~ Ink Master ~ (MM B: 104529)

[Valky]

Sus compañeros siempre habidos por derramar sangre no dudaron en empezar a atacar a la joven que en ese día era el blanco de la maldad de los mortifagos, le dedico una sonrisa a su madre Juv al notar como esta la cubría con un detritus, la fina capa gaseosa la cubrió protegiéndola. Luego de eso centro su atencion en Kirara y sin perder mas tiempo apunto su varita hacia ella diciendo.

 

— Sectusempra — un rayo salio despedido de su arma mágica directo al pecho de la joven Kirara con la intención de causarle varias heridas sangrantes en la piel que de no ser curadas oportunamente la llevarían a la muerte — Absorvere — dijo seguido de eso, el efecto de la castaña fue inmediato y los huesos de la muñeca de la mano en la cual sostenía la varita se rompieron violentamente, esto ayudaría a que la joven no pudiera sostener la varita con esa mano.

 

Permaneció con la varita en alto pues algo le decia que en esa oportunidad si llegarían a ayudar a la chica, no podían permanecer escondidos en sus gallineros de por vida o al menos esa era la esperanza que tenía la Black Lestrange.

[Binny Evans]

Apenas había salido del Spark , asegurando la puerta con un hechizo antirobo cuando notó el alboroto en el negocio nuevo, allá a lo lejos. Empezaba a salir humo del techo, quizás se quemaba pero cómo se permitiría en un mundo de magia al acontecimiento. No, aquello era un ataque enemigo. Evans volvió sus pasos alejándose del callejón y giró los talones para aparecer tras un unos paneles que le cubrían por completo. Nadie la notó ahí y de eso daba fe. Se colocó la luz en el rostro y cambió su traje por una capa de viaje arrugada y un enterizo gris.

—Expecto Patronum —alzó la voz, las palabras salían sin pensarlo. Cuando ameritaba tomar decisiones rápidas siempre lo hacía por instinto, y resultaba bien la mayoría de veces. Tragó saliva para humedecer la garganta seca y caminó hacia el Ink Master donde todos se hallaban en a entrada del negocio.

Suspiró. Bínfeyd supuso bien y los enmascarados eran tres. Las mismas siluetas de siempre, las misma máscaras, los mismo mortifagos. Se inclinó hacia adelante al ingresa al negocio para ver mejor los detalles. Notó a Kirara en medio del alboroto y el deber de Bínfeyd le ordenaba proteger a la chica.

—Tranquila, ya llegó la ayuda—quizás, si no tuviera la luz en el rostro le hubieran visto guiñar el ojo, pero el gesto se guardó en secreto—. Entonces, qué tenemos aquí...

La varita apareció en su mano, se movía rápido para ser una chica de aspecto... delicado, por así decirlo. Hizo una floritura marcando un "NO" en el aire. eran pocos defendiendo pero el placer de ayudar era más grande.

[Sherlyn Stark]

Se sentía hipnotizada con el hermoso color de las paredes del local, por lo que no se percató de la llegada de un mortífago. Claro que no los temía, ella tenía su varita, por lo que podía defenderse sin problemas. No le gustó para nada el atrevimiento que tuvo en su presencia, qué falta de humanidad, sólo merecía que lo ignorara, pero al estar agrediéndola verbalmente. No le gusta el tono en el que hablaba, pero se debía a las ideologías que tenía el sujeto. No, ella no quería un tatuaje, sólo necesitaba que la dejaran en paz.

Tenía ganas de reír, ya que el mago no sabía ni lo más mínimo sobre su historia, ni siquiera tenía conocimiento de su familia, qué pobre por él, hablar sin antes pensar. La buja frunció el ceño y no tardó en sacar la varita para utilizarla en defensa propia. Esas personas necesitaban estar en el lugar correspondiente, por su mala educación. De pronto, sintió la llegada de otras dos personas, compañeras del mismo.

— Avis —exclamó Kirara dirigiéndose a la bruja, Valkirya, que estaba atacándole con un Sectusempra. De la varita de la castaña saldrían doce aves que evitaría que el hechizo hiciera efecto sobre ella. — Episkey —susurró, para curarse de las heridas provocadas por el absorvere mandado también por la bruja Valkirya.

[Helen Evans]

Aquel había sido un día bastante agotador, entre arreglar todos los destrozos causados por aquellos gnomos del jardín, no había tenido ni un minuto de tranquilidad; me disponía a abalanzarme sobre mi cama cuando una figura plateada iluminó el lugar, era una hermosa gacela , suspiré apenas lo vi sabía lo que significaba un patronus. Me incorporé rápidamente y minutos después me encontraba en los terrenos de la mansión, avancé hasta la reja con la túnica gris ondulando tras mio a cada paso, coloqué una brillante luz sobre mi rostro y cuando estuve en el límite desparecí. Segundos después, mi figura se materializó frente al negocio Ink Master, un edificio sencillo de dos plantas que se había abierto recientemente; entré al lugar solamente para observar el espectáculo que se había montado allí.

— ¿Ocupados? — pregunté en dirección a mis compañeros

[Radamantys]

-Estrenando hechizos- susurro Radamantys a Valky tras verla romperle el huedo de la mano con que sosteniala varita Kirara, asi pues Rada se giro y vio que los odefos se habian dignado a aparecer por lo que sostuvo la mirada en y penso:

 

-Confundus-

 

Con aquello la mente de Binfyed estaria desconcertada por un tiempo que podria ser lo bastante valioso para que en ese momento movio la mano derecha y lanzo sus dos fuegos negros uno en contra de Binfyed y el otro en contra de Helen el tercero seguria creciendo un vez mas Rada apunto Binfyed a y susurro:

 

-Fuego Maldito-

 

Dos cuervos de fuego salieron de su varita uno en contra de Binfyed y el otro en contra de Helen si impcataban las quemaduras serian de gravedad y necesitarian cura si es que se queria estar mas sano por ultimo Rada apunto a y susurro:

 

-Avada Kedavra-

 

La maldicion asesina salio disparada de su varita con direccion de Binfyed si le impactaba moriria de una menra instanmteantem, sin segunda oportunidad ni lapzo de curas, aquello podria terminar printo para .

 

Rada mando a atacr el cocodrilo a Kirara y la araña primero a Helen luego a kirara.

[Kahlan Blackthorn]

Juv Malfoy Haughton

Las terminaciones nerviosas de la demonio estaban en su punto, contrastadas con la rápida irrigación de líquido vital que era emitido por sus venas a todo su cuerpo. Un corto circuito la hizo volver a sentir esas ganas de matar, ganas que carcomían poco a poco los vestigios de cordura que deseaban mantenerse intactos dentro de la mente de la rubia Haughton. Era imposible volver atrás, ya nada le impediría matar a destajo a los que osaran cruzarse en su camino o intentar impedir arrancar la vida de todos los que pertenecían a la Orden del fénix.

 

-Pues bueno, sigamos con la fiesta…-sonrió dejando aquella mueca cargada de suficiencia detrás de su máscara-Absorvere…-sentenció quebrando en el acto la mano con la que Binfeyd Kirara y Helen sujetaban la varita, arrancándoles un grito de dolor que era música para los oídos de la Ángel Caído.

 

-Confundus…-pensó con desazón la rubia ojiazul oscuro, provocando que la mente de Binfeyd se volcara a una realidad llena de aberraciones que se abalanzaban sobre la joven. Debía ser una tortura sin precedentes sentirse atacada por sus peores temores, aunque eso poco le importaba a la Malfoy, dado que la confusión se apodero de la Demon Hunter.

 

-Bienvenida al infierno…-le saludo de esa forma, sabiendo que el encuentro con la Fenixiana podía ser muy interesante.

 

-Levicorpus…-pensó sin sentir el mas mínimo pesar por la Demon Hunter, dejándola suspendida en el aire a dos metros del suelo-Linda decoración, creo que le da un toque peculiar al local…-se mofó de la joven-Vamos tómalo con ánimo, no sea que lo tomes personal y luego que haríamos…-dejando escapar una sonora carcajada de sus labios, no dejo que nada le sacara de la cabeza el acabar con los que era sus enemigos más acérrimos. Esa batalla era el comienzo del final de todos ellos, aunque no desearan aceptarlo.

[Helen Evans]

La acción no había demorado mucho en empezar, así que apuntando hacía uno de los sofás de color rojo que había en el lugar dije un claro:

— Morphos

En el lugar en el que segundos antes se encontraba el sillón ahora se veía un tigre de tamaño adulto con los dientes afilados y listo para atacar, acaricié a la criatura y le ordené atacar a Radamantys. El tigre se dirigió hacía él con el propósito de morderle el brazo derecho y destrozarlo, sin embargo dos fuegos negros impactaron en el animal antes de que este alcanzara hacer algo

— Floreus

Dije apuntando hacía Juve, de su varita solamente salieron unas flores insignificantes de color amarillo, la verdad es que eran unas flores horribles, en fin, al menos había impedido que la mortífaga lograra su cometido con aquel absorvere.

[Nats Rambaldi Crowley]

Estaba lista, esperando a que algo surgiese y era el momento. Su atuendo de negro como siempre, una capa con una gran capucha le cubría gran parte de su rostro. Tomó una poción multijugos antes de salir. Su cuerpo, cabello y rostro cambió por completo haciéndola parecer una joven japonesa de unos 20 años aproximados llamada Annika Shan y que salía en revistas muggles.

 

Llegó al lugar, sostenía con firmeza su varita. - Buenas noches. - Saludó mirando de reojo su alrededor. Se posó en una de las esquinas. Los ataques iban y venían en todas direcciones. - Podrían dejarme un poco de acción a mi. - Dijo esperando el momento adecuado para atacar, no era mucho lo que podía hacer debido al nivel de sus ataques a diferencia de los del resto. Respiró hondo y alzó su varita tomándola con fuerza lista para atacar.

[Lisa Weasley Delacour]

Cinco minutos, eso quiero, ¿no saben atacar a horas normales? Refunfuñaba mientras salía de la ducha y me ponía algo encima; un sencillo vestido de seda de color rojo burdeos. El patronus habia llegado gasta mí, indicándome un nombre; Ink Master y como era obvio, yo no podía eludir mis responsabilidades. Sin calzarme ni secarme el pelo siquiera, gire sobre mis talones y desaparecí de mi habitación en los terrenos Delacour, para hacer acto de presencia a diez metros de la puerta de dicho establecimiento. Me moví con agilidad, ocultándome en la oscuridad. Una luz en el rostro impedía al resto del mundo saber quién era, por lo que no dude en actuar como un verdadero miembro de la orden del fénix, encabezando los principios de lealtad, unión y sacrificio.

Tenía órdenes sencillas para aquella misión; ahuyentar a aquellos magos oscuros y salvar el pellejo de mi camarada. Sonreí a la nada, en realidad disfrutaba de la adrenalina de aquellos encuentros. Portaba en mi anatomía el estandarte de quien era y seguiría siendo mi maestra en la organización blanca, el escudo de mi alto rango, de m sobrina, de mi mejor amiga, de Mei Black Delacour. Ella me habia enseñado mil y una estrategas que aplicaría ahora para acabar con el mal de la sociedad londinenses y volver a restaurar el clima de paz que nunca se debió de tocar. No me encontraba dentro, nadie podía verme aun.

[Valky]

Al parece los pollitos al fin daban la cara, las observó llegar y al instante fueron atacadas por sus compañeros que no dudaron en mandarles todo el arenal completo por así decirlo. La chica a quien había atacado al principio no alcanzo a defenderse del sectusempra gracias a que Radamantys la había confundido, la sangre empezó a caer por el pecho de la chica que no tardaría en caer muerta a causa de las heridas, ignorando a la joven pues el trabajo ya estaba hecho poso su mirada en las otras dos fenixianas.

 

 

— Vitae — dijo apuntando a uno de los muebles que estaba cerca de Lisa, este al instante se animalizo saliendole unas patas largas y llenas de púas, unos ojos una nariz y una boca llena de dientes muy afilados capaces de destrozar cualquier cosa. — Atacala— dijo apuntando hacia Lisa que de seguro terminaba más que muerta, hecha trocitos. El viate no se interpondría en otros ataques que pudieran lanzarle a la bruja Lisa.

 

 

 

—Si te digo la verdad... llegue a pensar que jamás los usaría — respondió la bruja a su compañero — Y seguro que tu pensabas lo mismo — Luego de eso y con una enorme sonrisa en rostro, esa que solo surgia en ella cuando mataba, se giró para seguir atacando.

 

 

— Sectusempra — un rayo salio de la varita directo al pecho de Lisa con la intención de causarle varias heridas en la piel que de no ser curadas la llevarían a la muerte.