida de la Mansión y enrumbarse de esa manera al callejón Diagon, luego del tirón en el vientre -que tanto detestaba- sus pies ya no se apoyaban en Ottery sino en el empedrado del callejón en el centro de Londres. No tenía claro a donde dirigirse, pero una breve caminata le vendría bien luego de varios días encerrada. Elevando la capucha para cubrirse, eran evidentes solo algunos de los largos mechones de su cabello, que caían un poco desordenados.

El aroma inconfundible fue el primero en llamar la atención y luego el elegante y bonito donde estaba escrito el nombre que le habían indicado en la nota. Al detenerse ante la vitrina que exhibía una amplia variedad de bocadillos de chocolate, su estómago rugió con aprobación apurándola a ingresar al local.

 

@ Luna Gryffindor Delacour

Draco&Draco
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Estaba sentada esperando verla y una parte mia se preguntába si me reconocería después de tanto tiempo de estar fuera, aunque seguía siendo la misma Luna de siempre sólo que algo más seria que antes, aún sonreía esperándola y todavía mis ojos azules brillaban entusiastas mirando las bandejas con chocolate pasando delante mío.

 

Lo bueno del lugar era que tenía calefacción o mejor dicho hechizos de calentamiento y por eso no nos moriríamos de frío allí, también me fijé que parecía tener un termemotro o algo así que te decía la temperatura del lugar, lo cual era excelente y me dije que el sitio había cambiado aunque seguía siendo el mismo válido lugar que me recibió tiempo atrás.

 

Me pregunté si sabría que debía de ir con el columpio y si alguien se lo diría, me había olvidado de algo? Maldije por lo bajo al darme cuenta, que no le había dado información para llegar aquí arriba y que sólo esperaba que se diera cuenta lo del columpio, que la llevaría a la terraza donde estaba esperándola.

 

No se lo dije en la carta escueta que le mande pero en mi fuera interno esperaba que fuéramos amigas, quizás no ya pero con el tiempo tal vez y ese pensamiento me puso feliz, mientras me decía que pasaríamos una bonita velada poniéndonos al día con la vida de la otra o con lo que quisiera hablar en realidad.

 

"Ojalá nos llevemos bien y seamos amigas" -pense sonriendo mientras miraba el lugar esperándola ver por algún lado &

 

@ noe_snape

 

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  • 3 semanas más tarde...

El aroma del chocolate atacó a sus sentido al apenas ingresar al lugar. Su hermano se moriría si entraba ahí, conociendo esa afición -aunque los más correcto sería llamar adicción- que tenía por los dulces y en especial por el chocolate. Pero no era sólo el aroma el ambiente más caldeado lo volvía cómodo a diferencia del exterior. Llevando sus largos dedos hacia el broche de plata se aflojó la capa ahí no era tan necesario el uso de aquella vestimenta.

Un sin fin de pequeñas mesitas llenaban el lugar. No había nadie a la vista, el lugar parecía vacío. Pero para su suerte una camarera estaba terminando de limpiar un mesa que parecía recientemente abandonada por los comensales.

–Buen día, señorita– dijo con su rostro serio. –Busco a la señorita Luna Gryffindor, me podría indicar si ella ya se encuentra en el local, o si de casualidad ha reservado alguna mesa. Ella me espera.

La mesera atenta, enseguida le procuró la información que había solicitado. La Gryffindor ya había llegado y se encontraba en la terraza. Pero a la vista no veía ningunas escaleras. La joven que la había ayudado parecía reconocer su desconcierto, porque enseguida se acercó indicándole que sólo bastaba con sentarse en el columpio que había en aquel lugar.

Sujetando su capa firmemente tomó asiento y de inmediato comenzó a ascender, esto estaba bastante bien, pero si fuera más veloz estaría mejor, reflexionó. Al llegar a la terraza ahí estaba Luna y dibujando una tímida sonrisa en su rostro, la saludó.

 

@ Luna Gryffindor Delacour

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